jueves, 5 de agosto de 2021

"En esta etapa de mayor calma informativa, hay muchas mujeres que no duermen en calma". [Es que el problema de las mujeres trabajadoras (la señora Botín, Ángela Merkel, Esperanza Aguirre y otras, también muchas del PSOE y otros partidos, pueden ser mujeres, que lo son, pero no trabajadoras) o el feminismo no es cuestión de la semantización o de la fonía del término o de los artículos las, les, lis, los, lus que se desee poner, sino de la expresión práctica de los valores sociales y de los comportamientos sociales que impone el modo de producción capitalista (aunque para no herir la sensibilidad del lector sensible n vez de eso le podemos llamar leches en vinagre que queda más mono y es mucho mas melifluo). Por consiguiente la raíz del problema de eso que llaman feminismo está en la dinámica de funcionamiento del sistema económico, político e ideológico, o sea, del modo de producción capitalista, y de la lucha contra este (sin el las, les, lis, los, lus)para sustituirlo por el socialismo es el camino de la solución del problema de las mujeres trabajadoras, las que tienen los mismo problemas que el hombre trabajador, más un suplemento de problema por el hecho de ser mujer trabajadora, que Corinna, la amiga, no amiga o por peteneras del ex Rey Juan Carlos I, también es mujer, pero no trabajadora]

 

"En esta etapa de mayor calma informativa, hay muchas mujeres que no duermen en calma"

De lo que no se habla en verano


Por Ana Bernal-Triviño

Rebelion 

05/08/2021 

Fuentes: https://www.publico.es/

Agosto. Verano. Vacaciones.

Lo que para muchas personas supone un tiempo de desconexión y de evasión, en el caso de otras, por sus trabajos o situaciones privadas, representa un sobreesfuerzo o bien una situación diferente. Bien por los trabajos precarios o bien por otras condiciones. Verano es la etapa donde muchas mujeres comparten que de las tareas de la casa no se descansa nunca, sino que se multiplican incluso para ir a la playa o al pueblo y prepararlo todo. 

Pero, en lo que se refiere a las mujeres, hay algunas para las que el verano es muy distinto a lo que podemos pensar. El machismo no les permite tener un verano «normal». Para ellas, el verano es una estación de angustia, de incertidumbre o incluso de miedo.

Verano es la estación donde suele aumentar la violencia de género e incluso los asesinatos. No es casualidad, sino el resultado de pasar más tiempo con el agresor, que disfruta del control total de la familia, una de sus grandes obsesiones. Ayer mismo supimos que cuatro mujeres fueron asesinadas. No ha habido gran conmoción social ni ante su asesinato ni tampoco a las que la predecedieron.

Mientras muchos barrios y zonas se quedan vacías con la marcha de quienes pueden tener vacaciones, hay mujeres en casas de acogida con sus menores pasando el verano. Mientras su agresor estará libre, ellas estarán controladas en sus horarios, en sus salidas y entradas, para velar por su protección. También los hijos e hijas que viven con ellas. 

Para algunas es incluso una fortuna que los niños permanezcan con ellas en verano. Para otras, al igual que los fines de semana, agosto es un mes de terror, donde muchas tienen que entregar a sus hijos e hijas a sus padres maltratadores, sin saber qué serán de ellos. Algunas siguen a la espera de juicio o con recursos, otras porque los jueces siguen considerando que los derechos del padre prevalecen sobre los menores. Los mismos menores que acuden a esas vacaciones obligados o asustados porque ya son conscientes de la realidad. Los mismos que trasladan a las psicólogas de los centros de recuperación la idea de no querer pasar días con sus padres… sin éxito. 

erano es también el mes donde aumenta más el turismo, nacional o internacional. El mes donde el ocio nocturno aumenta y donde hay hombres que han sido educados con la idea de que ser putero es una forma más de diversión.

Es la etapa donde los prostíbulos refuerzan la entrada de víctimas de trata. La etapa donde ellas, recluidas en pisos privados o en prostíbulos, se encuentran encerradas y controladas, donde se someten a ser explotadas solo pensando en reducir su deuda y  que no les ocurra nada a sus hijos y a su familia.

Y muchas veces, es el verano la fecha que recuerdan las víctimas de violaciones que llegan a los centros de atención a víctimas, las que dicen no recordar nada porque las emborracharon o drogaron, las que cuentan que escuchaban cómo ellos se reían y presumían mientras la violaban uno tras otro, las que lloran cuando no saben por qué se bloquearon y otras les dicen que fue un instinto de supervivencia, para que no se culpen.

Con suerte, algunas de esas violaciones se sabrán porque habrá denuncia. Si son agresiones sexuales grupales quizás algunas se conozcan en los medios de comunicación. Si no son grupales, apenas tendrán repercusión en la prensa porque lo que ahora vende son las grupales, que generan más audiencia. Mientras, las víctimas pasarán el resto del año en terapia para intentar recuperar aquella vida que cambió en un mes de agosto solo porque algunos pensaron que su cuerpo era objeto de diversión.

En esta etapa de mayor calma informativa, hay muchas mujeres que no duermen en calma. Muchas esperan que llegue septiembre. Para recuperar algo de normalidad o para pasar página, como una forma de alivio. 

Y cada año no dejo de pensar que ojalá el machismo se fuese un tiempo de vacaciones para que muchas mujeres fueran completamente libres, aunque fuera solo por un mes.


Fuente: https://m.publico.es/columnas/110681370000/otras-miradas-de-lo-que-no-se-habla-en-verano/amp?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_campaign=web&__twitter_impression=true

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General Engels (hay que señalar que Engels era empresario inglés y además no tenía estudios de "listeza" universitaria)

 

Friedrich Engels moría en Londres el 5 de julio de 1895. Aunque solía decir que él era un segundo violín ante el maestro, situado siempre y voluntariamente a la sombra de Marx, en realidad fue el experto en los asuntos militares y estratégicos.

General Engels


Maciek Wisniewski

El Viejo Topo

5 agosto, 2021 


1. A podado El General por Eleanor, la hija menor de Marx, a la luz de su periodismo militar, algo que se le pegó de inmediato ya que parecía reflejar igual una verdad más profunda sobre él: su disciplina, el don de pensar estratégicamente, la manera en quedirigía el movimiento comunista, etcétera (Tristram Hunt, Marx’s General. The revolutionary life of Friedrich Engels, 2009, p. 8), Friedrich Engels fue en efecto uno de los principales analistas militares de su época. No es que a Marx no le interesaban las guerras −al final insistía que la violencia era la partera de la historia−, pero en asuntos militares y estratégicos, el experto era El General. Engels desarrolló su propio enfoque materialista en cuanto al poder militar, aunque en una curiosa negación a esto y a su propia aversión a los grandes hombres, se mostraba poseído −muy en el espíritu rancieriano (véase: Jacques Rancière, The names of history, 1994)− por nombres y figuras de verdaderos grandes generales de la historia: Garibaldi, Napier, Napoleón, Wellington… (Hunt, p. 216).

2. En sus textos, a menudo ignorados por futuras generaciones de socialistas-pacifistas −con notables excepciones de Lenin, Trotsky o Mao− no sólo analizaba los conflictos actuales (el levantamiento en Hungría, la guerra de Crimea, la guerra franco-prusiana, la guerra civil en Estados Unidos, etcétera), sino pretendía ver qué lecciones de las guerras interestatales se podían sacar para las guerras de clases. Ofrecer un surplus teórico para el futuro de la revolución, esperando que en algún −inevitable− conflicto mundial los proletarios vueltos soldados voltearían sus armas en contra de sus enemigos de clase y del capitalismo mismo.

A pesar de grandes cambios tecnológicos y estratégicos, sus teorizaciones guardan su relevancia (bit.ly/3cuBxjf), sobre todo en cuanto a las maneras de cómo el desarrollo de las fuerzas armadas y de la tecnología militar siguen el simultáneo desarrollo del capitalismo y la evolución del Estado o de cómo el avance tecnológico y la introducción del nuevo tipo de armamento (véase: F. Engels, The history of the rifle, 1860) moldean el moderno campo de la batalla.

3. Su contribución radicaba, principalmente, en poner la guerra en contexto del desarrollo capitalista. Para él, el principal ganador del progreso militar −muy por encima de la economía y de la sociedad−, era el Estado. Sólo éste, dada su posición monopolística, tenía recursos necesarios para adquirir los nuevos, centralizados medios de la destrucción a gran escala y construir y mantener la fuerza de trabajo −el ejército− necesaria para operarlos.

Para Engels, el avance tecnológico-militar resultaba incluso en la formación de un modo social de exterminación, distinto al modo social de producción que con su propia dinámica completaba al capitalismo (sic). Igualmente, por encima del sector privado, enfatizaba el rol del Estado en el desarrollo de las tecnologías militares y de las fuerzas armadas, algo que cobró particular relevancia en el siglo XX y sigue coexistiendo con un trend de ir privatizando las guerras y relegando la labor de la muerte a las compañías privadas, ante la reorganización neoliberal del Estado.

4. Nunca dejó que sus camaradas se olvidaran de sus tiempos en las barricadas. Teniendo experiencia militar (la artillería de la Guardia Real Prusiana, duodécima compañía), tras el golpe de Estado en Prusia (1849) se enlistó en el cuerpo de voluntarios de August Willich para luchar en contra del absolutismo prusiano: “izó la bandera roja sobre su Barmen natal y resistía hasta donde se podía a la infantería regular, huyendo bajo fuego por el Schwarzwald…” (Hunt, p. 149), primero a Suiza, luego a Inglaterra. Esta experiencia resultó crucial en su papel del principal estratega del socialismo internacional, alimentando su desconfianza en prematuros levantamientos y oposición, junto a Marx, a posteriores llamados de Willich a la inmediata acción militar, viéndolos como una amenaza a la causa comunista.

Para él, tanto la derrota del ejército campesino de Münzer (1525), aplastado por aliados de Lutero, como los fracasos de las primaveras 1848-9, tenían que ver por igual con disparidades entre la base económica y la superestructura política y malas decisiones militares (frente a lo que, junto con Marx, desarrolló su teoría de la revolución permanente, relaborada luego por Trotsky).

5. Lejos de ser el segundo violín a Marx, Engels −cuyo retorno celebramos el año pasado (véase: Memoria,Nº 276, bit.ly/3jkX8fp)− ha sido incluso, como argumenta de manera convincente Wolfgang Streeck, fundador de una independiente rama de la teoría social materialista que contribuyó al necesario entendimiento de la política y el Estado. Así complementó la concepción materialista de la historia desarrollada por Marx −y él mismo− como una crítica de la economía política, con algo-como-una-teoría del Estado y la política. En ningún campo se manifiesta mejor esta contribución que en el terreno de lo militar. Marx incluso, reconociendo su pericia, le encargó escribir un capítulo aparte sobre la historia militar para el primer tomo de El Capital, idea que no prosperó, tal vez porque “todos los datos empíricos ofrecidos por él resistían su ‘subsunción’ en el sistema del fetichismo de la mercancía marxista allí expuesta” (bit.ly/3hO6W0z).

Artículo publicado originalmente en La Jornada.

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