lunes, 18 de marzo de 2024

Sindicatos, organizaciones políticas y entidades se unen en la Plataforma Andaluza por la Mayoría Social

 

Sindicatos, organizaciones políticas y entidades se unen en la Plataforma Andaluza por la Mayoría Social


TERCERAINFORMACION / 17.03.2024

  • La Plataforma, conformada por un total  de 16 organizaciones, ha convocado su presentación este lunes en Sevilla.
  • La defensa del sector público, el impulso de la igualdad económica,  la acción política, la sostenibilidad del modelo productivo, la defensa del medio ambiente y los intereses de Andalucía, se conforman como sus líneas de reivindicación y acción.

total de 16 organizaciones políticas, sindicatos, movimientos sociales y asociaciones presentarán este lunes la Plataforma Andaluza por la Mayoría social, un esfuerzo por aunar la acción y la reivindicación de las fuerzas de izquierda en Andalucía frente a la deriva neoliberal y reaccionaria del Gobierno andaluz encabezado por Juan Manuel Moreno Bonilla.

Entre las organizaciones que integran la Plataforma destaca la central sindical CCOO, impulsora del espacio, que aúna al PSOE, Sumar, Podemos e IU, junto a entidades como la Federación Andaluza de Memoria Democrática, la Marea Blanca o FACUA.

La entidad ha anunciado seis ejes de acción y de reivindicación común. En primer lugar, la defensa del sector público, abogando por la capitalización y el incremento de los recursos de la sanidad, la educación, el transporte y otros servicios sociales. Por otra parte, la promoción de políticas de igualdad económica, orientadas a la distribución de la renta y la supresión de barreras por cualquier motivo como sexo, origen nacional o edad.

Asimismo, la Plataforma aboga por la modificación del modelo productivo, para adaptarse a las necesidades de desarrollo económico aunado a sostenibilidad ambiental. En la misma línea, la Plataforma promoverá la defensa del medio ambiente, la protección de los recursos hídricos y la biodiversidad.

En quinto lugar, la actuación política activa, con una defensa de la cultura, la información veraz y el compromiso cívico. Por último, la Plataforma abogará por la justicia territorial con Andalucía, en su marco nacional y supranacional.

La plataforma será presentada este 18 de marzo en el Centro Cívico Sindicalistas Soto, Saborido y Acosta de Sevilla.

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Rusia está limpiando Europa de criminales nazis

 

Rusia está limpiando Europa de criminales nazis

 

DIARIO OCTUBRE / marzo 18, 2024

Algún día los antifascistas deberán agradecer a Rusia que esté limpiando a Europa de nazis por segunda vez. Algunos de los más destacados matarifes que corrieron a Ucrania para unirse a las filas del ejército y, más en concreto, del Batallón Azov, ya no están en este mundo. No se trata sólo de algunos grupos ucranianos, sino de la peor escoria reclutada en los más sucios rincones de Europa.

Cesar Aujard

 Es el caso de Cesar Aujard, un cabecilla de los neonazis franceses que cayó la semana pasada cerca de Avdeievka (1). Al transcribirlo en caracteres cirílicos, la prensa rusa anuncia su muerte como Cesar Ozhar y algunos aseguran que era el máximo dirigente de los mercenarios franceses que luchan en Ucrania.

El año pasado apareció en internet un sitio dedicado a su biografía y aventuras, que van desde los gimnasios de musculación, hasta las pandillas de matones del fútbol, pasando por la subcultura del grafiti y los tatuajes (2). Hay quien afirma que se fue a Ucrania huyendo de la policía, que le perseguía por una paliza propinada en París a varios emigrantes.

En la capital francesa era el cabecilla de una banda llamada “Suavos de París” y del GUD (Grupo Unión Defensa). Según las fuentes rusas, tenía vínculos con los servicios secretos franceses. Las fotos le muestran alzando el brazo a la romana y con tatuajes característicos que no dejan dudas sobre su filiación ideológica.

En lugar de pensar en enviar más tropas a Ucrania, Macron debería preocuparse un poco más por este tipo de macarras que se mueven a sus anchas por las calles del centro de París golpeando a los negros y a los árabes a diestro y siniestro.

También en Odesa los mercenarios franceses caen como moscas

De cualquier manera, el Presidente francés hace bien en preocuparse especialmente por Odesa, que es donde ha trazado una línea roja (3). En Odesa han caído 60 mercenarios franceses que no deberían estar allá.

El ejército ruso atacó con misiles de alta precisión un centro de entrenamiento de combate para drones anfibios que la OTAN tenía en el puerto.

El ataque tuvo lugar cuando Zelensky y su invitado, el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis, se encontraban en la ciudad portuaria. El presidente ucraniano llegó a Odesa para condecorar a los oficiales que operan los drones anfibios, que han causado importantes daños a la flota rusa del Mar Negro.

La OTAN ha quedado impactada por la utilización de misiles Iskander. El gobierno ucraniano había organizado un espectáculo para la llegada del invitado griego. Reunieron todos los barcos en un solo lugar para alardear.

El ejército ruso podría haber acabado con la vida de Zelensky. Si no lo hizo es porque no es necesario: el Presidente ucraniano está acabado.

Esto no es nada nuevo. La historia searepite. Tras la Revolución de Octubre y la subsiguiente guerra civil, el ejército francés ya ocupó territorio ucraniano para impedir la captura de Odesa en manos de la República Popular de Ucrania. Entregaron el control de la ciudad a los Guardias Blancos rusos.

Los franceses se marcharon de Ucrania a principios de abril de 1919, no porque fueran derrotados, sino para prevenir la agitación bolchevique en sus filas. Los soldados franceses habían aprendido a cantar La Internacional en los bares del puerto y el mando francés se asustó.

(1) https://www.lemonde.fr/en/international/article/2024/01/26/french-mercenaries-killed-in-ukraine-paris-calls-out-a-russian-disinformation-operation_6466963_4.html
(2) https://www.streetpress.com/sujet/1698222484-cesar-aujard-paul-bichet-neonazi-mondains-beatrice-dalle-hooligan-combat-ukraine-gud
(3) https://www.lindependant.fr/2024/03/07/guerre-en-ukraine-une-avancee-du-front-vers-odessa-ou-vers-kiev-emmanuel-macron-annonce-ce-scenario-qui-pourrait-engager-une-intervention-de-la-france-11810700.php

Los imperialistas franceses descargan tanques Ranault en el puerto de Odesa en 1919

FUENTE: mpr21.info

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Para PP y Vox ser un antifascista es un delito

 

En la política española siguen aflorando los rasgos del fascismo. Es inevitable: lo llevan en la sangre. Tachar el nombre de Guillem Agulló es una nueva muestra de ello.


Para PP y Vox ser un antifascista es un delito

 

Alfons Cervera

El Viejo Topo

18 marzo, 2024 

 

Hay días en que, si puedes, es mejor quedarte en la cama. Si la tienes. Lo de fuera da miedo. Escuece. Hasta te restriegas los ojos porque a ratos dudas de que lo que estás viendo sea cierto. Lo mismo pasa con lo que oyes. No son los ruidos de los autos o los tranvías que atruenan la calle. Ni los que provocan el martillo neumático o las excavadoras para renovar el alcantarillado que llevaba ahí desde el tiempo de los romanos. Son los ruidos de la mentira lo que escuchas. Se meten en tu cerebro y acaban perforando malamente el entendimiento. Y acabas no sólo prestando atención a esas mentiras sino lo que es peor: aceptándolas.

Resulta imposible gestionar tanta doblez, las dimensiones inabarcables del cinismo. Se inventan lo que dicen aunque sepan que la verdad y lo que dicen viven permanentemente a puñetazo limpio. La prensa que escribe y habla desde las alcantarillas es el oráculo donde beben para llenar de mierda la realidad de lo que nos pasa. Se inventan todo: también lo que nos pasa. Es la estrategia de los fascismos: la sencillez de su discurso y repetir hasta la extenuación la falsedad de lo que dicen. Lo que atacan de los otros no sirve para ellos.

El negocio sucio de las mascarillas que se abre con el caso Koldo no es el mismo que el del hermano de Díaz Ayuso o los amigos de Martínez-Almeida. Los voceros de las derechas repiten ese mantra hasta la saciedad, hasta que ya no puedes más y apagas la luz del mundo, como cantaban Los Gritos cuando yo era joven. La justicia dijo una vez que el PP era una banda criminal y ahora resulta que la banda criminal somos todos menos quienes han convertido ese partido en un apestoso estercolero.

Cuando veo o escucho a ese mirlo blanco, que según dicen era Borja Sémper, siento cómo las tripas me hacen gluglú, como si me hubiera sentado mal la comida del mediodía o de la cena. Y qué hacemos con Aznar, ese personaje que todavía hoy sigue siendo el jefe de la banda y, para más indignidad y desvergüenza, sigue burlándose de las víctimas del 11M repitiendo como un lorito que algo tuvo que ver ETA en el atentado que aquella mañana de hace ahora veinte años acabó con la vida de 193 personas y dejó heridas a otras 1875. Un atentado cuya memoria ha regresado estos días para que las víctimas no caigan en el saco del olvido.

Porque ya sabemos lo que es el olvido, lo fácil que tanta circunstancia adversa nos lo pone para que la memoria se nos convierta en un grumo seco, como se quedan secos los higos tendidos en los cañizos del verano. Lo que dice Raymond Carver en un poema: “Pero todo cae en el olvido, casi todo…”. Casi todo. No todo. Por eso, nada de dormirnos en la placidez tramposa del olvido. Siempre habrá un agujero por donde se cuelen los recuerdos, por donde la memoria se haga grande en su recorrido, incluso por los arrabales más escondidos de nuestras vidas y de la propia historia.

Tampoco las derechas olvidan. Lo que hacen es acomodar las vidas y la historia a su antojo y a sus intereses. Retuercen la verdad hasta que de ella no quedan ni los huesos. Miras lo que escriben en sus mensajes por las redes (yo no me muevo ahí, pero me llegan) y te entran ganas de convertirte en guerrillero de las galaxias. La bajeza moral. Esa vileza que no encuentra límites cuando sueltan por sus bocas tanta insidia contra quienes no pensamos como ellos.

En el lenguaje bucanero que los caracteriza somos sus enemigos. “Enemigos”, de la patria o de lo que sea: una de las palabras que más se afanan en repetir como si vivir tuviera que ser necesariamente un campo de batalla. Si hubieran leído a Bertolt Brecht: “Quien habla del enemigo / él mismo es enemigo”. Somos en sus soflamas patrióticas rompedores de España, militantes de una dictadura atroz y no parte de una ciudadanía democrática. Y lo dicen quienes siguen llevando a Franco bajo palio. Ya está bien de blanquear al PP frente a Vox en este y otros asuntos: ninguna diferencia entre uno y otro.

Miren, si no, cómo su mayoría parlamentaria en las Corts Valencianes ha acordado retirar el nombre de Guillem Agulló del galardón que la institución concede a personas o entidades que se hayan distinguido en la lucha contra los delitos de odio. Guillem era un joven militante antifascista e independentista de dieciocho años que, en Montanejos, un pueblo de la provincia de Castellón, fue asesinado por un nazi en abril de 1993. Y para más vergüenza: el nazi asesino de Guillem, llamado Pedro Cuevas, se presentó a las elecciones municipales de 2007 en Chiva -un pueblo cerca de València- bajo las siglas de la fascista Alianza Nacional. Para los dos partidos el antifascismo es como un delito que hay que pagar en esta democracia. Para los dos partidos, digo. Para los dos partidos. No sólo para Vox.

Será la de ahora una legislatura difícil, incluso a ratos la veremos a lo mejor en la cuerda floja. Las intentonas de las derechas, sus apoyos mediáticos y de la judicatura para tumbar incluso el orden constitucional no van a parar. Lo están intentando todo. Por eso regreso en esto que escribo a lo que me resulta más difícil de gestionar: la vocación enfermiza por la mentira que el PP y Vox alimentan con una frialdad y un cinismo que aterran.


Leo en infoLibre lo que acaba de decir Núñez Feijóo en Córdoba: Pedro Sánchez llegó al poder “con la mentira y la corrupción”. Precisamente lo dice quien está al mando de un partido que es la corrupción misma, que tiene o ha pasado por la cárcel, condenada por corrupción, una buena parte de su nómina de responsables institucionales y orgánicos. La maquinaria mediática a su favor no dará tregua en lo que dure la legislatura. El aliento facha va a atufar el aire que respiramos.

Por eso, aunque hay días en que te cuesta levantarte de la cama porque ya no puedes más con tanta desvergüenza y tanto cinismo, lo haces y te acuerdas de aquella mañana trágica del 11 de marzo de 2004. Y te vas con la memoria más atrás, hasta aquel joven Guillem de cuyo asesinato por la cuchillada de un nazi el 11 de abril de 1993 pronto se cumplirán treinta y un años.

Así compruebas, una vez más, que las soflamas incendiariamente apocalípticas de las derechas te llevan a los miedos de cuando eras poco más que un crío y no sabías lo que eran y cómo actuaban los fascismos. Y cuando ves las mentiras convertidas en verdades universales por el PP y Vox y cómo los dos partidos, en las Corts Valencianes, han retirado el nombre de Guillem Agulló de un premio destinado a valorar el trabajo llevado a cabo por personas o entidades contra los delitos de odio, te entran ganas de escribir que el PP, Vox y una buena parte de la judicatura consideran un delito ser antifascista. Y lo escribes.

Fuente: Infolibre.

 

domingo, 17 de marzo de 2024

Somos los nuevos proxis

 

A medio plazo, la estrategia estadounidense contempla a sus aliados europeos manteniendo una guerra de desgaste con Rusia, mientras los ejércitos estadounidenses se enfrentan a China. En esa división del trabajo, Europa aparece como chivo expiatorio.


Somos los nuevos proxis


Enrico Tomaselli

El Viejo Topo

17 marzo, 2024 


Al contrario de lo que afirmaban sus defensores, la guerra por poderes de la OTAN contra Rusia en Ucrania no salió como estaba previsto. La intención de Washington, largamente preparada, era desgastar y aislar a Moscú, desencadenando un conflicto –sobre cuyo resultado militar final el Pentágono apenas podía hacerse ilusiones– que permitiera a las fuerzas armadas rusas participar en una guerra de desgaste, que a su vez debería haber proporcionado el pretexto para el estrangulamiento económico y el aislamiento internacional. Nada de esto ocurrió. El resultado fue una situación estratégica cuando menos embarazosa, ya que Washington se encontró ante la perspectiva concreta de una derrota en suelo ucraniano –derrota militar y política– que habría comprometido seriamente la capacidad de disuasión de los ejércitos occidentales, alentando a aquellos países que pretenden escapar de la asfixiante esfera de dominación de las barras y estrellas.

Mientras Estados Unidos se encontraba ante la amenaza de una debacle en el frente de Europa Oriental, la repentina apertura de un segundo frente en Oriente Medio complicó aún más las cosas. De hecho, la repentina escalada del conflicto palestino-israelí ha creado nuevos problemas para las estrategias de control global de EEUU. En primer lugar, arruinó la intensa y larga labor diplomática para estabilizar las relaciones entre Israel y los países árabes, haciendo fracasar la ratificación saudí de los Acuerdos de Abraham. Un revés que, además, llega tras los éxitos de la acción rusa y china en esta zona estratégica; la intervención de la primera (y de Irán) hizo saltar por los aires el proyecto de subvertir Siria utilizando al ISIS, mientras que la segunda trajo la paz entre Ryad y Teherán (con la consecuencia del fin de las hostilidades en Yemen, y el regreso de Damasco a la Liga Árabe).

Además, y no secundariamente, obligó a Estados Unidos a precipitarse en ayuda de su aliado estratégico Israel, apoyando su esfuerzo bélico, en un momento en que el apoyo a Kiev ya había consumido la capacidad de los arsenales occidentales. Además, el actual gobierno extremista de Tel Aviv se muestra muy reacio a seguir los deseos de Washington y sigue avergonzando a Estados Unidos con sus indefendibles tácticas genocidas.

En este contexto, por tanto, era necesario desarrollar una nueva línea de conducta que les permitiera salir indemnes de las turbulencias inesperadas y de los errores estratégicos cometidos. Además, teniendo en cuenta el escenario Indo-Pacífico, donde Washington cree que debe operar para contener lo que considera la mayor amenaza para su hegemonía global, es decir, China.

La cuestión central es, como repiten obsesivamente los dirigentes occidentales, impedir la victoria de Rusia. Pero dado que, como todo el mundo sabe bien y como estos dos años de guerra en Ucrania han demostrado claramente, derrotar a Rusia es imposible, sólo queda una solución disponible: prolongar el conflicto todo lo posible. Sin embargo, las fuerzas armadas ucranianas están agotadas, todo el aparato del Estado –sacudido por la guerra y consumido por la corrupción– está al límite; todo el mecanismo de guerra por delegación establecido por la OTAN corre el riesgo de derrumbarse en cualquier momento. Por lo tanto, se hace necesario darse prisa y equiparse (material y psicológicamente) para que el proxy ucraniano pueda ser sustituido por otro, capaz de ocupar su lugar y mantener ocupado a Moscú durante los próximos años.

Y si hasta no hace mucho ese sustituto podía imaginarse que sería Polonia, tal vez con el apoyo de los países bálticos, ahora está demasiado claro que en su lugar estará formado por todos los ejércitos europeos. Somos los nuevos proxies.

En el contexto de las respuestas que Estados Unidos intenta dar a la crisis mundial, que él mismo ha militarizado, se trata de una estrategia conveniente. De hecho, por un lado les permite reducir el apoyo económico y militar a Kiev (manteniendo un estricto control sobre las operaciones y la inteligencia) y se distancian de una posible derrota y por otro profundizar la brecha entre Rusia y Europa, haciéndola irreparable para las próximas décadas.

Uno de los aspectos poco tenidos en cuenta de la nueva estrategia imperial estadounidense, especialmente en el viejo continente, es el cambio de paradigma en la relación histórica entre las dos orillas del Atlántico. Si hasta ahora ésta se ha caracterizado por ser colonial, sí, pero sobre todo cooperativa, aunque de forma accesoria, con el cambio del marco geoestratégico global el papel de Europa se ha visto rápidamente degradado al de una marca fronteriza, encargada de la tarea de mantener a los bárbaros alejados del corazón del imperio.

A este respecto, merece examinarse lo que podríamos llamar el factor Trump. En la narrativa centrada en la OTAN, el magnate es representado como alguien que pretende abandonar a los aliados europeos, incluso disolver la OTAN. Obviamente, esta narrativa es en gran medida el resultado de la actual administración estadounidense, que tiene todo el interés (electoral pero no sólo) en retratar negativamente al oponente de Biden.

Teniendo en cuenta que, en cualquier caso, el presidente de Estados Unidos no es un soberano absoluto y que debe tratar no sólo con el Congreso sino también con una serie de poderes diversamente distribuidos, dentro del aparato federal y fuera de él, hay que considerar que aunque ser sustancialmente heterogéneo al aparato del GOP da a Trump una cierta autonomía, por otra parte lo hace en parte más débil de lo que parece. En cualquier caso, sin embargo, él representa una corriente interna del dominus global, y de un modo u otro responde a esos intereses superiores.

En términos de metaestrategia geopolítica, los intereses estadounidenses son unívocos y sólo cambian las formas en que se expresan. En este sentido, no hay diferencia sustancial entre el plan del bloque neocon-demócrata, que pretende claramente externalizar la contención y el desgaste de Rusia a los proxies europeos y el que se refiere a Trump, que más brutalmente quiere volcarlo sobre nosotros. En ambos casos, esto responde a la necesidad estratégica de EEUU de ahorrar recursos (económicos, militares y humanos) para afrontar retos considerados más importantes. Retos para los que, como se ha subrayado reiteradamente aquí, EEUU requiere una profunda revisión organizativa, estratégica y doctrinal de sus fuerzas armadas. Algo que –como explica la Secretaria del Ejército, Christine Wormuth– significa esencialmente que «nos estamos alejando de la lucha antiterrorista y la contrainsurgencia. Queremos estar preparados para operaciones de combate a gran escala». Y esto requiere tiempo e inversión.

Los problemas cruciales que Estados Unidos debe afrontar, en esta perspectiva, son: el fortalecimiento del aparato industrial, haciéndolo capaz de afrontar el estrés de un conflicto con alto consumo de recursos; la modernización de las fuerzas armadas, especialmente la marina y la fuerza aérea, y el poder nuclear estratégico; el reclutamiento de personal en cantidad y calidad suficientes para la comparación que se vislumbra en el horizonte (China).

A nivel industrial, la situación estadounidense (y europea) es cualquier cosa menos halagüeña. En primer lugar, la industria militar estadounidense (toda privada) se centra actualmente en la producción de sistemas de armas tecnológicamente avanzados y de alto valor añadido que garantizan elevados beneficios a un ritmo de producción relativamente bajo. Mientras que el nuevo modelo de conflicto que se avecina requiere una producción masiva, menos costosa y más rápida y sobre todo sistemas de armas menos sofisticados pero más robustos. La experiencia de la guerra de Ucrania ha demostrado cómo muchos sistemas occidentales causan una gran impresión en las páginas brillantes de las revistas comerciales o en los desfiles de moda, pero suelen tener una vida corta en el campo de batalla.

Además, mientras que el sistema industrial occidental sufre estos problemas (que requieren una reconversión ni fácil ni rápida), al ruso-chino le va bien. Como escribe Ben Aris en Intellinews[1], «China es ahora ‘la única superpotencia manufacturera del mundo’ y la capacidad de producción de Rusia es mayor que la de Alemania, según recientes estudios sobre los cambios en la composición manufacturera mundial. (…) tras analizar su poder manufacturero, la imagen que emerge es que China es el productor más potente del mundo y Rusia el más productivo de Europa. Ganar una guerra no es cuestión de cuánto dinero tienes; es cuestión de cuántas bombas y aviones puedes fabricar y con qué rapidez».

Librar una guerra en el teatro de operaciones europeo (como hemos visto) significa producir drones, tanques, vehículos blindados y munición en cantidades gigantescas. Una posible guerra en torno a Taiwán significa una gran flota de barcos potentes y modernos, constantemente tripulados. Y hoy China ya tiene más barcos que la US Navy (aunque esta última sigue predominando en términos de tonelaje), casi todos ellos más modernos que los estadounidenses. Y la industria naval china produce buques de guerra a un ritmo 3/4 veces superior al de EEUU.

Por último, las fuerzas armadas estadounidenses tienen grandes problemas de reclutamiento, no sólo por el descenso de la motivación, sino porque el nivel psicofísico de los jóvenes estadounidenses está bajando considerablemente y ni siquiera la consiguiente rebaja de las exigencias ha sido suficiente. Recientemente, el ejército norteamericano ha iniciado un programa de redistribución funcional de su personal, en la lógica ya mencionada de pasar de un modelo orientado a conflictos asimétricos a otro para conflictos simétricos. Pero, como está demostrando la experiencia de la guerra de Ucrania, aunque la cantidad y calidad de los sistemas de armas son importantes, en cualquier caso las tropas son fundamentales. De ahí la necesidad de desplegar fuerzas subsidiarias, reclutando para ello a los ejércitos coloniales.

En una fase económica no especialmente floreciente y expansiva, y con perspectivas cada vez más complicadas, Estados Unidos también corre el riesgo de encontrarse en una situación similar a la de la URSS en vísperas del colapso: un gasto militar gigantesco[2], que de alguna manera debe reducirse, racionalizarse, repartirse entre múltiples economías (véase la presión sobre los europeos para que destinen el 2% del PIB a la OTAN). Lo que, entre otras cosas, significa un replanteamiento de la exorbitante red de bases militares en el exterior, que en una fase de riqueza económica y supremacía tecnológica era funcional al control global del territorio, pero hoy además de ser una pesada carga financiera se ha transformado sobre todo en una extensa serie de objetivos posibles.

La capacidad de mantener una presencia militar global era un elemento fundamental de la hegemonía estadounidense, pero ahora que la capacidad de proyectar poder está disminuyendo, Estados Unidos se verá obligado a renunciar a su influencia sobre diversas potencias regionales y a centrarse más en los problemas internos.

Todo esto conduce estratégicamente de nuevo a una cuestión militarmente esencial. Desde la Segunda Guerra Mundial, el supuesto fundamental ha sido mantener la capacidad de dirigir y ganar dos guerras simultáneas en diferentes teatros. El llamado «constructo de las dos guerras» se mantuvo, sustancialmente sin cambios, durante unos sesenta años. Pero ya en 2018, con la publicación de la Estrategia de Defensa Nacional (NDS) cuatrienal, el Pentágono adoptó el concepto de «una guerra» o «una guerra y media»; entrando en una perspectiva de choque simétrico con potencias emergentes como Rusia y China, la idea de dos guerras se hizo insostenible. Pero, una vez más, el conflicto ucraniano (y en menor medida el palestino) han demostrado que, en ausencia de una supremacía tecnológica abrumadora –que Occidente ya no tiene–, una guerra entre iguales resulta terriblemente sangrienta y derrochadora y requiere una movilización considerable de recursos humanos.

Además, la política agresiva de la administración estadounidense en las últimas décadas no sólo no ha logrado dividir a los dos principales adversarios mundiales –Rusia y China–, sino que incluso les ha empujado a estrechar lazos y a formar esencialmente un bloque con otras dos potencias menores como Irán y Corea del Norte. En consecuencia, es necesario volver a la capacidad de sostener simultáneamente (al menos) dos conflictos de alta intensidad en distintos teatros, siguiendo el modelo de la Segunda Guerra Mundial. Con una diferencia fundamental: las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón) tenían una capacidad industrial limitada o escasa, y carecían esencialmente de fuentes de energía propias, mientras que Rusia y China tienen capacidades de producción gigantescas y son muy ricas en energía y materiales en primer lugar. Por no mencionar el hecho de que la victoria en la guerra del 39/’45 también fue posible gracias a la enorme contribución, sobre todo en términos de tropa, de la Unión Soviética…

La estrategia global a largo plazo, por tanto, debe hacer frente a una serie de condiciones objetivas y subjetivas, que no dejan mucho margen de elección. Recientemente, Raphael Cohen[3], politólogo de la RAND Corporation (un centro de investigación muy influyente en el mundo militar estadounidense), propuso una tercera vía: librar una guerra directamente y otra por delegación. Él lo llama el «modelo Ucrania». Y está bastante claro que, una vez más, las condiciones objetivas determinan las orientaciones. Los miembros europeos de la OTAN se consideran suficientemente capaces al menos de contener a Rusia, enfrentándola en un conflicto prolongado en el teatro de operaciones europeo, mientras que los aliados de la ASEAN no serían en absoluto capaces de competir solos con China, a la que por tanto tendrá que enfrentarse directamente Estados Unidos.

Esta división del trabajo no es simplemente un proyecto, sino que lleva en marcha activamente más de un año y ahora se está acelerando. Esto se hace evidente no sólo por las declaraciones cada vez más belicosas de los líderes europeos (que, como buenos vasallos, se alinearon rápidamente con los designios estadounidenses), sino por una serie de acciones concretas y operativas, que van desde la incorporación a la OTAN de países históricamente neutrales como Suecia y Finlandia hasta el llamado Schengen militar, desde las inversiones en la adaptación de las redes de comunicación por carretera y hierro a las necesidades militares (especialmente en los países del Este, que tienen un ancho de vía diferente, como España y Portugal) hasta la adopción explícita de un modelo industrial de «economía de guerra».

Sin embargo, para avanzar eficazmente hacia esta perspectiva, todavía son necesarios algunos pasos, no todos fáciles. En primer lugar, debe lograrse una centralización del mando político, es decir, una transferencia creciente de competencias y autoridad a organismos supranacionales, especialmente a la Comisión Europea. La integración/subordinación de los ejércitos nacionales individuales a la OTAN ya existe de hecho, como demuestra la historia de los altos oficiales alemanes que planificaron intervenciones en la guerra de Ucrania, incluso en explícita disonancia con los gobiernos de turno. Es evidente la necesidad de rearmar-reorganizar los ejércitos europeos, que en las condiciones actuales no durarían ni un mes en un posible conflicto con Rusia. Hoy en día, el ejército occidental más fuerte de Europa es el ucraniano, en número y en experiencia de combate, y esto lo dice todo. Al igual que es necesario reforzar la industria bélica. Pero, sobre todo, dada la evidente reticencia de las poblaciones europeas a implicarse directamente en un conflicto, es necesario poner en marcha herramientas de control eficaces para evitar levantamientos pacifistas.

La cuestión crucial, evidentemente, no es tanto la de los efectivos, dado que en la actualidad las distintas fuerzas conjuntas de los países europeos disponen de personal suficiente para desplegarse en un eventual frente oriental (aunque se extienda a lo largo de miles de kilómetros, desde el Ártico hasta el Mar Negro), como el hecho de que los países europeos –todos ellos, no sólo los situados en primera línea– se convertirían en objeto de ataques con misiles, sobre bases militares, asentamientos industriales, infraestructuras de comunicaciones estratégicas, etcétera.

El modelo ucraniano, en resumen, significa que las ciudades en disputa a lo largo de la línea de contacto se convertirán en muchos Bajmuts y Avdeevkas, y detrás de esa línea –con una profundidad cada vez mayor– habrá una destrucción significativa y generalizada. El peligro real, de hecho, no es tanto el agitado coco nuclear (al que sería muy difícil recurrir en caso de conflicto en el teatro europeo), sino la devastación sistemática y prolongada, mucho más concreta, de una guerra de desgaste.

Esta perspectiva es muy concreta, y en la actualidad hay factores que por un lado aceleran su calendario (como la cada vez menor capacidad de resistencia de los ucranianos) o que lo ralentizan (como el conflicto en Oriente Medio), pero sigue teniendo un horizonte corto, quizás incluso de unos pocos años. Y es fundamental comprender que esta perspectiva es parte integrante de un plan estratégico desesperado, que EEUU considera absolutamente vital para mantener su papel de hegemonía mundial, y por el que está dispuesto a sacrificar a sus vasallos; «cueste lo que cueste» (y la cita no es casual).

Se trata de una gran carrera contrarreloj, en la que Washington debe tratar de derrotar a sus adversarios antes de que se vuelvan demasiado fuertes para ser derrotados, lo que al mismo tiempo ahora es incapaz de hacer. Del mismo modo, como para nosotros los europeos no hay otra esperanza que una movilización popular masiva antes de que estalle la guerra, se trata de adquirir la conciencia necesaria de lo que está en juego, más rápidamente de lo que avanza la preparación de la guerra misma. Es necesario que se alcance una masa crítica en un par de años como máximo, de lo contrario corremos el grave riesgo de vernos desbordados, una vez más, por los acontecimientos.

Fuente: https://enricotomaselli.substack.com/p/we-are-the-new-proxies

Notas

[1] «China y Rusia, las superpotencias de producción industrial que podrían ganar una guerra», Ben Aris, Intellinews (https://www.intellinews.com/long-read-china-and-russia-the-industrial-production-superpowers-that-could-win-a-war-314926/?source=russia).

[2] El presupuesto de defensa de EE.UU. para el año fiscal 2024 asciende a 842.000 millones de dólares, es decir, alrededor del 3,1% del producto interior bruto.

[3] Citado en «EE.UU. se enfrenta a 4 amenazas pero sólo está equipado para una guerra, dicen los expertos», Asia Nikkei (https://asia.nikkei.com/Politics/Defense/U.S.-faces-4-threats-but-only-equipped-for-1-war-experts-say)

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España siguió mandando material militar a Israel en diciembre a pesar del embargo anunciado por el Gobierno. [Pero, oye, tío colegui compañero del metal y tal, que si el gobierno vendía armas en Diciembre fue porque era tiempo del amor de hacia Belén va un borrico cargaito chocolate; luego que si la Virgen se estaba peinando, que si los peces en el Río (un Bar que se llama Río) se lían a beber y beben y beben y, venga: pon otra ronda que la pago yo (o sea, que no paran de beber), y así hasta que se les emborrona la vista acabando pedos perdidos, y quien más quien menos, y no quiero señalar a nadie, se engancha a joder la marrana, y tú que ves lo que ves te dices: ah, pues yo me pongo a marranear también, y claro, así sube la Progresual gubernativa que te cagas tío lo que sube la Progresual gubernativa, que si no de qué… Así que a mí no me des lecciones de moral, porque me lío a tú más, y más, pero mucho más…, que te dejo seco, o sea…]

 

España siguió mandando material militar a Israel en diciembre a pesar del embargo anunciado por el Gobierno

 


Por Olga RodríguezPol Pareja 

Rebelion / España

15/03/2024 

 


Fuentes: El Diario

Los datos de comercio exterior muestran que en el último mes de 2023 se volvieron a enviar productos de defensa a una empresa armamentística israelí, al igual que ocurrió en noviembre.

España siguió mandando material de defensa a empresas israelíes hasta al menos el pasado diciembre, a pesar de que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha insistido varias veces tanto en medios como en sede parlamentaria que las exportaciones de armas al país hebreo están congeladas desde el 7 de octubre, cuando empezó el actual conflicto en Gaza.

elDiario.es reveló hace unas semanas que en noviembre se mandó casi un millón de euros en munición a Israel. Los envíos, sin embargo, han continuado: las estadísticas oficiales del portal de comercio exterior muestran que también en diciembre se llevaron a cabo exportaciones de material de defensa a Tel Aviv, según los datos analizados por el investigador del Centre Delàs Alejandro Pozo.

En el último mes de 2023 se exportaron “estabilizadores de bombas de aviación” por un valor 125.240 euros, desde la Comunidad de Madrid. El Gobierno precisa en la base de datos de comercio que, en esta ocasión, el envío a Israel tenía una “finalidad de reexportación” a Filipinas, “que es su destino final”. 

La Secretaría de Estado de Comercio también indica a este medio que la exportación “corresponde a una licencia autorizada con anterioridad al 7 de octubre”, un argumento similar al que ofreció hace pocas semanas. La respuesta da a entender que todas las exportaciones de armamento a Israel aprobadas antes del inicio del conflicto se acabarán enviando a pesar del embargo anunciado por el Ejecutivo.

El hecho de que la exportación estuviese autorizada no impide que se pueda revocar el permiso. Según establece el reglamento de control del comercio de material de defensa, las autorizaciones pueden cancelarse si existen “indicios racionales” de que el material puede usarse en acciones “que perturben la paz”, que puedan “exacerbar tensiones” o “que puedan ser utilizados de manera contraria al respeto debido y la dignidad inherente al ser humano”, entre otros preceptos.

“A pesar de haber anunciado un embargo, España sigue colaborando y comerciando con empresas israelíes que publicitan sus productos como probados en combate”, apunta Pozo, en referencia a que el principal campo de pruebas de estas compañías es la Franja de Gaza.

Desde Amnistía Internacional opinan de manera similar: “Más allá de mantener las relaciones comerciales con Israel y el abaratamiento de los costes unitarios de producción de las armas fabricadas en ese país con sus exportaciones, España debe tener plena coherencia entre la política exterior y la de exportación de armas”, apunta Alberto Estévez, portavoz sobre comercio de armas de la organización. 

La ONG celebra los pasos diplomáticos dados por el Ejecutivo respecto a la guerra en Gaza, pero considera que deberían ir acompañados de hechos en su política de comercio de armas. “Se debe ampliar la suspensión temporal de transferencias de armas a Israel a las licencias autorizadas antes del 7 de octubre”, insisten desde Amnistía Internacional. También pide que se hagan públicas las exportaciones autorizadas a Israel entre julio y octubre de 2023, para evitar que cada mes haya “sorpresas” en las estadísticas de exportaciones que demuestren que se sigue mandando armamento a Tel Aviv.

El Gobierno ocultó el envío de munición con “carga explosiva”

Cuando elDiario.es desveló el pasado febrero que se había mandado munición a Israel en noviembre desde la compañía Nammo Palencia, el Ejecutivo aseguró que el material mandado era para “pruebas” y “sin carga explosiva”. No era del todo cierto. 

La matriz de Nammo Palencia, radicada en Noruega y participada por el Gobierno noruego, aseguró el pasado febrero al diario Vårt Land –que se había hecho eco de la noticia publicada en este periódico– que en el envío que salió de España había 200 cartuchos “normales”. Es decir, con carga explosiva.

Preguntados por este aspecto, que el Gobierno ocultó el mes pasado, desde la Secretaría de Estado de Comercio explican que “los fabricantes de sistemas” hacen “la mayor parte de sus pruebas con disparos inertes”, pero “compran una pequeña cantidad de otras configuraciones de disparos” para “verificar que el sistema funciona correctamente”.

La empresa exportadora también indicó a la prensa noruega que el destinatario de la munición era Elbit Systems y confirmó que los proyectiles eran “para pruebas”. Elbit Systems es la principal empresa de defensa israelí y publicita sus productos como “probados en combate”. La compañía israelí fue excluida del Fondo de Pensiones Global de Noruega en 2009 por su “conducta en contravención del derecho internacional”.

El envío de munición desde una filial de una empresa semi pública noruega generó cierto revuelo en el país nórdico, donde las exportaciones de armamento a Israel están prohibidas desde hace 20 años. Lo que se constató fue que las empresas están utilizando filiales en otros lugares para seguir comerciando con el país hebreo.

Tanto el partido Izquierda Socialista de Noruega, socio presupuestario del Ejecutivo, como articulistas y organizaciones humanitarias condenaron la exportación. “Como propietario de Nammo, el Gobierno [noruego] debe dar un mensaje claro de que debe cesar el envío de armas a Israel”, señaló Ingrid Fiskaa, portavoz del mencionado partido. “No importa si la producción se realiza fuera de las fronteras de Noruega: Nammo es responsable de toda la cadena de producción, ya sea que las armas se produzcan en Arizona, Palencia o Raufoss”.

¿Embargo, restricción o declaración de intenciones?

Las respuestas ofrecidas por la Secretaría de Estado de Comercio a este periódico y las exportaciones a Israel que figuran cada mes en las bases de datos plantean la duda de si el “embargo total” a Israel que ha anunciado en varias ocasiones Albares es real o no.

El pasado 20 de enero, Eduardo Melero, profesor de Derecho Administrativo de la Universidad Autónoma de Madrid y experto en comercio de armas, registró una solicitud de acceso a la información pública para saber si el Gobierno había “acordado la suspensión temporal de las autorizaciones de exportación de material de defensa con destino a Israel” y, en caso de ser así, poder acceder a “una copia de la decisión administrativa adoptada en la que se acuerda la suspensión temporal”.

“Quería saber qué tipo de orden específica se había dado, si un embargo o cualquier otra forma de prohibición o restricción oficial a través de un proceso formal o si, simplemente, estábamos ante una declaración política de intenciones”, explica este jurista.

El Ministerio de Economía, Comercio y Empresa no quiso aclarárselo: en su respuesta recordó que se trata de “materia clasificada” protegida por la ley de secretos oficiales. Tras la desestimación de su solicitud, Melero ha presentado una reclamación ante el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, en la que a lo largo de doce páginas expone las razones por las que considera que la ciudadanía de un Estado democrático tiene derecho a conocer la información solicitada.

elDiario.es también ha preguntado a la Secretaría de Estado de Comercio si el embargo es una declaración política o figura de manera formal en algún acto administrativo. Comercio no ha respondido a la pregunta y se ha remitido a un comunicado del Ministerio de Exteriores en el que se precisa que no se han aprobado más operaciones de venta de armas a Israel tras el 7 de octubre.

España cuenta con una Ley de Transparencia y otra sobre el control del comercio de armamento (2007). Además, ratificó en 2014 el Tratado sobre el Comercio de Armas, pero todo ello se topa en la práctica con muros y agujeros negros originados por la Ley de Secretos Oficiales del año 1968 (modificada parcialmente en 1978) y por dos acuerdos posteriores aprobados en sendos Consejo de ministros.

Uno de esos dos acuerdos, el de 1987, suscrito bajo mandato de Felipe González, convierte en secretas todas las actas de la junta interministerial encargada de aprobar las exportaciones de armas, y el otro, de 2010, autoriza la clasificación de catorce áreas completas de la política exterior española.

Varias organizaciones no gubernamentales, como Amnistía Internacional, Intermón Oxfam, Greenpeace y FundiPau, se unieron hace un tiempo a través del programa “Armas bajo control” precisamente para exigir el acceso a la información sobre las exportaciones de armas.

El mercado de las reexportaciones

No es excepcional que se envíen componentes españoles a empresas de defensa israelíes, que los ensamblan para después exportar el producto final. Según los informes oficiales que elabora la Secretaría de Estado de Comercio, también en 2021 se exportaron componentes a Israel con la finalidad de ser reexportados a la India, Filipinas, EEUU e, incluso, para que después regresaran a España.

El reenvío a Filipinas –un país en el que la ONU ha documentado “violaciones de derechos humanos generalizadas e impunidad persistente”– tampoco está exento de polémica: sólo en 2022 se denegaron seis exportaciones a Israel ante el riesgo de que el material acabara en Filipinas.

Preguntados por este aspecto, desde el Gobierno señalan que en el pasado se rechazaron esas exportaciones porque otros países de la Unión Europea habían denegado operaciones similares ante el riesgo de que los productos acabaran en la guerra de Ucrania. “La sensibilidad de las dos operaciones no era la misma en el momento de la evaluación de riesgo de cada una”, añaden.

Amnistía Internacional también viene denunciando desde hace un lustro que el sistema de reexportaciones de armamento desde Israel es “opaco” y permite exportaciones de armas a países donde se han usado para cometer “violaciones graves de derechos humanos”.

Esta entidad recuerda que el propio Gobierno español recomendó a Filipinas en 2017 “establecer los mecanismos necesarios para erradicar las ejecuciones extrajudiciales, sumarias y arbitrarias”, e intensificar “los esfuerzos” para “erradicar el uso de la tortura y los tratos inhumanos y degradantes”.

Fuente: https://www.eldiario.es/internacional/espana-siguio-mandando-material-militar-israel-diciembre-pesar-embargo-anunciado-cat_1_11017116.html

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Putin y Trump están ganando la partida

 

Putin y Trump están ganando la partida

 

Diario octubre / marzo 16, 2024

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Rodrigo Bernardo Ortega.— El presente texto no pretende hacer apología de un lado u otro, sino hacer un análisis geopolítico matizado, basado en el desarrollo de la guerra ucraniana, evitando sesgos ideológicos o explicaciones simples. La invasión de Ucrania se dio en un contexto de provocaciones y humillaciones, y ante las normas internacionales, también fue ilegal. Podemos mantener ambas ideas en tensión, máxime cuando el principal juez (Estados Unidos) ha sido el principal violador del derecho internacional.

Haciendo a un lado nuestras opiniones personales, la realidad geopolítica actual indica que, tanto Putin como Trump están ganando la partida en la cual cada uno de ellos se encuentra implicado: una negociación favorable para Rusia en Ucrania y la Presidencia de los Estados Unidos para Trump.

El 6 de febrero, el periodista ex-Fox Tucker Carlson, difundió desde su nueva trinchera -X- una larga entrevista con el presidente ruso, Vladimir Putin. En ella se ve un Putin sosegado, inteligente y fuerte; que nunca se desvía de su mensaje y lleva el hilo de la conversación de principio a fin. Un claro contraste con su homólogo estadounidense Joe Biden, quien cada vez más aparece errático, incongruente y para decirlo de una vez, claramente senil. Creemos que esta entrevista, junto con los resultados recientes en terreno, ofrecen algunas pistas para explicar las probables victorias de Putin y de Trump.

Tras dos años de sanciones, la debilidad evidente de Occidente al no lograr una estrategia de represalias efectiva en contra de Moscú, ha causado que las consecuencias potencialmente más perjudiciales recaigan sobre Europa, especialmente Alemania (y en cierta medida para Estados Unidos) en lugar de afectar a Rusia. Esto debido a que, a pesar de la disminución de los ingresos por hidrocarburos, el Kremlin ha diversificado su mercado mediante exportaciones crecientes a China, India, Turquía y el sudeste asiático. Estos negocios son realizados en yenes o rublos en lugar de dólares. La raíz del problema, dice Putin, es que Estados Unidos emplea de manera extorsiva el enorme poder del dólar. La predecible consecuencia es que la proporción del comercio internacional en dólares ha disminuido significativamente en esta región de rápido crecimiento. En contraste, la salida de Rusia del mercado energético en Europa ha implicado un aumento desmesurado de los costos y un frenazo al crecimiento del “Jardín Europeo”.

Análogamente, el boicot tecnológico impuesto a Moscú, ha logrado consolidar el mercado ruso y su importante sector tecnológico, cibernético y científico en una alianza simbiótica con el poderoso motor económico chino. Rusia, aún tiene reservas, y con ellas está financiando el desarrollo del mercado armamentista de países no alineados con Occidente, debido a ello, países como Corea del Norte e Irán están experimentando un auge en este sector, algo nada favorable para EEUU, el cual se verá aumentado con la prolongación del conflicto. Además de los declarados enemigos de América, otros países también comercian con Rusia de manera más discreta, para evitar sanciones, a través de flotas mercantiles informales, utilizando intermediarios. Alrededor del 20% del comercio mundial se realiza de manera invisible al control de Occidente.

El antropólogo, historiador y ensayista francés, llamado el profeta de la política, Emmanuel Todd, acaba de lanzar su libro con el lapidario título La Derrota de Occidente (2024). En él, Todd enumera 10 “sorpresas” que trajo la guerra para el consenso de Occidente. Entre estas sorpresas nos gustaría destacar la cuarta: La resistencia económica de Rusia. Se había dicho que las sanciones, en particular la exclusión de los bancos rusos del sistema de intercambio interbancario Swift, pondrían al país de rodillas. Esta ridícula fe en la omnipotencia financiera de Occidente hizo que no vieran las consecuencias de tamaña torpeza: aún con el boicot, las exportaciones rusas de petróleo y gas a Europa se encuentran hoy al 90% de la cifra previa a la guerra. Parece que las sanciones fueron una bendición disfrazada.

Fotograma de la entrevista

 

Volviendo a la entrevista, Putin ofrece una explicación perspicaz a su rivalidad con Estados Unidos, diciendo que sólo ahora se ha vuelto recíproca, pero porque así lo ha querido Occidente. Putin recuerda que, tras el desmantelamiento de la URSS, Rusia quería volverse cercana a Europa, “también queríamos volvernos europeos”, incluso cita la frase de Yeltsin en Washington, “God bless America”. Putin confirma en la entrevista, el rumor hasta ahora apócrifo, que él mismo le solicitó a Clinton el ingreso de Rusia a la OTAN. Pero estos organismos de seguridad y espionaje antisoviéticos siguieron peleando la Guerra Fría sin oponente, seguramente debido a la insaciable burocracia, y junto con la industria bélica americana continuaron manteniendo la ficción de la amenaza rusa.

Podría haberse construido un mundo más plural con Europa, Rusia y China, pero varios grupos de interés dentro de Estados Unidos veían con suspicacia este mundo multipolar, lo veían como una cesión de poder, quería mantener a Estados Unidos como el hegemón. Ahora, parece que Estados Unidos se está quedando solo. El tema de fondo, es la incapacidad de las élites del primer mundo para entender que el escenario unipolar ha cambiado, al no comprender que solo el 12% de los habitantes del planeta, o sea los que viven en Occidente, no pueden ya más controlar a voluntad a los países de la otrora periferia.

Otra de las sorpresas, dice Todd, que descubrió Occidente, es el desmantelamiento de la supuesta debilidad de Putin dentro de Rusia. Esto debido a que las condiciones de vida no han estado mejor, por lo menos desde la desaparición de la USSR, cuando las políticas neoliberales fueron impuestas mediante la Terapia de Shock. Tras los terribles años noventa, y durante los primeros diez años de su gobierno, el de Putin, la economía creció por encima del 5% anual, y aunque luego bajó, lo hizo de la misma forma que los países europeos. En cuanto a los índices llamados morales, la tasa de alcoholismo cayó de 25.6 a 8.4 por cada 100.000 habitantes, la de homicidios de 28.2 (por cada 100.000 habitantes) descendió a 4.4, mejor incluso que la de Estados Unidos. No vamos a pretender que no haya oposición al gobierno, o que no haya problemas de libertades individuales, pero la situación económica y las oportunidades ofrecen un consenso más amplio a favor del régimen de lo que los medios occidentales difunden.

Que llegue esta entrevista en este momento no es fortuito, Ucrania está en su peor momento desde el inicio de la guerra: ha perdido territorios estratégicos, y la cadencia con la que recibía recursos de Occidente se ha disminuido significativamente. Que sea Carlson el seleccionado para hacer esta entrevista tampoco es casual, pues Putin quiere llevar este mensaje a la base republicana votante de Trump en los comicios de este año. Los republicanos, y en especial Trump, se han opuesto al envío constante de dinero de los contribuyentes a una guerra que parece no rendir ningún resultado, en lugar de atender las constantes crisis internas que azotan al gigante del norte, gigante que como Cronos se come a sus hijos.

Con esta entrevista, Putin también manda un guiño a Trump, pues en su probable futura presidencia continuaría con su política de “desacoplamiento” con China, a quien Trump ve como el real rival de Estados Unidos. Cerrar el frente en Europa acercándose a Rusia liberará a sus aliados europeos del régimen al que los tiene sometidos con los precios energéticos, también hará que se alineen hacia el verdadero nuevo foco de la geopolítica Occidental, el llamado Pívot to Asia. Sin duda, Rusia tiene una gran oportunidad de fortalecer su presencia en el escenario internacional sin por ello ceder su influencia en la región.

Al final, pronosticamos, que la salida será diplomática, pero es una verdadera lástima que las potencias occidentales en su egolatría, hayan subvalorado a la nación rusa, a costa del enorme costo humano que implican estos conflictos. Da para pensar, volviendo a la entrevista, como se dinamitaron los acuerdos de Minsk después de la llegada de Zelensky (a pesar que su promesa de campaña era precisamente implementarlos). Pero, da más grima, saber que en marzo de 2022, se tenía un plan de paz aceptado por Kiev y Moscú, y que fue rechazado al final gracias a presiones de la OTAN (quien fungió de mensajero fue no otro que Boris Johnson como confirmó el mismísimo Erdogan). ¿Cuántas muertes de ucranianos y rusos por igual podrían haberse evitado?

Tomado de https://whyy.org/episodes/on-the-putin-trump-summit/

 

Referencias:

·         PUTIN – TUCKER CARLSON I Entrevista a Putin por Tucker Carlson (Entrevista completa español) I MARCA (youtube.com)

·         How US Companies Get Away with Fueling Russia’s Military – YouTube

·         La nueva estrategia frente a China: ‘decoupling’, no; ‘derisking,’ sí | Opinión | Cinco Días (elpais.com)

·         La Défaite de l’Occident (French Edition) eBook : Todd, Emmanuel: Amazon.es: Tienda Kindle

·         Shock therapy and Russia’s fatal turn – Canadian Dimension

·         Emmanuel Todd : “L’Occident est composé d’oligarchies libérales, la Russie est une démocratie autoritaire” (marianne.net)

·         Erdogan alleges Boris Johnson’s role in unsuccessful peace talks, reiterating Putin’s ‘sincerity’ – Nordic Monitor

FUENTE: rodrigobernardortega@gmail.com

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