domingo, 1 de marzo de 2020

EL FEMINISMO LLEGA A LA CASA DE DIOS, PUES VETE PREPARANDO, DIOS QUERIDO, QUE TE LA VAN A LÍAR, PORQUE TÚ ERES UN MACHISTA DE RAZA Y TRONIO, A VER CÓMO ME REDONDEAS LA CUADRATURA DEL CÍRCULO QUE FORMÁIS TRES MACHOS JUNTOS EN UNO Y ENCIMA CON UNA MISTERIOSIDAD DE TRES PARES DE COJONES, Y NO HA Y FALLO,LAS MATEMÁTICAS SON LAS MATEMÁTICAS, LO SIENTO MUCHO: UN PAR DE COJONES PARA DIOS; OTRO PARA PARA EL HIJO Y OTRO PARA EL ESPIRITU SANTO, TOTAL, TRES. YA ME IRÁS CONTANDO COMO TE VA, Y QUE TE ACOMPAÑO EN EL SENTIMIENTO, QUE UNA COSA NO QUITA LA OTRA, MAJO



La revuelta feminista llega también a las mujeres de la Iglesia 

Teólogas, integrantes de parroquias, feligresas, comunidades de base y algunas congregaciones de religiosas alzan la voz contra la profunda discriminación que viven por parte de la jerarquía eclesial. La primera concentración será este domingo 1 de marzo.


Rueda prensa para presentar la "revuelta" de mujeres en la Iglesia.

EL SALTO
29 feb 2020 06:00 

Mujeres de la Iglesia Católica, apoyadas por colectivos religiosos y laicos, han convocado una primera concentración, este domingo 1 de marzo, bajo el lema de Revuelta de mujeres en la Iglesia. Teólogas, integrantes de parroquias, feligresas, comunidades de base y algunas congregaciones de religiosas alzan la voz contra la profunda discriminación que viven por parte de la jerarquía eclesial. 

A través del lanzamiento de un comunicado y la convocatoria para el próximo 1 de marzo a concentrarse en varias ciudades, estas mujeres se suman a la acción global del movimiento internacional Voices of faith (consejo de mujeres católicas) por la igualdad y dignidad para las mujeres en la Iglesia católica.

Estas mujeres dicen estar cansadas de las incoherencias y el autoritarismo que perciben, situación que solo cambiará si hay un profundo cambio a todos los niveles de la jerarquía eclesial. En su comunicado, aseguran que “la institución se está quedando al margen de las conquistas sociales en igualdad y corresponsabilidad”.

En palabras de Marifé Ramos, doctora en teología y una de las portavoces de esta revuelta, el “¡basta ya!” significa que, “esta vez, vamos a salir también al ámbito público, manifestarnos más, alzar más la voz, conectar más con las redes del Estado español, de Europa... las redes y los medios de comunicación son ahora nuestro púlpito”.

“Con el movimiento feminista hemos tenido grandes conexiones y lazos”, explica la doctora en Teología Marifé Ramos 
El llamamiento de esta Revuelta en el inicio del mes de marzo, y a solo siete días del  la celebración del Día Internacional de las Mujeres, que cada año consigue globalizar las demandas del movimiento feminista mundial, no es casual. “Con el movimiento feminista hemos tenido grandes conexiones y lazos, y unas relaciones muy buenas”, explica Marifé, que añade que muchas feministas que antes les sugerían simplemente abandonar la institución ahora entienden la importancia de la fe para ellas.

Otra portavoz de la Revuelta, Pepa Torres, religiosa y educadora social, considera que “esto forma parte de un movimiento en el que muchas de nosotras ya estamos hace mucho tiempo pero que en este momento, hechos tan provocadores como el Sínodo de la Amazonía y su silencio sobre el acceso de las mujeres a los ministerios, o los últimos informes sobre la violencia sexual hacia las monjas y la explotación laboral, nos indican que hay que seguir con más fuerza”. Para ella, esta revuelta es como el 15M de las mujeres de la Iglesia. Torres estima que la iglesia ha perdido su misión pastoral porque se ha centrado en el clericalismo, es decir, que se ocupa de los que forman el clero —la mayoría, hombres— olvidando el cuidado y la atención a la gente.

Las reivindicaciones

Las convocantes de la Revuelta coinciden en señalar un hecho indiscutible como es que las mujeres suponen una mayoría aplastante. “La Iglesia está impregnada del trabajo de las mujeres y, sin embargo, la mayoría de las veces no nos ven”, subraya Ramos. “¿Qué sería de la Iglesia si dejáramos de hacer todos estos trabajos?”, plasman en el comunicado.

Reivindican que se reconozca y visibilice su trabajo, que se reconozcan sus derechos así como tener voz y voto en los mecanismos de la institución para participar directamente en  la toma de decisiones. Además, piden que se integre la teología feminista como motor de cambio; que se incorpore en todo documento la igualdad y el lenguaje inclusivo o que la Iglesia se una a denunciar las injusticias del sistema económico neoliberal que no solo expolia territorios sino que favorece la explotación laboral y sexual de las mujeres.

En Madrid, recuerdan que en el año 2000 celebraron el Jubileo de las Mujeres ante la catedral de la Almudena. Veinte años después vuelven a hacerlo. Será a partir del medio día de este domingo 1 de marzo y convocan a otras mujeres y colectivos más allá del ámbito creyente para se solidaricen con esta causa.

“Nos movilizaremos de manera pacífica y creativa en las puertas de las catedrales. Fuera, porque así es como nos sentimos”. Barcelona, Bilbao, Santiago de Compostela, Sevilla, Santander, La Rioja, Valencia, Zaragoza y Madrid son las ciudades en las que esta Revuelta de mujeres en la Iglesia dará comienzo. A la pregunta de si se han reunido, llevado sus reivindicaciones o invitado a la concentración a la jerarquía de la Iglesia Católica, Marifé Ramos responde: “¿Para qué? Cuando nacimos hace 36 años enviamos al episcopado una carta diciendo que habíamos nacido como grupo de Mujeres y Teología para explicar sobre nuestro papel en la Iglesia y, seguimos esperando la respuesta. Si quieren dialogar, aquí estamos”.  

A su vez, Torres apunta que “esta movilización no tiene un carácter rupturista, somos mujeres que queremos sensibilizar a hombres y mujeres para que la iglesia crezca en algo que le es intrínseco y que hasta el siglo II así fue, una comunidad de iguales”.

Al manifiesto se han unido más de 50 colectivos y decenas de personas a título individual. A la concentración de este domingo, insisten, está invitado todo el que quiera compartir con ellas, ya sea jerarquía eclesial o no.

La teología feminista como motor de cambio

Buena parte de quienes llaman a la Revuelta de las mujeres en la iglesia son estudiosas de la fe, mujeres con con décadas de experiencia en trabajo social y profesionales en distintos ámbitos. Según Marifé Ramos, “en el año 2000 la teología feminista estaba todavía invisibilizada. En esos años, “funcionábamos con las fotocopias de libros que conseguíamos en el extranjero y que traducíamos. Ahora esta teología es visible en algunos ámbitos de colectivos muy concienciados, está entrando en algunos ámbitos de la universidad —hay muy buenas publicaciones— nada más hay que ver la página web de la Asociación de Teólogas españolas y ahí estamos abriendo camino”.

Las mujeres de la revuelta son claras a la hora de señalar cómo la institución religiosa ejerce su poder. “La institución arrincona, desprecia, silencia a las mujeres que la sustentan; la hegemonía masculina se legitima y se perpetúa sin ninguna autocrítica”, mencionan en su comunicado, y enuncian la desproporción entre el número de teólogas preparadas y los puestos que ocupan como docentes en facultades de Teología u otros puestos de responsabilidad. 

De la misma manera ven la imperiosa necesidad de abrir el acceso al diaconado y al presbiterado femenino. “No es que sea fácil, es que hay unos techos que son de cristal y otras veces son barreras directamente. “La pena es la descalificación que hay hacia la teología feminista sin conocerla. Se cree que es la reflexión de cuatro locas sueltas, pero no, tenemos una preparación y formación que nos ha permitido decidir. Aquí hay agua fresca, esto tiene sentido” asegura Ramos.

Estas mujeres reivindican como parte de la genealogía de las mujeres en la iglesia figuras como la de Marguerite Porette, beguina que murió en la hoguera; Mary Ward que quiso ser jesuita y fue encarcelada; la sudanesa Josefina Bakhita, o María Teresa de Jesús, entre muchas otras. Consideran la teología como motor de cambio y estiman imprescindible continuar trabajando para que se reconozca y valore su riqueza. Esfuerzo que no se detendrá, dicen,  “hasta que se elimine el lenguaje sexista de las homilías, textos litúrgicos y documentos, y hasta que la moral sexual de la Iglesia deje de culpabilizar a las mujeres”. “Se ha corrido el velo sobre mujeres tan valiosas que transformaron la iglesia y la sociedad, y muchas lo pagaron con su vida. Todo eso nos da fuerza, energía y ánimo para decir basta ya", zanja Marifé.       
  
Reivindicaciones 

Reformas profundas dentro de la Iglesia que vaya llenando el foso de las desigualdades
Voz y poder de decisión en todas las estructuras de la Iglesia.
Acabar con la exclusión de las mujeres en tarea eclesial, incluido el diaconado y el presbiterado. 
Reconocimiento de la teología feminista ignorada incluso por por teólogos más progresistas.
Incorpiración del lenguaje inclusivo en los textos finales y los pastorales.
Cambios en el derecho canónico para reconocer esta desigualdad.
Reconocimiento de la diversidad del concepto familia y la diversidad sexual.
Reconocimiento del liderazgo de la mujeres en la Iglesia y no solo en tareas subsidiarias, auxiliares y de cuidados.
Denuncia desde la Iglesia del sistema económico neoliberal que impide que las personas vivan con dignidad.

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LOS DE PENSAMIENTO CORTITO Y VIOLENCIA DE SOLERA LARGA, LOS FASCISTAS: SIMPLICIDAD MENTAL Y UNILATERALIDAD, PRETENDEN BORRAR, POBRETES MÍOS, LA FECUNDIDAD DEL PENSAMIENTO MARXISTAN



«Comunistas» subiéndose al carro de moda: el feminismo; Equipo de Bitácora (M-L), 2020.

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Final del formulario
«Parafraseando a Fourier, Marx dijo:

«El grado de emancipación femenina determina naturalmente la emancipación general». (Karl Marx y Friedrich Engels; La sagrada familia, 1844)

Las posiciones políticas del Partido Comunista de España (marxista-leninista) de 1964-1985 sobre la mujer estuvieron inspiradas claramente en las nociones marxistas sobre el tema:

«En efecto, puede hoy afirmarse que la familia conyugal ha nacido de las contradicciones económicas que aparecen en el momento en que el trabajo se ha hecho más productivo, es decir, ésta ha nacido de la propiedad privada y se ha consolidado con ella, al mismo tiempo que se precisaban en toda la sociedad los antagonismos de clase. Por consiguiente los conflictos y las luchas que se desarrollan en el seno de la sociedad han de reflejarse, y de hecho se reflejan, en la oposición existente inicialmente entre los hombres y las mujeres en el seno del matrimonio conyugal. La noción de la inferioridad de la mujer se explica fundamentalmente por el hecho de que desde el momento en que los hombres obtienen su supremacía, han impuesto la idea de que las mujeres son de una naturaleza distinta, que poseen por naturaleza caracteres distintos y que sus capacidades son normalmente inferiores. A este respecto no podemos dejar de señalar el papel determinante que en la era cristiana ha jugado la «Santa Madre Iglesia», cuyos fundadores sostenían incluso la idea de que la mujer era un ser intermedio entre el hombre y el animal, un ser impuro e inferior en todos los órdenes.

Todas las clases opresoras tratan de justificar su opresión imponiendo la idea de que el ser oprimido es inferior. Así tenemos el caso de la política racista que trata de justificar la inferioridad de los pueblos de color, para mejor asegurarse su explotación y opresión. Otro tanto ocurre con la mujer utilizada hoy por el capitalismo como mano de obra barata y como reserva en la producción. Ahora bien, como la clase dominante, en este caso la burguesía capitalista e imperialista, es la clase que impone su ideología al conjunto de la sociedad, la noción de la inferioridad de la mujer también existe entre la clase obrera, e incluso entre no pocas mujeres.

Frente a la ideología reaccionaria burguesa, los marxista-leninistas oponemos nuestros principios de la igualdad total entre el hombre y la mujer y rechazamos de plano toda idea de discriminación hacia la mujer y de considerarla como un ser inferior. Afirmamos a este respecto:

1) Que la subordinación de la mujer no se basa en una inferioridad congénita, sino que es la consecuencia histórica de un hecho económico, es decir, del desarrollo de la productividad del trabajo y el acaparamiento por los hombres de las principales riquezas creadas por esta productividad acrecentada.

2) Que el desarrollo de la propiedad privada monopolizada por los hombres, ha hecho posible el reforzamiento hasta el extremo de la autoridad del marido en la familia y ha convertido a la mujer prácticamente en una esclava doméstica, totalmente sometida a los deseos y a la voluntad del marido.

3) Que dada la estructura familiar basada en la transmisión de la propiedad privada, no existe esperanza alguna bajo el régimen capitalista de que la mujer se libere totalmente, ya que los hombres de las clases dirigentes tienen sus intereses de clase ligados a esa estructura familiar.

4) Que la degradación de la familia actualmente, ha comenzado con el desarrollo de la gran industria que ha arrancado a la mujer de la servidumbre doméstica para imponerla otras nuevas.

5) Que la incorporación de la mujer a determinadas actividades y funciones reservadas hasta el presente a los hombres, anuncia su eventual independencia económica y ya en algunos países les ha permitido cierto grado de igualdad jurídica con los hombres.

6) Que el modo cómo las mujeres desempeñan las funciones sociales y profesionales demuestra que sus capacidades intelectuales, su poder de decisión y su espíritu de organización, no son en modo alguno inferiores a los hombres». (Elena Ódena; La mujer española y la lucha contra la dictadura franquista, 1967)

Por ello, en el IIº Congreso del PCE (m-l) de 1977 ante el auge de los movimientos feministas, se instaba a abordar la cuestión de género en base a la visión marxista del partido y no siguiendo la versión idealista de las organizaciones feministas:

«Actualmente las organizaciones femeninas y feministas de diversa naturaleza y tendencia pequeño burguesa están logrando organizar y movilizar a amplios sectores de la mujer y sólo si nosotros, el partido en primer lugar, el FRAP, la UPM, la OSO, la Convención Republicana, somos capaces de tomar seriamente en nuestras manos la defensa de los derechos y la lucha por la liberación de la mujer, lograremos incorporar al torrente revolucionario a una buena parte del más del 50 por 100 de nuestra población. De otro modo, esta mitad de nuestro pueblo se convertirá en una fuerza y una reserva de la reacción, o, en el mejor de los casos, de las corrientes pequeño burguesas. Pero se trata, además, de insistir en el partido en la necesidad de comprender que el problema de la mujer no incumbe exclusivamente a la mujer, ya que si no comprendemos esto no lograremos llevar nuestra voz y nuestra política a las amplias masas femeninas, aparte de que estaremos también reflejando las corrientes pequeño burguesas feministas tendentes a separar tajantemente la lucha de la mujer por su liberación de la lucha general de todo el pueblo». (Partido Comunista de España (marxista-leninista); Documentos del IIº Congreso del PCE (m-l), 1977) 

No por casualidad se confrontaba abiertamente al feminismo. En el artículo «Importantes orientaciones de la IIº Conferencia Nacional del partido para nuestra lucha por los derechos de la mujer», se decía:

«Se trata de comprender correctamente, que la lucha por los derechos de la mujer y por su liberación de toda una serie de opresiones y discriminaciones de toda índole –morales, sociales, económicas, familiares, etc.– que pesan con particular brutalidad sobre ella, no es un asunto exclusivo de la mujer sino que incumbe tanto a la mujer como al hombre, si bien la mujer, como principal y directa interesada, ha de desempeñar el papel más directo e importante. (…) En segundo lugar está la cuestión de nuestra actitud de cara a los movimientos feministas pequeño burgueses y también, la de nuestros planteamientos en relación con toda una serie de reivindicaciones que atañen exclusivamente a la mujer y que no pueden dejarse de lado con la conocida posición de que «solo bajo el socialismo podrá resolverse verdadera, ente el problema de la mujer». (…) Actualmente las organizaciones femeninas y feministas de diversa naturaleza y tendencia pequeño burguesa están logrando movilizar a amplios sectores de la mujer, y solo si nosotros, el partido. (…) Somos capaces de tomar seriamente en nuestras manos la defensa de los derechos y la lucha de la mujer, lograremos incorporar al torrente revolucionario a más del cincuenta por ciento de nuestra población. De otro modo, esta media mitad de nuestro pueblo se convertirá en buena parte en una fuerza y en una reserva de la reacción o en el mejor de los casos de las corrientes pequeño burguesas». (Vanguardia Obrera; Nº149, 1976)

¿Y qué ha quedado de dichas posturas en el PCE (m-l) actual refundado en 2006? Nada. Cierto es que en sus artículos ataca a ramas del feminismo actual, pero igualmente tiene publicaciones donde dice lo contrario, e incluso alaba a otras corrientes. Lo que demuestra que existen en su interior han florecido las «cien flores y cien escuelas de pensamiento» al estilo maoísta. Hace poco, J.P. Galindo nos decía lo siguiente en su artículo «Marxismo y feminismo» en un tono muy parecido a la izquierda institucional:

«Será una autora francesa, Simone de Beauvoir, quien construya el buque insignia de esta etapa con su libro de 1949 «El Segundo Sexo» donde se analiza la creación artificial de la identidad femenina a través de la imposición de prejuicios sociales derivados directa o indirectamente del patriarcado familiar y moral. (…) Esta visión provocará un avance significativo en la conciencia femenina como ente colectivo y sujeto social propio «No se nace mujer, se llega a serlo» será la máxima expresión de este análisis y su objetivo es cuestionar la institución imprescindible para la reproducción de esa situación mental y social. (…) El cuestionamiento de la familia tradicional entroncará íntimamente con la revolución sexual. (…) Esa moral será también cuestionada por las filosofías Beat, Hippie, Existencialista o Estructuralista, provocando conjuntamente un cambio de paradigma global. (…) Expresado en lo que se conoce como Mayo del 68, como una explosión de contestación y rebeldía contra toda la construcción social previamente establecida. (…) El feminismo La Segunda Ola se da por finalizada sin alcanzar resultados tan abrumadores y evidentes como la Primera, pero con una continuidad discursiva que enlaza inmediatamente con la postmodernidad naciente a finales del siglo XX, donde la desaparición del bloque socialista da pie al cuestionamiento del feminismo marxista por no lograr un éxito total en la transformación social e impregna de cierto nihilismo esta nueva visión feminista, al presentar un replanteamiento de todos los aspectos sociales desde perspectivas originales hasta entonces, tales como la teoría queer o el ecofeminismo y cuestionando posicionamientos previamente dados por sentados, como el caso de la prostitución o la pornografía, desde ópticas liberales de autonomía individual del individuo sin prejuicios de género o sexo». (Octubre; Órgano de expresión del PCE (m-l); Nº114, 2018)

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EL SALARIO DE LAS MUJEREES



Técnicos de Hacienda denuncian que la brecha salarial se está ensanchando y que las mujeres cobran un 28’6% menos que los hombres


Mar 1, 2020
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La brecha salarial se ha ensanchado en 66 euros durante el último año, de manera que las mujeres cobran 4.915 euros menos al año que los hombres, según el avance de la cuarta edición del informe ‘Brecha salarial y techo de cristal’ 

En términos porcentuales, los técnicos de Hacienda estiman que las mujeres tendrían que cobrar un 28,6% más para igualar el sueldo de los hombres, tal y como demuestran los últimos datos de la Agencia Tributaria

La brecha salarial se ha ensanchado en 66 euros durante el último año, de manera que las mujeres cobran 4.915 euros menos al año que los hombres, según el avance de la cuarta edición del informe ‘Brecha salarial y techo de cristal’ realizado por el colectivo de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) a partir de la estadística de mercado de trabajo y pensiones en las fuentes tributarias de la Agencia Tributaria con datos de 2017. Un análisis del que se desprende que las áreas geográficas con mayores desigualdades serían la Comunidad de Madrid y Ceuta, donde cobran 7.700 euros y 6.500 euros menos, respectivamente. En el otro lado de la balanza, las más igualitarias serían Islas Canarias y Extremadura, comunidades en las que las diferencias se reducen hasta los 2.500 euros y los 2.700 euros, respectivamente.

En términos porcentuales, los técnicos de Hacienda estiman que las mujeres tendrían que cobrar un 28,6% más para igualar el sueldo de los hombres, tal y como demuestran los últimos datos de la Agencia Tributaria. Las diferencias de sueldo entre unos y otras no han dejado de aumentar desde 2015, a pesar de que entre 2005 y 2015 se redujeran un 16%. En total, en los tres últimos ejercicios la brecha se ha incrementado en 279 euros, denuncia Gestha.

Los técnicos de Hacienda calculan que, a este ritmo, harían falta 105 años para cerrar la brecha en España, aunque en casos más extremos, como el de Murcia, se tardaría 839 años. De ahí que urjan a tomar medidas para reducir los plazos de tiempo necesarios para acabar con estas desigualdades. Entre esas medidas, Gestha destaca la importancia de aumentar el número de plazas tanto en las escuelas públicas infantiles de 0 a 3 años como en los centros especializados para la atención y el cuidado de las personas mayores o dependientes, porque la brecha salarial se agrava sobre todo en las edades en las que se concentra la maternidad y el cuidado de los ancianos. En cualquier caso, las mayores diferencias de sueldo se localizan a partir de los 65 años, superándose los 11.400 euros anuales.

Al margen de las causas que la ensancharían, los técnicos explican que es en los altos tramos de renta donde se concentran los agravios de la brecha salarial. De hecho, mientras que las mujeres cobran 35 euros más que los hombres en la horquilla que oscila entre los 20.605 y los 25.757 euros de salario anual, reciben casi 31.000 euros menos cuando las retribuciones escalan por encima de los 103.000 euros al año.

En este sentido, los motivos serían la precariedad y el denominado «techo de cristal», puesto que 3,4 millones de mujeres no llegarían al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), es decir, el 38,8% del total de las ocupadas, mientras que en el caso de los hombres se reduce a 2,9 millones, el 28,8% de los ocupados.

Según el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, las dos subidas consecutivas del salario mínimo hasta los actuales 950 euros mensuales reducirán la brecha salarial en los próximos años, si bien indica que no se están articulando suficientes medidas para acabar con la misma, una de las principales causas de la desigualdad económica y social que existe entre hombres y mujeres y que debería constituir uno de los retos «más importantes» que debe abordar el Gobierno de España a través de un Pacto de Estado.

Fuente: Agencias

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