lunes, 4 de noviembre de 2019

RADICALES Y VIOLENTOS TERRORISTAS DEL CAPITAL Y LA COMPAÑA DE MALEANTES Y OTRAS GENTES DE MAL VIVIR QUE TIENE A SU DISPOSCIÓN, PROVOCAN UN NUEVO CRIMEN CONTRA LA SOCIEDAD ALTERANDO EL ORDEN SOCIAL, AL OBLIGAR A LA PACIFICA COMUNIDAD DE TRABAJADORES DE FRANCIA A UTILIZAR EL ÚNICO RECURSO EFECTIVO QUE TIENE PARA NO DEJARSE ROBAR MÁS


La ‘huelga salvaje’ de los ferroviarios franceses es todo un síntoma de la crisis.

DIARIO OCTUBRE / noviembre 3, 2019





Como cabía esperar, la huelga de finales de octubre de los ferroviarios franceses ha pasado desapercibida pero sólo tres de cada diez trenes entre París y el oeste de Francia pudieron circular.

200 trabajadores ferroviarios del centro de mantenimiento del AVE de Chatillon pararon espontáneamente, fuera del marco legal de la notificación obligatoria, y bloquearon las vías de tren.

El origen de la huelga fue la conclusión del convenio colectivo, que se remonta a varios años atrás y que proporcionó a los trabajadores ferroviarios unos diez días adicionales de descanso que ahora quienren eliminar.

La situación en Francia no es tan diferente de la de Ecuador o Chile y las movilizaciones de los “chalecos amarillos” durante un año así lo expresan.

Lo más serio es que a medida que la crisis del capitalismo se exaspera, los sindicatos sólo dan pasos hacia atrás, algo que tampoco sorprende porque en las últimas décadas se han convertido en una parte del control sobre los trabajadores de las grandes empresas.

Pero los sindicatos ya no son lo que eran. No cumplen su papel de detonante de las reivindicaciones obreras y, lejos de organizar, su papel es el contrario. No hay más que ver que las movilizaciones obreras más importantes estallan en nuevos sectores económicos en los que no han conseguido asentarse, o bien con poblaciones obreras precarias o emigrantes.

No cabe duda tampoco de que las huelgas de los ferroviarios llevan agua al molino del gobierno, que pretende desguazar la SNCF, la empresa pública ferroviaria. Tendrá que venderla a precio de saldo porque las empresas privadas pretenderán apretar aun más el dogal de la explotación, subcontratar, bajar los salarios, precarizar el empleo y aumentar la jornada de trabajo.

En todo el mundo la crisis bancaria, la explosión financiera y el colapso industrial no han hecho más que empezar. La SNCF es una empresa “al borde de la explosión social”, dice la prensa francesa.

El 5 de diciembre han convocado una huelga ferroviaria y el dirigente de los ferroviarios de la CGT, Jean Pierre Farandou, dice que es “reconducible”.

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EL MUNDO, DE LA PROVINCIA DE BILBAO, ES COMO UN PAÑUELO AL VIENTO, AGITADO POR EL CAPITALISMO

Protestas sociales
El mundo se alza contra la austeridad y el autoritarismo   

Dan La Botz 
Vientosur
31/10/2019 

Aquí y allá se alzan gentes, en casi todos los continentes y en más de una docena de países. En los últimos seis meses ha habido revueltas en Francia, Catalunya, Puerto Rico, Hong Kong, Líbano, Chile, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Haití, Iraq, Sudán y Argelia. Estas revueltas muestran en general un sesgo popular e inclinado a la izquierda y suelen tener un carácter furibundo, combativo y desafiante. El elemento común es que estas revueltas las protagonizan la clase media baja, la clase obrera y la gente pobre. Estos movimientos diversos han desbordado en todas partes los diques de contención del sistema político. Las olas de la protesta golpean contra los cimientos del Estado. Los y las activistas en las calles cuestionan el sistema en que viven, cualquiera que sea el calificativo del mismo. Cuando los gobiernos han intentado sofocar estos movimientos, la gente responde, negándose a ceder la calle. ¿Qué hay detrás de estas revueltas, cuál es su causa y hacia dónde van?
La situación política en cada uno de estos países varía enormemente y los hechos detonantes son bastante distintos: desde una nueva ley objetable hasta unas elecciones fraudulentas, pasando por viejas dictaduras que se han vuelto insoportables o por fuertes aumentos de los precios del transporte público. En Líbano ha sido el establecimiento de un impuesto sobre las llamadas telefónicas por Whatsapp; en Ecuador, la decisión del gobierno que permitía el aumento del precio de la gasolina; en Chile, el incremento del precio del billete de metro; en Honduras, el descubrimiento de que el presidente ayudaba a su hermano dirigente de un cártel de drogas. En Puerto Rico ha sido un presidente corrupto y misógino; en Hong Kong, la presentación de un proyecto de ley que atentaba contra la autonomía local; en Catalunya, en el Estado español, las largas condenas dictadas contra dirigentes nacionalistas catalanes. En Iraq, la gente se ha alzado contra el desempleo, la corrupción y un gobierno que no rinde cuentas; en Argelia y Sudán, la gente muestra su hartazgo con sus viejos sistemas autoritarios; en Nicaragua, el detonante fue una reforma de las pensiones de la seguridad social; en Haití, las protestas se dirigen contra un presidente corrupto y autoritario.
El factor desencadenante varía de un lugar a otro, pero la cuestión central en todas partes es el deseo de recibir un trato digno y respetuoso.
Estas revueltas tienen elementos comunes: la desigualdad económica, la imposición de la austeridad y el abuso de poder de los gobiernos. La sensación es que no les importamos. En muchos de estos países, el Estado ha perdido su legitimidad y la ciudadanía ya no confía en los partidos políticos históricos, pero en general no hay ningún partido político que esté en condiciones de avanzar un programa político alternativo o asumir un nuevo liderazgo. No obstante, las revueltas han sacudido el poder establecido en cada país y enviado potentes ondas de choque a través del orden político internacional. Parece que nos hallamos en un periodo de revueltas políticas sincronizadas, aunque no coordinadas, que exigen democracia y una vida mejor. Una situación que no es nueva.
No es la primera vez que se produce una aparente simultaneidad internacional de revueltas e incluso revoluciones. La primera de estas oleadas –casi toda una época– se desarrolló en el último cuarto del siglo XVIII con el estallido de la revolución norteamericana en 1776, seguida de la revolución francesa en 1789, de la revolución haitiana de 1804 y finalmente de las revoluciones latinoamericanas de 1810 a 1821. Otra oleada de este tipo fue la revolución europea de 1848, que inundó Francia, Alemania y el imperio austro-húngaro, y en la que podemos incluir el movimiento cartista en Inglaterra. El periodo que va de 1917 a 1919 trajo revoluciones en Rusia, Alemania, Austria y Hungría, así como en el imperio otomano. Y pese a que 1968 no produjera ninguna revolución, sí fue un año de levantamientos radicales de Francia a Checoslovaquia y a México.
Al igual que ahora, durante todos estos periodos de levantamiento radical, los hechos detonantes variaron de un país a otro, pero al mismo tiempo podían observarse elementos comunes y a menudo también dinámicas similares. Mientras que en la mayoría de los casos la burguesía se colocó tarde o temprano a la cabeza de los movimientos revolucionarios, fueron la clase trabajadora y la gente pobre las que en general marcaron el carácter radical y representaron la vanguardia de estas rebeliones.
En periodos distintos fueron condiciones diferentes las que crearon la situación prerrevolucionaria y una gran variedad de factores los que hicieron detonar los movimientos revolucionarios, pero habitualmente es posible discernir elementos comunes en cada oleada. La expansión del comercio internacional, las rivalidades imperiales y el contraste entre el antiguo régimen aristocrático y la sociedad burguesa emergente estuvieron en el origen de las revoluciones de finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. El ascenso del capitalismo en Inglaterra y después en Francia, la fábrica y después el ferrocarril, junto con el establecimiento en estos países del Estado liberal y del sistema representativo, alimentaron el conflicto de 1848 a medida que las ideas de occidente se abrieron camino hacia el este, hasta que la amenaza de una revolución de la clase obrera empujó a la burguesía a los brazos de la aristocracia, que juntas aplastaron el movimiento democrático y socialista.
La expansión y posteriormente el predominio de los financieros capitalistas y de las grandes empresas industriales en Estados rivales dieron pie al imperialismo moderno y a la guerra mundial de 1914, y la guerra, con sus millones de muertos y sus destrucciones masivas, condujo a la revolución y al colapso de los viejos imperios: Alemania, Austria-Hungría y el imperio otomano. La Revolución rusa de octubre de 1917, un levantamiento desde abajo de trabajadores y campesinos, impulsó un intento de extender los consejos obreros y la revolución socialista a toda Europa y más allá.
La fuerza motriz de las revueltas
Las revueltas actuales en todos los países que hemos mencionado vienen impulsadas por diversas fuerzas que han alterado el equilibrio de poder entre los Estados nacionales y entre las clases sociales en el interior de dichos Estados y han provocado al mismo tiempo la crisis del orden neoliberal, así como el colapso definitivo, más significativo, del orden establecido al término de la segunda guerra mundial. La transformación de China en una sociedad capitalista sumamente exitosa, el derrumbe de la Unión Soviética y del bloque del este europeo en la década de 1990 y más tarde la recesión de 2008 acabaron conjuntamente con la vieja división del mundo en países capitalistas, comunistas y del tercer mundo, o con la más reciente en países desarrollados y en vías de desarrollo. Vivimos hoy en un mundo con un mosaico de riqueza extrema y pobreza innecesaria en casi todos los países.
Las fuerzas motrices subyacentes a estos procesos –algunas de ellas apenas visibles hoy por hoy tras los chorros de los cañones de agua policiales o las nubes de gases lacrimógenos– surgen de la reorganización de la economía mundial por parte del capitalismo financiero, impulsada por el afán de lucro y de control de la economía. Durante los últimos 50 años, y a un ritmo acelerado durante los últimos 20, los magnates financieros y empresariales han transformado la industria mediante satélites y microchips, ordenadores y autómatas y nuevas formas de gestión de la mano de obra y han creado puestos de trabajo supervisados mediante sistemas de vigilancia electrónica.
El increíble aumento de la producción en todo el mundo –desde la extracción minera hasta los servicios, pasando por la industria manufacturera–, todo ello canalizado mediante tratados comerciales internacionales y distribuido por el sector logístico con sus almacenes y contenedores marítimos, ha conducido, dentro del marco económico neoliberal, a un enorme incremento de la desigualdad económica. En todas partes, la clase capitalista y sus aliados políticos se han enriquecido a expensas de las clases trabajadoras y de la gente pobre, provocando un tremendo resentimiento plenamente justificado de la mayoría de la población en países de todo el mundo.
No cabe duda de que tras la gran recesión de 2008 se abrió un nuevo periodo político en que las rebeliones se alternan con ciclos represivos, comenzando en 2011 con el movimiento de los indignados en España, Occupy Wall Street en EE UU y la primavera árabe en Oriente Medio y el norte de África. La crisis económica está asimismo en el origen de nuevos partidos y personalidades políticas nacionalistas de derechas, desde la Liga Norte en Italia hasta la Alternativa para Alemania, desde Boris Johnson en el Reino Unido hasta Donald Trump en EE UU. Las ramificaciones de la crisis todavía se sienten casi en todas partes, pese a que Norteamérica (Canadá, EE UU y México) permanece hasta ahora prácticamente inmune al contagio radical.
En todas las revueltas recientes vemos a las clases trabajadoras y a la gente pobre rebelándose y actuando fuera o incluso en contra de las organizaciones sociales e instituciones, los sindicatos y los partidos políticos que en el pasado pretendían representarlas. Cuando los partidos políticos de izquierda y las burocracias sindicales han intentado contener estos movimientos, como lo han hecho en muchos casos, la propia gente se ha desentendido o ha tratado de forzarlos a actuar, intentando desbancar a los líderes actuales y modificar la política de esas organizaciones. Al no contar con sus propios partidos políticos, a menudo la gente trabajadora ha sido incapaz de formular un programa claro, pero sus acciones combativas y sus lemas ponen de manifiesto que reclaman un tipo de sociedad totalmente distinta, en la que se escuche la voz de la clase trabajadora y se satisfagan sus necesidades.
Estas revueltas concurrentes muestran características diversas. En Francia, el movimiento de los chalecos amarillos, que durante meses protagonizaron cortes de tráfico en todo el país y después llevaron su protesta a los barrios más ricos de París, está formado por gente trabajadora que carece de sindicatos –el peluquero y el técnico de mantenimiento–, gente que no ha sido defendida por la Confederación General de Trabajadores (CGT) o el Partido Socialista. En Chile fueron estudiantes quienes originaron la revuelta al negarse a pagar la nueva tarifa de metro y saltar por encima de los torniquetes de acceso, pero cuando el gobierno puso tanques en las calles, por primera vez desde la dictadura del general Augusto Pinochet, los portuarios se declararon en huelga. En Hong Kong, desde cocineros de restaurante hasta programadores informáticos se apuntan a las manifestaciones. En Nicaragua, estudiantes y la población en general secundaron a los ancianos y ancianas para bloquear ciudades enteras con barricadas.
Casi en todas partes, los gobiernos han respondido con intentos de reprimir el movimiento utilizando a los antidisturbios, cañones de agua, gases lacrimógenos, porrazos y detenciones. En casi todas partes ha habido muertes y heridas graves. En algunos lugares, como en Hong Kong y Nicaragua, la acción policial se ha complementado con la de bandas criminales y paramilitares. En Sudán y Chile ha salido el ejército para aplastar el movimiento, mientras que cerca de Hong Kong permanece acantonado el Ejército Popular chino junto a la frontera, esperando la orden de intervenir. Sin embargo, la gente se niega a abandonar la calle, convoca a otros sectores, busca nuevos espacios para manifestarse, y la hidra de múltiples cabezas siempre asoma a la vuelta de la esquina. A medida que se extienden las revueltas, pueden comenzar a marcar el zeitgeist contemporáneo, legitimando la idea de la rebelión y planteando la cuestión de la revolución.
De todos modos, debemos ser realistas y recordar que todos estos tumultos tienen lugar en un contexto de despotismos atrincherados y Estados autoritarios que gobiernan la mayoría de países del mundo: la dictadura del Partido Comunista que gestiona el capitalismo en China, la dictadura personal de Vladímir Putin y su mafia oligárquica en Rusia, Bacher el Asad en Siria, los regímenes personalistas autoritarios de Narendra Modi en India, Recep Tayip Erdogan en Turquía y Rodrigo Duterte en Filipinas, así como el nuevo gobierno de ultraderecha de Jair Bolsonaro en Brasil. Estos regímenes mantienen subyugadas a sus poblaciones para prevenir justamente los movimientos combativos por el cambio que estamos comentando aquí.
Apoyar a la gente que se rebela
Volviendo a nuestro análisis de las propias revueltas, en las que gran parte de la población simpatiza o se une a las protestas, estas se convierten en revueltas populares, es decir, revueltas del conjunto de la población. De este modo, su carácter de clase puede resultar vago e indeterminado, por mucho que sea gente trabajadora la que las impulsa. Asimismo, sus demandas de democracia son a veces poco claras o no están suficientemente desarrolladas. Su reivindicación democrática puede ocultar las contradicciones intrínsecas entre quienes aspiran a un Estado liberal y una democracia parlamentaria –dominada por la banca y la empresa capitalista– y quienes desean una especie de democracia obrera en que cada persona tenga el mismo derecho de voz y voto. Precisamente por el hecho de que son revueltas masivas, abarcan a muchos grupos sociales e ideas muy divergentes y conocen muchas controversias y debates, cosa que es tanto necesaria como muy saludable.
El hecho de que muchas de estas revueltas sean populares y no estén dirigidas por partidos de izquierda ni se guíen por ideologías socialistas, y de que abarquen muchas corrientes contradictorias, ha causado consternación en grupos izquierdistas tanto en EE UU como en otras partes. Su confusión se deriva del hecho de que durante casi 50 años no han tenido que tratar de comprender e interpretar esta clase de movimientos populares. Cuando un manifestante de Hong Kong lleva un cartel que dice “Trump, libéranos” o un puñado de nicaragüenses acuden a Washington y hablan con congresistas republicanos, la gente de izquierda de otros países puede dar la espalda a la revuelta porque no tiene experiencia con movimientos de masas populares y sus complejidades y contradicciones. Ni siquiera en sus propios países llega a comprender muchas veces lo que está sucediendo, como en Francia, donde durante meses buena parte de la izquierda caracterizaba a los chalecos amarillos de fascistas.
Debemos reconocer, por el contrario, que las revueltas populares masivas entran en la escena política y buscan un programa y un liderazgo. La historia nos enseña que cuando las revueltas sociales devienen políticas, las direcciones, partidos y programas serán sometidas a prueba en las luchas contra el viejo orden y en la controversia entre diferentes tendencias en el seno del movimiento en torno al establecimiento de un nuevo orden. Los movimientos necesitan tiempo para elaborar sus puntos de vista, tal vez para dividirse en posiciones distintas o rivales. Y para que tengan ese tiempo, necesitan nuestra solidaridad.
En este sentido podemos discernir algunas tendencias, pese a que no son más que eso y todavía no constituyen alternativas políticas definidas. En lugares como Hong Kong, que desean mantener a raya la dictadura, o en Argelia o Sudán, donde el movimiento se alza para derribar el viejo orden dictatorial, la demanda inicial consiste en una democracia parlamentaria y la garantía de derechos civiles, lo que representa un enorme avance frente a la dictadura. Lo mismo es cierto en los casos en que la población piensa que el gobierno incumple las normas democráticas, como en Puerto Rico y Honduras.
Sin embargo, la historia enseña que en las luchas por la democracia parlamentaria, la gente trabajadora también planteará reivindicaciones económicas y sociales, mientras que sus luchas pueden crear nuevas instituciones alternativas no solo a los viejos partidos, sino tal vez incluso a la constitución vigente y al parlamento. En otros lugares, como en Francia y Chile, la lucha por cuestiones económicas se combina desde el principio con el combate por la democracia. Lo cierto, de todos modos, es que con la excepción de Argelia y Sudán, y quizás en Chile, casi ninguno de estos países se halla en una situación prerrevolucionaria, y que en prácticamente ninguno de ellos la revuelta social ha dado pie al surgimiento de un partido político revolucionario. Pero también es cierto que buena parte del mundo es actualmente un laboratorio que busca el remedio contra el capitalismo y que los científicos sociales que conducen estos experimentos están en las calles.
Todas estas luchas merecen nuestro apoyo, incondicional en muchos casos, aunque no acrítico. Apoyamos la lucha por la democracia en la calle, pero también comprendemos que, como en gran medida nos ocurre a nosotros, todavía han de aclarar sus posiciones políticas y crear las herramientas políticas necesarias para cambiar la sociedad. Asistimos a un gran movimiento concurrente desde abajo por la democracia y la justicia económica en todo el mundo y lo apoyamos.
26/10/2019
https://newpol.org/the-world-up-in-arms-against-austerity-and-authoritarianism/
Dan La Botz es maestro, escritor y activista residente en Brooklyn. Es coeditor de New Politics.
Traducción de Sergio Pawlowsky para viento sur

ESPAÑA NO ES CHILE. PERO NO HAY QUE DESANIMARSE, CON UNOS CUANTOS VOTOS A PSOE, PP, COLORINES Y CABALLOS, PODEMOS LLEGAR A SERLO



EDITORIAL. De cómo la derecha aprendió geografía y supo que Venezuela no es Chile

 
TERCERAINFORMACIÓN / 03/11/2019 

Cuando el intento de golpe de Estado en Venezuela financiado una vez más por la derecha interna y externa, se produjeron situaciones de violencia. Hubo muertos, heridos y detenidos porque el gobierno legítimo de Nicolás Maduro tuvo a bien defenderse de los golpistas de la extrema derecha. Esta situación, unida luego al autoproclamado Guaidó como «presidente»apoyado por gobiernos genuflexos como el de Sánchez, hizo que personajes como Pablo Casado, Alberto Rivera, Bertín Osborne y demás escuálidos salieran a la Puerta del Sol en Madrid a mostrar su solidaridad contra lo que ellos llamaron la «represión bolivariana comunista». Llevaron iniciativas al parlamento, a los ayuntamientos, en las televisiones y tertulias de los brazos mediaticos del régimen no se hablaba de otra cosa, Maduro pasó a ser alguien tan conocido como Rajoy. Pese a su empeño y sus dineros no consiguieron ejecutar el golpe, y eso que la marquesa Cayetana (hoy portavoz del PP en el Congreso) fue enviada por el diario «El Mundo» a transmitir en directo el fin del chavismo, pero ni por esas.

Hoy Chile vive un escenario de protestas generalizadas por la imposibilidad de acceder a la salud, la educación, la canasta básica, la vivienda, el transporte. Las marchas multitudinarias han provocado que el gobierno de Piñera hable de «guerra», que haya 1.300 heridos, un número de muertos aún por confirmar pero que supera los 20, violaciones y torturas que la propia ONU ha pedido investigar, militares por las calles y…. los Casado/Rivera/Sánchez y demás prebostes guardan silencio. Son cosas internas en las que no hay que meterse, que es una manera eufemística de decir que Piñera no solo es de los nuestros sino que no entendemos qué está pasando en Chile porque tiene la mejor economía de América latina y el neoliberalismo se puso allí a prueba con éxito, al decir de los economistas del capitalismo. Por eso es tan bienvenido y tranquilizador el comentario de Donald Trump que todo lo que sucede en Chile se ha cocinado en el extranjero, en el eje del mal quiso decir; Venezuela, Cuba, RPDC, Irán, Rusia, China. Un razonamiento tan novedoso del jefe del imperio impide a sus seguidores hacer mociones de repulsa en las instituciones y que se tenga que ir a la Puerta del Sol a protestar. Más que mejor, que luego siempre hay alguien que pone música del comunista Victor Jara.

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QUE ESTO DE LA DEMOCRACIA ES MUY DIFICIL PARA MÍ, OIGA, QUE NO LO ENTIENDO. ¿LA DEMOCRACIA ES QUE USTED ME OBLIGA A ELEGIR ENTRE LOS TRES QUE ME VAN A DEJAR SIN PENSIONES Y ME VAN A METER EN UNA GUERRA INCIVIL O DE LAS OTRAS QUE TAMPOCO SON CIVILES, Y TENGO QUE ELEGIR A UNO DE ELLOS? A LO MEJOR LA DEMOCRACIA ES OTRA COSA QUE NO SEA ELEGIR PSOE, PP, COLORINES O CABALLOS



El granero del bipartidismo, 26 pequeñas provincias dan el 30% de los escaños

Rebelión
Público.es
30.10.2019

Sin cambiar la antidemocrática Ley Electoral el bipartidismo imperfecto en España será… ´eterno`. En las provincias de menos de 7 escaños -que son la mayoría- las terceras fuerzas se quedan sin representación.


La suma de la población de estos territorios no alcanza el 20% del total del Estado, pero aporta 101 escaños a la Cámara Baja. PP y PSOE han tenido siempre el escaño garantizado en estas circunscripciones. 
 
Entre Soria (88.600 habitantes) y Navarra (647.554 habitantes) hay 23 provincias de menos de 600.000 habitantes que, junto a Jaén (68.099 habitantes) representan un 19,6% de la población de España. Sin embargo, la dimensión del retrato demográfico de estos territorios no se corresponde con la de la representación en el Congreso de los Diputados.

En estas 26 provincias, que aportan entre dos y cinco escaños, se eligen a 101 de los 350 diputados que componen la Cámara Baja, es decir, casi un 30% de los representantes en todo el Estado. El hecho de que el sistema electoral tenga como circunscripción la provincia ha sido objeto de debate desde su constitución, y los detractores de la fórmula han denunciado que el sistema adolece de una “sobrerrepresentación” de las provincias más pequeñas que no es equitativa con los territorios más poblados.

Más allá de este debate, la fórmula electoral parece haber favorecido a las dos formaciones del bipartidismo (PSOE y PP) históricamente, pero sobre todo tras la irrupción de los denominados nuevos partidos (Ciudadanos y Podemos) en el escenario electoral. Esto es así porque en pasados comicios los de Pedro Sánchez y los de Pablo Casado siempre se han asegurado la representación en todos los territorios que aportan entre dos y cinco escaños al Congreso.

En función del ciclo electoral y político (con el PP o con el PSOE como la primera fuerza del país), una de las dos formaciones se ha garantizado la victoria en escaños y la otra, al menos, obtener representación. Con la irrupción de los nuevos partidos, la formación en peor momento político se ha visto obligada a competir en estos territorios con alguna de las fuerzas emergentes que compartían espacio ideológico, que han logrado obtener representación en detrimento del PP o del PSOE.

En 2016 fue Unidos Podemos el más favorecido en esta pugna, y el 28-A fue Ciudadanos (en detrimento de los conservadores), pero sin lograr alcanzar, en ninguno de los casos, la representación obtenida por el bipartidismo, que puede constatar que estos territorios representan auténticos “graneros” de votos y escaños incluso en sus peores momentos políticos.

En Cuenca, Guadalajara, Huesca, Palencia, Segovia, Teruel, Zamora y Ávila se juegan 3 escaños. Salamanca, Ourense, Lugo, Lleida, León, La Rioja, Cáceres, Burgos, Araba y Albacete aportan 4 diputados cada una. Se disputan 5 escaños en Valladolid, Navarra, Jaén, Huelva, Ciudad Real, Castellón y Cantabria.

En todas estas provincias, tanto en abril como en 2016, el ganador siempre fue el PP o el PSOE, y quien no quedó en primer lugar, no bajó del segundo; excepto en Lleida y Araba, donde los partidos territoriales (ERC, JxCat, PNV, Bildu…) cambian en algunos sentidos los escenarios electorales (en 2016 el PP logró ser la segunda fuerza más votada en Araba).

El PP obtuvo el 40% de sus escaños de estas provincias

El PSOE obtuvo 42 escaños en estas pequeñas provincias, de los 123 diputados que consiguió en las pasadas elecciones, es decir, los socialistas obtuvieron el 34% de sus escaños en estas circunscripciones, de ahí la importancia de la denominada “implantación territorial” de los partidos en todas las provincias.

Pero si las cifras del PSOE en las últimas elecciones pueden ofrecer una idea de la importancia de estos territorios en las convocatorias electorales, el ejemplo del PP es todavía más representativo. Los de Pablo Casado sufrieron una importante caída en los comicios del 28 de abril, alcanzando su mínimo histórico con 66 escaños (a tan solo 9 diputados de la tercera fuerza política a nivel estatal, Ciudadanos).

De los escaños totales que consiguió el partido conservador un 40% vino de estas pequeñas provincias (que no aglutinan ni al 20% de la población total). Los de Casado obtuvieron 27 diputados en estas 26 circunscripciones, sin contar con Navarra, donde se presentaron en coalición con UPN y Ciudadanos bajo las siglas de Navarra Suma.

Tener garantizada la representación en estas pequeñas provincias fue vital para que PP y PSOE aguantaran el embate de Podemos y de Ciudadanos en 2016 y en las elecciones de abril. En cuanto a estas dos formaciones, su capacidad para disputar el voto en estas circunscripciones fue crucial para sus ciclos electorales. En 2016 Unidos Podemos obtuvo 15 escaños en estos territorios (de los 69 que consiguieron a nivel estatal), mientras que en los últimos comicios, donde cayeron hasta los 42 escaños, obtuvieron cuatro (Araba, Navarra, Huelva y Castellón).

Cuando Cs obtuvo 32 escaños en 2016, solo consiguió representación en tres de estas circunscripciones (Cantabria, Castellón y Valladolid). En los últimos comicios, donde creció hasta los 57 escaños, los de Rivera obtuvieron 18 diputados en estos territorios.

 
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LO PRIMERO ES QUE VA A VENIR EL LOBO, AUNQUE EL CABALLO DE SANTIAGO ABASCAL YA HAYA LLEGADO, Y LO SEGUNDO ES QUE MIENTRAS TANTO, VOY CON EL CANTARILLO A LA FUENTE OTRA VEZ. Y EL QUE NO LO ENTIENDA ES QUE NO LO ENTIENDE


Hablemos de nuevo del pánico que sufrió la Reserva Federal de los EEUU (FED) en septiembre de 2019 y de las soluciones a la crisis

1ro de noviembre por 
 Eric Toussaint
CADTM
Comité para la abolición de las deudas ilegítimas 


Como recordatorio, a partir del 17 de septiembre de 2019, la Reserva Federal de Estados Unidos inyectó masivamente una enorme liquidez en los bancos ya que existía en ese momento una situación totalmente anormal en el mercado de Repo [1] , este acrónimodesigna el mecanismo por el cual los bancos se financian a plazos muy cortos: mediante un acuerdo de venta y posterior recompra, en un plazo muy corto, de títulos, generalmente, de deuda soberana. Por ejemplo, los bancos pueden depositar durante 24 horas títulos del tesoro de Estados Unidos u obligaciones de empresas que tiene una calificación de AAA (como garantía o colateral del préstamo que efectúan). A cambio de esos títulos, obtienen liquidez con un tipo de interés próximo o igual al tipo director fijado por la Fed, cercano al 2 % [2].

¿Quién les provee de esa liquidez para un corto plazo? Los prestamistas son sus homólogos en el mercado interbancario u otras instituciones financieras, por ejemplo los fondos de inversión monetaria como los Money MarketFunds [3]. A partir del 16 de septiembre, se presentó una situación de crisis: los bancos para poder financiarse en el mercado de Repo debían hacerlo con un tipo de interés anormalmente alto, el mercado interbancario [4] estaba casi a seco, de ahí la expresión creditcrunch, o sea, los bancos no querían prestarse dinero líquidos entre sí, incluso por 24 horas. Los otros prestamistas (por ejemplo, los Money MarketFunds) aprovecharon la situación para exigir una remuneración más alta. Mientras que el tipo normal es del orden del 2 %, los prestamistas exigían hasta el 10 %.

En consecuencia, los grandes bancos llamaron a la puerta de la Fed y le pidieron que actuara como prestamista de reemplazo, y con tipos de interés considerados normales. Es decir alrededor del 2 %. En principio, la Fed dudó en hacerlo, sin embargo luego intervino masivamente en un clima de fuerte incertidumbre, incluso de pánico [5] , inyectando el 17 de septiembre de 2019 más de 50.000 millones de dólares de liquidez [6]. Y por lo tanto, la Fed sustituyó a los mercados.

Es curioso constatar que por parte de los comentaristas financieros de los grandes medios de comunicación privados o públicos, nadie señala que los mercados que se supone que se autoregulan, en realidad no funcionan como deberían hacerlo. Los grandes medios, por otro lado fuertemente ligados al mundo bancario y a los grandes fondos de inversión, se callan sobre el hecho de que, una vez más, es la autoridad pública la que tiene que ir a rescatar a los grandes bancos y ayudar al mercado a continuar funcionando. Después de haber inyectado 53.000 millones de dólares en los bancos, sustituyendo al mercado interbancario y a los otros prestamistas privados, la Fed renovó cada día sus aportes de liquidez hasta un máximo cotidiano de 75.000 millones de dólares,desde el segundo día. E incluso pasó a 100.000 millones de dólares. Mientras escribo este artículo, la Fed prosigue diariamente sus intervenciones y ha anunciado que lo continuará haciendo [7]

Así que, en resumen, la crisis prosigue. Los mercados afectados no han vuelto a la «normalidad». Las explicaciones sobre la intervención de la Fed en fenómenos puramente puntuales –como la factura de los impuestos a pagar por los bancos en una determinada fecha, o la inestabilidad del precio del petróleo debido al cierre de dos refinerías de Arabia Saudí– no permiten explicar una situación que continúa durante más de tres semanas. Veremos más adelante que la otra explicación propuesta, o sea, el peso exagerado de la reglamentación en materia de liquidez, tampoco es convincente y sirve a los intereses directos de los grandes bancos privados.

Situación paradojal 

Como ya lo expliqué muchas veces, los bancos no tienen falta de liquidez… En efecto, la Fed inyecto masivamente liquidez en el sistema bancario estadounidense desde 2008.

El problema, por lo tanto, no es una falta estructural de liquidez sino la utilización que hacen los bancos de la misma. Para decirlo simplemente, utilizan el dinero puesto a su disposición para comprar masivamente deuda. Compran títulos públicos garantizados por los Estados y, en particular para los bancos de Estados Unidos, títulos del Tesoro estadounidense. También compran en gran cantidad títulos emitidos por las grandes empresas privadas (bancos, empresas industriales, sector informático, comercial, sector extractivo-minero, petrolero…). Se trata de dos grandes categorías de títulos: títulos seguros de empresas con calificación AAA como Apple, poco remuneradores, por una parte y junkbonds por la otra. Se denominan junkbonds a las obligaciones emitidas por empresas que tienen mala reputación, es decir una calificación baja (BBB, CCC,…) Estos junkbonds ofrecen rendimientos altos pero no son seguros. Los bancos también compran productos estructurados que pueden ser altamente tóxicos.

El comportamiento de los bancos responden a una lógica capitalista: lograr un máximo de beneficio en el tiempo más corto posible. En consecuencia, sus dirigentes buscan tener en reserva la mínima liquidez posible en su tesorería ya que ese dinero que «duerme en el cajón» del banco no produce ninguna remuneración. Por consiguiente, los bancos compran todos los títulos que pueden, lo que, a su parecer, les producirá el mejor rendimiento a corto plazo. Compran títulos seguros (títulos del Tesoro de Estados Unidos) que pueden colocar en repo o en otras formas como colateral con el fin de obtener dinero líquido, con el que a su vez compran junkbonds u otros títulos financieros (productos estructurados, derivados, swaps, etc.) que pueden producir un rendimiento considerable.

Mientras la Fed mantiene ese alto nivel de inyección de liquidez en el mercado bancario (al comprar la propia Fed títulos a los bancos que, a su vez, éstos compraron al Tesoro estadounidense o a empresas privadas), los bancos utilizan ese dinero para la compra de títulos diversos y variados y, en algunos casos, de acciones. O sea, que se completa el círculo, en este caso vicioso, produciendo una primera burbuja especulativa en el mercado obligatorio (o sea, el mercado de los títulos, el bond market), una segunda en el mercado bursátil y una tercera en el inmobiliario. Efectivamente, los bancos no invierten en la economía real, y prestan muy poco a pequeñas y medianas empresas para inversiones en producción. Esa acción de los bancos sostenida y alentada, de hecho, por la política de la Fed —y en Europa por la política del BCE y del Banco de Inglaterra, en Japón por la política del Banco de Japón, y en China por la política de su Banco Central— conduce a lo que se llama, según el economista J. M. Keynes, la trampa de la liquidez. [8]

¿Ignora la Fed las señales enviadas por los mercados?

Algunos dicen que la Fed ignora las señales del mercado. En primer lugar, pienso que es peligroso retomar esa fórmula que tiene un aspecto mágico, y que mantiene el mito de que la acción a ciegas de las fuerzas del mercado contribuye al buen funcionamiento de la economía.

La religión de los mercados

Casi todos los dirigentes políticos, ya sean de la izquierda tradicional o de la derecha, ya sean del Sur o del Norte, cultivan un verdadero culto a los mercados y, en particular, al mercado financiero. Habría que decir, más bien, que fabrican una religión de los mercados. Todos los días y en todos los hogares que tengan televisión o una conexión internet se escucha una misa para honorar al dios Mercado: es el momento en que se informa de la evolución de la cotización en la Bolsa y las expectativas de los mercados financieros. El dios Mercado envía sus señales mediante la voz de un o una periodista de economía, o de un o una cronista sobre finanzas. Y no solamente es cierto para todos los países más industrializados sino también para la mayor parte del planeta. Ya sea que estemos en Shanghái o en Dakar, en Río de Janeiro o en Johannesburgo, en Bruselas o en Atenas, recibiremos las «señales enviadas por los mercados». Para amplificar, en el espíritu de los creyentes, la potencia de los dioses de los Mercados, los y las comentaristas anuncian periódicamente que «ellos» han enviado señales a los gobiernos indicando su satisfacción o su descontento. 

Los lugares en los que los dioses son susceptibles de manifestar sus humores con mayor potencia son Wall Street en Nueva York, la City de Londres, las Bolsas de París, Fráncfort o Tokio. Para medir su descontento se han inventado instrumentos que llamamos índice Dow Jones en Nueva York, Nikkei en Tokio, CAC40 en Francia, Ibex35 en Madrid… Para asegurarse del beneplácito de los dioses, los gobiernos sacrifican los sistemas de seguridad en el altar de la Bolsa. También privatizan. Y también vigilan que el reparto del valor añadido se haga siempre a favor del capital en detrimento del trabajo.


¿Por qué se les ha otorgado atributos religiosos a simples operadores? Ni son desconocidos ni puros espíritus. Tienen un nombre y una dirección: son los principales directivos de doscientas grandes transnacionales que dominan la economía mundial con la ayuda del G7, la complacencia del G20 y de instituciones como el FMI, que ha vuelto, gracias a la crisis, al primer plano. Los inversores institucionales (grandes bancos, fondos de pensiones, aseguradoras, hedgefunds, etc.) que dominan los mercados recibieron de los gobiernos billones de dólares bajo forma de donaciones o préstamos que sirvieron para ponerlos nuevamente en marcha después de la debacle de 2007-2008.


Es necesario luchar contra el fundamentalismo y el radicalismo de los mercados financieros. Hay que desarmarlos. Se debe romper con el sistema capitalista sobre el que se erigió la religión de los mercados. 


En realidad, creo que la situación es más compleja: la Fed sabe perfectamente que la salud de los bancos es mala y es en parte falso que ignore las señales que envían. Por el contrario, le debemos reprochar que se rindiera ante las exigencias de los mercados y exigirle cambios radicales concernientes a la política, las misiones y la estructura misma de los bancos centrales.

La Fed sabe muy bien que la riqueza de los directivos y de los accionistas de los grandes bancos privados va en aumento mientras que prosiguen y amplifican, día tras día, sus prácticas inaceptables. Y esas prácticas conducirán a una próxima y feroz crisis. La Fed sabe también que la economía estadounidense va mal a pesar de las fanfarronadas de Trump, y a pesar de un porcentaje de desocupación históricamente bajo. Esa tasa de desempleo es falsamente tranquilizadora y, de hecho, es engañosa ya que los patrones apoyados por los sucesivos gobiernos han obligado a los trabajadores y trabajadoras a aceptar contratos cada vez más precarios y mal pagados. Además, millones de desempleados han renunciado a hacer las gestiones oficiales para ser indemnizados (cobrar subsidio de desempleo) y así desaparecen de las listas de desempleados. La Fed sabe muy bien que la supuesta buena salud de la economía estadounidense reposa sobre una montaña de deudas privadas y públicas que sirve esencialmente a la especulación, y que llevará tarde o temprano a una nueva crisis mayor. A ello agreguemos que el crecimiento de la producción del sector industrial en Estados Unidos es muy bajo en 2019, pudiendo llegar a la estagnación, o francamente a la recesión en 2020. [9]. Además las inversiones en el sector industrial han bajado en los dos últimos trimestres.Las exportaciones de productos manufacturados descienden.

La Fed sabe que si aumentara los tipos de interés [10] y si no se inyectara constantemente liquidez, algunas grandes empresas (incluidos los bancos) quebrarían. La Fed sabe que, si se preocupara realmente de la prevención de los riesgos bancarios y por ello pidiera a los bancos aumentar sus fondos propios y la liquidez que deberían guardar en tesorería, se produciría una «sublevación», entrarían en pánico y llamarían a Trump. Por consiguiente, la Fed se pliega a las exigencias de los mercados sin entusiasmo pero dócilmente. En este caso, las exigencias de los mercados son claramente lo que exigen una quincena de grandes bancos privados de Estados Unidos (de los que cuatro poseen 377.000 millones de dólares en reservas líquidas y son: JPMorgan Chase, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo) y los grandes fondos de inversión como BlackRock, por ejemplo.
Lo que es seguro es que la situación del sector financiero privado en Estados Unidos (y en todo el mundo) es muy inquietante, pues de lo contrario ¿por qué la Fed inyectaría liquidez en forma permanente desde el 17 de septiembre? [11]

Y, al mismo tiempo y con el fin de combatirlos, es imprescindible entender las exigencias y las motivaciones de los bancos y sus aliados.

En cuanto a lo que pasa en Estados Unidos desde mediados de septiembre de 2019, estoy persuadido de que los grandes bancos explotan la situación presionando a las autoridades de control y a la Fed para que reduzcan el porcentaje de liquidez exigida a los bancos con el fin de poder enfrentarse a riesgos sistémicos muy reales. Efectivamente, desde la crisis de 2008, las autoridades de control exigen de los bancos sistémicos que conserven permanentemente en su tesorería una cantidad suplementaria de liquidez (suplementaria con respecto a la situación de antes de 2008) para hacer frente a cualquier accidente.

Aprovechando el sostén del que se benefician por parte de la administración Trump, del laxismo de la Fed y de las autoridades de control, los bancos quieren obtener una reducción del porcentaje de liquidez que deben conservar en tesorería. Y quieren eso para poder utilizarla legalmente en la compra de títulos financieros de riesgo y la posterior especulación con los mismos. Por lo que la «sequía» del mercado interbancario puede ser en parte provocada y/o mantenida por esa estrategia. Continuando con ese objetivo, los bancos están llevando a cabo una campaña en la prensa para hacer creer al público que esa exigencia de liquidez (para hacer frente a un posible accidente del tipo del de septiembre de 2008) es lo que provoca dificultades en el mercado interbancario. Por lo tanto, los bancos ejercen una enorme presión sobre la Fed y sobre la autoridad de control para que sea anulada la exigencia de ese excedente de liquidez.

Los bancos sistémicos ya consiguieron que el gobierno de Trump se comprometiera a hacer lo necesario para anular, a partir de enero de 2020, una medida conocida con el nombre de Volker’s rule (regla de Volker). Esta regla fue introducida en 2013 durante la presidencia de Barack Obama en el marco de la ley Dodd-Franck, aprobada como consecuencia de la crisis financiera de 2007-2008. Esa regla prohíbe a los bancos especular con el dinero de los depositantes. Más allá de la volatilidad de los mercados financieros, el promotor del texto, Paul Volcker, un exdirector de la Reserva federal, juzgaba que la actividad de trading por cuenta propia desviaba a los bancos de su tarea primordial de financiación de la economía.

Pero los bancos quieren ir más lejos y cuestionan la liquiditycoverage ratio(ratio de liquidez a corto plazo o LCR) [12] adoptada en Estados Unidos y en el resto del mundo después de la crisis de 2008. En virtud de esa regla, los establecimientos financieros deben conservar suficientes activos líquidos para cubrir los gastos netos de tesorería por un período de 30 días en situación de crisis.

También los bancos cuestionan el porcentaje de liquidez que deben conservar en su tesorería en forma permanente (en inglés: intradayliquidity), lo que completa y se agrega al liquiditycoverage ratio. Por otro lado, el mercado de repoes el lugar donde los bancos, a primera hora de la mañana, van a completar sus necesidades de liquidez todos los días con el fin de cumplir con sus obligaciones legales. El lobby de los grandes bancos afirma que el monto que se les exige es demasiado elevado y que fue eso lo que produjo la crisis abierta el 17 de septiembre de 2019. El Financial Times dedicó un artículo sobre ese tema que tuvo un título sugestivo «Fedanalysesregulation ’s role in suddenratesrise» que sería «La Fed analiza la función de la regulación cuando se produce un aumento repentino de los tipos de interés», publicado el 2 de octubre en la versión papel. Pero el 1 de octubre había sido publicado en forma digital con otro título: «Fedwrestleswith role of regulation in repo squeeze» que sería«La Fed lidia con el rol de la regulación sobre la restricción del mercado de los repo».El artículo abunda prudentemente en el sentido de la argumentación avanzada por el lobby bancario de Estados Unidos. Por otro lado, el lobby bancario europeo interviene en el mismo sentido con respecto a la aplicación de la ratio de liquidez en la Unión Europea y en el Reino Unido. En lo que concierne a la Unión Europea, dedicaré próximamente un artículo específico en relación al balance de la acción del BCE bajo la dirección de Mario Draghi (2011-2019).

Está claro que no fue la obligación de los bancos de conservar en forma permanente la liquidez suficiente para hacer frente a una crisis lo que provocó la falta de liquidez en el mercado de repo en Estados Unidos. La verdadera causa fue la voluntad de los bancos de utilizar al máximo en la especulación la liquidez de que disponen para conseguir el mayor beneficio posible para sus accionistas y sus directivos.

También es muy importante completar el panorama sobre la situación de los bancos. Y también lo es dar la voz de alarma sobre los riesgos con los que los «mercados financieros» amenazan a la sociedad e insistir sobre la crisis del mercado de repo en Estados Unidos. También debemos ser conscientes del tremendo aumento de la concentración bancaria en Estados Unidos, disminuyendo fuertemente, por ende, la competencia entre los bancos ya que se ha establecido un verdadero oligopolio. O sea, un cártel bancario que presiona de forma permanente sobre los poderes públicos con el fin de que se lleven a cabo políticas que beneficien sistemáticamente al gran capital. Ese cártel bancario es responsable de comportamientos totalmente contrarios a los intereses de la mayoría de la población: imposición de contratos hipotecarios abusivos como la crisis de las subprime lo reveló y los numerosos procesos que siguieron: contratos leoninos en materia de deudas de estudiantes —la deuda estudiantil supera en Estados Unidos 1,5 billones de dólares y afecta a 44 millones de personas—, manipulación de los tipos de interés (Libor), especulaciones con las materias primas, blanqueo del dinero de los cárteles de la droga, inversiones en actividades que agravan la crisis climática… [13]
Debemos también denunciar el dinero que cobran los directivos de los bancos y los dividendos que se llevan los accionistas privados. Denunciar el hecho de que, a pesar de los muchos delitos y crímenes cometidos por los banqueros, ninguno fue condenado a prisión y a ningún gran banco se le ha retirado la licencia bancaria en EEUU. Consideremos el caso del banco Walls Fargo, cuarto de Estados Unidos en términos de capitalización bursátil y de control del mercado bancario, que pudo proseguir sus actividades a pesar de que la justicia estadounidense había demostrado que sus directivos presionaron deliberadamente a sus empleados a crear de la nada 3.500.000 cuentas bancarias «ficticias» o «fantasmas», con el fin de aumentar los beneficios del banco gracias a las comisiones pagadas por los clientes [14] . Y el banco solamente pagó una multa [15] .

No debemos esperar a la próxima crisis para adoptar medidas claras concernientes a los bancos y pasar a la acción

Ya tenemos reunidos los factores, quetanto en Estados Unidoscomo en otras de las grandes economías del planeta, pueden provocar una nueva crisis financiera brutal, de amplitud mundial, [16]. Pero no hay que esperar a que estalle para actuar. Porque además de tratar de evitar los efectos de una nueva crisis financiera, es necesario actuar para terminar con las prácticas cotidianas de los bancos capitalistas. También se tiene que cambiar radicalmente el estatus y la misión de los Bancos Centrales.

Hay que tomar medidas inmediatas

Y una de ellas es confiar una nueva misión al Banco Central: conceder préstamos a los gobiernos con tipo de interés cero. Al contrario de lo que ha hecho la Fed (o el BCE dado los tratados europeos), el Banco Central debe tener la capacidad de permitir la financiación a tipo de interés cero del Estado y del conjunto de los actores públicos nacionales y locales (colectividades, hospitales, organismos para vivienda social, etc.) con el fin de llevar a cabo políticas socialmente justas en el marco de la lucha contra la crisis ecológica.

Es necesario lograr una nueva reglamentación bancaria que debe imponer [17]:
►Un aumento significativo de los fondos propios de los bancos en sus balances, hasta llegar al 20 %.
►Unas medidas útiles para obligar a los bancos a sanear sus operaciones fuera de balance, imponiéndoles la aclaración y resolución de todas las operaciones especulativas y todas las otras transacciones de riesgo sin interés real para la sociedad.
►La prohibición de las relaciones entre bancos de depósitos y bancos de negocios.
► La prohibición de la titulización. Por lo tanto, cada una de las actividades llevará consigo el riego que genera, mediante exigencias reglamentarias adaptadas.
►La prohibición del trading de alta frecuencia.
►La prohibición de la especulación.
►La prohibición de los mercados de mutuo acuerdo.
►La prohibición de cualquier relación de los establecimientos bancarios con el shadowbanking y los paraísos fiscales y judiciales.
►La eliminación del secreto bancario.
►El enjuiciamiento sistemático de los directivos bancarios responsables de delitos y crímenes financieros y el retiro de la licencia bancaria a las instituciones que no respetan las interdicciones y son culpables de malversaciones.
►La instauración de una verdadera responsabilidad financiera de los grandes accionistas, especialmente durante las quiebras. Se debe restaurar la responsabilidad ilimitada de los grandes accionistas con el fin de que la recuperación del coste de sus actividades peligrosas pueda efectuarse sobre el total de su patrimonio.
►El aumento de los impuestos a los bancos para obligarlos a participar en el esfuerzo de recaudación del país.
Pero no es suficiente.

Se necesitan medidas más radicales [18]

Porque los capitalistas demostraron hasta qué punto eran capaces de cometer delitos y correr riesgos —de los que rechazan las consecuencias— con el único objetivo de aumentar sus beneficios, porque sus actividades conllevan periódicamente un coste extremadamente pesado para la colectividad, porque la sociedad que queremos construir debe estar guiada por la búsqueda del bien común de la justicia social y de la reconstitución de una relación equilibrada entre los humanos y los otros componentes de la naturaleza, hay que socializar el sector bancario. Como lo propone FrédéricLordon, se trata de realizar «una desprivatización integral» del sector bancario. [19]

Sustraer a la población y a los poderes públicos de la influencia de los mercados financieros
Socializar el sector bancario significa:

►La expropiación sin indemnización (o como única indemnización un euro o un dólar simbólico) a los grandes accionistas, mientras que los pequeños accionistas serían indemnizados.
►La concesión al sector público del monopolio de la actividad bancaria con una excepción: la existencia de un sector bancario cooperativo de pequeño tamaño, pero sometidos a las mismas regulaciones que el sector público.
►La definición —con participación ciudadana— de un estatuto con los objetivos a alcanzar y sobre las misiones que se deben proseguir, que pone el servicio público del ahorro, del crédito y de la inversión al servicio de las prioridades definidas según los procesos de planificación democrática.
►La transparencia de las cuentas que deben presentarse al público de manera comprensible.
►La creación de un servicio público del ahorro, del crédito y de la inversión con una doble estructura: por una parte, una red de pequeños establecimientos próximos a la población, y por la otra, organismos especializados a cargo de las actividades de gestión de fondos y de financiación de inversiones no garantizadas por los ministerios a cargo de la salud pública, de la educación, de la energía, de los transportes públicos, de las pensiones, de la transición ecológica, etc. Los ministerios deberán estar dotados de unos presupuestos necesarios a la financiación de inversiones concernientes a sus atribuciones. Los organismos especializados intervendrían cuando los ámbitos y las actividades excedieran las competencias y las esferas de acción de esos ministerios, con el fin de asegurar que se complete toda la operación.

Imaginemos lo que eso significaría si se concretara: los bancos privados habrían desaparecido, es decir, que después de su expropiación (con indemnización para los pequeños accionistas), su personal habría sido afectado al servicio público bancario y a las aseguradoras, con una garantía por antigüedad, con salarios hasta un máximo autorizado con el fin de limitar fuertemente los salarios demasiado altos para reducir la diferencia salarial, y con una mejora de las condiciones de trabajo (abandono del benchmarking [20] y prácticas de ventas obligatoria). Se constituirá un nuevo sistema de contratación que respetará las normas del reclutamiento en los servicios públicos.

Bancos al servicio de la población

Se tendrá que acabar con la situación en la que hay un exceso de agencias bancarias en competición en las grandes ciudades y una penuria o ausencia de sucursales en las pequeñas ciudades, pueblos o barrios populares. Se tendrá que desarrollar una densa red de agencias locales con el fin de aumentar de forma importante la accesibilidad a los servicios bancarios y a las aseguradoras, con personal competente para responder a las necesidades de usuarias y usuarios, de acuerdo a la misión de servicio público. Nadie puede ser excluido del acceso a un servicio público bancario que debe ser gratuito.

Loa agentes locales del servicio público gestionarán las cuentas corrientes y recibirán el ahorro de usuarias y usuarios que estará totalmente garantizado. El ahorro será gestionado sin correr riesgos. Ese ahorro estará afectado, bajo control ciudadano, a la financiación de proyectos locales y de inversiones de más largo alcance centrados en la mejora de las condiciones de vida, la lucha contra el cambio climático, el abandono de la energía nuclear, el desarrollo de circuitos cortos, la financiación de la ordenación territorial respetando normas sociales y ambientales rigurosas, etc. Los ahorradores y las ahorradoras podrán elegir el o los proyectos que desean financiar.

Las agencias locales concederían créditos sin riesgos a personas, familias, pequeñas y medianas empresas y estructuras privadas locales, a las asociaciones, a las colectividades locales y a los establecimientos públicos. Podrán afectar una parte de sus recursos a proyectos de mayor escala pero siempre en el marco de una política concertada.

Bancos al servicio de la comunidad
 
El hecho de que las agencias locales gestionen medios financieros de tamaño razonable para usos locales o para proyectos más amplios que se presentarán de forma precisa, o sea, con el establecimiento de un calendario de programación y de mecanismos de seguimiento que permitan controlar claramente el uso de los fondos y la buena puesta en marcha del proyecto— facilitaría el control de los y las diferentes protagonistas.

Los proyectos locales a financiar serán definidos de manera democrática con un máximo de participación ciudadana. Las agencias locales estarán también a cargo de los contratos de seguros para las personas físicas y jurídicas.

Apoyar la transición hacia una economía social, sostenible y ecológica
Por otra parte, los ministerios a cargo de la salud pública, de la educación, de la energía, de los transportes públicos, de las pensiones, de la transición ecológica, etc., dispondrán de medios de financiación provenientes de los presupuestos del Estado.

Unas agencias transversales especializadas intervendrán en ámbitos y actividades que excedan las competencias y las esferas de acción de un solo ministerio. Tendrán por objetivo garantizar misiones específicas o transversales definidas con participación ciudadana, como el programa de abandono de la energía nuclear, incluido el tratamiento seguro a largo plazo de los residuos nucleares.

El sector bancario socializado permitirá reconstituir un circuito virtuoso de financiación de los poderes públicos: éstos podrán emitir títulos que serán adquiridos por el servicio público sin pasar por las imposiciones de los mercados financieros.

Aunque haya aspectos del proyecto que se deben elaborar colectivamente, estamos en la fase preparatoria de la puesta en marcha de un sistema completamente nuevo, Eso demanda un ambicioso trabajo colectivo de puesta en común de ideas y propuestas. Y ese trabajo acaba de comenzar.

Control ciudadano en todos los niveles
Control ciudadano: control ejercido por los trabajadores y trabajadoras, usuarios y usuarias, los cargos electos locales, pequeñas, medianas y microempresas, artesanos y artesanas y otros/otras trabajadores/as independientes y delegados y delegadas del tejido asociativo.

A ese control ciudadano se agrega el control de las autoridades de supervisión bancaria.
La palabra «socialización» se utiliza de preferencia a «nacionalización» o a «estatización» para indicar claramente hasta qué punto es esencial el control ciudadano, con un reparto de decisiones entre directivos y directivas, de representantes de asalariados y asalariadas, de clientes, de asociaciones, de cargos electos locales, que se completa el control con los y las representantes de las instancias bancarias públicas nacionales y regionales. Por lo tanto es necesario definir democráticamente el ejercicio de un control ciudadano activo. Así mismo, es necesario alentar el ejercicio de un control de actividades de los bancos por parte de los trabajadores del sector bancario y su participación activa en la organización del trabajo. Las direcciones de los bancos deben remitir anualmente un informe público transparente y comprensible sobre su gestión. Hay que privilegiar un servicio de proximidad y de calidad que rompa con las políticas de externalización llevadas a cabo actualmente. También es necesario alentar al personal de los establecimientos financieros para asegurar a las y los clientes un auténtico servicio de asesoramiento y erradicar las políticas comerciales agresivas de ventas obligatorias.

La socialización del sector bancario y de las aseguradoras y su integración en los servicios públicos permitirán:

►Sustraer a la población y a los poderes públicos de la influencia de los mercados financieros.
►Financiar los proyectos de la población y de los poderes públicos.
►Dedicar la actividad bancaria al bien común, teniendo entre sus misiones la de facilitar la transición de una economía capitalista, productivista y perjudicial a una economía social, sostenible y ecológica.

Porque consideramos que la moneda, el ahorro, el crédito, la seguridad del efectivo en caja y la preservación de la integridad de los sistemas de pago son de interés general, preconizamos la creación de un servicio público bancario mediante la socialización de la totalidad de las empresas del sector bancario y de seguros.

Porque los bancos son en la actualidad una herramienta esencial del sistema capitalista y de un modo de producción que saquea el planeta, genera un reparto desigual de los recursos, provoca guerras, aumenta la pauperización, recorta cada día un poco más los derechos sociales y ataca las instituciones y las prácticas democráticas, es esencial tomar su control y hacer de los bancos una herramienta al servicio de la comunidad.
La socialización del sector bancario no puede pensarse como un eslogan o una reivindicación que será autosuficiente y que los decisores aplicarían después de haber sentado cabeza. Debe concebirse como un objetivo político a alcanzar en el marco de un proceso llevado a cabo por una dinámica ciudadana. No solo es necesario que los movimientos sociales organizados existentes (entre ellos los sindicatos) hagan de eso una prioridad en sus agendas y que los diferentes sectores (colectividades locales, pequeñas y medianas empresas, asociaciones de consumidores, etc.) se posicionen en ese sentido, sino también y sobre todo, que se sensibilice a los empleados y empleadas de los bancos sobre el papel que tiene su trabajo y al interés que tendrían en ver a sus bancos socializados. Y que las usuarias y los usuarios sean informados en el lugar en que se encuentren (por ejemplo: ocupaciones de agencias bancarias en todos lados el mismo día) con el fin de participar directamente a la definición de lo que debe ser un banco.

La socialización del sector bancario y el apoyo popular, condiciones necesarias para cualquier cambio de modelo.

Solamente enormes movilizaciones pueden garantizar que la socialización del sector bancario sea realizable en la práctica, ya que esta medida afecta al núcleo del sistema capitalista.

Si un gobierno de izquierda no toma medidas como esta, su acción no podrá provocar un verdadero cambio radical necesario para romper con la lógica del sistema capitalista y desarrollar un nuevo proceso de emancipación. Quitarle a los capitales privados el sector bancario mediante la socialización es una acción precia a la puesta en marcha de un programa económico con ruptura con el capitalismo y su lógica.

La socialización es la previa imprescindible a la puesta en marcha de un programa de ruptura con el capitalismo y su lógica.

Actualmente, la socialización de la totalidad del sistema bancario y de las compañías de seguros es una necesidad urgente económica, social, política y democrática.

La socialización del sector bancario y de las aseguradoras es un ítem fundamental de un proyecto más amplio que comporta otras medidas que permitan desarrollar una transición hacia un modelo poscapitalista y posextractivista. Un programa así debería tener una dimensión internacional aunque su puesta en marcha involucre un solo país o un pequeño número de países. Debería incluir el abandono de las políticas de austeridad, la reorientación radical de las misiones del Banco Central, la anulación de las deudas públicas y privadas ilegítimas, la constitución de una reforma fiscal integral con una fuerte imposición al capital, la reducción generalizada de la jornada de trabajo con contratos compensatorios y mantenimiento del salario, la socialización del sector de la energía, del agua y de la salud, medidas para asegurar la igualdad entre mujeres y hombres, el desarrollo de los servicios públicos y de la protección social así como el establecimiento de una política concreta de lucha contra la crisis ecológica.


Traducido por Griselda Pinero
Notas
[1Un repo es una operación de recompra en la que una entidad financiera vende a un inversor un activo con el compromiso de comprarlo en una fecha determinada a un precio determinado. Esta operación también se conoce como reporto, ‘RepurchaseAgreement’ o ‘Sale and RepurchaseAgreement’. Definición dada por el banco español BBVA.
[3LosMoney MarketFunds (MMF) son sociedades financieras de Estados Unidos y de Europa, muy poco, o nada, controladas ni reglamentadas puesto que no tienen licencia bancaria. Forman parte del shadowbanking. En teoría, los MMF efectúan una política prudente pero la realidad es muy diferente. El gobierno de Obama había pensado en regularlos ya que, en caso de quiebra, existe un gran riesgo de tener que rescatarlos con dinero público. Pero no se ha hecho ninguna modificación.
[4Mercado interbancario: Mercado reservado a los bancos para intercambiar entre ellos activos financieros y pedirse o concederse préstamos a corto plazo.
[5En la prensa francesa, Véase Le Figaro: «Pourquoi la Fed panique?» https://www.lefigaro.fr/vox/economie/pourquoi-la-fed-panique-20190927, publicado el 27 de septiembre de 2019.
[6La Fed para poder inyectar liquidez a los bancos recompró a los mismos, principalmente, bonos del Tesoro.
[7Véase la entrevista televisada publicada por la agencia Bloomberg: https://www.bloomberg.com/news/articles/2019-10-04/new-york-fed-extends-its-repo-operations-through-october.
[10La Fed bajo la tasa de interés el dia 30 octubrepor tercera vez en el transcursodel 2019.
[11Véase el artículo de Martine Orange, «La FED en soutienpermanentd’un marché monétairecassé», https://www.mediapart.fr/journal/international/091019/la-fed-en-soutien-permanent-d-un-marche-monetaire-casse?onglet=full, publicado el 9 de octubre de 2019 por Mediapart.
[12Banco de pagos internacionales, Basilea III: Ratio de liquidez a corto plazo y herramientas de seguimiento del riego de liquidez, https://www.bis.org/publ/bcbs238_fr.pdf, publicado en 2013.
[13Véase la serie de artículos que dediqué a ello (http://www.cadtm.org/Los-bancos-y-la-nueva-doctrina-Too) que espero poder actualizar en los meses vinientes.
[14EL PAÍS, «Wells Fargo eleva a 3,5 millones el fraude de las cuentas fantasma» https://elpais.com/economia/2017/08/31/actualidad/1504187252_022398.htmlpublicado el 31 agosto 2017
[15El País, «El consejero delegado de Wells Fargo dimite bajo una intensa presión» https://elpais.com/tag/wells_fargo/a Publicado el 28 de marzo de 2019.
[17Este enunciado de medidas inmediatas proviene de Jeanne Chevalier, Patrick Saurin y ÉricToussaint: ¿Qué medidas debería tomar un gobierno popular con respecto a los bancos? Enhttp://www.cadtm.org/Que-medidas-deberia-tomar-un-gobierno-popular-con-respecto-a-los-bancos, publicado el 30 de marzo de 2018.
[18Véase Éric Toussaint y Patrick Saurin: « Comment socialiser le secteur bancaire » en http://www.cadtm.org/Comment-socialiser-le-secteur-bancaire, publicado el 18 de junio de 2018. En castellano, se puede consultar:http://www.cadtm.org/Que-podemos-hacer-con-los-bancos
[19Frédéric Lordon, « L’effarante passivité de la « re-régulation financière » », enChanger d’économie, les économistes atterrés, Les liens qui libèrent, 2011, p. 242. Agreguemos que la socialización de la totalidad del sector bancario está preconizada por el sindicato Sud BPCE.
[20El benchmarkinges una herramienta de supervisión a los trabajadores cuyos resultados, accesibles a todo el personal en forma permanente, son comparados de manera continua mediante una clasificación que estigmatiza a los y las considerados/as con menor rendimiento. Es una técnica de gestión y control por estrés, muy extendida en las grandes empresas que tiene por fin la emulación malsana.
Eric Toussaint es maître de conférence en la Universidad de Lieja, es el portavoz de CADTM Internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia.
Es autor de diversos libros, entre ellos: Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona 2015,, Procès d’un homme exemplaire, Ediciones Al Dante, Marsella, 2013; Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria, 2010; La Deuda o la Vida (escrito junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global, El Viejo Topo, Barcelona, 2010; La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos, Gakoa, 2002. Es coautor junto con Damien Millet del libro AAA, Audit, Annulation, Autre politique, Le Seuil, París, 2012.
Coordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego. Esta comisión funcionó, con el auspicio del Parlamento, entre abril y octubre de 2015. El nuevo presidente del Parlamento griego anunció su disolución el 12 de noviembre de 2015. A pesar de ello, la comisión prosiguió sus trabajos y se constituyó legalmente como una asociación sin afán de lucro

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