Claves de las elecciones en Madrid: la agenda de la derecha y las
contradicciones de la izquierda de Régimen
¿Qué se dirime
en Madrid este 4M? ¿Fascismo versus democracia o la disputa entre dos campos
del régimen del 78? ¿Qué impacto tendrán las elecciones para el panorama
político del Estado español?
Por Beatriz Luque
Kaosenlared
4 May, 2021
El cierre de campaña electoral en Madrid ha coincidido
con los actos de conmemoración del 2 de mayo, aquellos levantamientos del
pueblo madrileño en 1808 contra el invasor francés retratados para la historia
por Goya. Y con múltiples apelaciones a las “invasiones” y al “levantamiento
del pueblo” han culminado todos los candidatos sus actos de campaña, desde la
derecha hasta la izquierda institucional.
«Madrid es España. Esa es nuestra grandeza. En
realidad, esa es nuestra identidad: para ser madrileño basta con querer serlo.
Lo he dicho muchas veces: Madrid es un resumen de lo mejor de cada forma de ser
español. Es España», aseguraba Isabel Díaz Ayuso en el cierre de campaña del
PP. El tono y la apelación a la españolidad era un claro guiño para ese sector
de votantes disputado con VOX que la presidenta de la Comunidad de Madrid
aspira a llevar nuevamente a la “casa común de las derechas” que es el Partido
Popular. Por algo le dicen a Ayuso que es la candidata más trumpista del PP,
recreando una especie de populismo de derechas para “renovar” su mandato.
Por su parte, VOX cerraba la campaña en Plaza de
Colón, asegurando que su objetivo era “evitar que la izquierda entre en el
Gobierno madrileño” y denunciando la “equidistancia” de Casado. La estrategia
electoral de campaña de VOX buscaba asegurarse un lugar a la derecha de Ayuso.
Y lo que es cierto es que logró cambiar la agenda en los últimos días. De
“Comunismo o libertad” (el lema que pretendía imponer Ayuso para polarizar con
Unidas Podemos), se terminó pasando a “Democracia o fascismo”, con Unidas
Podemos y VOX como protagonistas.
No está claro, sin embargo, qué consecuencias tendrán
estas polarizaciones en la campaña electoral. Hasta el momento, todas las
encuestas indican un triunfo para el PP, que podría gobernar en solitario o con
el apoyo de VOX.
El falso relato “democracia o fascismo”
Pedro Sánchez ha intervenido de forma directa en la
campaña, llamando a apoyar a Gabilondo. Según su discurso, este 4M hay que
evitar que VOX tenga influencia en el gobierno madrileño, porque eso implicaría
«el principio del fin de la democracia vigorosa, rebosante de derechos y
libertades».
Una línea similar a la que han tenido todos los
partidos de la izquierda del Régimen en los últimos días: plantear que lo que
se dirime el 4M es la lucha entre “democracia” o “fascismo”. Pero esto es una
trampa. Como ya explicamos en varios artículos publicados en Izquierda Diario,
este relato es una buena forma de “blanquear” al régimen del 78 y sus partidos
tradicionales, empezando por el PSOE.
La polarización “fascismo o democracia” blanquea el
racismo institucional y la represión de quienes supuestamente están del “campo
democrático”. Si el peligro que representa VOX es el aumento de un discurso
reaccionario contra los inmigrantes, lo que hay que empezar por decir es que
cada vez que la policía nacional detiene a un inmigrante, está promoviendo el
ascenso de la extrema derecha. Cada vez que el gobierno “progresista” construye
un nuevo CIE, está colaborando con el aumento de la xenofobia. Cada vez que se
deporta a los migrantes, o se los deja morir en el Mediterráneo, se está
promoviendo el racismo desde el Estado, lo que da alas a la extrema derecha.
Porque como dijo un integrante del Sindicato de Manteros recientemente en una
charla previa al 1 de mayo, “VOX no tiene el patrimonio del racismo. El PSOE
también es racista”. Lo mismo podemos decir sobre la criminalización de la
juventud, o la represión policial en los barrios populares como en Vallekas o
contra las ocupaciones de centros sociales como la Ingobernable. El gobierno
“progresista” ya toma en sus manos gran parte de la agenda de la derecha y la
extrema derecha, por más que estos últimos la radicalicen.
Además, la disyuntiva “fascismo o democracia” blanquea
también a los poderes reales del capitalismo español. En esta campaña
“antifascista” donde hasta el PSOE es un “defensor de la democracia más plena”,
se ha dejado de lado todo cuestionamiento a los que ostentan los poderes reales
y que han amasado fortunas amparados en los mecanismos de esta democracia para
ricos: la banca, las eléctricas, las constructoras y las multinacionales
españolas.
Finalmente, cuando va a cumplirse una década del 15M,
Unidas Podemos cuenta en su haber con haber logrado transformar la lucha contra
“la casta” (PSOE y PP la misma mierda es) en un combate “antifascista” para
investir a Gabilondo en presidente de la Comunidad de Madrid. Eso sí que es
autonomía del discurso, hay que reconocerlo, o más bien, puro relato, que no se
corresponde en lo más mínimo con la realidad.
Más allá de los matices en la campaña, tanto Mas
Madrid como Unidas Podemos apuestan por sumar escaños para gobernar con el PSOE
en la Comunidad de Madrid, recreando y ampliando la coalición “progresista” que
ya gobierna en el Estado español. Y allí está la prueba más concreta de que
todas sus promesas son papel mojado. Porque en más de un año, este gobierno no
ha derogado las reformas laborales, ni ha regularizado a las personas
migrantes, ni ha cerrado los CIEs, ni ha derogado la Ley mordaza. En cambio, ha
destinado miles de millones en ayudas a las grandes empresas, mientras aumenta
el paro y la precariedad. Ha enviado a la policía nacional a reprimir a la
juventud en los barrios obreros, para prohibir las manifestaciones feministas o
desalojar los centros sociales.
Votar al “mal menor” no es la alternativa
Este 4M no se dirime ninguna batalla entre “democracia
o fascismo”, sino entre dos variantes, una conservadora y otra social-liberal,
para superar la crisis del Régimen del 78. Por eso, llamar a seguir apoyando el
“mal menor” del gobierno con el PSOE nada bueno puede traer. Solo es la mejor
forma de evitar una ruptura verdaderamente por izquierda con este régimen
monárquico y para ricos.
Desde la CRT, nos negamos a que la única alternativa
para los trabajadores y trabajadoras, para la juventud, las mujeres combativas
y las personas migrantes sea elegir entre el “mal mayor” y el “mal menor”. Nos
negamos a que la única alternativa sea que no hay alternativa. Por eso, en estas
elecciones no apoyaremos con nuestro voto a las variantes de la izquierda del
régimen. Ante la falta de una candidatura anticapitalista y de clase, llamamos
a votar nulo. Porque lo más importante no es lo que ocurra este 4M, sino lo que
ocurra el día después. Y para eso tenemos que avanzar en coordinar a todos los
sectores en lucha, a la vez que avanzamos en construir una alternativa política
anticapitalista y revolucionaria de la clase trabajadora, las mujeres y la
juventud.
Fuente: Izquierda Diario
*++