miércoles, 6 de febrero de 2013

RAJOY DIMISIÓN, PRESIDENTE VIÇEN NAVARRO


 EL CASO BÁRCENAS EN EL CONTEXTO DE LA CRISIS DE LA SEGUNDA RESTAURACIÓN BORBÓNICA

Antoni Domènech 
G. Buster 
Daniel Raventós
Sociología Crítica 
2013/02/06

Después de la avalancha de datos comprometedores que se desprenden de la libreta de Barcenas con la supuesta contabilidad B del Partido Popular, hay quien se extraña del desmentido absoluto, primero, de la secretaria general del PP, Dolores Cospedal;después, del presidente del partido y del Gobierno, Mariano Rajoy. ¿Qué otra cosa pueden hacer? Por definición, la contabilidad B no existe, como ha dejado tautológicamente claro la auditoria interna del PP. La menor concesión en este sentido supondría reconocerlo todo. La única estrategia de defensa es, por lo tanto, a todo o nada, por abrumadoras que sean las revelaciones y los datos servidos por los dos principales diarios del Reino, el derechista El Mundo y el centrista El País. Ni que decir tiene: para pasmo del país, incluidos los votantes del PP.

 A pesar de que diferentes dirigentes del PP han confirmado hechos y cifras que aparecen consignados en las libretas de Barcenas; de que coincidan apuntes con partidas de la trama Gürtel –entre ellas las aportaciones vía el PP gallego-; de que sean inexplicables los incrementos patrimoniales con los sueldos declarados; y de que, en fin, fuera desde hace años un secreto a voces en ciertos círculos políticos, empresariales y periodísticos. La apelación in angustiis a la “presunción de inocencia” no es sino la consecuencia ineluctable del desmentido absoluto, cuando ya se ha abierto la causa y judicializado el caso; cuando ya no se puede hablar más que delante del propio abogado.

 Tampoco viene de nuevas esta decisión de la cúpula del PP. Sigue la misma táctica defensiva adoptada frente a la trama Gürtel. Cuando Barcenas tuvo que defenderse, el PP le sufragó el coste de su defensa jurídica, hasta que el juez Pedreira, del Tribunal Superior de Madrid, archivó el caso en septiembre del 2011. Y coche oficial y despacho en la sede de Génova. Una desarbolada Sáenz de Santamaría, no sabiendo ya qué reponer a los periodistas el pasado viernes tras el Consejo de Ministros, puso en prenda sus años de trabajo junto al probo Rajoy; le salió una periodista respondona con que también había trabajado muchos años con Bárcenas, al parecer sin enterarse de nada.

 La responsabilidad política se pretende aplazar hasta la conclusión penal, confiando en las dificultades del procedimiento y en la lentitud de la justicia española, y sobre todo, especulando con que los testigos se achanten. Para establecer una cadena de responsabilidades, los testigos tienen que declarar que las distintas contabilidades son auténticas…o hacerse responsables de alguna de ellas como propia. Además, una parte de los delitos habría prescrito y siempre se puede confiar en condicionar la propia investigación. No en vano la fiscalía anticorrupción fue purgada en su totalidad después del caso Gürtel por el nuevo gobierno Rajoy. Y hasta el momento, el nuevo equipo sigue sin encontrar conexión entre las evidentes ilegalidades del caso Barcenas y la alegada doble contabilidad del PP para trasladarlas al juez Ruz de la Audiencia Nacional. 

¿Por qué se ha filtrado ahora la libreta de Barcenas? La explicación más inmediata es la petición en marzo del 2012 de la fiscalía anticorrupción de que se reabriese en la Audiencia Nacional la causa archivada seis meses antes por el Tribunal Superior de Madrid. El descubrimiento de más de 22 millones de euros en cuentas en Suiza, de lahacienda La Moraleja en Argentina (la segunda agroindustria de Salta), de ingresos bancarios líquidos sospechosos, no solo establecían una conexión con la trama Gürtel, sino que dejaban entrever que quizá fuera ésta una parte de la trama Barcenas. En tal caso, la única defensa posible pasaba por exigir la intervención del propio gobierno del PP para condicionar el proceso de investigación y sus consecuencias legales con la amenaza chantajista de dejar en evidencia la conexión directa entre la trama Barcenas y la contabilidad del PP. Exactamente el mismo mecanismo de defensa al que han recurrido los distintos implicados en la larga lista de casos de corrupción relacionados con la financiación de los partidos políticos (Filesa, Naseiro, Palau…), de nepotismo institucional, o aun el que afecta al yerno del Rey, Iñaki Urdangarín.

La corrupción y la economía política de la Transición: el cártel criminógeno formado por las grandes empresas del Ibex y los grandes partidos dinásticos. 

La explicación de esas generalizadas prácticas chantajistas de autodefensa, no puede, empero, reducirse a la puñalada de pícaro ni a la astucia del picapleitos. Pues lo que revelan esas prácticas es más bien la complicidad colectiva del cártel formado por los beneficiarios del sistema económico y social de la corrupción articulado políticamente por el régimen de la Segunda Restauración borbónica. La ley de financiación de los partidos políticos de 1987, reformada en 1997 tras los escándalos del PSOE, y a cuyo amparo el PP ha recibido en diez años donaciones anónimas de 17,5 millones de euros, sigue obligando al deslegitimadoTribunal de Cuentas a testificar en su informe del 2007 –el último realizado y el último año en el que eran legales las donaciones anónimas— que ese mismo anonimato no le permite comprobar si las donaciones se hacen conforme a la ley. 

La naturaleza institucional de esa corrupción echa sus raíces en el capitalismo oligopólico de amiguetes en que se transformó la estructura de poder empresarial heredada del franquismo con las privatizaciones de la Transición tan bien descritas por periodistas económicos como Mariano Guindal o historiadores académicos comoMercedes Cabrera y Fernando del Rey). Tan es así, que hasta publicistas liberal-conservadores tan notorios como Guillermo De la Dehesa se ven obligados a reconocerlo con la boca pequeña y la mirada estrábica (como si fuera un problema de corporativismo urgido de “liberalización”). En un reciente artículo recuerda que solo el 4,5% de los contribuyentes declaran a Hacienda ingresos anuales superiores a los 60.000 euros; que una de las consecuencias de una economía sumergida del 25% del PIB es una recaudación por el IVA más de punto y medio inferior a la media de la UE; que el 36% de todos los billetes de 500 euros circulantes en la UE se hallan el Reino de España; y que ocupa el lugar 30 en la lista de Transparencia Internacional, por detrás de Chipre y Botswana. En un non sequitur sensacional, tras ese diagnóstico de bien arraigada corrupción generalizada de la sociedad española, el j’accuse de De la Dehesa apunta, no al manifiesto cártel criminógeno formado por las grandes empresas del Ibex y los principales partidos (PP y PSOE y CiU), sino a los nuevos enemigos de la derecha de ahora: el sistema de financiación autonómico y los sindicatos, con notorio olvido, ni que decir tiene, de la escandalosamente baja presión fiscal.

Lo cierto es que el mecanismo más importante de transferencia de rentas desde los asalariados a los grandes capitalistas y rentistas ha operado a plena luz del día, a través del rescate y reestructuración de las cajas de ahorro y del crédito moroso y tóxico al sector inmobiliario de toda la banca (con la creación, a cargo del erario público, del “banco malo”), justificando las políticas de austeridad y la emisión de deuda pública en la que apalancar la privada. Su disparador han sido los decretos de Guindos de febrero y mayo del 2012, y su último episodio, la venta por 1 euro a Caixabank del nacionalizado y rescatado Banco de Valencia, a un coste para el erario público de 6.000 millones de euros. La lectura política del mensaje a los sectores granempresariales catalanes transmitido por semejante operación, en medio del debate soberanista catalán, es suficientemente obvia. Prueba, en cualquier caso, hasta que punto es recurrente la utilización de los grandes –y menos grandes— intereses económicos para intervenir políticamente al margen del sistema democrático. Y a la inversa, cómo se pervierten, o clientelar o nepóticamente, las instituciones políticas democráticas para satisfacer los intereses económicos extractivos de que se nutre la corrupción.

 En este contexto, las cantidades que aparecen recogidas en las 14 páginas de la libreta de Barcenas no pueden verse sino como pequeños vasos capilares de un tumor sistémico de dimensiones ignotas, pero verosímilmente enormes. Los partidos políticos de alternancia del régimen –o si se quiere, como en la Primera Restauración, los partidos “dinásticos”—, lejos de ser instrumentos de formación y canalización de la voluntad popular y de articulación del debate democrático, se han convertido en mecanismos de mediación entre distintos intereses extractivo-corporativos (sobre todo inmobiliarios y financieros) presentes en la vida económico-social del Reino todo, desde la aldea hasta la Corte, y nunca mejor dicho. Ello es que el presente enconamiento de la pugna de intereses en el seno de la elite político-económica dinástica dominante –uno de los rasgos más determinantes de la grave crisis económica presente y de su agravamiento por las políticas pro-cíclicas de austeridad— daña gravemente los puntos de soldadura que, con distintos altibajos, mantenían unido al cártel dinástico oligárquico y se fugan irrepresables, uno tras otro, distintos casos concretos de corrupción hasta ahora mal que bien contenidos por un tácito pacto de silencio colectivo. Lo hemos visto en Cataluña, cuando tras las fracasadas operaciones contra Gas Natural y la propuesta de fusión de Caja Madrid y La Caixa, iniciado el debate soberanista, se filtran a la prensa las acusaciones de corrupción contra las familias Pujol y Más, al mismo tiempo que se regala a La Caixa, a costa del sufrido contribuyente, el Banco de Valencia. Lo hemos visto en la Comunidad de Madrid: en los conflictos que han enfrentado inveteradamente a Aguirre y Gallardón, y ahora, con la privatización de la sanidad. O a escala municipal, en la interminable saga de comisiones en el sector de la construcción, que sigue goteando día a día. Para acabar en la relación entre el entramado institucional autonómico y los negocios extractivos de la Fundación Noos de Urdangarín, utilizando el nombre y los asesores de la Casa Real. 

Lo cierto es que, más allá de las incautas teorías conspirativas internas espontáneamente fabuladas por sus protagonistas y por sus portavoces (ver aquí yaquí), la quiebra del consenso del cártel político-económico dinástico cristalizado en la Transición no ha sido compensada por la imponente mayoría absoluta parlamentaria lograda por una de sus patas políticas, el PP. Una mayoría absoluta hoy seriamente dañada y erosionada en el favor de la opinión pública, pero que constituye todavía el principal, sino el único, activo político operativo de aquel cártel dinástico de la Segunda Restauración. 

 Los cuatro ejes de la crisis del régimen de la Segunda Restauración.

 Tenemos, en primer lugar, la crisis del sistema financiero, gestionada por el gobierno Zapatero y el gobierno Rajoy inequívocamente a favor de los intereses de una oligarquía financiera que será la gran beneficiaria de la desamortización de las cajas de ahorro desamortizadas, nacionalizadas y privatizadas. Hemos asistido en muy pocos años al acelerado y gagantuesco proceso de saqueo y concentración del capital financiero, cuya lista de perdedores se cuenta por centenares de miles de inversores grandes y medianos, así como de pequeños ahorradores, según ha podido verse en el caso de las participaciones preferentes.

Está, en segundo lugar, la larga y agónica recesión-cum-depresión de 5 años, que gracias a las políticas de austeridad amenaza con agravarse y prolongarse indefinidamente: un persistente estrangulamiento del crédito (mientras la banca privada devuelve al BCE, acaso prepósteramente, 44.000 millones, cuyo pretendido fin era precisamente trasladarlos en forma de empréstito a las pequeñas y medianas empresas y a los hogares); un paro del 26%; una desocupación juvenil que rebasa ya holgadamente el 60%; y para terminar en algún lado, un aumento de la pobreza hasta el 21,1%. Datos que obligan, quieras que no, a una reconfiguración radical de los tradicionales equilibrios de intereses corporativistas pugnaces del cártel dinástico. La erosión acelerada del ya más que modesto Estado social español y su progresiva substitución por redes de beneficencia, en buena medida en manos de la Iglesia Católica, sólo refuerza la estructura caciquil y corrupta. 

En tercer lugar, la crisis de la deuda soberana, en el marco de la zona euro que, aunque la intervención ad hoc del BCE ha conseguido estabilizar temporalmente con unas tasas de interés alrededor del 5% y un diferencial por encima de 320 puntos, puede volver a situar al Reino al borde del abismo en los próximos meses, y abocar al gobierno a la petición formal de intervención como consecuencia de la situación en otros países periféricos (Grecia, Italia, Portugal…) o del propio corazón de la Eurozona (Alemania, Francia, Holanda…). 

Tenemos, en cuarto lugar, la crisis del sistema de financiación autonómico, ligado a la gestión de las políticas de austeridad y de la deuda pública, que ha supuesto a la vez un agravamiento de las desigualdades territoriales en el ejercicio de los derechos sociales de ciudadanía y la erosión final de la legitimidad del pacto autonómico de la Transición como sucedáneo de una solución democrática de la cuestión nacional, sobre todo en Cataluña y en el País Vasco. 

Cuatro escenarios posibles de la evolución de la crisis del régimen dinástico

Que en la consciencia popular esta aguda crisis de régimen se exprese en la reivindicación del “derecho a decidir”, ya sea sobre la política de austeridad aplicada por el Gobierno Rajoy en la forma de un referéndum –como exigen los sindicatos obreros y la Cumbre Social—, ya sea sobre la inveterada cuestión nacional en Cataluña, constituye un índice muy visible de hasta qué punto se ha roto el mecanismo de legitimidad y representación política del régimen: con mayor o menor fortuna, con mayor o menor consecuencia, lo que se busca es la solución de los problemas a través de ejercicios directos de una soberanía popular que se percibe –con toda la razón del mundo—secuestrada por unas elites extractivas tan incompetentes como inmorales. 

Es verdad: la actual crisis del cártel dinástico dominante –que eso es lo que refleja políticamente, y por lo magnífico, el caso Barcenas— no tiene otra salida efectiva y razonable, por muchos parches que se quieran –y se puedan— aplicar, que la dimisión del gobierno Rajoy y la convocatoria de elecciones generales. Sólo que, en tal caso, lo más que probable es que la incontestable evidencia de la crisis general del régimen proporcionada por la caída de Rajoy exigiera, con las elecciones, la apertura de un proceso constituyente rupturista.

Es evidente que la táctica de judialización del caso Barcenas es dilatoria, no busca sino ganar tiempo. Puede sostenerse en la aplastante mayoría parlamentaria del PP obtenida en noviembre de 2011 y la evidente falta de una alternativa política robusta, incluida la mera alternancia del otro polo político del cártel dinástico. Las encuestasson muy reveladoras al respecto. La fuerte caída del PP en más de 14 puntos registrada hace pocas semanas, se convierte ahora, con el caso Barcenas, en un desplome que le situaría por debajo del 24%. La caída del PSOE de Rubalcaba en más de 5,4 puntos respecto del resultado obtenido en las últimas elecciones –que ya era el peor resultado del PSOE de la Segunda Restauración— se estabiliza ahora en el 23,5%. Los dos partidos “dinásticos” de alternancia quedarían hoy claramente por debajo hoy del 50%. Pero un “gobierno de unidad nacional”, o pactos de estado para apoyar parlamentariamente a la deslegitimada mayoría del PP, o un “gobierno técnico”, que en la práctica sería lo mismo aunque contase con el apoyo de la fortalecida UPyD, abrirían crisis internas incontrolables en todos los partidos implicados. El gobierno resultante sería incapaz, como evidentemente lo es ya el gobierno Rajoy, de seguir imponiendo las políticas de austeridad a medio plazo exigidos por distintos motivos por las elites políticas europeas y por las patronales españolas. Al resolverse finalmente a exigir la dimisión de Rajoy, después de 72 horas de dudas y desconcierto, Rubalcaba lo ha dicho con toda claridad: “El Sr. Rajoy es un lastre, debe abandonar la presidencia”. Hay que añadir con la misma contundencia que, para cualquier alternativa de izquierda o de centroizquierda, el lastre es él.

Las otras dos alternativas, tanto un gobierno de coalición del PSOE con CiU y PNV –la fórmula del Prieto de la Guerra Fría que han hecho suya tanto el felipísmo como el rubalcabismo en el PSOE-, como un frente amplio de las izquierdas (PSOE, IU, ICV, ANOVA, ERC…), abrirían la crisis definitiva del régimen empezando o por la cuestión territorial o por la cuestión social, para terminar en cualquier caso confluyendo y sumándose ambas. 

Vale la penda insistir: lo que actúa por el momento como motor de la crisis del régimen de la Segunda Restauración son sus múltiples contradicciones endógenas, más que su cuestionamiento por fuerzas exógenas: a pesar de la importancia de las movilizaciones sociales, la oposición social y política al cártel dinástico sigue careciendo de una alternativa política creíble. De ahí que lo más probable sea la sucesión de “soluciones” improvisadas y maniobras dilatorias de emergencia, antes y aun después de unas nuevas elecciones. Se puede recordar, sin otro ánimo que el de la ilustración por la vía del ejemplo, el precedente histórico de la crisis de la Primera Restauración: iniciada con la primera huelga general obrera en agosto de 1917 y con el fracaso de la Asamblea de Parlamentarios, se canalizó en 1923 con una “solución técnica” –la dictadura de Primo de Rivera—, hasta la crisis final de 1929-31.

Sea ello como fuere, la tendencia general observada ahora es cada vez más transparente, y no es improbable que en poco tiempo se despeje el horizonte de unas elecciones generales anticipadas (que ya apoyan el 54% de los votantes en general y el 21% del PP). La encuesta del CIS de diciembre de 2012 y la de Metroscopia de enero de 2013, antes de que estallase la actual crisis por el caso Barcenas, ya apuntaban a un negro pesimismo en relación a la crisis económica y a una desconfianza mayoritaria en cuanto a su gestión por el Gobierno Rajoy (84%). El periodista Fernando Garea lo resumía así hace poco más de dos semanas: “Rajoy es el presidente con el mayor poder real de la historia constitucional y, al mismo tiempo, el que tiene menos apoyo popular y más baja estimación de voto” (EP,13-1-2013). Ahora, el 58% de los votantes del PP no se cree las explicaciones de Rajoy, y el 54% pide cambios en la cúpula del partido. 

Por eso sería un tremendo error aceptar sin más que la derecha, tanto en España como en Cataluña, puedan temporalmente canalizar la actual crisis de régimen con unos meros pactos anticorrupción, que rápidamente derivarían en pactos de Estado para seguir aplicando las políticas de austeridad. Es el “derecho a decidir”, en este caso a través de unas elecciones anticipadas, lo que debe situarse en primer plano, más allá de la dimisión de Rajoy. 

Mientras las redes sociales convocan espontáneamente las protestas en la calle frente a las sedes del PP, a la espera de que la izquierda política y sindical organizada comience a hacerlo, la agenda gubernamental prevista se eriza de obstáculos, como la visita mañana a Alemania de Rajoy, el debate sobre el estado de la nación el 20-21 de febrero (que la Izquierda Plural ya ha propuesto convertir en un acto de reprobación) y las previstas movilizaciones de marzo de los sindicatos y la Cumbre Social. Configurar una alternativa política creíble es la tarea pendiente de las izquierdas. No hay tiempo que perder. Así pues: sin pausas, sin vanidades, sin raposerías. 

Antoni Domènech es el editor de SinPermiso. Gustavo Buster y Daniel Raventós son miembros del Comité de Redacción de SinPermiso. 

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RAJOY DIMISION Y A LA CARCEL EL LADRON


CORRUPCION Y GOLPE NEOLIBERAL:"LA VERDAD SOBRE TANGENTOPOLI INCOMODA A LOS PARTIDOS DE HOY"

La Stampa 
Sociología Crítica 
Publicado en 2013/02/06 

«Nuestra hipótesis, basada en lo poco que sabemos, es por tanto que si con Manos Limpias se condujo una maniobra contra la Primera República, hoy se está conduciendo otra contra la llamada Segunda República, porque en realidad era sólo República Una y Medio. La Segunda República de verdad ha emitido su primer vahído con el golpe blanco de Monti-Napolitano, que ahora hay que perfeccionar porque de los partidos de la mayoría – sobrantes de la República Una y Medio- ninguno es de confianza. No porque no sean fieles sirvientes, sino porque son sirvientes poco hábiles, dejan caer el servicio de porcelana, a veces roban la plata y los ceniceros, entienden mal las órdenes, pelean entre ellos haciendo demasiado ruido y molestando al jefe de la casa, y de vez en cuando alguno incluso piensa que puede actuar por cuenta propia. ¿Sobre quién está pensando entonces apostar la manita del otro lado del océano, ayudada por intereses locales ligados a ella? La crisis se está agudizando.Hay que cambiar la estrategia. Y nosotros estamos como siempre por detrás, nunca conseguimos anticipar los movimientos. Mal. Si por lo menos entendiésemos.» 

La verdad sobre Tangentopoli incomoda a los partidos de hoy

13/09/2012 

En La Stampa, estos días, ha aparecido una especie de extrañísima entrevista por capítulos sobre el período de Manos Limpias: una entrevista con el ex ministro socialista Rino Formica (31 agosto) titulada “USA, qué error volcarse sobre Berlusconi, Fini y D’Alema”, una entrevista al ex ministro socialista Gianni de Michelis (1 septiembre) titulada “La Segunda República hija de diplomáticos y del FBI”, una entrevista al ex ministro democristiano Cirino Pomicino (2 septiembre) titulada “Siempre he pensado que Tangentopoli habia sido conducida por la CIA”. Todos políticos de primer orden de la Primera República implicados en la famosa investigación judicial comenzada en 1992. Entrevistas concedidas a los periodistas de La Stampa que en cierta medida son continuación de aquella clamorosa que el ex embajador de Italia Reginal Bartholomew dejó antes de morir a la misma cabecera, titulada “Así intervine para romper el vínculo entre USA y Manos Limpias”

Es decir, La Stampa, curiosamente, hace de alguna manera lo que la izquierda nunca ha hecho, o porque no se atrevía, o porque no entendía, lo mismo que la derecha. Una especie de desenmascaramiento del mito Manos Limpias, un mito fundacional para la denominada Segunda República y para la izquierda. 

Decimos “de alguna manera” porque La Stampa sabe perfectamente que Formica, Pomicino y De Michelis, y todavía más Bartholomew, sólo dicen una parte de lo que saben y de lo que piensan. De hecho, el cuadro que resulta es el de una conjura de los Borgia jugada entera en el interior de una corte compuesta de viejos sirvientes y de nuevos criados de los USA que pretenden con insistencia tomar el puesto de los viejos sirvientes. Los viejos sirvientes de la Primera República se sienten traicionados y se quitan alguna china del zapato, veinte años después, diciendo cosas que en definitiva ya se sabían (si se busca por ejemplo en Google “panfilo britannia draghi”[1] se obtienen 25.000 resultados) 

Afirman que al principio la magistratura fue utilizada por los USA como ariete contra la Primera República, pero después intentaron calmarla. ¿Por qué? Leyendo las entrevistas parece que en los Estados Unidos se hubieran asustado del desapego que la acción de Manos Limpias habría producido a nivel político y social. ¿Y cómo quitarles la razón? En un principio se dirigen a D’Alema y el ex PCI (como sabemos, gracias al trabajo diplomático con los centros de poder estadounidenses comenzado por Napolitano a finales de los sesenta), pero después probablemente (el ex embajador no lo cuenta así, pero es más verosímil que sus genéricas referencias a la legalidad) se dan cuenta de que el electorado que ha dado la mayoría al PSI y DC no se dejará seducir. Entonces se dirigen también al as de reserva, Berlusconi-Fini. E hicieron bien, porque aquel electorado, un poco revuelto, daría la mayoría a Berlusconi, dejándonos de piedra a los estupefactos de izquierda manipulados por la retórica moralista y justicialista. ¡Cuarenta y cinco años de soberanía limitada no nos habían enseñado absolutamente nada! ++ El imperio, como es obvio, no apuesta a un solo caballo. Entonces no sería un imperio, sino un aventurero musculoso que busca dar el golpe. Después en 2003 la relación con Berlusconi parece deteriorarse a causa de la política internacional (acuerdos con Putin y Gadafi). Pero este deterioro tampoco es absoluto. Seguramente los grupos de interés que más pesan tanto en los Republicanos como en los Demócratas no lo creen así. Y, para confundir todavía más las cosas, tampoco dentro de las dos tendencias estadounidenses la visión será unánime. Se nevega a ojo hasta una salida que es la suma de muchas fuerzas que van en diferentes direcciones. Una salida que no es estable. Parece el producto de una estrategia, pero en realidad es el punto de atraque momentáneo de muchas estrategias intermedias, a veces en conflicto, a veces aliadas. 

Obviamente hay grandes directrices, pero son directrices generales, de máximos, y cada uno intenta llevar agua a su molino aprovechando el estado de caos, que aumenta en momentos de crisis sistémica, producto de las implementaciones de todos. Tampoco aquí en Italia Berlusconi habría hecho ningún movimiento hacia Putin y Gadafi si no hubiese tenido el acuerdo de los ambientes estadounidenses que cuentan. Pero los ambientes cuentan en un momento y pueden contar menos en otro. La crisis se hace más profunda, las estrategias intermedias deben cambiar, lo que el día antes iba bien puede ya no ir bien el día después. 

A estas alturas estas cosas ya son conocidas y forman parte del bagaje del moderno pensamiento político crítico, que obviamente no roza quien se obstina en venerar los mitos y considerar dementes y provocadores a quien se ha sustraído o intenta sustraerse a la manipulación mediática políticamente correcta (que va de la pretendida lucha por la legalidad a la pretendida guerra mundial para exportar la democracia) Lo que todavía es difícil entender es por qué La Stampa está haciendo ahora esta campaña. Dejemos a un lado el amor a la verdad. Eso puede estar subjetivamente en el corazón del periodista individual, pero no en el sistema de poder al que está vinculada la cabecera en cuestión, directamente o a través de una red de relaciones. Al contrario, debemos preguntarnos: ¿qué tipo de manipulación mediática tiene en mente?, ¿cuáles son sus objetivos? No es fácil responder.

Parece casi una estrategia de difamación de todos los partidos políticos representados hoy en el parlamento y de sus líderes: quien es acusado de haber sido un tonto útil de la CIA y el FBI (los DS), quien es acusado de haber sido la rueda de recambio de aquel golpe blando (PDL), y en definitiva quien es acusado de haber sido instrumento directo de la “manita del otro lado del océano” (IDV) La Lega (quién es la culpa de su mal…) ya ha sido sacada de la causa otra vez a tiempo, otra vez por la magistratura. Que se difame a estos partidos hoy porque traicionaron a la nación para servir a USA no es un problema. Total mañana la próxima traición se consumará agitando la soberanía europea y el rescate del euro, y nuevas narraciones sustituirán a las viejas.

Nuestra hipótesis, basada en lo poco que sabemos, es por tanto que si con Manos Limpias se condujo una maniobra contra la Primera República, hoy se está conduciendo otra contra la llamada Segunda República, porque en realidad era sólo República Una y Medio. La Segunda República de verdad ha emitido su primer vahído con el golpe blanco de Monti-Napolitano, que ahora hay que perfeccionar porque de los partidos de la mayoría – sobrantes de la República Una y Medio- ninguno es de confianza. No porque no sean fieles sirvientes, sino porque son sirvientes poco hábiles, dejan caer el servicio de porcelana, a veces roban la plata y los ceniceros, entienden mal las órdenes, pelean entre ellos haciendo demasiado ruido y molestando al jefe de la casa, y de vez en cuando alguno incluso piensa que puede actuar por cuenta propia. ¿Sobre quién está pensando entonces apostar la manita del otro lado del océano, ayudada por intereses locales ligados a ella? La crisis se está agudizando.Hay que cambiar la estrategia. Y nosotros estamos como siempre por detrás, nunca conseguimos anticipar los movimientos. Mal. Si por lo menos entendiésemos. 

http://www.libreidee.org/2012/09/la-verita-su-tangentopoli-imbarazza-i-partiti-di-oggi/

[1] Referencia a una reunión mantenida en el barco de la Reina de Inglaterra en 1992,atracado en Civitavecchia, en la que estuvo Draghi y donde se dice fueron negociadas las condiciones de privatización de empresas públicas italianas con políticos, inversores e industriales. 

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RAJOY DIMISION. PRESIDENTE CONSTITUYENTE PROFESOR VIÇEN NAVARRO



FRENTE A BARCENAS Y RAJOY: LA MOCION DE CENSURA Y EL 28 F




P36ANDALUCIA
feb 3, 2013 

El PP se personó como acusación particular en el caso Gürtel para boicotear desde dentro la investigación judicial. Cuando Garzón se acercaba peligrosamente a destapar la verdad se organizó un caza al juez y consiguieron desterrarlo de la carrera judicial y por supuesto del caso Gürtel. Decenas de dirigentes del Partido están imputados en este proceso a la corrupción, sobre todo en Valencia y en Madrid. Esta semana hemos sabido que Bárcenas había tenido una cuenta con 22 millones en Suiza, que había blanqueado cerca de 10 millones, aprovechando la amnistía fiscal que el PP se había sacado de la manga con la excusa de recaudar más dinero, y que en la contabilidad B del PP, publicada reproduciendo los apuntes de puño y letra de sus autores, consta que gran parte de los dirigentes del PP habían recibido sobresueldos en negro durante muchos años, incluido el presidente de Gobierno. Pues bien, ante tanta evidencia de corrupción, Rajoy, en unas declaraciones sin que pudiese haber preguntas, ha afirmado simplemente “que todo es falso”. Al fango de la corrupción se une la indignidad de la mentira y la desvergüenza de considerarnos idotas. La sombra de un Watergate se cierne sobre un Estado agónico en medio de una crisis con 6 millones de personas en paro, un endeudamiento privado y público imposible de pagar, el desmantelamiento del los servicios públicos, el hundimiento del sistema autonómico y el desprestigio de la institucionalidad de la transición con la monarquía a la cabeza. Es sólo cuestión de tiempo que las pruebas se vuelvan irrefutables y que Rajoy se quede sin salida en su propio enrocamiento.

El PSOE de Rubalcaba no es ya la alternativa sino el sustento del PP. Su falta de credibilidad es tan grande que es lo único que impide el derrumbe del Gobierno de Rajoy. El PP sufre una caída de 6 puntos, en un mes, de intención de voto (del 29,6% al 23,5%) pero el PSOE no sube sino que se estanca (del 23,3% al 23,6%). Los votos están zombi, no saben a donde ir. Ahora posible que los encuestados prefieran la abstención pero si hubiese elecciones la tensión social sería enorme porque la ciudadanía quiere participar, sobre todo en momentos tan decisivos como los que estamos viviendo, pero no puede porque no hay alternativas. Este es el mayor peligro para la democracia. El próximo debate del estado de la nación, anunciado para el 20 de febrero, puede ser un funeral para bipartidismo al que la ciudadanía ni siquiera asistirá.

La izquierda tiene una enorme responsabilidad porque debe que ofrecer un camino para el cambio ahora que el bipartidismo está muriendo ya que por vez primera la suma del PP y del PSOE no alcanza el 50% de la intención de voto. Izquierda Plural y los partidos agrupados en torno a Espacio Plural deben proponer al PSOE organizar de forma conjunta una moción de censura a Rojoy con un candidato de consenso que represente la lucha contra la corrupción, antes de que este Watergate a la español estalle y lo que quede del PP se ponga de acuerdo con el PSOE para presentar un candidato a Presidente de Gobierno hecho a la medida de lo que quieren los mercados.

 Pero la gravedad del hundimiento del bipartidismo no puede tapar la realidad en que vivimos: 6 millones de parados en el Estado y Andalucía con un 35% de paro (diez puntos por encima de la media). Nuestra situación no puede camuflarse. Andalucía tiene que conseguir, de nuevo, existir como sujeto político de peso en el Estado. Y la oportunidad la tenemos el próximo 28F. El gobierno de coalición tiene que impulsar Andalucía con actuaciones y propuestas claras, a la altura de la gravedad de la situación. Es inadmisible por ejemplo que aún no haya despejado la duda de si va a autorizar o no el gaseoducto, las extracciones de gas y la construcción de depósitos subterráneos en Doñana, nuestro patrimonio natural más valioso y símbolo de nuestra identidad y de nuestros orígenes como Pueblo.

La defensa de la democracia está ligada a la construcción de una alternativa que proponga una nueva institucionalidad democrática, un nuevo modelo económico, la garantía de los servicios públicos y de los derechos sociales y laborales y un nuevo modelo territorial de acuerdo con el carácter plurinacional del Estado. Andalucía tiene la necesidad y la fuerza suficiente para impulsarla. 

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PARA LA INDEPENDENCIA POLITICA DEL ESTADO ESPAÑOL. RAZONES PARA LA DIMISION DEL GOBIERNO; LA DISOLUCION DE LAS CORTES Y LA ELABORACION DE UNA NUEVA CONSTITUCION DEMOCRATICA AL SERVICIO DE LA MAYORIA DE LA SOCIEDAD


Lista completa de todos los tijeretazos y recortes sociales realizados en el estado español 
  (12/12) 


por Los recortados 
kaosenlared.net 
Viernes, 25 de Enero de 2013 11:34 


 MEDIO AMBIENTE
diciembre 4, 2012 

Medidas Abusos del Gobierno: 

• Recorte del 31,2% para Medio Ambiente en los Presupuestos Generales de 2012 

• Recorte del 17,3% en el gasto en los programas de gestión e infraestructuras de agua 

• Recorte del 26,6% de inversión en Confederaciones Hidrográficas 

• Recorte del 29,3% en el gasto de los programas de calidad del agua 

• Recorte del 28,9% en el presupuesto de la Agencia Estatal de Meteorología 

• Recorte del 29,1% en el presupuesto del Organismo Autónomo de Parques Nacionales 

• El programa de Desarrollo Rural Sostenible pasa de 200 millones de € en 2011 a 28,33 en 2012, un descenso del 85,9% 

• El programa de Protección y Mejora del Medio Ambiente se reduce en un 37,7% 

• La Prevención de la Contaminación y Cambio Climático sufre un recorte del 48%, desde 101 millones a 53 millones. 

• Recorte del 13,2% respecto a 2012 en los Presupuestos Generales de 2013. Algunas partidas afectadas: inversión en obras hidráulicas (-20%); protección de la biodiversidad (baja de 25,5 a 15,5 millones); calidad del agua (baja de 122 a 95 millones); toda la información aquí. 

Posibles alternativas: 

• Reforma de la Ley de Costas para blindar la protección del litoral. 

• Subida de impuestos a las grandes empresas con gran huella ecológica. 

• Implantación del SDDR (Sistema de depósito, devolución y retorno) para ciertos envases. 

• Programa de rehabilitación de 25 millones de viviendas para mejorar el aislamiento y el aprovechamiento energético: podría crear 1,37 millones de empleos según la OIT.

• Ley de Bosques: aumento de la protección de los bosques con la contratación de más guardas forestales y patrullas de mantenimiento de cortafuegos. 

• Potenciación de las renovables para que constituyan un auténtico motor de crecimiento y desarrollo sostenible. 

• Plan Renove de coches gasolina/gasoil a coches híbridos/eléctricos para disminuir nuestra dependencia de combustibles fósiles.

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LA IZQUIERDA A DEBATE


Sembrando utopía ¿Fin del capitalismo? Nuevas formas de explotación, nuevas ideas para la lucha 

(4/6)
 
Varios Autores
Rebelión 
02-02-2013 

A modo de conclusión

Dicho todo lo anterior (trece exposiciones con lujo de detalles) resultaría ocioso repetir que el sistema capitalista no ofrece solución a los grandes problemas históricos de la humanidad. Esto ya es más que sabido. La cuestión básica estriba en cómo nos planteamos su transformación.

Ya ha habido varios intentos para llevar adelante esa monumental empresa en el transcurso del siglo XX. No se puede decir que los mismos fracasaron estrepitosamente; no, de ningún modo. Con dificultades, con muchos más problemas de los que hubiera sido deseable, se consiguieron resultados encomiables. Si se miden con el rasero capitalista basado en la acumulación del fetiche mercancía y la teoría del valor, por supuesto que esas sociedades no se “desarrollaron”; pero está claro que los socialismos realmente existentes se encaminaron a otra cosa y no a repetir el modelo del capitalismo. Si de medirlas se trata, definitivamente hay que apelar a otras categorías. Lo que se buscó en esas experiencias tiene que ver básicamente con la dignificación del ser humano, con desarrollar sus potencialidades, con la promoción de valores más ricos que la acumulación de objetos apuntando, por el contrario, hacia la solidaridad, al espíritu colectivo, al darle vuelo a la creatividad y la inventiva. 

Quizá esas primeras experiencias, de las que sin dudas podemos y debemos formular una sana crítica constructiva, son un primer paso: con las dificultades del caso quedó demostrado que sí se puede ir más allá de una sociedad basada en la exclusiva búsqueda de lucro personal/empresarial. Los logros en ese sentido están a la vista: en esas sociedades, más allá de la artera publicidad capitalista, no se pasa hambre, la población se educa, no existe la violencia demencial de los modelos de libre mercado, existe una nueva idea de la dignidad. Si hoy muchas de esas experiencias se revirtieron o se pervirtieron, eso debe llamar a una serena reflexión sobre qué significa hacer una revolución. Pero no hay nada más demostrativo de los logros obtenidos como el hecho que, por inmensa mayoría, en los países donde existieron modelos socialistas, al día de hoy, con la llegada del capitalismo salvaje y luego de pasado el furor de la novedad de las “cuentas de colores” de los fascinantes shopping centers, las poblaciones añoran los tiempos idos. Ahora, al igual que en cualquier país capitalista, allí comer, educarse, tener salud y seguridad social es un lujo; el socialismo, aún con sus errores, enseñó que la dignidad no tiene precio. 

 La titánica tarea de revolucionar el sistema conocido implica un cambio fenomenal: es la construcción de un parteaguas en la historia, es el inicio de una sociedad que, alcanzado un nivel de productividad mucho más alto que otros estados históricos de desarrollo anteriores, puede empezar a pensar realmente en el bien común, en el colectivo, en la especie humana como un todo. Eso es el socialismo. Obviamente, un proyecto fenomenal. Haciendo nuestras las palabras de Marx que poníamos en el epígrafe del libro: “No se trata de reformar la propiedad privada, sino de abolirla; no se trata de paliar los antagonismos de clase, sino de abolir las clases; no se trata de mejorar la sociedad existente, sino de establecer una nueva.” 

Establecer una nueva sociedad: ahí está la clave. No es reformar, maquillar, disimular algo viejo dando la sensación de un superficial cambio cosmético. Estamos hablando de una transformación profunda, enorme. Por supuesto, eso es algo monumentalmente difícil. Es refundar la humanidad. Y eso, la experiencia lo mostró, no es algo que se logra por decreto, en poco tiempo, sólo con buena voluntad a partir de ideas renovadoras, con una vanguardia que intenta dinamizar un proceso y empuja. Cambiar el curso de la historia implica transformar de raíz el sujeto que somos. Para el caso: transformar a millones y millones de seres humanos. Eso no es imposible, pero sí sumamente complejo. Unas pocas generaciones, tal como efectivamente sucedió en esas primeras experiencias, sólo pueden servir para comenzar a dimensionar la magnitud de la empresa con la que nos enfrentamos. ¡Es un reto fenomenal! 

Ahora bien: estas reflexiones nos llevan hacia consideraciones que van más allá de la intención original de esta obra; nos obligan a repensar el sentido último de lo que significa la revolución socialista. ¿Por qué no funcionaron como se esperaba las primeras revoluciones socialistas del silgo XX? ¿Por qué, después de varias décadas, cayeron, o se revirtieron? ¿Acaso no es posible entonces tomarse en serio lo de transformar la historia, crear un “hombre nuevo”, dejar atrás la prehistoria apegada a las luchas en torno a la propiedad privada? Reflexiones, por cierto, que son imprescindibles para acometer la construcción del cambio en ciernes. La idea de base es que sí es posible; si no, ni siquiera nos lo estaríamos planteando. La pasión que nos alienta es que la utopía es posible. De lo que se trata ahora es cómo darle forma, cómo sembrarla para que germine. 

  Pero lo que pretendemos con esta colección de ensayos que aquí presentamos no apunta a reflexionar sobre esto precisamente: busca, en todo caso, plantear cómo está el capitalismo actual, y qué podemos hacer para lograr su transformación. Es decir: cómo colapsar el actual sistema, cómo impactar, cómo vencerle.

Dicho así, pareciera que aquí se dan recetas, guías de acción, un “manual” para hacer la revolución. ¡Ojalá se pudiera disponer de eso! Sin embargo, ello es absolutamente imposible; es más: está reñido con la ética socialista misma, con la idea de una verdadera transformación. Más allá de poder pensar dificultades comunes e intentar sacar conclusiones de los errores cometidos y de las luchas libradas, si algo define la experiencia humana es su complejidad, su alto grado de imprevisibilidad (pese a que exista una ciencia social -de derecha- que intenta anticiparse y controlarla), su dosis de irracionalidad incluso. Vista en sentido histórico, más allá de saber que las guerras son disputas a muerte por el poder: ¿es racional la guerra en términos de especie humana, o justamente atenta contra ella? Todos sabemos que fumar puede producir cáncer, pero seguimos fumando. ¿Cómo entender la racionalidad entonces? Se abre ahí una imperiosa necesidad de reformularnos cuestiones básicas, desde el materialismo histórico y desde las ciencias sociales que fueron apareciendo en el transcurso del siglo XX, luego que Marx formulara las líneas fundamentales de este andamiaje conceptual. 

Por ejemplo, la cuestión del poder como eje que dinamiza buena parte de las relaciones interhumanas (las conocidas al menos, las que se basan y presuponen la propiedad privada), es un tema que desde la izquierda tradicionalmente no se ha considerado en toda su complejidad, lo cual no deja de ser una agenda pendiente de gran importancia. ¿Por qué vemos que se repiten muchas veces similares errores en la construcción de alternativas anticapitalistas? ¿Estamos en la izquierda inmunizados ante los juegos del poder, o ello debería replantearse con mayor altura crítica? ¿Por qué un camarada dirigente de ayer puede transformarse tan fácilmente en un magnate?

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