martes, 3 de febrero de 2009

AQUÍ, LA SEÑORA FEUDALA

Los dirigentes de una de las mayores compañías del automóvil del mundo, General Motor, con sus sueldazos cágate lorito, o más; coche, gasolina y viviendas gratis, pobrecitos míos, han logrado dejar la caja de la compañía más seca que la mojama y, claro, General Motors necesita dinero para continuar su negocio y, claro también, esos dirigentes no se van a ir con la caja de zapatos vacía a la puerta del Pilar a pedir limosna, a ver si por el amor de Dios, le damos una limosnita los aragoneses para que puedan seguir fabricando los coches.
Los dirigentes de General Motors son gente de mucho garbo y postín y el Presidente del Gobierno aragonés también, y entre ellos se entienden, les va la marcha, se negocian y se concensúan que es un primor.
El bandido Cucaracha ya es otra cosa. El bandido Cucaracha si quería atracar se echaba el trabuco al hombro, se plantaba en el recodo del camino, y a esperar a que llegara su presa. Y cuando esta pasaba no crean que el bandido Cucaracha andaba dándole vueltas a la cosa, que si comprenda usted esto de la crisis, que claro, que mire usted, que si me podría dar un aval, que la vida está muy cara… ¡Ni mucho menos! Bueno el Cucaracha.
El Cucaracha se plantaba en mitad del camino y sin más entraba al negocio: ¡Cago en riaus, dame lo que lleves encima o te aso vivo! Y así hacia el bandido Cucaracha sus negocios, jugándosela, porque el robo de pura cepa, el robo, el robo de siempre ha sido así, no como ahora.
Y, entiéndaseme bien que aquí hay mucho mal pensado. No estoy diciendo que los 200 millones de euros que don Marcelino Iglesia, del dinero de todos los aragoneses le ha dado a la General Motors sea un robo, ¡líbreme Dios de encenagarme con semejante pecado entero y verdadero! De mi bolígrafo no puede salir tamaña verdad (y es que no estoy escribiendo con bolígrafo. Es que yo soy un lince para decir estas cosas).
A lo que yo me vengo a referir, es que antes se robaba yendo al grano sin entretenerse en la paja, y a hora no, qué quieren que les cuente…
Ahora se reúnen los jefes de la General Motors, los mismos que han demostrado su incapacidad para administrar la empresa, señalan con el dedo a don Marcelino Iglesias, Presidente del Gobierno de Aragón, que es más capataz de la General Motors que otra cosa, y le dicen: Marcelinillo, mira que queremos 200 millones de euros que nos hacen falta para sacar un nuevo producto, ¿sabes?
Y don Marcelino, que es un gran hombre de Estado, y sabe que su trepe político de mogollón depende de lo que le dicten los grandes capitales y no a lo que haga en defensa de los intereses de Aragón, le responde a la señora feudala General Motors: aquí tenéis los 200 millones de euros, y cuando queráis más, pedirlo, que no hay problemas, que a estos, a los de Aragón, hasta que no abran los ojos, me los manejo bien.

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