EXTREMADURA
Adelante Andalucía o atrás Extremadura. El
conflicto andaluz en clave extremeña
El intento de IU y Podemos
Andalucía, con el apoyo del Partido Popular, PSOE y Vox, de expulsar a la
mayoría del grupo parlamentario de Adelante Andalucía liderado por Teresa
Rodríguez, tiene una explicación política que condiciona el futuro de la izquierda
en el resto de territorios. ¿Qué consecuencia tendrá aquí, en Extremadura?
Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias en el anuncio de
la ruptura entre Adelante Andalucía y Podemos.
Francis Reina
Corbacho
Julian Coppens
Son militantes de Anticapitalistas en Extremadura.
Elsalto
11 NOV 2020 09:30
“Que no
vengan a inventarse un partido político de Andalucía, luego uno de Sevilla,
luego uno de Écija y luego de un barrio de Écija... hacer proyectos
provinciales o locales, eso es tener una perspectiva política muy reducida y
muy mediocre”. Enrique Santiago, secretario general del PCE y diputado de
Unidas Podemos. Madrid, 30 de octubre de 2020.
Hace tres años, todos los partidos, movimientos y
sectores de la izquierda andaluza confluyeron en el diseño de una estrategia
conjunta para hacer frente a Susana Díaz y lo que representaba el PSOE de
Andalucía, ejemplo paradigmático del caciquismo, las redes clientelares y la
corrupción, rémora estructural durante cuarenta años para las clases populares
del pueblo andaluz. Con Teresa Rodríguez como lideresa (indiscutible, también,
dentro de Podemos, tras contar con el voto en primarias de casi 8 de cada 10 de
sus militantes) de un proyecto que, tanto en la teoría como en la práctica,
constituía una estrategia opuesta a las tesis centralistas de la dirección
estatal de Podemos, Adelante Andalucía nacía para “poner en el centro a
Andalucía (…) desde Andalucía, porque nadie mejor que las andaluzas y los
andaluces saben lo que necesita nuestra tierra”.
Con Teresa Rodríguez como lideresa de un proyecto
que, tanto en la teoría como en la práctica, constituía una estrategia opuesta
a las tesis centralistas de la dirección estatal de Podemos
Con ese objetivo fundacional, en noviembre del año
2018 y a escasos días de las elecciones autonómicas en Andalucía, Enrique
Santiago, secretario general del Partido Comunista de España, declaró que
Adelante Andalucía era “la única fuerza capaz de cambiar la realidad de
Andalucía, de garantizar todos los derechos de las andaluzas y los andaluces y
de acabar (…) con el gobierno del PSOE, que en treinta años ha sido incapaz de
garantizar una vida digna a las andaluzas y los andaluces”. Al igual que
Podemos, Izquierda Unida y todos los sectores andalucistas, apoyó
incondicionalmente a Teresa Rodríguez, según sus propias palabras, “la
candidata más firme, la que mejor conoce la realidad andaluza y la que está en
mejores condiciones para mejorar las condiciones de vida del pueblo andaluz”.
Dos años después de aquellas declaraciones, ya hoy,
en 2020, el mismo Enrique Santiago que hiciera campaña por quienes apostaron
por la construcción de un sujeto político andaluz —siendo a posteriori la
coalición con más peso político del “espacio del cambio”, con el 16% de los
votos— afirmó hace un par de semanas, en relación a la expulsión de Teresa
Rodríguez y otros siete diputados del grupo parlamentario de Adelante Andalucía
por parte de la Mesa del Parlamento andaluz, con los votos de PP, PSOE y Vox,
que “no se puede estar dividiendo hasta lo ridículo. Que no vengan a inventarse
un partido político de Andalucía, luego uno de Sevilla, luego uno de Écija y
luego de un barrio de Écija, por decir algo (…) Estamos trabajando por un
proyecto político de ámbito estatal, no en hacer proyectos provinciales o locales,
eso es tener una perspectiva política muy reducida y muy mediocre (…) Nuestro
pueblo, lo que necesita es un partido de ámbito estatal y no partidos locales
que son más fáciles de domesticar por las oligarquías”.
Dos años después de aquellas declaraciones (...) el
mismo Enrique Santiago que hiciera campaña por quienes apostaron por la
construcción de un sujeto político andaluz (...) afirmó que eso es tener una
perspectiva muy mediocre
¿Cómo puede explicarse este giro de 180 grados?
¿Qué explicación político-estratégica se esconde detrás de quien describió como
“buena noticia” el “apoyo masivo” de un “modelo ejemplar para generar
alternativas de gobierno” y, tiempo después, ejecutó la expulsión ilegal de la
lideresa “que mejor conoce la realidad andaluza y la que está en mejores
condiciones para mejorar las condiciones de vida del pueblo andaluz”?
GOBIERNO DE COALICIÓN CON EL PSOE
La entrada de Unidas Podemos en un gobierno de
coalición con el PSOE en el Congreso ha generado una contradicción entre, por un
lado, IU estatal e IU Andalucía y, por otro, Podemos Andalucía, bajo la
dirección de Teresa Rodríguez, y el proyecto del Podemos de Pablo Iglesias.
Esta incoherencia se basa fundamentalmente en una
cuestión política y otra esencialmente orgánica: en el plano político, mientras
que Unidas Podemos está integrado, a nivel estatal, en el Gobierno junto al
PSOE, Adelante Andalucía tiene como principio fundacional no entrar bajo ningún
concepto en gobiernos de coalición —dada, además, la experiencia de IU Andalucía
en el cogobierno con Susana Díaz— con el PSOE andaluz; en el plano orgánico,
Adelante tiene un carácter confederal mientras que, tanto la dirección estatal
de Podemos como la de IU, pretenden seguir apostando por la tradicional idea de
manejar los hilos desde Madrid, entendiendo que el resto de territorios son
sucursales de esa política centralista, algo que choca con la esencia de la
confluencia andalucista.
Tanto la dirección estatal de Podemos como la de
IU, pretenden seguir apostando por la tradicional idea de manejar los hilos
desde Madrid, entendiendo que el resto de territorios son sucursales de esa
política centralista
Más allá de las contradicciones, como —recordemos,
aunque se haya normalizado— pasar de querer acabar con el bipartidismo a
coligarte con el PSOE del Régimen y los ERE, las consecuencias son incontables.
¿Cómo vamos a denunciar la ineficacia del Ingreso Mínimo Vital, la subida de
sueldos a los políticos, la subida de casi el 7% del presupuesto de la Casa
Real o la situación de precariedad y colapso de los hospitales públicos si
ahora el Gobierno somos nosotros? Sirva de ejemplo flagrante de esa
anteposición de la defensa del Gobierno a la protección de las trabajadoras y
trabajadores y, por tanto, de la traición a los principios políticos, cuando IU
ordenó a los diputados de Adelante que dejaran de pedir más carga de trabajo
para los Astilleros de Cádiz porque “no se puede exigir cosas al Gobierno si el
Gobierno somos nosotros”.
Esta cuestión fue la razón principal de la salida
de Anticapitalistas y el equipo de dirección de Teresa Rodríguez de Podemos
Andalucía. La fidelidad a los principios sobre los que se fundó Adelante
Andalucía eran incompatibles con defender la política de Podemos, aunque la
gran mayoría de las y los inscritos en Podemos Andalucía apoyaba la dirección
de Teresa Rodríguez y su proyecto de construir Adelante Andalucía como partido.
Cabe recordar que, en las primarias conjuntas de Adelante Andalucía, la lista
de Teresa Rodríguez, acordada entre las cuatro organizaciones, ganó con el 92%
de los votos. La salida de la antigua dirección de Podemos Andalucía —la
dirección más duradera y, a la vez, la más exitosa electoralmente de toda la
organización de Podemos— fue pactada con Pablo Iglesias con un acuerdo sobre
las actas de los cargos públicos y los recursos económicos, sellado con un
vídeo conjunto de despedida.
Cabe recordar que, en las primarias conjuntas de
Adelante Andalucía, la lista de Teresa Rodríguez, acordada entre las cuatro
organizaciones, ganó con el 92% de los votos
En el plano interno, la sumisión al PSOE y la
defensa a ultranza del Gobierno han ido de la mano de un sinfín de maniobras
internas en Adelante Andalucía de varios grados, tejemanejes tan innumerables
como sus contradicciones ideológicas al aceptar la coligación con el partido de
Pedro Sánchez: oposición interna a la afiliación de Anticapitalistas Andalucía,
convocatoria de reuniones paralelas fuera de los órganos legítimos, quita de
decenas de miles de euros de las cuentas de Adelante de las diputaciones de
Málaga y Huelva, despidos unilaterales y un largo etcétera de operaciones
execrables.
Sin duda, todas esas cutres maniobras de pasillo,
típicas de cualquier casta podrida de la política institucional y sus
habituales repartos del pastel, ajenos a la coyuntura política y a las
necesidades de las clases populares, no tienen en absoluto comparación con la
cacicada que conocimos esta semana pasada: la expulsión de 11 de los 17
diputados del grupo parlamentario por iniciativa de IU, en colaboración con
Podemos y con los votos a favor del PSOE, PP y Vox. Una expulsión sin reunión
previa ni consulta al grupo parlamentario, avisado con diez minutos de
antelación, votada con la derecha y la ultraderecha y, por si fuera poco, en
plena baja por maternidad de Teresa Rodríguez (¡viva la feminización de la
política y la política de cuidados!). Con ese acuerdo con PP y Vox en la Mesa,
y la posterior oferta de pactar los presupuestos andaluces con el Partido
Popular, IU y Podemos han roto con la última pata sobre la cual se fundó
Adelante Andalucía: ser dique de contención a las derechas.
Aunque ahora la Mesa del Parlamento haya
reconsiderado la expulsión, ¿dónde queda el acuerdo sobre las actas de los
cargos públicos y los recursos económicos, simbolizado con un vídeo conjunto de
despedida, entre Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez? ¿Dónde queda aquel “poner
en el centro a Andalucía desde Andalucía”?
Una expulsión sin reunión previa ni consulta al
grupo parlamentario, avisado con diez minutos de antelación, votada con la
derecha y la ultraderecha y, por si fuera poco, en plena baja por maternidad de
Teresa Rodríguez
Desde luego, la integridad en un espacio político
demasiado conocido por sus titulares sobre las luchas internas brilla por su
ausencia. Tanto es así que Alberto Garzón, quien considerara antes de ser
diputado que "el socialismo está en la coalición Adelante Andalucía”,
ahora, preguntado por la situación del grupo parlamentario andaluz, no sólo
defienda la expulsión, sino que, además, considere “el modelo del Gobierno
central de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, exportable también a
Andalucía para hacer frente a la amenaza reaccionaria de la extrema derecha”.
¿CÓMO SE EXTRAPOLA ESTO EN EXTREMADURA?
Hasta ahora hay un consenso tentativo, inarticulado
pero implícito, entre la izquierda a la izquierda del PSOE, al considerar Extremadura
huérfana de un proyecto político extremeño para enfrentar el plan fracasado del
PSOE de Vara (ese extremeñismo vacío, articulado contra Catalunya, dependiente
de Madrid, que echa balones fuera en relación a los históricos fracasos de su
proyecto neoliberal capitalista y que empuja a las mayorías sociales extremeñas
al paro, la precariedad y la emigración).
Al contrario de lo que dicen Alberto Garzón y
Enrique Santiago, un proyecto basado en las realidades de cada territorio, en
el derecho a decidir en un proceso constituyente, tanto en las nacionalidades
históricas como en Extremadura, implantado socialmente, solidario desde abajo
entre los pueblos, no sería fácilmente domesticado “por las oligarquías”. De
hecho, es la historia de Unidas Podemos un ejemplo vivo de la domesticación
total de “un proyecto político de ámbito estatal”, incapaz de responder a las
necesidades particulares de los territorios.
Ahora la duda es, ¿las direcciones de Podemos e IU
Extremadura tienen algo que decir sobre los acontecimientos en Andalucía? ¿Está
bien pactar la expulsión de la mayoría del grupo parlamentario de Adelante
Andalucía con el PP y Vox? ¿Están bien las declaraciones machistas de la
ministra de Igualdad, Irene Montero, más típicas de la casta patronal que de la
voz institucional del 8M?
¿Según el Secretario General del PCE, organizar una
fuerza extremeña, unida bajo un programa para resolver los problemas que
décadas de gobiernos del PSOE no han resuelto, construida aquí, desde abajo, y
no teledirigida según las prioridades de las direcciones estatales, “es tener
una perspectiva política muy reducida y muy mediocre”? ¿El Partido Comunista de
Extremadura piensa igual que su secretario general?
¿Según el Secretario General del PCE, una fuerza
extremeña, unida bajo un programa para resolver los problemas que décadas de
gobiernos del PSOE no han resuelto (...) “es tener una perspectiva política muy
reducida y muy mediocre”?
¿Defender abiertamente —o con un silencio
cómplice—, esa fontanería sucia de marionetas al servicio de “un proyecto de
ámbito estatal” sumiso bajo el paraguas del gobierno “más progresista de la
historia” cuadra con, por ejemplo, defender un tren digno en Extremadura? ¿O el
cierre de Almaraz? ¿La expropiación de las hidroeléctricas y térmicas solares
para dedicar sus beneficios al desarrollo social de Extremadura? ¿Una banca
pública extremeña? ¿El no a las minas? ¿La transición energética? ¿También será
un “modelo exportable” para Extremadura ligarse a Guillermo Fernández Vara y
ser sumiso a sus políticas en nuestra tierra?
Archivado en: Unidas Podemos ‧ Izquierda Unida (IU) ‧ Anticapitalistas ‧ Podemos ‧ Opinión ‧ Adelante Andalucía ‧ Extremadura
*++