Centenario
de la fundación del PCE: Un homenaje mediático con trampa anticomunista
Por Cristobal García
Vera
KAOSENLA RED /
DICIEMBRE 2021
Por la época en la que
nos ha tocado vivir, y por la propia deriva ideológica del PCE, quizá
no debería sorprendernos que el Centenario de la fundación de
este histórico Partido esté siendo objeto de toda una suerte
de programas y artículos en los medios de comunicación que, no
por casualidad, son utilizados para reforzar, justamente, la orientación
política que lo condujo a perder su esencia -su
propia razón de ser- e inició el declive que lo ha llevado a su actual
estado de postrada inanición.
Reportajes realizados
por cadenas televisivas como La Sexta, en los que
los “homenajes“ a la historia del
PCE se convierten, simultáneamente, en otro homenaje
a la mitificada Transición política española, y al “buen
juicio” del que supuestamente hicieron gala los dirigentes del Partido
Comunista al hacer posible el advenimiento del Régimen
monárquico y la Constitución de 1978. Y en los
que, como epílogo, se augura un buen futuro para esa
organización si fuera capaz de seguir “adaptándose
a las nuevas realidades sociales”, aunque ello sea a costa de
renunciar, definitivamente, a cualquier recuerdo que aún pudiera conservar de su
vieja identidad comunista y revolucionaria.
La participación en
estos productos mediáticos de personajes cuyos juicios
sobre el ayer constituyen una autojustificación de su
integración actual en las instituciones del Régimen monárquico los
convierten, en definitiva, en una aterradora ceremonia de la confusión que,
como mínimo, requeriría recibir una respuesta contundente.
En primer término,
porque supone un insulto a la memoria de las decenas de miles de
militantes del PCE que, con independencia de la orientación que en su
momento dictara la dirección de ese partido, lucharon y sacrificaron lo
mejor de sus vidas -cuando no las perdieron- por una causa que
queda totalmente desvirtuada por este tipo de mistificadoras revisiones
históricas.
Y, en segundo lugar,
porque esa relectura del pasado que hoy se hace, en perfecta
sincronía con el discurso del postfranquismo, continuará actuando, mientras
no sea recusada a cabalidad, como un obstáculo fundamental para
la recuperación del hilo rojo que fue alevosamente destruido por
el pacto de silencio y desmemoria suscrito en el curso de la
denominada “Transición”.
En Canarias,
una de las expresiones más significativas de esta interesada
confusión ideológica fue la entrevista recientemente concedida al
diario “La Provincia” por José Carlos Mauricio,
el ex secretario del PCC que desempeñó en las islas un papel
similar en el proceso de desintegración del Partido Comunista al
que jugara Santiago Carrillo a nivel estatal.
JOSE CARLOS MAURICIO
Para quienes lo
ignoren, cabe recordar que Mauricio fue un político
institucional, ya retirado en sus confortables cuarteles de invierno, que
acabó ejerciendo – en las filas del partido derechista Coalición
Canaria-, como “conseguidor” en Madrid de las
reivindicaciones de la burguesía isleña y que, en la citada
entrevista, no desaprovechó la ocasión para reiterar la versión oficial que presenta
la política adoptada explícitamente en los 70 por el PCE, el
denominado “eurocomunismo”, como el tránsito
de “un Partido Comunista ortodoxo, radical, prosoviético a
un partido democrático, antisoviético, que atraía comunistas y no comunistas
dispuestos a luchar de verdad contra la dictadura” (1).
UNA DEFENSA FURIBUNDA
(E INFUNDADA) DEL EUROCOMUNISMO, SANTIAGO CARRILLO Y EL RÉGIMEN DEL 78
SANTIAGO CARRILLO
Pero este personaje,
hoy justamente desprestigiado en la sociedad canaria, no ha sido el único que
en estos días se aprestaba a defender en las Islas el proyecto
eurocomunista. En otro artículo publicado también en el periódico La
Provincia (2), el antiguo militante del PCE Emilio
Díaz Miranda -muy próximo al propio José Carlos
Mauricio durante los últimos años de la Transición–
realizaba el 7 de diciembre una airada defensa de la corriente política
carrillista y, de forma indirecta, del mismísimo Régimen
monárquico español, permitiéndose descalificar a quienes -según
él- “lo critican, con generalidades demagógicas”, y “consignas” y
rechazando, incluso, esta denominación.
“El
llamado “Régimen del 78”, ¿cuándo empieza? ¿Empieza
cuando se aprueba la Constitución actual o cuándo Tejero irrumpe
pistola en mano en el Parlamento y todos se tiran al suelo menos tres
diputados, uno de ellos Carrillo?”– se pregunta
retóricamente Díaz Miranda en su texto, sin aportar ningún
razonamiento o aclaración ulterior (3).
Y es que, a decir
verdad, el Sr. Díaz Miranda no ofrece en su
artículo ni un solo argumento teórico, ni de ningún otro
tipo, para justificar sus posiciones políticas. En
lugar de ello, intenta persuadir emocionalmente al lector, exaltando su propio
valor como “viejo militante” e intentando desacreditar a “los
críticos” porque, supuestamente, su juventud y el
hecho de que no vivieran durante la dictadura franquista les
incapacitaría para comprender correctamente lo sucedido en las postrimerías
del Franquismo y el verdadero valor de la “democracia” española. Un
recurso falaz que de asumirse seriamente obligaría a suprimir la
Historia como ciencia y a restringir toda consideración
política a la propia contemporaneidad y que, por cierto -según me
cuentan- muchos argüían también durante el franquismo contra
los jóvenes revolucionarios que cuestionaban la dictadura, porque
ellos “no habían vivido la Guerra Civil”.
Se trata, en
definitiva, de un texto que por su manifiesta vacuidad quizá no ameritara
ninguna contestación. Esta se hace necesaria, sin embargo, por el aparente
interés de su autor –residente en Alemania desde los años 80–
en convertirse ahora en una suerte de portavoz de la resistencia
antifranquista en Canarias, ofreciendo charlas sobre la “memoria
histórica” y el “antifascismo” en las que reproduce,
anecdóticamente, el interesado relato oficial sobre la Transición.
EL EUROCOMUNISMO NO
FUE UNA “DEMOCRATIZACIÓN ANTIESTALINISTA” DEL PCE
Al igual que sucede en
sus charlas públicas, el Sr. Díaz Miranda no
intenta ensayar en su artículo ninguna fundamentación teórica del
eurocomunismo. Ni recurriendo a los desarrollos sofisticados que en su
día popularizaron los dirigentes del Partido Comunista Italiano -falsificando,
eso sí, las ideas del revolucionario Antonio Gramsci-, ni a la
versión más tosca del propio Santiago Carrillo Solares, expuesta
en su “Eurocomunismo y Estado”.
Coincidiendo con su
ex jefe de filas José Carlos Mauricio, Díaz Miranda pretende,
simplemente, presentar todavía esta tendencia política como una “democratización
antiestalinista” del PCE.
Para ello hace poco
más que recurrir a algún párrafo deslavazado, con el que expresa también
su “indignación” por el hecho de que los propios
herederos del eurocomunismo paguen hoy con el “silencio
sistemático o el olvido al que fuera Secretario del Partido desde 1960 hasta su
voluntaria abdicación”.
“Si
lamentable era la política estalinista -escribe el Sr. Díaz – también es a mis
ojos lamentable, sin llegar a la brutalidad estalinista, la constante
omisión del nombre del que es, guste o no guste, uno de los “padres de
nuestra Democracia (Carrillo)” (4).
“Recordemos -añade el Sr. Díaz Miranda rebelándose
contra dicha omisión – como en marzo de 1977, tres
meses antes de las primeras elecciones generales españolas tras
la muerte de Franco, comenzó la cumbre eurocomunista entre Enrico
Berlinguer del PCI, el dirigente del Partido
Comunista Español, Santiago Carrillo y Georges Marchais por el Partido
Comunista Francés. Tres partidos comunistas europeos que condenaban
públicamente la invasión de un país socialista, Checoslovaquia, por
las tropas del Pacto de Varsovia encabezadas e
impulsadas por la Unión Soviética en 1968″.
Aunque cuatro décadas
de trayectoria política sirvieron para dejar en evidencia la naturaleza real de
la tendencia política eurocomunista que aún sigue defendiendo el Sr.
Díaz, lo cierto es que ya en la propia década de los 70 se
podían encontrar aproximaciones teóricas tan rigurosas al
fenómeno del eurocomunismo como las del filósofo Manuel
Sacristán quien, en un célebre ensayo, apuntaba que, al contrario de
lo que pretendían sus promotores, el eurocomunismo:
“no es una
estrategia hacia el socialismo, sino el último repliegue
del movimiento comunista“, y que “su presentación eufórica como vía
al socialismo implica, justamente, la voluntad de
ignorar dicho repliegue y el abandono de toda noción seria, no
reformista-burguesa, de socialismo” (5).
Por aquellas mismas
fechas, otros teóricos marxistas, como los editores de la revista Monthly
Review, Paul M. Sweezy y Harry Magdoff advertían también que:
“Los
partidos comunistas tradicionales de los países capitalistas centrales estaban siguiendo
los mismos pasos que habían seguido los partidos socialdemócratas de la de la
II Internacional, que renunciaron primero a cualquier perspectiva
revolucionaria para acabar luego apoyando las aspiraciones
expansionistas de sus respectivas burguesías durante la I Guerra
Mundial” (6).
Obviamente, se
precisaba la perspectiva temporal para constatar fácticamente
que ese era, en efecto, el camino que ya habían comenzado a transitar los partidos
adscritos al eurocomunismo. Organizaciones otrora tan poderosas e
influyentes como el PCI o el Partido Comunista Francés
(PCF), que pronto pasaron de prometer “vías graduales y
pacíficas al socialismo” a integrarse plenamente en el
sistema capitalista contribuyendo a su gestión incluso en su fase
neoliberal, en un proceso de degradación ideológica y
moral que condujo, de una u otra forma, a su propia
autoliquidación.
En el Estado
español la naturaleza del eurocomunismo también se
puso crudamente de manifiesto con la participación del PCE en
la llamada “Transición a la democracia”. La operación
de restauración de la Monarquía borbónica que daría lugar al Régimen
político “del 78”.
El eurocomunismo no
fue, en definitiva, ningún proceso de “democratización
antiestalinista” de los PCs, ni un proyecto de “socialismo
en libertad”, sino un proceso de
socialdemocratización que ya contaba con antecedentes
históricos, de progresiva pérdida de identidad
comunista, que se ha prolongado hasta la actualidad con herederos que
en el Estado español se encuentran hoy aplicando, desde el Gobierno
central y junto con sus socios del PSOE, las directrices
únicas del proyecto neoliberal de la Unión Europea.
El CONFLICTO POLÍTICO
NO ES GENERACIONAL: CONTRA LOS JÓVENES MILITANTES ANTIFACISTAS, EN DEFENSA DE
LOS JÓVENES MINISTROS
EL PRESIDENTE PEDRO
SÁNCHEZ Y LA VICEPRESIDENTA YOLANDA DÍAZ, REPRESENTANTES DEL GOBIERNO DE
COALICIÓN
No es extraño, por
tanto, que el Sr. Díaz Miranda se manifieste también en su
artículo como un ferviente defensor de este Gobierno
socio-liberal que se nos presenta como “el más progresista
de la Historia”.
En su ataque contra
quienes, desde la izquierda, se atreven a criticar las políticas del Gobierno
del PSOE y Unidas Podemos, el Sr. Díaz reconoce que
-junto a un artículo del historiador Santiago Lupe– “el
segundo motivo indignante” (7) que le ha incitado a
escribir es:
“otro
artículo de la misma trinchera de valientes francotiradores que
hablan del “carrillismo monárquico-democrático” y despotrican de
que en el Acto de celebración participarán, “aparte del secretario
general PCE y diputado de UP, Enrique Santiago, los
líderes de CC.OO y UGT, Sordo y Álvarez, dos centrales, de
entreguismo, traiciones, y firma de convenios deplorables, así como la
ministra Yolanda Díaz, que no para de elogiar a la
socialdemocracia” (8).
Y, en defensa
del ex vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, sigue exponiendo que:
“Los que
así escriben son de la misma suerte que los que hace poco interrumpieron
con gritos insultantes a Pablo Iglesias en uno de los actos de
de celebración previos al Homenaje Central. Los insultos se adornaban con
“palabras anti-represivas” de tipo antifascista, gritando que los del Gobierno
progresista actual “amplían las leyes represivas” (9).
Para concluir
diciendo, con idéntico tono descalificador:
“¿Si son tan
rrevolucionarrios (con muchas erres) por qué no van a los
mítines de VOX o del PP? ¿O si tan antifascistas son por qué no aparecieron
en los actos claramente fascistas que se celebraron en el Cementerio madrileño
en homenaje a la División Azul que Franco mandó contra la Unión Soviética al
lado de las tropas de Hitler? ¿O es que tienen miedo?” (10).
Quizá alguien podría
presumir que el Sr. Díaz Miranda desconoce -por haber pasado
los últimos 40 años viviendo en Alemania y dedicado
a realizar actividades tan “revolucionarias” como
el “coaching”– que los miembros del Movimiento
Antirrepresivo de Madrid a los que se refiere son activos
militantes que luchan, entre otras cosas, por la amnistía para
todos los presos políticos del Estado español, como su
compañero comunista Pablo Hasel. O que ignora, igualmente, que,
además de tener que lidiar habitualmente en las calles de la
capital con grupos fascistas, sin tener que acudir para
ello “a mítines de Vox”, estos jóvenes sufren a menudo la represión
de los cuerpos policiales dirigidos por el Gobierno
“progresista” de Coalición.
Ya sería demasiado
suponer, sin embargo, que el Sr. Emilio Díaz ignore también
el reiterado incumplimiento de las principales promesas electorales efectuadas
por los miembros de la citada Coalición -como la relativa a las contrarreformas
del mercado laboral (12) – o las operaciones
cosméticas de marketing político-institucional con las que han tratado
de ocultar este sistemático incumplimiento.
Difícilmente podría
ignorar el Sr. Díaz Miranda, por ejemplo, la defensa del
cumplimiento de “los compromisos de España con la OTAN” (13) que recientemente
realizaba el Secretario General PCE y diputado de UP, Enrique Santiago,
o de la permanencia de las bases militares de EE.UU. efectuada por
el ministro de Consumo, dirigente del PCE y coordinador de IU, Alberto
Garzón, porque -según él – “generan puestos de
trabajo” (14).
Como es difícil que
pueda ignorar la denuncia efectuada por la Coordinadora Estatal
por la Defensa del Sistema Público de Pensiones (COESPE) sobre
la contrarreforma privatizadora que pretende imponer el Gobierno
de Coalición, con la complicidad de Unai Sordo (CC.OO.) y
Álvarez (UGT), y que, a corto plazo, supondrá un empobrecimiento aún
mayor de millones de pensionistas del Estado español (15).
No parece, en suma,
que el radical desacuerdo político que el Sr. Emilio Díaz Miranda manifiesta
en su escrito con los jóvenes a los que trata de descalificar tenga nada
que ver con algún tipo de “conflicto generacional”. La
suya es, más bien, una elección política que le lleva a optar por los también jóvenes
ministros que pisan suaves y mullidas moquetas, gozan
de imponentes sueldos y prebendas, se entrevistan con “el
Santo Padre” y se desplazan en coche o avión
oficial. Del mismo modo que otros muchos veteranos
militantes, que no han perdido la brújula ideológica que
los orienta hacia los intereses de su clase social, se
solidarizan con los antifascistas que se baten el cobre en las calles y
en no pocas ocasiones siguen pagando su compromiso político con la
prisión.
LA GUINDA QUE CORONA
EL PASTEL: ÁNGELA MERKEL, “UNA GRAN DAMA QUE SE DESPIDE”
Pero es en la parte
final de su artículo, en una encendida loa a la vicepresidenta
Yolanda Díaz por su defensa de “una Matria cuidadosa
de la convivencia, que acoja todas las identidades y diferencias y
permita llegar a puntos de encuentro en vez de imponer”, (16) donde
el Sr. Díaz Miranda ofrece el indicio más definitivo
sobre la magnitud de su extravío ideológico, al sostener que:
“No se
trata de eliminar a la derecha, sino de alcanzar un clima y unas conductas que
permitan una convivencia plural y pacífica aunque antagónica en doctrinas y
opiniones” (17).
Un consejo de “moderación” institucional
que cobra todo su sentido al leer otro artículo suyo titulado “Notas
difusas: una gran dama se despide; fin de la era Merkel” (18) y publicado
por el Sr. Emilio Díaz en fechas cercanas a sus reflexiones
sobre el PCE. En él, don Emilio regala un
particular y emocionado homenaje a la principal responsable de
las políticas de “austericio” impuestas en la UE y de
los planes de ajuste sufridos principalmente por países
del Sur del continente como Grecia o España.
ANGELA MERKEL, LA
“GRAN DAMA” DEL SR. EMILIO DÍAZ MIRANDA
Una “gran
dama” de la que el Sr. Díaz destaca tanto “su
gratitud y humildad” como “los muchos
avances que a nivel internacional ha facilitado – en su opinión
– su amistad con el Presidente Macron” (19).
Y es que, para
el Sr. Emilio Díaz, la responsable de afianzar en el
continente el proyecto neoliberal e imperialista de la UE es
una política “que ha representado la valía y la capacidad
de las mujeres en un mundo político dominado por los hombres” (20).
Estas consideraciones,
que algunos interpretarían, sin duda, como un desvarío monumental de Don
Emilio, podrían entenderse también, más racionalmente, como una expresión
de hasta qué punto el articulista puede haber hecho suyo el espíritu de
la “gran coalición” alemana que permitió
a los capitalistas de ese país imponer sus agresivos
planes expansionistas, a costa de la mayor parte de la clase
trabajadora del continente europeo. O, para utilizar una terminología
que acaso sea más grata al Sr. Díaz Miranda, que permitió a sus
representantes en el Bundestag, con su “Gran Señora” a
la cabeza, defender los intereses de la “democracia” germana.
Huelga decir,
suponemos, que como cualquier otra persona, el Sr. Díaz está en
su perfecto derecho de defender aquellos partidos, proyectos,
ex secretarios generales o cancilleres derechistas con los
que sienta cualquier tipo de afinidad. No es posible,
sin embargo, admitir que los mismos que defienden abiertamente la
institucionalidad establecida pretendan a la vez exhibirse ante
las nuevas generaciones como representantes de un
legado de lucha comunista del que, aunque alguna vez formaran parte
sin que ello se deba demeritar, es evidente que se alejaron hace mucho tiempo,
hasta el punto de llegar a olvidar su significado más elemental.
Y no, obviamente, por
ninguna suerte de “purismo” ideológico que
deseemos proteger, sino porque la urgencia de rearmar un proyecto de
verdadero cambio social, provocada por un sistema que pone en
peligro la misma supervivencia de la humanidad y
que no es posible reformar, exige someter a una
crítica radical la propia historia de las organizaciones que nacieron
con ese propósito transformador, pero fueron engullidas, a lo largo del
camino, por el formidable poder de cooptación del capital.
Notas y referencias
bibliográficas:
(1) Entrevista
a José Carlos Mauricio, exsecretario del PCC y ex diputado. La
Provincia. Diario de Las Palmas. 14 de noviembre de 2021.
(2) “Cien
años del PCE: años de soledad y años silenciados. La Provincia. Diario de Las
Palmas”. Emilio Díaz Miranda. 7 de diciembre de
2021. También publicado en Canarias
Ahora, el 29 de noviembre.
(3) Ibídem.
(4) Ibídem.
(5) “A
propósito del eurocomunismo”. Manuel
Sacristán. Panfletos y materiales III. Icaria Editorial, S.A. Pág.
199.
(6) “Debate
sobre el PCI y el eurocomunismo”. C. Marzini, M. Gordon, H. Magdoff y P.M. Sweezy. Monthly
Review. Vol.1 7. Noviembre 77.
(7) “Cien
años del PCE: años de soledad y años silenciados”. Emilio
Díaz Miranda. La Provincia. Diario de Las Palmas. 7
de diciembre de 2021. También publicado en Canarias Ahora,
el 29 de noviembre.
(8) Ibídem.
(9) Ibídem.
(10) El
contenido del escrache a Pablo Iglesias en el que,
contrariamente a lo afirmado por el Sr. Díaz Miranda, no hubo insultos, sino
una interrogación pública al ex vicepresidente sobre sus promesas de “cambio” y
“progreso”, se puede constatar en el vídeo adjunto al artículo “¿Escrachearon provocadores de
la derecha a Pablo Iglesias?”. La explicación política de
dicho acto de protesta se puede escuchar en el vídeo de la entrevista concedida por el Movimiento
Antirrepresivo de Madrid a Canarias-semanal.
(11) “Cien
años del PCE: años de soledad y años silenciados”. Emilio
Díaz Miranda. La Provincia. Diario de Las Palmas. 7 de
diciembre de 2021.
(12) “Yolanda Díaz: Dijimos que
vendía humo y no nos equivocábamos. La derogación de la reforma laboral era un
“fetiche”. Tita
Barahona. Canarias-semanal.
(13) “Enrique Santiago sobre la OTAN:
Si formamos parte de una organización internacional hay obligaciones”. El
Común.
(14) “El ministro Alberto Garzón:
Bases militares yanquis, de “entrada, sí”. Cristóbal
García Vera. Canarias-semanal.
(15) “Los dirigentes sindicales negocian con el PP la
aprobación de la contrarreforma de las pensiones”. Entrevista
a Eduardo Luque, analista político y miembro de COESPE.
(16) “Cien
años del PCE: años de soledad y años silenciados”. Emilio Díaz
Miranda. La Provincia. Diario de Las Palmas. 7 de
diciembre de 2021.
(17) Ibídem.
(18) “Notas difusas: una gran dama
se despide; fin de la era Merkel”. Emilio Díaz Miranda. Canarias
ahora.
(19) Ibídem.
(20) Ibídem.
https://canarias-semanal.org/art/31769/centenario-de-la-fundacion-del-pce-un-homenaje-mediatico-con-trampa-anticomunista
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