martes, 25 de agosto de 2020
Pensar que las crisis capitalistas las puedan pagar otros que no sean los propios trabajadores es pensar con los pies o un intento intencionado o no de engañar a los trabajadores para mantenerlos quietecitos evitando que se meneen. Hay crisis capitalista cuando los capitales detienen su crecimiento al nivel que necesitan. Y hay superación de la crisis capitalista, cuándo después de las reformas sociales, políticas y económicas (recortes) los capitales vuelven a elevar la tasa de ganancia que les permite seguir creciendo, único fin del capitalismo: hacer que los capitales (no el bienestar general) sigan creciendo, y esto dentro de los parámetros del capitalismo únicamente se puede lograr empeorando las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población (aunque lógicamente quien quiera puede seguir creyendo que los niños los trae la cigüeña de París). "Superar" la crisis , pues es lograr que los capitales sigan creciendo y no que los que vieron empeorada sus condiciones de vida como consecuencia de la crisis la mejoren tras ser "superada" la crisis. ¿Fue superada la crisis de 2008? Desde el punto de vista capitalista que es como se presenta sí, porque los capitales volvieron a crecer, pero este crecimiento se produjo gracias al empeoramiento de las condiciones de vida de la gran mayoría de la población. Se ha producido un tipo de pobreza antes jamás vista: la del trabajador que trabajando y cobrando por lo que trabaja es pobre y que por tanto, permanecerá siendo pobre puesto que el trabajo no le permite abandonar ese nuevo estado de pobreza (es lógico que quien tenga telarañas en el cerebro no pueda ver este hecho que es evidente). El volumen de capitales invertidos es tal que el capitalismo ya no puede conseguir la tasa de ganancia que necesita para seguir creciendo, ni de su forma de capitalismo industrial (agotada en la crisis de los años 70 del siglo pasado) ni de su forma financiera (agotada con las crisis de 2008), por lo que para lograr la tasa de ganancia que necesita entra en su última y definitiva forma capitalista, el fascismo financiero -el término me lo atribuyo como mío- a partir de 2088, que esencialmente consiste en que para obtener la tasa de ganancia que necesita tiene que entrar por las "bravas" a apropiarse directamente de los bienes públicos (creado por le trabajo y propiedad del trabajo): robos (que como esto de llamar robo al robo queda feo, le llaman privatizaciones, liberalizaciones); fondos de la seguridad social de las pensiones o inyecciones directas de capital, como fueron los más de 50 mil millones de euros donados por el gobierno a la banca, recortes en la sanidad pública para ingresarlos en la mercantil de la sanidad privada, recortes sociales, bajada de salarios, empeoramiento de las condiciones laborales, etc. Volveremos a ver, porque, al no tener los trabajadores la necesaria organización y fuerza política para poder impedirlo (gracias al bambolineo de la denominada izquierda política, así como yo soy San Juan de los panetes) como el gobierno accede en septiembre próximo a las condicione políticas y económicas de la Unión Europea para recibir el dinero para la lucha contra el coronavirus, anunciado con fanfarrias, trompeteos y castañuelas, como el maná que lloverá del cielo para mejorar las condiciones de vida de los millones de personas afectadas por el coronavirus, cuando en realidad no será otra cosa que un nuevo trasvase del dinero público (de todos) a los bolsillos de los grandes capitales. Por estrictas razones históricas, no porque a mi me guste o no, el modo de producción capitalista a partir de 2008 no puede seguir existiendo, porque es absolutamente imposible estar empeorando las condiciones de vida de forma ilimitada, y por ello es necesario que sea sustituido por un nuevo modo de producción más completo y desarrollado como es el modo reproducción socialista (se ha escrito socialista no PSOE de Felipe González, Rubalcaba, Zapatero o Sánchez). Sustitución que no se producirá ni sola ni a toque de campana, sino que tiene que ser provocada, exactamente igual (teniendo en cuenta las diferencias de tiempo) a como sustituyó el capitalismo al feudalismo. Mientras más se retrase el principio de este proceso, tanto más largo será en el tiempo el sufrimiento y penurias originadas y mantenidas por el capitalismo. Y de esta exposición incompleta y telegráfica de la situación actual es de donde yo veo la necesidad, la imperiosa necesidad, de que en el caso de Podemos, se pongan en funcionamiento los Círculos. La riqueza la creamos los trabajadores con nuestro trabajo, y por esa razón tenemos derecho a disfrutarla y no Mariquita la Yé Yé.
Diario Octubre
julio 21, 2020
La crisis actual no se generó con el nuevo
coronavirus, sino que la depresión de las economías mundial la preexistían.
Foto: BAE Negocios.
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Eliana
Gilet.— Un análisis publicado a mitad de
julio de 2020 por el Centro de Análisis multidisciplinario (CAM) de la
Universidad Nacional Autónoma de México explica cómo los costos de la depresión económica del primer semestre
del año fueron trasladados a las clases trabajadoras, mientras el gran capital aumentó sus
ganancias en plena crisis.
Los
economistas mexicanos del Centro de Análisis de la UNAM señalan que el
mecanismo de «trasladar los costos» de las contracciones económicas a quienes
viven de su salario no es algo nuevo —citan a Karl Marx para explicarlo— y
describieron cómo es el mecanismo que fue usado por el gran capital
trasnacional para contrarrestar la caída de la tasa media de su ganancia,
consta de cuatro medidas básicas, que afectan directamente a la clase
trabajadora:
·
la
disminución del salario nominal,
·
la
disminución de prestaciones sociales,
·
la
eventualidad y la flexibilización en las contrataciones,
·
el
aumento del desempleo.
Los
economistas detallan que la crisis actual no se generó con el nuevo coronavirus, sino que la depresión de las economías mundial la
preexistían y, sin embargo, la parálisis de
actividades como consecuencia de la única medida de salud para prevenir el
avance de la pandemia (el distanciamiento social) se caracterizó por «una
profunda privación de bienestar de manera pronunciada».
Explicaron
que esto se revela a nivel mundial como «una falta de acceso a
capacidades básicas para funcionar en la sociedad capitalista» de los
trabajadores que se suma a una «caída histórica del
ingreso para los trabajadores y empleo digno».
Esto —obviamente— impide que actualmente millones de personas en todo el mundo
accedan a satisfacer sus necesidades básicas en cinco ítems fundamentales para
la vida: alimento, salud, educación, vivienda y seguridad social.
De
acuerdo con los cálculos hechos por el CAM, en base a datos de las Naciones
Unidas, en este momento 46 mil personas mueren de hambre cada día en el mundo.
«Estamos
viendo una auténtica guerra mundial contra los pobres», afirman en su Reporte
132: los costos sociales por la pandemia de COVID-19.
Los
ganadores
Sin
embargo, para el lado del capital, esta parálisis de la economía mundial
significó varios beneficios, según puede leerse en el informe al que
accedió Sputnik:
·
la oportunidad de comprar empresas en
«franca insolvencia económica»,
·
en un segundo movimiento, los grandes
monopolios tuvieron la oportunidad de capitalizar las oportunidades que brinda
el libre mercado «en el punto exacto de las debacles», escribieron.
Los
economistas señalan que los grandes sectores monopólicos que se
beneficiaron con la pandemia están vinculados a la circulación, distribución y
consumo de mercaderías (sobre todo, las plataformas que realizan las
transacciones de compra y venta) así como aquellas que presentan contenido a
demanda y las de «teletrabajo».
Esta
es una lista breve de los grandes ganadores de la pandemia:
·
Jeff Bezos, fundador y director de la
multinacional Amazon, cuyo nicho de mercado se sitúa en las compras que se
realizan por medio de su sitio web, que en tiempos de pandemia alcanzó a
generar cerca de 11.000 dólares por segundo, lo que le valieron que su negocio
registrara «un alza histórica» en medio de la crisis mundial. Sin embargo, para
atender esta creciente demanda, Amazon contrató a 175.000 personas bajo el
régimen de la subcontratación, un sistema precario que impide el reconocimiento
de derechos laborales, inhibe la sindicalización y establece contratos uno a
uno con sus trabajadores.
·
Netflix y sus grupos de capital
asociados Capital Group Companies, Black Rock (uno de los fondos coloquialmente
llamado «buitre» que comrpo y negocia la deuda externa de Argentina, entre
otras) y The Vanguard Group ha aumentado sus suscriptores en los últimos dos
años pero el 22 de abril registró un récord al obtener 16 millones de nuevos
consumidores en el mundo.
·
Zoom es una empresa de capital
abierto fundada por el chino Eric Yuan que ofrece servicios de telecomunicación
con videollamadas grupales. En el primer trimestre de 2020 duplicó sus
ganancias respecto al mismo período del año anterior, al cosechar 122 millones
de dólares por sus servicios a nivel mundial.
·
Slack es una empresa de servicios de
mensajería instantánea creada en 2013 por Stewart Butterfield, Eric Costello,
Cal Henderson y Serguei Mourachov, que brinda herramientas usadas por empresas
para fomentar el teletrabajo durante la pandemia y que duplicó su capital entre
enero y marzo de 2020.
·
Otras empresas como K12, dedicada a
la educación online para infantes elevó sus ganancias 19%, así como Teladoc,
que enlaza pacientes y médicos a distancia, incrementó el costo de sus acciones
en 50% en lo que va del año.
·
Las compañías Facebook, Activision
Blizzard —de videojuegos—, Pelotón —unidades de ejercicio físico— y GrandHub
—un servicio de entrega de alimentos— aparecen también entre los ganadores.
·
Las compañías dedicadas a la
fabricación de vacunas, medicamentos e insumos de salud y limpieza como
desinfectantes, mascarillas, guantes y el equipo necesario para pacientes
infectados por COVID-19 como Inovio Pharmaceuticals, Moderna, Novamax,
Regeneron Pharmaceuticals y Top Glove.
Los
datos a nivel mundial fueron relevados por la firma de inversión MKM Partners,
según un índice que denominaron «quédate en casa».
Los
más ricos contra los más pobres
Los
economistas de la UNAM recogen cómo estas ganancias se quedan «en familia»,
tres de las cuales son de origen de Estados Unidos.
Las
familias más ricas del planeta tienen ahora un patrimonio conjunto que oscila
en los 250 mil millones de dólares que superan lo que habían acumulado durante
todo el 2019.
Las
familias más ricas del mundo son los Walton, dueños de la multinacional
Walmart; los Mars, dueños de la fábrica homónima de dulces y chucherías
comestibles; y los Koch, dueños de varias empresas del sector energético,
vinculado a refinerías de petróleo, tratamiento y distribución de etanol y gas
natural.
En
el extremo opuesto, menos del 1% de estas familias más ricas del mundo
concentran más riqueza que el 60% del resto de la humanidad, según
datos de Oxfam.
En
base a datos publicados por la revista Forbes y el Banco Crédit Suisse en 2019,
contabilizaron que 2153 de las personas más ricas del mundo concentran
más capital que 4 mil 600 millones de las más pobres del planeta.
El
Cam refiere que esa investigación de la organización Oxfam publicada en las
vísperas del Foro Económico mundial de Davos —en enero de 2020— expuso
que la acumulación de la riqueza en pocas manos está
directamente vinculada a la estructura tributaria de los países.
«Los
Gobiernos emplean políticas fiscales en las que colocan impuestos
considerablemente mezquinos a las personas y las empresas más ricas, que
resulta en una base de recaudación de ingresos insuficiente para apoyar el
combate a la pobreza y la desigualdad», concluyeron.
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