Gran parte de los montes de la cornisa cantábrica han
sido arrasados
incendios que prenden en invierno
Rebelión
Diagonal
08.01.2016
Agentes forestales denuncian que el 90% de los
fuegos que han sufrido en diciembre Cantabria y Asturias, han sido provocados
por ganaderos para cobrar la PAC.
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Más de 453
incendios han asolado Asturias en la última quincena de diciembre, más de 200
Cantabria y un número menor ha afectado también a Galicia, País Vasco y
Navarra. Han sido cientos de fuegos y, en la mayoría de los casos, cada
incendio ha ido acompañado de un elevado número de focos que se iniciaban
simultáneamente.
Las llamas han
calcinado zonas de gran valor ambiental y paisajístico de la cornisa
cantábrica. Áreas de parques naturales y espacios valiosos de la Red Natura
2000 han quedado arrasados. Las altas temperaturas, el persistente viento del
sur, seco, y las quemas de los ganaderos para conseguir pastos mejores en
primavera están detrás de esta ola de incendios provocados. Pero no sólo; los
expertos apuntan más causas.
Cuidar el monte todo el año
“El monte está
abandonado, y esto lo demuestra que los incendios son del 1 de enero al 31 de
diciembre. No sólo en verano. En la cornisa cantábrica han tenido las mismas
condiciones que tenemos en Levante: viento del sur y terreno muy seco. En la
Comunidad Valenciana estamos en alerta [4 de enero] y ya se ha producido un
incendio”, dice Jaime Senabre, bombero forestal del Simposio Nacional de
Incendios Forestales.
Por su
extensión, Cantabria ha sido la comunidad más afectada. Cuenta con 500.000
hectáreas, de las cuales han ardido dos terceras partes, según el presidente de
la Asociación Cántabra de Agentes del Medio Natural, José Antonio García. El
agente afirma que es pronto para saber con exactitud las cifras: “Es necesario
medir, pero las 2.000 hectáreas quemadas que se han adelantado me parece una
previsión muy optimista”. García señala que los incendios han llegado a ser más
de 400 en esta comunidad (grandes y pequeños) y lamenta que, a pesar de todo,
“no existe ninguna denuncia administrativa”. Recuerda que, en Cantabria, la
mayoría son montes de utilidad pública, “cuentan con una protección especial y
regulan, por ejemplo, la economía muchos de los pueblos”.
Sin ambages,
señala que “no pretendo atacar a los ganaderos, pero el 90% de los incendios los
han provocado ganaderos incendiarios, ganaderos delincuentes”, afirma. García
apunta también que “tanto mis compañeros como yo los conocemos, son muchos años
recorriendo los montes. Sabemos quiénes son, sólo nos falta pillarles y
probarlo”, explica.
“Pedimos más
vigilancia preventiva, más medios materiales y humanos, pero cada año
tenemos menos retenes, menos personal y más recortes”, denuncia
García. E insiste en que se vede al pastoreo el bosque quemado y se eliminen
las subvenciones: “Entonces los propios ganaderos van a denunciar a quienes han
sido”.
En Asturias, el
fuego tampoco ha dado tregua. Las llamas han destruido los montes de más de 40
municipios. Según datos del Principado de Asturias, los incendios han calcinado
más de 10.000 hectáreas. El entorno de Llanes, Ribadesella y Cangas de Onís,
entre otros, ha quedado calcinado. El incendio más grave se produjo en El
Franco el pasado 19 de diciembre y afectó a un total de 3.500 hectáreas, de las
cuales 2.000 han quedado destruidas. “Llevo 23 años como agente forestal aquí y
nunca he visto nada igual”, dice, afectado, Manuel Fernández Fabián, presidente
de la Asociación de Guardas del Medio Natural del Principado de Asturias.
“En Asturias no
se concibe eso de que tires una colilla desde un coche y se prenda fuego, la
humedad de la vegetación lo impide”, aclara Fernández Fabián, y explica a Diagonalque
“sin una mecha y sin esperar a que se encienda no arde el monte en Asturias”,
aunque reconoce que esta vez han sido muchos días con viento del sur y
sin lluvias. Sobre la autoría de los incendios no cree que alguien queme el
monte para construir, como permite desde el año pasado la Ley de Montes que
aprobó el PP: “Los terrenos donde se han producido los incendios tienen tanta
pendiente y son tan abruptos que no se permitiría construir”, afirma.
“Terroristas ambientales”
El agente
mantiene que no es un “descuido” de los ganaderos porque “el monte es su
patrimonio. En zonas muy aisladas, a las tres y cuatro de la madrugada, se han
producido hasta 20 focos a la vez. Son incendios intencionados”, y añade con
rabia que “los que han prendido el fuego son terroristas ambientales”.
Las
investigaciones coinciden en que algunos ganaderos han aprovechado el uso del
fuego que hacen tradicionalmente en la cornisa cantábrica en estas fechas, en
zonas de matorral,para conseguir mejores pastos en primavera para el ganado, y
de paso prender el monte.
Desde la Fundación
Naturaleza y Hombre, con sede en Cantabria, se señala: “Con un
origen mayoritariamente ganadero, para la obtención de pastos tiernos, cada año
se recurre a esta técnica insostenible de quemar de forma incontrolada los
montes, con una práctica ya asumida como tradicional, pero completamente
insostenible, ilegal y de la que cualquier gestión moderna debe huir”. En
cuanto a los autores, esta fundación, cuya actividad es la conservación del patrimonio
natural y la defensa de los montes, los califica como “salvajes pirómanos que
atentan con auténtica impunidad ante la falta de medios para perseguir a estos
delincuentes”.
Además, muchos
propietarios de ganado cobran sustanciosas subvenciones. Juan Manuel
Pérez de Ana, biólogo que trabaja como agente forestal, detalla en
su blog que al menos dos ganaderos fueron perceptores en 2014 de “ayudas
superiores a lo que cobra el presidente del Gobierno”.
Subvenciones sustanciosas
El caso de las
subvenciones afecta por ejemplo a José Antonio G. Á., de Cangas de
Onís, que cobró en 2014 hasta 127.338 euros, procedentes de la Política Agraria
Común (PAC), por superficie de pasto en los montes de su propiedad. Muchos
ganaderos queman el matorral de sus montes para ampliar la superficie de pasto
y cobrar más subvenciones. Ese mismo ganadero declaró a un medio local: “Si
pudiera derogaría el parque nacional, a los ganaderos sólo nos trae problemas”
y “en los Picos de Europa no debería haber ningún lobo, porque esa especie es
totalmente incompatible con la actividad ganadera”, según el blog de Pérez de
Ana.
“Aunque
tradicionalmente se hacen quemas, eso no quiere decir que sean legales”, dice a
Diagonal Rubén Cabrero, presidente de la Asociación
Española de Agentes Forestales y Medioambientales de España. “Quemar
el monte no es legal, es un delito tipificado en el Código Penal”. Y explica
que lo de quemar los pastos “tiene truco”, porque se prende fuego sabiendo que
van a arder los árboles. “Así van a tener hierba nueva y las subvenciones de la
PAC”, continúa. Cabrero aclara que “los que han provocado esos incendios son
incendiarios, tienen una intención de conseguir más pastos y cobrar. No son
pirómanos, enfermos que no saben lo que puede ocurrir”, matiza.
El portavoz de
los agentes forestales y medioambientales del Estado español también recuerda
que “gracias a la lucha de los agentes forestales se consiguió modificar el proyecto
de Ley de Montes del PP que pretendía dejarles sin atribuciones.
“La ley nos quitaba la figura de policía judicial e impedía que investigáramos
delitos ambientales, como los incendios. Finalmente, en el trámite de la ley en
el Senado, en el periodo de alegaciones conseguimos mantenernos como policías
judiciales”, pero se enfrentan a los recortes y falta de medios. Por ello pide
a las comunidades autónomas que “potencien la investigación de los incendios a
través de los agentes ambientales” como conocedores del campo.
En la lucha contra
los incendios muchos se juegan la vida. El pasado 23 de diciembremurió un
piloto de helicóptero, José Antonio Rodríguez, en la extinción de un incendio
en el municipio asturiano de Parres. El helicóptero chocó debido a la falta de
visibilidad por el humo. Ese día había en Asturias 14 incendios provocados tres
días antes con 147 focos ardiendo a la vez. Desde la Fundación Hombre y
Naturaleza se pide también “castigar ejemplarmente a los incendiarios, entre
otras razones para motivar y por respeto a las brigadas que arriesgan la vida
en los incendios”.
Pero no es sólo
el fuego. “Ya está lloviendo y nevando en algunos sitios, y ahora la erosión de
los terrenos va a ser brutal”, reconoce Fernández Fabián. El agua arrastra los
suelos antes sujetos por la vegetación. Por ello desde la
Coordinadora Ecoloxista solicitan que se prohíba el ganado en las
zonas quemadas para evitar que aumente más la pérdida de suelo y vegetación y
“se acote el pastoreo en todas las zonas incenciadas”.
Otro factor de
riesgo es la falta de mantenimiento y vigilancia de los montes. El agente
denuncia que “no existen en Asturias patrullas de vigilancia: “Si tú quieres
prender fuego al monte, los agentes forestales no te van a sorprender”, dice
Fernández Fabián. Senabre coincide con él y manifiesta que “los montes
están como están. No se puede tener cuadrillas de gente contratada
unos meses y con total precariedad, por cuatro perras, pero cuando hay un
incendio los van a buscar a su casa y levántate de tu cama y juégate la vida”.
El fenómeno de El Niño
Los incendios
en la cornisa cantábrica han contado no sólo con la mano del hombre, también
con una climatología favorable. Muchos hablan de cambio climático. Sin embargo,
para Jorge Olcina,
catedrático de Análisis Geográfico y responsable del Instituto de Climatología
de la Universidad de Alicante, “no se puede hablar en este caso de cambio
climático, porque éste es un proceso a medio y largo plazo. Lo que sí estamos
notando del cambio climático es la subida de temperaturas”.
Esas
temperaturas suaves y la ausencia de lluvia de este invierno tienen que ver,
según Olcina, con El Niño, un fenómeno natural que va ligado al calentamiento
de las aguas del Pacífico: “Lo que está ocurriendo en el Pacífico con el fenómeno
de El Niño es que ha alterado toda la circulación atmosférica de
Europa. Ha provocado la instalación de un potente anticiclón en noviembre y
diciembre”. El climatólogo señala que esa situación es “la causante directa de
la sequedad ambiental del terreno” y ha impedido que llueva. “Se han creado las
condiciones necesarias en la cornisa cantábrica para que cualquier pequeño
incendio cobrara una significación importante”, explica Olcina, y advierte
también de que ésa va ser también la tónica de los incendios en todo el
territorio peninsular para este año.
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