Integración Latinoamericana:
si se mirara más al Sur
Rebelion
| 11/02/2023 |
Fuentes: Rebelión
Si los países de América Latina miraran más hacia el Sur y no se pensara
tanto en el Norte, la integración económica de la región redundaría en un mayor
beneficio para sus habitantes.
Los
intercambios comerciales se abaratarían entre sus miembros, no dependerían
tanto de las empresas transnacionales que en gran medida extraen enormes
riquezas de la región y si ese camino se acompaña con adecuadas políticas
sociales, disminuiría la alta desigualdad que impera en sus naciones y
mejoraría el nivel de vida de la población.
Una gran
oportunidad de avanzar en ese sentido es el resurgimiento de la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que en los últimos años ha estado
fortaleciéndose en su lento andar.
Verdaderamente
difícil ha sido avanzar debido a los constantes ataques de Washington para
impedir la integración latinoamericana y caribeña para lo cual ha impuesto o
recrudecido bloqueos económicos y financieros contra diversas naciones de la
región; ha impulsado golpes de Estados o Parlamentarios para derrocar gobiernos
progresistas; ha apoyado con abundante dinero y amplias campañas
propagandisticas a las fuerzas más derechistas en varias naciones.
Contra viento y
marea, la CELAC nació en diciembre de 2011 durante la III Cumbre de América
Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo y de la XXII Cumbre del Grupo
de Río, cuando crecían en la región gobiernos progresistas: Lula en Brasil,
Chávez en Venezuela, Kirchner y Cristina en Argentina, Evo en Bolivia, Correa
en Ecuador y Bachelet en Chile. Cuba ya era desde 1959 un bastión de
independencia y soberanía, y el Sandinismo, que de la mano de Daniel Ortega,
había regresado al poder.
Para el 2013 se
efectuó la Primera Cumbre en Santiago de Chile la cual no fue muy provechosa
pues la presidía el neoliberal Sebastián Piñera quien apostaba porque solo
fuera un foro para conversar y no una organización regional.
Durante la II
Cumbre efectuada en 2014 en Cuba, el gobierno cubano y su presidente Raúl Castro
insistieron en la necesidad de institucionalizar la CELAC y convertir a la
región en una zona de paz, pero otra ola derechista en varios países (Mauricio
Macri 2015 en Argentina, golpe parlamentario a Dilma Rousseff en Brasil 2016,
traición en Ecuador de Lenin Moreno 2017 y ascenso ese mismo año de Donald
Trump) detuvieron los avances del organismo.
De todas formas
pero con muy poca fuerza, se efectuaron la III Cumbre en Costa Rica 2014; la IV
en Ecuador 2016; la V en Republica Dominicana 2017 y no fue hasta la VI Cumbre
celebrada en 2021 en el México de Andrés Manuel López Obrador que la CELAC
volvió a tomar fuerzas.
Pese a la no
asistencia de Colombia (gobernado por el proestadounidense Iván Duque) y el
retiro de Brasil como miembro decidido por el ultraderechista Jair Bolsonaro,
en México se logró consenso en una diversidad de temas, como un orden
internacional más justo, la consolidación de la democracia, el fortalecimiento
de la educación y de la igualdad de género, la lucha contra la corrupción y la
pobreza, el respeto a los derechos humanos.
Asimismo, trazó
objetivos futuros con vistas a convertirse en el principal instrumento de
cooperación e integración regional y se creó un fondo de 15 millones de dólares
para enfrentar el cambio climático, que aunque pequeño es el único establecido
hasta el momento en América Latina.
Durante el año
de presidencia, antes de efectuarse en Argentina la VII Cumbre, el gobierno de
esa nación desarrolló un trabajo destacado y sobre todo quedó demostrada,
durante la pandemia de covid-19, la relevancia de la solidaridad entre las
naciones del bloque y la importancia de la CELAC como mecanismo de diálogo y
concertación política.
El primer
triunfo de la Cumbre fue la reintegración de Brasil al grupo con la presencia
de Luiz Inacio Lula da Silva, y en sus debates primó la convocatoria
indispensable a la integración económica, social y cultural de Latinoamericana
y el Caribe, sustentada en una profunda vocación de independencia.
Los 33 miembros
de la CELAC cuentan con una población de 650 millones de habitantes, un
Producto Interno Bruto (PIB) conjunto de 7 billones de dólares y representa la
mayor zona productora de alimentos en el mundo y la tercera generadora de
electricidad en el orbe.
Pero además de
las amenazas y acciones desestabilizadoras lanzadas constantemente desde
Washington para tratar de ejercer su dominio en la región, también existen
otros grandes desafíos como es el injusto orden económico internacional y la
inmensa deuda externa que los ahoga.
Un reciente informe
del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indicó que la deuda total de
América Latina y el Caribe aumentó a 5,8 billones de dólares. En 2008 era de 3
billones, mientras que la deuda pública en particular pasó de representar el 58
% en 2019 al 72 % en 2020 debido a paquetes fiscales relacionados con la Covid,
lo que motivó menores ingresos y síntomas de recesión.
Mucha visión
tuvo el presidente cubano durante su discurso en la VII Cumbre cuando alertó:
“Es perentorio encontrar soluciones justas al problema de la desuda externa e
imprescindible exigir el cese de las medidas coercitivas, unilaterales y los
bloqueos ilegales”.
Por eso y por
otros muchos motivos se hace necesario mirar más hacia el Sur en busca de una
verdadera y soberana integración latinoamericana y caribeña.
Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.