lunes, 7 de septiembre de 2020

Sin mentiras no puede haber guerra, porque sin mentiras a los trabajadores no se les puede engañar. Y, ¿No se basa en la mentira permanente el sistema político actual? Uno de los mayores crímenes que los trabajadores cometen contra sí mismos es no leer.

 

La Segunda Guerra Mundial no fue una “guerra justa”

 


Por David Swanson

Rebelion

03/09/2020 

Fuentes: Blog del autor

Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

Fragmentos extraídos del libro War is Never Just, La guerra nunca es justa, del mismo autor

A menudo suele decirse que la Segunda Guerra Mundial fue la “Guerra Buena”, en contraste con la Guerra de Vietnam de EE.UU. Aquella guerra ha estado tan presente desde entonces en la industria del entretenimiento de Estados Unidos y del mundo occidental, que en muchas ocasiones “buena” significa algo más que “justa”. La ganadora del concurso de belleza “Miss Italia” celebrado a comienzos de año se metió en un buen lío cuando dijo que le hubiera gustado vivir la Segunda Guerra Mundial. Aunque estuviera bromeando, está claro que no es la única que lo piensa. Muchos desearían formar parte de algo que se ha calificado de noble, heroico y emocionante. En caso de que lleguen a toparse con una máquina del tiempo, les recomiendo que lean las declaraciones de algunos veteranos y supervivientes de dicha conflagración antes de que se decidan a acudir a la fiesta (1). En este artículo, en todo caso, voy a examinar únicamente la pretensión de que la Segunda Guerra Mundial fue moralmente justa.

No importa cuántos años dediques a escribir libros, conceder entrevistas, publicar columnas y participar en  actos públicos; es prácticamente imposible abandonar uno de estos actos sin que alguien te espere a la puerta para preguntar: “¿Y qué hay de la Guerra Buena?”. La creencia de que hubo una guerra justa hace 75 años es en gran parte responsable de que los ciudadanos estadounidenses toleren el derroche de un billón de dólares al año por si acaso hay otra guerra buena el año que viene (2), aunque haya habido docenas de guerras los últimos setenta años que nada han tenido de buenas. Si no existieran abundantes y arraigados mitos sobre la Segunda Guerra Mundial, la propaganda actual contra China, Rusia, Siria o Irak haría reír a la mayor parte de la gente como me hace reír a mí. Y, por supuesto, el dinero generado por las leyendas de la Guerra Buena sirve para empezar más guerras malas en lugar de prevenirlas. He analizado extensamente este asunto en libros y artículos, especialmente en War Is A Lie (La guerra es una mentira) (3), pero aquí voy a resumir algunos puntos clave que deberían, al menos, sembrar las semillas de la duda en la mente de la mayor parte de los estadounidenses, que considera que la Segunda Guerra fue una guerra justa.

Estas son las 12 principales razones por las que creo que la Segunda Guerra Mundial no fue buena ni justa.

1. La Segunda Guerra Mundial no podría haberse producido sin la Primera, sin la estúpida manera de iniciar la Primera Guerra Mundial y la aún más estúpida manera de concluirla, lo que provocó que muchos predijeran de inmediato que habría una segunda; o si Wall Street no hubiera financiado durante décadas a la Alemania nazi (preferible a los comunistas); o si no hubiera habido una carrera armamentística y no se hubieran tomado numerosas malas decisiones que no necesitamos repetir en el futuro.

2. El gobierno estadounidense no fue alcanzado por un ataque sorpresa. El presidente Franklin Roosevelt había prometido a Churchill que EE.UU. haría todo lo posible por provocar un ataque de Japón. Roosevelt sabía que iba a producirse ese ataque, e hizo un borrador de declaración de guerra contra Alemania y Japón la  misma noche de Pearl Harbour. Pero antes de eso ya había construido bases militares en Estados Unidos y en múltiples océanos, cambiado armas por bases a los británicos, empezado el borrador, creado una lista de todos los japoneses-estadounidenses del país, proporcionado planes, monitores y pilotos a China, impuesto duras sanciones a Japón y advertido al ejército de que se avecinaba una guerra con Japón. Advirtió a sus más próximos asesores de que esperaba un ataque el 1 de diciembre, seis días antes del efectivo. Tras la reunión celebrada en la Casa Blanca el 25 de noviembre de 1941, el Secretario de la Guerra Henry Stimson escribió en su diario: “El presidente dijo que los japoneses son famosos por lanzar ataques sin previo aviso y que podríamos recibir uno el próximo lunes, por ejemplo”.

3. La guerra no fue humanitaria y ni siquiera se promocionó así hasta después de su final. No hubo carteles pidiendo a los ciudadanos que ayudaran al Tío Sam a salvar a los judíos. La Guarda Costera persiguió a un barco de judíos alemanes que buscaban refugio y los alejó de Miami. Estados Unidos y otras naciones se negaron a aceptar refugiados judíos y la mayor parte del público respaldaba esa postura. Los grupos pacifistas que pidieron al primer ministro Winston Churchill y a su secretario de exteriores que fletaran naves para sacar a judíos de Alemania recibieron por respuesta que, aunque Hitler pudiera estar de acuerdo, la operación sería muy complicada y exigiría el uso de demasiados barcos. Estados Unidos no participó en ninguna iniciativa diplomática o militar para salvar a las víctimas de los campos de concentración, ni concedió un visado de entrada a Anne Frank. Aunque este punto no tiene nada que ver con justificar la Segunda Guerra Mundial como una “guerra Justa”, resulta tan fundamental para la mitología estadounidense que voy a citar aquí un fragmento de Nicholson Baker que resulta muy ilustrativo:

“Anthony Eden, secretario de asuntos exteriores británico encargado por Churchill para manejar el tema de los refugiados, trató fríamente a una importante delegación, afirmando que cualquier iniciativa diplomática para conseguir que Hitler liberara a los judíos  era `una fantasía imposible´. En un viaje a Estados Unidos, Eden confesó ingenuamente a Cordell Hull, el secretario de estado, que la verdadera dificultad de interesarse por los judíos era que `Hitler bien podría aceptar la propuesta, y sencillamente no hay suficientes barcos y medios de transporte en el mundo para llevarla a cabo´. Churchill estaba de acuerdo. `Aunque obtuviéramos permiso para evacuar a los judíos –escribió en respuesta a una carta suplicatoria– solo su transporte plantea un problema de difícil solución´ ¿No tenían suficientes barcos y medios de transporte? Dos años antes los británicos habían evacuado cerca de 340.000 tropas de las playas de Dunkerque en solo nueve días. La Fuerza Aérea de Estados Unidos poseía muchos miles de aviones nuevos. Durante un breve armisticio los aliados podrían haber aerotransportado un gran número de refugiados lejos de la esfera germana” (4).

Quizás se relacione con la “rectitud de intención” el hecho de que al lado “bueno” de la guerra sencillamente no le importe un comino lo que se pone como ejemplo central de la maldad del lado “malo” de la guerra.

4. La guerra no fue defensiva. Roosevelt mintió cuando dijo que obraba en su poder un mapa con los planes nazis para repartirse Sudamérica y eliminar la religión, que los navíos de EE.UU. (que ayudaban de forma encubierta a los aviones de combate británicos) eran atacados sin motivo por los nazis, que Alemania era una amenaza para Estados Unidos (5). Puede aducirse que EE.UU. necesitaba entrar en guerra en Europa para ayudar a otras naciones, que habían entrado a su vez para ayudar a otras naciones, pero también podría argumentarse que Estado Unidos intensificó el bombardeo a objetivos civiles, prolongó la guerra e infligió más daño del que se habría producido si no hubiera intervenido, hubiera trabajado desde la diplomacia o invertido en una estrategia de no violencia. Afirmar que el imperio nazi podría haberse extendido hasta llegar a ocupar Estados Unidos es extremadamente inverosímil y no está corroborado por anteriores o posteriores ejemplos de otras guerras.

5. Ahora sabemos de forma mucho más generalizada y con muchos más datos que la resistencia no violenta a la ocupación y la injusticia tiene más probabilidades de tener éxito –y que es más probable que ese éxito dure– que la resistencia violenta. Con ese conocimiento podemos juzgar retrospectivamente el sorprendente éxito de acciones no violentas contra los nazis que no estaban bien organizadas o construidas aparte de su éxito inicial (6).

6- La Guerra Buena no fue buena para las tropas. Carentes de un entrenamiento moderno y un condicionamiento psicológico que preparase a los soldados para participar en el acto antinatural de matar, alrededor del 80% de las tropas estadounidenses y de otros países beligerantes en la Segunda Guerra Mundial no dispararon armas contra “el enemigo” (7). El hecho de que los veteranos de esa guerra recibieran un trato mejor del recibido anteriormente (o posteriormente) por otros soldados, fue consecuencia de la presión creada por el Bonus Army (8) tras la guerra anterior. Que los veteranos tuvieran derecho a universidad y sanidad gratuita y a pensiones no fue debido a los méritos de la guerra o en cierta medida al resultado de esta. Si no hubiera habido guerra, todo el mundo podría haber tenido matrículas gratuitas por muchos años. Si en la actualidad ofreciéramos educación gratuita a todo el mundo, harían falta mucho más que historias hollywoodienses de la Segunda Guerra para que la gente acudiera en masa a los centros de reclutamiento militar.

7. Durante la guerra, el número de personas muertas fuera de los campos de concentración alemanes fue muy superior al de los muertos en estas instalaciones del horror. La mayor parte de las muertes fueron civiles. La escala de muertos, heridos y destrucción convierte a la Segunda Guerra Mundial en la peor catástrofe que la humanidad se ha infligido a sí misma en un breve espacio de tiempo.  Imaginamos que los aliados se “oponían” de algún modo a las muertes que se produjeron en los campos. Pero eso no justifica aplicar un remedio que fue peor que la enfermedad.

8. La escalada de la guerra que llevó a la destrucción absoluta de ciudades y al aniquilamiento de poblaciones y que culminó en un bombardeo nuclear completamente indefendible, apartó a la Segunda Guerra Mundial del ámbito de los proyectos justificables a ojos de muchos que habían defendido, y con razón, su inicio. La exigencia de rendición incondicional y el intento de provocar el máximo de muerte y sufrimiento hicieron mucho daño y dejaron un legado nefasto y premonitorio.

9. Se supone que la muerte de un inmenso número de personas es justificable si la lleva a cabo el lado “bueno” de una guerra, pero no si lo hace el “malo”, pero la distinción entre ambos lados es más una ilusión que una realidad. Estados Unidos poseía un largo historial como Estado de apartheid. Las tradicional opresión estadounidense a los afroamericanos y la práctica del genocidio contra los nativos americanos, y posteriormente el internamiento de japoneses-estadounidenses dio lugar a programas específicos que sirvieron de inspiración a los nazis alemanes. Entre ellos se encuentran los campos para población nativa y los programas de eugenesia y experimentación humana que existieron antes, durante y después de la guerra. Uno de estos programas incluyó la propagación de la sífilis a personas de Guatemala, coincidente con la celebración de los juicios de Núremberg (9). El ejército estadounidense contrató a cientos de altos oficiales nazis al acabar la guerra que no tuvieron problemas de integración (10). Estados Unidos aspiraba ampliar su imperio mundial, antes de la guerra, durante la misma y desde entonces. Los neonazis alemanes de hoy en día, que tienen prohibido ondear la bandera nazi, en ocasiones enarbolan en su lugar de la los Estados Confederados de América.

10. El lado “bueno” de la “guerra buena”, el país que contabilizó más muertes tanto de enemigos como propias dentro del lado victorioso fue la comunista Unión Soviética. Eso no quiere decir que la guerra fuera un triunfo del comunismo, pero enturbia las historias de Washington y Hollywood sobre el “triunfo de la democracia” (11).

11. La Segunda Guerra Mundial no ha terminado todavía. Las personas ordinarias de Estados Unidos no tuvieron que tributar por el trabajo hasta la Segunda Guerra Mundial y siguen haciéndolo, aunque se suponía una medida temporal (12). Las bases construidas durante la guerra siguen abiertas. Las tropas estadounidenses nunca abandonaron Alemania ni Japón (13). Todavía hay más de 100.000 bombas de EE.UU. y Reino Unido en suelo alemán, todavía cargadas de muerte (14).

12. Retroceder 75 años hasta un mundo sin armas nucleares, un mundo colonial con estructuras, leyes y hábitos completamente diferentes, para justificar la mayor partida de gastos del presupuesto de Estados Unidos todos y cada uno de los años transcurridos desde entonces es una extraña proeza de autoengaño que no se ha intentado para justificar ninguna otra empresa menor. Incluso en el caso de que estuviera equivocado en todas las razones expuestas hasta aquí, de la 1 a la 11, aún habría que explicar cómo es posible que algo que ocurrió en los años 40 justifique el derroche de un billón de dólares de 2017 en financiar la guerra, que podrían haberse gastado alimentando, curando, vistiendo y proporcionando abrigo a millones de personas así como a proteger el medio ambiente de la Tierra.

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Notas:

 [1] Studs Terkel, The Good War: An Oral History of World War II (The New Press: 1997).

[2] Chris Hellman, TomDispatch, “$1.2 Trillion for National Security,” March 1, 2011, http://www.tomdispatch.com/blog/175361

[3] David Swanson, War Is A Lie, Second Edition (Charlottesville: Just World Books, 2016).

[4] War No More: Three Centuries of American Antiwar and Peace Writing, editado por Lawrence Rosendwald.

[5] David Swanson, War Is A Lie, Second Edition (Charlottesville: Just World Books, 2016).

[6] Libro y película: A Force More Powerful, http://aforcemorepowerful.org

[7] Dave Grossman, On Killing: The Psychological Cost of Learning to Kill in War and Society (Back Bay Books: 1996).

[8] Se llamó el “Bonus Army” a la concentración de más de 40.000 veteranos de la Primera Guerra Mundial y sus familias que se congregaron en Washington el verano de 1932 para reivindicar el pago en efectivo de sus “bonos de veteranos”, títulos del Tesoro adjudicados a los soldados de EE.UU. que lucharon en la Gran Guerra (N.deT.)

[9] Donald G. McNeil Jr., The New York Times, “U.S. Apologizes for Syphilis Tests in Guatemala,” 1 de octubre, 2010, http://www.nytimes.com/2010/10/02/health/research/02infect.html

[10] Annie Jacobsen, Operation Paperclip: The Secret Intelligence Program that Brought Nazi Scientists to America (Little, Brown and Company, 2014).

[11]  Oliver Stone y Peter Kuznick, The Untold History of the United States (Gallery Books, 2013).

[12] Steven A. Bank, Kirk J. Stark, and Joseph J. Thorndike, War and Taxes (Urban Institute Press, 2008).

[13] RootsAction.org, “Move Away from Nonstop War. Close the Ramstein Air Base,” http://act.rootsaction.org/p/dia/action3/common/public/?action_KEY=12254

[14] David Swanson, “The United States Just Bombed Germany,” http://davidswanson.org/node/5134

David Swanson es un activista contra la guerra, blogero y autor estadounidense. Reside en Virginia y es director ejecutivo de World Beyond War.

Fuente: https://davidswanson.org/world-war-two-was-not-a-just-war/

 

Las pensiones SON VIABLES. Desde hace por lo menos once años y gracias al profesor Vicen Navarro sabemos que las pensiones son viables (¡Pero cómo no va a ser viable el mundo del trabajo!). El enfoque que se le está dando a las pensiones de que no son viables no es otra cosa que la elaboración de un constructo ideológico (una manipulación de la realidad para hacerla coincidir con la que les interesa los bancos, fondos de inversión y empresas que se quieren apropiar de los fondos de la Seguridad Social), es decir, una falsificación de la realidad que mediante el uso de determinadas y utilizando determinadas técnicas se puede presentar como verdadera cuando en realidad no tiene nada que ver con la realidad. La lógica formal del razonamiento puede ser perfectamente correctísima y en consecuencia la conclusión a la que se llegue por obedecer estrictamente a las normas de la lógica formal resulta verdadera, pero que sin embargo, la realidad niega de forma absoluta. Con proposiciones falsas siguiendo las reglas de la lógica formal se puede llegar a conclusiones verdaderas, y también con proposiciones verdaderas se puede llegar conclusiones, por ejemplo: “si 2 x 2 = 5, entonces los elefantes vuelan”. La conclusión de que los elefantes vuelan es verdadera siguiendo mecánicamente las normas de la lógica formal a pesar de que la proposición 2 x 2 = 5 es falsa. “Si 1 + 1 = 2, entonces las sardinas son tiburones”. La conclusión de que las sardinas son tiburones es falsa a pesar de que la proposición inicial es verdadera. Para que las conclusiones sean verdaderas o no a partir de las proposiciones que se hagan, verdaderas o falsas, hay que tener presente la relación que hay entre la proposición (antecedente) y la conclusión (consecuente). En el caso de las pensiones, mirado por el lado que se mira y se diga lo que se quiera decir, hay una relación concluyente e innegable (salvo por los que no quieran ver y los representantes de la banca, grandes empresarios, gobierno y auxiliares, así como como las planas mayores de CCOO y UGT) que se concreta en que el que crea la riqueza es el trabajador y quine tiene derecho a disfrutar de ella es el trabajador. Deshacer las mentiras que rodean a la falsedad de que las pensiones son inviables y deshacer la mentira de que las pensiones privadas es la solución a los problemas de las pensiones de miseria, es una labor que hay que comenzar cuanto antes. Y un modo de empezar es leyendo lo que dicen al respecto las personas que entienden del asunto y que o ponen su saber por una lenteja en un plato al servicio de quienes nos han robado, nos están robando y planean seguir robándonos, sino al servicio de millones de personas para aliviar sus penurias, como pueden ser el caso de Vicen Navarro, Juan torres López, Rufino Hernández y algunos otros a los que necesariamente hemos de seguir los trabajadores en vez de perder el tiempo discutiendo entre nosotros acerca de si Mochilín, el listo de las pensiones, se ha puesto unos calcetines color blanco o azul, y no para creernos todo lo que digan a pie juntillas, sino para razonarlo personalmente y discutirlo con otros para comprobar su grado de verdad.

 

 

Estado del Bienestar

 http://www.vnavarro.org/?p=3839

 


Debido a que la viabilidad de las pensiones se está cuestionando de nuevo, volvemos a publicar en este blog el artículo de Vicenç Navarro «Las pensiones son viables». Publicado en la revista el VIEJO TOPO, Julio-Agosto 2009.

Graves errores metodológicos hechos por los economistas (y los medios de información y persuasión) liberales en sus diagnósticos del colapso de las pensiones.


Recientemente hemos visto una avalancha liberal que tiene como objetivo alarmar a la población haciéndole creer que las pensiones no son viables. La Comisión Europea, el Banco de España, el BBVA y el Partido Popular Europeo (del cual el PP español forma parte) han publicado informes y documentos que alertan a la población española de que hay que reducir las pensiones porque el sistema de Seguridad Social que las financia no es sostenible. En defensa de sus posturas presentan datos e información empírica que asumen que apoyan sus alarmas sobre las cuales basan sus recomendaciones. Todos estos documentos tienen errores graves que invalidan sus conclusiones, transformando tales documentos en manifiestos políticos en lugar de informes científicos. Veamos tales errores.

1. Asumir que la esperanza de vida mide los años que una persona vive
Tales documentos asumen erróneamente que el hecho de que la esperanza de vida promedio de España haya pasado de ser 76 años a 80 años en veinticinco años (1980-2005) quiere decir que el promedio español vive ahora cuatro años más. Ello no es cierto. Hay que saber qué quiere decir esperanza de vida y cómo se calcula. Supongamos que España tuviera sólo dos habitantes. Uno, Pepito, que muere al día siguiente de nacer, y el otro, la Sra. María que tiene 80 años. La esperanza de vida promedio de España sería 0 años más 80 años, dividido entre dos, es decir, cuarenta años. Pero supongamos que en un país imaginario vecino, hay también dos ciudadanos, uno, Juan, que en lugar de morir al día siguiente de nacer, como Pepito en España, vive veinte años, y la otra persona es la Sra. Victoria que tiene también 80 años como la Sra. María. En este país imaginario, la esperanza promedio de vida es de 20 más 80, dividido entre dos, es decir 50 años, diez años más que en España. Ello no quiere decir (como constantemente se malinterpreta este dato) que el ciudadano promedio de aquel país viva diez años más que en España: lo que el dato dice es que hay diez años de vida más en el promedio de aquel colectivo de dos personas sin clarificar que ello se deba a que la Sra. Victoria viva diez años más que la Sra. María (lo cual no es cierto), o que sea Juan el que vive veinte años más que Pepito. Todos los documentos que favorecen la reducción de las pensiones concluyen que la Sra. María vive diez años más, lo cual, repito, no es así.

Lo que ha estado ocurriendo en España (y en Europa) es que la mortalidad infantil ha ido disminuyendo de una manera muy marcada, con lo cual la esperanza de vida ha ido aumentando, pasando de 76 años a 80 años. Ello no quiere decir, como habitualmente se asume, que el ciudadano español medio viva cuatro años más ahora que hace veinticinco años. La mortalidad por cada grupo etario ha ido descendiendo (incluyendo entre los ancianos), pero los años de vida que el ciudadano medio vive ahora no es de cuatro años más que en 1980. Calcular las pensiones en base a esta lectura errónea de los datos penaliza a la población pues asume que la gente vive más años de lo que en realidad vive.

2. Los promedios no son sensibles a las diferencias por clases sociales


Otro gran error es malinterpretar el significado de promedio Una persona se puede ahogar en un río que tiene como promedio sólo diez centímetros de profundidad. Tal río puede ir seco a lo largo de muchos kilómetros pero en algunas zonas éste puede tener tres metros de profundidad, y es ahí donde el lector se puede ahogar. Un promedio en sí no nos dice mucho si no sabemos también las variaciones del promedio. Lo dicho tiene especial importancia en el cálculo de la esperanza de vida y en la estimación de la longevidad (los años que una persona vive). Las diferencias en longevidad por clase social son enormes. Así, la diferencia en los años de vida existente entre una persona perteneciente a la decila de renta más baja del país (los más pobres) y la decila superior (los más ricos) en España es nada menos que de diez años (ha leído bien, diez años). En EE.UU. son quince y en el promedio de los países de la UE-15 son siete. Estas diferencias en longevidad se deben a que el nivel de salud de la población depende, sobre todo, de la clase social a la cual se pertenece. Un trabajador no cualificado (en paro frecuente durante más de cinco años) tiene, a los sesenta años, el nivel de salud que un banquero tiene a los setenta años. Este último sobrevivirá al primero diez años. Es profundamente injusto pedirle al primero que continúe trabajando dos (y algunos piden cinco) años más para pagar las pensiones del segundo que le sobrevivirá diez años. La insensibilidad hacia esta realidad mostrada por estos informes es abrumadora. Retrasar la edad de jubilación a toda la población trabajadora sin más, es una medida que perjudica a las clases populares para beneficiar a las clases de mayores rentas que viven más años.

3. El error del argumento alarmista: el crecimiento del porcentaje del PIB gastado en pensiones es excesivo


Este es uno de los errores metodológicos más importantes y frecuentes que aparece en el informe de la Comisión Europea, y que ha sido reproducido en gran número de artículos y editoriales. Tal argumento indica que el porcentaje del PIB en pensiones subirá de un 8,4% en el año 2007 a un 15,1% del PIB en el año 2060, un porcentaje que estos informes señalan como excesivo, pues la sociedad en el año 2060 no podrá absorber tales gastos pues restarán recursos necesarios para otras actividades, programas o servicios a la población no pensionista. El hecho de que el porcentaje de gasto en pensiones públicas alcanzará el 15,1% en el 2060 se considera una noticia alarmante que requiere una intervención ya ahora, disminuyendo los beneficios de los pensionistas.

En este argumento se ignora el impacto del crecimiento de la productividad sobre el PIB del año 2060. Supongamos que el crecimiento anual de la productividad es un 1,5%, un crecimiento que incluso el Banco de España admite como razonable. En este caso, el valor del PIB español será 2,23 veces mayor que el PIB del año 2007. Ello quiere decir que si consideramos el valor del PIB del año 2007 como 100, el del año 2060 será de 223. Pues bien, el número de recursos para los no pensionistas en el año 2007 fue de 100 menos 8,4 (8,4 es la cantidad que nos gastamos aquel año en pensionistas), es decir, 91,6. En el año 2060 los recursos a los pensionistas serán el 15,1% de 223, es decir 33, y para los no pensionistas será 223 menos 33, es decir, 192, una cantidad que es más del doble de la existente en el año 2007, 91,6. Debido al crecimiento de la productividad, en el año 2060 habrá más recursos para los no pensionistas que hoy, y ello a pesar de que el porcentaje del PIB dedicado a pensiones es superior en el año 2060 que en el 2007. Los que alarman innecesariamente a la población olvidan un hecho muy elemental. Hace cincuenta años, España dedicaba a las pensiones sólo un 3% del PIB. Hoy es un 8%, más del doble que cincuenta años atrás. Y la sociedad tiene muchos más fondos para los no pensionistas de los que había entonces, aún cuando el porcentaje del PIB en pensiones sea mucho mayor ahora que entonces. Por cierto, ya hace cincuenta años, cuando España se gastaba un 3% del PIB en pensiones, había voces liberales que decían que en cincuenta años se doblaría o triplicaría tal porcentaje, arruinando el país. Pues bien, estamos cincuenta años más tarde, y el país tiene más recursos para los no pensionistas que existían entonces, aún cuando el porcentaje del PIB dedicado a pensiones se ha doblado.

4. Se equivocan constantemente en sus proyecciones demográficas


Cualquier demógrafo que tenga un mínimo de rigor sabe las enormes dificultades en calcular cambios demográficos por periodos tan largos como cincuenta años. Y un buen ejemplo de ello es que los bancos y las cajas publican cada diez años informes anunciando el colapso de las pensiones en diez años. La Caixa (en 1998), el BBVA (en 2005 y en 2007), El Banco Santander (en 1992 y en 1999), el Banco de España (en 1995, en 1999, en 2002 y en 2009) y una larga lista, han predicho el colapso (utilizando un término menos contundente) de las pensiones para diez o al máximo veinte años más tarde. En defensa de sus proyecciones utilizan los mismos argumentos y los mismos datos (la Comisión Europea utiliza prácticamente los mismos datos que publicó el informe de la Fundación de las Cajas en 2007). Y una de las proyecciones más utilizadas es la de la evolución de la pirámide demográfica, indicando que el porcentaje de ancianos está creciendo muy rápidamente, y el de los jóvenes está bajando muy sustancialmente, ignorando que, en aquellos países que financian las pensiones a base de cotizaciones sociales como es el caso español, el punto clave no es el número de jóvenes y adultos por anciano, sino el número de cotizantes y la cantidad de cada cotización por beneficiario. Y tanto el uno como el otro están subiendo, el primero como consecuencia de la integración de la mujer al mercado de trabajo (si España tuviera la tasa de participación de la mujer en el mercado de trabajo que tiene Suecia, habría tres millones más de cotizantes a la seguridad social), y el segundo como consecuencia del aumento de la productividad y de los salarios. Es más, toda la evidencia muestra que las familias españolas desearían tener más hijos (dos por familia) que los que tienen ahora. El desarrollo de la sociedad y de los servicios de ayuda a las familias, como escuelas de infancia y servicios domiciliarios, permitiría el incremento de la fecundidad, una de las más bajas del mundo. Hoy en Europa, los países nórdicos, con un amplio desarrollo del estado del bienestar, tienen una fecundidad mucho mayor que en el Sur de Europa.

Dos últimas observaciones. El hecho de que el rigor y credibilidad de tales documentos liberales sea muy escaso no quiere decir que no tuviera que haber cambios en las pensiones, cambios distintos al retraso de la jubilación o disminución de sus beneficios que proponen los liberales. Contrariamente a lo que se dice constantemente, las pensiones, incluyendo las contributivas, son demasiado bajas, y ello como consecuencia de que los salarios son demasiado bajos (ver el excelente capítulo sobre las pensiones escrito por la profesora Camila Arza en el libro La Situación Social en España. Vol. III. Biblioteca Nueva. 2009).

Otro cambio que debiera ocurrir es la flexibilización de la edad de jubilación permitiendo que aquellas personas (la mayoría profesionales) que desearan jubilarse más tarde pudieran hacerlo. La jubilación debiera ser un derecho, no una obligación.

Debiera también prohibirse, como se ha hecho en varios países, la prejubilación utilizada por el mundo empresarial para realizar cambios en sus plantillas, penalizando el sistema de seguridad social y al prejubilado, pues éste recibe una pensión menor. Tal prejubilación le supone a España un recorte de ingresos equivalente a un 6% del PIB

Una última observación es que el Estado debiera aumentar su aportación a las pensiones tal como lo hacen otros países (como Dinamarca), en que las aportaciones procedentes de los impuestos generales son mucho más intensas que en España. No hay nada sagrado en la Biblia económica que diga que las pensiones tienen que pagarse a base de cotizaciones sociales. La popularidad de las pensiones (entre todos los grupos etarios) es tal que puede justificarse tal medida que contaría con gran apoyo popular. España ya lo hizo con la sanidad (que estuvo financiada por la Seguridad Social) y puede expandirlo a otras áreas.

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Yo no puedo, ni debo, ni quiero y lo más seguro es que tampoco supiera decirle a la COESPE lo que tiene que hacer. Entre otras cosas porque estoy viviendo en un Barrio de Bilbao que se llama República Dominica y está del centro de Bilbao como a unos siete mil kilómetros, aunque no por ello deja de ser verdad que a veces los más cercanos físicamente son los más lejanos que uno puede tener. Lo que digo es en virtud de mis cincuenta años de trabajo por haber pertenecido y seguir perteneciendo al Ilustrísimo y Excelentísimo Cuerpo siempre heroico, con la vida siempre en riesgo, sobre todo los peones de albañil en lo alto del andamio, productor de la riqueza de la Patria, a pesar de que sean unos cuantos buenos patriotas que sin haber trabajado nunca disfrutan de la riqueza que nos quitan a los demás trabajadores que sí la hemos creado, con el deseo de que cualquier jubilado tenga la pensión que yo tengo que no es de las malas. Esta es la única base de donde arranca todo lo que yo pueda decir. Hay cosas que no se pueden hacer. Por ejemplo (y hasta el momento al día de hoy) yo no puedo meter en la cárcel no al que ya me ha robado parte de las pensiones, que bien me gustaría, sino también al que me la está intentando robar, por ejemplo, a los pactantes del Pacto de Toledo. Pues como no se puede hacer no se hace, no hay que perder más tiempo en este asunto. Pero hay otras cosas que si se pueden hacer y a lo mejor no estamos haciendo, como por ejemplo, hablar clarito, en cristiano, para que nos pueda entender incluso Cristo. Y así, si como afirma el autor del artículo que sigue (que yo lo doy por bueno) que “CCOO y UGT se han convertido en una rémora, se han convertido en colaboracionistas y comisionistas de los fondos de pensiones.” A estas dos organizaciones hay que dejar de llamarles sindicatos para denominarlas mercantiles de lo sindical, por tanto, enemigas de los trabajadores, y en consecuencia, cuando un miembro del gobierno se reúna con ellas no las puede calificar como agentes sociales, salvo que añada, agentes sociales de la mercantil sindical que pretenden robar a los trabajadores, y que por ello, la reunión duró como dos minutos, el tiempo que me costó echarlas a empujones del despacho, porque en caso contrario, el ministro en cuestión se convierte en colaborador de unas mercantiles de lo sindical que pretenden robar a los trabajadores, por lo que al ministro en cuestión también hay que echarlo a empujones del gobierno, en tanto en cuanto este declare que está para servir al pueblo. Es evidente, pues, que manteniendo a CCOO y UGT en el Pacto de Toledo, como comisionistas y colaboracionistas que son de los fondos de pensiones no pueden actuar en nombre de los trabajadores, dado que sus intereses son contrarios a los intereses de los trabajadores, y yo no sé si esto podría dar para una querella o denuncia (yo creo que sí) ante el juzgado correspondiente que fuera firmada por millones de pensionistas para la negación y no aceptación de cualquier acuerdo en los que hayan podido participar dichas mercantiles de lo sindical. Habría que consultar con algún abogado.

 

El Pacto de Toledo en secreto y a espaldas de los jubilados/as


Kaos en la red

Por Rufino Hernández Publicado el Sep 6, 2020

 

Es una suerte y al tiempo una liberación leer a Miren Erxezarreta. Su claridad de ideas, su facilidad para separar el trigo de la paja, es admirable. El comprobar la fuerza y pasión con que esta economista defiende el sistema público de pensiones, comprobar el dominio que sobre esta materia derrocha, es un estímulo para todos aquellos que nos preocupamos por estos temas. Desde su equilibrio y formación académica, sin pelos en la lengua, se enfrenta a los distintos estamentos, desde la banca y aseguradoras, hasta los sindicatos, para terminar afirmando que el sistema público de pensiones es viable y seguro, que todo depende de cómo se quiera repartir el dinero del Estado, y de las movilizaciones que la sociedad y el movimiento de pensionistas estén dispuestos a llevar a cabo.

No solamente es la banca, las aseguradoras y el sistema económico en general, los que intentan aumentar sus beneficios a través de la privatización del Sistema de Pensiones. Los grandes sindicatos, CCOO y UGT se han convertido en una rémora, se han convertido en colaboracionistas y comisionistas de los fondos de pensiones.

Manifestación de los pensionistas en Burgos – Foto de archivo Mayo 2018

Es una herida para la vista y para el cerebro, entrar en la sede de estos sindicatos y toparte con una oficina con las siglas del BBV dispuesta a hacer contratos con un fondo de pensiones. Y es que entre ese banco y estos sindicatos, han creado una empresa, un fondo de pensiones, de cuyas ganancias el banco se lleva el 60% y los sindicatos el 40% , o sea, el 20 % cada sindicato. Con este hecho se puede decir, sin capacidad de error, que estos sindicatos están apuntalando la privatización del sistema de pensiones.

Otra rémora para el Sistema Público de Pensiones está incrustada en el vientre del propio PSOE. Históricamente han y siguen conviviendo en el seno de este partido dos sectores bien diferenciados, el uno más conservador y el otro más progresista, es este último el que ostenta la mayoría en este gobierno de coalición, pero en este sector progresista también permanecen ciertos ministerios controlados por ministras y ministros quintacolumnistas.

Esta lucha de tendencias que se dan dentro de las estructuras del PSOE, por lo dicho anteriormente, es similar a la que se da dentro de las estructuras de los sindicatos.

Esta parte de la izquierda política y  sindical, se sentará este mes de septiembre a discutir y negociar sobre las pensiones en el ya famoso Pacto de Toledo. La mayoría de los temas llegarán negociados, temas negociados con el habitual secretismo, mientras la sociedad permanecía encerrada y embozada, contemplando los espectáculos que las televisiones montaban basados en las informaciones que se hacían sobre la pandemia, y los bulos, ambiciones y mentiras de la extrema derecha y derechas.

Es preocupante saber que estas fuerzas políticas y sindicales han estado negociando a nuestras espaldas, sobre el futuro y presente de nuestras pensiones, sin que en estas reuniones hayan contado con la opinión de los jubilados, y aún es peor, en la reunión final del próximo Pacto de Toledo, el movimiento de pensionistas tampoco estará representado, lo que provocará un desequilibrio en la relación de fuerzas y opiniones presentes en la reunión.

Con estas circunstancias, el movimiento de pensionistas se encuentra ante una encrucijada, que le obliga a definir y pulir su estrategia a corto medio y largo plazo.

Este movimiento de pensionistas, organizado mayoritariamente en torno a la COESPE, celebrará su IV asamblea general durante los días 4 y 5 de este mes de septiembre, en la que tendrá que enfrentarse y tomar decisiones valientes, si quiere seguir siendo un referente, una organización eficaz para la defensa del sistema público de pensiones y de los servicios públicos. Todo esto en una situación política y socialmente complicada.

Esta COESPE está obligada a buscar y definir sus caminos que, dentro de su independencia, permitan llegar a acuerdos con otras organizaciones sociales, sindicales y políticas, con el fin de fortalecer el sector más progresista de la sociedad, al tiempo que se frena a las nostalgias franquistas de la extrema derecha y a las privatizaciones de las derechas, para lo cual, está obligada a salir de esta asamblea más cohesionada; dotada de unos medios organizativos, ágiles y operativos; sabiendo que su tabla reivindicativa no la puede llevar a cabo por sí sola; que tendrá que negociar con otras fuerzas progresistas; que necesitará encontrar las muletas adecuadas para poder caminar en este laberinto social, económico y político dónde hay infinidad de intereses.

Tiene que huir de todo tipo de frentismo, de pensar que se tiene toda la verdad y toda la capacidad de llevarlas a cabo; no sirven de nada las posturas fundamentalistas en las que se puede caer. Es necesario fortalecer la relación de fuerzas y el tejido social; hacer negociaciones para conseguir mayorías que permitan sacar adelante las ideas que se defienden.

Resumiendo, la COESPE ha de seguir siendo una organización independiente y unitaria, con capacidad de tirar de las diferentes organizaciones políticas, porque es en este ámbito donde se toman las decisiones sobre el sistema de pensiones y de los servicios públicos, y con las organizaciones sociales que tengan puntos de la tabla reivindicativa en común.

Para defender nuestros derechos, es necesario seguir presionando en las calles y en los despachos, para lo que es fundamental la unidad de acción y la independencia con la que COESPE siempre ha dotado.

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Cómo se puede y se debe luchar eficazmente con las pandemias y enfermedades desde la Sanidad pública. Un ejemplo histórico: el de la Rusia que surge tras la Revolución de obreros, soldados y campesinos en Octubre de 1917. Este hecho histórico es silenciado infamemente por los propagandista anti marxistas con el título de historiadores. La Revolución rusa de 1917 está precedida por cuatro años de la primera gran masacre mundial que organizaron los diferentes grupos capitalistas para hacer crecer sus capitales: la I Guerra Mundial. Finalizada esta, Rusia fue invadida militarmente por 14 potencias capitalistas en apoyo de las fuerzas reaccionarias rusas para abortar la Revolución de Octubre (otro hecho que para los difamadores del marxismo tampoco parece que le den mucha importancia) que originó una guerra civil hasta 1923 y que logró ganar el Ejército de los pueblos de Rusia fiel a la Revolución. Nueve años de guerra en Rusia arruinaron su economía y disminuyó su fuerza de trabajo, sin embargo y a pesar de ello, el Estado ruso logró vencer la pandemia y las enfermedades que se dieron. La España de 2020 no viene precedida de nueve años de guerra ni de ninguna Revolución de Octubre de 1917, por lo tanto, dispone de muchos más medios humanos y materiales para la lucha contra el coronavirus de los que disponía la Rusia de aquel tiempo. La moraleja no la quiero explicitar para ver si el supuesto gobierno de izquierdas que tenemos es capaz de descubrirla por sí solo (que yo creo que no).

 


¿El eslabón débil en la pandemia está en el Estado español?

https://canarias-semanal.org/art/28524/el-eslabon-debil-en-la-pandemia-esta-en-el-estado-espanol

07.09.2020

Dada la gran desigualdad social existente, la experiencia bolchevique constituye un estímulo redoblado para la acción en las circunstancias actuales. 

Llama la atención de observadores y expertos la particular incidencia y repercusión de la pandemia por coronavirus en el Estado español, siendo la más elevada en el conjunto europeo (ver cuadro adjunto). Y es que además de los factores intrínsecos a la infección vírica así como de sus características epidemiológicas en cuanto a su desarrollo poblacional están los específicos factores de una sociedad estructuralmente muy desigual desde el punto de vista de las clases sociales, variables como la vivienda, el tipo de trabajo o el barrio en donde se reside son factores clave a la hora de contagiarse. Sin dudas a tal desigualdad estructural debe corresponder una intervención social y política de transformación estructural, constituyendo respectivamente las llamadas condiciones objetivas y subjetivas de la acción revolucionaria.

En la recopilación del Instituto Tricontinental de Investigación Social vemos que en el contexto histórico de la Revolución de Octubre diversas enfermedades manifestaban sus efectos devastadores en Rusia, el cólera, la viruela, la llamada “gripe española” de la que a fines de 1918 se registraban 150 casos semanales, aunque no era un problema tan grande como el tifus, que llevaba a los hospitales a 1000 casos a la semana. El tifus epidémico causó grandes brotes que mataron a un gran número de personas, transmitido por piojos tuvo una enorme difusión en las condiciones de miseria, suciedad y hacinamiento heredadas de la 1ª Guerra Mundial y potenciadas por la Guerra Contrarrevolucionaria de 1917 a 1923. Fue en esa situación cuando, en 1919, Lenin dijo ante el VII Congreso de Obreros y Campesinos aquello de que: «El socialismo debe conquistar a los piojos o los piojos conquistarán al socialismo». Los servicios sanitarios habían sido nacionalizados y ahora eran gratuitos, esto fue crucial en el desarrollo de un plan para sobrevivir al tifus. Se creó un Comisariado de Salud Pública el 21 de julio de 1918, a cargo de Nikolai Semashko, primera institución de este tipo en el mundo (en EE.UU. no se creó un Departamento de Salud hasta 1953). El Comisariado estaba encargado de asegurar que la asistencia sanitaria fuera un derecho y no un privilegio; su primera tarea fue aumentar de modo  muy importante la provisión sanitaria, la República Soviética rápidamente construyó hospitales y policlínicos, desarrolló la salud pública, y expandió las escuelas de medicina y los institutos bacteriológicos. El Dr. E. P. Pervukhin, comisario de Salud Pública de la Comuna de Petrogrado, decía en 1920: «Se han erigido nuevas fábricas de medicamentos, y se han confiscado grandes cantidades de los especuladores de medicamentos». El ánimo de lucro fue eliminado del sector de la salud.

Quedó establecida la participación de la población considerando que la atención sanitaria no puede ser dejada exclusivamente en manos de los profesionales sanitarios. Semashko sostuvo que había que movilizar a la clase obrera y al campesinado en la lucha por construir una sociedad sana. Los Comités de Trabajadores para Combatir las Epidemias fueron establecidos en 1918 en ciudades y pueblos. Representantes de esos comités difundían información científica sobre salud e higiene, se ocupaban de los baños públicos, monitoreaban a sus comunidades para asegurar que cualquier señal de enfermedad fuera atendida por profesionales médicos. Las medidas sanitarias estaban basadas en controlar la propagación del tifus mediante el control de los vectores (piojos), aislamiento de los enfermos, la educación sanitaria y la utilización de productos químicos. Las ropas de las personas, así como el uniforme de los soldados, eran esterilizadas a vapor para matar los piojos y destruir sus huevos. Se proporcionaron jabones, aceites de coco y trementina, naftaleno y piretrinas que se usaron ampliamente, luego fueron reemplazados por el DDT y posteriormente por los antibióticos. En 1920, Semashko escribió: «Podríamos decir sin exagerar que las epidemias de tifus y cólera fueron detenidas gracias a la labor de los comités de trabajadores y campesinos». La acción popular fue una parte integral del sistema sanitario soviético. Se fortalecieron las medidas preventivas y de salud pública mejorando las condiciones de vida de la clase trabajadora y del campesinado. El Dr. Pervukhin también decía en 1920 que en la República Soviética «todas las viviendas están nacionalizadas, así que ya nadie vive en sectores peligrosos para la salud como sucedía en el antiguo régimen. Por medio de nuestro monopolio de granos, los alimentos están asegurados en primer lugar para los enfermos y necesitados». Por aquel entonces, el Dr. Pervukhin pudo manifestar que «Superamos la gripe española mejor que el mundo occidental».

Esa experiencia es de suma inspiración ante la pandemia actual por coronavirus, incluso para la actuación bajo el sistema capitalista, dándose las condiciones objetivas y  permitiendo potenciar las subjetivas necesarias para la toma del poder y la participación directa de la clase trabajadora y capas populares en «el monitoreo de sus comunidades» que ahora en el contexto actual se llama «rastreo» ejecutado por personas no necesariamente sanitarias y que con el encargo al ejército se está convirtiendo en otro instrumento para la militarización, aprovechando como siempre la más mínima oportunidad para ello.

Casos positivos por países en Europa

https://ourworldindata.org/grapher/positive-rate-daily-smoothed?tab=chart&year=latest&time=2020-03-05..latest&country=FIN~FRA~DEU~ITA~NOR~PRT~ESP~GBR

Por otro lado, aunque el Gobierno PSOE-UP tiene el deber de crear las condiciones necesarias para el desarrollo de una industria farmacéutica pública que produzca y comercialice medicamentos a precios justos, se ha implicado con 190 voluntarios sanos en la fase 2, junto a Alemania y Bélgica, del ensayo de la vacuna Ad26.COV2-S de la compañía Janssen filial de la multinacional Johnson & Johnson que se llevará a cabo en tres hospitales españoles. Hay más de 200 candidatas vacunales en desarrollo en el mundo. Solo 30, la cubana entre ellas, han logrado la aprobación para iniciar ensayos clínicos. Los países que hoy tienen más candidatas vacunales en desarrollo además de Cuba y China, son Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, Australia, Japón y Alemania, países con multinacionales conectadas. El Gobierno de PSOE-UP debería atreverse a priorizar la salud de su pueblo y a desmarcarse de la industria farmacéutica uno de los poderes fácticos del neoliberalismo capitalista, noapostando por las vinculadas a multinacionales. Pero por lo visto es mucho pedir.

Desde las posiciones rupturistas y anticapitalistas tenemos que ser capaces de emprender una lucha que transforme esta situación, dirigida a exigir el carácter público de la vacuna a quien la fabrique y a que los gobiernos garanticen una distribución equitativa y democrática. En cualquier caso para defender en primer lugar a la población vulnerable la medida realmente transformadora sería nacionalizar la industria farmacéutica y para ello, aunque en el Estado español se den las condiciones objetivas, debemos trabajar mucho las subjetivas para confirmar que efectivamente es el eslabón débil en la pandemia.

Arturo Borges Álamo para Hojas de Debate

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