domingo, 8 de diciembre de 2024

LORENZO RAMÍREZ: ¿Qué está pasando realmente en Siria? La relación ocult...

Israel y la guerra de Occidente contra sí mismo

 

Israel y la guerra de Occidente contra sí mismo

 

Por Ramzy Baroud

Rebelion

07/12/2024 

 


Fuentes: Rebelión



Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

Las órdenes de detención del Tribunal Penal Internacional (TPI) contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el exministro de Defensa Yoav Gallant son un desastre diplomático para Israel, según The Economist, un «duro estigma» para el dirigente israelí, escribió The Guardian, y un «duro varapalo», según otros.

Pero un término en el que muchos parecen estar de acuerdo es que las órdenes de detención representan un terremoto, aunque muchos dudan de que Netanyahu llegue a sentarse algún día frente a un tribunal.

El sector propalestino, que últimamente representa a la mayoría de la humanidad, se debate entre la incredulidad, el escepticismo y el optimismo. Resulta que, después de todo, el sistema internacional tiene pulso, aunque débil, pero suficiente para reavivar la esperanza de que la rendición de cuentas legal y moral aún es posible.

Esta mezcla de sentimientos y lenguaje fuerte es el reflejo de varias experiencias importantes e interconectadas: una, el exterminio sin precedentes de toda una población que está llevando a cabo Israel contra los palestinos en Gaza; dos, el fracaso absoluto de la comunidad internacional a la hora de detener el espeluznante genocidio en la Franja; y, por último, el hecho de que el sistema jurídico internacional ha fracasado históricamente a la hora de hacer que Israel, o cualquiera de los aliados de Occidente, rindan cuentas ante el derecho internacional.

El verdadero terremoto es el hecho de que es la primera vez en la historia que el TPI exige responsabilidades a un líder proccidental por crímenes de guerra. De hecho, históricamente, la inmensa mayoría de las órdenes de detención y las detenciones efectivas de acusados de crímenes de guerra parecían tener como objetivo el Sur Global,  y África en particular.

Sin embargo, Israel no es un Estado «occidental» ordinario. El sionismo fue un invento colonial occidental, y la creación de Israel sólo fue posible gracias al apoyo incondicional y sin trabas de Occidente.

Desde su creación sobre las ruinas de la Palestina histórica en 1948, Israel ha desempeñado el papel de ciudadela colonial occidental en Oriente Medio. Todo el discurso político israelí se ha adaptado y situado dentro de las prioridades y supuestos valores occidentales: civilización, democracia, ilustración, derechos humanos y similares.

Con el tiempo, Israel se convirtió en gran medida en un proyecto estadounidense aceptado tanto por los liberales como por los conservadores religiosos.

Por lo tanto, no sería exagerado afirmar que la acusación del TPI contra Netanyahu, como representante de la clase política de Israel, y contra Gallant, como líder de la clase militar, es también una acusación contra Estados Unidos.

A menudo se dice que Israel no habría podido llevar a cabo su guerra, por tanto el genocidio, contra Gaza sin el apoyo militar y político estadounidense. Según el sitio web de noticias de investigación ProPublica, en el primer año de la guerra, Estados Unidos envió más de 50.000 toneladas de armamento a Israel.

Los principales medios de comunicación y periodistas estadounidenses también son culpables de ese genocidio. Enaltecieron a los ahora criminales de guerra Netanyahu y Gallant, junto con otros líderes políticos y militares israelíes, como si fueran los defensores del «mundo civilizado» contra los «bárbaros». Los medios de comunicación conservadores los presentaron como profetas que realizaban la obra de Dios contra los supuestos paganos del Sur.

Ellos también han sido acusados por el TPI, una acusación moral y un «duro estigma» que nunca podrá erradicarse.

Cuando Karim Khan, el fiscal jefe deI TPI, solicitó inicialmente las órdenes de detención en mayo, muchos dudaron de su efectividad, y con razón. Los israelíes consideraban que su país contaba con el apoyo necesario para rechazar tales órdenes. Citaron intentos anteriores, incluido un caso judicial belga en el que las víctimas de la brutalidad israelí en Líbano intentaron responsabilizar al ex primer ministro israelí Ariel Sharon de la masacre de Sabra y Shatila. No sólo se desestimó el caso en 2003, sino que Bélgica fue presionada por Estados Unidos para que modificara su propia legislación de modo que no incluyera la jurisdicción universal en caso de genocidio.

Tampoco Estados Unidos se mostró muy preocupado, pues estaba dispuesto  a castigar a los jueces del TPI, difamar al propio Khan y, según un reciente post en las redes sociales del senador estadounidense Tom Cotton, dispuestos a «invadir La Haya».

De hecho, esta no es la primera vez que Estados Unidos, que no suscribió el Estatuto de Roma y por tanto no es miembro del TPI, exhibe sus músculos contra quienes simplemente intentan hacer cumplir el derecho internacional. En septiembre de 2020, el gobierno estadounidense impuso sanciones a la entonces fiscal jefe Fatou Bensouda y a otro alto funcionario, Phakiso Mochochoko.

Incluso quienes querían que se exigieran responsabilidades por el genocidio israelí tenían dudas, sobre todo porque gobiernos occidentales proisraelíes, como el de Alemania, dieron un paso al frente para impedir que se emitieran las órdenes de detención. Los retrasos injustificados en los procedimientos contribuyeron al escepticismo, sobre todo porque de repente el propio Khan estaba siendo procesado por supuesta «conducta sexual inapropiada».

Sin embargo, después de todo esto, el 21 de noviembre se emitieron las órdenes de detención, en las que se acusaba a Netanyahu y Gallant de presuntos «crímenes de guerra» y «crímenes contra la humanidad», siendo los otros delitos punibles dentro de la jurisdicción de la CPI el genocidio y la agresión.

Teniendo en cuenta que el más alto tribunal del mundo, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), ya ha determinado que es plausible que los actos de Israel puedan equivaler a genocidio y que actualmente está investigando el caso, Israel, como Estado, y los principales dirigentes israelíes se han convertido de repente, y merecidamente, en enemigos de la humanidad.

Aunque es correcto y legítimo argumentar que lo realmente importante es el resultado tangible de estos casos -poner fin al genocidio al tiempo que se responsabiliza a los criminales de guerra israelíes-, no debemos pasar por alto el significado más amplio de estos acontecimientos trascendentales.

La CIJ y el TPI son esencialmente dos instituciones occidentales creadas para vigilar el mundo reforzando el doble rasero resultante del sistema internacional dominado por Occidente tras la Segunda Guerra Mundial.

Son el equivalente legal del acuerdo de Bretton Woods, que regulaba el sistema monetario internacional para servir a los intereses occidentales de Estados Unidos. Aunque, en teoría, defendían valores universalmente encomiables, en la práctica sólo servían como herramientas de control y dominio del orden occidental.

Durante años, el mundo ha estado en un proceso de cambio evidente e irreversible. Nuevas potencias surgían y otras se reducían. La agitación política en Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia no eran más que reflejos de la lucha interna en las clases dirigentes occidentales. El increíble ascenso de China, la guerra en Europa y la creciente resistencia en Oriente Próximo han sido consecuencia y aceleradores de ese cambio.

De ahí la constante exigencia de reformas en el sistema internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial para reflejar de forma más equitativa las nuevas realidades mundiales. A pesar de la resistencia estadounidense-occidental al cambio, las nuevas formaciones geopolíticas siguieron produciéndose, a pesar de todo.

El genocidio de Gaza representa un momento decisivo en esta dinámica global. Esto quedó reflejado en el lenguaje utilizado por Karim Khan cuando solicitó las órdenes de detención, haciendo hincapié en la credibilidad del tribunal. «Para eso tenemos un tribunal», dijo en una entrevista exclusiva con CNN el 20 de mayo. «Se trata de la aplicación igualitaria de la ley. Ninguna persona es mejor que otra. Ninguna persona es santa en ningún sitio».

El énfasis en la credibilidad es aquí una culminación de la evidente pérdida de credibilidad en todos los frentes. Esto no debería sorprender, ya que fue Occidente, el autoproclamado paladín de los derechos humanos, la misma entidad política que abanderó, defendió y sostuvo el genocidio israelí.

Aunque a uno le gustaría creer que las órdenes de detención del TPI se dictaron exclusivamente por el bien de las víctimas del genocidio israelí, numerosas pruebas sugieren que la imprevista medida fue un intento desesperado de Occidente por salvar la poca credibilidad que había mantenido hasta ese momento.

El gobierno de Estados Unidos, violador impenitente de los derechos humanos, ha mantenido su firme postura en defensa de Israel, culpando al TPI por las órdenes de detención, no a los criminales de guerra israelíes por cometer el genocidio.

Sin embargo, el conflicto en Europa ha sido mucho más palpable, reflejado en la postura de Alemania, que dijo que «examinaría detenidamente» las órdenes de detención, pero que es «difícil imaginar que hagamos arrestos sobre esta base».

Uno mantiene la esperanza de que los cambios de las potencias mundiales acaben salvando el derecho internacional de la hipocresía y el oportunismo de Occidente. Pero lo que está claro por ahora es que el propio conflicto de Occidente no hará sino ganar impulso. ¿Serán los que crearon la amenaza sionista israelí las mismas potencias que la derriben? Cabe dudarlo.

Ramzy Baroud es periodista y director de The Palestine Chronicle. Es autor de cinco libros el último de los cuales es These Chains Will Be Broken: Palestinian Stories of Struggle and Defiance in Israeli Prisons (Clarity Press, Atlanta). El Dr. Baroud es investigador senior no residente en el Centro para el Islam y Asuntos Globales (CIGA, por sus siglas en inglés) de la Universidad Zaim de Estambul (IZU). Su página web es www.ramzybaroud.net

Fuente: https://www.counterpunch.org/2024/12/03/israel-and-the-wests-war-on-itself/

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Primer ministro sirio confirma la caída del presidente Bashar al Assad

 

Primer ministro sirio confirma la caída del presidente Bashar al Assad

 

DIARIOOCTUBRE / diciembre 8, 2024

 

Una fuente militar siria dijo que el mando del Ejército Árabe Sirio informó a los oficiales y jefes militares de la caída de Bashar al Assad.


Los extremista radicales confirmaron su entrada en Damasco sin que se registraran mayores señales de despliegue militar por parte de las fuerzas árabes sirias. Foto: EFE

El primer ministro sirio, Muhammad al-Jalali confirmó este domingo la caída del gobierno del presidente Bashar al Assad y señaló que está dispuesto a entregar el poder pacíficamente.

El anunció de Muhammad al-Jalali se dio después de conocerse la toma de la capital siria por grupos extremistas y declaró estar dispuesto a «cooperar» con cualquier dirección elegida por el pueblo y con cualquier medida encaminada a «entregar» el poder.

Por su parte una fuente militar siria dijo a la agencia Reuters que el mando del Ejército Árabe Sirio informó a los oficiales y jefes militares de la caída de Bashar al Assad.

Al asumir el control de la capital siria, los grupos radicales extremistas anunciaron que se hicieron del control de la radio, la televisión pública y de varias instituciones sirias.

https://twitter.com/teleSURtv/status/1865609782645706991?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1865609782645706991%7Ctwgr%5Eff01498296ff32b686a3b6b15b9d045a858a2e84%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.inoreader.com%2F

Los extremista radicales confirmaron su entrada en Damasco sin que se registraran mayores señales de despliegue militar por parte de las fuerzas árabes sirias.

Los últimos puntos de resistencia militar siria fueron evacuados, permitiendo que los grupos armados tomaran el control de estas zonas de manera estratégica y sin enfrentamientos prolongados.

La ofensiva terrorista lanzada la semana pasada desde la provincia de Idlib por una coalición islamista liderada por el grupo armado Hayat Tahrir al Sham ha desencadenado la mayor escalada de la guerra civil en Siria desde 2019.

Fuente: telesurtv.net

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SIRIA. Una caída tan inesperada como sospechosa

 

SIRIA. Una caída tan inesperada como sospechosa

 

La caída de Siria crea un peligroso precedente. Con su victoria, el imperialismo vuelve a envalentonarse en esa castigada región y en todo el mundo

 

Insurgente.org / 08.12.2024

 


Todo ha sido tan rápido e incluso tan fácil para los terroristas que, cuando menos, la caída del gobierno sirio de Bashar Asad levanta sospechas. En los lugares claves (en Damasco, por ejemplo) el tan combativo Ejército sirio apenas ha ofrecido resistencia.

Cabe preguntarse dónde estaba Rusia, que en la anterior embestida contra Siria jugó un papel decisivo en su defensa. Ahora su inacción ha sido lo más notable. Ha estado ahí, pero de manera muy poco convincente, de lo contrario, en el peor de los casos, la caída de Siria no habría sido tan rápida. De Irán, en lo que le corresponde, podríamos decir más de lo mismo.

La caída de Siria crea un peligroso precedente. Con su victoria, el imperialismo vuelve a envalentonarse en esa castigada región y en todo el mundo.

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Tras la orden dada al ejército de Siria de no enfrentar a los grupos agresores en diversas ciudades, las fuerzas opositoras se infiltraron sin resistencia en la capital, Damasco, y tomaron el control, según reportes de la agencia Reuters.

Según esta misma fuente, citando a oficiales el Ejército del país árabe, el Gobierno de Bashar Asad habría caído tras varios días de ataques y operaciones de grupos terroristas que han vuelto a sumir a Siria en una crisis política y social. Además, los combatientes también habrían ingresado a Damasco, mientras los militares abandonan sus posiciones.

Reuters citó a dos altos funcionarios sirios para asegurar que el presidente Bashar al-Assad abandonó Damasco con destino desconocido.

Por su parte, según Rusia Today, el primer ministro sirio, Muhammad al-Jalali, se declaró a la espera de nuevos tiempos, y prometió estar en el Consejo de Ministros en la mañana, listo para cualquier medida de entrega.

En cuanto a Estados Unidos se refiere, según el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca, decir que el presidente Joe Biden y su equipo siguen de cerca los acontecimientos en Siria, manteniéndose en contacto constante con los socios regionales.

Por otra parte, según diversos reportes, los terroristas abrieron las prisiones del país, incluida la de Sednaya, ubicada a unos 30 kilómetros al norte de esta capital.

Mientras, las televisoras nacionales comenzaron a trasmitir programas con el logotipo de la antigua bandera del país (con franjas verde, blanca y negra, además de tres estrellas), en lugar de la adoptada en 1980 (rojo, blanca y negra con dos estrellas).

En medio de la crisis, Arabia Saudita, Jordania, Egipto, Iraq, Qatar, Irán, Türkiye y Rusia reclamaron una solución política a la guerra y advirtieron que la situación allí es un peligro para Oriente Medio y el mundo.

Todo ha sucedido tras una sorpresiva ofensiva hace 12 días de la alianza islamista.

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Si Rusia afloja en Siria, aflojará en todos los frentes

 

Si Rusia afloja en Siria, aflojará en todos los frentes

 

DIARIOOCTUBRE / diciembre 7, 2024



Con muy poco los yihadistas han hecho mucho en Siria. La intervención de Turquía, otro actor por delegación, no es pretexto suficiente para explicar el fracaso del ejército regular, pero también de Rusia e Irán, que tenían la cabeza puesta en otros lugares.

No se puede dejar ningún trabajo sin terminar, y menos una guerra. No se puede dejar a los terroristas a sus anchas en Idlib, bajo la tutela de de un país como Turquía. Que no hayan proclamado un califato no es excusa. Los han dejado prepararse durante cuatro años y en tres días han capturado Alepo, que es la segunda ciudad más grande de Siria.

Rusia no puede caer otra vez en la trampa de dejar el trabajo sin terminar en Ucrania. No puede congelar la guerra. Debe terminarla definitivamente y enviar un aviso a sus vecinos, desde el Báltico hasta el Cáucaso. De lo contrario los imperialistas no les van dejar un minuto de tranquilidad.

Además, si Rusia quiere hacer las cosas bien, debe hacerlas por sí misma. No puede contar con aliados y socios circunstanciales. Los iraníes estaban demasiado ocupados con Palestina y Líbano.

Erdogan le ha apuñalado por la espalda, y no es la primera vez. Turquía nunca ha dejado de trabajar para la OTAN, ni tampoco de dirigir a los yihadistas que operan en el norte de Siria. Sin el MIT, su servicio de inteligencia, el ataque terrorista contra Alepo habría sido imposible.

Los acuerdos internacionales son papel mojado si no están respaldados por la fuerza bruta. Los últimos ejemplos son los de Misk de 2014 o el firmado en 2020 en Astaná. La captura de Alepo es una burla directa a un trato que convirtió a Rusia, Irán y Turquía en países garantes de Siria, un papel que ninguno de ellos ha cumplido.

Los días 11 y 12 de noviembre se celebró en Astaná la 22 reunión internacional sobre Siria en el “formato Astaná”, y sobre sus resultados se emitió una declaración conjunta. Más papel mojado.

La caída de Alepo no se pudo producir sin la traición de los generales sirios, sin la huida de sus subordinados, sin que el frente quedara expuesto y sin que muchas armas quedaran se abandonadas en manos de los yihadistas. Es poco probable que esto hubiera sido posible si Damasco hubiera sido plenamente consciente de la situación, incluida la lealtad y el profesionalismo de sus oficiales superiores.

Para que los dirigentes sean conscientes de la situación es necesario tener fuentes de información sobre el terreno y un organismo capaz de recopilarlos, analizarlos y transmitirlos de manera oportuna.

Rusia no puede ceder en Siria. Si lo hace, sucumbirá en todas partes. La coincidencia en el tiempo de acontecimientos como la escalada en Ucrania, los ataques de largo alcance contra el interior de Rusia, el ataque al sistema bancario ruso, la crisis en Abjasia, la desestabilización en Georgia y la crisis en torno a Alepo no son accidentales.

Al imperialismo los nievos misiles Oreshnik no le han impresionado en absoluto y ha respondido intensificando significativamente sus esfuerzos para presionar a Rusia en todos los frentes.

El éxito en Alepo puede alentar a los imperialistas a atacar en otros puntos. Rusia debe mantener unidas todas sus líneas y estar preparada para afrontar nuevos desafíos.

Si Rusia todavía tenía dudas sobre la pertinencia de las negociaciones, la situación actual en Siria debe haberles convencido de que tienen que abordar la cuestión ucraniana de forma definitiva, que no deje lugar a dudas.

Fuente: mpr21.info

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