El
lunes 17 de octubre, la OTAN dio unicio a la Operación Steadfast Noon, un
ejercicio que incluye la posibilidad de un conflicto nuclear. Dado que el
paraguas nuclear de la OTAN se extiende exclusivamente sobre Europa, es obvio
que el objetivo sería Rusia.
El mediodía nuclear en Europa
Scott
Ritter
El Viejo Topo
25 octubre, 2022
Guerra nuclear contra Rusia
Pero el lector
no debe preocuparse, la portavoz de la OTAN Oana Lungscu tranquilizó al resto
del mundo[1] asegurando
que el propósito de Steadfast Noon solo es asegurar que la capacidad de lucha
nuclear de la OTAN «sigue siendo segura y eficaz» y que se trata de un
ejercicio «rutinario», no vinculado a ningún acontecimiento mundial actual.
Además, no se utilizarán armas nucleares «reales», sino «falsas».
No hay nada de
qué preocuparse.
Y aparece Jens
Stoltenberg, secretario general de la OTAN, en el escenario del teatro nuclear.
En una declaración a la prensa el 11 de octubre[2],
Stoltenberg declaró que «la victoria de Rusia en la guerra contra Ucrania será
una derrota de la OTAN», antes de anunciar ominosamente: «Esto no se puede
permitir».
Por ello,
Stoltenberg declaró que los simulacros nucleares Steadfast Noon continuarían
según lo previsto. Estos simulacros, dijo Stoltenberg, eran un importante
mecanismo de disuasión frente a las «veladas: amenazas nucleares»
rusas. Pero no estaban relacionados con ningún acontecimiento mundial
actual.
Entra Volodymyr
Zelensky, a la izquierda del escenario. En su intervención en el Instituto Lowy[3],
un centro de estudios de política internacional no partidista de Australia, el
presidente ucraniano pidió a la comunidad internacional que emprendiera
«ataques preventivos, acciones preventivas» contra Rusia para disuadir el
posible uso de armas nucleares por parte de Rusia contra Ucrania. Mientras que
muchos observadores interpretaron que las palabras de Zelensky implicaban una
petición para que la OTAN llevara a cabo un ataque nuclear preventivo contra
Rusia, los ayudantes de Zelensky se apresuraron a tratar de corregir lo dicho,
pues simplemente estaba pidiendo más sanciones.
Llega ahora Joe
Biden, situándose en el centro del escenario. En su intervención en un acto de
recaudación de fondos el 6 de octubre[4],
el presidente de Estados Unidos dijo que «por primera vez desde la crisis de
los misiles de Cuba, tenemos una amenaza directa de utilizar un arma nuclear
si, de hecho, las cosas siguen por el camino que van». Biden continuó: «Estamos
ante un tipo que conozco bastante bien. No está bromeando cuando habla del uso
potencial de armas nucleares tácticas o de armas biológicas o químicas porque
su ejército está, se podría decir, en un significativo bajo
rendimiento». Biden concluyó: «No creo que exista la posibilidad de
utilizar fácilmente un arma nuclear táctica y no acabar con el Armagedón».
Aunque la Casa
Blanca ha dejado muy claro que los comentarios de Biden eran una opinión
personal[5],
y no se basaban en ninguna información nueva sobre la postura nuclear rusa, el
hecho de que un presidente estadounidense en ejercicio hablara de la
posibilidad de un «Armagedón» nuclear debería producir escalofríos a todos los
individuos cuerdos del mundo.
El Kremlin no habla de armas nucleares tácticas
Lo primero y
más importante es que el Kremlin no ha hablado en absoluto del empleo de armas
nucleares tácticas. Cero.
El presidente
ruso Vladimir Putin ha indicado que Rusia utilizaría «todos los medios a su
disposición» para proteger a Rusia. La última vez que lo dijo fue el 21 de
septiembre, cuando en un discurso televisado en el que anunciaba una
movilización parcial[6],
acusó a Occidente de realizar un «chantaje nuclear», citando «las declaraciones
de algunos representantes de alto rango de los principales estados de la OTAN
sobre la posibilidad de utilizar armas nucleares de destrucción masiva contra
Rusia».
Putin aludía a
una declaración que Liz Truss[7] hizo
antes de ser elegida primera ministra británica, cuando, en respuesta a una pregunta
sobre si estaba dispuesta a asumir la responsabilidad de ordenar la
utilización del arsenal nuclear del Reino Unido, respondió: «Creo que es
un deber importante del primer ministro y estoy dispuesta a hacerlo.»
«Quiero
recordarle», dijo Putin, «que nuestro país también tiene varios medios de
destrucción y en algunos componentes más modernos que los de los países de la
OTAN. Y si la integridad territorial de nuestro país se ve amenazada, sin duda
utilizaremos todos los medios a nuestro alcance para proteger a Rusia y a
nuestro pueblo.»
Las
declaraciones de Putin coincidieron con las del ministro de Defensa ruso,
Sergei Shoigu, que en un discurso pronunciado el 16 de agosto en la 10ª
Conferencia de Moscú sobre Seguridad Internacional[8],
afirmó que Rusia no utilizaría armas nucleares en Ucrania. Según Shoigu, las
armas nucleares rusas están autorizadas para su uso en «circunstancias
excepcionales», como se describe en la doctrina rusa publicada, ninguna de
ellas corresponde a la situación de Ucrania. Cualquier conversación sobre el
uso de armas nucleares por parte de Rusia en Ucrania, dijo Shoigu, es
«absurda». Aparentemente no para Biden, quien a pesar de su afirmación de
conocer a Putin «bastante bien», se equivocó al hablar de la posibilidad de un
conflicto nuclear.
El riesgo no es
que Rusia inicie una guerra nuclear preventiva por Ucrania. El riesgo es que
Estados Unidos lo haga.
La promesa de Biden de una «política de propósito único”
Biden llegó al
cargo en febrero de 2021 prometiendo que la doctrina nuclear de Estados Unidos
sería una «política de propósito único», según la cual «el único propósito de
nuestro arsenal nuclear debe ser disuadir –y, si es necesario, tomar
represalias– un ataque nuclear».
Estamos a
mediados de octubre de 2022 y Estados Unidos se encuentra en una situación en
la que el propio presidente teme un posible «Armagedón» nuclear. Si alguna vez
hubo un momento para que Biden cumpliera su promesa, es ahora. Pero permanece
en silencio.
El peligro
inherente al silencio de Biden es que Putin y otros funcionarios rusos
preocupados por la seguridad nacional rusa deben basarse en la doctrina nuclear
estadounidense ya publicada, que sigue consagrando la política de anticipación
nuclear promulgada durante la administración del presidente George W. Bush.
Según esta doctrina, las armas nucleares son una herramienta más en la caja de
herramientas del ejército, que se utilizará cuando sea necesario, incluyendo
las ocasiones en las que el propósito sea la destrucción de objetivos en el
campo de batalla con el simple propósito de obtener una ventaja operativa.
Se puede
argumentar que este tipo de previsión no-nuclear tiene en sí un valor de
disuasión, que hace que un oponente se pregunte si el presidente podría actuar
de forma tan irracional.
«Lo llamo la
teoría del loco», dijo el ex presidente estadounidense Richard Nixon a su
ayudante[9],
Bob Haldeman, durante la guerra de Vietnam. «Quiero que los norvietnamitas
crean que he llegado al punto de hacer cualquier cosa para detener la guerra.
Les diremos ‘por Dios, saben que Nixon está obsesionado con el comunismo.
No podemos contenerlo cuando se enfada, y tiene la mano en el botón nuclear’, y
el propio Ho Chi Minh estará en París en dos días rogando por la paz».
Teoría del loco
El ex
presidente Donald Trump insufló nueva vida a la «teoría del loco» de Nixon,
diciéndole a Corea del Norte[10] que
si seguía amenazando a Estados Unidos «se encontrará con fuego, furia y el
amplio ejercicio de un poder como este mundo nunca ha visto antes». Trump
mantuvo tres reuniones cara a cara con el líder norcoreano Kim Jung-Un en
un esfuerzo fallido por lograr la desnuclearización de la península de Corea.
Fue bajo la
administración de Trump que la Marina de Estados Unidos desplegó la ojiva
nuclear de bajo rendimiento W-76-2 en sus misiles balísticos lanzados desde
submarinos Trident, lo que dio al presidente un mayor rango de opciones a la
hora de emplear armas nucleares.
«Esta capacidad
suplementaria», declaró John Rood, entonces subsecretario de defensa[11],
«refuerza la disuasión y proporciona a Estados Unidos un arma estratégica de
menores edectos, más rápida y con mayor capacidad de supervivencia; apoya
nuestro compromiso con la disuasión ampliada; y demuestra a los adversarios
potenciales que no hay ninguna ventaja en el empleo nuclear limitado porque
Estados Unidos puede responder de forma creíble y decisiva a cualquier
escenario de amenaza».
Uno de esos
escenarios de amenaza que se probó implicaba el empleo teórico de una ojiva de
bajo rendimiento W-76-2 en un escenario europeo del Báltico en el que se
utilizaron objetivos potencialmente reales en tiempo de guerra. En resumen,
EE.UU. se entrenó para utilizar preventivamente el W-76-2 para obligar a Rusia
a retroceder (desescalar) antes de arriesgarse a una escalada nuclear que
desembocara en un intercambio nuclear generalizado; en resumen, el Armagedón.
Lo que nos
lleva al momento actual. Mientras se escribe este artículo, bombarderos B-52
con capacidad nuclear de Estados Unidos están volando a Europa desde sus bases,
donde enayarán la utilización de armas nucleares contra un objetivo ruso. Otras
docenas de aviones, que vuelan desde la base de la Fuerza Aérea de Volkel en
los Países Bajos (donde se encuentra un arsenal de bombas nucleares B-61 de
Estados Unidos), practicarán el empleo de armas nucleares de la OTAN contra… Rusia.
Rusia ha
respondido al simulacro nuclear de la OTAN con su propio ejercicio nuclear
anual[12],
«Grom» (Trueno). Estos simulacros implicarán la maniobra a gran escala de las
fuerzas nucleares estratégicas de Rusia, incluyendo el lanzamiento de misiles.
En una declaración sin parangón por su hipocresía, un funcionario de defensa
estadounidense, que habló anónimamente, dijo que «la retórica nuclear rusa y su
decisión de proceder a este ejercicio mientras está en guerra con Ucrania es
irresponsable. Blandir armas nucleares para coaccionar a Estados Unidos y sus
aliados es irresponsable». Médico, aplícate tu medicina.
El 22 de
octubre de 1962, hace casi 60 años, el presidente John F. Kennedy pronunció un
dramático discurso televisivo de 18 minutos ante el pueblo estadounidense en el
que reveló «pruebas inequívocas» de la amenaza de los misiles. Kennedy anunció
que Estados Unidos impediría que los barcos con armas llegaran a Cuba y exigió
a los soviéticos que retiraran sus misiles.
Al mismo
tiempo, el embajador de Estados Unidos en la Unión Soviética, Foy Kohler,
entregó una carta de Kennedy al Premier soviético Nikita Khrushchev[13],
en la que decía «lo que más me ha preocupado ha sido la posibilidad de que su
gobierno no entienda correctamente la voluntad y la determinación de los
Estados Unidos en una situación determinada, ya que no he asumido que usted o
cualquier otro hombre cuerdo, en esta era nuclear, hunda deliberadamente al
mundo en una guerra que está clarísimo que ningún país podría ganar y que sólo
podría tener consecuencias catastróficas para todo el mundo, incluido el
agresor.»
Joe Biden haría
bien en reflexionar sobre esa carta y todo lo que ocurrió después, y comprender
que si se sustituye «Estados Unidos» por «Rusia», se obtiene una evaluación
precisa de la actual visión mundial de Rusia en lo que respecta a la OTAN y las
armas nucleares. Este no es el momento de dramatizar, ni de una retórica
teatralmente incendiaria. Este es el momento de la madurez, de la cordura… de
la moderación. Un líder sabio habría reconocido la posibilidad de una
percepción errónea por parte de Rusia cuando la OTAN, apenas una semana después
de haber sido animada por el presidente ucraniano a iniciar un ataque nuclear
preventivo contra Rusia, lleva a cabo un importante ejercicio en el que ensaya
el lanzamiento de bombas nucleares sobre Rusia. Un líder sobrio habría
pospuesto estos simulacros y habría animado a Rusia a tomar medidas similares
con respecto a sus ejercicios nucleares. En lugar de ello, Estados Unidos
recibe una referencia improvisada a un Armagedón nuclear por parte de un ególatra
narcisista que utiliza el horror de la aniquilación nuclear como mantra para
recaudar fondos.
Bastaría un
error de cálculo, un solo malentendido, para convertir Steadfast Noon en «High
Noon», y «Grom» (Trueno) en «Molnya» (Rayo).
Ya hemos visto
este escenario antes. En noviembre de 1983 la OTAN llevó a cabo un ejercicio de
puesto de mando, con el nombre en clave de Able Archer ’83[14],
diseñado para probar los «procedimientos de liberación de armas nucleares». Los
soviéticos estaban tan alarmados por este ejercicio, que creían que podía
utilizarse para enmascarar un ataque nuclear preventivo de la OTAN contra la
Unión Soviética, que cargaron cabezas nucleares en bombarderos, llevando a la
OTAN y a la Unión Soviética al borde de una guerra nuclear.
Más tarde, al
recibir informes de inteligencia sobre el temor soviético a un ataque nuclear
preventivo de Estados Unidos, el presidente Ronald Reagan comentó que,
«Nosotros [Estados Unidos] teníamos muchos planes de contingencia para
responder a un ataque nuclear. Pero todo ocurriría tan rápido que me preguntaba
cuánta planificación o razón podría aplicarse en una crisis así… ¡seis minutos
para decidir cómo responder a un parpadeo en un radar y decidir si desatar el
Armagedón! ¿Cómo podría alguien usar la razón en un momento así?»
Esta revelación
provocó un cambio de actitud por parte de un presidente que, hasta entonces,
era conocido por calificar a la Unión Soviética de «Imperio del Mal» y bromear
con el lanzamiento de misiles nucleares contra el objetivo soviético.
Poco más de
cuatro años después de Able Archer ’83, Reagan se sentó con Mijaíl Gorbachov y
firmó el Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio, un acuerdo histórico
que, por primera vez en la historia del control de armas, eliminó una clase de
armas nucleares de los arsenales de Estados Unidos y la Unión Soviética.
Sólo cabe
esperar que la actual crisis nuclear dé lugar a un avance similar en materia de
control de armas en un futuro no muy lejano.
Fuente: Consortium News.
Notas
[1] applewebdata://BDE1A27C-3D73-46BF-A600-8293F7333E2B#:~:text=%22The%20fundamental%20purpose%20of%20NATO%27s%20nuclear%20capability%20is,security%20environment%20for%20a%20world%20without%20nuclear%20weapons.%22.
[2] https://www.telesurenglish.net/news/Russias-Victory-Will-Be-a-Defeat-for-NATO-Stoltenberg-20221011-0007.html
[3] https://thehill.com/policy/international/3677256-zelensky-calls-for-preventive-action-to-deter-russian-nuclear-strikes/
[4] https://www.cnn.com/2022/10/06/politics/armageddon-biden-putin-russia-nuclear-threats/index.html
[5] https://www.cnn.com/2022/10/07/politics/joe-biden-vladimir-putin-armageddon-analysis
[6] applewebdata://BDE1A27C-3D73-46BF-A600-8293F7333E2B#h_269d15d0df65cd6fdb8e713cadd5d215
[7] https://news.yahoo.com/audience-liz-truss-ready-press-nuclear-button-unleash-global-annihilation-103552126.html
[8] https://news.yahoo.com/shoigu-states-russia-no-nuclear-080241978.html
[9] https://obrag.org/2022/10/in-1969-president-nixon-threatened-to-use-nuclear-weapons-in-vietnam/
[10] https://www.cnn.com/2017/08/09/politics/trump-fire-fury-improvise-north-korea/index.html
[11] https://www.defense.gov/News/Releases/Release/Article/2073532/statement-on-the-fielding-of-the-w76-2-low-yield-submarine-launchedballistic-m/
[12] https://www.msn.com/en-gb/news/world/is-this-a-drill-upcoming-russian-nuclear-exercises-a-challenge-for-the-west/ar-AA12W1SP
[13] https://microsites.jfklibrary.org/cmc/oct22/doc4.html
[14] https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB427/
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