miércoles, 8 de abril de 2009

UN ALTO EN EL CAMINO

PARA RESPIRAR

Sí, respirar.
Y respirando
hacerme niño.
Y tú, niña.
Y como niños,
de la mano.
Y volar como aves
de la mano contigo.
Y subir al alto,
al cielo.
Y más alto que el cielo.
Y en lo más alto
hacer vereda
para volarla contigo.
Y mirar desde lo alto
al bajo,
al que no vuela.
Y bajar al bajo,
y desde lo bajo
mirar al bajo,
y haciéndome otra vez
niño,
volar al cielo,
y más allá del cielo.
Pero contigo.

¡EL GRAN PREMIO PARA DESPUES DE UNA CRISIS!

Magnifico electrodomestico, de bajo consumo eléctrico, prácticamente nulo, o sea, que no gasta nada de electricidad, por lo que se ahorra mensualmente el recibo de Endesa, ideal para su utilización en tiempos de crisis rampante con solución tipo agua: inodora, incolora e insipida, o sea, que no se ve, compuesto de fogón de fuego únius (en castellano, único), tres pucheros de barro cocido al fuego de leña puro y quemante, y cuidadin, cuidadin con los pucheros de barro que si se caen al suelo se joden (lógico, no se van a caer hacia el techo) y cántaro del mismo material, de recostabiliad multiple sobre cualquier tipo de pared o peñasco adecuado, que será sorteado el día del Ciudadano (eso del ciudadano es solo joder por joder, porque el ciudadano no tiene día) entre los doce primeros millones de pobres de España (ahora hay pocos, solo 8 o 9 millones, pobre más pobre menos) que llamen, indiferentemente, a los palacios de La Moncloa (que antes era de la duquesa de Alba, que se lo vendió al Estado en ruinas, pero como si fuera nuevo) o al de La Zarzuela o las calles Ferraz o Genova de Madrid, con el prefijo 12.000.000, seguido del texto: QUE LA CRISIS QUE TE LA CHUPES TU, MAMON.
Letra pequeñilla, que casi no se lee: no entra en el sorteo ni la gallina que es de plástico corriente y moliente, ni los cucharones de la pared, que se han puesto por poner.

OJITO CUIDAO QUE SI TE MIRA LA POLICIA TE CAES AL SUELO Y TE MUERES

(En el suelo, TOMLINSON, terrorífico quiosquero inglés, apaleado por sus pacificos y heroicos guardianes que le han allanado el camino a la Gloria del Señor)

Barbaridad Señor, que manera de gastar en policía, además de los personales y personalas, tienen estos zagalones y zagalonas del G-20. 7,5 millones de libras se ha gastado el gobierno británico en policias para que los del G-20 estuvieran tranquilitos contándose sus chistecillos, la Reina de Inglaterra preguntando que quien era ese que gritaba tanto (el Berlusconi) y otros mas graciosillos contando la anécdota anecdótica de la chabacanería del Rey de España diciéndole a Chavez, con voz pastosa, “y tú por que no te callas.”
Mientras los del G-20 estaban a lo suyo, a la gracia, al chistecillo tontilón, simplón y soso, a la pose, a la invención de lo inventado y al toma y daca, en la calle, un feroz y terrorífico hombre, con el temible oficio de vendedor de periódicos, quiosquero, de 47 años de edad, era debidamente apaleado por uno de los policias encargado de proteger a los causantes del desorden social, asistentes y asistentas del G-20, y como consecuencia del acto heroico del hijoputa del policía que apalea y tira al suelo al quiosquero que se llamaba Tomlinson, este muere.
Se abrirá ahora una investigación, se aplicará la ley, se hará justicia, esto, lo otro, lo de más allá y tal y tal, tú por mí, yo por ti y la casa sin barrer y, conclusión: hasta aquí hemos llegado: Tomlinson, el quiosquero, se murió solo por mirar al policía y por eso de cayó al suelo y se rompió la ceja.
Aquí paz y allá gloria, a la familia de Tolimson que le vayan dando y al desquilibrado mental del policía, que en mi pueblo para acortar nombre y entendernos le llamamos hijo puta, apto para el servicio, y a otra cosa mariposa, hasta nueva investigación que para eso están.
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¿EL GOBIERNO DE ARAGON PRIVATIZA O NOS ROBA?

(Pleno de las Cortes Aragonesas, en las que el PSOE y el PAR en el gobierno, y PP en la oposión (igual que si estuviera en el gobierno) van a bendecir que alguien se lleve (nos quite) 9 millones de euros por cojer el telefono y dar citas para el médico, con la oposición de Izquierda Unida y Chunta Aragonesista, partidos a los que hay que votar en las proximas elecciones para que los mamelucos dejen de sangrar los presupuestos públicos y meterlos en los bolsillos de los mamones de la privatización)

Es elemental, mi querido Watson-lector. Si por una cosa que vale uno me cobran dos, me roban. Que yo me quede más contento que unas Pascuas después de haber sido robado, mi querido Watson-Lector, sigue siendo elemental: no me entero por donde me da el aire.
La privatización, pues, mi querido Watson-Lector, elemental: es un robo.
Los bandidos tales como el Cucaracha, Diego Corrientes, José María el Tempranillo o Los siete niños de Ecija, todos ellos héroes del trabuco y de la navaja barbera, fueron la genuina representación de la privatización en su más prístino y primigenio estado.
Aquellos heroicos bandidos, que paz tengan en el Seno del Señor, no necesitaban decretos ni leyes, ni consensos ni asesores, ni medios de comunicación que le dieran cobertura ideológica. Se bastaban así mismos para la realización de su trabajo.
Te salían por la revuelta del camino, bajando del monte a la carrera o de la parte de atrás de una peña, se plantaban delante de ti, y te decían: ni un paso más, dame todo lo que lleves encima o te rajo como a un melón.
Y así privatizaban aquellos insignes bandidos del trabuco y la navaja barbera, porque privatizar es privar a alguien de los que es suyo.
La Seguridad Social es nuestra (bueno también es nuestro el producto de nuestro trabajo del que también nos privan), pero como don Marcelino Iglesias no tiene, como aquellos heroicos bandoleros, los suficientes huevos, como para salirnos al paso a todos los aragoneses, brazos en jarras, y diciéndonos: ni un paso más, atajo de borregos, dadme ahora mismo los cinco euros y pico que os toca por cabeza o sus pongo moraos a todos a hostia limpia.
Pero don Marcelino Iglesias, aun sin huevos para robar claramente a todos los aragoneses, junto a los miembros del PSOE y del PAR (Partido Aragonés Regionalista) que le acompañan en su gobierno, junto al apoyo implícito que le prestan los miembros del Partido Popular en el Parlamento Aragonés, es más peligroso para la sociedad que un mono con una cuchilla de afeitar en la mano y todos aquellos bandoleros juntos.
Son casi nueve millones de euros (unos 5 y pico por habitante aragonés) los que don Marcelino Iglesias y todo su séquito político (un bandolerismo descafeinado) nos va a quitar a todos los aragoneses para dárselos a unos mamones que se van a constituir en empresa por cojer el teléfono y darnos cita cuando queramos ir al médico. Y en esto, mi querido Watson-Lector, consiste la privatización (o robo específico) de la Seguridad Social Aragonesa que va a llevar a la práctica el gobierno de don Marcelino Iglesias.
Zaragoza no se rinde, imposible. Ya está rendida y en manos de cuatro calicatres.

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