jueves, 8 de octubre de 2009

LA URGENTE NECESIDAD DE LA REFORMA LABORAL

(La princesa Leticia saludando al modisto Lucchino, uno de los que ha intervenido en la creación de 14 vestidos diseñados especialmente para ella -evidente, no iba a ser para mi-. A ver si se le echa algo de reforma laboral a la princesa Leticia)

Tú reforma que algo quedará. Hazme caso. Lo que yo te diga.
El mercado laboral hay que reformarlo, porque hay que reformarlo. Punto. Pero es que además de este punto, la reforma puede ser razonada, que eso es lo bueno de la reforma, que hay que razonarla.
El gobernador del Banco de España pide una rabiosa reforma laboral. No nos opongamos a demanda tal de tan poderoso señor, concedámosela, pero empezando por la de él y por todo aquel que se enriquece sin trabajar.
Si es usted como la inmensa mayoría de las personas y vive de su trabajo, no hay duda, es usted, como yo, un trabajador, o lo que viene a ser lo mismo, es usted como yo, un pedazo de adoquín, que para el caso es lo mismo leche que caldo teta. Es el mercado el que nos iguala marcando a como va en cada momento el pedazo de adoquín.
No se me vaya a mosquear por eso de adoquín, porque usted, como yo, tiene su precio en el mercado de adoquines, o en el mercado del trabajo, que por un nombre u otro tampoco es cosa ahora de montar un tenderete.
A la reforma laboral que entramos. Para empezar, mi querido adoquín, vamos a empezar a cagarnos en la puta madre de quien nos trate como adoquines, porque claro, al ser trabajadores somos ni más ni menos que los reyes del mambo, o sea, como dioses, porque, el trabajador lo que hace no es otra cosa que crear (como Dios) cuanta riqueza existe. Eso he dicho, sí, que lo que crea la riqueza es el trabajo.
Y el capital… A ver, que le he dicho que no es cosa de montar tenderete. Pero para que no me tome por un intransigente. El capital nos lo despachamos con dos palabras. El capital representa una parte de la fuerza del trabajo realizado por el trabajador que se lo queda el empresario sin pagarlo. Y esa parte de la fuerza de trabajo no retribuida y que se la queda el capitalista es lo que constituye el capital. Es decir, que sin trabajo previo realizado el capital no existiría.
Prosigamos con la reforma laboral. Si es el trabajador el que crea la riqueza (no el que la disfruta, sino el que la crea) lógico será que sea el propio trabajador el que la disfrute. Y antes del trabajador, los que más derecho tienen a disfrutar de la riqueza creada son los que ya trabajaron y que por razón de edad o de cualquier otro tipo de impedimento no pueden trabajar.
Esta es la reforma laboral que hay que hacer, claro que, tampoco es que se vaya a hacer porque yo lo diga, antes tenemos que empezar por desautorizar moral y políticamente a quien por toda reforma laboral entienden hacernos trabajar más cobrando menos para que ellos, los capitalistas, y chupenciómetros adjuntos y necesarios para la comisión del delito, sin trabajar (¡coño que listos son estos zampabollos!), sigan enriqueciéndose y disfrutando de los bienes que no crean.

GOMINOLO ALI BABA Y SUS 40 MENTIRAS

(En primer termino Gominolo Ali Baba diciendo que por su padre, él no conoce al Bigotes. Al fondo, el portavoz de la Cueva de Gominolo Ali Baba, diciendo que a él le dicen que diga, aver si cuela, que tampoco concoce al Bigotes. Que sí, que le suena, porque algo a salido en la prensa. Pero que conocerlo no. Y en el centro de la foto, el Bigotes en persona, sujetando al yerno de un primo mio, que dice que si no fuera por lo que es, le entraba la risa)

Lo advertí. Rajoy es químicamente un embustero. Del fuel-oil del Prestige, en un visto y no vito, ¡zas!, plastilina que hizo.
Como la plastilina tiene unos colores muy bonitos y es inocua, y el fuel-oil también es plastilina, pues que no contaminó ni el mar ni las playas gallegas. La contaminación fue cosa de un contubernio de los fiscales contra el PP para atosigarlos.
Y de lo corrupción de una manada de dirigentes de su partido, la gominola que acaba de inventar. Es lógico.
Rajoy acaba de reconocer lo que hasta el pilón de la fuente de mi pueblo ya tiene reconocido desde hace tiempo, que la corrupción de su partido que le llega hasta las cejas es corrupción.
Pero…, pero, y pero.., aquí está la gracia de Rajoy: no es corrupción del PP, que es lo que encarna la nueva invención de Rajoy: la gominola, que como la plastilina es cosa muy allegada a los chiquillos.
Pues claro que el PP no es corrupto. Los corruptos son los que son. Evidente. Gominola pura.
Que unos cuantos militantes, dirigentes, contra dirigentes o lo que sean, han ido al partido a ganar dinero y a enriquecerse… ¡Joder la que se va a liar como a esto último me digan que sí!
Zaplana acudió y reconoció públicamente que él se metía en política para ganar dinero. Que se le quemara el monte donde hizo Terra Mítica no es culpa de nadie. El monte se le quemó porque Dios que todo lo puede, dijo: no sé, no sé, yo ya estoy oliendo a humo, ¡a que le meto fuego al monte! Y tanto que le metió fuego.
Abel Matutes descubrió el saco de las subvenciones policrómicas para construir en esos mares de Dios (de Dios y de Abel Matutes) y se abalanzó contra el saco de las subvenciones que lo dejó tieso.
Mayor Oreja y familia o familia y Mayor Oreja con su negocio de la seguridad privada con eso de ETA en el País Vasco también ganó buena pasta.
Todos estos mamones, a titulo enunciativo y no enumerativo, se han acercado al PP a ganar dinero y no a ganar dinero para el PP, por lo que tienen de común con todos los presuntos inocentes-corruptos que de momento han aparecido en la parte del sumario que conocemos, eso:
el afán de ganar dinero, gominolamente hablando, para no volverle decir embustero a Rajoy, que tampoco me gusta abusar.
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POBRECITOS LOS BANQUEROS…

(El gobernador del Banco de España en el Congreso de los Diputados
dispuesto a realizar una reforma laboral justa: bajar los salarios a los banqueros y diputados para salir de la crisis que los banqueros y politicos han creado)

Canten que es sano. Que el que canta su mal espanta. Yo les pongo en canción: “Pobrecitos los banqueros quéstan en el Campo Santo, que Dios los tenga en la gloria por haber bebido tanto. Apaga luz Mari Luz apaga luz, que yo no puedo vivir con tanta luz…” ¡Ale, ale!, ustedes sigan con la canción que yo mientras voy a lo mío.

El presidente del BBVA, Francisco González, no ve nada mal que el gobierno con nuestros dineros le de a los bancos que vayan mal lo que les haga falta para estabilizarlos, y unos vez viento en popa otra vez los deje nuevamente en las mismas manos que lo llevaron a la deriva. ¿Qué les parece, a que no es tonto este tío?

Pues de su mismo pelaje, o sea, nada tontos también, el resto de la banda de la alta dirección de la cosa esa financiera: bancos y compañías de seguro que cotizan en bolsa. Los muy listos y, he dicho listos y no decentes, no me mal interpreten, el año pasado, año de crisis galopante, se subieron el sueldo solamente el 53%, y así pasaron de cobrar 3.600.000 euros al año a cobrar la pecatta minutta de 5.490.000 euros. ¡Mismamente, como lo leen!

O sea, que esta banda pasó de cobrar 412 veces más que el equivalente a un salario mínimo interprofesional a 628 veces más. Que tampoco es tanto. Quiero decir que tampoco es tanto para demostrar con sólo ese hecho que la corrupción del sistema está bien asentada.
La corrupción de la banda de Rajoy no es más que una floritura corruptibulis del sistema. Lo raro sería que del sistema salieran actos honrados. Lo raro sería que el gobernador del Banco de España aplicara ese sonsonete de la reforma laboral a sus compis de bancos y aseguradoras y no a los trabajadores, que ya en tiempos de bonanza económica cobraban poco.

… Por el amor de Dios, sigan cantando, si a mi no me molesta…
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