miércoles, 2 de febrero de 2022

Sindicatos alternativos reivindican en Valencia la derogación de las reformas laborales

 

500 personas participan en Valencia en la concentración convocada por CGT, Intersindical, CNT y COS

Sindicatos alternativos reivindican en Valencia la derogación de las reformas laborales

 

Por Enric Llopis

Rebelion / España

 | 02/02/2022 | España


Fuentes: Rebelión [Imagen: CNT Valencia]


Barcelona, Pamplona, Santiago de Compostela, Bilbao, San Sebastián, Vitoria… Son algunas de las ciudades del estado español en las que se celebraron –el 29 y 30 de enero- manifestaciones contra la reforma laboral aprobada por el Gobierno (PSOE y Unidas Podemos).

Precisamente el 3 de febrero, fecha prevista para votar la convalidación del Decreto (sobre la reforma) en el Parlamento, el sindicalismo alternativo ha impulsado una concentración frente al Congreso de los Diputados “Contra la No reforma laboral”.

En Valencia la concentración tuvo lugar el 28 de enero, convocada por la CNT, Intersindical Valenciana, CGT y la Coordinadora Obrera Sindical (COS)-L’Horta, con el lema “Per la derogació de les reformes laborals. Prou mentides!” (la consigna hace referencia a las reformas aprobadas por el gobierno del PSOE, en 2010; y del PP, en 2012).

En la acción participaron cerca de 500 personas, congregadas en la calle Colón/plaza Los Pinazo, entre unos conocidos grandes almacenes y el edificio que acogió –de manera provisional- la sede de la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana.  

Los manifestantes clamaron, dirigidos por la megafonía, “Reforma laboral, terrorismo patronal”; “Si açò no s’arregla, llenya,  llenya, llenya”; “Dónde están, no se ven, Comisiones y UGT” o “Gobierne quien gobierne las pensiones se defienden”; en otro momento de la protesta cantaron Bella ciao, himno de la resistencia partisana en Italia contra el fascismo.

“Está todo fatal, vengo para protestar contra la contrarreforma laboral –todas caminan hacia atrás- del gobierno más progresista de la historia”, ironiza Manel Roc, militante de la COS, de 45 años, que trabaja desde los 17 años y lleva 15 cotizados a la Seguridad Social; tras una larga experiencia en el sector del metal, actualmente ejerce como profesor de la enseñanza concertada (tuvo que esperar más de una década para firmar en 2011, como docente, un contrato indefinido).

Pensionista y extrabajadora de la multinacional Ford, Irene destaca los incumplimientos del ejecutivo actual: “Nos prometieron que iban a derogar la reforma laboral del PP, pero los contenidos básicos se mantienen; continuamos en la precariedad más absoluta, como demuestran los datos oficiales, ya que no han de confundirse puestos de trabajo con contratos”.

En un comunicado del pasado 27 de enero, el Gobierno informó sobre la creación de 840.700 puestos de trabajo durante 2021, “la mayor creación de empleo desde 2005”; el ejecutivo se basaba en los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), publicados por el INE. La misma nota gubernamental reconoce que el número de parados en el estado español es de 3.103.800, la tasa de temporalidad se sitúa en el 25,4% y la de desempleo juvenil en el 30,7%.

La citada EPA, que se hizo pública el 27 de enero, subraya que el empleo temporal ha aumentado en 307.700 personas durante el último año; el índice de paro entre la población extranjera se sitúa en el 20,8% y el de los mayores de 55 años se ha incrementado en 23.400 personas durante el último año. Asimismo, 1.023.900 hogares tienen a todos sus miembros activos en paro. Una comparativa de interés es la de las horas efectivas trabajadas: las del cuarto trimestre de 2021 es un 3,8% inferior a las de los últimos cuatro meses de 2019, antes de la crisis sanitaria por la COVID.

Irene, militante de la CGT, valora en la manifestación vespertina de Valencia: “Esto no es futuro, pero hemos de insistir: la reforma actual no retorna a los 45 días por año trabajado en las indemnizaciones por despido improcedente; tampoco se tocan los salarios de tramitación; es cierto que se elimina la contratación por obra y servicio, pero ésta ya se hallaba condenada a muerte“.

En el sector donde se concentran las banderas de Intersindical-Valenciana se manifiesta Paqui, trabajadora del comercio y afiliada a esta organización. Señala su desacuerdo con el “pacto entre la supuesta izquierda en el Gobierno y unos sindicatos –Comisiones Obreras y UGT- casi verticales”. Además critica que en las reformas de 2010 y 2012 “no se dio un consenso con todos los agentes sociales, por el contrario en 2021 sólo se alcanzó un acuerdo cuando la patronal ha estado contenta”.

¿Qué opina sobre el rol de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de Unidas Podemos? “Puede ser un buen referente, pero no puede hacer más y es posible que acabe quemándose como un ninot de falla; además creo que el Gobierno no tendría que pactar la reforma con Ciudadanos –socio del PP y Vox-, sino con ERC, EH Bildu y el BNG, entre otras formaciones, para intentar volver a la situación anterior a 2010; contra las reformas laborales de 2010 y 2012 los sindicatos convocaron huelgas generales”, recuerda Paqui.

El manifiesto suscrito por CGT, COS, CNT e Intersindical afirma que el Decreto del Gobierno “deja en la penumbra” que el fraude empresarial en la contratación es uno de los factores principales del “salvaje aumento” de la precariedad. Este fraude está relacionado con variables como el tipo de contratación, pero también con las posibilidades de despido; o la capacidad de los empresarios para modificar horarios, turnos y lugares de trabajo; y asimismo con el acceso a la labor sindical y unos tribunales imparciales.

En términos similares, el manifiesto añade en el parágrafo siguiente que los trabajadores en situación de precariedad, falta de representación sindical efectiva o subcontratación, “no podrán denunciar gran cosa, si pueden ser despedidos en cualquier momento (porque en esta reforma no se toca el hecho de que un despido ilícito,  ilegal, es decir, improcedente, puede hacerse si se tiene dinero); o si están sometidos a horarios arbitrarios e infernales, la no renovación de sus contratos y la hipervigilancia favorecida por las nuevas tecnologías de control”.

Los sindicatos firmantes abogan por terminar con los despidos improcedentes (“si es ilegal, no hay despido”); las cadenas de subcontratación (“si está en tu cadena de valor, son tus trabajadores); multiplicar la capacidad de las asambleas en los centros de trabajo; o establecer límites a las decisiones sobre horarios, turnos y el teletrabajo. “Hace tiempo que los convenios colectivos se han convertido en letra muerta”, remarcan.

Al finalizar la movilización en la calle Colón, Rubén –trabajador de Artes Gráficas y militante de la CNT, de 34 años-, declara que el ejecutivo no ha emprendido una reforma, sino “una actualización de lo que ya había; se han limitado a retocar cuatro puntos para contentar a la gente, apaciguarla y que la calle no se ‘queme’”. Explicita, además, sus razones para la sospecha: “Si la patronal y los sindicatos mayoritarios están de acuerdo, es que (la reforma laboral) no es buena para la clase trabajadora”.

Un tono diferente tienen los discursos oficiales. La nota de prensa remitida por La Moncloa a los medios informativos, el 23 de diciembre, subraya que el Gobierno y los “agentes sociales” (las patronales CEOE, CEPYME y los sindicatos Comisiones Obreras y UGT) alcanzaron un acuerdo “histórico” en la “gran reforma estructural” del mercado de trabajo. Además, “el pacto alcanzado permitirá restablecer el equilibrio en las relaciones laborales y una recuperación económica más justa e inclusiva”. Cinco días después el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto-ley sobre la reforma laboral.

En la concentración de los sindicatos en Valencia se han expresado otras reivindicaciones; por ejemplo la exigencia del incremento de las pensiones en función del IPC real, tal como plantea la Coordinadora Valenciana por la Defensa del Sistema Público de Pensiones; frente a “una nueva pérdida de poder adquisitivo para los pensionistas”, la Coordinadora ha convocado una concentración el 12 de febrero en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia.

Los argumentos del colectivo se exponen en una hoja, repartida durante la concentración; tiene este papel entre manos Paco Guerra, de 62 años, prejubilado desde hace cinco; Empezó a trabajar con 14 años, de artesano. “Me quedan 865 euros al mes de pensión debido a las penalizaciones coeficientes por la jubilación anticipada”; “Es una monstruosidad que, después de 45 años cotizados a la Seguridad Social, se haga tabla rasa con este tipo de prestaciones”, concluye este pensionista. 

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NYT: Sanciones de EEUU a Rusia afectarán toda la economía mundial. [Pues nada y que no se me vaya a tomar a mal, que yo solo lo digo para nuestros representantes políticos de la representación representativa de eso de representar al representado (y ya de paso para los trabajadores, a ver si suena la flauta y nos vamos enterando de algo). Eso, que los trabajadores representados (con r) en la cosa esa de la democracia representativa de representación política en plan bien y no como otros pichurris descastados, anarcosquemeseyó y antisistematicos ante sistemas, que quiere decirse a, ante, bajo, sin, sobre, tras y contra la corrupción política, económica e ideológico reinante aquí, allá, acullá y en María Santísima del Pino Gordo, tirando por lo bajo, pagamos más del 1,5% de toda la producción nacional de un año, o sea, de España, España y Olé y a por ellos para financiar el negocio que hacen los amos de la OTAN, cuya parte perjudicativa, o sea, la que escuece, jode y duele por tierra, mar aire y, agua, que se me olvidaba el agua, y todos los días del año, se carga sobre el costillar, lomo, riñones o espalda de los trabajadores, y que a lo mejor no lo sabían ustedes, que esta es otra, que los trabajadores son los únicos que crean riqueza con su trabajo. O sea, que los trabajadores financiamos a la OTAN precisamente para que nos joda la misma OTAN, con todas las bendiciones, eso sí, que en esto tampoco hay que pasarse. Que yo solo digo eso, y que no estoy actuando como agente intrínseco en su versión secreta del trompipirricomunismo o incluso más, local, nacional, internacional e interplanetario y parte del extranjero (incluyendo Cataluña), que yo cuando actúo así como me gusta hacer las cosas bien, por derecho, primero lo digo, que me gusta ir con la verdad por delante para evitar líos y malos entendidos. O sea, que eso. Ni más ni menos].

 

NYT: Sanciones de EEUU a Rusia afectarán toda la economía mundial

Tercerainformacion / 01.020.2022

Las sanciones planeadas por EE.UU. contra Rusia por la crisis de Ucrania, además de Moscú, podrían afectar a todo el sistema financiero mundial, advierte un informe.

En un informe publicado el sábado, el diario estadounidense The New York Times (NYT) explicó que el régimen de sanciones que Washington tiene sobre la mesa contra Rusia, podría conducir a una alta inflación y otras formas de recesión económica, que afectarían no solo a Moscú, sino a todo el sistema monetario mundial.

“La respuesta rápida y severa que han prometido los funcionarios estadounidenses podría agitar las principales economías, en particular las de Europa, e incluso amenazar la estabilidad del sistema financiero mundial”, indicó el informe citando a los analistas familiarizados con el tema.

También, algunos expertos, prosiguió el texto, advierten sobre una potencial escalada de tensiones, si Kremlin toma represalias contra un golpe económico cortando los envíos de gas natural a Europa.

Las preocupaciones surgen en medio de las incesantes amenazas de Washington de desencadenar medidas económicas devastadoras contra Moscú, incluidas sanciones a sus bancos e instituciones financieras más grandes, de maneras que inevitablemente afectarían la vida cotidiana en Rusia, agregó el medio.

EEUU amenaza a Rusia con “la madre de todas las sanciones”

Los líderes del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU. dijeron el domingo que están cerca de aprobar las sanciones más severas y sin precedentes contra Rusia, consideradas como “la madre de todas las sanciones”.

Todas estas amenazas contra Rusia se producen mientras el país euroasiático ha rechazado en reiteradas ocasiones las acusaciones del Occidente de que está planeando invadir a Ucrania, asegurando que su presencia militar cerca de las fronteras con su vecino responde a la necesidad de defensa y disuasión ante la amenaza de un posible ataque de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) y Ucrania.

mmo/rba

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La fuerza moral del pensamiento de Bertrand Russell

 

Tal día como hoy de 1970 moría Bertrand Russell. Filósofo y matemático británico, activista comprometido con la lucha por la paz, fiel a sus creencias y practicante de lo que predicaba. Sufrió cárcel por la publicación de artículos pacifistas.


La fuerza moral del pensamiento de Bertrand Russell

Capi Vidal

El Viejo Topo

2 febrero, 2022 


Un aspecto de la obra de Bertrand Russell muy importante, y estrechamente vinculado a la concepción libertaria como garante de una sociedad libre compuesta de individuos libres, es el de la educación. En este sentido, la educación estaría muy relacionada con la política, ya que esta debe ocuparse verdaderamente del individuo y no quedar reducida a una mera técnica.

Se ha dicho que tres son las cualidades principales que Russell afronta en su pensamiento educacional relativas al individuo: inteligencia, amor y valor. En un mundo cada vez más complejo, es necesario encontrar soluciones inteligentes, ya que sin ellas amor y el valor resultan estériles. Obviamente, sin amor la inteligencia y el valor resultan francamente peligrosos y potencialmente destructivos. Por último, es necesaria la valentía de caminar contracorriente y abrir nuevos senderos en un mundo donde las cualidades de la inteligencia y el amor no son suficientemente reconocidas. Russell consideró el siglo pasado que era necesaria la síntesis de estas tres cualidades para afrontar los graves problemas del mundo moderno, y hoy resulta tan o más reivindicable.

Como ya insistimos muy a menudo, uno de los rasgos más sobresalientes de Russell es su fuerte compromiso, el intento permanente de que su pensamiento sirviera en la práctica para mejorar la existencia humana. Sin ninguna duda, y acorde con el legado de su obra, se trata de una persona de enorme talla intelectual y también humana. Otro de los aspectos que queremos ver muy emparentado con la concepción libertaria es su inquebrantable visión internacionalista en un mundo que vivía más marcado por las fronteras y el poder de los Estados nacionales. La visión de la humanidad como un todo, una educación dirigida a vivir en sociedad, la fomentación de los aspectos más constructivos del ser humano y la preocupación por la dignidad y por la libertad de cada individuo es lo que caracteriza la obra de Russell.

Por otra parte, huía Russell de cualquier absolutismo, tenía siempre presentes los límites y lo necesario de buscar la combinación en el pensamiento. Es muy difícil reprochar nada a este autor, aceptando que él mismo no negaba caer en contradicciones, inherentes por otra parte a cualquiera, cuando observamos cómo combinaba todo lo bueno de la educación clásica con la moderna, el estudio de la historia con las ciencias aplicadas, la disciplina con la libertad, la razón con la emoción, la pasión con la inteligencia, el conocimiento con la responsabilidad, la realidad con la imaginación… Hablamos pues de un autor plenamente revindicable, también en el aspecto educacional, con un pensamiento rico y complejo en el que se dan diferentes dimensiones y se combinan distintos factores.

Frente a toda visión trascendente, Bertrand Russell dedicó su vida y su obra a demostrar que la solución únicamente está en nosotros mismos y una de las claves se encuentra en la educación política para formar individuos libres.
En la siguientes líneas, extractadas del final de su obra Los caminos de la libertad, podemos ver la belleza de un pensamiento que jamás renunció al compromiso y que resulta más necesario que nunca en el mundo actual, tan plagado de charlatanería y de corrupción moral:

No es imposible para la fuerza humana crear un mundo lleno de felicidad: los obstáculos impuestos por la naturaleza inanimada no son insuperables. Los obstáculos reales se hallan en el corazón del hombre, y el remedio para éstos es una esperanza constante, encauzada y fortalecida por el pensamiento.
El mundo que tenemos que buscar es un mundo en el cual el espíritu creador esté vivo, en el cual la vida sea una aventura llena de alegría y esperanza, basada más en el impulso de construir que en el deseo de guardar lo que poseamos y de apoderarnos de lo que poseen los demás. Tiene que ser un mundo en el cual el cariño pueda obrar libremente, el amor esté purgado del instinto de la dominación, la crueldad y la envidia hayan sido disipadas por la alegría y el desarrollo ilimitado de todos los instintos constructivos de vida que la llenen de delicias espirituales. Un mundo así es posible; espera solamente que los hombres quieran crearlo.
Mientras tanto, el mundo en el cual nosotros vivimos tiene otras finalidades. Pero éste desaparecerá, consumido en el fuego de sus ardientes pasiones, y de sus cenizas surgirá un nuevo mundo más joven, preñado de una nueva esperanza y con la luz de la alborada bullendo en sus ojos.

Fuente: Blog Acracia.org.

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Guerra y capital

 

Guerra y capital

 

Joaquin Lucena

INDURGENTE.ORG

31 enero 2022

 

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Cuando los elefantes luchan, la hierba es la que sufre.

(Proverbio africano)

Cuando los ricos hacen las guerras son los pobres los que mueren.

Jean Paul Sartre


Guerra. Terrible palabra que, a pesar de no desearla, los humanos siempre se han esforzado por llenarla de contenido, justificando así su existencia.

En un principio las guerras obedecían a causas naturales ya que ocurrían por conquistar o conservar espacios donde obtener recursos para la supervivencia. Poco a poco, a medida que el desarrollo de las Fuerzas Productivas lo permitieron nacieron para la historia las clases sociales y es entonces cuando a la primitiva 

motivación se le sumaron la rapiña –lograr un botín- y un motivo social: la obtención de esclavos –mano de obra explotable-. Así, siguiendo esta línea de desarrollo, a medida que se iban ampliando las interacciones humanas, complejizando, por tanto, la organización y estructuras sociales, surgieron la moral, la religión, el sentido de pertenencia ligado a un determinado lugar –llamémosle patria- etc. que sirvieron como excusas perfectas para ocultar la verdadera raíz económica de todas y cada una de las guerras que se han dado a lo largo de la historia. En el capitalismo, como no podía ser de otra manera, también las guerras tienen una raíz económica, no obstante, presentan algunas singularidades al respecto.

Se puede comprobar, sin atisbo de error, que vivimos en un mundo donde las relaciones de producción y de distribución son plenamente capitalistas en todos los confines del planeta. Es cierto que unos países están más desarrollados que otros, pero eso no cambia en nada el carácter burgués de la totalidad de ellos, además, los más atrasados miran a los primeros como un modelo a imitar para alcanzar su grado de “prosperidad”.

El leif motiv del capitalismo es explotar mano de obra asalariada con fines de reproducir y, a su vez, crear un nuevo valor, pero no un valor cualquiera, sino un valor incrementado -un plusvalor con destino a ser capitalizado-. Esto es lo que realmente y en última instancia motiva e interesa a los capitalistas. Gracias a esa acumulación el Capital es cada vez más grande a semejanza de una bola de nieve rodante, siendo capaz al mismo tiempo de explotar un mayor número de obreros y con más eficacia e intensidad.

Pero esa lógica no es irrestricta, está sometida a determinadas leyes, como por ejemplo la llamada Tendencia Decreciente de la Tasa de Ganancia que, en resumidas cuentas, consiste en que para aumentar la productividad de los obreros, es decir, estrujarles más plusvalor, hay que invertir en nuevos Medios de Producción (factor objetivo) más costosos y sofisticados a la par que también más en mano de obra (factor subjetivo). Esto redunda en un acrecentamiento continuo del capital mínimo para atender las necesidades de la producción, pero, además, este aumento absoluto de los gastos se produce con un aumento proporcionalmente mayor del factor objetivo en relación al factor subjetivo, dando como resultado un aumento en términos absolutos de la ganancia, pero paradójicamente, con una disminución relativa de esa ganancia si se la compara con el monto total de lo invertido.

La desproporción creciente entre lo que hay que invertir y lo que se obtiene como beneficio a través de la explotación de la clase obrera, conduce inexorablemente a un punto nodal en el que invirtiendo más se obtiene menos que en el ciclo anterior. Es justo ahí donde se inicia la típica crisis capitalista de sobreproducción. <<Y cómo supera estas crisis la burguesía? …se pregunta Marx en El Manifiesto Comunista… De una parte, por la destrucción violenta de una masa de fuerzas productivas; de otra, por la conquista de nuevos mercados y la explotación más intensa de los antiguos>>.

A mediados del siglo XIX la “destrucción violenta” de mercancías, infraestructuras y obreros iba por un lado y; “la conquista de nuevos mercados” por otra parte. Sin embargo, en pleno siglo XXI con una acumulación de capital gigantesca, un capitalismo monopolista decadente y en un mundo donde apenas hay ya “nuevos mercados” y los ya existentes están repartidos, no puede existir una “conquista” sin ir acompañada de una “destrucción violenta”, o sea, mediante la guerra. Una cosa –la conquista- va unida impepinablemente de la otra -la guerra-.

Cuando estalla una crisis económica, en general, los capitalistas intentan salir de ellas explotando más intensamente a los obreros de sus países así como a los de sus empresas en el exterior. Cuando el Capital ya no es suficientemente redituable como para seguir la senda del crecimiento productivista de sus obreros es cuando más empeño ponen en atacar las condiciones salariales y laborales de la clase obrera, tal y como estamos viviendo en estos momentos. Aparte de esta dinámica, y simultáneamente, los capitalistas sólo pueden hallar tres canteras donde encontrar nuevas fuentes de plusvalor:

1/ -Lugares donde perviven modos de producción primitivos o naturales-.

Pero, apenas quedan ya indígenas, pueblos o culturas que subsistan al margen de los vínculos mercantiles y, los que existen, están en intrincadas y alejadas selvas, desiertos o sabanas y por consiguiente su explotación resulta ser una tarea poco rentable.

2/ -Áreas económicas en las que, bien por razones estratégicas y/o porque el capital privado existente resulta insuficiente para abordar determinadas empresas-.

De ahí que tengan que ser creadas y explotadas por el representante del capitalista colectivo: el Estado. Hablamos del sector público. A medida que el capital acumulado va haciéndose suficiente, se desarrolla una pulsión universal por privatizar todas las parcelas públicas con el único afán de convertir a los trabajadores vinculados a esa esfera en productores directos de plusvalor. Os suena RENFE, SFCC, la NASA, Telefónica, Tabacalera, ENDESA, Educación, Sanidad y un larguísimo etcétera.

Los puntos 1 y 2 darían para escribir otros artículos, pero lo que nos interesa destacar ahora es el punto

3/ -Países conocidos como “comunistas” con economía planificada o países en donde existía una alianza entre su burguesía nacional y su respectiva clase obrera-.

Tanto en unos como en otros se imponían o aplican ciertas restricciones a la libre penetración del capital internacional y que por cierto es mucho más desarrollado y productivo, por tanto, más competitivo. Para operar allí tenían o tienen que aceptar las condiciones, regulaciones etc del Estado de acogida. En el primer grupo se encuentran la URSS y los países del Este europeo, Corea del Norte, Cuba, Yugoslavia, Vietnam, China etc y, en el segundo, toda una ristra de países que van desde los seguidores del proyecto BAAS tales como el Egipto de Nasser, Libia, Iraq, Siria etc. u otros países con proyectos soberanistas como Venezuela, Irán, el Afganistán soviético y después también el Talibán, la Argentina peronista, la Bolivia del MAS, el Brasil del PT, Birmania, Bielorrusia etc. La prueba del 9 para saber de qué países estamos hablando es cuando al referirse a unos como a otros el Imperialismo les pone por delante el apelativo “Régimen”.

El Capital tiende a derribar todas las murallas que se le interponen, no tolera cotos vedados a su libre penetración y circulación. A más hambre de plusvalor, más presión y si, como resultado de esa presión, se satisfacen las necesidades del Capital, miel sobre hojuelas. Pero cuando se le opone resistencia es cuando podemos dar por declarado el encontronazo, no hay más que repasar la lista del párrafo anterior para entender la mayoría de las tensiones entre países en el siglo pasado y el presente. De ese desencuentro surge la posibilidad de un conflicto armado. Si la Nación hostigada muestra algún punto débil, alguna flaqueza, de la posibilidad se pasa a los hechos. Ya tenemos la causa eficiente: la fuerza, la violencia, la guerra.

No se puede negar que en los conflictos existan otras causas intervinientes, como por ejemplo: problemas de naturaleza política, el acceso o posesión de recursos naturales, controlar Áreas o Espacios con importancia geoestratégicas etc., pero estas motivaciones no pasan de ser la causa formal. Causa a la que muchas organizaciones e incluso Gobiernos apelan para explicar la naturaleza de gran parte de las guerras pasadas o actuales. Pero esto no debe hacernos perder de vista que el principio activo o causa final reside en la necesidad imperiosa e Imperialista de acceder a la fuente de vida del Capital que es la libre explotación de los trabajadores de esos países para saciar una sed desmedida de plusvalor. Fijaos en que si, por ejemplo, dijéramos que la guerra del Golfo estuvo motivada por la ambición de los EE.UU por robarle el petróleo a Iraq no estaríamos mintiendo, pero estaríamos igualando ese conflicto a los que se daban en la edad de piedra, que en definitiva obedecían a la lucha por los recursos naturales. Pero si afirmamos que, además de ese estimulo, lo que realmente les impulsó a declarar la guerra era explotar a los trabajadores iraquíes a los que antes no podían acceder salvo con condiciones, estaríamos poniendo el dedo justo en la llaga, dejando al desnudo los intereses de clase que se dirimen en todo conflicto bajo el capitalismo decadente. Ahí es donde está el origen real y fundamental: la causa efectiva.

Para que un enfrentamiento tenga perspectiva de triunfo toda burguesía nacional o de bloque necesita arrastrar al frente de batalla a su propio pueblo y para eso nada mejor que llevarlos engañados con el señuelo de que el enemigo resulta ser una amenaza para la Patria, para su nivel de vida, para la civilización occidental, para la democracia etc. Todo ello no es más que pura verborrea. Ahora bien, si por lo que sea, se vislumbra que el verdadero motivo reside en su necesidad de explotar directamente a los obreros de otro Estado, se pondría a ojos vista que también los obreros al interior de sus respectivos países están siendo exprimidos. Y esa transparencia es algo que resulta intolerable en este Sistema de vida llamado Capitalismo, de ahí que sea el secreto mejor guardado. Tal revelación no sólo pondría en peligro la operación bélica, sino que al quedarse al descubierto las relaciones de producción al interior del propio país agresor la guerra social entre clases volvería a tener una importancia supina, volvería al primer plano, cosa que tratan de evitar desde la génesis del Capitalismo.

Las hostilidades entre países siempre comienzan con amenazas, sanciones, bloqueos ya sean de orden diplomático, político, económico, financiero etc. Mientras el enemigo a batir no disponga, en apariencia, de una fuerza militar suficiente o no tenga un padrino protector dispuesto a ir hasta el final, el Imperialismo agresor optará por la aventura bélica. Pero cuando el enemigo tiene un poder considerable, tal que Rusia o China, la cosa cambia. Después de la II Guerra Mundial la disuasión ha discurrido a través de la guerra fría y la coexistencia pacífica, entre otras cosas gracias a que no ha habido una crisis económica tan profunda y generalizada como la actual. La hegemonía y pujanza económicas de países centrales como EE.UU, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido etc no estaba en cuestión, pero ahora, al igual que antes de las dos Guerras Mundiales, sí que hay una gran crisis y, además, hay un nuevo y poderoso actor en juego –China- que está moviendo el tablero del statu quo haciendo tambalearse a todas las piezas que juegan en él. Sin duda, tardando más o menos, habrá contienda como continuación de la ya declarada guerra comercial, económica y financiera.

Marx dijo que lo que distingue unas épocas económicas de otras no es lo que se hace, sino el cómo se hace, con qué utensilios de trabajo se lleva a cabo. Pues bien, en lo relativo a las guerras lo que distingue en el tiempo a unas de otras no son las motivaciones de esas guerras -que son siempre económicas-, sino como se realizan, con qué tácticas, estrategias e instrumentos se llevan a cabo. No es lo mismo atacar o defenderse con escudos y lanzas que con satélites o armas hipersónicas. Y el problema es que hasta la fecha, cuando alguien ha querido salir victorioso o, por el contrario ha estado contra las cuerdas, jamás ha renunciado a usar todo el arsenal del que disponía. De ahí que sea lógico suponer que en esa, más que probable, guerra venidera, las armas utilizadas redundarán en un cataclismo para la existencia de la especie.

Luego, si sabemos que lo que se dirime en las guerras actuales y venideras es algo completamente ajeno y contrario a los intereses de la clase trabajadora y que las consecuencias pueden ser apocalípticas, no podemos quedarnos al margen ni alinearnos con uno de los bandos de esa Guerra Internacional, sino abrazar la única opción posible: la Guerra Social contra nuestro enemigo de clase.

O acabamos con el Capitalismo o el Capitalismo acabará con la VIDA.

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