sábado, 27 de febrero de 2016

MARIANO RAJOY: EL FANTASMA DE LA OPERA. PEDRO SÁNCHEZ Y RIVERA EL NARANJO: FANTASMILLAS DE OPERETA




 

 
Las Organizaciones sociales han presentado en el Congreso de los  Diputados las 12 propuestas ecosociales para el nuevo gobierno
 
Rebelión
El Salmón Contracorriente
26.02.2016
 

Un grupo de organizaciones sociales de diferentes ámbitos (de la educación, sanidad, del mundo rural, ecologistas, feministas, altermundistas, animalistas, proalternativas energéticas, por las libertades sociales, etc.) han presentado en el Congreso de los Diputados 12 propuestas ecosociales que consideran irrenunciables para que sean recogidas por los diferentes partidos en sus pactos de investidura o gobierno.

Las organizaciones Asamblea Feminista de Madrid, ATTAC, Campaña #NoalTTIP, Ecologistas en Acción, Encuentro de Plataformas en Defensa de la Sanidad Pública–Marea Blanca, Marea Verde de Madrid, Plataforma La Tortura No es Cultura, Plataforma No Somos Delito, Mónica Hidalgo, Plataforma por un Nuevo Modelo Energético y la Plataforma Rural han presentado esta mañana un documento con 12 propuestas para que sean recogidas por los partidos políticos que se encuentran ahora mismo en fase de negociación para formar gobierno.
Estas 12 propuestas ecosociales son las siguientes:
1. Derogación de la LOMCE y de los Decretos de Universidad. Por nuevas leyes educativas desde la participación social.
2. Ley contra la violencia machista, que incluya tanto la que ejerce la pareja y ex pareja como las agresiones sexuales y la trata con fines de explotación sexual; que garantice la asistencia y reparación de todas las mujeres que lo requieran independientemente de su situación administrativa, sin que la denuncia sea prerrequisito para el acceso a los recursos, y que vaya acompañada de políticas de equidad en todos los ámbitos.
3. Crear una Vicepresidencia de Sostenibilidad y un Ministerio de Medio Ambiente que coordinen las diferentes políticas sectoriales con implicaciones ambientales. Revisión de la normativa ambiental aprobada durante la última legislatura.
4. Sanidad 100% pública, universal y de calidad, donde todas las personas tengan los mismos derechos y la salud se contemple de forma transversal a todas las políticas. Derogación del RDL 16/2012 y de todas las normas que permiten las privatizaciones en sanidad. Apuesta por una política sanitaria participativa, recuperación de todos los puestos de trabajo eliminados y de la financiación “robada”.
5. Adoptar decisiones políticas concretas y urgentes que reduzcan drásticamente la desigualdad, pobreza, exclusión social y privación material. Vivienda social y fin a los desahucios.
6. Derogación de la Ley Mordaza (L.O. de Protección de la Seguridad Ciudadana) y de las reformas regresivas del Código Penal y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Pacto de Estado para defender nuestras libertades y amnistía a las personas sancionadas por defender los Derechos Humanos.
7. Aplicación en España de un impuesto a las transacciones financieras, que recaude fondos para afrontar las consecuencias de las políticas austericidas, que disuada de la especulación financiera y sirva para avanzar en la erradicación de los paraísos fiscales. Creación de una banca pública sobre la base de las entidades nacionalizadas, empezando por Bankia, con la que desarrollar unas políticas económicas radicalmente opuestas a las actuales
8. Puesta en marcha de una transición energética que elimine progresivamente los combustibles fósiles y la energía nuclear hacia un modelo basado en el ahorro, la eficiencia y las energías renovables, y que considere la energía como un derecho social básico.
9. Promover un modelo de agricultura y alimentación sostenible mediante el fomento de la producción y consumo de alimentos locales y campesinos a través de la compra pública en servicios públicos, el impulso de la producción ecológica para alcanzar en 2020 el 30% de la superficie agraria útil y la prohibición de los cultivos transgénicos, al amparo de la nueva legislación europea.
10. Derogar las reformas laborales que han permitido la pérdida de derechos laborales y una precarización de las personas trabajadoras.
11. Confección de una ley estatal cuyo objeto sea la defensa de los animales de manera compartida con las entidades sociales que trabajan en este ámbito. Derogación de la ley de Tauromaquia y eliminación de espectáculos de especial crueldad, como los de Tordesillas, Coria o Medinaceli.
12. Oposición a los tratados de libre comercio e inversión (TTIP, CETA y TiSA) y el establecimiento de normas internacionales de comercio vinculantes que respeten los derechos humanos y los límites del planeta, promoviendo la cooperación de los pueblos.
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INTELECTUALES Y MERCENARIOS DE LA ESCRITURA



INDIA, MEGALABORATORIO DE LA DESIGUALDAD
Luis Matías López
Sociología Crítica
27.02.2016

Arundhati Roy, la escritora que encandiló a la crítica (ganó el premio Booker) y al gran público (vendió más de seis millones de ejemplares) con El Dios de las pequeñas cosas (Anagrama), podría haber desarrollado una carrera literaria aún más brillante y lucrativa de no haber puesto su relevancia mundial al servicio del activismo político y la denuncia de la injusticia. El ensayo Espectros del capitalismo, que ahora publica en castellano Capitán Swing, es el mejor ejemplo de una vocación que la lleva a denunciar la situación en su país, India, al que presenta como un paradigmático laboratorio de la desigualdad y cuyas dos últimas décadas de desarrollo acelerado descalifica por haber ampliado la brecha –más bien el abismo- entre ricos y pobres. Se trata de una situación que, guardando las proporciones, guarda bastante similitud con la de España, a tenor del último informe de Oxfam Intermon, que refleja que éste es el país de la OCDE (después de Chipre) en el que más ha crecido la desigualdad desde el inicio de la crisis.
Roy inicia su descarnado yo acuso con una referencia a la residencia privada más cara y ostentosa del mundo, el rascacielos Antilla de Mumbai, un mastodonte perteneciente al hombre más rico de India, Mukesh Ambani, que vale casi 20.000 millones de euros. Veintisiete pisos, tres helipuertos, nueve ascensores, jardines colgantes, salones de baile, salas de nieves, gimnasios, seis plantas de aparcamiento y seiscientos sirvientes. Todo un símbolo, casi una alegoría, de los lacerantes contrastes que se dan en un país de más de 1.200 millones de habitantes en el que las 100 personas más ricas poseen la cuarta parte del producto interior bruto, centenares de millones de desheredados sobreviven con menos de medio euro al día y miles y miles de campesinos se suicidan cada año acosados por las deudas o desesperados tras ser expulsados de sus tierras para dar paso a grandes proyectos industriales o mineros, para beneficio de las grandes corporaciones.
La escritora se ha ganado una legión de enemigos dentro y fuera del país, desde los nacionalistas hindúes (hoy en el poder en Nueva Delhi) a los militares (por la denuncia de sus atrocidades y su comprensión de las causas de los nacionalistas cachemires y la guerrilla maoísta), los constructores de presas (que arrasan zonas selváticas y de cultivo y arruinan a miles de agricultores), los grandes conglomerados y multinacionales que hacen de su capa un sayo mimados por el Gobierno, e incluso buena parte de la opinión pública que la acusa de exagerar, de no documentar suficientemente sus acusaciones y de desprestigiar a su país en el mundo.
La acusación de falta de patriotismo y hasta de terrorismo, y las frecuentes amenazas de muerte no bastan para disuadirla de un activismo que desnuda lo que se oculta tras el desarrollo acelerado y la mejora de las cifras macroeconómicas de las dos últimas décadas. En este periodo se ha creado una nueva clase media –en la que ella se incluye- en la que se integran unos 300 millones de personas y que alienta el auge espectacular de la marca India. Un logro impensable hasta no hace mucho, sin duda, pero que, según Roy, ha tenido como brutal contrapartida el empobrecimiento del resto de la población, es decir, de que se amplíe hasta límites de escándalo, la brecha social, que siempre fue enorme, pero que ahora se ha desbocado.
La corrupción y el nepotismo generalizados, la complicidad de las instituciones del Estado con el poder económico, la privatización se sectores esenciales, las expropiaciones salvajes (“el carácter sacrosanto de la propiedad privada nunca se aplica a los pobres”) y el desprecio total hacia las clases más desfavorecidas desvirtúan la imagen de India como ejemplo de desarrollo armónico y como “la mayor democracia del mundo” que los dirigentes políticos venden junto a la idea de un paraíso para la inversión foránea.
En realidad –viene a decir Roy- es ésta una farsa mantenida mediante la manipulación, el engaño, el control capitalista de los medios de comunicación, la compra de voluntades y, cuando todo eso falla, el uso de la fuerza. Una corriente huracanada de dinero atraviesa las principales instituciones, desde el Ejecutivo al Parlamento a la judicatura, y les priva de su capacidad de actuar a favor de los intereses de la mayoría y con arreglo a los más elementales principios democráticos.

De las iras de la escritora y activista no se libra ni siquiera el actual primer ministro, Narendra Modi, del hinduista Baratiya Janata, del que dice que se le acusa, no solo de justificar, sino también de haber sido cómplice desde su anterior puesto (al frente del gobierno de Gujarat) de la matanza de 2.000 musulmanes en febrero de 2002. “Pero Modi”, afirma, “se ha cambiado el pañuelo color azafrán y la marca color bermellón de la frente por un elegante traje de hombre de negocios”. Su gestión en Gujarat fue el trampolín desde el que se aupó hasta el poder en Nueva Delhi. Hoy se ha convertido en el símbolo –cortejado por EE UU, Rusia, China, Japón y la UE- de una India que aspira a convertirse en superpotencia global y a tener un sillón permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Pese a su escasa extensión (poco más de cien páginas), Espectros del capitalismo es una obra ambiciosa que, sin desviarse de su línea general, centrada en la India, trata de otros temas. Aunque no se compartan todos sus puntos de vista, incluso admitiendo que a veces se echa en falta suficiente apoyo factual para sostener algunas de sus denuncias, la lectura de este libro ayuda a entender mejor las complejidades de este mundo marcado por la desigualdad.
Roy dedica una notable atención a un fenómeno extendido en India, pero que arranca de hace más de un siglo en Estados Unidos: el intento exitoso de los grandes grupos económicos de vender las verdades del capitalismo como si fueran sinónimo de justicia y progreso, mediante un entramado de fundaciones e incluso ONG con las que transformar el poder del dinero en poder político, al servicio de un modelo de desarrollo cuya principal consecuencia es la perpetuación del dominio de unos pocos sobre una mayoría que apenas tiene capacidad de defensa.
Tampoco aquí deja la escritora mucho margen a la esperanza. Algo de ésta mostraba, sin embargo en su discurso ante la universidad popular en el marco del Occupy Wall Street (equivalente del 15M en Estados Unidos), en el que hacía cuatro propuestas muy concretas para reformar o reconstruir el sistema: acabar con la “propiedad cruzada”, como que los fabricantes de armas tengan canales de televisión o las empresas financien universidades; que los recursos naturales y las infraestructuras esenciales no puedan ser privatizados; que todo el mundo tenga derecho a vivienda, educación y atención sanitaria; y que los hijos de los ricos no puedan heredar la fortuna de sus padres.
Utopía pura, quizás un grito en el desierto, pero siempre será mejor que la pasividad, la resignación y el silencio cómplices.