jueves, 7 de julio de 2022

El mundo pide paz y alimentos, la OTAN más armas y bases militares

 

El mundo pide paz y alimentos, la OTAN más armas y bases militares

 

DIARIO OCTUBRE / julio 6, 2022

 

 

Solo entre enero y mayo de 2022, EE. UU. ha comprometido más de 40 000 millones de dólares en apoyo a Ucrania en el contexto de la guerra, y la Unión Europea más de 27 000 millones de euros; sin embargo, para afrontar la actual crisis de alimentos, Occidente ha aportado a los esfuerzos de la ONU apenas 5 000 millones de dólares



Francisco Arias Fernández.— La pasada semana el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, alertaba que el mundo atraviesa una «crisis global de hambre sin precedentes», que afecta a cientos de millones de personas; una catástrofe provocada por la escasez de alimentos devenida de los impactos del cambio climático, los años de pandemia del coronavirus, la desigualdad, la pobreza, la crisis mundial, la guerra de Ucrania y las políticas de sanciones.

 

Insistió en que ningún país será inmune a sus repercusiones sociales y económicas, mientras auguraba que esta situación conllevará que se declaren varias hambrunas en 2022, y que en 2023 podría ser incluso peor.

Guterres ha insistido en los esfuerzos de la ONU por la paz en Ucrania y por desbloquear la exportación de alimentos y fertilizantes desde los países en conflicto, una de las causas principales de la estampida de los precios de los alimentos y combustibles, que ha profundizado la crisis actual.

El alto funcionario pidió que se alivie la deuda de los países pobres para ayudar a sacar a flote sus economías, y que el sector privado ayude a estabilizar los mercados de alimentos.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reveló, en su reciente informe Perspectivas Alimentarias, que el costo mundial de las importaciones de alimentos aumentará en 51 000 millones de dólares con respecto a 2021, y que «es preocupante que muchos países vulnerables paguen más, pero reciban menos alimentos».

Mientras crecen los llamados a la paz, a atenuar deudas del Tercer Mundo, crear fondos financieros de la ONU para afrontar el momento crítico, a parar la guerra de Ucrania como fuente abierta de inestabilidad en Europa, a asumir políticas responsables contra el cambio climático y a enfrentar la inestabilidad migratoria global, la respuesta de Occidente es de amenazas y más confrontación, con aportes ridículos a la solución de tales desafíos y apostándolo todo a la guerra.

Cada pronunciamiento del Gobierno de Estados Unidos, de sus aliados más íntimos y de la OTAN, desborda prepotencia, injerencia y la irresponsabilidad de atizar aún más el conflicto en Kiev, y descubrir una velada declaración de hostilidad, sin mucha diplomacia, contra Moscú y Beijing.

Ese propósito hegemónico, imperial, proestadounidense y confrontacional lo puso de manifiesto, en la apertura de la Cumbre de la OTAN en Madrid, su secretario general Jens Stoltenberg, quien arremetió abiertamente contra Rusia y China desde sus palabras inaugurales, señalando a ambas potencias, con términos ofensivos, como los enemigos del presente: «regímenes autoritarios» que «desafían abiertamente el orden internacional».

Más que una Cumbre para arreglar los problemas que amenazan a la humanidad, sus proyecciones son de más armas, de ayuda militar multimillonaria para Ucrania, de incrementar el cerco de la OTAN contra Moscú; de aumentar gastos e inversiones en la industria bélica; de nuevas bases militares de EE. UU. en Europa; de más coordinación de inteligencia que de ayuda humanitaria para frenar flujos migratorios desde el «flanco sur» (nueva denominación); de más miedo para justificar nuevas sanciones concertadas contra rusos y chinos, con un arrogante discurso de guerra fría en tiempos de riesgos nucleares, cuando los líderes estadounidenses y británicos persisten en mostrar los dientes.

Solo entre enero y mayo del presente año, EE. UU. ha comprometido más de 40 000 millones de dólares en apoyo a a Ucrania en el contexto de la guerra, mientras la Unión Europea y sus bancos han aportado más de 27 000 millones de euros, según cifras del Instituto Kiel para la Economía Mundial, de Alemania.

Para afrontar la actual crisis de alimentos, Occidente no ha aportado a los esfuerzos de las Naciones Unidas más de 5 000 millones de dólares.

Como si fuera poco, los primeros anuncios de la delegación encabezada por Biden en la Cumbre de Madrid fueron que reforzará su presencia militar en Polonia, Rumanía, España, Italia, el Reino Unido y Alemania, además de en la región báltica. Asimismo, informó que «aumentarán» los despliegues rotatorios con blindados, aviación, defensa aérea y fuerza de operaciones especiales en el Báltico.

Mientras el mundo necesita y pide paz, reclama rebaja de los precios de los alimentos, de los combustibles y de los fertilizantes, redoblan los tambores de guerra bajo la batuta de Joseph Biden, Stoltenberg y del premier británico, quienes aprovechan la grave crisis que fomentaron con la guerra de Ucrania para consolidar aún más el expansionismo de la otan y los intereses geoestratégicos de Washington.

A contrapelo del hambre, de la muerte o de la Tercera y última Guerra Mundial (de exterminio nuclear), la Casa Blanca y Occidente persisten en impedir la paz pese a los elevados números de víctimas, gastos, impactos o crisis provocadas en el planeta, ya aturdido por la pandemia, sequías, hambrunas, migraciones descontroladas y otras guerras de rapiña o de despojo, a cargo del Pentágono.

Aunque algunos comentaristas estadounidenses y europeos describen crudamente los peligros potenciales de la actitud belicista de Biden y sus aliados, no esconden el peso que tienen, en todo lo que está sucediendo, los intereses del grupo del Partido Demócrata, que está centrado en impedir el regreso de Trump y de los republicanos, y necesitan de un conflicto de muchos voltios y gran tensión que les facilite situarse en la corriente «patriotera» que les permita ganar las elecciones parciales de noviembre próximo.

A propósito de los resultados de la Cumbre de Madrid, un comentarista español refería sin tapujos:

«La OTAN, que había sido diagnosticada de “muerte cerebral” por el presidente Macron, ha recibido un milagroso impulso expansionista (…). Si dicha expansión ofrece más seguridad está escrito en las estrellas, aunque sean las estrellas de la bandera americana, pues los gobiernos americanos han operado siempre según sus propios designios o intereses, unilateralmente, como hemos visto en Afganistán y en otros conflictos».

FUENTE: granma.cu

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Registran unos 220 muertos por disparos en Estados Unidos durante los festejos del 4 de julio

 

Registran unos 220 muertos por disparos en Estados Unidos durante los festejos del 4 de julio


DIARIO OCTUBRE / julio 7, 2022



 

La violencia, causada por armas de fuego, se disparó en EE.UU. durante este fin de semana debido a las celebraciones del Día de la Independencia del país. En los tiroteos, registrados por todo el territorio estadounidense, perdieron sus vidas al menos 220 personas, y unas 570 resultaron heridas, según un archivo nacional.

 

El portal, que actualizó sus datos a primera hora del martes, recoge más de 500 casos de tiroteos documentados en 45 estados entre el viernes y el lunes, de los que 11 fueron clasificados como tiroteos masivos, es decir, incidentes con cuatro o más personas fallecidas o heridas, excluyendo al tirador.

FUENTE: actualidad.rt.com

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El dólar devora al euro

 

 

El dólar devora al euro


 




Michael Hudson

Sociología Crítica

02.07.2022

 

Ahora está claro que la escalada actual de la Nueva Guerra Fría fue planeada hace más de un año. El plan de Estados Unidos para bloquear Nord Stream 2 era realmente parte de su estrategia para impedir que Europa Occidental («OTAN») buscara la prosperidad mediante el comercio y la inversión mutua con China y Rusia.

 

Como anunciaron el presidente Biden y los informes de seguridad nacional de EE. UU., se esperaba a China como el principal enemigo. A pesar del papel útil de China al permitir que las empresas estadounidenses reduzcan los salarios de los trabajadores mediante la desindustrialización de la economía estadounidense a favor de la industrialización china, se reconoció que el crecimiento de China representaba el terror supremo: la prosperidad a través del socialismo La industrialización socialista siempre ha sido percibida como el gran enemigo de la economía rentista que se ha apoderado de la mayoría de las naciones en el siglo transcurrido desde que terminó la Primera Guerra Mundial, y especialmente desde la década de 1980.El resultado actual es un choque de sistemas económicos: industrialización socialista versus capitalismo financiero neoliberal.

 

Eso convierte a la Nueva Guerra Fría contra China en un acto de apertura implícito de lo que amenaza con ser una Tercera Guerra Mundial prolongada. La estrategia de Estados Unidos es alejar a los aliados económicos más probables de China, especialmente Rusia, Asia Central, Asia Meridional y Asia Oriental. La pregunta era, por donde empezar el reparto y el aislamiento.

Se esperaba que Rusia presentara la mayor oportunidad para comenzar a aislarse, tanto de China como de la zona euro de la OTAN. Se elaboró ​​​​una secuencia de sanciones cada vez más severas, y con suerte fatales, contra Rusia para impedir que la OTAN comerciara con ella. Todo lo que se necesita para encender el terremoto geopolítico como un casus belli .

 

Eso se arregló con bastante facilidad. La escalada de la Nueva Guerra Fría podría comenzar iniciada en el Cercano Oriente, por la resistencia a la apropiación de los campos petroleros iraquíes por parte de Estados Unidos, o contra Irán y los países que lo ayudan a sobrevivir económicamente, o en África Oriental. Se han elaborado aviones para golpes, revoluciones de colores y cambios de régimen para todas estas áreas, y el ejército africano de Estados Unidos se ha construido especialmente rápido los últimos uno o dos años. Pero Ucrania ha estado sujeta a una guerra civil respaldada por Estados Unidos durante ocho años, desde el golpe de estado de Maidan en 2014, y ofreció la oportunidad de obtener la mayor primera victoria en esta confrontación contra China, Rusia y sus aliados.

 

Por lo tanto, las regiones de habla rusa de Donetsk y Lugansk fueron bombardeadas con una intensidad cada vez mayor, y cuando Rusia todavía se abstuvo de responder, se elaboraron planes para un gran enfrentamiento que comenzaría a multas de febrero, comenzando con un ataque relámpago en Ucrania occidental organizado por asesores estadounidenses y armado por la OTAN.

 

La preventiva de Rusia de las dos provincias del este de Ucrania y su subsiguiente destrucción militar del ejército, la marina y la fuerza aérea de Ucrania en los últimos dos meses se ha utilizado como excusa para comenzar a imponer el programa de sanciones diseñado por Estados Unidos que estamos viendo desarrollarse hoy. Europa Occidental se ha ido obedientemente a lo grande. En lugar de comprar gas, petróleo y granos alimenticios rusos, los comprará a los Estados Unidos, junto con un fuerte aumento de las importaciones de armas.

 

La previsible caída del tipo de cambio euro/dólar

 

Por lo tanto, es apropiado analizar cómo es probable que esto afecte la balanza de pagos de Europa occidental y, por lo tanto, el tipo de cambio del euro frente al dólar.

 

El comercio y la inversión antes europeos de la Guerra para Imponer Sanciones habían prometido una creciente prosperidad mutua entre Alemania, Francia y otros países de la OTAN frente a Rusia y China. Rusia necesitaba abundante energía a un precio competitivo, y esta energía iba a dar un salto cuántico con Nord Stream 2. Europa iba a obtener las divisas para pagar este creciente comercio de importación mediante una combinación de exportación de más manufacturas industriales a Rusia y capital inversión en el desarrollo de la economía rusa, por ejemplo, por parte de empresas automotrices alemanas e inversión financiera.Este comercio e inversión bilateral ahora está detenido, y perderá detenido durante muchos, muchos años, dada la confiscación por parte de la OTAN de las reservas extranjeras de Rusia mantenidas en euros y libras esterlinas británicas, y la rusofobia de Europa.siendo avivado por los medios de propaganda estadounidenses.

 

En su lugar, los países de la OTAN comprarán GNL de EE. UU., pero tendrán que gastar miles de millones de dólares en construir una capacidad portuaria suficiente, lo que puede demorar quizás hasta 2024. (Buena suerte hasta entonces). La escasez de energía se agotó con el precio mundial del gas. y aceite Los países de la OTAN también rompieron sus compras de armas del complejo militar-industrial estadounidense. Las compras cercanas al pánico también elevarán el precio de las armas. Y los precios de los alimentos también subirán como resultado de la desesperada escasez de cereales resultante del cese de las importaciones de Rusia y Ucrania, por un lado, y la escasez de fertilizantes de amoníaco fabricados con gas.

 

Las tres dinámicas comerciales se fortalecerán al dólar frente al euro. La pregunta es, ¿cómo equilibrará Europa sus pagos internacionales con Estados Unidos? ¿Qué tiene que exportar que la economía estadounidense acepte una medida que sus propios intereses proteccionistas ganen influencia, ahora que el libre comercio global está muriendo rápidamente?

 

La respuesta no es mucho. Entonces, ¿qué hará Europa?

 

Podría hacer una propuesta modesta. Ahora que Europa prácticamente ha dejado de ser un estado políticamente independiente, comienza a parecerse más a Panamá y Liberia: centros bancarios extraterritoriales de «bandera de conveniencia» que no son «estados» reales porque no emiten su propia moneda. pero usa el dolar estadounidense. Dado que la eurozona se ha creado con esposas monetarias que limitan su capacidad de crear dinero para gastar en la economía más allá del límite del 3 por ciento del PIB, ¿por qué no simplemente tirar la toalla financiera y adoptar el dólar estadounidense, como Ecuador , Somalia y los turcos? y las Islas Caicos? Eso daría seguridad a los inversionistas extranjeros contra la depreciación de la moneda en su creciente comercio con Europa y financiamiento su exportaciones.

 

Para Europa, la alternativa es que el costo en dólares de su deuda externa asumida para financiar su creciente déficit comercial con Estados Unidos por petróleo, armas y alimentos explote. El coste en euros será aún mayor a medida que la moneda caiga frente al dólar. Los tipos de interés subirán, lo que ralentizará la inversión y hará que Europa sea aún más dependiente de las importaciones. La eurozona se cambiará en una zona muerta económica.

 

Para Estados Unidos, esto es la hegemonía del dólar con esteroides, al menos frente a Europa. El continente se convertiría en una versión algo más grande de Puerto Rico.

 

El dolar frente a las monedas del Sur Global

 

La versión completa es la Nueva Guerra Fría convirtiéndose en la salvación de apertura de la Tercera Guerra Mundial provocada por la «Guerra de Ucrania», que probablemente dure al menos una década, tal vez dos, una medida que EE. UU. extender la lucha entre el neoliberalismo y el socialismo a abarcar un conflicto mundial. Aparte de la conquista económica estadounidense de Europa, sus estrategias buscan encerrarse en países africanos, sudamericanos y asiáticos de manera similar a lo que se ha planeado para Europa.

 

El fuerte aumento de los precios de la energía y los alimentos afectará duramente a las economías con déficit de alimentos y petróleo, al mismo tiempo que sus deudas denominadas en dólares extranjeros con los tenedores de bonos y los bancos vencen y el tipo de cambio del dólar aumenta frente a su propia moneda. Muchos países africanos y latinoamericanos, especialmente el norte de África, se enfrentan a la elección entre pasar hambre, reducir el uso de gasolina y electricidad o pedir dólares prestados para cubrir su dependencia del comercio moldeado por Estados Unidos.

 

Se ha hablado de las emisiones del FMI de nuevos DEG para financiar el creciente déficit comercial y de pagos. Pero tal crédito siempre viene con condiciones. El FMI tiene su propia política de sancionar a los países que no obedecen la política estadounidense. La primera demanda de Estados Unidos será que estos países boicoteen a Rusia, China y su alianza emergente de autoayuda comercial y monetaria. “¿Por qué deberíamos darles DEG o extenderles nuevos préstamos en dólares, si simplemente van a gastarlos en Rusia, China y otros países que hemos destruido enemigos”, preguntarán los funcionarios estadounidenses.

 

Al menos, este es el plan. No me sorprendería ver a algún país africano convertirse en la “próxima Ucrania”, con tropas delegadas de EE. UU. (todavía hay muchos defensores y mercenarios wahabíes) luchando contra los ejércitos y las poblaciones de países que buscan alimentarse con granos de las granjas rusas. y potenciar sus economías con petróleo o gas de pozos rusos, por no hablar de participar en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China que, después de todo, fue el detonante del lanzamiento de la nueva guerra de Estados Unidos por la hegemonía neoliberal global.

 

La economía mundial está siendo inflamada, y Estados Unidos se ha preparado para una respuesta militar y armamentización de su propio comercio de exportación de petróleo y agricultura, comercio de armas y demandas para que los países elijan a qué lado de la Nueva Cortina de Hierro desean unirse.

 

Pero, ¿qué hay en esto para Europa? Los sindicatos griegos ya se están manifestando contra las sanciones que se imponen. Y en Hungría, el primer ministro Viktor Orban acaba de ganar una elección en lo que es básicamente una visión del mundo anti-UE y anti-EE.UU., comenzando por pagar el gas ruso en rublos. ¿Cuántos otros países romperán filas y cuánto tiempo llevarán?

 

¿Qué hay en esto de que los países del Sur Global están siendo exprimidos? No solo como un “daño colateral” a la profunda escasez y al alza de los precios de la energía y los alimentos, sino como el mismo objetivo de la estrategia de EE. UU. al inaugurar la gran división de la economía mundial en ¿dos? India ya les ha dicho a los diplomáticos estadounidenses que su economía está naturalmente conectada con las de Rusia y China.

 

Desde el punto de vista de los EE. UU., todo lo que debe responderse es: «¿Qué ganan los políticos locales y las oligarquías clientelares que recompensamos por salvar a sus países?»

 

Eso es lo que hace de la inminente Tercera Guerra Mundial una verdadera guerra de sistemas economicos. ¿Qué lado elegirán los países: su propio interés económico y la cohesión social, o la diplomacia estadounidense puesta en manos de sus líderes políticos? Cuando se combina con la intromisión de EE. UU. en la línea de los $ 5 mil millones que la Secretaría de Estado adjunta Victoria Nuland se jactó de haber invertido en los partidos neonazis de Ucrania hace ocho años para iniciar la lucha que está en la guerra de hoy, hay mucho que considerar.

 

Frente a toda esta intromisión política y propaganda mediática, ¿cuánto tiempo le tomará al resto del mundo darse cuenta de que hay una guerra global a medida que se expande hacia la Tercera Guerra Mundial? El verdadero problema es que para cuando entienda lo que está pasando, la fractura global ya habrá permitido a Rusia, China y Eurasia un verdadero Nuevo Orden Mundial no neoliberal que no necesite a los países de la OTAN, habiendo perdido la confianza y la esperanza de beneficios económicos mutuos. El campo de batalla militar estará sembrado de cadáveres económicos.

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Mensaje del Presidente de la Federación Española de Sociología FES

 

Mensaje del Presidente de la Federación Española de Sociología FES

Prof.Dr. Manuel Fernández Esquina

Sociología Crítica

01.07.2022




Estimados/as colegas:


En nombre del Comité Ejecutivo de la FES os doy la bienvenida a una nueva edición del Congreso Español de Sociología. Podríamos decir “bienvenidos a la nueva normalidad”.  Después de dos años de pandemia y de numerosas dificultades, volvemos con un congreso completamente presencial. La Ciudad de Murcia nos ofrece una estupenda oportunidad para retomar estas actividades. Nuestros colegas del Departamento de Sociología de la Universidad de Murcia propusieron un lema muy oportuno y han realizado un trabajo encomiable para que tengamos las mejores condiciones.


El XIV Congreso será una continuación de los anteriores en formato y dimensiones, aunque todos hayamos cambiado un poco y la situación sea algo distinta. Nuestro congreso se enmarca necesariamente en las transformaciones a las que estamos asistiendo. La pandemia que se inició en 2020 ha tenido impactos globales. Se trata de un “hecho social total” en el sentido empleado por Marcel Mauss para referirse a aquellos fenómenos que afectan la totalidad de dimensiones de lo social (relaciones primarias, instituciones básicas, política, intercambios económicos, etc.). También es una “encrucijada crítica”, lo que nos remite a los grandes cambios que suceden a periodos de estabilidad relativa. Episodios como éste son de tal calado que obligan a reaccionar, a veces con medidas improvisadas. Las decisiones que se adopten darán lugar a trayectorias colectivas que pueden convertirse en un legado duradero y afectar a las condiciones de vida de millones de personas en décadas sucesivas. Es ahora cuando la importancia de la sociología se hace más patente.


La pandemia ha supuesto un golpe a la globalización. Ha generado un cambio brusco en un mundo acostumbrado a la libertad de relaciones sociales, a la movilidad y a los intercambios comerciales de todo tipo. También ha evidenciado las desigualdades en la distribución de recursos y acceso a servicios básicos, y cómo la falta de instituciones adecuadas puede  profundizar los procesos de exclusión social y generar otros nuevos.  A esta encrucijada se suma la emergencia de nuevos conflictos a escala global, que se manifiesta en toda su crudeza en pleno corazón en Europa con la guerra de Ucrania, y que amenaza con extender las  hostilidades a otros lugares del mundo.


Ni las ciencias sociales ni la sociología en particular pueden obviar las circunstancias que acompañan a nuestro congreso.  Como colectivo científico y profesional debemos contribuir en la medida de nuestras posibilidades a entender lo que ocurre, a realizar un diagnóstico certero y a vislumbrar las alternativas de acción que tenemos por delante.


El XIV congreso refleja este escenario de varias maneras. En primer lugar, a través del lema Desigualdades, fronteras y resiliencia. Sociología para crisis globales se incide en algunos de los elementos de alcance central para diversos campos de la disciplina. Las Desigualdades (en plural), como fenómeno poliédrico que caracteriza a las actuales sociedades en diferentes niveles de acceso a recursos económicos, libertades y oportunidades.  Las fronteras, no solo físicas, también de tipo cultural y social, que  tienen consecuencias reales  -desde las diversas crisis migratorias hasta los conflictos bélicos, sin olvidar los efectos en el medio ambiente-. Y la resiliencia, una exigencia de las sociedades para ser capaces de sobreponerse a los resultados adversos, a las crisis o convulsiones que les afectan, acudiendo a la facultad de reconstruir sus vínculos internos.


En segundo lugar, el programa refleja la vocación de una Sociología para crisis globales. En los simposios y sesiones especiales se pasa revista a los impactos sociales del COVID, a la exclusión social en una situación de post-pandemia, a las cuestiones territoriales y la llamada “España vaciada”, a la polarización política, a los efectos de la hiperconexión digital, al deterioro medioambiental y a las nuevas necesidades de cuidados sociales, entre otros temas. También se tratan algunos problemas emergentes, en especial los asociados a los conflictos internacionales y la creación de nuevas fronteras territoriales y culturales.


En tercer lugar, el congreso da cabida a una serie de reflexiones en torno al papel de la sociología en conexión con las ciencias sociales. En varias sesiones se discutirá sobre la carrera académica, la internacionalización, las trayectorias profesionales para graduados y, en general, la interconexión de la sociología con los grandes problemas de la sociedad española.


El congreso se muestra como un evento consolidado. Se han superado las 1600 comunicaciones y la asistencia igualará a las últimas ediciones. Nuestro modelo de evento académico abierto a la sociedad es una de las fortalezas. Es un congreso científico que intenta mejorar la calidad de los trabajos que se presentan y ofrecer oportunidades de publicación. Al mismo tiempo, es un foro para la discusión con actores políticos y de la sociedad civil. Establece vínculos con el territorio más inmediato, en este caso con la ciudad de Murcia y con la Región, lo que sirve para obtener conocimientos con implicaciones para territorios con características afines.


En esta edición se cuenta con la colaboración de instituciones públicas y privadas que son referencia en la investigación social. Se sigue prestando atención a la presencia internacional, con grupos de trabajo dirigidos a Latinoamérica, el sur de Europa y el área del Mediterráneo. Se fortalece el Grupo de Estudiantes (la manera de socializar a los estudiantes en un congreso científico). Las actividades formativas y sesiones prácticas para egresados se consolidan a través de la Escuela de Doctorado de la FES. Se avanza en ofrecer oportunidades para publicación y espacios de encuentro profesional. Y los 44 Grupos de Trabajo, la vía principal de participación, son ya un sistema consolidado para mejorar el trabajo de los congresistas a través de la presentación y discusión  de comunicaciones.


Finalmente, quiero dedicar unas palabras de agradecimiento y despedida a las innumerables  personas e instituciones que hacen posible tanto el congreso como la sociedad científica que lo respalda. Mi reconocimiento especial al Comité Organizador, a la Universidad de Murcia, al Equipo Rectoral y a los Equipos Decanales de tres facultades que han puesto a nuestra disposición unas instalaciones de primer nivel, junto a todas las instituciones públicas y privadas que han prestado su apoyo.


Para algunas personas del Comité Ejecutivo de la FES, y para mí en particular, este congreso es el final del segundo y último mandato. Hemos tratado de impulsar cambios dirigidos a adaptar una sociedad científica a las nuevas circunstancias de nuestro sistema de investigación.  Se han acometido proyectos en organización, herramientas tecnológicas, comunicación, gestión de  comités de investigación, publicaciones, relaciones internacionales, grupos de estudiantes, escuela de doctorado y otros muchos ámbitos. Queda por agradecer la ayuda prestada a todos los compañeros del Comité Ejecutivo, Asamblea Federal, Comités de Investigación y miembros colectivos federados, y el inestimable compromiso de la Secretaría y de la Dirección Técnica.


Estas actividades han ocurrido con el mismo tipo de sociedad científica que lleva funcionando desde hace más de 40 años. En sintonía con el lema, el modelo federal es en sí mismo bastaste “resiliente”. La perspectiva temporal ayuda a entender un poco mejor por qué persiste a pesar de las dificultades de gestión y la escasez de recursos.  En mi opinión, se debe a que nuestros predecesores nos legaron un diseño institucional con algunos rasgos que promueven dinámicas positivas. La gobernanza se basa en un sistema de “contrapesos” entre distintos colectivos e instituciones de la sociología española (lo que nos protege en cierta medida contra los populismos). Las decisiones cotidianas exigen el acuerdo y la colaboración. La afiliación está abierta a cualquier persona que quiera vincularse a los Comités de Investigación. Y la pertenencia de miembros colectivos facilita la obtención de masa crítica y el intercambio de experiencias (gracias al apoyo de asociaciones territoriales, departamentos universitarios y organizaciones  científicas y profesionales). Todos estos elementos han facilitado que la sociología española disponga de una sociedad científica única que todos debemos aprovechar.


Confiamos en que este congreso sirva no sólo para volver a la normalidad, sino también para mejorar el valor de nuestra disciplina a la hora de estimular debates y encontrar soluciones a problemas sociales de relevancia.


Os deseo una feliz estancia en Murcia.

Manuel Fernández Esquinas, Presidente de la FES

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OTAN: la autonomía estratégica de EE.UU.

 

El concepto estratégico aprobado por la OTAN en Madrid es claro y preciso: los enemigos de EEUU son los enemigos de Europa. Rusia y sobre todo China. El triunfo de la Administración norteamericana es enorme; el fracaso de la Unión Europea, histórico.


OTAN: la autonomía estratégica de EE.UU.

 

Manolo Monereo

El Viejo Topo

7 julio, 2022 

 

©OLIVIER HOSLET/POOL VIA REUTERS


“Este “momento unipolar” tuvo una consecuencia perfectamente lógica y predecible: predispuso más a EEUU al uso de la fuerza en el exterior. Eliminada la amenaza soviética, EEUU quedó con las manos libres para intervenir prácticamente en cualquier lugar y momento que considerara oportuno” Robert Kagan, 2003

Una gran potencia es hegemónica cuando consigue -por los medios que sea- que sus aliados compartan, hagan suyos sus objetivos estratégicos, sus definiciones geopolíticas y sus líneas básicas político militares. El concepto estratégico de la OTAN aprobado en Madrid recoge, casi sin matizaciones, las directrices de la gran potencia norteamericana que resueltamente toma el mando y pasa a la ofensiva. A esto, en puridad, se le llama autonomía estratégica, que la ejerce no quien quiere sino quien puede. Dicho sea de otra forma, la autonomía estratégica es un proyecto que se construye económica y socialmente y que define una posición internacional soberana. El concepto aprobado pone fin a un debate confuso, y precisa el verdadero papel de la política de seguridad y defensa de la Unión Europea como aliado complementario y subalterno de los EEUU. Volveré más adelante.

Las crisis, bueno es repetirlo, desvelan lo que la normalidad oculta y nos enseñan la verdadera medida de las cosas. Si además se trata de una guerra, esto se hace mucho más evidente. La guerra en Ucrania está acelerando mucho los procesos histórico-sociales. Por lo pronto, se están articulando dos bloques geopolíticos y socioeconómicos. De un lado, el liderado por los EEUU que se refuerza, que gana disciplina y busca ampliarse desesperadamente; el otro, (contra)hegemónico, organizado en torno a China y Rusia, que pretende definir una propuesta alternativa al mundo unipolar hasta ahora dominante. Como suele ser normal, la bipolaridad de bloques impulsa el no alineamiento de países que encuentran una oportunidad para ganar autonomía, influir más en las relaciones socioeconómicas y, por así decirlo, sacar partido de una situación que se convierte en oportunidad. Lo que ya no cabe ninguna duda es que el conflicto militar en Ucrania inicia un largo proceso de transición entre las fuerzas del “viejo orden” euro norteamericano y las del” nuevo orden” en proceso de construcción.

Las cosas ya no serán como antes. Esta larga transición comienza por una guerra, de nuevo, en Europa, muy alejada de los EEUU y en el centro de gravedad euroasiático. No es casualidad. La guerra está donde la quería la administración Biden. Llevan años preparándose para eso, rearmando, formando y organizando a las fuerzas armadas de Ucrania. Para decirlo con más precisión, de 2014 –según datos del SIPRI- hasta 2021, Ucrania incrementó su presupuesto militar en un 142%, sus aliados formaron en torno a 10.000 efectivos cada año y le fue transferida tecnología militar avanzada. Hoy sabemos que la OTAN siempre ha estado en los puestos de mando de la estrategia militar ucraniana y ha dirigido con mucha precisión la crisis de un Estado, no se debería de olvidar, extremadamente complejo desde el punto de vista étnico, cultural, religioso y político. De ahí que en el conflicto haya elementos de guerra civil que la propaganda occidental intenta ocultar sistemáticamente.

La OTAN ha servido históricamente para tres objetivos precisos. El primero (un clásico del mundo anglosajón), impedir un acuerdo entre Europa y Rusia. La existencia de la URSS ayudó a justificar la presencia de la OTAN como bloque defensivo ante la supuesta agresividad del mundo soviético. La disolución del Pacto de Varsovia y la desintegración de la URSS obligó a una refundación de la OTAN, a encontrarle sentido a una presencia militar y nuclear en un mundo que había conseguido derrotar al imperio del mal. Se demostró –Brzezinski lo analizó con mucha precisión- que la presencia político militar estadounidense en Europa era parte de un diseño estratégico a largo plazo legitimado por la existencia de la URSS y definido por un nuevo orden internacional de carácter unipolar, impulsado, dirigido y organizado por EEUU, devenido en hiperpotencia.

Europa vivía un momento fundante. Existía la posibilidad de recomponer las relaciones con una Rusia que se abría al mundo y que buscaba reencontrar un camino de paz, progreso económico y la primacía del Derecho Internacional. Se puede decir de muchas formas, con acentos diversos y hasta con formulaciones dramáticas: no habrá paz, no habrá autonomía política real de Europa sin un acuerdo con Rusia, sin un tratado de paz, cooperación y desarrollo con el gran país euroasiático. La enésima OTAN que surge de Madrid nace para bloquear definitivamente esta posibilidad que, es bueno subrayarlo, perjudica gravemente a Europa, pero también a una Rusia forzada a un repliegue estratégico y a una alianza duradera con China. La elección histórica tendrá una enorme trascendencia. Las clases dirigentes europeas han decidido subordinarse al “viejo orden” dirigido por los EEUU y oponerse con todas sus fuerzas y capacidades (económicas, políticas, militares y culturales) al “nuevo mundo” que emerge con toda su diversidad, pluralidad y dimensión poblacional con las grandes potencias asiáticas, en otro tiempo -bueno es recordarlo- colonias, países dominados y explotados por los todopoderosos representantes de la civilización occidental.

El segundo objetivo de la OTAN siempre ha sido el control político de la integración europea y de cada uno de los países individualmente considerados. Manolo Sacristán le llamó a eso “la OTAN hacia adentro”. Hay que decir que, en lo fundamental, esto ya se ha conseguido. El tipo de democracia, el modelo económico-social capitalista y la Unión Europea no son cuestionados en parte alguna y las amenazas, de haberlas (como en EEUU) vienen del lado oscuro del sistema. Paradójicamente, cuando más se habla de democracia, más se acentúa su crisis y en el horizonte se vislumbran procesos de involución política, social y cultural.

Las democracias europeas, las que existían realmente, se basaron en el conflicto capital/trabajo, en un potente movimiento obrero organizado y en una izquierda que aprovechó la contraposición con la URSS para hacer viable el reformismo. La integración europea, los cambios geopolíticos y tecnológicos han transformado radicalmente ese mundo. Está culminando la “gran transformación” de la cultura europea y nos adentramos en la “norteamericanización” de nuestra vida pública. La forma-partido que conocíamos ya no existe, retornan con nuevas y variadas formas los “partidos de notables “y los modos oligárquicos de organizar el voto. Luciano Canfora constata que en los países europeos se están construyendo de forma original partidos únicos, internamente articulados y externamente subdivididos en formaciones singulares; organizados en torno a una clase política cada vez más homogénea, crecientemente dependiente de las grandes corporaciones financieras y empresariales, y claramente alineadas con la Administración norteamericana.

El tercer objetivo es el más conocido y sobre el que existe abundante literatura: pertenecer a la OTAN significa que tus fuerzas armadas y, en gran medida las de seguridad, forman parte de un dispositivo transnacional dirigido, organizado y financiado por los EEUU. Los intereses nacionales, las doctrinas militares de cada una de las FFAA, las directrices de defensa y de seguridad tienen que amoldarse a los criterios definidos por la potencia dominante que van más allá de la OTAN. La política de Pedro Sánchez sobre Marruecos explica bien esta contracción. No se trata solo de la cuestión del Sahara. Lo que ha hecho el gobierno español es muy grave: subordinar los intereses estratégicos de España a la política de EEUU que coloca a Marruecos como Estado-gendarme del Magreb y pivote estratégico para el control del África subsahariana. Hay que insistir. Las menciones en el concepto estratégico a supuestas integridades territoriales no protegen a España ante un conflicto político-militar con Marruecos; estaremos solos. Sánchez lo sabe.

Volvamos al principio. La clave del concepto estratégico aprobado por la OTAN en Madrid es clara y distinta: los enemigos de EEUU son los enemigos de Europa, Rusia y, sobre todo, China. El triunfo de la Administración norteamericana es enorme, el fracaso de la Unión Europea histórico y el éxito de China especialmente significativo. El Imperio Medio consigue una retaguardia geoeconómica y energética decisiva, iguala poder estratégico-nuclear con el país de Biden y, lo más importante, gana tiempo para construir alianzas, definir escenarios y fortalecer su complejo militar, tecnológico y científico. Insisto, el tiempo es decisivo y el desgaste de todos los demás grande, muy grande.

Este artículo comenzaba con una cita de un autor por el que siento cierta predilección. Robert Kagan escribió un libro importante en el 2003 -aquí se tradujo como Poder y Debilidad- que era una crítica áspera contra los intentos de la Unión Europea de distanciarse de la política exterior norteamericana y jugar un cierto papel autónomo. La crítica era, en síntesis, doble: el mundo que emergía después de la victoria de los EEUU contra la URSS era hobbesiano, donde el uso de la fuerza sería casi obligatorio y, más duramente, la política de la UE era, en lo fundamental, hipócrita, ya que su supuesta autonomía se basaba en la seguridad que le daba pertenecer a la estructura político-militar organizada y dirigida por los EEUU, es decir, la OTAN. Hoy el mundo se parece más al que Kagan definió y la UE se alinea entusiasta con la política de Biden.

Kagan, compañero de aventuras políticas, sentimentales y, digámoslo así, diplomáticas de la señora Victoria Nuland -Subsecretaria de Estado para asuntos políticos y conocida especialista en asuntos ucranianos- siempre se ha distinguido por hablar claro, primero como estratega republicano, luego como portavoz del ”proyecto para el nuevo siglo norteamericano” y ahora como asesor privilegiado de Hillary Clinton. Hace algunos meses sorprendió denunciando un supuesto golpe de Estado en su país, señalando a Donald Trump como instigador y agente principal. Habrá que hacerle caso ya que él conoce muy bien lo que Curzio Malaparte llamaba técnicas de un golpe de Estado.

No es el momento de hacer un análisis pormenorizado de la nueva política de la OTAN. Para terminar, no me resisto a citar de nuevo a Kagan en su mencionado libro “Poder y debilidad” porque señala muy bien cuáles son las bases reales de la política exterior norteamericana: “Es un hecho objetivo que los estadounidenses han ido extendiendo su poder e influencia en círculos siempre expansivos, incluso desde antes de fundar su propia nación independiente”. Concluía el razonamiento así: “EEUU, en cualquier caso, continúa y claramente tiende a mantenerse como potencia estratégica dominante en Extremo Oriente y en Europa. El final de la Guerra Fría se consideró por parte de los estadounidenses como una oportunidad, no de replegarse, sino de ampliar su influencia; de extender hacia el Este, hasta Rusia, la alianza que lideraban; de fortalecer sus relaciones con aquellas potencias de Extremo Oriente que están en vías de democratizarse; de fomentar sus intereses en partes del mundo como Asia central, cuya existencia ni siquiera conocían muchos estadounidenses”. Todo esto lo escribió en el 2003 y lo continuó aún con mayor claridad en libros posteriores. La lectora o el lector observará que no solo hay análisis sino programa que, en muchos sentidos, se ha ido cumpliendo con bastante precisión.

Fuente: Blog Otras Miradas.

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Bloomberg: Los precios del gas en Europa han subido un 700 % desde principios del año pasado

 

Bloomberg: Los precios del gas en Europa han subido un 700 % desde principios del año pasado

 

DIARIO OCTUBRE / julio 6, 2022

 

 

El gas natural se convirtió en el mayor desencadenante de la inflación mundial y podría amenazar la posición del petróleo como "combustible que define la geopolítica", escribe el medio.


Francis Dean / Dean Pictures. / Legion-Media


Los precios del gas natural en Europa, que crecieron cerca de un 700 % desde el comienzo del año pasado, empujan al Viejo Continente “al borde de la recesión”, escribe Bloomberg.

 

Según el medio, el gas natural se convirtió en el mayor desencadenante de la inflación mundial y podría amenazar la posición del petróleo como “combustible que define la geopolítica“.

“El mundo ahora piensa sobre el gas como una vez pensaba sobre el petróleo, y el papel esencial que el gas tiene en las economías modernas y la necesidad de un suministro seguro y diversificado se han hecho muy visibles”, afirmó Kevin Book, director de la empresa de investigación de políticas energéticas ClearView Energy Partners LLC.

Según precisa Bloomberg, la operación militar rusa en Ucrania podría considerarse el principal factor detrás de la subida, en parte debido a la disminución de los suministros energéticos rusos a Europa, lo que se une a la campaña lanzada por los propios países europeos en su intento de reducir su dependencia del gas ruso.

En consecuencia, Europa, que aspira a diversificar los suministros antes de que llegue el invierno, se ha visto envuelta en una carrera para asegurarse los suministros del gas natural licuado (GNL). En medio de los recortes de la energía rusa, la UE importó por primera vez más gas natural licuado de EE.UU. que gas por gasoducto de Rusia.

“Garantizar la explotación eficaz del gasoducto”

A mediados de junio, la empresa estatal rusa Gazprom advirtió que se ve obligada a reducir el flujo de gas a través del gasoducto Nord Stream, una de las principales rutas de suministro de gas ruso a Europa. La empresa indicó que el motivo de la medida se debe a que la compañía alemana Siemens aún no le había devuelto el equipo técnico utilizado para bombear el gas, que se encontraba en reparación.

Dos semanas después, la empresa operadora Nord Stream AG comunicó que desactivará ambas tuberías del gasoducto Nord Stream desde el 11 hasta el 21 de julio para efectuar trabajos de reparación planificados con el objetivo de “garantizar la explotación eficaz, segura y fiable del gasoducto”.

La disminución de los suministros hizo que ciertos políticos europeos acusaran a Rusia de reducir deliberadamente el flujo de gas.

A este respecto, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, enfatizó que Rusia valora su perfil de proveedor “muy fiable” de energía, por lo que cumple rigurosamente todas sus obligaciones. No obstante, recordó que existen también “ciertos ciclos técnicos de mantenimiento” de la infraestructura gasística.

Por su parte, el director general de Gazprom, Alexéi Miller, reafirmó que Rusia siempre cumple sus obligaciones contractuales, por lo que puede considerarse “el proveedor de la estabilidad energética a los amigos de Rusia”.

FUENTE: actualidad.rt.com

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