viernes, 11 de octubre de 2024

Naciones Unidas denuncia ataques deliberados de las tropas israelíes contra sus bases y destacamentos

 

Naciones Unidas denuncia ataques deliberados de las tropas israelíes contra sus bases y destacamentos


TERCERAINFORMACION / 10.10.2024

  • Dos cascos azules de Naciones Unidas han resultado heridos tras un disparo de un tanque israelí a una torre de observación del cuartel general de la misión de la ONU en Líbano, en Naqoura.


Tropas de la FPNUL durante una visita del subsecretario de Naciones Unidas Jean-Pierre Lacroix. / UN

 

Naciones Unidas ha denunciado reiterados ataques de las fuerzas israelíes contra las instalaciones de la misión militar de los cascos azules en Líbano, causando dos heridos.

«Esta mañana, dos miembros de las fuerzas de mantenimiento de la paz resultaron heridos después de que un tanque Merkava del ejército de Israel disparara hacia una torre de observación del cuartel general de UNIFIL en Naquora, impactando directamente contra ella», advierten las Naciones Unidas a través de un comunicado difundido en redes sociales.

«Los soldados israelíes también dispararon contra la posición de la ONU (UNP) 1-31 en Labbouneh, alcanzando la entrada del búnker donde se refugiaban las fuerzas de paz», añaden, apuntando que «se observó un dron del ejército israelí volando dentro de la posición de la ONU hasta la entrada del búnker».

Asimismo, desde Naciones Unidad apuntan que las fuerzas israelíes dispararon «deliberadamente contra las cámaras de vigilancia del perímetro de la posición y las inutilizaron».

Los ataques se producen tras la declaración del Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, como persona ‘non grata’ por parte del Gobierno de Netanyahu, y en plena escalada de ataques contra el territorio libanés. Además, la pasada semana la aviación israelí atacó intereses franceses en el país, bombardeando la refinería de Total Energies en Beirut.

Cerca de 10.000 tropas

La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) cuenta en la actualidad con un despliegue de 9.532 tropas, acompañadas por cerca de 800 civiles y 207 funcionarios, aunque según su mandato puede llegar al despliegue de 13.000 tropas.

España cuenta con un contingente de 680 soldados, el segundo más amplio de Europa tras Italia, con 868 uniformados desplegados en Líbano.

Los dos soldados heridos proceden de Indonesia, el país con el mayor volumen de tropas desplegadas, con 1.234 efectivos.

 *++

La Unión Europea financia la destrucción de la España vaciada

 

La Unión Europea financia la destrucción de la España vaciada

 

Por Michael Eaude

Rebelion / España

09/10/2024 

 


Fuentes: Ctxt


Las subvenciones al campo suenan bien pero muchas son una broma pesada. La realidad es que mientras los tractores y cosechadoras destrozan el suelo, los enormes rebaños arrasan tierra, muros y arbustos.

Se hace mucho ruido sobre la España vacía o bien, de manera más militante, la España ‘vaciada’. Se habla para referirse a ella de la Laponia del sur, ya que una gran parte del Estado, centrada en las provincias de Teruel, Guadalajara y Soria, tiene una densidad de población de ocho personas por kilómetro cuadrado, teóricamente menor que Laponia. Esta zona, llamada también la Serranía Celtibérica, es el mayor desierto demográfico de la Unión Europea. La aldea en esta zona donde paso el verano tuvo 300 habitantes en los años cincuenta. Ahora tiene cuatro residentes permanentes –y dos de estos tienen 89 años–, aunque unas ochenta personas comparten la cena anual en agosto. Pronto será solo una aldea para las vacaciones de verano.

Las razones de la caída de población en las zonas rurales son bastante claras y conocidas. La pobreza extrema, exacerbada bajo la dictadura de Franco, obligó a mucha gente a dejar la tierra y buscar trabajo en las nuevas fábricas de las ciudades. Mi suegro no quería marcharse de la aldea en las montañas de València. Le gustaba la tierra, “pero en Barcelona había más futuro para nuestros hijos,” suspiró. En la España de 1940, el 50,52% de la población trabajaba en la agricultura; en 1975, el 20%; y en 2013, el 4,19% (cifras del Instituto Nacional de Estadística).

La aldea ha pasado por tres etapas en el último siglo. Primero, hubo décadas de máxima población en una economía de subsistencia. Era un pueblo de minifundistas y de pastores. La gente cultivaba cada metro posible de una tierra montañosa y pedregosa. En las laderas de los barrancos y de las montañas se limpió de piedras cada parcela. Hoy, mirando para arriba o bien hacia abajo por el barranco, parece mentira que la gente pudiera crear y trabajar los pequeños campos en terraza, allanando cada parcela en una cuesta empinada. Los muros de piedra seca se construyeron con gran habilidad y labor colectiva. Cada aliaga se recogía para leña. Los caminos y los lindes se limpiaban. En el pueblo había dos o tres familias de “ricos” que podían comer todo el año, aunque no tanto como habrían deseado y necesitado; la mayoría pasaba hambre.

Emigración

Luego la segunda etapa, la emigración, representó el abandono de la tierra. Mucha gente emigraba para trabajar en las nuevas fábricas, y no solo en las fábricas. Mi suegro trabajó en Barcelona en una lechería, en una fundición y en la construcción antes de conseguir un “buen” trabajo en una gran empresa farmacéutica. Como él, muchos pasaban el invierno trabajando en Barcelona y volvían para sembrar y cosechar en primavera y verano. Muchas mujeres fueron a servir, a menudo con apenas 13 años, con alojamiento y comida (no siempre suficiente) pero sin sueldo. Bajo el franquismo, la emigración llegó a su punto máximo. Mis suegros se casaron en los años cuarenta y vivieron realquilados en pisos de L’Hospitalet y Barcelona. Mi suegro trabajaba en la fábrica cinco días por semana y pasaba los fines de semana en múltiples otros trabajos; mi suegra cuidaba la casa y cosía ropa. Lograron comprar dos pisos y criar un hijo y dos hijas. Su experiencia de pluriempleo no era atípica.

La emigración era normal porque millones la hicieron, pero era traumática para cada persona obligada a abandonar el pueblo y la casa donde se crió para vivir en condiciones precarias en ciudades en las que no siempre eran bien recibidos. La vida del pueblo representaba lavar la ropa y la vajilla en el riachuelo, cagar con los animales en la cuadra, trabajar sin parar desde el amanecer hasta el anochecer. La ciudad representaba tener tiendas, una lavadora, un baño o luz eléctrica. Por otra parte, el pueblo significaba tener tu propia casa en vez de una habitación realquilada o un piso diminuto, el espacio del campo y la belleza de las montañas; mientras la ciudad representaba la explotación sirviendo en casas o trabajando en la fábrica.

Cuando pasábamos tiempo en el pueblo con mi suegra al final de su vida, no quería salir de su propia casa y el jardín que había creado en lo que antes era la era. Le dolía ver el abandono del campo. Los caminos antes despejados se perdían bajo zarzas, ramas caídas o arbustos. Los agricultores combinaban campos, a veces obliterando lindes y machacando la tierra con sus tractores, que reemplazaron los machos que no compactaban la tierra cuando la labraban e incluso la fertilizaban. La huerta a ambos lados del riachuelo se perdía progresivamente, dando lugar a campos de cereales. Las terrazas que subían las montañas, es decir los terrenos más remotos y empinados, se abandonaban y los muros de piedra seca empezaban a derrumbarse. “Me da mucha pena cómo se pierden los campos,” decía ella. Muchos otros mayores hace veinte años se expresaban igual. Un día, un forestal local respondió a una de ellas: “Míralo de otra manera. Los arbustos y los árboles vuelven, con más animales y más verde”. Pero era de poco confort para la gente mayor. Es verdad que el abandono significó que la naturaleza volvió después de décadas de cultivar y limpiar todo, un rewilding espontáneo. Incluso, el abandono trajo beneficios prácticos: un pastor jubilado me contó que en las tormentas de hace cincuenta años el agua corría por las laderas de las montañas desarboladas, llevando tierra y a veces ovejas a los barrancos. Ahora, con más bosque, esto no pasa.

Destrucción

Recientemente, en los últimos quince años, una tercera etapa, la destrucción, asola el pueblo. Es una destrucción avanzando a pasos agigantados, causada por la sobreexplotación de la tierra. Donde se puede, las parcelas se juntan. En julio enormes cosechadoras rozan las casas del pueblo y en pocos minutos siegan un campo que hace cincuenta años necesitaba diez personas trabajando con hoces durante doce horas. Los grandes tractores y las enormes cosechadoras compactan la tierra, destruyendo así la estructura del suelo y disminuyendo su fertilidad. A veces las pequeñas parcelas combinadas parecen las llanuras de Canadá o Estados Unidos, no de València o Aragón.

Antes, había gente del pueblo que tenía sus rebaños. Podría haber 30 o hasta 100 ovejas en cada rebaño. Salían con los pastores al monte y, después de la cosecha, pastaban en el rastrojo de los campos. Ahora, hay dos rebaños con unas 800 ovejas cada uno. Son negocios, no una parte de la economía de subsistencia. Los propietarios viven en otros pueblos y los pastores son jóvenes, casi siempre inmigrantes, a menudo del norte de África sin ninguna conexión personal con el pueblo. Las ovejas rompen la tierra seca en verano, soltando piedras. Cualquier lluvia fuerte arrastra esta tierra hacia el mar, a pesar del aumento de bosque por el abandono de los cultivos. Los rebaños enormes también rompen los muros de piedra seca: lo que permaneció durante centenares de años se destruye en dos o tres. Además, comen cualquier atisbo de hierba, raíces incluidas. Hoy en día, bastante terreno parece lunar a causa de este pastoreo excesivo en las tierras comunes: un pedregal con tierra polvorienta. Se puede ver un rebaño desde la distancia: levanta una nube de polvo en estos veranos secos como si fueran las manadas de búfalos del oeste norteamericano.


Foto: La huella del rebaño. / M.E.

Bueno, ¿no se puede parar semejante destrozo? Con dificultad, ya que esta tercera etapa, de destrozo del terreno para sacar beneficios a corto plazo para el empresario, tiene el apoyo de la Unión Europea y, por consiguiente, del Estado español. La agricultura de secano a pequeña escala no es rentable sin subvenciones. La ganadería con grandes rebaños, sí es rentable. Pero tanto la ganadería como la agricultura tienen el apoyo de las subvenciones europeas, especialmente la primera. Las subvenciones europeas suenan bien: el ‘pago verde’ para los agricultores y ganaderos es “un pago para prácticas agrícolas beneficiosas para el clima y el medio ambiente” (Fondo Español de Garantía Agraria – FEGA). Es una broma pesada: en realidad, mientras los tractores y cosechadoras destrozan el suelo, los enormes rebaños arrasan tierra, muros y arbustos como un ejército avanzando en tanques. Es lo contrario del greening anunciado.

Otro aspecto es que estos rebaños pastan en condiciones ecológicas, pero los corderos no se convierten en comida ecológica. Un empresario de ovejas en el Rincón de Ademuz (València) me explicó que utiliza antibióticos de manera habitual. “No puedo esperar meses hasta que me crezcan los corderos. Claro que les doy tratamiento,” dice. Esta práctica está prohibida por la UE, pero hay un hueco legal: se puede utilizar antibióticos como “tratamiento preventivo”. El lema es cantidad no calidad. Tampoco hay ningún circuito local. Al empresario citado le llevan sus corderos a un matadero gigante en Lleida.

Hay también en la asignación de subvenciones agrícolas y ganaderas un nivel de lo que se puede llamar corrupción o, más cortésmente, una habilidad de mirar al otro lado de parte de las autoridades para, se supone, mantener población en la zona o a veces, se sospecha, favorecer a amigos o parientes. Se ven en los pueblos de montaña numerosos casos de gente jubilada que recibe subvenciones. Por ejemplo, en la zona dónde vivo, en el año 2022, una mujer de unos 85 años recibió 2.685 euros; y un hombre de más de 80 años recibió 25.600€. Son dos entre muchas personas jubiladas que reciben subvenciones.1 Se supone que no hay inspectores de la Política Agrícola Común (PAC) que lleguen sin aviso de Bruselas. Así que las subvenciones son un fracaso: contribuyen al destrozo del campo y apoyan a unos pocos agricultores y empresarios de ovejas. Ni conservan el campo, ni fijan o atraen población nueva.

Las movilizaciones del campo en febrero y marzo de 2024 realzaron el papel de la PAC, mostrando como está al servicio de las grandes explotaciones: cuanta más tierra tiene una agricultora más subvención recibe. Es una herramienta de la Unión Europea en favor de la producción masiva de comida por las empresas agroalimentarias. Nada o poco hace para conservar la tierra o dar apoyo a pequeños ganaderos y campesinos.

A pesar de las subvenciones, queda poca gente para trabajar la tierra. La mayoría son mayores, muchos por encima de la edad de jubilación. No se ve un relevo generacional. La gran cuestión sigue siendo pues, ¿cómo parar o revertir la despoblación de la Laponia del sur? Una tendencia que se nota en los últimos años es que hay un ligero aumento de jóvenes profesionales que llegan de las ciudades. Traductoras, arquitectos, escritores, incluso administrativos/as de todo tipo (los llamados ‘nómadas digitales’ –aunque no son nómadas se supone, sino migrantes, pero ‘migrantes’ tiene una connotación negativa para las clases dominantes). Más y más gente trabaja en casa después del covid. Con la extensión de Internet por casi todo el campo español, es factible para muchos/as trabajar en un pueblo. Los alicientes existen: las casas son más baratas; el cambio climático hace que las ciudades cementadas de la costa sean menos atractivas; la vida es más tranquila y menos contaminada; puedes tener un huerto o mirar la vía láctea.

Un goteo de nuevos/as residentes es bienvenido, pero no soluciona el problema básico: ¿quien trabajará la tierra?, ¿quien producirá la comida localmente? Si nadie lo hace, el campo será bosque (rewilding) y turismo. Y si hay muchos/as nuevos/as nómadas/migrantes digitales, el precio de la vivienda subirá y los jóvenes locales tendrán aún más razón para emigrar (nómadas no digitales).

Turismo

La solución a la despoblación que dan por todos lados las autoridades es el turismo. Todos los municipios trabajan para atraer a turistas. Eduardo Aguilar, presidente de la Mancomunidad del Rincón de Ademuz, explicó en una entrevista en Levante, que: “[El turismo]… Debe ser nuestro motor para que no nos sigan cerrando servicios, como los bares”. Un problema gordo del turismo es que todos los pueblos buscan realzar sus atractivos en competencia con los demás. En una conversación hace varios años, el mismo Eduardo Aguilar me dijo, frustrado: “Fíjate, han salido los estrechos del Ebrón en un artículo en El País sobre diez sitios remotos a visitar en España, cuando nosotros tenemos una garganta aún más espectacular.” El artículo de El País se refería a los estrechos de El Cuervo, a menos de 5 kilómetros de su pueblo, Castielfabib. Tuvo efecto: las visitas a los estrechos de El Cuervo aumentaron mucho.

El turismo interno aumenta con el declive en el turismo exterior –es decir, menos gente viaja fuera del Estado. Pero hay un techo, especialmente con los aumentos en el coste de la vida, el final de la gasolina asequible y una ansiedad por la pobreza que puede llegar.

Se sabe también que el turismo es la supuesta panacea que estropea todo lo que toca. Los citados Estrechos del Río Ebrón en El Cuervo son una maravilla de la naturaleza, pero las pasarelas construidas, las pisadas de mucha gente y la basura que deja hacen que cada año ese gran atractivo devenga menos atrayente. El turismo tampoco asienta mucha población. Ayuda a que haya bares, casas rurales, hoteles y restaurantes, beneficiando a los propietarios y a algunos empleados/as, pero no resuelve el problema de la despoblación. En la entrevista citada, Eduardo Aguilar comenta que han probado agricultura ecológica como aliciente, pero ha fracasado. Sin embargo, es probable que haya un espacio real para este tipo de agricultura, ya que la demanda va en aumento, aunque aún es muy minoritaria. Se puede pensar en muchas bayas que se pueden cultivar en zonas montañosas, como grosellas negras y rojas, uva espina o arándanos, o bien en cereales cultivados de manera ecológica. Otra opción podría ser proteína animal producida realmente de forma ecológica. Por ejemplo, es imposible comprar huevos ‘0’ o corderos ecológicos en el Rincón de Ademuz.

Hace 70 años la gente emigraba de la montaña para trabajar en las ciudades. La solución tiene que estribar en una nueva migración. Eduardo Aguilar dijo en el artículo citado: “El boom de la construcción trajo a muchas personas migrantes, pero se han ido también porque ya no queda trabajo.” Es verdad. No obstante, una política activa de atraer a inmigrantes, por ejemplo ofreciendo casa (hay muchas vacías) y terreno a base de un compromiso de restaurar la casa y quedar al menos diez años, podría funcionar. Italia ha estado en la vanguardia de atraer a nuevos residentes, ofreciendo casas por un euro en sus 5.000 pueblos con menos de 5.000 residentes. Pero ¡ojo!, el proyecto italiano pos-pandemia, financiado por la Unión Europea, se enfoca en atraer a los ‘nómadas digitales’ y animar a la renovación de casas para el turismo rural. ¡El turismo de nuevo, no la agricultura! El proyecto se orienta a los italianos de las ciudades o a gente del norte de Europa (‘nómadas’, no inmigrantes). Hay un rechazo político de la inmigración del sur, una inmigración de gente pobre que puede conducir a una renovación o continuidad en el pastoreo o la agricultura. Muchos migrantes desde África, Pakistán o Siria saben cultivar la tierra. También, claro, semejante oferta debería insistir en rebaños más pequeños y la agricultura ecológica, en vez de la destrucción actual de vida animal y plantas a causa del pastoreo excesivo y fertilizantes e insecticidas químicos (pero este tema hay que dejarlo para otro artículo).

Por las guerras y el cambio climático muchísima gente emigra para sobrevivir o mejorar sus vidas. Hace décadas una emigración vació los pueblos. Una nueva migración puede llenarlos de nuevo. Pero para que fuera posible, hay que ganar una batalla política contra el racismo de los gobiernos, que causa miles de muertes intentando frenar la migración. Si se permitiera que llegara una nueva migración, podría revivir los pueblos tristes y los campos abandonados de la España vaciada. Sería la cuarta etapa: siguiendo la destrucción, la regeneración.


1. En esta dirección del FEGAse se puede consultar los datos de las subvenciones de cualquier población española.

Fuente: https://ctxt.es/es/20241001/Firmas/47575/michael-eaude-espana-vaciada-pac-rebanos-subvenciones-valencia.htm

 *++

¿Por qué las y los pensionistas no cobrarán la «paguita» el 2025? (cat/cast)

 


¿Por qué las y los pensionistas no cobrarán la «paguita» el 2025? (cat/cast)

 

Por Colaboraciones

KAOSENLARED

11 de octubre de 2024 /

 

La «pagueta» dels pensionistes

Per què els pensionistes no cobraran la «pagueta» el 2025?

Aquesta serà una pregunta que es faran moltes persones pensionistes l’any vinent quan vegin que les pensions s’incrementen segons l’IPC interanual, el que significa, en realitat, perdre poder adquisitiu, perquè els preus dels productes essencials hauran pujat pràcticament el triple que l’IPC.

A l’Estat espanyol, en particular, des de desembre de 2019, els preus dels aliments, i begudes no alcohòliques, adquirits en superfícies de compra han pujat de preu un 33,1%. Això, significa que els productes que consumim són els que més s’han encarit des d’aleshores, seguits dels hotels, cafès i restaurants (22,8%) i les begudes alcohòliques i el tabac (17,6%).

Aquesta situació afecta moltes persones pensionistes, ja que és evident que quan l’increment dels preus dels productes bàsics supera amb escreix l’augment de les pensions, es produeix una pèrdua de poder adquisitiu. Així, les persones pensionistes poden comprar menys amb la mateixa quantitat de diners, la qual cosa pot conduir a dificultats per cobrir les necessitats bàsiques com l’alimentació, l’habitatge i l’atenció mèdica.

Si aquesta tendència continua any rere any, com hem pogut comprovar, el risc de pobresa entre les persones pensionistes pot augmentar significativament.

La defensa i la reivindicació de salaris i pensions públiques dignes és un pilar fonamental en la construcció d’una societat justa i equitativa. Organitzacions com la Coordinadora Estatal per la Defensa del Sistema Públic de Pensions (COESPE) juguen un paper crucial en aquesta lluita, assegurant-se que les veus de les persones jubilades i de les treballadores i els treballadors siguin escoltades i que els seus drets siguin protegits.

És essencial reconèixer la contribució dels treballadors i les treballadores al benestar col·lectiu i garantir que aquesta no sigui oblidada ni menystinguda en els seus anys de jubilació.

Per això, la lluita per pensions públiques adequades és també una lluita per la dignitat, perquè ningú que hagi treballat durant tota la seva vida hauria de patir precarietat en la vellesa. Així, mantenir aquesta pressió social és vital per a la millora contínua de les condicions de vida de totes les classes populars.

És important que les polítiques públiques reconeguin aquest desequilibri i cal que treballin per garantir que les pensions públiques es puguin incrementar de manera que reflecteixin adequadament l’augment real del cost de vida, assegurant així que totes les persones puguin viure amb dignitat durant la seva jubilació.

La Seguretat Social va deixar d’abonar la coneguda com «la pagueta de les pensions», des de gener de 2022. Aquest ingrés addicional es lliurava al gener per compensar la diferència entre l’augment estimat de l’Índex de Preus de Consum (IPC) previst pel Govern i la inflació real registrada al final de l’any. Amb la desaparició d’aquesta paga extra, alguns pensionistes continuen preguntant-se per què ja no la perceben.

Ara, segons la Llei General de la Seguretat Social, les pensions el 2025, 2026 i anys següents, es revaloritzaran conforme a l’IPC interanual.

L’actualització de les pensions basada únicament en l’Índex de Preus al Consum (IPC) interanual no reflecteix adequadament l’augment del cost de la vida, especialment quan els preus dels productes bàsics creixen a un ritme molt més ràpid.

Evidentment, aquesta situació suposa una pèrdua del poder adquisitiu per a les persones pensionistes, empitjorant la seva situació econòmica i augmentant el risc de caure en la pobresa.

Per aquest motiu, entre altres, la COESPE lluita per un sistema de pensions públiques que garanteixi un augment real i just, que tingui en compte factors com l’increment dels preus dels productes bàsics, per assegurar que les pensions mantinguin el seu poder adquisitiu.

Segons les dades disponibles, es preveu que les pensions puguin augmentar menys d’un 3% per a l’any 2025. Per això, és important que els increments en les pensions reflecteixin la realitat econòmica i el cost real de la vida, per garantir que les persones pensionistes puguin mantenir un nivell de vida digne.

La COESPE, amb altres organitzacions pensionistes, ha convocat una manifestació a Madrid el 26 d’octubre de 2024, amb l’objectiu de defensar el sistema públic de pensions i reivindicar unes pensions i salaris dignes per a totes les persones.

Aquesta convocatòria, que es realitza en un context de preocupació per les polítiques que poden afectar el benestar dels pensionistes i la classe treballadora, és una mostra de la determinació i la unitat d’aquest col·lectiu. La manifestació és una oportunitat perquè la ciutadania expressi la seva voluntat de mantenir els drets adquirits i de lluitar contra qualsevol intent de precarització o privatització del sistema de pensions.

La COESPE, juntament amb altres associacions de pensionistes, fa una crida a la mobilització per a garantir que les veus dels pensionistes siguin escoltades i que les pensions públiques es mantinguin com un dret fonamental. Aquesta acció col·lectiva busca també posar de manifest la necessitat d’una major equitat en el sistema de pensions, especialment en relació amb la bretxa de gènere, que afecta desproporcionadament les dones pensionistes.

La convocatòria de COESPE és un recordatori clar que, governi qui governi, les pensions públiques s’han de defensar i que la solidaritat intergeneracional és clau per a la sostenibilitat del sistema. Així mateix, es posa l’èmfasi en la importància de la participació ciutadana en la defensa dels drets socials i laborals, i en la necessitat de polítiques que assegurin unes condicions de vida dignes per a tothom, independentment de la seva edat o situació laboral.

La mobilització del 26 d’octubre és una expressió de la resistència i la lluita continuada per un futur més just i equitatiu per a les generacions presents i futures.

10 d’octubre de 2024

Pedro Jesús Fernández

Membre de la Marea Pensionista de Catalunya

 



Esta será una pregunta que se harán muchas personas pensionistas el próximo año cuando vean que las pensiones se incrementan según el IPC interanual, lo que significa, en realidad, perder poder adquisitivo, porque los precios de los productos esenciales habrán subido prácticamente el triple que el IPC.

En España, en particular, desde diciembre de 2019, los precios de los alimentos, y bebidas no alcohólicas, adquiridos en superficies de compra han subido de precio un 33,1%. Esto significa que los productos que consumimos son los que más se han encarecido desde entonces, seguidos de los hoteles, cafés y restaurantes (22,8%) y las bebidas alcohólicas y el tabaco (17,6%).

Esta situación afecta a muchas personas pensionistas, ya que es evidente que cuando el incremento de los precios de los productos básicos supera con creces el aumento de las pensiones, se produce una pérdida de poder adquisitivo. Así, los pensionistas pueden comprar menos con la misma cantidad de dinero, lo que puede conducir a dificultades para cubrir las necesidades básicas como la alimentación, la vivienda y la atención médica.

Si esta tendencia sigue año tras año, como hemos podido comprobar, el riesgo de pobreza entre las personas pensionistas puede aumentar significativamente.

La defensa y reivindicación de salarios y pensiones públicas dignas es un pilar fundamental en la construcción de una sociedad justa y equitativa. Organizaciones como la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones (COESPE) juegan un papel crucial en esta lucha, asegurándose de que las voces de las personas jubiladas y de las trabajadoras y trabajadores sean escuchadas y que sus derechos sean protegidos .

Es esencial reconocer la contribución de los trabajadores y trabajadoras al bienestar colectivo y garantizar que ésta no sea olvidada ni menospreciada en sus años de jubilación.

Por eso, la lucha por pensiones públicas adecuadas es también una lucha por la dignidad, porque nadie que haya trabajado durante toda su vida debería sufrir precariedad en la vejez. Así, mantener esa presión social es vital para la mejora continua de las condiciones de vida de todas las clases populares.

Es importante que las políticas públicas reconozcan este desequilibrio y deben trabajar para garantizar que las pensiones públicas se puedan incrementar de forma que reflejen adecuadamente el aumento real del coste de vida, asegurando así que todas las personas puedan vivir con dignidad durante su jubilación .

La Seguridad Social dejó de abonar la conocida como «la pagueta de las pensiones», desde enero de 2022. Este ingreso adicional se entregaba en enero para compensar la diferencia entre el aumento estimado del Índice de Precios de Consumo ( (IPC) previsto por el Gobierno y la inflación real registrada a finales de año. Con la desaparición de esa paga extra, algunos pensionistas siguen preguntándose por qué ya no la perciben.
Ahora, según la Ley General de la Seguridad Social, las pensiones en 2025, 2026 y años siguientes, se revalorizarán conforme al IPC interanual.

La actualización de las pensiones basada únicamente en el Índice de Precios al Consumo (IPC) interanual no refleja adecuadamente el aumento del coste de la vida, especialmente cuando los precios de los productos básicos crecen a un ritmo mucho más rápido.

Evidentemente, esta situación supone una pérdida del poder adquisitivo para las personas pensionistas, empeorando su situación económica y aumentando el riesgo de caer en la pobreza.

De ahí que, entre otros, la COESPE lucha por un sistema de pensiones públicas que garantice un aumento real y justo, que tenga en cuenta factores como el incremento de los precios de los productos básicos, para asegurar que las pensiones mantengan su poder adquisitivo.

Según los datos disponibles, se prevé que las pensiones puedan aumentar menos de un 3% para el año 2025. Por eso, es importante que los incrementos en las pensiones reflejen la realidad económica y el coste real de la vida, para garantizar que las personas pensionistas puedan mantener un nivel de vida digno.

La COESPE, junto a otras organizaciones pensionistas, ha convocado una manifestación en Madrid el 26 de octubre de 2024, con el objetivo de defender el sistema público de pensiones y reivindicar unas pensiones y salarios dignos para todas las personas.

Esta convocatoria, que se realiza en un contexto de preocupación por las políticas que pueden afectar al bienestar de los pensionistas y la clase trabajadora, es una muestra de la determinación y la unidad de este colectivo. La manifestación es una oportunidad para que la ciudadanía exprese su voluntad de mantener los derechos adquiridos y luchar contra cualquier intento de precarización o privatización del sistema de pensiones.

La COESPE, junto con otras asociaciones de pensionistas, hace un llamamiento a la movilización para garantizar que las voces de los pensionistas sean escuchadas y que las pensiones públicas se mantengan como un derecho fundamental. Esta acción colectiva busca también poner de manifiesto la necesidad de una mayor equidad en el sistema de pensiones, especialmente en relación con la brecha de género, que afecta desproporcionadamente a las mujeres pensionistas.

La convocatoria de COESPE es un recordatorio claro que, gobierne quien gobierne, las pensiones públicas deben defenderse y que la solidaridad intergeneracional es clave para la sostenibilidad del sistema. Asimismo, se pone el énfasis en la importancia de la participación ciudadana en la defensa de los derechos sociales y laborales, y en la necesidad de políticas que aseguren unas condiciones de vida dignas para todos, independientemente de su edad o situación laboral.

La movilización del 26 de octubre es una expresión de la resistencia y la lucha continuada por un futuro más justo y equitativo para las generaciones presentes y futuras.

10 de octubre de 2024
Pedro Jesús Fernández
Miembro de la Marea Pensionista de Cataluña

 *++

La guerra de Indochina - El fin del dominio colonial francés en Vietnam ...