¿Es España un “estado fallido” y cómo debería tratar la UE con su miembro?
Neue Zücher Zeitung
Sociología Crítica
12.10.2020
La ayuda
financiera rápida y masiva de la UE a una España acosada por el virus no es
actualmente responsable. Políticamente, la situación es demasiado inestable. Es
posible que se necesite el Banco Mundial o el FMI para identificar proyectos
significativos que merezcan financiación.
Friedrich L.
Sell 09.10.2020 Neue Zücher Zeitung
«Estado
fallido»: ¿un término adecuado*? Hace apenas unos días, Iñigo Errejón, diputado
en las Cortes españolas por Más País, lo utilizó en los Desayunos de Televisión
Española. Sin embargo, no se estaba refiriendo, al menos todavía, al gobierno
central ni a toda España, sino inicialmente solo al gobierno local de la
Comunidad de Madrid, que ha perdido por completo el control de la propagación
del Covid-19 en las últimas semanas. Como es bien sabido, se habla de un
“Estado fallido” cuando ninguno de los tres poderes de un Estado constitucional
democrático siguen cumpliendo lo que la Constitución y el pueblo esperan de
ellos: una actuación legitimada democráticamente y un funcionamiento
institucional sin conflictos.
Crisis
constitucional y gubernamental
Si bien la
atención de la Comisión de la UE, así como del gobierno alemán y el público se
concentra por completo en Polonia y Hungría en lo que respecta al estado de
derecho y la democracia, están sucediendo cosas tremendas en la quinta economía
europea más grande, España. Estos se pueden enumerar de la siguiente
forma.
Primero, la
crisis constitucional -monarquía y separatismo catalán: al menos
desde la ignominiosa partida de Juan Carlos I y su huida -como debería
llamarse- a Arabia Saudí, la monarquía española ha sido muy controvertida en su
propio país. Felipe VI Está perdiendo cada vez más aceptación,
regiones concretas, como Cataluña o el País Vasco, se niegan abiertamente a
seguirlo. Al mismo tiempo, el gobierno de Cataluña, que en el mejor de los casos
representa a una minúscula mayoría de la población, continúa en un camino
irreconciliable de secesión del centro de España. Esto se lo facilita el
presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, al abrirse al chantaje en el
parlamento de Madrid por su necesidad del apoyo parlamentario del partido de
izquierda catalán ERC.
En segundo
lugar, la crisis de gobierno y coalición: Sánchez
no tiene mayoría en las Cortes y depende repetidamente de la aprobación o
tolerancia de los partidos regionales (ERC, pero también Bildu, hasta hace poco
brazo político de la organización terrorista vasca ETA). La ministra española
de Economía, Nadia Calviño del gobernante partido socialista PSOE, afirma que
el país necesita urgentemente unos presupuestos generales al día. Los últimos
se remontan a 2018, de cuando el anterior gobierno conservador de Mariano Rajoy
(PP), que fue derrotado por el PSOE y sus aliados en una moción de censura
constructiva en el verano de 2018, inmediatamente después de que se ganara la
votación presupuestaria. Según Calviño, esto es necesario para poder presentar
solicitudes al fondo europeo de reconstrucción en breve.
Incluso
dentro del gobierno las fuerzas centrífugas aumentan constantemente: el socio
de la coalición alternativa de izquierda, Unidas Podemos, surgido del
movimiento español Occupy, exige aumentos de impuestos en relación
con un mayor gasto social en medio de la crisis de la Corona. Sánchez no quiere
ceder a esto (todavía), y por su parte también busca conversaciones sobre el
presupuesto con el partido liberal de oposición Ciudadanos. Los liberales,
sin embargo, rechazan categóricamente un mayor gasto social y exigen recortes
de impuestos. Ciudadanos solo tiene 10 escaños parlamentarios, en
contraste con los 35 de Unidas Podemos. Recientemente, Pedro Sánchez y su
socio de coalición presentaron un proyecto de ley a las Cortes, según el cual
los municipios de España deben poner sus ahorros pasados a disposición del gobierno central: un intento
desesperado y al mismo tiempo vergonzoso, si no escandaloso, de resolver los
propios problemas domésticos no resueltos. Falló con eso.
Pandemia
no controlada
Además, está
la segunda ola del coronavirus que golpea a España como en ningún otro lugar de
Europa: hay hasta 10.000 nuevos contagios cada día, especialmente en la
Comunidad de Madrid. Si cree en los informes de los medios, los hospitales
pronto volverán a estar al límite, al igual que las autoridades sanitarias con
el registro y seguimiento de las infecciones. La gastronomía y los hoteles
siguen en funcionamiento. Pero: a diferencia del nuestro, a los huéspedes
de bares, bistrós y restaurantes rara vez se les pide que registren su
dirección, número de teléfono móvil y duración de la visita. Ergo: Es
probable que el número de casos no denunciados sea considerablemente
mayor. En lugar de cooperar, los gobiernos regional y central se culpan
mutuamente.
En tercer
lugar, la crisis de los partidos: en tal
situación, uno querría una oposición poderosa que esté lista para hacerse cargo
del gobierno. Mientras Ciudadanos se redujo de 57 a 10 escaños
parlamentarios en las últimas elecciones, el PP conservador se hunde -tras el
escándalo sobre sus comisiones irregulares (el llamado asunto Gurtel) –
nuevamente en el pantano de las maquinaciones criminales: esta vez (el llamado
asunto Kitchen) Los ministros del PP tienen sus propios tesoreros y otros
“sospechosos” que podrían dañar al partido en los tribunales espiados al estilo
de un Watergate hispano, a expensas del estado, por supuesto.
En cuarto
lugar, la crisis judicial: la imposibilidad de
compromiso entre PSOE y PP ha provocado la aparición de nuevos jueces [sin
consenso] en los tribunales centrales, etc, y en el Tribunal Constitucional
español, no se han renovado durante dos años. Los partidos de la oposición
acusan al fiscal de corrupción porque se niegan a acusar al gobierno de la
fatal gestión de la crisis en la pandemia de la corona. [Un]escándalo
[nuevo] se produjo a finales de septiembre cuando el gobierno central se negó a
dar permiso al rey Felipe para entregar sus nuevos nombramientos a los jóvenes
jueces de Cataluña, como en años anteriores. Supuestamente [fue] para proteger
al monarca.
¿Cómo
debería reaccionar Europa?
De esta
precaria situación, los españoles solo podrán salir por sí mismos. Pero eso
llevará tiempo. Y necesitará liderazgos en los negocios y la política como
columna vertebral. ¿Cómo debería Europa tratar con España? Se sabe que el
Fondo Europeo de Recuperación ayuda a los estados miembros de la UE
particularmente afectados por la crisis de Covid 19 a recuperarse,
especialmente económicamente. España es sin duda uno de estos
países. Sin embargo, la pregunta es si el país está lo suficientemente
preparado para la considerable entrada futura de fondos: se habla de 80 a 100
mil millones de euros para 2021 y 2022; eso debe ser puesto en duda.
Por todo
esto, una liberación rápida y masiva de fondos de (y con el control de)
Bruselas no sería responsable. Hasta ahora, la UE reconoce poco o nada de la
situación en España descrita anteriormente. Por lo tanto, es posible que se
necesiten organizaciones como el Banco Mundial o el Fondo Monetario
Internacional para garantizar que los proyectos significativos se identifiquen,
planifiquen y luego solo se financien con fondos de la UE para luego ser
evaluados. Después de todo, probablemente la búsqueda no sea tan difícil:
obviamente, es aconsejable estabilizar primero el sistema de salud en crisis y
hacerlo lo más resistente posible a nuevas conmociones. España todavía no
es un “Estado fallido”, pero no está lejos de serlo. Razón suficiente para
que Europa finalmente despierte.
Friedrich L.
Sell es Catedrático de Economía, en particular
Macroeconomía y Política Económica en el Instituto de Economía y Derecho de la
Economía Global, Universidad de las Fuerzas Armadas Federales, Munich.
*ein
vermessener Begriff? Vermessener tiene también el sentido de
medir, de medir algo en sus justos términos.
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