jueves, 12 de noviembre de 2020

Uno a uno como vos, Señor. Todos juntos más que vos, le vinieron a decir los nobles aragoneses a su Rey a pesar de que la nobleza aquella no pertenecía ni a Podemos ni a Izquierda Unida. Y es que pasa eso, que cuando los afiliados y militantes de un partido de izquierdas están más a la novena o al Dios te salve Reina y Madre del que más manda en ese partido, entonces ese mandón partidario, el bacalao que seguramente no será capaz de repartir en su casa se pone a repartirlo en el partido. Por el Niñito Jesús lo juro.

 

EXTREMADURA


Adelante Andalucía o atrás Extremadura. El conflicto andaluz en clave extremeña

El intento de IU y Podemos Andalucía, con el apoyo del Partido Popular, PSOE y Vox, de expulsar a la mayoría del grupo parlamentario de Adelante Andalucía liderado por Teresa Rodríguez, tiene una explicación política que condiciona el futuro de la izquierda en el resto de territorios. ¿Qué consecuencia tendrá aquí, en Extremadura?

 

Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias en el anuncio de la ruptura entre Adelante Andalucía y Podemos.

 

Francis Reina Corbacho

Julian Coppens

Son militantes de Anticapitalistas en Extremadura.

 Elsalto

11 NOV 2020 09:30

Que no vengan a inventarse un partido político de Andalucía, luego uno de Sevilla, luego uno de Écija y luego de un barrio de Écija... hacer proyectos provinciales o locales, eso es tener una perspectiva política muy reducida y muy mediocre”. Enrique Santiago, secretario general del PCE y diputado de Unidas Podemos. Madrid, 30 de octubre de 2020.

Hace tres años, todos los partidos, movimientos y sectores de la izquierda andaluza confluyeron en el diseño de una estrategia conjunta para hacer frente a Susana Díaz y lo que representaba el PSOE de Andalucía, ejemplo paradigmático del caciquismo, las redes clientelares y la corrupción, rémora estructural durante cuarenta años para las clases populares del pueblo andaluz. Con Teresa Rodríguez como lideresa (indiscutible, también, dentro de Podemos, tras contar con el voto en primarias de casi 8 de cada 10 de sus militantes) de un proyecto que, tanto en la teoría como en la práctica, constituía una estrategia opuesta a las tesis centralistas de la dirección estatal de Podemos, Adelante Andalucía nacía para “poner en el centro a Andalucía (…) desde Andalucía, porque nadie mejor que las andaluzas y los andaluces saben lo que necesita nuestra tierra”.

Con Teresa Rodríguez como lideresa de un proyecto que, tanto en la teoría como en la práctica, constituía una estrategia opuesta a las tesis centralistas de la dirección estatal de Podemos

Con ese objetivo fundacional, en noviembre del año 2018 y a escasos días de las elecciones autonómicas en Andalucía, Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista de España, declaró que Adelante Andalucía era “la única fuerza capaz de cambiar la realidad de Andalucía, de garantizar todos los derechos de las andaluzas y los andaluces y de acabar (…) con el gobierno del PSOE, que en treinta años ha sido incapaz de garantizar una vida digna a las andaluzas y los andaluces”. Al igual que Podemos, Izquierda Unida y todos los sectores andalucistas, apoyó incondicionalmente a Teresa Rodríguez, según sus propias palabras, “la candidata más firme, la que mejor conoce la realidad andaluza y la que está en mejores condiciones para mejorar las condiciones de vida del pueblo andaluz”.

Dos años después de aquellas declaraciones, ya hoy, en 2020, el mismo Enrique Santiago que hiciera campaña por quienes apostaron por la construcción de un sujeto político andaluz —siendo a posteriori la coalición con más peso político del “espacio del cambio”, con el 16% de los votos— afirmó hace un par de semanas, en relación a la expulsión de Teresa Rodríguez y otros siete diputados del grupo parlamentario de Adelante Andalucía por parte de la Mesa del Parlamento andaluz, con los votos de PP, PSOE y Vox, que “no se puede estar dividiendo hasta lo ridículo. Que no vengan a inventarse un partido político de Andalucía, luego uno de Sevilla, luego uno de Écija y luego de un barrio de Écija, por decir algo (…) Estamos trabajando por un proyecto político de ámbito estatal, no en hacer proyectos provinciales o locales, eso es tener una perspectiva política muy reducida y muy mediocre (…) Nuestro pueblo, lo que necesita es un partido de ámbito estatal y no partidos locales que son más fáciles de domesticar por las oligarquías”.

Dos años después de aquellas declaraciones (...) el mismo Enrique Santiago que hiciera campaña por quienes apostaron por la construcción de un sujeto político andaluz (...) afirmó que eso es tener una perspectiva muy mediocre

¿Cómo puede explicarse este giro de 180 grados? ¿Qué explicación político-estratégica se esconde detrás de quien describió como “buena noticia” el “apoyo masivo” de un “modelo ejemplar para generar alternativas de gobierno” y, tiempo después, ejecutó la expulsión ilegal de la lideresa “que mejor conoce la realidad andaluza y la que está en mejores condiciones para mejorar las condiciones de vida del pueblo andaluz”?

GOBIERNO DE COALICIÓN CON EL PSOE

La entrada de Unidas Podemos en un gobierno de coalición con el PSOE en el Congreso ha generado una contradicción entre, por un lado, IU estatal e IU Andalucía y, por otro, Podemos Andalucía, bajo la dirección de Teresa Rodríguez, y el proyecto del Podemos de Pablo Iglesias.

Esta incoherencia se basa fundamentalmente en una cuestión política y otra esencialmente orgánica: en el plano político, mientras que Unidas Podemos está integrado, a nivel estatal, en el Gobierno junto al PSOE, Adelante Andalucía tiene como principio fundacional no entrar bajo ningún concepto en gobiernos de coalición —dada, además, la experiencia de IU Andalucía en el cogobierno con Susana Díaz— con el PSOE andaluz; en el plano orgánico, Adelante tiene un carácter confederal mientras que, tanto la dirección estatal de Podemos como la de IU, pretenden seguir apostando por la tradicional idea de manejar los hilos desde Madrid, entendiendo que el resto de territorios son sucursales de esa política centralista, algo que choca con la esencia de la confluencia andalucista.

Tanto la dirección estatal de Podemos como la de IU, pretenden seguir apostando por la tradicional idea de manejar los hilos desde Madrid, entendiendo que el resto de territorios son sucursales de esa política centralista

Más allá de las contradicciones, como —recordemos, aunque se haya normalizado—  pasar de querer acabar con el bipartidismo a coligarte con el PSOE del Régimen y los ERE, las consecuencias son incontables. ¿Cómo vamos a denunciar la ineficacia del Ingreso Mínimo Vital, la subida de sueldos a los políticos, la subida de casi el 7% del presupuesto de la Casa Real o la situación de precariedad y colapso de los hospitales públicos si ahora el Gobierno somos nosotros? Sirva de ejemplo flagrante de esa anteposición de la defensa del Gobierno a la protección de las trabajadoras y trabajadores y, por tanto, de la traición a los principios políticos, cuando IU ordenó a los diputados de Adelante que dejaran de pedir más carga de trabajo para los Astilleros de Cádiz porque “no se puede exigir cosas al Gobierno si el Gobierno somos nosotros”.

Esta cuestión fue la razón principal de la salida de Anticapitalistas y el equipo de dirección de Teresa Rodríguez de Podemos Andalucía. La fidelidad a los principios sobre los que se fundó Adelante Andalucía eran incompatibles con defender la política de Podemos, aunque la gran mayoría de las y los inscritos en Podemos Andalucía apoyaba la dirección de Teresa Rodríguez y su proyecto de construir Adelante Andalucía como partido. Cabe recordar que, en las primarias conjuntas de Adelante Andalucía, la lista de Teresa Rodríguez, acordada entre las cuatro organizaciones, ganó con el 92% de los votos. La salida de la antigua dirección de Podemos Andalucía —la dirección más duradera y, a la vez, la más exitosa electoralmente de toda la organización de Podemos— fue pactada con Pablo Iglesias con un acuerdo sobre las actas de los cargos públicos y los recursos económicos, sellado con un vídeo conjunto de despedida.

Cabe recordar que, en las primarias conjuntas de Adelante Andalucía, la lista de Teresa Rodríguez, acordada entre las cuatro organizaciones, ganó con el 92% de los votos

En el plano interno, la sumisión al PSOE y la defensa a ultranza del Gobierno han ido de la mano de un sinfín de maniobras internas en Adelante Andalucía de varios grados, tejemanejes tan innumerables como sus contradicciones ideológicas al aceptar la coligación con el partido de Pedro Sánchez: oposición interna a la afiliación de Anticapitalistas Andalucía, convocatoria de reuniones paralelas fuera de los órganos legítimos, quita de decenas de miles de euros de las cuentas de Adelante de las diputaciones de Málaga y Huelva, despidos unilaterales y un largo etcétera de operaciones execrables. 

Sin duda, todas esas cutres maniobras de pasillo, típicas de cualquier casta podrida de la política institucional y sus habituales repartos del pastel, ajenos a la coyuntura política y a las necesidades de las clases populares, no tienen en absoluto comparación con la cacicada que conocimos esta semana pasada: la expulsión de 11 de los 17 diputados del grupo parlamentario por iniciativa de IU, en colaboración con Podemos y con los votos a favor del PSOE, PP y Vox. Una expulsión sin reunión previa ni consulta al grupo parlamentario, avisado con diez minutos de antelación, votada con la derecha y la ultraderecha y, por si fuera poco, en plena baja por maternidad de Teresa Rodríguez (¡viva la feminización de la política y la política de cuidados!). Con ese acuerdo con PP y Vox en la Mesa, y la posterior oferta de pactar los presupuestos andaluces con el Partido Popular, IU y Podemos han roto con la última pata sobre la cual se fundó Adelante Andalucía: ser dique de contención a las derechas.

 

 

Aunque ahora la Mesa del Parlamento haya reconsiderado la expulsión, ¿dónde queda el acuerdo sobre las actas de los cargos públicos y los recursos económicos, simbolizado con un vídeo conjunto de despedida, entre Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez? ¿Dónde queda aquel “poner en el centro a Andalucía desde Andalucía”?

Una expulsión sin reunión previa ni consulta al grupo parlamentario, avisado con diez minutos de antelación, votada con la derecha y la ultraderecha y, por si fuera poco, en plena baja por maternidad de Teresa Rodríguez

Desde luego, la integridad en un espacio político demasiado conocido por sus titulares sobre las luchas internas brilla por su ausencia. Tanto es así que Alberto Garzón, quien considerara antes de ser diputado que "el socialismo está en la coalición Adelante Andalucía”, ahora, preguntado por la situación del grupo parlamentario andaluz, no sólo defienda la expulsión, sino que, además, considere “el modelo del Gobierno central de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, exportable también a Andalucía para hacer frente a la amenaza reaccionaria de la extrema derecha”.

¿CÓMO SE EXTRAPOLA ESTO EN EXTREMADURA?

Hasta ahora hay un consenso tentativo, inarticulado pero implícito, entre la izquierda a la izquierda del PSOE, al considerar Extremadura huérfana de un proyecto político extremeño para enfrentar el plan fracasado del PSOE de Vara (ese extremeñismo vacío, articulado contra Catalunya, dependiente de Madrid, que echa balones fuera en relación a los históricos fracasos de su proyecto neoliberal capitalista y que empuja a las mayorías sociales extremeñas al paro, la precariedad y la emigración).

Al contrario de lo que dicen Alberto Garzón y Enrique Santiago, un proyecto basado en las realidades de cada territorio, en el derecho a decidir en un proceso constituyente, tanto en las nacionalidades históricas como en Extremadura, implantado socialmente, solidario desde abajo entre los pueblos, no sería fácilmente domesticado “por las oligarquías”. De hecho, es la historia de Unidas Podemos un ejemplo vivo de la domesticación total de “un proyecto político de ámbito estatal”, incapaz de responder a las necesidades particulares de los territorios.

Ahora la duda es, ¿las direcciones de Podemos e IU Extremadura tienen algo que decir sobre los acontecimientos en Andalucía? ¿Está bien pactar la expulsión de la mayoría del grupo parlamentario de Adelante Andalucía con el PP y Vox? ¿Están bien las declaraciones machistas de la ministra de Igualdad, Irene Montero, más típicas de la casta patronal que de la voz institucional del 8M?

¿Según el Secretario General del PCE, organizar una fuerza extremeña, unida bajo un programa para resolver los problemas que décadas de gobiernos del PSOE no han resuelto, construida aquí, desde abajo, y no teledirigida según las prioridades de las direcciones estatales, “es tener una perspectiva política muy reducida y muy mediocre”? ¿El Partido Comunista de Extremadura piensa igual que su secretario general?

¿Según el Secretario General del PCE, una fuerza extremeña, unida bajo un programa para resolver los problemas que décadas de gobiernos del PSOE no han resuelto (...) “es tener una perspectiva política muy reducida y muy mediocre”?

¿Defender abiertamente —o con un silencio cómplice—, esa fontanería sucia de marionetas al servicio de “un proyecto de ámbito estatal” sumiso bajo el paraguas del gobierno “más progresista de la historia” cuadra con, por ejemplo, defender un tren digno en Extremadura? ¿O el cierre de Almaraz? ¿La expropiación de las hidroeléctricas y térmicas solares para dedicar sus beneficios al desarrollo social de Extremadura? ¿Una banca pública extremeña? ¿El no a las minas? ¿La transición energética? ¿También será un “modelo exportable” para Extremadura ligarse a Guillermo Fernández Vara y ser sumiso a sus políticas en nuestra tierra?

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