viernes, 22 de abril de 2022

Por primera vez en dos meses

 

Por primera vez en dos meses

 

DIARIO OCTUBRE / abril 22, 2022

 


Dmitry Steshin.— Ninguno de nosotros era consciente de que en unas horas se iba a tomar en Moscú la decisión más racional: bloquear a los nazis de Azov en sus mazmorras y dejar que se coman a sí mismos, se merecen unos a otros. O que se entreguen. Mientras tanto, Azovstal estaba siendo puesto patas arriba y asaltado. Tan cerca como era posible, la guerra se asemejaba a las batallas en las ciudades de Siria: Homs, Alepo o las afueras de Damasco. Cierto, en Oriente Medio nadie sueña siquiera con un uso tan masivo de artillería y aviación.

Pero, a los detalles. Por ejemplo, solo es posible moverse por esta metrópolis industrial entre los agujeros de las paredes. Quienes avanzan son grupos de asalto usando mazos y explosivos o proyectiles durante el bombardeo. Avanzamos sobre nuestra casa por un hueco en la esquina. No quiero mirar hacia abajo. Sobre nosotros, un soldado sentado en una silla de oficina tiene una ametralladora a sus pies. Es quien dirige a este periodista sobre dónde es mejor poner el pie y a qué agarrarse.

El único lugar seguro en este edificio es un pasillo de veinte metros que no tiene ni puertas ni ventanas. Todo el personal del grupo de asalto se reúne aquí para todo menos para disparar. Corremos por las puertas agachados, pero el otro lado el edificio ya está en la retaguardia. Se ha colocado una cocina de campaña ahí: se están calentando raciones de carne en lata. Está lleno de marcos, polvo en el suelo, ventanas rotas y puertas destrozadas. Llego a tiempo para la segunda fase de la operación: el barrido final. Nuestro comandante, el sonriente soldado de nombre de guerra Les [bosque] nos cuenta dónde nos hemos metido: “el enemigo está a 600 metros a nuestra izquierda. En teoría, puede disparar a través del pasillo, ¿pero para qué haría eso a estas alturas?”. Las palabras de Les no necesitan explicación. A juzgar por las constantes voleas de howitzers, el enemigo a nuestra izquierda no tiene con qué contrarrestar. Pero a lo largo de la fachada de nuestro edificio, el enemigo está a 200 metros. Los grupos de asalto trabajan allí, nuestra tarea es no dejar que el enemigo escape de ahí.

El hangar es impresionante, gigante. Les me muestra un mapa secreto: tiene cien metros de ancho y 300 de largo. Lo miro a través de un tuvo espía, con el periscopio por el pasillo. Solo veo el tejado gris, porque el edificio está camuflado entre unos arbustos a los que ya les han salido las hojas.

No comprendí inmediatamente por qué Les mostraba tanta confianza. Resulta que, como miembro del grupo de asalto de Vostok, pasó 17 días completamente rodeado en un edificio de nueve pisos en las afueras de Mariupol. Les hacían llegar provisiones con un cable suspendido con un dron. Sin embargo, nuestros artilleros a menudo rompían ese camino de vida con la metralla. Les cuenta: “¡Jamás he pasado tanto frío!” y hasta le da un escalofrío, una reacción muscular a algo que el cuerpo ya ha superado hace más de un mes.

“¿De dónde sacabais agua?”

“De las cisternas de los baños y de las calderas. Había 20 de los nuestros y 15 civiles. Sobrevivimos”.

Un soldado se acerca al comandante: “Les, nuestro sótano aún no está barrido, inspeccionado y asegurado. No está claro qué hay en la parte de atrás, hay un cuerpo, puede que tenga documentos o que esté minado”.

El grupo de personas que quiere a asegurar el sótano crece rápidamente, ya son cinco. A la entrada realmente hay un cuerpo, una persona con el uniforme de Metinvest. Los perros se han comido sus piernas y no tiene cabeza. Pasamos. Sigo sin entender por qué hay sótanos de este tamaño. Está vacío, salvo por unos uniformes nuevos en el suelo. Sobre ellos hay una barbilla humana. Otra vez los perros caníbales. En la esquina del sótano encontramos lo que estábamos buscando: una pequeña puerta. Detrás de ella hay una habitación con un gran tanque de acero lleno de agua industrial. Hay ventilación sobre el tanque y lo atraviesa el distante sol. Hay una escalera de madera junto al tanque. Les resume la situación: “Chicos, todo está claro. Corrían aquí a por agua. Haremos barricadas y lo minaremos. Los chicos arrastran viejos carteles y señales de cambio de divisas hasta el sótano. Cerramos la puerta de acero al garaje con un mazo. Ya está. Podemos respirar.

Arrastro un trozo arrancado de puerta, algunos jerséis y un puf. Me aprieto el casco, me cubro las rodillas e intento calentarme. El edificio lleva congelado desde el año pasado, las tuberías de calefacción han volado. Al recostarme en el puf, bromeo: “Ahora soy un verdadero experto militar de sofá”.

Nuestro edificio es un semicírculo y las posiciones enemigas son bombardeadas sin cesar. Si te fijas en la pared, se puede ver cómo tiembla e incluso se deforma. Lanzo a los chicos unos caramelos. ¡Quién habría imaginado la felicidad y la emoción de compartir unos dulces! Todos se llevan dos. Solo un tristón y alto soldado cubierto con una balaclava me pregunta: “¿No hay pan?”

Todos se ríen de él: “Bueno, Seryoga, eres un verdadero hombre de Mariupol, empiezas cada conversación con el pan”. El chico realmente es de Mariupol. Él y su padre llevan ocho años luchando. Me avergüenzo un poco y para apagar las bromas de los demás soldados, digo: “Ayer traje todo un maletero de pan y una bolsa de linternas. Antes de la guerra, no sabíamos el valor que tienen el pan y la luz. ¿Tienes familia en la ciudad?”

Seryoga sonríe: “Aquí, estoy volviendo a Mariupol poco a poco. Llevo ocho años sin venir. Conseguimos sacar a la abuela, no quedaba nadie más. El piso se quemó. ¿Por qué lucho? Es simple: o estamos en esta tierra nosotros, o estarán ellos. No sé cómo explicarlo en la tele”.

Cuando el enemigo empieza a golpear con especial potencia, aparece una pareja de francotiradores de nuestro grupo. Vienen a calentarse y a por comida caliente. Resulta que llevan ahí callados, como haría cualquier francotirador, todo este tiempo, como ratones en una emboscada. ¿Dónde? Es un secreto militar. Les está intranquilo, molesto con estos constantes ruidos. Las salidas también se producen sin parar, aunque desde fuera parece que nuestro grupo está relajado, saboreando los caramelos.

Dos tanques bordean nuestro edificio, avanzando en círculo y disparando. Después se para y detienen los motores. En el hangar, a 200 metros de donde nos encontramos, empieza una batalla a través de la valla. Después se detiene. No son disparos de armas ligeras sino de ametralladoras de gran calibre. Silencio, bombardeo, más bombardeo. Un walkie-talkie se activa en el pecho de Les: “Dos muertos y un herido. ¿Cuándo viene la ambulancia? ¿Veinte minutos? Que venga a la puerta, rápido”.

“Luchan como el diablo, saben cómo luchar”, dicen los soldados. Recuerdo en voz alta la sorprendentemente precisa frase de Igor Strelkov en septiembre de 2014: “¿Por qué no hemos podido capturar el aeropuerto de Donetsk en todo este tiempo?”. Strelkov respondió: “Porque son rusos luchando contra rusos”. En respuesta a estas palabras, un soldado saca una bolsa de basura y muestra un pequeño libro. Dice que lo ha recogido en el edificio anterior. Es una publicación cara, en inglés. Es un “álbum de la memoria” de los soldados ucranianos que murieron en 2014-2015. Lo miramos y nos lo pasamos unos a otros. Se me ocurre: “Cualquiera de este libro podría estar en nuestro grupo, la caras son las mismas, el equipamiento es el mismo”.

Les se da cuenta: “Solo es distinto en la cabeza”.

El comandante de nuestros artilleros me recoge por la noche y me lleva a la base del batallón. Las batallas han terminado. El hangar, en el que se han empleado docenas de vagones de munición en un solo día, ha sido liberado solo a medias. Según los soldados, no será posible asegurar la zona industrial de Azovstal hasta dentro de una semana o dos. Creo que hay que escuchar la opinión de estos soldados. Pero en el momento de escribir estas líneas, el Kremlin ha tomado la decisión más racional: que no haya duelos con Azov en estas mazmorras. No hay nadie para rescatarlos. Que se queden ahí sentados y piensen si han vivido sus vidas correctamente o han cometido algún error.

Y así, inmediatamente después de la decisión de Putin, Mariupol quedó en silencio. Por primera vez en dos meses.

FUENTE: kp.ru

VÍA:slavyangrad.es

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Sesión informativa del Ministerio de Defensa ruso (22.04.2022)

 

Sesión informativa del Ministerio de Defensa ruso (22.04.2022)

 

DIARIO OCTUBRE / abril 22, 2022

 


https://diario-octubre.com/wp-content/plugins/wp-emoji-one/icons/25FB.pngLas Fuerzas Armadas rusas continúan la operación militar especial en Ucrania.

https://diario-octubre.com/wp-content/plugins/wp-emoji-one/icons/1F4A5.pngHasta un batallón de personal enemigo con armas y equipo militar fue destruido en las inmediaciones de la estación ferroviaria de Milioratnoye como resultado de un ataque con misiles Kalibr de largo alcance y alta precisión.

https://diario-octubre.com/wp-content/plugins/wp-emoji-one/icons/1F4A5.pngLos misiles aéreos de alta precisión de Rusia atacaron tres instalaciones militares ucranianas durante la noche.

https://diario-octubre.com/wp-content/plugins/wp-emoji-one/icons/25FB.pngUn sistema ucraniano de misiles tierra-aire S-300 fue destruido cerca de la localidad de Novoselka.

https://diario-octubre.com/wp-content/plugins/wp-emoji-one/icons/25FB.pngUn puesto de mando y una zona de concentración de personal y equipo militar ucraniano fueron alcanzados cerca de Aleksandrovka. Hasta 80 nacionalistas, así como 23 blindados y vehículos de vrios tipos fueron destruidos. Además, un misil aire-aire de alta precisión derribó un vehículo aéreo no tripulado ucraniano.

https://diario-octubre.com/wp-content/plugins/wp-emoji-one/icons/1F4A5.pngLa aviación operativa y táctica de la Fuerza Aérea rusa atacó 58 instalaciones militares ucranianas. Entre ellos: cuatro puestos de mando, tres depósitos de combustible, así como 51 zonas de concentración de personal y equipo militar ucraniano.

https://diario-octubre.com/wp-content/plugins/wp-emoji-one/icons/1F4A5.pngLas fuerzas de cohetes y artillería realizaron 1.285 misiones de fuego durante la noche. Nueve depósitos de combustible y 37 puestos de mando y control fueron destruidos. 1221 fortificaciones, lugares de acumulación de personal y equipo militar del enemigo fueron destruidos.

https://diario-octubre.com/wp-content/plugins/wp-emoji-one/icons/1F4A5.pngLas fuerzas de defensa aérea rusas destruyeron siete vehículos aéreos no tripulados ucranianos en las zonas de Staromayorskoe, Yasinovataya, Staromikhailovka y Kalinovka en la República Popular de Donetsk, así como en Aleksandrovka y Tokarevo en la región de Kherson.

https://diario-octubre.com/wp-content/plugins/wp-emoji-one/icons/1F4A5.pngAdemás, un sistema de misiles tierra-aire Buk-M3 cerca de Donetskoye derribó en el aire a un misil táctico ucraniano Tochka-U.

https://diario-octubre.com/wp-content/plugins/wp-emoji-one/icons/1F4CA.pngDesde el inicio de la operación militar especial se han destruido un total de 140 aviones, 106 helicópteros, 520 vehículos aéreos no tripulados, 257 sistemas de misiles tierra-aire, 2.448 tanques y otros vehículos blindados de combate, 271 lanzacohetes múltiples, 1.062 cañones de artillería de campaña y morteros, y 2.289 vehículos militares especiales.

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El orgullo nacional de los gran rusos

 

Tal día como hoy en 1870 nacía Vladímir Ilich Uliánov, Lenin. En diciembre de 1914 publicaba este artículo en defensa del derecho de autodeterminación de todas las naciones oprimidas por los gran rusos, con mención explícita a Polonia y Ucrania.


El orgullo nacional de los gran rusos

 

Vladimir Lenin

El Viejo Topo

22 abril, 2022 

 


¡Cuánto se habla, se discute y se grita ahora acerca de la nación y de la patria! Los minitros liberales y radicales de Inglaterra, un sinfín de publicistas “avanzados” de Francia (que están de completo acuerdo con los publicistas de la reacción), un enjambre de escritorzuelos oficiales, demócratas constitucionalistas y progresistas (incluso algunos populistas y “marxistas”) de Rusia, todos exaltan de mil maneras la libertad y la independencia de la “patria”, la grandeza del principio de independencia nacional.

Es imposible distinguir dónde termina el venal adulador del verdugo Nicolás Románov y de los torturadores de negros y de los habitantes de la India, y dónde empieza el pequeño burgués adocenado que sigue “la corriente” por estupidez o falta de carácter. Pero ni siquiera importa distinguirlo. Nos encontramos ante una corriente ideológica muy amplia y muy profunda cuyas raíces están sólidamente enlazadas con los intereses de los señores terratenientes y capitalistas de las naciones dominantes. Decenas y centenares de millones se gastan al año en la propaganda de las ideas que convienen a esas clases: el molino es grande y recibe agua de todas partes, empezando por el convencido chovinista Ménshikov y terminando por los chovinistas que lo son por oportunismo o por falta de carácter (Plejánov y Máslov, Rubanóvich y Smirnov, Kropotkin y Búrtsev).

Probemos también nosotros, los socialdemócratas rusos, a definir nuestra posición ante esta corriente ideológica. Estaría mal que nosotros, representantes de una nación dominante del extremo Este de Europa y de una buena parte de Asia, olvidásemos la colosal importancia del problema nacional -sobre todo en un país al que con razón se denomina “cárcel de pueblos”- en un período en que, precisamente en el extremo Este de Europa y en Asia, el capitalismo está despertando a la vida y a la conciencia toda una serie de naciones “nuevas”, grandes y pequeñas; en un momento en que la monarquía zarista ha puesto en pie de guerra a millones de rusos y “alógenos” para “resolver” una serie de problemas nacionales conforme a los intereses del Consejo de la Nobleza Unificada[1] y de los Guchkov, los Krestóvnikov, los Dolgorúkov, los Kútler y los Ródichev.

¿Nos es ajeno a nosotros, proletarios conscientes rusos, el sentimiento de orgullo nacional? ¡Pues claro que no! Amamos nuestra lengua y nuestra patria, ponemos todo muestro empeño en que sus masas trabajadoras (es decir, las nueve décimas partes de su población) se eleven a una vida consciente de demócratas y socialistas. Nada nos duele tanto como ver y sentir las violencias, la opresión y el escarnio a que los verdugos zaristas, los aristócratas y los capitalistas someten a nuestra hermosa patria. Nos sentirnos orgullosos de que esas violencias hayan promovido resistencia en nuestro medio, entre los rusos, de que de ese medio saliera un Radíschev, salieran los decembristas y los revolucionarios del estado llano de los años 70, de que la clase obrera rusa formara en 1905 un poderoso partido revolucionario de masas, de que el mujik ruso empezara a convertirse, al mismo tiempo, en un demócrata y a barrer al pope y al terrateniente.

Recordamos que el demócrata ruso Chernyshevski, al consagrar su vida a la causa de la revolución, dijo hace medio siglo: “Mísera nación de esclavos, todos esclavos de arriba abajo”[2]. A los rusos, esclavos manifiestos o encubiertos (esclavos respecto a la monarquía zarista), no les gusta recordar estas palabras. A nuestro juicio, en cambio, son palabras de verdadero amor a la patria, de nostalgia por la falta de espíritu revolucionario en la masa de la población rusa. Entonces no lo había. Ahora, aunque no mucho, lo hay ya. Nos invade el sentimiento de orgullo nacional porque la nación rusa ha creado también una clase revolucionaria, ha demostrado también que es capaz de dar a la humanidad ejemplos formidables de lucha por la libertad y por el socialismo, y no sólo formidables pogromos, hileras de patíbulos, mazmorras, hambres formidables y un formidable servilismo ante los popes, los zares, los terratenientes y los capitalistas.

Nos invade el sentimiento de orgullo nacional, y precisamente por eso odiamos, en forma particular, nuestro pasado de esclavos (citando los terratenientes aristócratas llevaban a la guerra a los mujiks para estrangular la libertad de Hungría, Polonia, Persia y China) y nuestro presente de esclavos, cuando los mismos terratenientes, auxiliados por los capitalistas, nos llevan a la guerra para estrangular a Polonia y Ucrania, para ahogar el movimiento democrático en Persia y China, para afianzar a la banda de los Románov, Bóbrinski y Purishkévich, que constituyen un oprobio para nuestra dignidad nacional de rusos. Nadie tiene la culpa de haber nacido esclavo; pero el esclavo que rehúye aspirar a su propia libertad y, encima, justifica y embellece su esclavitud (llamando, por ejemplo, a la estrangulación de Polonia, Ucrania, etc., “defensa de la patria” de los rusos), semejante esclavo es un miserable lacayo que despierta un sentimiento legítimo de indignación, de desprecio y repugnancia.

“El pueblo que oprime a otros pueblos no puede ser libre”,[3] decían los más grandes representantes de la democracia consecuente del siglo XIX, Marx y Engels, que llegaron a ser los maestros del proletariado revolucionario. Y nosotros, obreros rusos, impregnados del sentimiento de orgullo nacional, queremos a toda costa una Rusia libre e independiente, autónoma, democrática, republicana, orgullosa, que base sus relaciones con los vecinos en el principio humano de la igualdad, y no en el principio feudal de los privilegios, humillante para una gran nación. Precisamente porque la queremos así, decimos: en la Europa del siglo XX (aunque sea en el extremo Este de Europa) no se puede “defender la patria” de otro modo que luchando por todos los medios revolucionarios contra la monarquía, los terratenientes y los capitalistas de la propia patria, es decir, contra los peores enemigos de nuestra patria; los rusos no pueden “defender la patria” de otro modo que deseando, en cualquier guerra, la derrota del zarismo, como mal menor para las nueve décimas partes de la población de Rusia, pues el zarismo no sólo oprime en el terreno económico y político a estas nueve décimas partes de la población, sino que las desmoraliza, humilla, deshonra y prostituye, acostumbrándolas a oprimir a otros pueblos, acostumbrándolas a encubrir su oprobio con frases hipócritas de seudopatriotismo.

Se nos objetará, quizá, que, aparte del zarismo y bajo su amparo, ha surgido y se ha fortalecido ya otra fuerza histórica, el capitalismo ruso, que realiza una labor progresiva, centralizando en lo económico y uniendo en un todo vastísimas regiones. Pero esta objeción no justifica, sino que acusa con mayor energía aún a nuestros socialistas chovinistas, a los que debería llamarse socialistas del zar y de Purishkóvich (como Marx llamó a los lassalleanos socialistas del rey de Prusia). Supongamos, incluso, que la historia decide la cuestión a favor del capitalismo ruso de nación grande y opresora en contra de ciento y una pequeñas naciones. Esto no es imposible, pues toda la historia del capital es una historia de violencia y saqueo, de sangre y lodo. Nosotros en modo alguno somos partidarios incondicionales de naciones indefectiblemente pequeñas; en igualdad de otras condiciones, estamos absolutamente en pro de la centralización y en contra del ideal pequeñoburgués de las relaciones federativas. Pero incluso en semejante caso, primero, no es cosa nuestra, no es cosa de demócratas (sin hablar ya de socialistas) ayudar a los Románov-Bóbrinski-Purishkévich a estrangular a Ucrania, etc. Bismarck realizó a su manera, a lo junker, una labor histórica progresista, pero ¡menudo “marxista” sería el que, por esta razón, pensase justificar el apoyo socialista a Bismarck! Además, Bismarck ayudaba al desarrollo económico unificando a los alemanes dispersos, que eran oprimidos por otros pueblos. En cambio, la prosperidad económica y el rápido desarrollo de Rusia exigen que se libre al país de la violencia que ejercen los rusos sobre otros pueblos. Y esta diferencia la olvidan nuestros admiradores de los casi Bismarck rusos genuinos.

Segundo, si la historia decide la cuestión a favor del capitalismo ruso de gran nación dominante, de ello se deduce que será tanto mayor el papel socialista del proletariado ruso como impulsor principal de la revolución comunista, engendrada por el capitalismo. Pero la revolución del proletariado requiere una larga educación de los obreros en el espíritu de la más completa igualdad y fraternidad nacionales. Por tanto, desde el punto de vista de los intereses precisamente del proletariado ruso es imprescindible una prolongada educación de las masas en el sentido de defender del modo más enérgico, consecuente, audaz y revolucionario la completa igualdad de derechos y el derecho a la autodeterminación de todas las naciones oprimidas por los rusos. El interés del orgullo nacional (no entendido servilmente) de los rusos coincide con el interés socialista de los proletarios rusos (y de todos los demás proletarios). Nuestro modelo seguirá siendo Marx, quien, después de vivir varios decenios en Inglaterra, se hizo medio inglés y exigía la libertad y la independencia nacionales de Irlanda en beneficio del movimiento socialista de los obreros ingleses.

En cambio, nuestros chovinistas socialistas patrios, como Plejánov, etc., etc., en el último e hipotético caso que hemos considerado, resultarán traidores no sólo a su patria, a la Rusia libre y democrática, sino también a la fraternidad proletaria de todos los pueblos de Rusia, es decir, a la causa del socialismo.

Lenin, 12 de diciembre de 1914.

Notas.

[1] Véase V. I. Lenin, op. cit., t. XII, nota 7. (Ed.)

[2] Cita un pasaje, Prólogo, la novela de N. G. Chemishevski. (Ed.)

[3] C. Marx, Literatura de emigrados. (Ed.)

Fuente: Tomo 26 de la edición castellana de las Obras Completas de Lenin de la editorial Progreso.

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Analista militar estadounidense: la historia de Bucha es un verdadero montaje

 

Analista militar estadounidense: la historia de Bucha es un verdadero montaje

 

DIARIO OCTUBRE / abril 22, 2022



El analista militar estadounidense Scott Ritter ha señalado que la historia de Bucha es un verdadero montaje. De hecho, el experto subraya que para comprender mejor la situación, es necesario saber que el número de víctimas civiles en Ucrania es relativamente bajo en comparación con otras operaciones militares llevadas a cabo en el mundo. Como experto en la operación estadounidense en Iraq y examinando los datos proporcionados por Kiev, Scott Ritter compara el número oficial de muertes de civiles en Iraq y Ucrania.

En su comparación, la tasa de bajas civiles en la operación rusa es 7 veces menor que la de casi todas las guerras modernas libradas por EEUU, incluida la campaña iraquí, donde la proporción fue de 1 combatiente por 1 no combatiente. Por cierto, según el experto estadounidense, el ejército ruso logró mantener buenas relaciones con la población local hasta tal punto que los soldados rusos incluso intercambiaron sus raciones secas por productos lácteos con civiles ucranianos.

Para el especialista estadounidense, tras la retirada del ejército ruso, los civiles que intercambiaron sus raciones secas con las de los rusos fueron considerados “colaboradores” y fueron ejecutados sin juicio. Por lo tanto, sus cuerpos se utilizaron como elementos decorativos para la puesta en escena de la “Masacre de Bucha”.

Scott Ritter también plantea varias preguntas importantes.

En primer lugar, la mayoría de los muertos llevaban cintas blancas en los antebrazos. Entonces, el ejército ruso no podía confundir a los civiles con saboteadores ucranianos.

En segundo lugar, las raciones secas rusas aparecieron junto a muchos muertos, lo que confirma la probabilidad de ejecución de los llamados “colaboradores” por parte de los ucranianos.

Tercero, los cuerpos que no usaban cintas blancas tenían las manos atadas con estas cintas.

Y finalmente, los cadáveres que habrían estado supuestamente esparcidos durante 11 días tirados en aceras y calles a temperaturas bajo cero aparecen con buen aspecto.

Ritter también cita el testimonio de un periodista mexicano que preparó un informe justo después de que Kiev permitiera a los periodistas ir a Bucha. Su video muestra personas asesinadas recientemente.

FUENTE: Press TV / Al Manar

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BULGARIA. Los socialistas avisan que abandonarían el gobierno si sus socios envían armas a Ucrania

 

BULGARIA. Los socialistas avisan que abandonarían el gobierno si sus socios envían armas a Ucrania

 



INSURGENTE.ORG / 21 abril 2022


El diputado del Partido Socialista Búlgaro (PSB), Kristian Vigenin, dijo hoy que esa organización podría perder su presencia en el Gobierno si envía ayuda militar a Ucrania.

El comité de asuntos internacionales de la Asamblea Nacional no ha considerado el tema de la ayuda militar a Ucrania.

La reunión respectiva fue pospuesta porque en las propuestas sobre ayuda a Kiev, presentadas por el Partido Demócrata junto con Ciudadanos por el Desarrollo Democrático y la Unión de Fuerzas Democráticas, había inconsistencias legales.

Bulgaria declaró previamente que no suministrará armas y municiones a Ucrania, pero a principios de abril el gobierno decidió enviar dos mil cascos y chalecos antibalas.

Vigenin, miembro del BSP, dijo que centrarse en la ayuda militar a Ucrania era «inexplicable» y que el BSP apoya todos los demás aspectos de la ayuda a Kiev.

“Lo hacemos no solo por nosotros, no solo por nuestras creencias, sino porque creemos que a Bulgaria le conviene actuar con cautela y moderación. A Bulgaria le interesa que el gobierno no vaya en contra de la opinión de una gran parte de los ciudadanos búlgaros, ni cree preocupaciones y tensiones innecesarias. Si se revisa esta posición, estamos listos para revisar nuestra participación en el gobierno”, dijo Vigenin durante la sesión del parlamento.

Agregó que el país no ha exportado armas y equipos militares a Ucrania hasta el momento y que los parlamentarios del BSP no estarían de acuerdo con esto en el futuro.

El gobierno de Bulgaria está respaldado por una coalición de cuatro partidos liderada por Change Continues y que también comprende el BSP, Bulgaria Democrática y  There Are Such People (ITN) del ex showman Slavi Trifonov. Los cuatro partidos se unieron a fines de 2021 después de que dos elecciones generales a principios de año no lograron formar un gobierno. 

Sin embargo, recientemente han aparecido divisiones entre los miembros de la coalición. Además de la disputa sobre la ayuda militar a Ucrania, ITN está en desacuerdo con los otros miembros de la coalición por el nombramiento de un nuevo gobernador del banco central.

La semana pasada, la ministra de Economía, Kornelia Ninova, líder del BSP, dijo que no firmaría una decisión sobre el envío de armas a Ucrania y que estaba lista para dejar su cargo si fuera necesario.

“Si el parlamento toma tal decisión [de proporcionar ayuda militar a Ucrania], no firmaría tal documento. Pueden reemplazarme si quieren, pero no voy a firmar ese documento”, dijo Ninova. También argumentó que esto era en interés de Bulgaria y no solo de la política del BSP.

Agencias/ Prensa Latina

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Periodismo de luto: El Imperio da un paso más para extraditar a Julián Assange por informar de las atrocidades de EE.UU.

 

Periodismo de luto: El Imperio da un paso más para extraditar a Julián Assange por informar de las atrocidades de EE.UU.

 

INSURGENTE.ORG. / 21 abril 2022

 

 


Julián Assange está en la actualidad preso en Londres, tras una larga estancia en la sede diplomática de Ecuador-. Su delito es haber denunciado con pruebas que en 2010 y 2011 hubo abusos de EEUU en su centro de detención de Guantánamo (Cuba) y crímenes de guerra en la ocupación de Irak y Afganistán, a cargo de los militares de EE.UU. La publicación de estas informaciones generó la ira de las autoridades norteamericanas, acostumbradas a la impunidad absoluta en sus desmanes imperialistas y a tener a sus terminales mediáticas siempre a su servicio.

La llamada justicia de EE.UU está esperando con ansia que Assange sea extraditado para condenar sus «desmanes» informativos, aunque ellas hayan sido demostradas con prueblas inequívocas, por lo que la decisión hace unas horas del juez Paul Goldspring de la Corte de Magistrados de Westminster remitiendo a la ministra británica del Interior, Priti Patel, para que firme la orden de extradición a Estados Unidos del fundador de WikiLeaks, es una excelente noticia para ellos. Julian Assange sería juzgado en EE.UU por espionaje, por la publicación de cientos de miles de documentos a partir de 2010.

Assange es su enmigo a batir por tamaña osadía. Su caso es la constatación de que la «libertad de prensa» y capitalismo son incompatibles.

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