viernes, 18 de octubre de 2019

CATALUÑA. LOS DELITOS LOS TIENE QUE COMETER EL DELINCUENTE, PERO NO EL ESTADO NI SER COMPLÍCE DE LOS DELINCUENTES

Infiltrados en el espacio de los antidisturbios violentaron el entorno de la Delegación del Gobierno en Barcelona

'Público' ha obtenido vídeos, fotografías y testimonios que demuestran que al menos tres encapuchados ajenos a los manifestantes de los CDR y situados en el espacio de los agentes policiales derribaron la larga valla que separaba a independentistas y mossos en Pau Claris con València, y después comentaron entre ellos: "Ya está, ya hemos tirado la valla y ahora se va a liar" / "Ahora ya podemos hablar castellano, ya no hay problema" / "Y destaparse; yo me destapo". Tras su intervención, se produjeron algunos incidentes y los antidisturbios acabaron disparando pelotas de goma y de foam a los congregados, que a su vez lanzaron latas vacías.
Manifestantes de los CDR, sentados pacíficamente con velas encendidas ante las vallas que después derribarían los infiltrados, provocando incidentes y cargas policiales. SERGI CAMARA
El Tsunami Democràtico que organiza las grandes protestas callejeras en Catalunya contra la sentencia del procés insiste una y otra vez en que todas sus convocatorias llaman a ejercer una "desobediencia civil pacífica", y en sus comunicados reiteran sus llamamientos a la no violencia, como se puede leer en el que fijó "las prioridades para los próximos días" –a través del canal de Telegram que contaba 325.301 miembros a la hora de redactar esta crónica– y que reproducidos a continuación:
La primera prioridad que se fijan los coordinadores del Tsunami es que "las marchas de hoy, mañana y pasado mañana, la huelga de estudiantes, la huelga general del viernes y la manifestación unitaria sea un éxito absoluto".
"La segunda prioridad es que la app [con la que se organizan los participantes en las movilizaciones a través de los móviles] esté instalada y validada en el máximo número posible de teléfonos", para lo cual hay que conseguir un código QR en círculos independentistas. "La aplicación nos permitirá actuar con mucha más precisión y eficacia en el largo camino de desobediencia civil no violenta que comienza".
"La tercera prioridad es que, pese a la brutalidad policial de estos días, totalmente inaceptable y por la cual exigimos que se asuman responsabilidades políticas, siempre hay que impedir, en cualquier acción, que alguien pueda promover la violencia o transformar la acción en actos violentos. Tsunami Democrático sólo impulsa acciones en el marco de la disciplina no violenta. La no violencia es la estrategia fundamental de nuestro movimiento, por convicción y por efectividad: lo demuestran repetidamente los movimientos de desobediencia civil de las últimas décadas".
Nos reafirmamos en la convicción de Gandhi, que compartimos:
"La no violencia es la fuerza más grande a disposición de la humanidad"
"Hay que recordar, además, que la no violencia es la herramienta más potente que tenemos para poner en evidencia la demofobia del Estado español, que hasta ahora sólo ha utilizado la fuerza, la violencia y la represión para abordar este conflicto político. El Estado y las fuerzas de seguridad trabajan para fomentar y provocar la violencia. Por eso, hay que oponer la fuerza no violenta de la gente movilizada en defensa de los derechos y libertades".
Más adelante, el comunicado termina con una solemne proclama:
Nos reafirmamos en la convicción de Gandhi, que compartimos:
"La no violencia es la fuerza más grande a disposición de la humanidad".
Sin embargo, después de ese comunicado –difundido a las 13.30h del miércoles–, se han multiplicado los incidentes cada vez más violentos en las manifestaciones de Barcelona, donde encapuchados presuntamente pertenecientes a los Comités de Defensa de la República (CDR) han llegado a lanzar cócteles molotov contra contenedores, provocando incendios de vehículos cercanos, a cortar las arterias de la ciudad con barricadas en llamas y a atacar a los antidisturbios con todo tipo de objetos contundentes e incluso ácido, según las denuncias policiales.
Varios integrantes y simpatizantes de los CDR consultados por Público aseguran, no obstante, desconocer –y condenar– a los componentes de los miembros de esos comandos de guerrilla urbana, que acostumbran a actuar al final de las movilizaciones pacíficas con una coordinación y violencia inusitadas

Denuncias sobre infiltrados violentos

En casi todos los casos, las denuncias de que al menos una parte de ese vandalismo está siendo cometido por "infiltrados" ajenos a las organizaciones independentistas de desobediencia civil –algo que también ha asegurado el president Torra– suelen ser inverificables o muy difíciles de probar. Salvo en la noche del martes, cuando en el céntrico entorno de la Delegación del Gobierno en Barcelona, se produjo un incidente que fue filmado por un testigo al que ha podido contactar Público y que comprobó personalmente los hechos cuando se encontraba haciendo fotos de una sentada pacífica, con velas encendidas, en el cruce de las calles València y Pau Claris.
Se trata del ciudadano Sergi Camara, quien primero fotografió la protesta, ante unas vallas encadenadas que bloqueaban por completo la calle Pau Claris para separar a los manifestantes de los agentes de los Mossos d'Esquadra, tal y como se aprecia en la imagen que encabeza este artículo. En la foto inmediatamente inferior, se observa asimismo, la sentada pacífica de un grupo de independentistas que no pretendían emprender ninguna acción violenta, sentados en el suelo con las velas.

Escena de la protesta ante las vallas policiales, poco antes del extraño incidente con los supuestos "infiltrados" que acabó generando un estallido de violencia. SERGI CAMARA

"Ya está. Ya hemos tirado la valla y ahora se va a liar"

Manifestantes de los CDR, sentados pacíficamente con velas encendidas ante las vallas que después derribarían los denunciados como infiltrados, provocando incidentes y cargas policiales. SERGI CAMARA

Sin que nadie lo esperara, un encapuchado muy corpulento se abalanzó contra las vallas y logró derribarlas, a pesar de que formaban una larga hilera de sólidos cierres metálicos, extendidos de una a otra pared cortando los cuatro carriles de calzada y las dos anchas aceras, y fijados con gruesas cadenas entre elementos, como se puede ver en la foto que reproducimos en este margen izquierdo.
"Me sorprendió que ese encapuchado hubiera sido capaz de derribar todo ese conjunto de vallas encadenadas, a pesar de su envergadura, pues debía medir como uno-noventa de altura", explicó al día siguiente a Público el propio Camara. "Pero lo que me extrañó todavía más fue oír a continuación cómo otros dos encapuchados, tapados con sudaderas grises, que estaban a mi lado, decían: "Ya está, ya hemos tirado la valla y ahora se va a liar".
La verdad es que la aparatosa y ruidosa caída de la valla había hecho correr hacia atrás a los que antes estaban sentados o quietos, y algunos habían empezado a arrojar las velas o latas vacías a los mossos, que ya no contaban con la barrera defensiva. Pero justo en ese momento apareció desde la calle València un nuevo destacamento de antidisturbios de la policía catalana que ocuparon en formación el lugar que antes ocupaba la valla caída.
"De inmediato, cogí el móvil y me puse a filmar, sólo para grabar así el audio de los que hablaban junto a mí, fingiendo que hacía las fotos con el teléfono, en vez de con la cámara", continúa Camara su relato.
Aquí abajo se muestran los primeros instantes del vídeo que grabó, en los que se aprecia la llegada de los refuerzos policiales y cómo se dispara de pronto una tensión que antes no existía:
Camara siguió grabando y en el siguiente fragmento de vídeo se escucha perfectamente cómo los dos presuntos CDR que habían dicho lo de "ahora se va a liar" comentan:
–"Ahora ya podemos hablar castellano, ya no hay problema", dice uno.
–"Y destaparse; yo me destapo", apunta el otro.
Después se pusieron a hablar sobre el armamento que portaban los antidisturbios, puesto que tras la prohibición de que los mossos empleen balas de goma, han cambiado aquellas escopetas por unos lanzadores de bolas de foam (la espuma viscoelástica, también conocida como espuma con memoria, es una espuma de poliuretano) Y, aunque no se les escucha bien en el vídeo por los gritos de los manifestantes, se percibe el detalle: "Mira, mira ése. Una cosa... píllate el arma. Ya, ya, y la de... esto... la de bolas".

Encapuchados protegidos por los antidisturbios

Los mossos habían parado entonces e interpelado a Camara tras la estruendosa caída de la valla, igual que hicieron con otros miembros de la prensa, y sólo les dejaron permanecer tras las filas policiales al ver que eran periodistas. Pero a los dos encapuchados que pasaban por independentistas ni siquiera les preguntaron nada cuando se refugiaron detrás del cordón de antidisturbios, como si los policías les conociesen y fuese normal allí su presencia tras haber derribado la valla. 
En todo caso, salvo este episodio puntual de la valla derribada, no había una situación de gran violencia y la multitud ya se había retirado a mucha distancia de los antidisturbios. Inesperadamente, no obstante, se produjo una carga policial que todos los periodistas presentes consideraron innecesaria e inexplicable. En el vídeo se puede ver cómo en el centro del cruce han quedado en el suelo las velas encendidas abandonadas precipitadamente por los manifestantes con la llegada inesperada de los antidisturbios.
Llegaron entonces más antidisturbios, esta vez de la Policía Nacional y equipados con escopetas de pelotas de goma (sólo los Mossos tienen prohibido su uso) Uno de ellos disparó incluso, pese a que los manifestantes ya se habían alejado mucho. Tan innecesario era abrir fuego en aquel momento que uno de los periodistas presentes le increpó, llamándole "subnormal". Parece innecesario porque, como se aprecia en el vídeo, ningún manifestante estaba en ese momento creando una situación de riesgo o destrozando mobiliario urbano.
Un poco después, se vuelve a producir otra descarga de pelotas de goma por parte de la Policía, igual de innecesaria a tenor de los hechos en ese momento.
Nuestro testigo Sergi Camara no vio a ningún manifestante cometer más violencia que la imprudencia de lanzar velas o latas vacías y, aunque es innegable que la escalada de violencia que sobre todo, está sufriendo Barcelona es insoportable y materia de investigación. Ésta, según el Ministerio del Interior, la conoceremos en un tiempo, pues sus responsables -empezando por el ministro Grande-Marlaska- sostienen que tienen localizados y grabados a los presuntos violentos, la mayor parte, jóvenes. Las hecho recogidos por Público en esta información serán puestos también a disposición policial.

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SOBRE LAS ÓPTICAS DEL INDEPENDENTISMO CATALÁN




Las reacciones a la sentencia contra el Procés de Catalunya

Vivir en otro mundo

Rebelion
El Salto
18.10.2019

Las reacciones a la sentencia contra el Procés de Catalunya se han producido desde muchos ámbitos sociales y culturales, también internacionales. Sin embargo, los medios de comunicación nacionales siguen tratando estas protestas como una cuestión de orden público provocada por independentistas exaltados.


Durante los últimos tres años, el gobierno de Recep Tayyip Erdoğan ha realizado tantos recortes de libertades que resulta imposible hacer el recuento. Centenares de cargos electos y los colíderes del partido democrático HDP —una coalición formada por el movimiento kurdo y parte de la izquierda turca— han sido encarcelados; decenas de miles de maestros, jueces y funcionarios, purgados por motivos ideológicos. Lo relevante para la comparación con la sentencia del Procés no son los números —la escala turca es inmensamente mayor que la española— sino la naturalidad con la que televisiones, periódicos, intelectuales, tertulianos y tuiteros turcos aceptan la represión. Están convencidos de que viven en una democracia cuasi perfecta y cualquier crítica a la falta de libertad es interpretada como un ataque de los terroristas kurdos y una conspiración internacional antiturca.

La sentencia dictada por el Supremo es una vergüenza. Condena a activistas sociales a nueve años de prisión por convocar movilizaciones pacíficas. Condena a los miembros del Govern a penas más altas que la mayoría de los 33 procesados por el golpe de Estado del 23F o del intento de golpe de Ynestrillas (padre), que en 1980 fue condenado a seis meses de prisión por intentar asaltar con un tanque el Palacio de la Moncloa. Y es una vergüenza la naturalización de la represión por parte de televisiones, periódicos, intelectuales, tertulianos y tuiteros españoles. Están convencidos de que viven en una democracia cuasi perfecta y cualquier crítica a la falta de libertad es interpretada como un ataque de los secesionistas catalanes y una conspiración antiespañola.

Porque fuera de España, igual que pasa con la represión de Turquía, resulta obvio para cualquiera con una mínima sensibilidad democrática. Recibo mensajes de cargos de Syriza preguntando si de verdad el Tribunal Supremo había dictado las penas que reportaban los diarios o era un fallo de traducción. El diputado tory (conservador y unionista) escocés Murdo Fraser declara que “aunque comprendo que se trata de un asunto que compete a los tribunales y al poder judicial español, no veo el sentido de que el Gobierno de Madrid encarcele a los líderes catalanes por una acción esencialmente política”. 

Otro escocés, Iain Macwhirter, ex rector de la Universidad de Edimburgo, periodista de la BBC y comentarista político de The Herald and the Sunday Herald, escribe “¡13 años por ayudar a organizar un referéndum pacífico! Incalificable. Lamento que la Unión Europea no haya condenado esta violación de los derechos civiles fundamentales”. La laborista Emily Thornberry proclama en la Cámara de los Comunes que “la sentencia dictada ayer en Madrid contra los políticos independentistas catalanes es innecesaria, desproporcionada y totalmente contraproducente”. 

El Bloco portugués va más allá. Condena “a reiterada tentativa por parte do Estado Espanhol em procurar resolver um conflito eminentemente político através da repressão e da prisão” y exige “à libertação de todos os presos políticos catalães, ao regresso dos exilados sem represálias e ao fim da repressão na Catalunha”. Los tertulianos españoles, sin embargo, ven lógica la sentencia. Es el Estado de Derecho. Somos una democracia ejemplar. Esto no es un problema para las libertades en España, solo es el fruto de la espiral demente de los independentistas catalanes.

La policía le revienta un ojo a un chaval —uno más, como en el 1 de octubre, en las huelgas, en los desalojos— en las protestas del Prat. En Eldiario.es lo cuentan así: “Un hombre ha sido herido por el estallido de su globo ocular”. Qué mala suerte que te estalle un ojo durante una manifestación. En La Sexta dicen que le están operando de urgencia pero “a esta hora no se puede asegurar que vaya a perder la visión”. La misma tele llama “brutal agresión” al manotazo que desequilibra a María Grima, la militante de Vox que provoca con una rojigualda a los manifestantes en Tarragona. El País sube la apuesta por el periodismo de calidad con el siguiente tuit: “Una madre con su hijo en brazos hace una peineta a los cientos de manifestantes que están cortando la C-58 en Terrasa”. Piqueras en Tele5 se muestra preocupadísimo por los turistas y los contenedores de Barcelona. Jorge Bustos dice que Barcelona es una ciudad sin ley pero no deberíamos perder el tiempo comentando lo que dice un gilipollas.

La PAH publica un contundente comunicado expresando la preocupación por la criminalización de la protesta, que a partir de ahora podrá ser considerada sedición. Ecologistas en Acción considera que la sentencia del Tribunal Supremo contiene una inaceptable criminalización de la protesta y de la desobediencia civil.

En Catalunya la reacción va mucho más allá del independentismo y el activismo. El festival de de Sitges, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, el Barça, el Primavera Sound publican comunicados criticando la sentencia. Da lo mismo, los medios de ámbito estatal siguen tratando las protestas como una cuestión de orden público provocada por independentistas exaltados. La radio del Primavera Sound suspende la programación y anima a salir a la calle. El festival Womanz se aplaza. Varias editoriales anuncian que no tendrán lugar presentaciones de libros. El programa deportivo La Sotana cancela su emisión y publica tuits desde el aeropuerto. La reacción de enfado a tu alrededor es inmensa pero cuando enciendes la tele solo ves una caricatura.

La vicepresidenta Carmen Calvo apela a la mayoría silenciosa, ese concepto acuñado por el neofascismo durante el largo 68 italiano, popularizado por Nixon y utilizado por los políticos más despreciables de las últimas décadas. “La mayoría de los catalanes ayer hizo vida normal”, afirma Calvo. Viene a decir que la dictadura militar de Videla no fue para tanto porque solo desapareció a 30.000 personas y 24,5 millones de argentinos hicieron vida normal.

El diputado del PSC José Zaragoza publica un tuit diciendo “Cuando tienes que bloquear aeropuertos, vías de tren y carreteras para que la gente no pueda ir al trabajo es que tu movilización política ha fracasado”. Cuando en Hong Kong consiguieron paralizar el aeropuerto estuvo claro que el decreto de extradición a China iba a ser derogado, aunque es probable que este señor no lea prensa internacional y sea tan ignorante como parece. Pero es que ese tuit demuestra un absoluto desconocimiento de la Historia de los partidos socialistas, incluyendo el suyo, durante los dos siglos pasados.

Pablo Ordaz publica en El País que “durante muchos días, incluyendo los fines de semana y alguna que otra madrugada, Marchena ha ido redactando la sentencia en su casa, a veces en pijama”. Más allá de la imagen que le venga a cada cual a la cabeza al pensar en Marchena con pijama, el masaje de Ordaz al magistrado nos deja otra perla, mucho más preocupante: “La sentencia no tiene en cuenta los centenares de testigos por su profunda carga emocional”. Es decir, “los varios centenares de testigos que declararon en el plenario ofrecieron una versión filtrada por una profunda carga emocional”. Marchena no quiere que seas un maricón que llora. Sé un hombre, joder. Si te pega la policía, te jodes y declaras sin emoción.

Once periodistas han sido agredidos por la policía. Todos ellos iban perfectamente acreditados con los distintivos de prensa visibles. A varios de ellos les han disparado proyectiles mientras grababan las cargas. En TVE uno dice “Por suerte hoy nuestros compañeros han podido trabajar sin presiones o insultos de los independentistas”. Ningún otro tertuliano le discute esa barbaridad o le recuerda a sus compañeros heridos. Un apunte contra el corporativismo: si destaco las agresiones policiales a periodistas no es porque sean más graves que golpear a cualquier otra persona. Lo grave es que la policía pega a la prensa para poder hostiar más fuerte y sin testigos a todos los manifestantes.

La verdadera ruptura 

La clave de todo la dan en Twitter el periodista de El Salto Jose Durán Rodríguez y el miembro de Zemos98 Pedro Jiménez: “Llegas a casa, pones la tele, escuchas a los tertulianos de la televisión pública hablando de la actuación de los Mossos hoy y te preguntas en qué momento has dejado de vivir en el mismo planeta que ellos”.

Una parte significativa de España —la parte sobrerrepresentada en los medios, la cultura y la política— ha decidido vivir en un mundo de fantasía. Su mundo, en el que la Constitución que nos dimos entre todos garantiza nuestros derechos y libertades gracias una transición modélica que cerró las heridas abiertas por una guerra civil en la que hubo excesos en ambos bandos. Una fantasía obscena que solo se sostiene gracias a la repetición machacona del mantra. Un mundo ficticio pero mucho más cómodo de habitar que la jodida realidad. Una ensoñación donde la policía protege los derechos fundamentales, los jueces interpretan la norma conforme a las garantías de un Estado social y de derecho, los representantes políticos velan por el bien común y los medios de comunicación ejercen su función de control del poder.

¿Alguien se acuerda del “sin violencia cualquier proyecto político se puede defender”? Se lo dijimos a ETA durante décadas para exigirle que dejara de matar. Con esta sentencia queda claro que cualquier proyecto político se puede defender, pero si eres independentista te tendrás que conformar con defenderlo. Puedes ser independentista si aceptas que tu propuesta política nunca se someterá al refrendo de la ciudadanía. La sentencia dice con recochineo: “Hemos de insistir en que la libertad ideológica de los acusados quedó incólume a lo largo del proceso”. Es la misma clase de cinismo que la famosa frase atribuida al dictador ugandés Idi Amin: “Hay libertad de expresión. Lo que no garantizo es que haya libertad después de expresarte”.


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CONCEPTO DEL TRABAJO EN EL MARXISMO




La crítica de Marx a la concepción de que «El trabajo es la fuente de toda riqueza y de toda cultura» 

31.01.2017


«1. «El trabajo es la fuente de toda riqueza y de toda cultura, y como el trabajo útil sólo es posible dentro de la sociedad y a través de ella, el fruto íntegro del trabajo pertenece por igual derecho a todos los miembros de la sociedad».

Primera parte del párrafo: «El trabajo es la fuente de toda riqueza y de toda cultura».

El trabajo no es la fuente de toda riqueza. La naturaleza es la fuente de los valores de uso –¡que son los que verdaderamente integran la riqueza material!–, ni más ni menos que el trabajo, que no es más que la manifestación de una fuerza natural, de la fuerza de trabajo del hombre. Esa frase se encuentra en todos los silabarios y sólo es cierta si se sobreentiende que el trabajo se efectúa con los correspondientes objetos y medios. Pero un programa socialista no debe permitir que tales tópicos burgueses silencien aquellas condiciones sin las cuales no tienen ningún sentido. En la medida en que el hombre se sitúa de antemano como propietario frente a la naturaleza, primera fuente de todos los medios y objetos de trabajo, y la trata como posesión suya, su trabajo se convierte en fuente de valores de uso, y, por tanto, en fuente de riqueza. Los burgueses tienen razones muy fundadas para atribuir al trabajo una fuerza creadora sobrenatural; pues precisamente del hecho de que el trabajo esta condicionado por la naturaleza se deduce que el hombre que no dispone de más propiedad que su fuerza de trabajo, tiene que ser, necesariamente, en todo estado social y de civilización, esclavo de otros hombres, quienes se han adueñado de las condiciones materiales de trabajo. Y no podrá trabajar, ni, por consiguiente, vivir, más que con su permiso.

Pero, dejemos la tesis, tal como está, o mejor dicho, tal como viene renqueando. ¿Que conclusión habría debido sacarse de ella? Evidentemente, ésta:

«Como el trabajo es la fuente de toda riqueza, nadie en la sociedad puede adquirir riqueza que no sea producto del trabajo. Si, por tanto, no trabaja él mismo, es que vive del trabajo ajeno y adquiere también su cultura a costa del trabajo de otros».

En vez de esto, se añade a la primera oración una segunda mediante la locución copulativa «y como», para deducir de ella, y no de la primera, la conclusión.

Segunda parte del párrafo: «El trabajo útil sólo es posible dentro de la sociedad y a través de ella».

Según la primera tesis, el trabajo era la fuente de toda riqueza y de toda cultura, es decir, que sin trabajo, no era posible tampoco la existencia de ninguna sociedad. Ahora, nos enteramos, por el contrario, de que sin sociedad no puede existir ningún trabajo «útil».

Del mismo modo hubiera podido decirse que sólo en la sociedad puede el trabajo inútil e incluso perjudicial a la comunidad convertirse en una rama industrial, que sólo dentro de la sociedad se puede vivir del ocio, etc., etc.; en una palabra, copiar aquí a todo Rousseau.

¿Y que es trabajo «útil»? No puede ser más que el trabajo que consigue el efecto útil propuesto. Un salvaje –y el hombre es un salvaje desde el momento en que deja de ser mono– que mata a un animal de una pedrada, que amontona frutos, etc., ejecuta un trabajo «útil».

Tercero. Conclusión: «Y como el trabajo útil sólo es posible dentro de la sociedad y a través de ella, el fruto íntegro del trabajo pertenece por igual derecho a todos los miembros de la sociedad».

¡Hermosa conclusión! Si el trabajo útil sólo es posible dentro de la sociedad y a través de ella, el fruto del trabajo pertenecerá a la sociedad, y el trabajador individual sólo percibirá la parte que no sea necesaria para sostener la «condición» del trabajo, que es la sociedad.

En realidad, esa tesis la han hecho valer en todos los tiempos los defensores de todo orden social existente. En primer lugar, vienen las pretensiones del gobierno y de todo lo que va pegado a el, pues el gobierno es el órgano de la sociedad para el mantenimiento del orden social; detrás de el, vienen las distintas clases de propiedad privada, con sus pretensiones respectivas, pues las distintas clases de propiedad privada son las bases de la sociedad, etc. Como vemos, a estas frases hueras se les puede dar las vueltas y los giros que se quiera.

La primera y la segunda parte del párrafo sólo guardarían una cierta relación razonable redactándolas así:

«El trabajo sólo es fuente de riqueza y de cultura como trabajo social», o, lo que es lo mismo, «dentro de la sociedad y a través de ella».

Esta tesis es, indiscutiblemente, exacta, pues aunque el trabajo del individuo aislado –presuponiendo sus condiciones materiales– también puede crear valores de uso, no puede crear ni riqueza ni cultura.

Pero, igualmente indiscutible es esta otra tesis:

«En la medida en que el trabajo se desarrolla socialmente, convirtiéndose así en fuente de riqueza y de cultura, se desarrollan también la pobreza y el desamparo del que trabaja, y la riqueza y la cultura del que no lo hace».

Esta es la ley de toda la historia hasta hoy. Así, pues, en vez de los tópicos acostumbrados sobre «el trabajo» y «la sociedad», lo que procedía era señalar concretamente como, en la actual sociedad capitalista, se dan ya, al fin, las condiciones materiales, etc., que permiten y obligan a los obreros a romper esa maldición social.

Pero de hecho, todo ese párrafo, que es falso lo mismo en cuanto a estilo que en cuanto a contenido, no tiene más finalidad que la de inscribir como consigna en lo alto de la bandera del Partido el tópico lassalleano del «fruto íntegro del trabajo». Volveré más adelante sobre esto del «fruto del trabajo», el «derecho igual», etc., ya que la misma cosa se repite luego en forma algo diferente». (Karl Marx; Crítica al Programa de Gotha, 1875)

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