jueves, 28 de abril de 2022

Los imperialistas quieren prolongar la Guerra de Ucrania el mayor tiempo posible

 

Los imperialistas quieren prolongar la Guerra de Ucrania el mayor tiempo posible

DIARIO OCTUBRE / abril 27, 2022

 



En el día 57 de la guerra ruso-ucraniana, el Ministerio de Defensa ruso anunció la conquista de la ciudad de Mariupol. Es hora de analizar cómo ha evolucionado la campaña militar en los últimos dos meses, cómo podría evolucionar en un futuro próximo y, sobre todo, cuáles serán sus repercusiones internacionales: cada vez está más claro que las potencias anglosajonas quieren utilizar el conflicto para debilitar a Rusia y, al mismo tiempo, desestabilizar a Alemania e Italia.

Poco menos de dos meses después del inicio de las hostilidades ruso-ucranianas, el Ministerio de Defensa ruso anunció la conquista de la ciudad de Mariupol, de unos 400.000 habitantes y situada en la costa del mar de Azov: sólo el gran complejo siderúrgico, parte del kombinat de acero construido en el Donbass en los años 30, sigue en manos de las ahora escasas tropas ucranianas, pero su caída es cuestión de tiempo. Rusia ha conseguido así un primer resultado estratégico tangible: ha recreado un puente terrestre con la península de Crimea (anexionada en 2014) y ha convertido el mar de Azov en un lago interior. Las fronteras de Rusia han vuelto así, en el frente sur, a la conformación de la primera mitad del siglo XVIII, cuando el Imperio zarista logró arrebatar el Mar de Azov a los turcos y entrar en los mares cálidos.

Resulta especialmente útil reconstruir cómo lo ha conseguido Rusia en el espacio de dos meses. En nuestro análisis del “día 1”, habíamos supuesto una campaña militar a gran escala que duraría entre 30 y 40 días y que llevaría a los rusos hasta el Dniéper y desde Odesa hasta el Dniester. Sin embargo, los hechos demuestran que esta opción, una campaña militar a gran escala en territorio ucraniano, nunca fue prevista por los estrategas rusos, que pensaron erróneamente que podían limitarse a una “operación militar especial” con fines eminentemente políticos, a saber, el derrocamiento del gobierno de Zelensky y el advenimiento de una junta militar que restaurara la cooperación tradicional entre Rusia y Ucrania.

Llamar a las operaciones que duraron del 25 de febrero al 31 de marzo la “Batalla de Kiev” es un error: a lo sumo, se puede hablar de una “intimidación de Kiev”, porque los rusos nunca se plantearon conquistar la ciudad en esta fase de la guerra. La “primera fase” de la campaña militar puede resumirse en el llamamiento de Putin a los militares ucranianos el 26 de febrero de 2022 para que tomen el poder y se deshagan de la “panda de drogadictos y neonazis”, facilitando así el inicio de las negociaciones.

Estos cálculos resultaron ser erróneos, ya que Moscú subestimó el grado de penetración de las potencias anglosajonas en el aparato ucraniano: en ocho años (el tiempo transcurrido entre la revolución de colores de 2014 y la actualidad), Londres y Washington dispusieron de medios para insinuarse hasta en el rincón más oculto del Estado y el ejército ucranianos, eliminando los elementos que podrían haber aceptado la llamada de Putin y derrocar a Zelensky.

En ese momento, los rusos se encontraron en una posición militar tan incómoda como improductiva: una cabeza de puente alrededor de Kiev, abastecida con grandes dificultades logísticas por Bielorrusia y expuesta a la guerra de guerrillas de los nacionalistas ucranianos. Mientras existió la posibilidad de una solución política al conflicto (las negociaciones celebradas en Bielorrusia y luego en Turquía), los rusos permanecieron a las puertas de Kiev.

Una vez descartado este escenario, se retiraron en buen orden del norte de Ucrania para perseguir objetivos militares más concretos en el sureste de Ucrania: es la “fase dos”, anunciada en los últimos días de marzo. El nombramiento del general Aleksandr Dvornikov, ya encargado de las operaciones militares en Siria, como comandante único del frente ucraniano, anunciado el 9 de abril, puede considerarse el punto de inflexión de la campaña, que cada vez adquiere menos connotaciones políticas y más militares. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a los dos meses de iniciado el conflicto, Rusia aún no se había embarcado en la destrucción sistemática de la infraestructura ucraniana, que, de haberse seguido un enfoque puramente militar, debería haber tenido lugar en las primeras horas de la campaña.

La conquista de Mariupol (con sus fábricas de acero) anunciada el 21 de abril, con el consiguiente despliegue de tropas en la ciudad, debería ser el pródromo de la ya famosa “Batalla del Donbass”, para la que los rusos sentaron las bases al conquistar el saliente de Izyum el 24 de marzo: sobre el papel, se prefigura así una gran tenaza que, partiendo del norte y del sur, debería acercarse a la ciudad de Kramatosk. Los beneficios para los rusos serían múltiples: la destrucción del ejército ucraniano concentrado desde el inicio de las hostilidades en el Donbass (estimado en unas 40.000-60.000 unidades) y el perfeccionamiento de las futuras fronteras, para que la región a anexionar a Rusia sea compacta. En cualquier caso, aunque el ejército ucraniano sea severamente derrotado, es poco probable que la “Batalla del Donbass” marque el fin de las hostilidades.

Las potencias anglosajonas tienen interés en prolongar el conflicto el mayor tiempo posible y, para ello, se disponen a verter más y más armas en Ucrania para alimentar la “resistencia”. Reino Unido, en particular, que está desempeñando un papel destacado en Ucrania, como lo demuestra el viaje de Johnson a Kiev el 9 de abril, ha prometido enviar entrenadores, artillería, misiles antibuque Harpoon e incluso vehículos blindados para transportar sistemas antiaéreos Starstreak. La razón de esta actividad británica es que, en la “Tercera Guerra Mundial” que libran las potencias anglosajonas contra las continentales por el control de la Rimland, el cuadrante europeo de Eurasia ha quedado en manos de Londres, mientras que Washington y Canberra tienen que concentrarse en el Pacífico y China.

¿Qué esperan ganar las potencias anglosajonas prolongando la guerra en Ucrania hasta el final, creando una nueva “Siria” en el corazón de Europa? Cualquier comprensión geopolítica de los acontecimientos actuales debe abarcar Eurasia en su conjunto y, por tanto, el eje horizontal China-Rusia-Alemania (con sus numerosas ramificaciones verticales en Birmania, Pakistán, Irán, Italia, etc.). Prolongando el conflicto al menos durante todo el año 2022, lanzando más y más armas letales en el teatro de operaciones ucraniano, las potencias marítimas anglosajonas esperan :

— debilitar aún más a Rusia, a fin de hacer posible la caída de Putin y la reubicación estratégica del país en una función antichina (o al menos la desaparición de Rusia como factor de poder, tras la crisis política y el colapso socioeconómico);

— llevar a cabo la desestabilización de Europa, con especial énfasis en Alemania e Italia.

Los objetivos anglosajones de la guerra en Ucrania están en dos frentes: el ruso y el alemán. Las invectivas cada vez más violentas de Zelensky contra los dirigentes alemanes por no suministrar suficientes armas y obstruir el embargo total a Rusia ilustran este fenómeno. Exacerbando el conflicto en Ucrania y alargándolo hasta el próximo otoño, los angloamericanos esperan imponer el codiciado bloqueo de los suministros energéticos procedentes de Rusia, sumiendo así a Alemania e Italia, que son los más dependientes del gas ruso, en una grave y prolongada recesión económica.

En ese momento, el “eje medio” de Europa, que tiene su extensión natural en Argelia y tiende naturalmente a converger con Rusia y China, se vería sumido en el caos o, al menos, seriamente debilitado, también porque los anglosajones están trabajando activamente en tierra quemada allí donde los italianos y los alemanes pueden abastecerse, tanto en Libia como en Angola. Cada misil Starstreak enviado por los británicos a Ucrania es un misil para dejar sin energía a Alemania e Italia: todo indica que el otoño de 2022 será uno de los más difíciles que se recuerdan.

Federico Dezzani https://www.ariannaeditrice.it/articoli/dopo-la-conquista-del-mare-di-azov%20&%20Federico%20Dezzani

FUENTE: mpr21.info

 

El mayor telescopio solar europeo estará en Canarias

 

 

El mayor telescopio solar europeo estará en Canarias

En 2024 se comenzará a levantar en La Palma el telescopio solar más grande de Europa, que tendrá un espejo de 4,2 metros de diámetro y una altura de 44 metros. Los institutos de astrofísica de Canarias y Andalucía lideran el consorcio internacional de este proyecto.


El Telescopio Solar Europeo (EST, por sus siglas en inglés) está considerado el futuro buque insignia de la física solar europea. / Gabriel Pérez Díaz | IAC

 

TERCERAINFORMACION / 27.04.2022

El Telescopio Solar Europeo (EST, por sus siglas en inglés) impulsará la investigación del Sol en Europa. Será construido en la isla de La Palma, y, con un espejo primario de 4,2 metros de diámetro y una altura de 44 metros, será el mayor telescopio solar del continente.

Su tecnología puntera proporcionará a los astrónomos una herramienta única para entender el Sol y cómo este determina las condiciones del espacio cercano a la Tierra.

España lidera el consorcio internacional del EST a través del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), como coordinador, y el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). El Telescopio Solar Europeo, que está previsto que se empiece a construir en 2024 en el Observatorio del Roque de los Muchachos, en la isla de La Palma, podría estar en funcionamiento en 2029.

Esta nueva infraestructura europea será presentada en España el 3 de mayo en la Residencia de Estudiantes de Madrid. La presidenta del CSIC, Rosa Menéndez, dará la bienvenida a un acto que va a contar con la participación de Raquel Yotti, secretaria general de Investigación, e Inmaculada Figueroa, subdirectora general de Internacionalización de la Ciencia y la Innovación.

Los investigadores Manuel Collados, del IAC, y Luis Bellot, del IAA-CSIC, serán los encargados de explicar en detalle el proyecto EST y la contribución española a este proyecto.

Durante el acto se proyectará Reaching for the sun, un documental presentado por su director, Emilio García (IAA-CSIC) que hace un repaso por más de 400 años de historia sobre la observación del Sol en Europa desde Galileo Galilei y que ubica el Telescopio Solar Europeo en el marco de la investigación en física solar actual.

Buque insignia de la física solar europea

“Para los científicos, uno de los mayores retos a los que se enfrenta la física solar consiste en entender los procesos que generan y concentran campos magnéticos en la zona más baja de la fotosfera, la región de donde procede la luz visible del Sol que llega a la Tierra”, explica Bellot.

Aunque se cuenta con telescopios solares con tecnologías avanzadas, estas no permiten todavía observar los procesos fundamentales que dan origen a dichos fenómenos magnéticos.

Entenderlos es vital, porque el Sol proporciona un modelo único para entender el resto de las estrellas del Universo y sirve como referencia en términos de procesos físicoscomposición químicaestructura y evolución, según explican desde el proyecto.

El objetivo del Telescopio Solar Europeo es investigar la estructura, dinámica y energía de la baja atmósfera solar, donde los campos magnéticos interactúan continuamente con el plasma y la energía magnética se libera, ocasionalmente, en forma de poderosas explosiones.

Esto requiere observar procesos físicos que tienen lugar en la pequeña escala, es decir, de menos de 30 kilómetros en la superficie solar.

Para ello, el telescopio estará equipado con un espejo de 4,2 metros, un sistema de óptica adaptativa avanzada e instrumentos especializados en observaciones de alta sensibilidad a lo largo del espectro visible e infrarrojo cercano.

Considerado buque insignia de la física solar europea, el proyecto fue incluido en la hoja de ruta del Foro Estratégico Europeo de Infraestructuras de Investigación (ESFRI, por sus siglas en ingles) en 2016 y está promovido por la Asociación Europea de Telescopios Solares (EAST), que está formada por 26 instituciones pertenecientes a 18 países europeos y representa a una comunidad de más de 600 físicos solares.

Fuente: CSIC

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Esperanza en el futuro

 

Tal día como hoy de 1960 moría el eminente astrónomo y teórico comunista neerlandés Anton Pannekoek. Destacado portavoz del movimiento de la izquierda consejista, lo recordamos hoy con este sugerente texto escrito en 1912.


Esperanza en el futuro

 

Anton Pannekoek

El Viejo Topo

28 abril, 2022 

 


Si fuese necesario creer las palabras de los portavoces de la burguesía, la clase obrera no tendría peores enemigos que los socialistas. “Pues ellos hablan claramente en contra de los vicios de la sociedad actual”, dicen, “y lamentan la suerte infeliz de los obreros; pero en lugar de pensar en proporcionarles ayuda inmediata, al proletario le muestran, en el futuro, una sociedad socialista que, precisamente, nunca se realizará. Sólo aquellos que, como nosotros, se sitúan en el terreno del orden actual y que sostienen que es eterno, pueden dedicarse con ardor a la mejora, por medio de reformas, de las condiciones actualmente existentes. Y esto es por lo que todos nosotros, liberales y antisemitas, progresistas y cristianos católicos, somos amigos infatigables de la reforma y estamos incesantemente preocupados por mejorar la suerte de los obreros. En lo que a ellos respecta, los socialistas lo ven todo muy fácil: en lugar de ponerse a trabajar, solamente dan a los hombres un consuelo, el futuro. Rechazan las reformas que proponemos, bajo el pretexto de que son una burla de las demandas obreras, o de que contienen disposiciones calificadas hostiles a los obreros. Toman una actitud exclusivamente negativa. Y esto es enteramente natural; si todos los males pudiesen ser suprimidos dentro del marco del mundo actual y si, consecuentemente, las causas del descontento fuesen a desaparecer, no habría nada que hacer en una sociedad futura.”

La socialdemocracia siempre ha desenmascarado fácilmente la fanfarronada de estos amigos del obrero. Ha dicho: “¡Por favor, Señores, demuestren celo por las reformas sólo por una vez! ¡Tomados en conjunto son la mayoría del parlamento, así que hagan desaparecer los vicios del capitalismo!” Y para explicar su propia posición, opuesta a las reformas, sólo tenía que recordar su doctrina, su práctica y su programa.

Nuestra doctrina nos dice que el socialismo no puede ser construido sobre las ruinas de la sociedad existente, mediante una revuelta de mendigos hambrientos en harapos. Sólo puede resultar de la poderosa marcha hacia delante de un ejército de proletarios organizados, luchando para conquistar cada posición, cada progreso. La práctica ha mostrado que los socialistas son los más infatigables campeones de cada reforma, de cada mejora en interés de las masas explotadas, mientras que los partidos burgueses siempre rechazan sus propuestas con las palabras: “¡Imposible! ¡Pretensiones exageradas!”. Y la prueba de que estas propuestas no se hacen por oportunismo, con el único objetivo de crear popularidad, de que nacen necesariamente de nuestra concepción fundamental, la proporciona nuestro programa. Allí puede encontrarse un sistema lógico de reformas para la mejora del mundo capitalista. Nosotros proponemos este programa a los partidos burgueses para examinar su ardor reformista. Cuando se haga todo esto, entonces podemos hablar.

Pero ellos no quieren esto: “Estas no son otra cosa que demandas imposibles”, exclaman, “quizás apropiadas para una sociedad ideal, compuesta sólo por ángeles y hermanos, pero no para nuestro mundo capitalista de hoy, donde los hombres, difiriendo en propiedades, talentos y metas perseguidas, dominados exclusivamente por el egoísmo, luchan entre ellos y tienen que ser mantenidos en jaque por un fuerte poder político.” Están equivocados en esto: nuestro programa no contiene nada que sea incompatible con el capitalismo. Permite que la explotación misma y la oposición de clases sigan en su sitio, y sólo propone suprimir, para el proletariado, cualquier exceso de opresión y depresión, su falta de derechos políticos, su esclavitud al yugo del militarismo, la mala educación de sus hijos y el desperdicio sin sentido de su fuerza de trabajo.

Veamos lo que hay en estas demandas “imposibles”. La primera posición es: el sufragio universal igual y directo, su extensión a las mujeres, la representación proporcional, la elección de magistrados por el pueblo y la autonomía comunal. No hay aquí nada que sea imposible; siendo prueba de esto que estas demandas han sido realizadas parcialmente en otros países. Luego viene el armamento general del pueblo, reemplazando el militarismo actual. Un número infinito de experiencias demuestran que, para el valor defensivo de una nación, el sistema de milicias es tan bueno, quizás mejor, que un ejército teniendo tras de sí un largo entrenamiento de cuartel. Nada se podrá encontrar de imposible en declarar la religión “un asunto privado”, en el mejoramiento de la educación del pueblo, en el establecimiento de garantías jurídicas sólidas. En lo que respecta al impuesto progresivo sobre las fortunas, con la supresión de todos los impuestos indirectos, estas han estado durante mucho tiempo en el programa de los políticos burgueses. Donde probablemente podría residir la imposibilidad es en la demanda de la legislación protectora del trabajo, cubriendo la fijación de la jornada diaria, la prohibición del trabajo infantil y nocturno, las precauciones tomadas por la seguridad e higiene de los obreros, o incluso un seguro de los obreros bien constituido.

Como podemos ver, todas estas son reivindicaciones inmediatas para el presente; nada que suponga un orden social distinto del actual.

No demandamos la abolición total de los ejércitos, pues sabemos que bajo el régimen capitalista las guerras son a veces inevitables. No demandamos una educación científica más elevada para todos los niños; la instrucción sirve a la vida, y las condiciones de los obreros en la sociedad capitalista sólo demandan una buena instrucción elemental. No demandamos la extinción del desempleo: el capitalismo no puede suprimir esta fuente principal de la pobreza del obrero. Nuestras demandas son todas realizadas en el terreno del capitalismo. Pero hay más. Su sola realización cumplirá verdaderamente los principios fundamentales de la sociedad burguesa: la igualdad de derechos entre todos los hombres como vendedores de mercancías, y el derecho de los trabajadores a prestar su fuerza de trabajo sólo recibiendo a cambio el pleno valor de esta fuerza de trabajo.

Así, podemos preguntarnos por qué los partidos burgueses no quieren saber nada de estas reivindicaciones, cuya realización será parte del capitalismo normal. La cosa es terriblemente simple: el desarrollo del socialismo también depende de la naturaleza normal del capitalismo, su más íntima esencia. No obstante, de este desarrollo tampoco quieren oír nada. Quieren un capitalismo anormal, no natural, un capitalismo que estaría hecho para durar eternamente. Realizar nuestras reivindicaciones inmediatas –que fortalecerían a la clase obrera física y mentalmente, que pondrían el poder político en manos de la mayoría de la nación- sería abrir el camino a una pacífica e imperceptible transición de la sociedad al socialismo. En tanto el proletariado madura y las masas se hacen conscientes de las causas de sus sufrimientos, podrían, expropiando a los grandes monopolios de explotación, tanto como realizando reformas sociales apropiadas y efectivas, oponer una barrera siempre más fuerte al poder y a la aflicción de los que sufren, y así llevar al capitalismo a su ruina.

Esto es justo lo que la clase propietaria no quiere. Esto es por lo que intenta mantener a los trabajadores en un estado de degradación, dejarles ignorantes y privados de derechos políticos, en la ilusión insensata de que de este modo bloquearán la evolución para siempre. No ve que el único resultado que han obtenido es que la evolución tenga que tener lugar a través de violentas catástrofes. Piensa solamente en su poder momentáneo.

Así es como son las cosas. Nuestras reivindicaciones inmediatas serían realizables con bastante facilidad, pero se enfrentan a la resistencia obstinada de la clase dominante. Cualquier cosa en lugar de permitir que su poder y sus beneficios sean reducidos incluso un poco. ¡Que la opresión, la pobreza, la injusticia y la explotación que el pueblo sufre continúen para siempre!

Nosotros sabemos bien que, mientras tanto el capitalismo dure, sólo se le podrán hacer unas cuantas modificaciones. No es nuestro partido, es la burguesía la que sitúa la esperanza de los obreros en una sociedad futura. Es como si les dijeran: “Si queréis ser felices tenéis que empezar por suprimir el capitalismo”. Así, conseguirá lo contrario de lo que desea. Por su oposición reaccionaria a las reformas, empuja a las masas trabajadoras a nuestras filas y les fuerza a conquistar, por la vía de una enérgica lucha revolucionaria, lo que no podría ser concedido pacíficamente.

Escrito en 1912. Publicado en Le Socialisme, 16 de Noviembre de 1912.

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