viernes, 31 de octubre de 2008

EL DESTAPE DE LA REINA, ¡DIOS GUARDE A LA REINA!

Doña Sofía es esposa de Su Majestad (la Suya, no la mía) Don Juan Carlos I, Rey de España, que fue designado para el cargo por el Caudillo de España don Francisco Franco Bahamonde, tras las oportunas negociaciones políticas a escondidas entre El Caudillo y el Conde de Barcelona, sucesor legitimo al Trono de España, para que este abdicara en la persona su hijo.
O sea, que doña Sofía es la Reina de España y por lo que a mi respecta, Dios la vaya guardando muy bien, pero que eso sí, que vaya dejando de cobrar de los presupuestos generales del Estrado lo antes posible.
Doña Sofía como persona que es tiene todo el derecho del mundo a opinar mostrándose contraria a la eutanasia, al matrimonio entre personas del mismo sexo, al aborto, como ha hecho en el libro que sobre ella acaba de ser publicado, y proclamar a los cuatro vientos si quiere (si no quiere nada) como valor universal el vuelo rampante del cernícalo azul sobre las estepas aragonesas, al igual que yo tengo derecho a exigir que ni un euro más a la monarquía española.
La diferencia entre la Reina y yo es que si quiero comer tengo que trabajar y la Reina no. Precisamente la Reina cobra por reinar, o sea, por no hacer nada, por no inmiscuirse personalmente en los asuntos de la convivencia ciudadana que es lo que ha hecho al meterse en camisa de once varas y hacer valoraciones personales de las realciones sociales de determinados colectivos de sociedad.
Así, pues, mis felicitaciones a la Reina por opinar y mis mas fervorosos y cálidos deseos de que siga opinando, porque creo que es una mujer culta y necesitamos opiniones, pero eso si, después de dejar de ser Reina.
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