martes, 14 de enero de 2014

BRASIL, LO MISMO QUE GRECIA, IRLANDA, ESPAÑA, PORTUGAL, ITALIA, ALEMANIA, FRANCIA O USA, ETC., NO TIENEN SOLUCIÓN DENTRO DE LOS PARÁMETROS CAPITALISTAS




2013: jaque al "lulismo"


06-01-2014

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La solución a la crisis capitalista mundial, insalvable hoy en todas partes, no tiene más que una solución posible: la erradicación, sacar de raíz (que eso es ser radical) las relaciones de explotación capitalistas dominantes, para sustituirlas por unas nuevas relaciones de cooperación, que es lo contrario de la competitividad capitalista.


Proyecto productivo retrógrado

El "sistema deuda" es el marco general que rige la desigualdad social en el país. Y que encuadra un proyecto productivo retrógrado de una economía cada vez más sustentada en la producción, extracción y exportación de materias primas sin valor agregado. Esto se fue intensificando en los dos gobiernos de Lula priorizando la agroindustria de monocultivos para el especulador mercado mundial de commodities, incentivando la extracción petrolera y haciendo intensiva la explotación en grandes yacimientos de minerales a cielo abierto. Estas orientaciones fueron incubando y desatando innumerables problemas sociales y ambientales. Durante el gobierno Dilma se dio una aceleración de dicho proyecto productivo reaccionario, a la vez que se intensificaron los conflictos contra movimientos y sectores populares.

En el Mapa de Conflictos envolviendo Injusticia Ambiental y Salud en Brasil /16, son relatados 343 conflictos ambientales que tienen impacto en la salud colectiva del país. Las principales víctimas de estos conflictos son los indígenas en 33,67 % de los casos, en 31,99% son los agricultores familiares y en el 21,55% los quilombolas.

Un caso emblemático como el de la Usina Hidroeléctrica de Belo Monte, construida en el Río Xingu (Pará) por el consorcio Norte Energía, se arrastra durante más de 20 años y perjudica los medios de existencia (alimentación, vivienda, territorio, etc.) de más de 300 mil personas entre pescadores ribereños, indígenas y quilombolas, por las inundaciones, desvíos de ríos, destrucción de zonas selváticas y contaminación. Con la complicidad de gobiernos estaduales y federales fueron facilitados los licenciamientos legales sin previa consulta a los pobladores afectados.

En todo el país se asesina y en todo Brasil hay un monte de gente amenazada de muerte: indígenas, afro-descendientes o blancos /17. Sea por madereros en el Amazonas, por plantadores de eucaliptus en el nordeste (y en especial en Pernambuco) y norte de Mina Gerais, por los latifundistas de monocultivos de soja, algodón y caña de azúcar en Mato Grosso, Mato Groso do Sul, Rio Grande do Sul, Sao Paulo, etc. o mineras en Minas Gerais y otras regiones.

El gobierno Dilma ya puso fin a la demarcación de tierras indígenas e intenta formalizarlo en alianza con los ruralistas abriendo paso a la aceptación del proyecto de enmienda constitucional (PEC) 215 que entregaría la aprobación final del proceso de demarcación al Legislativo donde los ruralistas tienen la mayor bancada (180 diputados).

João Paulo Rodrigues, de la coordinación nacional del Movimento do Sem Terra (MST), afirmó a fines de diciembre pasado que "2013 fue el peor año de la Reforma Agraria"..."y en muchos casos el gobierno tuvo la proeza de andar para atrás." Hasta el 27 de diciembre del pasado año sólo 159 familias fueron asentadas en todo el país. No pasaron de 10 los inmuebles rurales desapropiados por el gobierno Dilma. "Esto lo pone en desventaja con el último gobierno militar del general Figueiredo cuando fueron expropiados 152 inmuebles" /18

El gobierno depende del extractivismo para seguir generando superávit primario que alimente la voracidad del sector financiero a través de los intereses y las amortizaciones de la Deuda. Aliado al agro-negocio es cómplice de la expulsión del campo de 6 millones de personas en las últimas dos décadas. A la vez que rechaza la mejor solución a la pobreza y la desigualdad que es la Reforma Agraria creadora de millares de empleos en el campo. Como contrapartida en el último período se amplió la unidad entre todos los movimientos sociales del campo defendiendo un programa agrícola que responda a los intereses del pueblo brasileño.

El gobierno Dilma todavía cuenta con el apoyo de la elite de los trabajadores: bancarios, de las montadoras de automóviles, grandes polos industriales, como el de Campinas (SP) o de Caxias do Sul (RS), y sus centrales institucionalizadas, funcionarios públicos privilegiados, etc. Pero con las escandalosas privatizaciones de las cuencas petroleras logró pasar a la oposición a los trabajadores de Petrobras y subsidiarias. En poco tiempo se enemistó con servidores de la salud y profesores de la enseñanza pública que vienen realizando extensas luchas por aumento de sueldos. A mitad de año enfrentó multitudinarias movilizaciones de pobladores y jóvenes que no llegaron a la fantasiosa "clase media" brasileña y salieron contra la carestía junto a comunidades de favelas perjudicadas por la contra-reforma urbana y la especulación inmobiliaria lanzada bajo el subterfugio de los mega-eventos deportivos. Los asalariados rurales y trabajadores sin tierra (MST y Vía Campesina) denunciaron el freno a la reforma agraria, el conjunto de los pueblos indígenas se movilizaron contra el fin de la demarcación de sus tierras y el avance del agro-negocio, la minería y las corporaciones petroleras sobre su territorio. Quilombolas resisten el modelo extractivista. Pescadores artesanales y ribereños enfrentan la contaminación industrial de ríos y costas oceánicas. Diversos sectores se desafían las mega-hidroeléctricas que los expulsan de sus tierras y los dejan sin agua, sin vivienda y sin alimentos.

En 2014 Brasil es sede de la copa mundial de fútbol. Pero como vimos en 2013 con la Copa de las Confederaciones la narcotización deportiva de masas no funcionó a las "mil maravillas". Desde 2011 se están constituyendo los Comités Populares de la Copa del Mundo que están en 12 ciudades sede del campeonato y articulados a nivel nacional. De uno de esos Comité es que partió la satírica consigna: "Si se enferma, procure un estadio". Fueron ellos que convocaron varias de las manifestaciones de junio/2013. Es sintomático que no hubiera conmemoración del título, luego del triunfo de Brasil sobre España, pesaba más la insatisfacción popular. El gobierno y sus aliados impulsaron el proyecto de ley 728/2011 que tipifica el crimen de terrorismo como una exigencia de la FIFA para la sede de sus campeonatos. Es imposible prever la situación social a mediados del 2014, pero es seguro que el gobierno no está tranquilo al respecto.

2013 fue un año que se destacó por la confrontación de los movimientos populares respecto al gobierno. Se empieza a poner en jaque al "lulismo". Esto no quiere decir que el descontento tenga un reflejo directo en las elecciones de 2014. El sociólogo Ricardo Antunes señala que: "las rebeliones no proporcionaron nuevos líderes populares, lo que permite al partido de Lula recuperar el terreno perdido" teniendo en cuenta que la deslegitimación abarcó a todos los partidos políticos, incluidos los de la oposición que fueron enfrentados en sus estados y municipios. Multitudinarias manifestaciones por demandas legítimas "no desembocaron y señalizaron todavía una alternativa política de otro tipo, una nueva modalidad de política radical, extra-institucional, profundamente contraria a la actual." /19


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