viernes, 25 de diciembre de 2020
Otro castañazo marcial más antes del que venga a continuación. ¡Más madera, que es la guerra! Y así que estaba llorando como una Magdalena el Rey Boaddil el Despeinado de Granada, demócrata de toda la vida, por los patios de la Alhambra, porque le habían quitado la pensión, la seguridad social, la tranquilidad laboral y un bocadillo de jamón con tomate que tenia, fue cuando su madre se le acercó para soltarle un escopetazo en mitad de la cara del siguiente tenor: ¡Pues haberte metido en política para defender tus derechos, majo!, en vez de haber gastado el tiempo mirando a las nubes y en la tontada esa del voto ciego al líder liderado ese del Al Alid Traed Quel Solito Comerá para que te sacara las castañas del fuego. ¡Inocente!, que eso es lo que eres tú, un inocente y un quejicas llorón, para que te vayas enterando, Rey mío. Y ahora vas y lo cascas. Que te conozco. Llorón. Que no me cansaré de repetírtelo, llorón.
Más de 1.500 millones de
sobregasto, como regalo militarista navideño
KAOSENLARED
25 Dic, 2020
A falta de
cerrar el ejercicio de 2020, las liquidaciones de ejecución del presupuesto del
Estado que publica la Intervención General de la Administración del Estado
(IGAE) nos arroja luz sobre el «sobregasto» del Ministerio de Defensa y,
hasta donde la complejidad y opacidad de nuestras cuentas públicas lo permiten,
nos permite extrapolar estos datos al enorme gasto militar español.
La IGAE ha
publicado un resumen de la liquidación del gasto de los presupuestos generales
del Estado (PGE) hasta 31 de octubre de 2020. Conforme a este, Defensa (sin
contar con los organismos autónomos militares y otras trasferencias que
financian gasto militar pero que se encuentran en otros ministerios) ha
dispuesto y gastado 9.529,48 millones de euros, 792,09 millones más de los
presupuestados para todo el año 2020, lo que quiere decir que un euro de cada
doce gastados por Defensa ha sido gasto no presupuestado.
Ello sitúa al
Ministerio de Defensa como el cuarto ministerio que más ha «sobregastado»
hasta 31 de octubre (los de Asuntos exteriores y Transición Ecológica han
gastado menos de lo presupuestado hasta dicha fecha, lo cual a la vez nos
enseña las terribles prioridades de nuestro poder militarista), únicamente por
detrás de Trabajo (que ha soportado el peso principal de la crisis de este año
y se ha visto obligado a extraordinarias medidas para ello) Hacienda, que ha
tenido que asumir créditos extra para responder a la pandemia y Sanidad, que
igualmente se ha visto desbordada por la pandemia y cuyo mayor gasto se
justifica por esta.
Lo vemos en esta
primera gráfica que se acompaña:
Es curioso comprobar cómo la suma de «sobregasto» de interior y Defensa, los mecanismos de control y securitización de los que dispone el Estado dentro de su estructura e idea militarista de seguridad, suman nada menos que un sobregasto de 1.578,78 millones de euros, algo peculiar en una situación como la actual, donde la pregunta sobre «cañones o mantequilla» debiera inclinarse hacia la segunda, pero, como es habitual en nuestra política, se inclina groseramente hacia la primera.
Por otra parte, 1.578,78 millones de euros, el sobregasto de defensa +
interior, es más de lo que se presupuestó para todo el año el ministerio de
Presidencia e igualdad (614,32 millones de euros) o el de Cultura (1.269,83
millones de euros), y muy cerca de lo gastado en justicia (1881 millones) o
educación, por poner varios ejemplos esclarecedores.
La cifra que
este año arroja el sobregasto militar es inferior, en términos porcentuales y
absolutos, a la de otros ejercicios, lo cual tiene una doble explicación a mi
entender:
- La primera, que gran parte del gasto que antaño se
ocultaba para la compra de armas y un mayor porcentaje de la participación
española en operaciones exteriores del que antes se afloraba, aparecen
ahora en los presupuestos generales y no como ejecución de gasto no
presupuestado, en un intento de congraciarse con la retahíla de EE. UU de
acercar los gastos de defensa de los países OTAN al 2% PIB.
- Y la segunda -peor noticia a mi entender- que faltan de
contabilizar dos meses, noviembre y diciembre que, todo sea dicho, son
meses tradicionalmente utilizados para colarnos compromisos de gasto
militar (y para muestra un botón: por medio de RD 1053/2020 de 1 de diciembre
se han modificado, con vigencia desde el 1 de noviembre de 2020, las
retribuciones del personal en la reserva se han aumentado, lo que implica
un aumento de gasto no previsto a partir de noviembre de 2020).
Es llamativo
comprobar lo rematadamente mal que calculan en Defensa, donde año tras año,
presupuestan bastante «de menos» de lo que gastan. ¿será incompetencia o una
argucia para que parezca que gastan menos de lo que realmente gastan?
Si revisamos los cuadros de «desvío» entre 2011 a la fecha actual (pendiente de
cerrar porque aún queda por contabilizar noviembre y diciembre) no podemos sino
estremecernos ante el desparpajo de las cuentas militares que pagamos entre
todos.
Pero la caja de sorpresas no acaba aquí.
La liquidación
que ofrece IGAE a 31 de octubre de 2020 refleja también la ejecución
presupuestaria destinada a inversiones reales de los distintos ministerios.
Aquí, el gasto militar aparece como todo un campeón. Es el ministerio más
«inversor» de todos, nada menos que el 47,71 % del total de la inversión
real efectuada por los ministerios.
¿Y a dónde van a
parar tan cuantiosas inversiones, las más gruesas del Estado? Pues básicamente
a comprar armas y financiar los innecesarios y carísimos programas especiales
de armamentos que nos tienen endeudados en la actualidad en cifras astronómicas
de más de 40.000 millones de euros. Un gasto injusto e insostenible, pero,
sobre todo, inmoral, generador de deuda inmoral que unos cuantos han asumido en
nuestro nombre y para nuestra desgracia. Sólo nos falta una cuarta «i»,
por ejemplo, la de idiotas de remate, esta aplicable a la gente de a pie, que
soportamos sin rechistar tal tropelía.
También el
Ministerio de Defensa aparece como campeón en gasto en los llamados gastos
«plurianuales», nada menos que el 45,6 % del gasto por este tipo de
partidas.
Esto es
igualmente muy relevante, porque en el caso de educación, el segundo, su
posición es coyuntural y no ocurre todos los años, probablemente porque ha sido
este en el que han tenido que comprometer más partidas a pagar en varios años a
causa de la pandemia, y porque Defensa siempre acumula cifras muy elevadas
respecto al resto de partidas plurianuales de los otros ministerios.
¿indica algo?
Principalmente el pago de gastos de armas (de nuevo) y de logística que se
trocean y pagan en varias anualidades para que no canten tanto en las cuentas
públicas.
Lamentablemente.
Los datos que ofrece IGAE en sus avances mensuales no desagregan el gasto
militar que se cuela en otras partidas ocultas en otros ministerios u
organismos. Como sabemos, el gasto militar se encuentra disperso en los
organismos autónomos militares, en las clases pasivas, así como en otros
ministerios, de los que IGAE únicamente nos permite, en sus informes anuales
(que publica con dos años de retraso sobre el ejercicio vigente) conocer el
gasto militar que endosa industria por medio de los programas de I+D militar.
Deberemos
esperar dos añitos para sacar más conclusiones, porque, hasta la fecha, nadie
de entre los 350 preclaros y muy trabajadores diputados ha tenido la ocurrencia
de exigir una contabilización completa del gasto militar español, se encuentre
donde se encuentre, o una auditoría que incorpore también la repercusión de la
deuda y nos ofrezca claridad sobre una materia tan opaca.
Si les digo la
verdad tampoco creo que nadie de todos esos circunspectos e insultantes
diputados tenga la más mínima intención de poner el dedo en la llaga.
Menos los gobiernos, sean del signo que sean, que hasta la fecha ha hecho
siempre la misma política de defensa desde que se inventó el ministerio del
ramo.
Unos y otros
apelan al voto mayoritario y a la teología de la representación para hacer su
santa voluntad. Todos los votos valen iguales, nos dicen, y son más los que
votan leña al mono que los que no (lo cual tampoco está comprobado porque de
ciertas cosas no se pregunta) Ahora que se ha vuelto tan vigente la idea de la
igualdad, reyes incluidos, conviene decir que tras el voto igual la parte que
no nos dicen es que todos los votos, lo que valen es igual de poco, porque
luego los que mantienen los palos del sombrajo ya se encargan de marcar las
cartas y de cambiar las reglas de juego.
Hacer lobby ante
estas señorías acomodaticias es, por tantas razones, gastar pólvora en salvas
con el agravante de que muy probablemente utilizarán lo que les venga bien del
relato para fines nada parecidos a nuestros deseos, porque estos señores, sean
del partido nominal que sean, son todos socios del gran partido militarista
tácito español, un partido con amplia raigambre histórica y muy militante, como
se comprueba por los últimos apoyos al ruido de sables y rebuzno del momento.
Lo dicho, nos han dado ya el regalo de navidad, en forma de aplastante gasto
militar en detrimento de las necesidades sociales. Y lo que nos queda, porque,
como ya analizamos en un artículo anterior, el gasto militar de 2021 viene
calentito y preñado de infamia.
https://www.grupotortuga.com/Mas-de-1-500-millones-de
*++
Siempre que ocurre igual pasa lo mismo: que cuando los trabajadores se inhiben de la política y toda intervención en la misma se reduce a votar cada cuatro años, el empeoramiento de las condiciones de vida generalizado está asegurado (Véase lo ocurrido desde 2008 a esta parte, únicamente como ejemplo). Los fascismos que le corresponde al siglo XXI (Compruébese que aquí no se menciona el tuli tuli del franquismo ni el nazismo) como instrumentos de defensa de los intereses del capital en la actualidad y que representa como artista invitado y agazapado bajo la mata VOX, hasta que le toquen la campana y le autoricen, las autoridades competentes, el meneo, palo y tente tieso que te va otro en los sitios pertinentes: calles, plazas, locales, en fin, donde mande el amo capital, sirviéndole como pienso de primera calidad el PP (Aquí se refiere uno a dirigentes, y no a votantes o simpatizantes normales sin cargos de los partidos), no se crían ni engordan solos, sino que necesitan de ese alejamiento de los trabajadores de la política, a lo que contribuyen los jefes de los partidos en el gobierno, al no potenciar la organización política efectiva de los trabajadores mediante el funcionamiento efectivo de sus Agrupaciones locales; Círculos y Asambleas locales, y como esto no lo están haciendo los correspondientes partidos, pues ahora ya podemos empezar a hablar del la, le, li, lo, lus del feminismo, del verde, verde, pero que sea bien verde, pero verde, del ecologismo verde y de la manteca colorá, para no interrumpir el empeoramiento de las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población, salvo, que, los trabajadores saquemos la cabeza del sobaco, que del miedo, temporalmente puede guardar, pero que asegura que vamos al agujero, fijo. [Esta entradilla y el artículo que sigue publicado en el Blog El Ojo Atípico, el señor de Facebook no me deja compartirla directamente del Blog a otras cuentas de Facebook, desde el 17 de enero de este año, ni siquiera a la mía, porque dice que no cumple sus normas, que deben ser las de pimpirigaña tengo una caña, o algo parecido]
Un Gobierno bajo de defensas
El Gobierno no ha concitado el apoyo de los sectores más precarios de la población ni de quienes hubieran podido poner el cuerpo para defender medidas más audaces. Unidas Podemos tiene las de perder en el previsible bajón que generan las expectativas de cambio defraudadas.
24 DIC 2020 04:39
Ha pasado un
año desde que los social-comunistas llegaran al Gobierno. Seis
después de la irrupción de Unidas Podemos en el panorama político, la primera
fase del asalto a los cielos se puede dar por concluida.
El resultado es ambiguo. A pesar del
suma y sigue de decepciones en cuanto a la capacidad organizativa en torno a
Pablo Iglesias y su proyecto, la réplica desquiciada de los sectores de centro
y derecha, el ruido de sables y el hostigamiento sin cuartel al Ejecutivo
justifican pensar que la primera experiencia de Gobierno de coalición tras la
II República ha tocado donde más duele a los sectores más retardatarios de la
sociedad. Medidas como el desalojo de los Franco del pazo de Meirás o la Ley de Eutanasia suponen un avance en reivindicaciones de
la izquierda y como tales, las respuestas ultras pueden suponer una
satisfacción temporal para muchas personas.
Este es, sin embargo, un Gobierno
con las defensas bajas. Es decir, un Gobierno que no ha concitado el apoyo de
los sectores más precarios de la población y tampoco la movilización de quienes
hubieran podido poner el cuerpo para defender medidas más audaces en el reparto
y la redistribución de la riqueza. La llegada de la pandemia puede servir como
pretexto para justificar la toma de esas decisiones, pero en cualquier caso
nadie se puede llamar a engaño de que los cambios iban a ser limitados. Con
Nadia Calviño y José Luis Escrivá al volante del proyecto económico, la partida
estaba trucada para que, en resumen, siempre ganase la banca.
Es previsible que los sindicatos de concertación
revisen su indulgencia con el Gobierno actual al hilo de la reforma de las
pensiones, y entonces el actual proyecto progresista se encontrará sin apenas
aliados
El Ingreso
Mínimo Vital no ha sido planteado como un escalón hacia el
cuestionamiento del chantaje del trabajo asalariado sobre miles de trabajadores
pobres. El decreto de stop desahucios ha sido objeto de una disputa
en cuanto el Ministerio de Economía lo ha visto como una oportunidad para
premiar a quienes controlan el parque de Vivienda. La reforma de las pensiones,
que aumentará de 25 a 35 los años para el cálculo para el cobro de
prestaciones, supondrá una pérdida de más del 5% de los ingresos de los futuros
pensionistas. Si se atiende a las declaraciones de la vicepresidenta Carmen
Calvo, el Salario Mínimo Interprofesional quedará virtualmente estancado en
2021, dificultando la propia recuperación económica, para no molestar a unas
empresas multinacionales que no han renunciado a sus dividendos y no han sido
gravadas, en el caso de las que más han ganado en el funesto año 2020, con un
impuesto a la riqueza.
La victoria permanente del statu
quo a la que contribuye el PSOE por su propia naturaleza —y que Unidas
Podemos no tiene capacidad de combatir— puede asegurar unos meses o unos años
de tranquilidad al sistema pero no resuelve ninguna de las circunstancias que
confluyen en la crisis del modelo español. Ni la economía hiperespecializada,
ni los problemas derivados del envejecimiento de la población —relacionados con
la precariedad del empleo y la carestía de la vivienda— y tampoco los problemas
que plantea la emergencia climática se resolverán sin modificar
ese estado actual de las cosas.
Es previsible que los sindicatos de
concertación revisen su indulgencia con el Gobierno actual al hilo de la
reforma de las pensiones, y entonces el actual proyecto progresista se
encontrará sin apenas aliados. Las encuestas ya muestran el desgaste evidente
del proyecto ambiguo que defiende Pedro Sánchez. De cara a los próximos
procesos electorales, Unidas Podemos tiene las de perder en el previsible bajón
que generan las expectativas de cambio defraudadas. Pero, al margen de los
procesos electorales, y al margen de la supervivencia de Unidas Podemos, son
las mayorías sociales quienes pierden sin la movilización ante la pérdida
“suave” de derechos que está navegando el PSOE.
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