jueves, 12 de febrero de 2009

LA VENDA ANTES QUE LA HERIDA

(Escenificación solemne de un nuevo bulo del Partido Popular)


Las calumnias para que lo sean han de ser enteras, verdaderas y, sobre todo, solemnizadas. Es la mejor manera de que a una mentira redonda se le pueda dar una manita de verdad y echarla a rodar. Las cabezas pensantes del Partido Popular se manejan bien con la mentira.

Que se sepa, el juez Garzón ha mandado a la cárcel a tres personas a título individual y no por pertenencia a al Partido Popular. Que algunas de ellas, como Alberto López Viejo, perteneciera al gobierno de la Comunidad Madrileña, es algo que, en todo caso, debería responder su Presidenta, Esperanza Aguirre, a los suyos si es que le place y en la cúpula del partido preocupa o no tener a un delincuente.

El juez Garzón a enviado a la cárcel al ex dirigente popular Alberto López Viejo como implicado en una trama de blanqueo de dinero, cohecho, fraude fiscal y asociación ilícita.

¿Se opone la clase dirigente del Partido Popular (no sus votantes) a que un delincuente acusado por un juez de los delitos que se le imputan a Alberto López Viejo sea juzgado? Pues, evidentemente sí. Se opone.

Tal oposición a que un delincuente sea juzgado la esconde con el artilugio soez y calumnioso de que el juez Garzón ha emprendido una persecución política contra el Partido Popular, lo cual es absolutamente falso.

Que la cercanía personal del presunto delincuente Alberto López Viejo a don José María Aznar, ex presidente de gobierno español, y a su yerno, destacado hombre de negocios, según dicen, pudiera conducir al mismo juez u otros, a iniciar otras investigaciones relacionadas con algunas actividades de la familia Aznar, incluido su yerno, ya es otra cosa, pero de momento no se ha producido.

La desfachatez y carencia de escrúpulos en los dirigentes del PP es tan palmaria, que para entorpecer el funcionamiento de las instituciones democráticas, como son en este caso las de justicia, han decidido recusar al juez Garzón y romper el pacto que mantenía con el PSOE para la renovación del Poder Judicial y parcial del Tribunal Constitucional. Todo, en fin, antes de que sea juzgado un delincuente que posiblemente pueda conducir a otros de más garbo y tronío.

El motivo que alegan para tal desfachatez lo basan en que el ministro de Justicia y el juez Garzón, acaban de participar en una cacería en la que también participaban, pero esto no lo han dicho, otros banqueros y grandes empresarios, y que la tal cacería, oh, sorpresa, estuvo organizada por un responsable político del propio Partido Popular, concretamente, por Bartolomé Molina, de Jaén, y ha sido el propio Molina el que le ha dicho a la cúpula de su propio partido que se dejen de “machacar” a personas y se preocupen más de los problemas de España.

El despilfarro suntuoso de la cacería del juez Garzón, el ministro, banqueros, empresarios y dirigente del partido hay que criticarla, pero en otro orden de cosas, por ejemplo, en que es injusto e inmoral y descalificador para cualquier dirigente despilfarrar cuando otros no tiene ni para comer, pero esto, es otra cosa.

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