Este es un resumen de
hacia dónde se dirige China. Recoge las conclusiones surgidas en las sesiones
del Comité Nacional del CCPPC, que indican hacia dónde –y de qué manera– se
dirige China. La UE haría bien en tomar nota y aprender de ello. Este es
un resumen de hacia dónde se dirige China. Recoge las conclusiones surgidas en
las sesiones del Comité Nacional del CCPPC, que indican hacia dónde –y de qué
manera– se dirige China. La UE haría bien en tomar nota y aprender de ello.
El Dragón confía en su plan de modernización
El Viejo Topo
23 marzo, 2024
Este es el Año del Dragón de Madera, según la cultura clásica china del wuxing («cinco elementos»). El dragón, uno de los 12 signos del zodíaco chino, es símbolo de poder, nobleza e inteligencia. La madera añade crecimiento, desarrollo y prosperidad.
La segunda
sesión del 14o Comité
Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPC)
concluyó este mes de marzo en Pekín.
El resto del
mundo debe saber que, en el marco de la democracia de base con características
chinas, un fenómeno extremadamente complejo –y fascinante–, la importancia de
la CCPPC es capital.
La CCPPC
canaliza amplias expectativas del chino medio hacia el nivel de decisión y de
hecho asesora al gobierno central en una vasta gama de asuntos: desde la vida
cotidiana hasta estrategias de desarrollo de alta calidad.
Este año, la
mayor parte del debate se centró en cómo impulsar la modernización de China.
Siendo China, los conceptos –como las flores– florecieron por todas partes como
«nuevas fuerzas productivas de calidad», «profundización de la reforma»,
«apertura de alto nivel» y uno nuevo y fabuloso, la «diplomacia de gran país
con características chinas».
Como subrayó[1] el Global
Times, «2024 no es sólo un año crítico para alcanzar los objetivos del
XIV Plan Quinquenal, sino también un año clave para lograr la transición a
un desarrollo de alta calidad de la economía.»
Apostar por la
inversión estratégica
Empecemos por
el primer «informe de trabajo» del Primer Ministro chino, Li Qiang[2],
presentado hace unas semanas, con el que se inauguró la sesión anual de la
Asamblea Popular Nacional. Lo más importante: Pekín perseguirá los mismos
objetivos económicos que en 2023. Esto se traduce en un crecimiento anual del
5%.
Por supuesto,
los riesgos deflacionistas, la caída del mercado inmobiliario[3] y
una confianza empresarial algo inestable no desaparecerán. Li se mostró muy
realista y subrayó que Pekín es «muy consciente» de los retos que tiene por
delante: «Alcanzar los objetivos de este año no será fácil». Y añadió: «El crecimiento económico mundial
carece de fuerza y los problemas regionales siguen estallando. Esto ha hecho
que el entorno exterior de China sea más complejo, severo e incierto».
La estrategia
de Pekín sigue centrada en una «política fiscal proactiva y una política
monetaria prudente». En pocas palabras: la canción sigue siendo la misma. No
habrá «estímulo» de ningún tipo.
Las respuestas
más profundas hay que buscarlas en el informe de trabajo/presupuesto publicado
por la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma: la atención se centrará en
el cambio estructural, a través de fondos adicionales para ciencia, tecnología,
educación, defensa nacional y agricultura. Traducción: China apuesta por la
inversión estratégica, clave para una transición económica de alta calidad.
En la
práctica, Pekín invertirá mucho en modernizar la industria y desarrollar
«nuevas fuerzas productivas de calidad», como los vehículos de nueva energía,
la biomanufactura y los vuelos espaciales comerciales.
El Ministro de
Ciencia, Yin Hejun, lo dejó claro: un aumento del 8,1% de la inversión
nacional en investigación y desarrollo en 2023. Quiere más, y lo conseguirá:
el gasto en I+D crecerá un 10%, hasta un total de 370.800 millones de yuanes.
El mantra es
«autosuficiencia». En todos los frentes, desde la fabricación de chips hasta
la inteligencia artificial. Ha comenzado una guerra tecnológica sin cuartel y
China está totalmente centrada en contrarrestar la «contención tecnológica»
del Hegemón tanto como que su objetivo último es arrebatar la supremacía
tecnológica a su principal competidor. Pekín simplemente no puede permitirse
ser vulnerable a los puntos de estrangulamiento tecnológico y a las
interrupciones de la cadena de suministro impuestos por Estados Unidos.
Así que los
problemas económicos a corto plazo no le quitarán el sueño. Los dirigentes
de Pekín miran siempre hacia delante, centrándose en los retos a largo plazo.
Lecciones
aprendidas del campo de batalla del Donbass
Pekín seguirá
dirigiendo el desarrollo económico de Hong Kong y Macao e invertirá aún más
en la crucial Gran Área de la Bahía, que es el principal centro de alta
tecnología, servicios y finanzas del sur de China.
Taiwán, por
supuesto, ocupó un lugar central en el informe; Pekín se opone ferozmente a
la «injerencia externa», en clave de táctica hegemónica. Esto será aún más
complicado en mayo, cuando William Lai Ching-te, que coquetea con la
independencia, se convierta en presidente.
En defensa,
sólo habrá un aumento del 7,2% en 2024, una miseria comparado con el
presupuesto de defensa del Hegemón, que ahora se acerca a los 900.000 millones
de dólares: el de China es de 238.000 millones de dólares, incluso cuando el
PIB nominal de China se acerca al de Estados Unidos.
Una gran parte
del presupuesto de defensa de China se destinará a tecnología emergente,
teniendo en cuenta las lecciones inmensamente valiosas que el Ejército Popular
de Liberación está aprendiendo del campo de batalla del Donbass, así como la
parte de interacciones profundas de la asociación estratégica Rusia-China.
Y esto nos
lleva a la diplomacia. China seguirá firmemente posicionada como defensora del
Sur Global. Así lo hizo explícito el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi,
en una rueda de prensa al margen de la Asamblea Popular Nacional[4].
Las prioridades
de Wang Yi: «mantener relaciones estables con las grandes potencias; aunar
esfuerzos con sus países vecinos para el progreso y esforzarse por
revitalizarse con el Sur Global».
Wang Yi volvió
a insistir en que Pekín está a favor de un mundo multipolar «igualitario y
ordenado» y de una «globalización económica integradora».
Y, por
supuesto, no podía permitir que el Secretario de Estado estadounidense, Little
Blinken –siempre fuera de sí–, se saliera con la suya con su última «receta»:
«Es inadmisible que los que tienen el puño más grande tengan la última
palabra y es definitivamente inaceptable que ciertos países deban estar en la
mesa mientras otros sólo pueden estar en el menú».
La BRI como
acelerador global
Wang Yi volvió
a insistir en el impulso de una cooperación de «alta calidad» en el marco de
la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI). Definió la BRI como «un motor para
el desarrollo común de todos los países y un acelerador para la
modernización del mundo entero». De hecho, Wang Yi se mostró esperanzado ante
la aparición de un «momento del Sur Global en la gobernanza mundial», en
el que China y la BRI desempeñan un papel esencial.
El informe de
trabajo de Li Qiang, por cierto, sólo contenía un párrafo sobre la BRI. Pero
entonces encontramos esta pepita de oro cuando Li se refiere al Nuevo Corredor
Internacional de Comercio Marítimo y Terrestre, que une el suroeste de China,
sin salida al mar, con el litoral oriental, a través de la provincia de
Guangxi.
Traducción: La
BRI se centrará en abrir nuevas vías económicas para las regiones menos
desarrolladas de China, diversificando el énfasis anterior en Xinjiang.
Wei Yuansong es
miembro de la CCPPC y del Partido Democrático de los Campesinos y los
Trabajadores de China, uno de los ocho partidos políticos chinos que no
pertenecen al PCCh (muy pocos fuera de China lo saben).
Ofreció
algunos comentarios[5] fascinantes
sobre la BRI a Fengmian News y también subrayó la necesidad
de «contar bien la historia de China» para evitar «conflictos e incidentes» a
lo largo del camino de la BRI. Para ello, Wei sugiere la necesidad de utilizar
un «lenguaje internacional» al contar estas historias; eso implica utilizar el
inglés.
En cuanto a lo
que dijo Wang Yi en su rueda de prensa, en realidad eso se discutió en detalle
en la Conferencia Central de Trabajo sobre Asuntos Exteriores celebrada a
puerta cerrada a finales de 2023, donde se estableció que China se enfrentaba
a «oportunidades estratégicas» para aumentar su «influencia, atractivo y poder
internacionales» a pesar de los «vientos fuertes y las aguas agitadas».
Lo más
importante: la guerra narrativa entre China y el Hegemón será implacable.
Pekín confía en ser capaz de ofrecer estabilidad, inversión, conectividad y
una diplomacia sólida a todo el Sur Global, en lugar de guerras eternas.
Así lo
refleja, por ejemplo, Ma Xinmin, asesor jurídico del Ministerio de Asuntos
Exteriores chino, al afirmar ante la Corte Internacional de Justicia que los
palestinos tienen derecho a la resistencia armada[6] cuando
se trata de luchar contra el Estado colonialista, racista y de apartheid de
Israel. Por lo tanto, Hamás no puede ser definida como una organización
terrorista.
Esta es la
posición abrumadora en todas las tierras del Islam y en la mayoría del Sur
Global, que une a Pekín con Brasil, miembro del BRICS, y con el presidente
Lula, que comparó el genocidio de Gaza con el genocidio nazi en la Segunda
Guerra Mundial.
Cómo resistir
las sanciones colectivas de Occidente
Las Dos
Sesiones reflejaron la plena comprensión de Pekín de que las tácticas
hegemónicas de contención y desestabilización siguen siendo el mayor desafío
para el ascenso pacífico de China. Pero, al mismo tiempo, reflejaron la
confianza china en su influencia diplomática mundial como fuerza de paz,
estabilidad y desarrollo económico. Es un equilibrio extremadamente delicado
que sólo el Reino Medio parece capaz de lograr.
Luego está el
factor Trump.
El economista
Ding Yifan, ex subdirector del Instituto de Desarrollo Mundial, que forma parte
del Centro de Investigación para el Desarrollo del Consejo de Estado, es uno
de los que saben que China está aprendiendo lecciones clave de Rusia sobre
cómo resistir las sanciones colectivas de Occidente, que serán inevitables
contra China, especialmente si Trump vuelve a la Casa Blanca.
Y eso nos lleva
a la cuestión clave que se está debatiendo actualmente en Moscú, dentro de
la asociación Rusia-China, y pronto entre los BRICS: pagos de liquidación
alternativos al dólar estadounidense, aumento del comercio entre «naciones
amigas» y controles sobre la fuga de capitales.
Casi todo el
comercio entre Rusia y China se realiza ahora en yuanes y rublos. Así como el
comercio ruso con la UE cayó un 68% en 2023, el comercio con Asia aumentó un
5,6% –con nuevos hitos alcanzados con China (240.000 millones de dólares) y la
India (65.000 millones de dólares)– y el 84% de las exportaciones totales de
energía de Rusia se destinan a «países amigos».
Las dos
sesiones no entraron en detalles sobre algunas cuestiones geopolíticas
extremadamente espinosas. Por ejemplo, la versión india de la multipolaridad
–teniendo en cuenta la historia de amor no resuelta de Nueva Delhi con
Washington– es bastante diferente de la china. Todo el mundo sabe –y nadie más
que los rusos– que dentro de los BRICS 10 la mayor cuestión estratégica es
cómo acomodar la perpetua tensión entre India y China.
Lo que está
claro, incluso tras la niebla de buena voluntad que envuelve a las dos
sesiones, es que Pekín es plenamente consciente de cómo el Hegemón ya está
cruzando –deliberadamente– una línea roja clave para China, al estacionar
oficialmente «tropas permanentes» en Taiwán.
Desde el año
pasado, las fuerzas especiales estadounidenses entrenan a los taiwaneses en el
manejo de los nano microdrones Black Hornet. En 2024, asesores militares
estadounidenses se desplegarán a tiempo completo en las bases militares de las
islas de Kinmen y Penghu.
Los que
realmente dirigen la política exterior estadounidense detrás del maniquí de
pruebas de choque de la Casa Blanca creen que, aunque son impotentes para
manejar a los Huzi Ansarallah en el Mar Rojo, son capaces de pinchar al
Dragón.
Ninguna postura
alterará la hoja de ruta del Dragón. La resolución política de la CCPPCh
sobre Taiwán llama a unir «todas las fuerzas patrióticas», «profundizar la
integración y el desarrollo en diversos campos a través del estrecho de
Taiwán» e ir a por todas en la «reunificación pacífica». Esto se traducirá
en la práctica en una mayor cooperación económica y comercial, más vuelos
directos, más puertos de carga y bases logísticas.
Mientras el
Proyecto Ucrania se va por el desagüe de la historia, el Proyecto Taiwán irá
a toda máquina. Las guerras eternas nunca mueren. El Dragón está listo.
Fuente: https://strategic-culture.su/news/2024/03/12/confident-dragon-lays-out-modernization-roadmap/
Notas:
[1] https://www.globaltimes.cn/page/202403/1308571.shtml
[2] https://www.scmp.com/news/china/politics/article/3254098/chinas-premier-li-qiang-wont-meet-press-after-two-sessions-first-time-3-decades?
module=inline&pgtype=article
[3] https://www.scmp.com/property/article/3253777/china-property-sales-fall-february-expectations-grow-purchase-restrictions-could-be-eased?
module=inline&pgtype=article
[4] https://www.scmp.com/topics/national-peoples-congress?module=inline&pgtype=article
[5] https://blog.us2.list-manage.com/track/click?u=3ad225a592b2e34cc118f9549&id=2ddd92cd5e&e=ba7a391ffb
[6] https://dongshengnews.us8.listmanage.com/track/click?u=3804e8517f18cc127a31574ee&id=847f8cece6&e=c35a501c57