viernes, 3 de marzo de 2017

ESTIBADORES: ALI MARIANO Y SUS CUARENTA MUCHACHAS/CHOS, INCLUYENDO A LA OPOSICIÓN PANZA ARRIBA DEL PSOE; LOS HOY AZULES, IGUAL QUE AYER Y LO MISMO QUE MAÑANA; LA MERKEL; EL tran, trem, trin, tron Y TRUMP, QUIEREN ABRIR EL SÉSAMO DE 6.000 TRABAJADORES PA JODELOS, ESCUPILES Y EMPOBRECELOS



El conflicto de los estibadores: contrarreformas laborales y la guerra sucia de la patronal


Por Kaos. Solidaridad
03.03.2017
El sector de la estiba funciona sin mácula, productiva y socialmente. El colectivo se preocupa de sus trabajadores; todos forman una piña y se tiendan la mano mutuamente en horas de apuro. No pecamos de trasnochados, pues, si decimos que es el último bastión de la clase trabajadora. El lobby décadent y neo-liberal ve en la estiba la dignidad del trabajador y es, por tanto, un escollo en el camino que toma demoliendo los derechos y garantías del obrero español.





















La disputa de los estibadores se recrudece cada vez más y amenaza ya el buen funcionamiento de los puertos españoles. Y sin embargo, el Gobierno parece no ofrecer mayor solución que la que empuja a la desaparición de esta profesión. De momento, el conflicto se encuentra tan estancado como el conocimiento de la opinión pública acerca de la estiba; y no son pocas, en consecuencia, las tonterías que al respecto se dicen fruto de la ignorancia.Para intentar comprender un poco mejor este fenómeno, nos hemos desplazado al lugar donde se reúnen los estibadores de Barcelona. Allí, Maica Josep y Gabi nos han explicado por qué están en lucha y contra quién, lo cual nos ha servido de base para escribir el siguiente artículo.



Estibadores: Gabi, Maica y Josep


Perdida como perdida está la opinión pública respecto a los estibadores, y ocupando una centésima parte de una página de La Iberia, una escueta noticia decía así, a fecha de 4 de septiembre de 1887: «Ayer, a las nueve de la noche, un estibador sufrió, en el muelle de Gijón, una grave herida, producida por el desprendimiento de una polea. El Juzgado entiende en el asunto». Aunque nos separe del suceso más de un siglo, deberíamos ir ya acostumbrándonos a esta clase de siniestros. Pues no se derivan otras consecuencias que éstas de las radicales medidas que el Gobierno quiere implantar; o suplantar, según se mire. Pero veamos antes de qué va la cosa.

El sector de la estiba funciona sin mácula, productiva y socialmente. El colectivo se preocupa de sus trabajadores; todos forman una piña y se tiendan la mano mutuamente en horas de apuro. No pecamos de trasnochados, pues, si decimos que es el último bastión de la clase trabajadora. Así y todo, ha llegado a nuestros oídos que el oficio es, desde sus bases, una herencia del franquismo. Demontemos esto rápidamente. ¿Cómo iba a serlo, si se fundó en el año 1978 y sobre los pilares del anarco-sindicalismo, de la CNT? Como mucho será hijo de la transición. Y aun así, es inconcebible que un hijo tal presente una semblanza tan distinta a la de sus progenitores: delegados revocables, igualdad salarial e inclusión femenina. Más aún: si tal sangre llevase en sus venas, ¿a qué tanto ahínco por parte del gobierno del PP para hundir la estiba? ¿No sería esto un fratricidio similar al perpetrado por Carcalla sobre Geta? Sin embargo, permanecemos en la duda. ¿Por qué el PP quiere pasarle el cuchillo por la garganta a la estiba?

Es extraño. Ni en los números ni sobre el papel funciona mal esto de cargar y descargar los barcos. Los trabajadores, por su parte, no trabajan cuando falta el trabajo; luego la empresa paga por ellos sólo cuando producen, ahorrándose el gasto inútil de tener una plantilla a salario fijo. Ahora bien, existe una retribución mínima, fruto de las luchas encarnizadas que se llevaron a cabo en los ochenta. ¿Es esta suerte de derecho lo que molesta? ¿Tal vez sea el motivo por el que el Gobierno haya encendido la máquina del odio contra este sector? No hay más que echar un vistazo a la televisión, el mundo a través del espejo donde el derecho aparece privilegio. Y lo más triste todavía: que los haya quien, persuadidos en detrimento, incluso, de sí mismos, suscriban esta retahíla de invectivas. La opinión pública parece ceder estúpidamente.

Lo cual nos lleva a la aparición de un curioso fenómeno. El Gobierno español presentaba hasta hace poco el sistema de estiba como un modelo a imitar. Decía, con ese su entusiasmo tan convincente y patriota, que era el sistema más eficaz y ecuánime que existía. Comparando ésta a su posición actual, como mínimo hay que reconocerle la extravagancia. ¡Qué tornadizo es el poder! Antes se veía con buenos ojos que los estibadores se reuniesen bajo la égida de la SAGEP, y en cambio, ahora, lo demoniza sin vergüenza.

Pero la reacción no se ha hecho esperar. El sector portuario ha respondido con buenos modales. Son plenamente conscientes de que la Unión Europa exige cambios; y de que los mismos son inevitables y aun favorables para el desarrollo de su actividad. Al igual que cualquier otra profesión, la estiba tiene que correr con los tiempos y adaptarse a sus caprichos.

Lo que percibe la Unión Europea, en resumidas cuentas, es el riesgo de monopolio al que está sometido el oficio. Y por eso ha animado a la re-estructuración según su proceder habitual: multa persuasoria (que no efectiva) de 130.000€ al día, 23.000.000€ en total. Ante esto, los estibadores no tienen mayor opción que cumplir con lo reclamado. Y no se piense que han intentado primero quedarse de brazos cruzados. Al cabo de la amenaza europea, ya tenían preparado un plan de reformas que a priori satisfaría completamente las demandas. Lo civilizado era, pues, que se diese la comunicación entre el Gobierno y la estiba, los cuales teóricamente se encuentran a un mismo nivel de interés por solucionar un problema que, recordemos, concierne tanto al trabajador que desea cobrar a fin de mes como al Estado, que desea que florezca el comercio en su haber.

Actualmente en la prensa, el ministerio se llena la boca de haber estado presente en todas las reuniones. La realidad, empero, es que sólo en tres. Lo primero que soltaron fue que mirarían de ajustar la ley. La realidad, empero, es que se ha ignorado el documento de 18 páginas presentado por la estiba con cuantos ajustes y reformas se piden desde Europa. Cuando fueron a entregarlo al Ministerio de Fomento, a principios de febrero, pensando que se les escucharía y, tal y como estaba consignado, se lo tendría en cuenta, la respuesta fue tajante: que por cuestiones al margen de lo político había que legislar indefectiblemente en contra y que es inevitable que la profesión desaparezca en un término de tres años. Si los estibadores tenían que reunirse con el Ministerio a las seis, la Patronal lo hizo a las cuatro. ¿Tuvo algo que ver? ¿O ya estaba todo pre-decidido? Sólo Dios lo sabe, es decir, el Presidente de los Puertos del Estado, José Llorca Ortega, y el Ministro de Fomento, Íñigo de la Serna.



Estibadores esperando descargar un barco

Pese a la cerrazón oficial, la propuesta no dejaba lugar a la duda. Dado que la multa impuesta encontraba su razón en el riesgo de monopolio, en el hecho de que una empresa no podía ejercer en el puerto sin pasar por la SAGEP, se decidió flexibilizar la participación. En el susodicho documento se explicitaba que sin más ni más esto iba a cambiar y, de ahora en adelante, la contratación podía tener lugar sin la afiliación al sindicato. En él se planteaba asimismo la creación de un registro de trabajadores a través del cual las empresas podían obtener sus empleados. De este modo, la situación se regularizaba de cara al planteamiento europeo y a la legislación española. Presuntamente, se había dado carpetazo al asunto. Todas las partes deberían haber quedado contentas.

Sin embargo, como se puede deducir del estado actual de cosas, el plan revisado de la estiba crispaba los nervios del Gobierno. ¿Por qué? Sencillo: porque desbarataba el verdadero programa del mismo, a saber, desde el primer momento, suprimir íntegramente el oficio sindicado de estibador respaldándose, eso sí, en la excusa que le ofrecía la denuncia de la Unión Europea. Y retomemos la pregunta: ¿por qué? Sencillo también: porque el lobby décadent y neo-liberal ve en la estiba la dignidad del trabajador y es, por tanto, un escollo en el camino que toma demoliendo los derechos y garantías del obrero español. Descaradamente, el Gobierno trata de destruir el último reducto de renegados, 6000 en concreto, con ocasión de una presunta denuncia anónima a la UE (probablemente del mismo Reino de España), con no más objeto que el de sustituirlos por otros 6000, entonces ya, sin salario mínimo, sin derechos, sin preparación, sin conocimiento, precarizados, sometidos y sin auspicio legal.

En vista de que el sector estibador no ceja en devolver los embates que le llegan de las altas esferas, es reclamada la ayuda, como siempre oportuna y cicatera, de la guerra mediática. Y por eso ya empezamos a verlos y a oírlos. A los magister decrépitos de las cadenas de televisión, tertulianos de salón de mejillas rígidas y sangre de rana. Ya está ahí sentada la farándula en sus tribunas de miseria terciogenérica, coronando programas de televisión vacíos, baratos y basura. Haciendo gala de la peor de las imbecilidades, de la estupidez tras el velo del desencarnamiento. Procaces sin mérito, imitadores de Augusto el Tonto, estos tertulianos comienzan a vomitar. Y qué mejor náusea que la que empieza por esa cuestión que tantas ampollas levanta, que en tantos suscita la envidia y que tanto enfurece al escarnecido: el salario.

Poco diremos del mismo. No nos importa porque, en suma, los sueldos provienen de pactos establecidos con empresas privadas. Lo chistoso es, porque todo hay que decirlo, que el Gobierno pretenda pagar los 6000 despidos metiendo mano al erario público, esto es, que si todo esto nos termina costando dinero a los españoles no será, por consiguiente, a causa de los supuestos privilegios de la estiba, sino de la inhábil y maliciosa componenda estatal. Entretanto, estos son los salarios, que varían en función de la producción: por un contenedor venido de Asia el gasto es de 1500€. De esta cifra, lo correspondiente al trabajo del estibador son 0.80€, cantidad a la que hay que sumar tasas e impuestos. Céntimos arriba, céntimos abajo, el estibador percibe en total 18€ de cada contenedor. Ni que decir tiene que trabaja haga sol o lluvia, nieve o granice, sea Navidad o Fin de Año, su cumpleaños o el fin del mundo. Porque, en última instancia, cobra lo que trabaja. Y no, por supuesto, las cifras que se dicen por ahí. Y si un cirujano cobra menos que un estibador, quizá la solución no pase por bajar el sueldo a éste, sino a subírselo a aquél.

No sabemos cómo acabará este entuerto. España, por cierto, es la puerta de entrada a las mercancías americanas que se abren camino al mercado sud-europeo. El puerto español no es que tenga relevancia nacional y europea, sino mundial. Y es probable que la estiba sea el sector que se aglutine con mayor unidad y conciencia. De momento, ha dado un pre-aviso de huelga para los días 6, 8 y 10. Pero es sólo el principio si el Gobierno no transige. Si todo sigue así, y éste sigue oponiendo la política del «no sé, no me consta» a las demandas de los trabajadores y a la incertidumbre de los empresarios, veremos si el arañazo económico no deriva finalmente en una necrosis irreversible.




CUANDO LA POLÍTICA EMPIEZA POR DOS ERRES: ROBO que te ROBO (Y QUE ME ESCUHES LUISILLO: AGUANTA..., QUE AGUANTES TE DIGO... Y QUE ME ACABA DE ENTRAR LA PAJARRACA ESA INFANTIL DE QUE NO ME ACUERDO DE NÁ,, LO DE LA INFANTA, Y QUE NO ME ACUERDO AHORA SI ES PRINCIPIO O FIN DE LA CITA. COMPRÉNDEME)


La “Trama”: Radiografía y definición de una época de corrupción, saqueo y asalto del Estado que tenemos que superar

  Pedro Antonio Honrubia Hurtado
Kaosenlared
02.03.2017                   
Pablo Iglesias habló este pasado martes, durante la presentación del libro de Rubén Justé “IBEX 35, una historia herética del poder en España”, de la existencia de una “Trama” que ha servido para saquear el Estado y para poner la política española al servicio de unos intereses muy concretos que poco o nada tienen que […]














Pablo Iglesias habló este pasado martes, durante la presentación del libro de Rubén Justé “IBEX 35, una historia herética del poder en España”, de la existencia de una “Trama” que ha servido para saquear el Estado y para poner la política española al servicio de unos intereses muy concretos que poco o nada tienen que ver con los intereses de las grandes mayorías sociales. El término se ha propagado rápidamente por las redes sociales y son ya varios los medios de comunicación que han centrado su mirada en lo que el uso de este nuevo concepto supone para el discurso y la estrategia política de Podemos. Pero ¿qué es exactamente eso de “La trama”?

“La Trama”: Definición y narrativa

Básicamente, haciendo caso a las palabras de Iglesias, la “Trama” se podría definir como el modelo de gobernanza implementado en el Estado español durante las últimas décadas por una serie de actores con vinculación directa a la toma de las grandes decisiones de Estado, y que articula en torno a sí un conjunto de relaciones entre el poder político y el poder económico para intervenir dicho Estado y ponerlo al servicio de los intereses privados de unos pocos privilegiados.

Un modelo de entender la gobernanza del Estado y de sus diferentes administraciones públicas, así como la gestión de los recursos económicos asociados, que ha sido engrasado por la corrupción y el intercambio de favores entre dicho poder político y dicho poder económico, así como sustentado en el control directo de los principales medios de comunicación y de amplios resortes de los poderes del Estado (espacios legislativos y ejecutivos vinculados a los partidos del régimen y el control directo por parte del Gobierno de turno de la Fiscalía General del Estado principalmente). Esto es, una maquinaria de relaciones políticas y económicas que convierten al Estado en una especie de Sociedad Limitada (S.L.) manejada desde diferentes espacios de toma de decisiones, simultáneas y complementarias, por una serie de familias y personajes de gran poder político y económico que actúan bajo una lógica de tipo mafiosa para beneficio propio y en contra de los intereses de las mayorías sociales.

¿Qué hace “La trama”? 
  • Donaciones sistemáticas de grandes empresarios a partidos amigos en sobres en B que sirven para financiar gastos de partido, campañas electorales y sobresueldos
  • Comisiones del 3% y similares en la adjudicación de contratas públicas
  • Puertas giratorias entre la política de Estado y los sectores estratégicos previamente privatizados por dichas políticas
  • Saqueo de las cajas de ahorros al ponerlas en manos y bajo el control de los intereses de los partidos políticos tradicionales
  • Concesión de licencias comunicativas a grupos mediáticos cuyos principales accionistas tienen relación directa con el poder financiero global
  • Ley del suelo y crédito barato y masivo auspiciado por las relaciones entre la banca española y los grandes centros del poder financiero internacional
  • Grandes constructoras que parasitan la obra pública y que desde ahí dan el salto a la gestión privada de todo tipo de servicios públicos “externalizados” que le son igualmente concedidos como concesionarias
  • El fomento de administraciones paralelas para alimentar las maquinarias partidistas y clientelares
  • Indultos a grandes banqueros o doctrinas jurídicas creadas “ad hoc” –con nombres y apellidos- para servir a los intereses de los mismos y protegerlos de la acción de la justicia
  • Fiscales Generales del Estado que presionan a otros fiscales para que no investiguen casos de corrupción o que los sacan de sus puestos cuando osan no plegarse a tales presiones
  • Leyes “Berlusconi” que dificultan la posibilidad de investigar y castigar las diferentes ramificaciones de tal corrupción especialmente en ámbitos vinculados a la gestión irregular de lo público en administraciones locales o provinciales
  • Grandes construcciones ineficientes y absurdas pagadas a precio de oro y con todo tipo de aumentos de gasto sobre lo presupuestado inicialmente durante el proceso de construcción
  • Grandes eventos deportivos rodeados de todo tipo de fastos (y gastos públicos) para honra y lucimiento del gobernante de turno
  • Medios de comunicación que crean campañas de acoso y derribo contra “enemigos políticos”
  • Las cloacas del Estado filtrando información a periodistas “pantuflos” para publicar falsos informes que sirven para criminalizar a determinados actores políticos incómodos para el régimen
  • Directores de medios de comunicación reuniéndose con líderes políticos para avisarles de las consecuencias de tejer ciertos pactos de gobierno
  • Campañas mediáticas contra profesores, controladores, sindicatos varios o estibadores acusándolos de “privilegiados” o de “parásitos” para enfrentar a la población precarizada con aquellos sectores laborales que todavía conservan condiciones laborales y sueldos decentes
  • Agentes económicos centrales que actúan en forma de cárteles mafiosos modificando o pactando precios para saquear y extorsionar al pueblo mediante el encarecimiento del precio de los servicios básicos indispensables
  • Demolición controlada –vía recortes- de la calidad de los servicios públicos para legitimar políticas privatizadoras
  • Reformas laborales para acabar con la capacidad negociadora de las clases trabajadoras y reformas de las pensiones –vinculadas directamente a las condiciones laborales impuestas vía las reformas laborales citadas- para hacer perder progresivamente poder adquisitivo a los pensionistas actuales y por venir y dificultar –cuando no imposibilitar- el acceso futuro de las próximas generaciones a unas pensiones decentes y dignas
  • Reformas de la Constitución al servicio de los intereses del poder financiero con “agosticidad” y “alevosía”
  • Etc., etc., etc. (Ponga usted aquí cualquier hecho de estilo que recuerde).
Les suena ¿verdad?

La necesidad de poner un nombre común a lo que son unas prácticas que se relacionan entre sí en el tiempo y el Estado

Hasta ahora todas estas expresiones de una forma de entender la política, el Estado, el poder y las relaciones entre los diferentes agentes económicos y sociales existentes, se han tratado de forma separada y como si entre ellas no existiera relación alguna. Siquiera, como bien señala el periodista Enric Juliana, en el momento donde más evidente ha sido la relación entre todas ellas, cuando más claro era que la corrupción es algo que depende tanto de políticos corruptos como de agentes corruptores que se han beneficiado directamente de esa corrupción más allá del robo y el saqueo a las arcas públicas realizado por dichos políticos, hemos sido capaces de ponerle un nombre “común” al momento histórico que todo este tipo de situaciones expresan en conjunto y entre sí de forma relacionada. Frase como “no es lo mismo meter la pata que meter la mano” han sido convertidas rápidamente en narrativa colectiva por determinados partidos y medios de comunicación para, precisamente, no permitir que la ciudadanía ate cabos y encuentre la relación existente entre todos estos elementos citados.

Es por ello que es tan importante ahora dar una explicación de conjunto que facilite a la ciudadanía la comprensión del periodo histórico que estamos atravesando y la relación inseparable que existe entre dicho periodo histórico y la actuación, a modo de gobernanza, de los diferentes agentes, políticos y económicos, que han detentado y detentan todavía hoy la capacidad de tomar las grandes decisiones de Estado y que en última instancia acaban afectando en forma negativa a los derechos y la calidad de vida del conjunto de la población. O dicho de otro, explicar de qué manera esta “Trama” ha conseguido secuestrar la democracia hasta ponerla bajo control directo de sus decisiones.

Doble sentido comunicativo: como definición de una época y como explicación de una praxis

Lo que se ha venido a llamar “Trama”, pues, se puede entender tanto desde una perspectiva “epocal” (como definición de una época en tanto que desarrollo “argumental” de la misma), como desde una perspectiva de “acción política concreta –praxis-“ (disposición interna por la que se relacionan y se corresponden las partes de una forma sistematizada de entender el Estado y el poder del Estado que ha generado la situación actual en la que vivimos: recortes, precarización y miseria para los de abajo, corrupción, poder ilimitado y grandes negocios megalucrativos para los de “arriba”). La “Trama” debe ser entendida así tanto como una forma de gobierno del Estado que marca toda una época histórica (la nuestra) como el conjunto de actores implicados, y las relaciones que mantienen entre sí, en aplicar sistemáticamente dicha forma de gobierno contra los intereses de las grandes mayorías sociales y en favor de sus propios intereses políticos, económicos y de clase.

La “Trama” es entonces el nombre que se le puede dar una época, la nuestra, marcada por la corrupción como práctica de sistema, el vaciado en la toma de decisiones de la soberanía popular en favor de la toma de decisiones por la “soberanía de unos pocos privilegiados” y la intervención del Estado en sentido amplio, así como es también la forma de operar con la que se puede definir el conjunto de relaciones que han mantenido entre sí, como forma concreta de poner en práctica este modelo de gobernanza, los diferentes actores que se han visto directamente beneficiados por ella y/o que han ejercido el poder real en la misma.

Golpismo del Siglo XXI que ha vaciado de soberanía popular tu democracia, ha intervenido tu Estado y te ha jodido la vida

La “Trama” es, en resumen, el modelo de gobernanza desarrollado en el Estado español durante las últimas décadas según el cual los principales accionistas y grandes dueños de las empresas del IBEX35, los principales dirigentes de los partidos del régimen y muchos otros políticos de menos enjundia que amparándose en ellos han actuado bajo la lógica mafiosa de esta gran “familia”, los medios de comunicación en manos o al servicio de ambos, los altos funcionarios públicos que voluntariamente han decidido trabajar para ellos desde la justicia o la Administración central del Estado, los  tertulianos y “expertos” a sueldo que inundan esos mismos medios antes citados, la gran banca, la patronal, los fondos buitre y demás representantes  genuinos del poder financiero, etc., etc., han tenido la capacidad de intervenir el Estado para ponerlo al servicio de sus intereses privados, donde la corrupción es solo una anécdota frente a la capacidad que han tenido de dar la vuelta a lo que en algún momento pretendió ser un “Estado social” hasta convertirlo en un “Estado al servicio de los negocios y el afán de lucro de unos cuantos privilegiados”. Un Estado S.L. que piensa de forma prioritaria en garantizar una buena rentabilidad para las balanzas de resultados de sus grandes empresas y las cuentas de ahorro de sus principales accionistas, y que se olvida de pensar en el bienestar, los derechos y los intereses económicos, sociales, y laborales de sus ciudadanos y ciudadanas.

La Trama es, para entendernos en concreto, aquello que te ha jodido la vida y ha puesto en riesgo tu futuro y el de tus hijos y nietas solo porque con ello, recortando tus derechos y saqueando tus recursos públicos, degradando tu sanidad, tu educación, tus condiciones laborales y tus pensiones, desmantelando progresivamente cualquier carácter social del Estado, unos pocos pueden ganar cada vez más dinero interviniendo de facto dicho Estado. La “Trama” es golpismo de toda la vida, pero adaptado al siglo XXI. Te dieron un Golpe de Estado y ni te enteraste… ya es hora de luchar por derrocarlo y acabar con este modelo golpista de gobierno que rige tu Estado. Eres tú contra la Trama, es la Trama contra el pueblo. Es esa la gran “disputa histórica” a la que nos enfrentamos.

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