El negocio del litio por
dentro: el caso de Sales de Jujuy
Por Gastón
Remy
Rebelion
15/01/2024
Fuentes: La
izquierda diario
El litio se ha convertido en un tema de debate en todo el mundo. ¿Pero los
beneficios del litio son para todos por igual?
La cuestión del
litio se debate en todo tipo de ámbitos. Las mineras instalan la idea de que la
extracción de litio es beneficiosa para todos. Tanto para las empresas,
trabajadores, comunidades y el propio medioambiente. En este artículo,
publicado originalmente en la Revista Ciencia Geográfica, Año XXVII, Vol XXVII
N°4. Noviembre/Diciembre 2023 [1],
nos enfocamos en brindar algunos fundamentos que contradicen este sentido
común. En esta ocasión lo haremos a través de en un estudio de caso. La minera
Sales de Jujuy propiedad del grupo Arcadium Lithium. Analizamos sus balances,
la dinámica de rentabilidad e inversión. El impacto en el empleo en la zona
operativa del salar de Olaroz, la cuestión salarial, el vínculo con las
comunidades originarias, el rol del Estado y el impacto socioambiental. A
partir de estos datos y hechos llegamos a la conclusión que hay ganadores,
perdedores relativos y absolutos. A modo de cierre se esgrime que hay
alternativa al esquema de la minería de litio de carácter extractivista.
El litio se ha
convertido en un tema de debate en todo el mundo. Y la discusión es transversal
al ámbito político, en la academia abundan los papers y libros, en las redes
sociales los videos y debates e incluso en las sobremesas en los hogares no
falta aquel que dispare algún comentario sobre el tema. Pero los beneficios del
litio, ¿son para todos por igual? Esto es lo que sostiene Martín Pérez de
Solay, Director General y CEO del grupo Allkem, propietario de la mina Sales de
Jujuy que extrae litio en el salar de Olaroz. “En Allkem estamos orgullosos del
rol que desempeñamos para hacer posible la mitigación del cambio climático
mediante la contribución al almacenamiento de energía limpia y las cadenas de
valor de los vehículos eléctricos”. (Pérez de Solay, 2022).
En este trabajo
nos abocamos a dar algunos fundamentos en pos de demostrar por qué no todos se
benefician por igual, y cuando nos referimos al “todos”, vamos a identificar a
los propietarios del capital, por un lado y su vinculación con los Estados; y a
los trabajadores y comunidades originarias, por el otro. Considerando también
al escenario donde las clases sociales producen y reproducen sus condiciones de
vida, alterando y modificando ese territorio/espacio, o sea, la naturaleza.
Tomamos como caso testigo el de la empresa Sales de Jujuy.
Esta empresa es
parte del grupo Allkem el cual surge de la fusión de la minera australiana
Orocobre y Galaxy Resources. Y este año Allkem, además se fusionó con la
norteamericana Livent, que fue pionera de la minería de litio entrando en
operaciones a fines de los años 90’ en la provincia de Catamarca. La primera
conserva el 56% de las acciones, mientras la segunda el 44%. De esta forma, se
crea el grupo Arcadium Lithium, pasando a ser la tercera compañía más grande
del mundo, valuada en U$S 10.600 millones. Con esta fusión, el capital
norteamericano da un paso más en la región litiera donde compite cabeza a
cabeza con los capitales de China.
Indagando aún
más a fondo en los propietarios de Sales de Jujuy, el grupo Allkem posee el
66,5% y la japonesa Toyota cuenta con una participación del 25% en el paquete accionario.
A estas se suma como socia menor la empresa del Estado jujeño, Jemse, con el
8,5% de las acciones.
Pero si vamos
un poco más allá, aparecen los “dueños del mundo”, los grupos de inversión y
los bancos. La representación del capital financiero del que hablara Lenin a
principios del siglo XX para describir las características del capital en la
nueva época imperialista. En el caso de Sales de Jujuy, entre sus accionistas
se encuentran: BNP Paribas, Citicorp, HSBC, Merril Lynch, JP Morgan, entre otros.
Lejos de una
“competencia perfecta” entre estos actores lo que predomina es una puja
despiadada de empresas monopólicas por el litio. Ante la amenaza de mayor
presencia del capital de China en la región, donde apostó inversiones en Exar
próxima a Sales de Jujuy con la empresa Ganfeng Lithium, o en Salta con
Tsingshan Holding Group, empresa que se prepara para desembarcar también en
Chile, suena lógico entonces el mensaje de la Generala del Comando Sur, Laura
Richardson, acerca de su interés por lo que Estados Unidos denomina el
“triángulo de litio”. Sobre el mismo, Richardson, dijo que «la agresividad de
China y su juego en el terreno con el litio, es muy avanzado y muy agresivo.»
(Palabras emitidas ante el comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes
en marzo de 2023).
En esta disputa
geopolítica se anota la Unión Europea. El viejo continente aceleró su carrera
por el acceso a nuevas fuentes de materias primas energéticas a raíz del
conflicto armado entre Ucrania y Rusia. Considera que la región de América
Latina puede ser una zona de menores conflictos que le permita suplir en parte
a los tradicionales proveedores de energía y materias primas. Y su preocupación
es porque estaría llegando tarde, respecto a competidores como China y Estados Unidos.
Europa nunca podrá satisfacer su propia demanda de REE (elementos de
tierras raras) o litio a nivel nacional, pero ese tampoco debería ser su
objetivo. El objetivo, más bien, es asegurar el acceso a materias primas
críticas para que no nos encontremos a merced de quienes podrían convertirlas
en armas, como ha hecho el Kremlin con los hidrocarburos. Dicho acceso es
crucial para fortalecer nuestra autonomía energética, mantener nuestra
competitividad y cumplir nuestras ambiciones climáticas. “Europa debe tomarse
en serio los minerales críticos. (Hoyer, 2023).
La conjura de los mismos de siempre
Esta realidad
de las potencias imperialistas y sus multinacionales encuentra a los gobiernos
de la región lejos de aprovechar estas tensiones para sacar algún tipo de
provecho. Ni siquiera eso. Es tan aguda su vocación de entregar los recursos
que armaron una “mesa del litio” que unifica a los gobiernos de Catamarca,
Salta y Jujuy. Desde allí promueven todo tipo de ayudas fiscales a las
multinacionales, entrega de territorios, vía libre para que los estudios de
impacto socioambientales los hagan las propias mineras casi sin control
externo, con toda una legislación nacional (Código Minero, Ley de Inversiones
Mineras) y provincial que aceita los mecanismos de saqueo como si se buscara
repetir, en pleno siglo XXI, el saqueo de las minas de Potosí durante la
colonia española.
En el caso de
la provincia de Jujuy, el gobierno (Unión Cívica Radical) impulsó en acuerdo
con el Partido Justicialista una reforma de la Constitución. El día en que
inicio la Convención Constituyente, el gobernador y presidente de la misma,
Gerardo Morales, por la tarde viajó al encuentro de Arminera 2023 realizado en
el predio de la Sociedad Rural. Esto no fue una casualidad del calendario. El CEO
de Allkem desde su palco aprovechó para exigir a los gobiernos estabilidad
fiscal y seguridad jurídica para sus negocios. La Reforma ya estaba marcada por
las necesidades de las multinacionales mineras, así se pudo corroborar durante
el paso de los días. Artículos que venían a quitar derechos a las comunidades
originarias, una re conceptualización del agua y los territorios como meras
mercancías. Y en particular, la prohibición de la protesta social en rutas y
calles a ser incorporada en el nuevo texto de la Constitución. La respuesta en
las calles no tardó en aparecer y el propio Morales tuvo que retroceder en
algunos puntos. Quedando así cuestionado a nivel de masas el negocio del litio
que hasta entonces operaba como un saqueo solo puesto en discusión por las
comunidades, grupos ambientalistas y la izquierda.
A esta
asociación “lícita” los críticos la denominan “consenso extractivista”
(Gudynas, 2015) haciendo alusión a la actividad de extracción en escala de
toneladas y toneladas de minerales con destino de exportación dentro del
esquema de cadenas globales de valor. En el caso de Argentina y el litio, el
territorio (los salares) actúan de plataforma donde se emplaza la actividad
extractiva, ocupando así el país un lugar subordinando en la cadena de agregado
de valor que “aguas arriba” tiene a países como Japón y/o China como actores
controlantes de la cadena y por ende de todo el negocio. El caso de Toyota es
elocuente. El litio es un mineral estratégico en la industria automotriz, es un
componente esencial en las baterías para los autos eléctricos. Las automotrices
necesitan tener un control directo de este insumo y así conforman sus
sociedades. Y esto además tiene una incidencia en la conformación del precio
del litio, en los niveles de agregado de valor en los países que poseen el
mineral, entre otras cuestiones, como veremos más adelante.
Ganadores
Sales de Jujuy
comenzó sus operaciones en diciembre de 2015. La inversión inicial fue de U$S
160 millones aproximadamente. En ese momento la tonelada de litio se vendía en
U$S 8.500. Mientras que en el año 2022 según los balances de la empresa la
tonelada se vendió en promedio a U$S 38.000. Aunque los registros privados del
mercado del litio como BenchMark reportaron precios por encima de U$S 80.000 la
tonelada. La diferencia de precios es más que significativa. Resulta que no
existe aún un mercado mundial del litio con precios de referencia, como sí lo
existe para la plata, el oro, la soja, el petróleo u otras materias primas. El
precio es todo un secreto, vulnerando la “ley de la oferta y la demanda”, dado
que los propios oferentes actúan como los principales demandantes del litio.
Toyota, como socia de Sales de Jujuy, transfiere el litio a la planta de
procesamiento en Nahara (Japón) donde produce hidróxido de litio. Livent hace
lo suyo vendiendo el litio a Estados Unidos. El escándalo por la subfacturación
de esta última minera se hizo público. Finalmente llegó una multa de $6.700
millones, insignificante para el volumen de exportación de la firma. No obstante,
hizo que la Aduana tuviera que fijar un precio mínimo de referencia en mayo de
2022 de U$S 53.000 la tonelada. Sin embargo, si se observa el cuadro 1, Sales
de Jujuy, en sus balances reporta precios de venta menores. Incluso aclara un
diferencial de precios según si la venta es asimismo o a “terceros”. Todo este
manejo poco claro ocurre a la luz del día. Los controles son irrisorios.
Volviendo a la
cuestión del negocio. Sales de Jujuy en los tres primeros años amasó una
ganancia bruta de U$S 204 millones, recuperando con creces la inversión inicial
(U$S 160 millones). La minera opera sobre 450 hectáreas del salar de Olaroz, en
promedio exporta 13.500 toneladas por año y el destino final es casi con
exclusividad la República Popular de China. El agregado de valor, carbonato de
litio grado batería es bajo, ronda el 40% del total del litio extraído. Esto es
una muestra más de la ubicación subordinada que establece la minera en sus
operaciones en el país de donde obtiene el mineral. Tampoco existen leyes que
exijan un mayor agregado de valor local. El caso de la producción de baterías
por parte de YPF Litio no es algo que altere este esquema. Aún es una
producción de baja escala y el litio se lo compra a Livent que exporta
prácticamente el 100%.
En 2019 Sales
de Jujuy anunció una inversión por casi U$S 300 millones para ampliar la
capacidad de extracción a 42.000 toneladas. Pasando de 450 a 1450 hectáreas en
exploración. El Mizuho Bank Ltd., el tercer banco de Japón, aportó un crédito
por U$S 180 millones. La nueva planta fue finalizada en julio de 2023 y entró
parcialmente en operaciones. La rentabilidad superó ampliamente a la inversión
realizada. Tan solo con los precios récord de 2022, la ganancia bruta ese año
superó los U$S 464 millones. Visto de otra forma, la ganancia solo de ese año
alcanzó para recuperar en más de una vez y media el capital invertido para la
ampliación de la planta. El margen de rentabilidad bruta respecto al precio de
exportación es del 77% (tercer trimestre de 2023). Un negocio redondo (ver
Gráfico 1).
El negocio si
bien es controlado por Allkem “aguas abajo” habilita áreas de rentabilidad para
empresas de la región que les resultan muy alentadoras. En la red de
proveedores de Sales de Jujuy encontramos a grupos de constructoras locales
ligadas a la obra pública como Jumi SRL, Villanueva e Hijos, Corralón Mercado,
Tame (transportadora, propiedad del presidente del PJ, Rubén Rivarola), Trans
Gol, Aconcagua o Ferretería Industrial Ferigutti. Empresas de colectivos, Jama
Bus, Balut Hnos. o Evelia. Y el que no podía faltar, el grupo Ledesma, líder en
producción de azúcar y papel, que en 2021 firmó un acuerdo con Livent y se
ubica como el principal proveedor de soda cáustica y ácido clorhídrico en la
industria nacional del litio.
Hay otros grandes
jugadores fichando para jugar en la primera del litio. No quieren quedarse
afuera del partido. Techint (Rocca) logró ingresar como socio de Alpha Lithium,
con activos litíferos en Salta y Catamarca La familia Bulgheroni estaría presta
a recibir miles de hectáreas de cateo en Jujuy o el grupo de Vila-Manzano,
Integra, que ya desembarcó en Minera Aguilar (ubicada en la puna jujeña) y
cuenta con 243.000 hectáreas de salares en Jujuy y Catamarca.
Perdedores
En el ámbito de
la producción encontramos a los trabajadores mineros que podríamos decir son
los perdedores relativos. Aquellos que con su trabajo hacen posible la
extracción del litio. Si bien el salario minero está por encima del promedio de
salarios del sector privado en la provincia de Jujuy (ver Cuadro 2).
Pero cuando lo
ponemos en comparación con la ganancia bruta de Sales de Jujuy la diferencia es
notable (Cuadro 3). Por cada dólar pagado en salarios a los 628 trabajadores,
la minera se embolsa 398 dólares en ganancia bruta a partir del salto del
precio del litio como se observa en el año 2022. Una rentabilidad
extraordinaria que se explica, en gran parte, por la apropiación de renta
minera ante precios del litio por las nubes. Además, hay que considerar el
régimen de trabajo en la minería donde coexisten divisiones entre los
trabajadores que acceden al convenio AOMA y aquellos que los dejan con el
convenio UOCRA. En este último caso, el salario de convenio no solo es menor,
las condiciones de contratación, altas y bajas, son altamente flexibles. Por
ejemplo, un trabajador convenio minero trabaja 7 días seguidos y 7 de descanso.
Mientras que uno con convenio de la construcción lo hace 21 días con 10 de
descanso con jornadas de trabajo de 12 horas. El trabajo en el campamento
minero es muy sacrificado, puesto que están aislados de los pueblos más
cercanos, y aunque las mineras dispongan de salas de juego y televisión, esto
no compensa los efectos del aislamiento social y familiar de los trabajadores.
Las mineras y
gobiernos presentan estos contrastes como algo natural. Y lo refuerzan
destacando el empleo directo e indirecto que generan. Por ejemplo, en el
departamento de Susques donde se encuentra Sales de Jujuy en diciembre 2015 el
total de empleo privado registrado ascendía a 1392 trabajadores. En diciembre
de 2021 el mismo alcanzó los 3.436 trabajadores. Sin dudas, la radicación de la
minera de litio dio lugar a nuevas fuentes de trabajo. Y también vale aclarar,
que en el caso de la construcción de las plantas tiene un impacto positivo,
pero luego esos puestos se pierden una vez finalizada la obra. Los efectos en
el empleo de las mineras lejos están de nivelar las condiciones laborales y de
vida hacia arriba para el conjunto de las familias trabajadoras. Su presencia
profundiza la desigualdad en la zona y el contraste más general con la dinámica
de ingresos de la población en la provincia en relación a las ganancias de las
mineras. Por ejemplo, si tomamos de conjunto la evolución de la pobreza en la
provincia desde 2015, cuando se inicia la minería de litio (y el gobierno de
Morales) hasta el segundo semestre de 2023, la pobreza creció un 64,2% y la
indigencia un 93,3%. La contracara está en las ganancias de Sales de Jujuy que,
salvo en 2020, nunca dejaron de crecer.
En ocasión de
visitar escuelas en Susques, uno de los docentes nos comentó, “Esto es una
Qatar pobre”. En esas escuelas, Sales de Jujuy deja su impronta con placas de
bronce recordatorias de sus aportes como por ejemplo bolsas de cemento para la
construcción de un herbario. El resto fue construido con fondos de la
cooperadora escolar y en la puerta de esta escuela había una convocatoria a una
“lota” ese fin de semana a modo de reunir fondos. Esa misma escuela es
calefaccionada a leña, tiene una chancha de gas que el estado provincial sólo
había recargado a la mitad, en una zona donde el calendario escolar adelanta
las vacaciones de invierno desde junio a septiembre por las intensas nevadas.
En el municipio también las trabajadoras y trabajadores se calefaccionan a leña
con salamandras. No obstante, el gobierno nacional está invirtiendo en un
gasoducto que abastecerá a las mineras. El pueblo de esa región no corre la
misma suerte.
La excepción
puede llegar a comunidades y pueblos de la región que avalan el accionar de las
mineras. Es el caso del pueblito Olaroz Chico, que recibió inversiones de la
minera asfaltando calles, donando electrodomésticos a las familias. En Huancar
donde habitan 430 personas construyeron un albergue turístico de dos cabañas o
en Catua donde habitan 450 personas construyeron una cancha de fútbol
sintético. Entre ambas obras la minera declaró un costo de 39.476 dólares para
el año fiscal 2022, el equivalente a los ingresos por la venta de 1 tonelada de
litio. Una política con fines de cooptación de la población con sumas de dinero
irrisorias para la minera, aunque significativas dadas las duras condiciones de
vida en la zona. A la vez, de esta manera, las mineras y el gobierno logran
dividir a las comunidades para asegurarse el saqueo. Aun así, estas comunidades
y localidades que aceptan a las mineras tampoco se las puede considerar como
ganadores, son perdedores más que relativos, dado que como decimos, lo que
reciben en obras y ayudas económicas de las mineras es ínfimo respecto a lo que
se llevan las mineras y al impacto ambiental que generan.
En el caso de
las comunidades que no aceptan ser avasalladas por las mineras y el Estado, que
rechazan las dádivas, como las que se encuentran en la cuenca de Salinas
Grandes y Laguna Guayatayoc, luego reciben todo tipo de hostilidades por parte
del gobierno y las propias mineras. Estas comunidades se mantienen firmes en la
resistencia al saqueo desaforado que ejecuta el capital.
Socios del saqueo
El estado
provincial de Jujuy presenta un esquema de asociación a las mineras. Para ello
cuenta con la empresa estatal Jemse. Según Gerardo Morales esta es la forma de
compensar el exiguo pago de regalías mineras. Al respecto, cabe destacar que,
desde el inicio de operaciones de Sales de Jujuy, la estatal Jemse nunca
informó sus ingresos, costos y ganancias. A propósito, hemos solicitado esta
información a la “Oficina gobierno abierto y transparencia”, todavía sin
respuesta. Ocurre que el pago de regalías anual del conjunto de las empresas
mineras es realmente ínfimo. En la actualidad se lo puede equiparar con la
recaudación de un mes del cobro del estacionamiento medido en la ciudad capital
(San Salvador de Jujuy).
F
En el cuadro 4
se puede observar los montos absolutos declarados de regalías que ingresan al
Estado provincial según la cuenta ahorro inversión. A su vez, por estimaciones
propias hemos publicado cifras estimadas del “valor boca mina”. Este concepto
surge de la Ley de Inversiones Mineras que regula el pago de regalías.
Establece que las mineras deben tributar hasta un 3% en regalías por la
apropiación de recursos naturales del suelo de las provincias. Ahora este
porcentaje se calcula sobre el valor del mineral extraído previo al transporte,
descontando además los gastos de comercialización y administración, entre
otros. De aquí surge, que el valor boca mina declarado es muy bajo respecto al
valor de exportación del mineral. Considerando como dijimos antes, que no se
desarrollan otras fases de agregado de valor en el territorio nacional, resulta
muy llamativa entonces la declaración de este valor por parte de las mineras.
Acerca del mismo también hicimos un pedido de informes al gobierno, que corre
la misma “mala” suerte que el antes indicado.
Un cálculo
alternativo sobre las regalías se puede considerar en base al documento de
trabajo para la Cepal de Michel Jorratt. La fuente de la información fue
recopilada de los informes de Sostenibilidad del grupo Orocobre/Allkem por
parte del autor. El ítem regalías incluye impuestos provinciales, por lo que el
dato sobre regalías está sobreestimado. Aun así, como se puede observar en el
cuadro 5 el porcentaje de regalías sobre las ventas totales en el período que
alcanza al trabajo citado muestra que se está por detrás del 3% estipulado por
Ley.
De aquí que no
se puede considerar al Estado provincial como un ganador de su sociedad con las
mineras de litio. Tampoco como un perdedor. Más bien es cómplice del saqueo,
sosteniendo todo un andamiaje legal que, a nivel provincial, por ejemplo,
excluye a la minería del pago de ingresos brutos, la principal fuente de
ingresos del Estado local. A la vez, la sociedad a través de Jemse actúa como
una cobertura del saqueo sin siquiera dar información de cuánto ingresa a esa
empresa estatal y cuál es el destino de esos fondos. Lo único que se conoce de
Jemse son sus funcionarios, entre otros, políticos tradicionales que ocupan
cargos bien pagados.
Impacto socioambiental
El marketing
minero se nutre del rol del litio en su faceta de mineral estratégico para la
denominada transición energética. Destacan en forma frenética sus cualidades
útiles como cosa o valor de uso, para evitar hablar que el litio, también es
una mercancía, o sea, una cosa útil que además posee un valor de cambio y un
valor, que una vez comercializado arroja a las mineras una rentabilidad
extraordinaria. Pero aquí no estamos ante un olvido del doble carácter del
litio en cuanto mercancía. En realidad, la operación ideológica que impulsan
con millones y millones en publicidad las mineras, recae en que la producción
con fines de lucro puede ser compatible con el cuidado del medio ambiente.
Aquí entramos
en el terreno de la transición energética que las mineras y los Estados
promueven como una forma de utilizar progresivamente cada vez menos fuentes de
energías fósiles a cambio de energías renovables. El litio vendría a jugar un
papel fundamental al ser un mineral que permite el almacenamiento de la energía
en baterías. Según un estudio de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales se
calcula que el consumo de grafito, litio y cobalto podría aumentar en casi un
500% para 2050, según el grupo del Banco Mundial (2023), en pos de alcanzar los
objetivos climáticos que fijan las grandes potencias (Marchegiani, Nápoli, 2023
pág. 21). Este salto en la extracción del litio sin dudas se hará sentir en la
región norte de Argentina, Chile y sur de Bolivia donde se concentra cerca del
58% del litio mundial. Pero cuando observamos la flecha que orienta la
transición energética, en realidad, se observa que el consumo de energías
fósiles lejos está de reducirse; mientras que las energías de fuentes
renovables actúan como un complemento ampliando la oferta energética en el
mundo.
En el caso del
litio cerca del 90% de la demanda está orientada a la fabricación de
automóviles eléctricos. Aunque los mismos pueden contribuir a una reducción de
la emisión de CO2, la huella de carbono de su fabricación sigue siendo
considerable. Para la Agencia Internacional de Energía la producción de autos
eléctricos pasaría de 2 millones a 280 millones en 2040, la demanda se
multiplicaría por 42, pero la estimación de reducción de emisiones de gases de
efecto invernadero es solo de… ¡1%! Entonces, lejos de recibir de las mineras,
automotrices, compañías energéticas y los Estados, un compromiso por el cuidado
del medio ambiente, en realidad lo que ocurre es la utilización de un anhelo de
la población, ante el desastre ambiental creciente creado por el propio
capitalismo, a modo de cobertura de un negocio altamente rentable como lo es
hoy día el del litio para todos los que participan en distintos niveles del
mismo.
La extracción
de litio bajo el esquema de las cadenas globales de valor dirigidas por las multinacionales
y sus Estados, reproducen el esquema clásico de saqueo ambiental del norte
sobre el sur global. Los salares de Argentina se ubican como “zonas de
sacrificio” en pos de brindar los minerales críticos al norte global que
encabeza la transición energética. El consumo de agua de las mineras que
utilizan el método de extracción por evaporación solar de las salmueras que, en
el caso de Sales de Jujuy, se encamina a contar con 70 piletas, ocurre en una
geografía natural desértica como es la Puna de Atacama. Los problemas de acceso
al agua potable ya existen, previo a la llegada de las mineras, y las mismas no
harán más que agravarlos. En la actualidad, el pueblo de Susques tiene que
buscar agua para el comedor escolar en el pueblo de Huancar dado que su agua
tiene alto contenido en arsénico. Estas problemáticas no resueltas por el
Estado se verán aún más agravadas por el accionar de las mineras utilizando en
forma abusiva el recurso más escaso de la zona, el agua. De más está decir, que
los territorios y la naturaleza misma son parte del grupo de los perdedores
absolutos del negocio minero.
La cuestión del
litio en manos de las multinacionales mineras y los Estados es un asunto muy
delicado. El costo derivado para con las mayorías sociales y hacia la propia
naturaleza es altísimo. Esto no es un resultado al azar. Es propio de la
naturaleza del capital donde la producción orientada al mercado, hunde sus
raíces, en las posibilidades de valorización del capital invertido. «Al tratar
a los recursos como meras mercancías, su única utilidad está en el valor que
generan en el mercado. La tasa de explotación debe ser entonces máxima, para
mejorar el abasto actual de dólares”, sostienen (Schorr y Cantamutto, 2023 pág.
41). Y agregamos que esto conlleva a minimizar los costes, entre ellos, se
encuentran no sólo los salarios; sino también, las técnicas de extracción que
en el caso de las piletas de evaporación son más económicas que otras técnicas,
al precio de un alto costo ambiental. Esto último el capital lo considera una
“externalidad”, o sea, algo a lo que no se puede poner un precio y canalizarlo
por los mecanismos de mercado. Sin embargo, las consecuencias ambientales
terminan recayendo sobre las poblaciones del lugar con un gran costo social.
Lo importante
para finalizar es que existe una alternativa al negocio del litio. La misma
proviene de otra clase y de la construcción de otras relaciones sociales de
producción. Es en la unidad de los trabajadores, comunidades originarias,
profesionales, técnicos y académicos de donde puede emerger una fuerza social
que aporte una verdadera racionalidad entre la extracción, la naturaleza y las
necesidades sociales de las mayorías. Un conjunto de medidas que combinen la
derogación de toda la legislación minera heredada de la década del ‘90, la
planificación de la actividad con criterios contrarios al extractivismo, o sea,
una minería de litio acorde a las necesidades sociales y en consonancia con la
búsqueda del menor impacto ambiental, tanto en la escala de extracción como en
las técnicas utilizadas para la misma. Para ello, se necesita hacerse del
control colectivo de la propiedad del recurso como así también de todos los
medios necesarios en la extracción y producción del litio.
Bibliografía:
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Hoyer, Werner.
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Mercatante,
Esteban. “Ecología y comunismo”. Ideas de Izquierda. Noviembre, 2023.
Disponible en: https://www.laizquierdadiario.com/Ecologia-y-comunismo.
Jeréz
Henríquez, Bárbara. Impacto socioambiental de la extracción del litio en
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Ed. Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina, OCMAL. 2018.
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Romero, Amanda;
Aylwin José y Didier, Marcel. Globalización de las empresas de energía
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Argentina, Bolivia y Chile (“Triángulo del Litio”). Ed. Observatorio
Ciudadano. 2019.
Schorr, Martín;
Cantamutto, Francisco. “Ni Transición ni desarrollo. Cinco cuestionamientos a
la presión neodesarrollista”. Publicado en El laberinto de las
transiciones. Aportes para pensar una salida socioecológica en tiempos de
crisis. Caba. Fundación Ambiente y Recursos Naturales, 2023.
Nota:
[1] El
autor agradece por la invitación a publicar a la profesora Ana María Liberali,
integrante del Centro de Estudios Alexander Von Humboldt-Buenos Aires.
Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/El-negocio-del-litio-por-dentro-el-caso-de-Sales-de-Jujuy
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