jueves, 19 de junio de 2014

FELIPE VI, UN MONARCA CON BUENOS PRINCIPIOS


Hay quien quiere ver en Felipe VI un monarca-parlamentario cargado de virtudes, lo que en el mejor de los casos, no es un más que un querer ver donde no se puede ver, porque Felipe VI ha empezado hoy "su" reinado, y por ello, lógicamente, ni fu ni fa se puede decir todavía acerca del mismo.
Lo que si es evidente, y por tanto no hay que fiarlo ni a la buena ni a la mala fe, es que Felipe VI ha sido recibido por los madrileños más bien  templadamente tirando a frío que otra cosa, y sobre tod, Felipe VI ha empezando con un monarca de raza: dilapidando recursos públicos en un reino en crisis como es el suyo con millones de parados y millones de pobres, porque dilapidar recursos significa:

4.300 Policías.
2.672 Guardias civiles.
120 Francotiradres apostados en lso tejados.
78 GEO (Grupo Especial de Opreaciones)
36 Tedak (Especialsitas en explosivos)

Para proteger las Cortes donde se ha celebrado la ceremonía de su toma de posesión como Rey,  y la comitiva que le ha seguido, en cuya comitiva como puede ser vista en el video siguiente, a su paso por la Gran Vía de Madrid, una de las principales arterias de la Ciudad, en la que se ven casi más policías que súbditos aclamándole.


A REY QUE SE VA, PUENTE DE PLATA




AL EX REY JUANCARLOS, ¿POR QUÉ LO QUIEREN VACUNAR?

(El Rey es el que se esconde detrás de Santiago Apóstol)


Mientras Juan Carlos I era Rey su persona era intocable, inconmensurable, infumable, able, able, inviolable y able able.

Pues muy bien, se acepta barco como animal de compañía y aquí paz allá gloria y a quien Dios se la de San Pedro se la bendiga. De acuerdo.

Y así, sin a don Juan Carlos se le ocurre ir a ver al Getafe y se le traba la lengua por los efectos de dos bendiciones de más recibidas del Dios Baco, se hace la vista gorda, se le traduce lo que dice a campechanía general, y aquí no ha pasado nada. De acuerdo, yo estoy de acuerdo en todo.

Si al rey Juan Carlos I se le ocurre arrimarle unos guantazos al chofer porque este se ha pasado dos centímetros  del lugar oficial previsto para el aparcamiento. Chitón. Que si el rey le mete unas hostias al chofer, pues muy bien metidas que están, porque al ser Su Majestad (no la mía, sino la Suya), si llega el casó, que llegó, le mete dos patadas a los derechos humanos versión chofer oficial, pues que se las mete y muy bien metidas quedan, que el rey si se le tuerce el morro puede patear lo que quiera patear y no le rechista ni Cristo Bendito. Amén, todo sea por el amor inquebrantable a no se qué, que ahora no me viene a la memoria.

Que muy entrañablemente quiere el rey que Corina, una amiga suya muy entrañable, le acompañe en algunos viajes oficiales de impunidad real, sustituyendo a la reina…, pues qué quieren ustedes que les diga, pues que muy bien. El rey puede hacer lo que se le pase por los cojones y punto pelota, ¿y qué pasa? ¿O es que la van ha emprender ustedes ahora contra el rey encarnando lo que encarna? ¡Ni se les ocurra!, porque entonces se toparán conmigo sacando pecho por el rey, y cuando yo me pongo a la defensiva del rey con el pecho por delante, cuidao, cuidao conmigo, que me pongo ciego y no respondo. Así que prosigamos y tengamos la monarquía en paz.

Que un día el rey, dentro de la concordia amorosa del rincón amoroso del hogar conyugal, le entra la turuntela y empieza a rebolear platos en la cocina, y plato va y plato viene contra la pared, es un decir, o contra el tarro de la sal, que es otro decir,  hasta acabar jodiendo la vajilla entera, pues que muy bien. ¿He sido yo, y qué pasa?

Y hasta aquí todo muy bien y pelillos a la mar. Yo con el rey a partir un piñón. Entre otras cosas, porque si se me ocurriera decirle, macho que te has pasao, como al rey no puede decírsele macho que te has pasao, pues que me vendrían a buscar las cosquillas, y eso sí que no, porque yo, para que se vayan enterando, soy monárquico medular,  no como otros, o sea, que estoy de la monarquía hasta la médula.

Ahora bien, qué pasa cuando el rey ya no es rey y se convierte en sujeto de carne mortal corriente y moliente portador de derechos y obligaciones según la Constitución. En este punto, la verdad, se me hace la picha un lio, vaya por delante. 

Y cuidadín,  cuidadín, que para que a mi se me haga la picha un lío hacen falta Dios y ayuda, porque ya me contarán, y no es hablar por hablar, qué lío se puede hacer con centímetro y medio de instrumental. Lo digo para evitar suspicacias y marcar diferencias con los borbones, que de entendimiento, de moral y de lo que ustedes a su buen albedrío quieran añadir, y a la historia me atengo, no andarán muy sobrados, pero de la muscular de entrepiernas cantidubi. Y esto lo dijo el rey en TV1 dentro de su programa personal de la campechanía, y por eso lo digo yo, que si no de qué.

Pues que cuando el rey ya no es rey, resulta que el gobierno, como si no tuviera mejor cosa ni más urgente que hacer para que los españoles vivamos mejor, o cuando menos, que ya no vivamos peor, que esta es otra, se me pone a hacer unas leyes para vacunar al ex rey, o sea, para aforarlo, o lo que es lo mismo, para que nadie le pueda meter mano. ¡Pero esto que es!

Vamos a ver, vamos a ver, gobierno que me vais a liar. O sea, una persona normal que vaya enzurrapada conduciendo por la ciudad a 120 kms./hora, cuando el límite es de 20 kms./hora, poniendo en peligro la seguridad de cualquier bicho viviente, además de las farolas y demás mobiliario urbano, incluidas la papeleras, lo paran los municipales, le enchufan el medidor de litros de vino tragados, le quitan los puntos del carnet y hasta los que tenga de la telefonía móvil, y lo enchiqueran, mientras que al monárquico-ciudadano, ayer rey de España, con nombre de Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, no le dirán nada los municipales, por que el tal Juan Carlos, etc., etc., etc., por estar vacunado o aforado o lo que sea eso.

No se gobierno, no se, pero para mí que hay gato encerrado o comisión percibida indebidamente que le queréis proteger al  monárquico-ciudadano Juan Carlos, etc., etc., etc. Y eso está muy feo, eh.
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