viernes, 13 de febrero de 2015


LAS MÁSCARA DE LA GUERRA

Jean Baudrillard

Original publicado en el diario Libération, Paris. Versión en lengua española en eldiario Página 12, Buenos Aires [abril, 2003]
Infoamerica

Ni a favor ni en contra. Más bien lo contrario es el título de la última película de Cédrik Klapissch. Ni a favor ni en contra de la guerra. «Más bien lo contrario» significa que no hay diferencia entre la guerra y la no guerra, y que antes de pronunciarse hay que estar lúcido sobre el status del acontecimiento. Esta guerra es un no acontecimiento, y es absurdo pronunciarse sobre un no acontecimiento. Antes, hay que saber qué es lo que ella oculta, lo que reemplaza, lo que exorciza. Y no es necesario buscar mucho: el acontecimiento al que se opone el no acontecimiento de la guerra, es el 11 de Setiembre.
El análisis debe surgir de esta voluntad de anular, de borrar, de blanquear el acontecimiento original, lo que convierte a esta guerra fantasmagórica, inimaginable de alguna manera ya que no tiene finalidad propia, ni necesidad ni un enemigo verdadero (Saddam no es más que un fantoche): no tiene más que la forma de una conjuración, la de un acontecimiento que es justamente imposible de borrar. Lo que hace que sea interminable, aun antes de comenzar. Abre una guerra infinita que jamás sucederá. Y es ese suspenso que nos espera en el futuro, esta actualidad difusa del chantaje y del terror bajo la forma de un principio universal de prevención.
Se pueden ver estos mecanismos en la película reciente de Steven Spielberg, Minority Report. Sobre la base de prevenir crímenes futuros, comandos policiales interceptan al criminal antes de que el acto haya pasado. Es exactamente el escenario de la guerra de Irak: eliminar el futuro acto criminal en el huevo (el uso de Saddam de armas de destrucción masiva). La pregunta que es irresistible es; ¿el crimen presumido hubiera tenido lugar? No se sabrá jamás ya que todo habrá sido prevenido. Pero lo que se perfila a través de él es una desprogramación automática de todo lo que hubiera podido pasar, una suerte de profilaxis a escala mundial, no solamente de todo crimen, sino de todo hecho que pudiera perturbar un orden mundial dado como hegemónico. Ablación del «Mal» bajo todas sus formas, ablación del enemigo que no existe como tal, ablación de la muerte. «Cero muerte» se convierte en el Leitmotiv de la seguridad universal.
Esta disuasión sin Guerra Fría, este terror sin equilibrio, esta prevención implacable bajo el signo de la seguridad se va a convertir en una estrategia planetaria. El «Mal» es el que llega sin prevenir, por lo tanto sin prevención posible. Es exactamente el caso del 11 de Setiembre y es ahí que se hace un acontecimiento y que se opone radicalmente al no acontecimiento de la guerra. El 11 de Setiembre es un acontecimiento imposible. Sucede antes de ser posible (ni las películas catástrofe lo habían anticipado, ellas al contrario agotaron la imaginación). Es del orden de lo imprevisible radical (donde se reencuentra la paradoja según la cual las cosas son posibles sólo después de haber sucedido).
La diferencia es total con la guerra que, estará tan prevista, programada, anticipada, que ni siquiera hay necesidad de que suceda. Y aún si sucede «realmente», ya habrá sucedido virtualmente, y por lo tanto no será un acontecimiento. Lo real está acá en el horizonte de lo virtual. Este dominio de lo virtual está más reforzado por el hecho que la guerra anunciada es el doble, el clon de la del Golfo (y Bush el clon de su padre). Son por lo tanto, dos acontecimientos clones que encuadran de una parte y de la otra el hecho crucial. Se comprende mejor a partir de ahí en qué la guerra es un acontecimiento de substitución, un ghost event, un acontecimiento fantoche a la imagen de Saddam.
No es prevenir el crimen, instaurar el Bien, corregir el curso irracional del mundo. Aun el petróleo y las consideraciones geoestratégicas directas no son la última razón. La última razón es la de instaurar un orden de seguridad, una neutralización general de las poblaciones sobre la base de un no-acontecimiento definitivo. El fin de la historia de alguna manera, pero para nada bajo el signo del liberalismo triunfante ni de la realización democrática como en Fukuyama, sino sobre la base de un terror preventivo que pone fin a todo acontecimiento.
El terror destilado por todos lados, el sistema terminando por aterrorizarse a sí mismo bajo el signo de la seguridad: ésa es la victoria del terrorismo. Si la guerra virtual ya está ganada bajo el terreno por el poderío mundial, es el terrorismo el que la ganó sobre el plan simbólico por el advenimiento de este desorden generalizado. Es por otra parte el atentado del 11 de Setiembre que remató el proceso de globalización, no el del mercado, de los flujos y de los capitales, sino este, simbólico, mucho más fundamental de la dominación mundial, al provocar una coalición de todos los poderes, democráticos, liberales, fascistas o totalitarios, espontáneamente cómplices y solidarios en la defensa del orden mundial.
Este terror preventivo, este desprecio total de sus propios principios llegó a un extremo dramático en el episodio del teatro de Moscú, donde todo sucedió como en el episodio de la vaca loca: se sacrifica toda la manada por precaución, Dios reconocerá a los suyos. Rehenes y terroristas confundidos en la masacre, por lo tanto virtualmente cómplices. El principio terrorista extrapolado a toda la población. Es la hipótesis implícita del poder: las poblaciones mismas son una amenaza terrorista para él. El terrorismo en su acción busca esta solidaridad de las poblaciones sin encontrarla. Pero aquí es el poder mismo que realiza brutalmente esta complicidad involuntaria.
Pero la realidad integral del poder también es su fin. Un poder integral que no se funda más que sobre la prevención, la disuasión, la seguridad y el control, es simbólicamente vulnerable: no puede entrar en el juego y finalmente se vuelve contra sí mismo. Con esta debilidad, esta flaqueza interna del poderío mundial revela el terrorismo a su manera, como una angustia inconsciente se traiciona por una acción fallida. Ahí está justamente «el infierno del poder». El 11 de Setiembre aparece, desde el punto de vista del poder, como un gigantesco desafío en el que la potencia mundial perdió el prestigio. Y esta guerra, lejos de responder al desafío, no borrará la humillación del 11 de Setiembre. Hay algo de terrorífico en el hecho que este orden mundial virtual pueda hacer su entrada en lo «real» con tanta facilidad.
El acontecimiento terrorista era extraño, de una insoportable extrañeza. La no-guerra, inaugura la inquietante familiaridad del terror.


PSOE/PP, PP/PSOE, TAL PARA CUAL, CUAL PARA TAL (NI UN VOTO A NINGUNO DE LOS DOS)


La justicia investigará la amnistía de evasores de la ‘lista Falciani’
La Audiencia de Madrid ordena reabrir el caso contra dos exdirectivos de Hacienda por permitir eludir penas de cárcel a decenas de defraudadores

EL PAÍS



[Vista exterior de una oficnia del HSBC en una calle de Londres. / STEPHAN WERMUTH (REUTERS)]

En plena eclosión de nombres de la lista Falciani, obtenida por el diario francés Le Monde y repartida a varios medios internacionales, la justicia española ha puesto en cuestión el uso que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) hizo de ese repertorio de presuntos defraudadores con cuentas opacas en el HSBC de Ginebra. La Audiencia de Madrid ha ordenado investigar la supuesta amnistía de evasores que la Agencia Tributaria (AEAT) puso en marcha en mayo de 2010 y que permitió a cientos de ellos evitar condenas de hasta seis años de cárcel al permitirles regularizar su situación. Los magistrados dan la razón al Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha) y obligan al Juzgado de Instrucción 37 de Madrid a que prosiga el proceso contra María Dolores Bustamante, exdirectora de Gestión Tributaria, y Carlos Cervantes, exdirector de Inspección, a los que ese colectivo acusaba de prevaricación. El tribunal archiva el caso respecto al exdirector de la AEAT Juan Manuel López Carbajo, que dirigió todo el proceso.
Al recibirse los 659 nombres de grandes defraudadores de la primera lista Falciani —facilitada por el informático francoitaliano a las autoridades francesas—, Hacienda no abrió automáticamente un proceso de inspección, lo habitual cuando existe cualquier indicio de fraude. En su lugar, la agencia decidió entregar en mano a 558 de esos evasores (el resto de los casos habían prescrito) un requerimiento en el que se les informaba del descubrimiento de sus cuentas en Suiza y se les invitaba a presentar las correspondientes declaraciones complementarias para tributar por los fondos que mantenían ocultos en el HSBC de Ginebra. El requerimiento, les daba un plazo de 10 días para responder y les advertía que, de no hacerlo, se abriría contra ellos un procedimiento de inspección.
Esa decisión política, la de no abrir inspección, supuso en la práctica una segunda oportunidad para gran parte de estos evasores, sospechosos de haber cometido delitos fiscales (al superar lo defraudado por ellos los 120.000 euros). Gracias al aviso de Hacienda, fueron automáticamente absueltos tras abonar las cuotas y evitaron así penas de prisión. Tras recibir el requerimiento, 306 de los 558 destinatarios presentaron declaraciones complementarias que Hacienda consideró “espontáneas”, lo que les libró automáticamente de la cárcel. De ese modo, la AEAT recaudó 260 millones de euros, de los cuales 200 fueron abonados por la familia Botín, con varios de sus miembros en la lista.
Hacienda justificó su decisión por las dudas sobre la validez de la lista y la posibilidad de que los jueces consideraran que tenía un origen ilícito al haber sido sustraída del HSBC. Otra de las razones que dio fue la necesidad de interrumpir la prescripción de las deudas, algo que también podría haberse conseguido abriéndoles inspección.
Sin embargo, los colectivos de inspectores y técnicos de Hacienda montaron en cólera al considerar esta política una “amnistía fiscal encubierta”. El sindicato mayoritario de estos últimos, Gestha, puso una querella contra el director de la agencia —Juan Manuel López Carbajo— y los directores de Inspección y Gestión. Estos dos últimos —Carlos Cervantes y Dolores Bustamante— fueron los que indicaron a todos los delegados regionales de la AEAT el procedimiento a seguir con los evasores de la lista Falciani en un correo electrónico enviado a todos ellos el 26 de junio de 2010. Según mantuvo el sindicato en su querella, esos directivos trataron de “dejar impunes” los presuntos delitos contra la Hacienda Pública que esos defraudadores hubieran podido cometer.
La querella, sin embargo, fue archivada de plano por el Juzgado de Instrucción número 37 de Madrid al considerar que, para poder apreciar el delito de prevaricación, debía existir una “resolución administrativa”, y la comunicación enviada por Cervantes y Bustamante a los delegados regionales de la agencia, según el juez, no lo era. Gestha recurrió esa decisión ante la Audiencia Provincial de Madrid.
Los magistrados de la sección primera de ese tribunal rechazan ahora la argumentación del juez y ordenan reabrir el caso. Afirman que ese correo electrónico es “un acto administrativo que supone una declaración de voluntad de contenido decisorio y que afecta a los derechos de los administrados o a la colectividad en general”, por lo que sí podría servir de base para un supuesto delito de prevaricación. El tribunal excluye al exdirector general de la agencia, Juan Manuel López Carbajo porque considera que, a pesar de haber sido el superior común de Cervantes y Bustamante, no existen pruebas contra él. Pero podría volver a ser imputado si surgen pruebas contra él durante la investigación que se va a iniciar.
*
La carta de la dirección de la Agencia
J. S. GONZÁLEZ, MADRID
Durante la primavera de 2010 la ministra de Hacienda, Elena Salgado, recibió un listado de contribuyentes españoles con cuentas en la filial suiza del banco HSBC: era la Lista Falciani. Unas semanas después la Agencia Tributaria envió un requerimiento a 558 titulares de cuentas opacas con unos 6.000 millones en la filial suiza del HSBC. De esta forma, les permitió regularizar el dinero en vez de seguir el procedimiento habitual de iniciar una inspección fiscal que hubiera acarreado mayores sanciones, delitos fiscales y cárcel.
El 25 de junio de 2010 la dirección de la Agencia remitió un comunicado interno a los “delegados especiales” en el que aclaraba la forma de actuar. “Entendemos que sólo las rentas derivadas de dichas cuentas son las que deben dar lugar a la sanción, debiendo considerarse que el resto de rentas se declaran de forma espontánea a los efectos del régimen de recargos”. Es decir, solo se revisarían los intereses no declarados. “Por todo ello, si el obligado tributario presenta una autoliquidación que incluya todas las rentas procedentes de las cuentas del HSBC identificadas en el requerimiento finalizará el procedimiento. En este caso se entenderá que se ha producido una infracción tributaria resultando exigible la correspondiente sanción así como los intereses de demora”.
De esta forma, Hacienda solamente sancionaría con una pequeña multa por los intereses no declarados y dejaría el grueso de las cuentas sin inspeccionar. Los afectados apenas pagaron 260 millones al fisco.
 investigacion@elpais.es
*++


EL GOBIERNO DE RAJOY AHORA MIENTE EN GRIEGO: ¿EL DINERO DE LOS "JUBILADOS" Y "PARADOS" DE ESPAÑA HA IDO A LOS GRIEGOS, ASÍ EN GENERAL, A LOS BANCOS ESPAÑOLES O A COMPRAR ARMAS INNECESARIAS PARA EL EJÉRCITO O A NINGUNO DE ESTOS SITIOS?


LA COMPRA DE ARMAS LLEVA A DEFENSA A LA RUINA (Nº 59)

El ministro Morenés, al servicio de la industria militar  



Rafael Gómez Parra
elotropais.com
  
Desde la entrada de España en la OTAN, en 1982, el Ministerio de Defensa se convirtió en un inmenso agujero negro financiero donde, con la excusa de colocar al Ejército español a la altura de sus vecinos europeos y de mejorar la industria de armamentos española, se han ido sucediendo una serie de programas de compra que han llevado a contraer una deuda valorada entre 23.000 y 36.000 millones, que representa de cuatro a cinco veces el presupuesto del Ministerio de Defensa y entre 32 y 36 veces la partida que éste tiene asignada para inversiones en armamento, que es lo que tocará sacar del bolsillo de los españoles (a razón de unos 800 euros extra, como mínimo, por habitante), según la valoración hecha por el ex secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, que fue segundo de Carmen Chacón en el Ministerio.

  Para conocer el origen de la trama armamentística española hay que remontarse a la entrada en el Ministerio de Defensa  del dúo formado por Alberto Oliart y su subsecretario Eduardo Serra, en 1982, cuando se inició el llamado “Programa FACA” para la compra a Mc Donell Douglas de 72 aviones EF-18 Hornet (avispón), que se consolidó finalmente el 31 de mayo de 1983, ya con el socialista Narcís Serra y el sempiterno Eduardo Serra al frente de los Ejércitos españoles. 

  Durante toda esta primera etapa, que dura los trece años largos que estuvo Felipe González de presidente del Gobierno, las compras se dirigen principalmente a la industria norteamericana y concluye en 1995 con la llegada a la base de Morón (Sevilla) de los últimos 24 F-18, de segunda mano, que se adquieren a la Marina yanqui. Y al pasar Narcís Serra a ocupar la vicepresidencia del Gobierno, Eduardo Serra es nombrado ministro.

  A la enorme deuda contraída con la compra de los aviones de caza norteamericanos se unió la de la construcción en los astilleros españoles del portaviones “Príncipe de Asturias”, que se había comenzado a fabricar, con el nombre de “Carrero Blanco”, durante los últimos años de Franco. No se pudo botar hasta 1982 y no comenzó a ser operativo hasta 1988. Para dotar al portaviones hubo que hacer nuevas e importantes compras a la industria de armamento norteamericana y europea: doce AV-8 Harrier II y AV-8B Harrier II Plus, seis helicópteros Sikorsky H-3 Sea King, dos Sikorsky H-3 Sea King y cuatro Agusta-Bell AB-212.

LA “CIENCIA” BÉLICA




Cuando Aznar llegó al Gobierno, en 1996, no solo conservó a Eduardo Serra al frente de Defensa, sino que se hizo una revisión profunda del programa de compras al más puro estilo liberal: como los Presupuestos del Estado ya no podían dedicar más dinero a los programas de armamento, la mayor parte de los gastos de inversión se trasfirieron al nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología y, al mismo tiempo, se llegó a un acuerdo con las principales industrias militares para que investigaran y fabricaran armas aplazando su entrega y pago hacia el futuro.

  “Esto tiene una primera consecuencia militar -analizan los miembros del Colectivo “Utopía Contagiosa”-. Cuando, dentro de 10, 15 ó 20 años, se entreguen los armamentos, serán más o menos obsoletos e ineficientes. Por ello se tendrá que hacer un nuevo programa que se comenzará a financiar en el presente pero se irá pagando en el futuro y, nuevamente, para conseguir armamento obsoleto. Es decir, se produce un círculo vicioso que nos endeuda cada vez más a cambio de armas que no van a servir. ¿Quién saca beneficio de ello? Las arcas públicas sólo deuda. La industria militar, sin duda, sale ganando, pero no sabemos distinguir cuál es el beneficio para la sociedad española”.

  Al frente de este plan, Eduardo Serra puso a su delfín Pedro Morenés, que había comenzado su carrera ya en los Astilleros Españoles con la aventura de portaviones “Príncipe de Asturias” y las Fragatas F-100, nombrado secretario de Estado de Defensa en 1996 para -tras un etapa de dos años como secretario de Estado de Seguridad en Interior, donde existe otro alto nivel de compras de armas- pasar a controlar el Ministerio de Ciencia y Tecnología, también con el cargo de secretario de Estado. Desde allí consolidó sus planes y dio un paso más hacia adelante en el programa de renovación de la industria de armamento española, su integración en la europea EADS, donde se reúnen las empresas privadas y públicas en un totum revolutum pagado con dinero público.

  Pedro Morenés fue uno de los principales artífices de la Revisión Estratégica de Defensa que el Partido Popular y el PSOE pactaron en 2002 y que daba el visto bueno a todo el plan de inversiones militares con la excusa de la renovación tecnológica. Durante los últimos años del Gobierno de Aznar, las industrias militares recibieron 14.000 millones de euros en créditos a interés cero, que el Gobierno de Zapatero, primero con José Antonio Alonso al frente y posteriormente con José Bono y Carmen Chacón, ha continuado. En parte por pura convicción y en parte porque las inversiones ya no tenían marcha atrás, como la compra en 2007 de los famosos 24 misiles “Tomahawk” norteamericanos para ser utilizados por las Fragatas F-100 y los submarinos S-80, que se están construyendo.

Precisamente el último trabajo de Pedro Morenés antes de ser nombrado ministro de Defensa, ha sido su participación en la empresa de misiles europea MBDA, dentro del consorcio multinacional EADS. Sin olvidar que su número dos, Pedro Argüelles, que era desde 2002 vicepresidente de Boeing Internacional y presidente de Boeing España y Portugal, había sido director del Gabinete del ministro Eduardo Serra entre 1996 y 2000. Todo queda en casa.
 


Los “Mortadelos” de Trillo y Morenés  y los “Tigres” de Bono


La compraventa de armas, obviamente, tienen amplias connotaciones políticas. Una de las más curiosas tuvo como protagonista a un importante miembro del comando Madrid de ETA, Ignacio Etxeberría, conocido como “Mortadelo”, que había sido detenido en Francia en 1996 y que el Gobierno de Aznar reclamó para que fuera juzgado en España. Para “engrasar” la extradición, Pedro Morenés, entonces convertido en secretario de Estado de Seguridad de Jaime Mayor Oreja, convenció al ministro de Defensa, Federico Trillo, de que decidiera la compra de 16 helicópteros Cougar a la multinacional francesa Aerospatial, lo que evidentemente fue eficaz, y el 20 de febrero de 2001 se producía la entrega por parte de la gendarmería francesa a la policía española. Desde entonces, a estos helicópteros se les conoce en el Ejército español como los “mortadelos”. Fue precisamente con estos helicópteros con los que Aznar y Trillo ocuparon la isla de Perejil en 2003, iniciando su escalada militar, que acabaría apoyando la guerra de Irak.

  Durante los dos años que José Bono estuvo al frente del Ministerio de Defensa sólo hizo dos cosas “memorables!: la primera fue la “Operación Campamento”, en Madrid, que suponía la venta de un millón de metros cuadrados de antiguos cuarteles, que cerró finalmente, seis años más tarde, Carmen Chacón y que han supuesto un ingreso de 150 millones de euros para las maltrechas arcas ministeriales. La segunda consistió en llevarse a su provincia natal, Albacete, la fábrica de helicópteros “Tigre” (Eurocopter EC665), que la multinacional de las armas EADS montó en España de acuerdo con los intercambios programados con el Gobierno de Zapatero.

*++


IU: 45 MEDIDAS CONTRA LA CORRUPCIÓN, "CÁNCER DE LA DEMOCRACIA"


4/10


IV.- Medidas de control interno y externo de la Contratación pública y de los procedimientos urbanísticos de planeamiento, recalificación y licencia

19.- Reforma de la Ley de Bases de Régimen Local, de la Ley de Gobierno local y de la Ley de financiación de las Haciendas Locales, para que todos los alcaldes y concejales tengan la obligación de depositar su declaración de bienes e intereses en un registro público; para que a partir de cierto importe económico o más de un año de duración, las licencias, convenios y contratos – especialmente los contratos de obras y servicios de larga duración (agua, residuos, seguridad, espacios públicos)- sean adoptados por el Pleno municipal y no se limite su decisión al debate en la comisión de gobierno, en la que no está representada la oposición; y para que todos los grupos municipales estén representados en las empresas públicas y en las mesas de contratación.

20.- Creación de un Registro público de recalificaciones de suelo. El Ayuntamiento incorporará en los expedientes urbanísticos la historia registral de las transacciones que sobre los suelos afectados se hayan realizado en los diez años anteriores. Desarrollo urgente de las medidas preventivas contempladas en la Ley de Suelo 8/2007, con especial atención a las plusvalías públicas, para que el planeamiento municipal no se pueda convertir en plusvalías privadas en su integridad y se incremente la participación pública de la plusvalía en beneficio del interés general, así como a la transparencia, información pública y participación ciudadana en los acuerdos e instrumentos de planeamiento urbanístico, incluyendo los convenios municipales, que han de ser públicos en tiempo real a través de la red. Aplicación de la Disposición adicional novena de la Ley de Suelo, mediante la creación en todos los Municipios, de un Registro de Actividades y de un Registro de Bienes Patrimoniales de cada cargo público, las variaciones producidas durante el período del ejercicio del cargo, con una declaración final con ocasión del cese y al terminar el mandato. La Ley de Suelo debe clarificar y armonizar las competencias, reducir plazos, simplificar las normas y los procedimientos urbanísticos y hacerlos más transparentes y accesibles, evitando toda discrecionalidad. Fijación de precios máximos de venta del suelo.

21.- Creación de un Cuerpo de Inspectores, ajenos a los Ayuntamientos, que vigilen la legalidad de los planeamientos urbanísticos. Incremento de la fiscalidad de las plusvalías obtenidas. Medidas de sujeción de las plusvalías de urbanismo al interés general, de tal modo que los beneficios derivados de las recalificaciones de suelo y del aumento de la edificabilidad reviertan en beneficio de la sociedad.

22.- Creación de una unidad dentro de la Agencia Tributaria de comprobación de los datos fiscales declarados y los datos registrados como plusvalías de convenios urbanísticos y recalificaciones. Reforzamiento de la coordinación y cruce de datos entre la Agencia Tributaria, el Catastro, los Ayuntamientos, notarios y registradores de la propiedad.

23.- Inspección sistemática de Hacienda a los alcaldes y concejales de urbanismo de los Ayuntamientos con población superior a 50.000 habitantes y de aquellos otros en los que se hayan adoptado importantes medidas urbanísticas.

24.- Creación efectiva de Consejos Asesores para formular y plantear criterios y alternativas de ordenación, considerar las propuestas del planeamiento para garantizar los objetivos de desarrollo urbanístico sostenible y estudiar, proponer y supervisar las medidas y actuaciones a emprender para fomentar la participación ciudadana. Reconocimiento del derecho de iniciativa ciudadana, que podrá ser ejercida por los vecinos, requiriéndose un 20% de firmas en los municipios de menos de 5.000 habitantes; un 15% en los que tengan entre 5.000 y 20.000; y un 10% en los de más de 20.000.

25.- Ley de Financiación Local que garantice el principio de suficiencia.

*++


PERIODISTA VENDIDO AL CAPITAL SE ARREPIENTE (A VER CUANDO CUNDE EL EJEMPLO EN ESPAÑA)



Periodista comprado

Telma Luzzani  (Periodista y escritora especializada en política internacional).
Rebelión
Página 12
12.02.2015


Libia, febrero de 2011. Los diarios “serios” del mundo anunciaban, con títulos alarmantes, que Muammar Khadafi estaba bombardeando a su pueblo, que iba a envenenar las aguas del país y que por las calles corrían ríos de sangre. Salvo voces solitarias como la de Jordán Rodríguez, corresponsal de la venezolana Telesur, los medios masivos de gran tirada repetían la noticia sin chequear su veracidad. Peor aún: publicaban falsedades a sabiendas, por dinero, con el objetivo de crear el clima propicio para que Naciones Unidas, pocas semanas después, el 17 de marzo de 2011, autorizara los bombardeos de la OTAN sobre Libia.

Así lo confiesa Udo Ulfkotte, uno de los más prestigiosos periodistas alemanes, en su libro Periodistas comprados (Gekaufte Journalisten, Editorial Kopp), un éxito de ventas. En su libro, Ulfkotte admite haber aceptado coimas para escribir, entre muchos otros artículos tendenciosos, uno donde denunciaba supuestos planes de Khadafi para usar gas venenoso contra su pueblo. “En innumerables ocasiones puse mi firma en notas que me entregaron los servicios de inteligencia de Estados Unidos, de Alemania o de la OTAN. Mentí, traicioné, recibí sobornos y oculté la verdad a la opinión pública. No hacía periodismo sino propaganda. Me avergüenzo aunque sea tarde para revertirlo.” Y advirtió: “Hoy pasa lo mismo: hay periodistas sobornados para mentir y convencer a la gente sobre la necesidad de una guerra contra Rusia”.

Ulfkotte acaba de cumplir 55 años. Estudió jurisprudencia y ciencias políticas en Freiburg y Londres. Tiene 25 años de periodismo, 17 de los cuales fue editor de uno de los diarios más importantes de Alemania, el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Como corresponsal de prensa vivió en Irak, Irán, Afganistán, Arabia Saudita, Egipto, entre otros países de Medio Oriente. Políticamente se ubica en el nacionalismo de derecha, lo que explica la furia que siente por lo que él considera la “colonización” de Alemania y Europa por parte de EE.UU. “Alemania se ha convertido en un país bananero”, remacha una y otra vez. Fue colaborador del ex canciller Helmut Köhl y en la actualidad se identifica con el movimiento racista antiislámico Pegida.

Según documenta en su libro, en parte autobiográfico, hay un tráfico de sobres que van desde la embajada estadounidense, en Berlín, hasta las principales redacciones de los medios alemanes. “Pasan la información o directamente mandan redactado el artículo o el editorial que quieren publicar.” Inmediatamente ofrece una lista hiperdocumentada con nombres y apellidos tanto de los periodistas (se incluye) como de las organizaciones que hacen “lobby” para instalar en la opinión pública lo que será el “sentido común predominante” en coincidencia con los puntos de vista de EE.UU. o la OTAN. El esquema –dice Ulfkotte– se repite para los programas de radio y televisión. “Salvo pocas excepciones, las redacciones europeas son sucursales de los servicios de la CIA y de la OTAN.”

¿Cómo reaccionó el poder mediático?

“Cuando los abogados del Frankfurter Allgemeine Zeitung supieron que el libro estaba en imprenta me enviaron una carta advirtiéndome sobre las consecuencias legales que enfrentaría por publicar nombres y secretos. Ellos saben que yo tengo pruebas de todo”, dijo el periodista en una entrevista al diario Russia Insider. Y por supuesto su libro, que desde octubre del 2014 es best seller en Alemania, apenas si es conocido en el resto del mundo. “Ninguna de las empresas mediáticas permite hacer notas sobre ‘Periodistas comprados’ –aseguró al diario ruso–. Ningún periodista puede hacer una bibliográfica sin arriesgarse a quedar sin trabajo. Por lo tanto estamos ante un libro que es un éxito editorial en ventas pero a ningún periodista le es permitido escribir o hablar de él.”

¿Por qué decidió Ulfkotte dar este paso? “No tengo hijos y estoy enfermo”, explicó. “Mi salud quedó seriamente dañada después de un ataque con gas en 1988 en Irán. Tuve tres paros cardíacos. Lo pensé durante cuatro años y me decidí a escribir la verdad sobre lo que hacen los medios y los periodistas alemanes. Ahora, están buscando una guerra en Europa con el pretexto de Ucrania. Y eso me preocupa. No quiero más guerras. No quiero ser parte del largo brazo de propaganda de la OTAN. No quiero apoyar el belicismo. Estoy preparado para asumir las consecuencias.” Luego bromeó con el periodista del Russia Insider: “Tal vez tenga que terminar pidiendo asilo en Rusia como el ex espía norteamericano Edward Snowden”.

Sobre el conflicto en el este de Ucrania, Ulfkotte cree que la manipulación de la noticias es masiva. Según él, no hay dudas de que, cuando el semanario alemán Der Spiegel publicó la información de que el Boeing malayo (vuelo MH 17) fue derribado sobre Ucrania por un misil ruso, lo hizo bajo el dictado de los servicios especiales aunque sin presentar ninguna prueba. Ulfkotte recuerda que esa noticia sirvió de pretexto para que Occidente impusiera sanciones económicas contra Rusia, algo que para él debe ser interpretado directamente como “una declaración de guerra económica a gran escala, luego complementada con la reducción artificial del precio del petróleo y la depreciación del rublo, todo orquestado con el mismo fin”.

Tres meses después de editado, el libro de Ulfkotte sigue siendo casi desconocido, mientras la guerra en el este de Ucrania avanza. Este fin de semana, en el marco de la Conferencia de Seguridad de Munich, Europa remozó su doctrina militar bajo el ojo vigilante y los buenos consejos de EE.UU., representado por su vicepresidente, Joe Biden, y su canciller, John Kerry. Uno de los debates se centró sobre la entrega o no de armas a Ucrania. EE.UU. apostó por la opción bélica. La canciller Angela Merkel rechazó de plano la entrega de armas. Pero el presidente ucraniano, el prooccidental Petro Poroshenko, usó el foro de Munich para mostrar unos pasaportes rusos que supuestamente portaban soldados en el este de Ucrania. ¿Casus belli? Veremos en pocos días el desenlace.

* Periodista y escritora especializada en política internacional.


*++