miércoles, 26 de junio de 2024
Nuevo avance de la democracia oligárquica
Nuevo avance de la democracia
oligárquica
Rebelion
26/06/2024
Fuentes: Rebelión
A partir de
1492 la conquista española y portuguesa (y otras potencias europeas sobre todo
en el Caribe) marcó una nueva época histórica para América Latina y de allí
parten una serie de condiciones económicas y sociales que resultaron herencias
coloniales reconfiguradas durante la construcción de las repúblicas.
Las culturas indígenas y las formas organizativas de los grandes imperios
Azteca e Inca fueron arrasadas por la conquista española. Las poblaciones que
sobrevivieron lograron mantener su vida comunitaria interna, pero fueron
subordinadas a los encomenderos. La colonia introdujo la esclavitud, con
africanos destinados a las regiones con escasa o nula población indígena y a
las zonas tropicales o las minas. El mestizaje complejizó la estructura social.
A mediados del
siglo XVII los rasgos fundamentales de la colonia estaban consolidados con un
71.1% de población indígena, 10.4% de negros, 9.4% blancos, 5.7% mestizos y
3.4% de mulatos, como lo ha destacado el historiador Manuel Lucena S. Una élite
de “blancos” de origen español o americano por nacimiento (criollos)
explotaban indios y esclavos, cuyas condiciones de vida fueron miserables; y,
además, eran los grandes propietarios de tierras (haciendas, estancias,
plantaciones), comercios y minas. La legislación sancionó un sistema de
“castas”, con privilegios exclusivos para los blancos. Intentó proteger a los
indígenas y regular su trabajo, así como el de los esclavos; pero en las
colonias españolas fue usual la fórmula “la ley se acata, pero no se cumple”.
El poder
político, bajo la forma de monarquía, se organizó sobre la
jerarquización social, de modo que solo los españoles blancos podían ejercer
los cargos superiores como virreyes, presidentes de las audiencias o
gobernadores, mientras que para los criollos quedaron los puestos menores y el
resto de la población permaneció excluida del acceso al control de las
instituciones del gobierno. Fue excepcional que algún indígena o mestizo (más
raro aún que sea negro) llegara a tomar importancia y alcanzara el nombramiento
para algún cargo significativo en la administración del Estado.
La rigidez de la estructuración política colonial provocó frecuentes
“levantamientos” y “sublevaciones” indígenas, cimarronajes de esclavos,
movilizaciones y protestas de los mestizos. La represión normalmente fue
brutal. Las contradicciones entre criollos y españoles se profundizaron durante
el siglo XVIII y estallaron a inicios del XIX, derivando en los procesos de
independencia, aunque solo la de Haití (1804) fue conducida por negros y
mulatos. Entre 1809 y 1824 las luchas independentistas, si bien tienen una importancia
mundial e histórica por haber logrado la ruptura del coloniaje en plena época
de despegue del capitalismo, de todos modos, fueron encabezadas por criollos y
el poder político que instalaron no alteró la herencia colonial ni la
explotación humana.
América Latina adoptó la forma republicana de organización
política, basada en la tripartición de funciones (ejecutivo, legislativo,
judicial), con autoridad suprema de la Constitución y con régimen presidencialista.
Teóricamente se proclamó la democracia representativa. Pero se
consagró el poder de los propietarios, pues adquirieron la categoría de ciudadanos aquellos
que poseían cierta riqueza y sabían leer y escribir, con lo cual fue excluida
la enorme mayoría de la población. La esclavitud fue abolida a mediados de
siglo, pero la situación indígena no se alteró hasta bien entrado el siglo XX,
aunque la Revolución Mexicana (1910) impulsó la primera reforma agraria.
Gracias al avance y triunfo del liberalismo contra el dominio de los conservadores,
se logró la igualdad jurídica ante la ley, fueron reconocidos los derechos
individuales y se fortaleció la democracia representativa.
El crecimiento
de las clases trabajadoras, acompañado por los primeros partidos socialistas y
comunistas, logró códigos laborales e instituciones como la seguridad social.
En todos estos procesos también inciden factores internacionales. Además, cada
país tiene historias propias sobre la conflictividad social expresada en luchas
políticas que dieron origen a revoluciones, gobiernos constitucionales,
caudillos civiles y militares, dictaduras, regímenes autoritarios o más
“democráticos” y promotores del bienestar colectivo. Las instituciones del
Estado y la administración política siempre han estado condicionadas por la evolución
económica.
La forma republicana, la democracia representativa, el presidencialismo han
progresado sobre todo durante la segunda mitad del siglo XX y particularmente a
fines del mismo, cuando se logró desalojar a los regímenes oligárquicos
tradicionales y a las dictaduras militares macartistas y terroristas de la
época de la Guerra Fría. Países como Ecuador lograron avances que no se han
generalizado totalmente en América Latina, como los que contiene la
Constitución de 2008 (dio continuidad a las progresistas Constituciones de
1929, 1945 y 1979), que fundamenta una economía social, reconoce
amplios derechos individuales, sociales, de género, colectivos y de la
naturaleza, así como el autogobierno y la justicia indígenas en las
comunidades. Pero las proclamas teóricas no implican que la sociedad funcione
como los ideales escritos.
Resulta paradójico que con el avance del siglo XXI el mayor obstáculo a la
república democrática representativa ha pasado a ser el neoliberalismo y
recientemente el libertarianismo anarco-capitalista, que es su
expresión “superior”. Estas ideologías han permitido la reconfiguración del
poder en manos de élites empresariales, sociales, mediáticas y políticas que,
con el control del Estado, por medio de gobiernos que las expresan, han
golpeado seriamente las instituciones que se tenían como bases para una nueva
historia y han arrasado sobre todo con derechos laborales. Han favorecido la
reconstitución de sociedades jerárquicas, además de beneficiarse con la
captación privilegiada de los recursos públicos y el sometimiento del Estado a
sus intereses crematísticos y rentistas.
En América Latina tanto Ecuador como Argentina han pasado a ser los países a la
punta de lo que son las repúblicas democráticas oligárquicas (https://t.ly/UydyA), si seguimos los conceptos y el sentido
que tuvo la democracia en la antigua Grecia, estudiada en Filosofía y
democracia en la Grecia Antigua por la historiadora Laura Sancho R.
En Ecuador
pocos propietarios (olígoi) controlan los poderes económico y político (kratos);
y han sometido a la población (démos) a condiciones en las cuales solo
avanzan la inseguridad colectiva, el desempleo, la informalidad y el subempleo,
el trabajo precario y flexibilizado, la dependencia externa, la corrupción
privada. El presidente Javier Milei nuevamente ataca como aberrante a la justicia
social, suponiendo que la redistribución de la riqueza es un “robo” a los
propietarios de la misma (https://t.ly/PIDQC ; https://t.ly/z66ZN), mientras desconoce que es esa propiedad
la que históricamente se ha erigido sobre la explotación humana y el robo al
trabajo socialmente generado. Se identifica socialismo con pobreza, sin
advertir lo que ha ocurrido con el neoliberalismo latinoamericano causante de
la miseria en los países en los que sus consignas se han aplicado. Se
reivindica como “libertad” sin Estado a un capitalismo de libre competencia y libre
explotación a los trabajadores. En los dos países la defensa de la democracia-oligárquica se
encamina a la criminalización y represión de la protesta social.
Blog Historia y Presente:
www.historiaypresente.com
La izquierda y el complejo de Ching Ling Foo
El futuro
de la izquierda pasa por desechar las acrobacias y los malabarismos, y tejer
desde abajo. Tan simple como eso.
La izquierda y el complejo de
Ching Ling Foo
El Viejo Topo
26 junio, 2024
Ching Ling Foo,
cuyo verdadero nombre era Zhu Liankui, nació en Beijing en 1854. Desde niño se
sintió atraído por la tradición de la magia china, enrolándose muy pronto en
una troupe de artistas callejeros. Así, poco a poco, fue conquistando una
reputación que le convertiría en el primer mago chino con fama mundial tras
viajar a Estados Unidos con su espectáculo en 1898. Uno de sus trucos más
aclamados era aquel en el que hacía surgir de la nada un enorme balde de agua
del que hacía salir peces, patos vivos e incluso un niño. Aunque no menos
espectacular resultaba el número en que con una espada decapitaba a su pequeño
ayudante y el niño abandonaba el escenario sin cabeza ante un público
maravillado por el prodigio.
El éxito de
Ching Ling Foo fue tal que muy pronto proliferaron sus imitadores; un fenómeno
que llega hasta nuestros días a la vista del comportamiento de la izquierda
española. Porque nada de lo que está sucediendo en la izquierda de este país se
entiende sin el complejo de Ching Ling Foo que parece marcar su estrategia.
Desde el ámbito de Sumar, porque se pensó que, como el mago chino hacía
aparecer baldes y niños, bastaba un acto de ilusionismo para hacer
aparecer una nueva organización desde la nada. Por su parte, en el
entorno de Podemos aspiraron a conquistar el favor del público con la
decapitación del niño de su contrincante, sustituyendo, eso sí, la espada de
Ching Ling Foo por afilados tuits en las redes sociales.
El resultado es
bien conocido y ha sido un desastre. Porque el secreto de todo buen mago no
reside en tener el truco perfecto sino en ejecutarlo con maestría. Y sobre todo
en lograr maravillar al espectador. Sin embargo, la triste realidad de la
izquierda transformadora española es que al caer el telón del 9J la
mayor parte del público se había ido y los pocos que quedaban aplaudían
desganados con la decepcionante sensación de haberle pillado el truco
al artista. Mientras tanto, en el teatro de al lado, mediocres
prestidigitadores de ultraderecha desataban ovaciones, no por la calidad de su
función sino por su capacidad para imbuir al público de pensamiento mágico.
Llegados a este
punto, el futuro de la izquierda pasa irremediablemente por afrontar la terapia
necesaria para superar, de una vez por todas, su complejo Ching Ling Foo. Y
para ello bien haría en olvidarse de los efectismos de la magia y en centrar su
atención en otras disciplinas circenses, con no menos tradición ni raigambre,
procedentes de China. Me refiero, claro está, a las acrobacias y los
malabarismos. Porque a diferencia del mago, que basa su habilidad en el engaño y
el simulacro, el acróbata y el malabarista provocan la admiración del
público con la realidad desnuda de la contorsión de su cuerpo, con la
agilidad vertiginosa de unas manos sin nada que esconder. Frente a la seducción
posfascista del pensamiento mágico embaucador, la izquierda debe partir de la
difícil y dura realidad; pero no para resignarse a ella, sino para construir
ilusiones de realismo mágico. Y si la ilusión es difícil en estos tiempos de
retirada, al menos un realismo mágico que nos proteja de la humillante
desbandada. O si se prefiere, un pragmatismo mágico que aspire a conquistar más
tiempo de vida, renta básica, vivienda digna; o, simplemente, democracia.
Pero para ello
el reto es dominar el complicado arte de los platillos chinos. Mantener su giro
frenético sobre endebles palitos, mientras vamos sumando nuevas porcelanas a un
inestable baile de equilibrios infinitos. Los platillos no pueden dejar de
rotar: el platillo clase trabajadora, el platillo organizaciones políticas, el
platillo sindical, el platillo feminista, el platillo federal, el platillo de
los nacionalismos, el platillo ecologista, el platillo antirracista, el
platillo LGTBIQ+ y los insospechados platillos que vayan surgiendo
mientras se ejecuta el espectáculo. El esfuerzo es, sin duda, titánico.
Porque cada platillo no tendrá que mantener tan solo su propio equilibrio
rotatorio, sino que deberá convertirse en garantía y apoyo del platillo que
rueda a su lado, a menudo a contrasentido.
Por eso, para
tener éxito la izquierda no puede contentarse con tener un artista estrella, un
virtuoso de los malabares. Ni aspirar a un núcleo irradiador que asegure el
movimiento perpetuo necesario. El primero carecería de la fuerza imprescindible
para sostener esa acumulación de vajilla retando la revolución de sus órbitas.
El segundo está demasiado contaminado de pensamiento mágico y
mesiánico como para romper con el complejo de Ching Ling Foo; menos
aún para evitar la colisiones entre aspirantes irradiadores con dinámicas
propias que amenazan con hacer añicos el vuelo inestable de las porcelanas.
Como antaño conseguimos compañeros de viaje, hoy necesitamos compañeros de
vuelo de platos, cómplices en contorsiones imposibles, aliados en saltos
inimaginables. Necesitamos, en fin, que artistas y público se impliquen en el
espectáculo para hacer posible la proeza en estos tiempos descreídos de
proezas.
Sí, como todo
tratamiento, también la terapia para afrontar el complejo Ching Ling Foo carece
de garantías y sus resultados siempre serán inciertos. Pero si no asumimos sus
riesgos, posiblemente corramos la misma suerte que William Ellsworth Robinson,
aquel prestidigitador norteamericano que acomplejado por el éxito del mago
chino decidió robarle algunos trucos y adoptar el nombre artístico de Chung
Ling Soo. El burdo imitador del maestro oriental gozó durante años de buena
acogida en los teatros. Hasta su actuación el 24 de marzo de 1918 en el Wood
Green Empire Theater de Londres. Ese día William, ataviado con su disfraz de
chino, se propuso ejecutar uno de sus números más espectaculares:
atrapar la bala. El truco era sencillo y seguro, pero algo salió mal.
Tras el estruendo del disparo, un proyectil perforó su pecho y el mago agonizó
en el escenario mientras caía su último telón. Que la izquierda saque conclusiones.
Fuente: InfoLibre
Histórico: Julian Assange recupera su libertad. [Criminales de los grandes capitales o, dicho más amigablemente porque es un día de gran fiesta para algunos de nosotros: sanguijuelas que vivís y engordáis vuestros bolsillos a costa de la sangre de cientos de miles de personas organizando sus asesinatos en la guerra, bombetas inteligentes y tontitas de la OTAN incluidas, con apoyo moralino de tengo yo una oveja Lucera del VI Felipe de los Borbones incluido, servilleteros políticos a vuestro servicio incluidos y zurrapa, zurrapilla y ni fu ni fa de la intoxicación y envenenamiento de la opinión pública, mirad que os digo: que al Julian no lo habéis podido asesinar como era vuestro propósito, de momento. Pero vamos a esperar a ver que tal porque todavía falta el trámite de las Marianas.]
Histórico:
Julian Assange recupera su libertad
25 de junio de 2024 / Por Prensa
KAOSENLARED
El fundador de WikiLeaks llegó a un acuerdo de culpabilidad con Estados Unidos. Perseguido por revelar miles de documentos confidenciales, el periodista australiano dejó la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh. Ahora deberá comparecer ante un tribunal federal en las Islas Marianas.
Por Santiago
O’Donnell y Guido Vassallo
Julian Assange es un hombre
libre. Abordó un avión y dejó el Reino Unido sin
esposas y sin custodia policial. El fundador de WikiLeaks alcanzó
un acuerdo de culpabilidad con la justicia de Estados Unidos que
le permite quedar en libertad después de cinco años de sufrimiento en una
cárcel británica de máxima seguridad. Perseguido por las autoridades
estadounidenses por revelar miles de documentos confidenciales, Assange ahora
deberá comparecer ante un tribunal federal en las Islas Marianas,
territorio estadounidense en el Pacífico, donde se declarará culpable de
“conspiración para obtener y revelar información relativa a la defensa
nacional”. El jefe editor de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson,
adelantó a Página/12 que luego Assange viajará a
Australia para reencontrarse con su familia.
La primicia fue revelada
por WikiLeaks a través de su cuenta en la red social X: “Julian
Assange está libre. Abandonó la carcel de máxima seguridad de Belmarsh en la
mañana del 24 de junio, tras haber pasado allí 1.901 días. El Tribunal Superior
de Londres le otorgó la libertad bajo fianza y fue puesto en libertad en el
aeropuerto de Stansted por la tarde, donde embarcó en un avión y partió del
Reino Unido“. El comunicado agrega que “después de pasar más de cinco
años en una celda de 2×3 metros, aislado 23 horas al día, pronto se reunirá con
su esposa Stella Assange y sus hijos, que sólo conocieron a su padre tras
las rejas”.
Según el acuerdo alcanzado
con el Departamento de Justicia, Assange, de 52 años y nacionalidad
australiana, se declarará culpable de un solo cargo por conspirar para
obtener y difundir ilegalmente información clasificada.Esta declaración de
culpabilidad la realizará el propio Assange en una comparecencia prevista para
el miércoles a las nueve horas locales en un tribunal de las Islas Marianas,
según una carta del Departamento de Justicia presentada ante el juzgado.
La vista se celebra en ese
lugar debido a la oposición de Assange a viajar al territorio continental de
Estados Unidos y a la cercanía del tribunal con Australia. Según el acuerdo
judicial Assange solo será sentenciado a 62 meses de prisión, equivalentes al tiempo
que pasó tras las rejas en Belmarsh. La defensa del fundador de WikiLeaks no
dio mayores detalles del arreglo para respetar el acuerdo de confidencialidad
con la justicia. Hasta el lunes Assange estaba detenido en el Reino Unido
a la espera de que se resolviera un pedido de extradición de Estados Unidos.
El acuerdo con el
Departamento de Justicia no es algo inesperado. El primer ministro de
Australia, Anthony Albanese, había pedido en varias
ocasiones a Estados Unidos que concluyera el caso. En abril el presidente
estadounidense, Joe Biden, dijo que lo estaba considerando. Organizaciones que
defienden la libertad de prensa llevan años pidiendo la liberación de Assange y
su esposa, Stella, lideró una campaña en su defensa de la que participaron
varios personajes famosos y políticos.
El hombre
que hizo temblar a los poderosos
Assange creó en 2006 un
medio de comunicación sin fines de lucro al que llamó WikiLeaks. Allí
publicó más de 10 millones de documentos clasificados proporcionados por
fuentes anónimas. Estados Unidos se encontró de pronto con un medio que
revelaba los más oscuros secretos filtrados desde el Pentágono sobre sus
operaciones en Irak y Afganistán y sobre su manejo de la cárcel de Guantánamo,
además de correspondencia confidencial del gobierno y sus embajadas en todo el
mundo.
En 2010 Assange fue
designado por los lectores de la revista Time como personaje
del año y el semanario Newsweek lo definió en
2012 como uno de los personajes más revolucionarios. Precisamente en 2010,
cuando WikiLeaks alcanzó su mayor popularidad con sus filtraciones explosivas,
Suecia reclamó la detención de Assange por dos acusaciones, una por la
violación de una mujer y otra por acoso sexual, durante una visita a Estocolmo
para dar una conferencia. Esos cargos serían abandonados con el tiempo.
Assange negó la veracidad
de ambas acusaciones, pero tuvo que purgar un arresto domiciliario en la casa
rural inglesa de un amigo y colega, hasta que en mayo de 2012 el Tribunal
Superior de Londres accedió a su extradición a Suecia. En junio, ante el acoso
al que estaba siendo sometido y para evitar su extradición, Assange se
refugió en la embajada de Ecuador en Londres, donde estuvo siete años durante
el gobierno de Rafael Correa.
Con la llegada al poder de
Lenin Moreno, Ecuador dejó de darle asilo a Assange. Fue detenido por las
autoridades británicas el 11 de abril de 2019. En septiembre de 2021 una investigación de Yahoo
News denunció que la CIA planeaba secuestrar o incluso matar a Assange en la
embajada. Esa denuncia fue confirmada a Página/12 por
Kristinn Hrafnsson, quien sostuvo que “la investigación de Yahoo News no
fue desmentida por nadie y fue incluso confirmada por el exdirector de la CIA,
Mike Pompeo”.
El 23 de mayo de 2019 la
justicia estadounidense, que ya lo acusaba de “piratería informática”, lo acusó
por otros 17 cargos en virtud de las leyes antiespionaje. Assange
se exponía a hasta 175 años de cárcel. El 24 de febrero de 2020 la justicia
británica empezó a examinar la solicitud de extradición estadounidense, que fue
postergada debido a la pandemia de covid-19. La esposa de Assange, la
abogada Stella Morris, advirtió que entregarlo a Estados Unidos desembocaría en
una “pena de muerte”.
El 4 de enero de 2021 la
jueza británica Vanessa Baraitser rechazó la solicitud estadounidense, considerando
que las condiciones de encarcelamiento en ese país podían conllevar un riesgo
de suicidio. La justicia británica decidió mantenerlo tras las rejas. En
diciembre de ese año el Tribunal Superior de Londres anuló el rechazo a la
extradición al considerar que Estados Unidos había brindado garantías sobre el
trato que le sería brindado al fundador de WikiLeaks.
El 26 de marzo de este año
los jueces británicos pidieron a las autoridades estadounidenses que garanticen
que Assange podría acogerse a la Primera Enmienda de la Constitución, que
protege la libertad de expresión, y que no sería condenado a la pena de muerte.
Pero las garantías presentadas por Estados Unidos en el primero de los puntos
no lograron convencer a los magistrados del Tribunal Superior londinense.
El 9 y el 10 de julio se
esperaba examinar el recurso de Assange contra su extradición hacia Estados
Unidos, pero el acuerdo conocido en las últimas horas puso fin a una tormentosa
novela que duró casi 14 años. Assange defendió en todo momento que las
informaciones reveladas en 2010 sirvieron para dar a conocer crímenes de guerra
cometidos por Estados Unidos.
En las distintas etapas del
juicio los familiares de Assange alertaron sobre el deterioro de su salud. Un
año y medio atrás Hrafnsson reconoció a este diario: “Belmarsh es un lugar
horrible para una persona del calibre de Julian y para cualquiera. Está perdiendo
peso y temo por su vida. Es una presión horrible”. Su defensa también se cansó
de advertir en las diferentes vistas sobre un riesgo de suicidio en caso de
extradición.