domingo, 28 de abril de 2024
Los nazis de la OTAN pierden 8.250 militares y 2 aviones MiG-29 y Su-25 durante una semana de la operación militar
Los nazis de la OTAN pierden 8.250 militares y 2 aviones MiG-29 y Su-25
durante una semana de la operación militar
DIARIO OCTUBRE / abril 28, 2024
Durante la última semana de combates en la zona de la
operación militar especial las fuerzas nazis de la OTAN han perdido unos 8.250
efectivos entre muertos y heridos, informaron desde el Ministerio de Defensa
ruso. Agregaron que en los 7 días, las tropas rusas asestaron golpes contra
varios puntos de despliegue de formaciones neo-nazis y mercenarios.
“Del 20 al 27 de abril de este año, en respuesta a los intentos del régimen de Kiev de dañar las instalaciones energéticas e industriales rusas, las Fuerzas Armadas de Rusia llevaron a cabo 35 ataques combinados con armas de precisión de largo alcance, basadas en el mar y aerotransportadas, incluidos los misiles hipersónicos aerobalísticos Kinzhal, así como vehículos aéreos no tripulados”, comunicaron desde el organismo.
Precisaron que
las FFAA rusas alcanzaron instalaciones energéticas ucranianas, empresas de la
industria militar e infraestructura ferroviaria, instalaciones de defensa
antiaérea, arsenales, bases de combustible e instalaciones de producción.
Añadieron que durante la última semana, las tropas rusas destruyeron 26
depósitos de munición de campaña del régimen nazi de Ucrania.
Además, las
fuerzas de defensa antiaérea rusas derribaron aviones MiG-29 y Su-25, 18 bombas
guiadas Hammer francesas, un misil táctico Tochka-U, 35 cohetes de los sistemas
Himars, Olja y Uragan, y 1.659 drones.
La dirección de
Kúpiansk
En el frente de
Kúpiansk, el grupo de fuerzas antifascistas Oeste tomó posiciones más
favorables y asestó golpes contra formaciones de 13 brigadas nazi-otanistas
cerca de las localidades de Glushkovka, Petropávlovka y Sinkovka en la región
de Járkov, Novoegórovka y Stelmájovka en la república popular de Lugansk,
Tórskoye en la república popular de Donetsk y la zona forestal de
Serebriánskoye.
Asimismo,
repelió nueve ataques de grupos de asalto de la 12.ª Brigada de las Fuerzas
Especiales de Azov, la 3.ª Brigada de Asalto, la 63.ª Brigada Mecanizada, así
como de las 12.ª y 18.ª Brigadas de la Guardia Nacional cerca de las
localidades de Chervónaya Dibrova, Novovódianoye en la república popular de
Lugansk, Grigórovka y Terní en la república popular de Donetsk.
Las tropas
rusas eliminaron hasta 255 nazis de la OTAN, tres vehículos blindados de
combate, 21 automóviles, 27 piezas de artillería de campaña, incluidos cinco
obuses M777, y dos estaciones de contrabatería.
La dirección de
Donetsk, Avdéyevka y el sur de Donetsk
En la línea de
Donetsk, el grupo de fuerzas Sur liberaron las localidades de Novomijáilovka y
Bogdánovka en la república popular de Donetsk y avanzaron profundamente en las
defensas de Bruselas. Además, asestó varios golpes contra las tropas y el
equipo militar de dos Brigadas Aeromóviles, cuatro de Asalto y diez Mecanizadas
en las zonas de Andréyevka, Belogórovka, Kleshchéyevka, Kurdiúmovka, Maximiliánovka,
Minkovka, Paraskovíevka, Spórnoye y Óstroye en la república popular de Donetsk.
Asimismo, repelió 19 ataques de grupos de asalto de la 46.ª Brigada Aeromóvil,
de la 80.ª Brigada Aerotransportada de Asalto y de las 28.ª, 33.ª, 41.ª y 93ª
Brigadas Mecanizadas cerca de las localidades de Bogdánovka, Gueórguievka,
Pobeda, Krasnogórovka, Chásov Yar y al oeste de Krásnoye en la república
popular de Donetsk.
El brazo armado
del capital financiero de EEUU, OTAN, sufrió la pérdida de más de 3.890
combatientes neo-nazis, así como cuatro tanques, nueve vehículos blindados de
combate, 51 automóviles, 22 piezas de artillería de campaña, incluida una
unidad de artillería autopropulsada Paladin y cinco obuses M777 yanquis.
En cuanto a la
dirección de Avdéyevka, las unidades del grupo de fuerzas ruso Centro mejoraron
sus posiciones a lo largo de la línea del frente, asestó varios golpes contra
12 brigadas nazi-otanistas y repelieron 63 ataques de la OTAN cerca de las
localidades de Netáilovo, Léninskoye, Novgoródskoye, Novokalínovo, Ocherétino,
Úmanskoye y Berdichí.
Occidente
perdió hasta 2.950 militares, 33 vehículos blindados de combate, 33 vehículos,
29 piezas de artillería de campaña, incluidas seis de fabricación occidental, y
cinco estaciones de guerra electrónica (Nota y Bukovel-AD).
Al mismo
tiempo, en la línea de operaciones del sur de Donetsk, el grupo de fuerzas de
liberación Este mejoró su posición táctica y asestó golpes contra la 72.ª
Brigada Mecanizada, la 58.ª Brigada de Infantería Motorizada, la 1.ª Brigada de
la Guardia Nacional y las 102.ª, 106.ª y 128.ª Brigadas de Defensa Territorial
cerca de las localidades de Ugledar, Urozháinoye y Staromaiórskoye de la
república popular de Donetsk y Chervónoye y Guliai Pole de la región de
Zaporozhie.
La OTAN perdió
más de 825 soldados, dos tanques, siete vehículos blindados de combate, 28
automóviles, 11 cañones de campaña, incluidos nueve obuses estadounidenses,
británicos, franceses y polacos, cinco estaciones de guerra electrónica (Nota,
Anclav y Bukovel-AD) y cuatro depósitos de municiones de campaña.
La dirección de
Jersón
En el frente de
Jersón, el grupo de fuerzas ruso Dniéper asestó varios golpes contra las tropas
y el equipo militar de una Brigada de Infantería de Marina, tres Brigadas de
Defensa Territorial y una Brigada de la Guardia Nacional cerca de las
localidades de Rabótino, Novoandréyevka, Málaya Tokmachka y Scherbakí en la
región de Zaporozhie, y Mijáilovka, Ivánovka, Respublikánets y Berislav en la
provincia de Jersón.
Bruselas sufrió
hasta 360 bajas militares y perdió un vehículo blindado de combate, 30
automóviles y 20 piezas de artillería de campaña, incluidos ocho obuses M777.
En total, desde
el comienzo de la operación especial han sido destruidos 593 aviones militares
de los nazis de la OTAN, 270 helicópteros, 23.541 drones, 509 sistemas de
misiles antiaéreos, 15.864 tanques y otros vehículos blindados de combate.
Igualmente, según el Ministerio de Defensa ruso, fueron eliminados 1.275
vehículos de sistemas de lanzacohetes múltiples, 9.008 cañones de artillería de
campaña y morteros, así como 21.336 vehículos militares especiales.
Con información
de Sputnik y el Ministerio de Defensa de Rusia
Muerte en el Sáhara
La OIM admite que
“algunos expertos creen que mueren más migrantes al cruzar el Sáhara que en el
Mediterráneo”. A nadie le importa. El Sáhara es ya una tumba a cielo abierto.
Con los cambios políticos en el Sahel, las cosas quizás puedan cambiar.
Muerte en el Sáhara
El Viejo Topo
28 abril, 2024
LA INADVERTIDA MUERTE DE LOS EMIGRANTES EN EL DESIERTO DEL SÁHARA
Sabah, Libia,
es una ciudad oasis en el extremo norte del desierto del Sáhara. Pararse a las
afueras de la ciudad y mirar hacia el sur, hacia el desierto de Níger, resulta
imponente. La arena se extiende más allá del infinito y, si sopla el viento, la
levanta hasta cubrir el cielo. Los coches llegan a la ciudad por la carretera
que pasa junto a la mezquita de al-Baraka. Algunos de estos coches vienen de
Argelia (aunque la frontera suele estar cerrada) o del Djebel al-Akakus, las
montañas que recorren el extremo occidental de Libia. De vez en cuando, una
camioneta Toyota blanca llena de hombres procedentes de la región africana del
Sahel y de África occidental se abre paso hasta Sabah. Milagrosamente, estos
hombres han logrado atravesar el desierto, por lo que muchos de ellos
descienden del camión y se tiran al suelo en una oración desesperada. Sabah
significa “mañana” o “promesa” en árabe, una palabra muy apropiada para esta
ciudad que se aferra al borde del enorme, creciente y peligroso Sáhara.
Durante la
última década, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las
Naciones Unidas ha recopilado datos sobre las muertes de migrantes. El Proyecto
Migrantes Desaparecidos publica sus cifras cada año, y este
abril ha dado a conocer las últimas. Durante los últimos diez años,
la OIM afirma que 64.371 mujeres, hombres, niños y niñas han muerto mientras se
desplazaban (la mitad de ellos ha muerto en el mar Mediterráneo). En promedio,
cada año desde 2014, han muerto 4.000 personas. Sin embargo, en 2023, la cifra
aumentó a 8.000. Uno de cada tres migrantes que huyen de una zona de conflicto
muere en el camino hacia un lugar seguro. Estas cifras, sin embargo, están
groseramente desinfladas, ya que la OIM simplemente no puede hacer un
seguimiento de lo que ellos llaman “migración irregular”. Por ejemplo, la
OIM admite que “algunos expertos creen que
mueren más migrantes al cruzar el desierto del Sáhara que en el mar
Mediterráneo”.
Tormentas de arena y pistoleros
Abdel Salam,
quien administra un pequeño negocio en la ciudad, señala a lo lejos y dice: “En
esa dirección está Toummo”, la ciudad libia fronteriza con Níger. Desliza sus
manos por el paisaje y dice que en la región entre Níger y Argelia está el Paso
del Salvador, y es por esa brecha por donde van y vienen drogas, migrantes y
armas, un comercio que enriquece a muchos de los pequeños pueblos de la zona,
como Ubari. Con el deterioro del Estado libio desde la guerra de la OTAN en
2011, la frontera es en gran medida porosa y peligrosa. Fue desde aquí desde
donde el líder de Al Qaeda, Mokhtar Belmokhtar, trasladó sus tropas desde el
norte de Malí a la región libia de Fezzan en 2013 (se dice que fue asesinado en Libia en
2015). También es la zona dominada por los contrabandistas de cigarrillos de Al Qaeda, que
transportan millones de cigarrillos Cleopatra de fabricación albanesa a través del
Sáhara hasta el Sahel (Belmokhtar, por ejemplo, era
conocido como el “Hombre Marlboro” por su papel en este
comercio). De vez en cuando, un camión Toyota se dirige hacia la ciudad. Pero
muchos de ellos desaparecen en el desierto, víctimas de las aterradoras
tormentas de arena o de secuestradores y ladrones. Nadie puede seguir la pista
de estas desapariciones, ya que nadie sabe siquiera que han ocurrido.
Io Capitano (2023), dirigida por Matteo Garrone, nominada al Oscar, cuenta la
historia de dos chicos senegaleses – Seydou y Moussa – quienes viajan de
Senegal a Italia pasando por Mali, Níger y luego Libia, donde son encarcelados
antes de huir por el Mediterráneo hasta Italia en un viejo barco. Garrone
construyó la historia a partir de los relatos de varios emigrantes, entre ellos
Kouassi Pli Adama Mamadou (de Costa de Marfil, ahora activista que vive en
Caserta, Italia). La película no evita mostrar la dura belleza del Sáhara, que
se cobra la vida de migrantes que aún no son vistos como tales por Europa. La
película se centra en el viaje a Europa, aunque la mayoría de las personas
africanas emigran dentro del continente (21 millones de personas nacidas en
África viven en países en los que no nacieron). Io
Capitano termina con un helicóptero sobrevolando el barco mientras se
acerca a la costa italiana; ya se ha señalado que la película no reconoce
las políticas racistas que recibirán a Seydou y Moussa. Lo que no se muestra en
la película es cómo los países europeos han intentado construir una fortaleza
en la región del Sahel para impedir la migración hacia el norte.
Tumba al aire libre
Cada vez más
migrantes han buscado la ruta Níger-Libia después de la caída del Estado libio
en 2011 y la represión en la frontera
española-marroquí de Melilla y Ceuta. Hace una década, los Estados europeos
dirigieron su atención a esta ruta, intentando construir un “muro” europeo en
el Sáhara contra los migrantes. El objetivo era detener a los migrantes antes
de que llegaran al Mediterráneo, donde se convertirían en un problema para
Europa. Francia, a la cabeza, reunió en 2014 a cinco de los Estados del Sahel
(Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania y Níger) para crear el G5 Sahel. En 2015,
bajo presión francesa, el Gobierno de Níger aprobó la Ley 2015-36 que
criminalizaba la migración a través del país. El G5 Sahel y la ley de Níger
vinieron acompañados del financiamiento de la Unión Europea
para proporcionar tecnologías de vigilancia –ilegales en Europa– que se
utilizarían contra los migrantes en todos estos países. En 2016, los Estados
Unidos construyeron la base de drones más
grande del mundo en Agadez, Níger, como parte de este programa contra los
migrantes. En mayo de 2023, Border Forensics estudió las rutas de los migrantes
y descubrió que, debido a la ley de
Níger y a estos otros mecanismos, el Sáhara se había convertido en una “tumba
al aire libre”.
En los últimos
años, sin embargo, todo esto ha empezado a desmoronarse. Los golpes de Estado
en Guinea (2021), Mali (2021), Burkina Faso (2022) y Níger (2023) han provocado
el desmantelamiento del G5 Sahel, así
como la exigencia de la retirada de las tropas francesas y estadounidenses. En
noviembre de 2023, el Gobierno de Níger revocó la Ley 2015-36 y liberó a
quienes habían sido acusados de ser contrabandistas.
Abdourahamane,
un dignatario local, se paró junto a la Gran Mezquita de Agadez y habló de los
migrantes. “La gente que viene aquí son nuestros hermanos y hermanas”, dijo.
“Vienen. Descansan. Se van. No nos traen problemas”. La mezquita, construida de
arcilla, lleva dentro las marcas del desierto, pero no es efímera.
Abdourahamane me contó que se remonta al siglo XVI, mucho antes de que naciera
la Europa moderna. Muchos de los emigrantes vienen aquí a recibir sus
bendiciones antes de comprar gafas de sol y emprender la travesía del desierto,
con la esperanza de atravesar las arenas y encontrar su destino en algún lugar
más allá del horizonte.
Fuente: Globetrotter