El cómic como herramienta de
propaganda del imperio
REVISTALACOMUNA.COM
Ago 03, 2017
Niño leyendo un cómic en Nueva York, 1946.
Propaganda y cómics: Stalin, Fidel
Castro o Mao Zendong contra Marvel. La construcción del enemigo del imperio.
Primer episodio de una serie de análisis sobre cómics
y propaganda. 1ª guerra mundial, 2ª guerra mundial y Guerra fría a través de
personajes e historietas de la industria estadounidense. Origen, desarrollo y
contexto histórico. La construcción del enemigo: del enemigo puntual
Adolf Hitler a la lucha contra el comunismo: Stalin,
Fidel Castro o Mao Zendong.
“Todas las luchas que se libran dentro del Estado […]
no son sino las formas ilusorias bajo las que se ventilan las luchas reales
entre las diversas clases.” Friedrich Engels y Karl Marx en La ideología Alemana.
El origen del cómic como elemento satírico para
explicar elementos de la sociedad se remonta a mediados del siglo XIX. Es
precisamente en 1830 en Francia a través de la revista Le
Caricature con una campaña contra Luis Felipe el llamado “Rey
burgués”; la caricatura reflejada en esta campaña indica el grado de
ironía y sátira política que impregnaba la época histórica.
Por supuesto mucho antes en la historia había habido
numerosos casos de dibujos caricaturescos que pretendían ejemplificar lo mismo
pero que no tenían la estructura de lo que podemos llamar hoy en día una
historieta, de hecho no es hasta finales de ese siglo cuando podemos encontrar
los primeros ejemplares de revistas ilustradas que serían las pioneras en este
campo.
Como consecuencia (precisamente) de la incorporación
de la infancia (como sector) a la vida pública, surgen las primeras revistas
ilustradas para el entretenimiento de la familia en general y de este sector en
particular. Aparecen los primeros personajes fijos, es decir, que perdurarían
en más de una historieta e incluso haciendo aparición en otras de la misma
revista.
Los comics bélicos empiezan a aparecer como tentativa
de vender una realidad ficticia hacia la juventud que en verdad enmascaraba la
lucha de clases hacia un incipiente mundo de realidad ficción, donde los
“malos” y los “buenos” están muy claros. Comienza así la etapa de la
propaganda.
Ya superando el primer cuarto del siglo XX es cuando
comienzan a aparecer los comics (propiamente dichos) para enaltecer las
victorias tácticas de un país sobre otro, a raíz (sobretodo) de la 1º guerra
mundial los comics bélicos empiezan a aparecer como tentativa de vender una
realidad ficticia hacia la juventud que en verdad enmascaraba la lucha de
clases hacia un incipiente mundo de realidad ficción, donde los “malos” y los
“buenos” están muy claros. Comienza así la etapa de la propaganda.
Cómics y propaganda: El nacimiento
de las grandes editoriales, la propaganda de Estado a través de los
superhéroes.
En 1937 y 1939 nacen Action comics (DC
COMICS) y Timely comics (MARVEL COMICS) respectivamente, en
unos años marcados claramente por el avance dentro del territorio del
pensamiento comunista mediante focos y semillas de revolución en fábricas,
centros de estudios y sobretodo en la calle entre las clases populares cuando
los Estados comienzan a atacar estas ideas desde cualquier ángulo posible, el
mundo de los cómics es un plano propagandístico perfecto para atraer a la infancia.
En un contexto así comienzan a salir (en tiradas
nacionales) los cómics con equipos de superhéroes, los cuales incluían un
equipo de personajes bien desarrollados muy atractivos para la infancia cuyo
enemigo común son los comunistas, sembrando la semilla de lo que serán los
cómics en la “guerra fría” o la “caza de brujas” de McCarthy,
con un enemigo común bien claro los jóvenes ya sabían a quién debían
enfrentarse.
Cómics y propaganda: Nace el Capitán
América.
En la primera aparición del personaje (1944) la
portada del cómic reflejaba al Capitán América dando un puñetazo y
noqueando a Adolf Hitler.
Con el estallido de la 2º guerra mundial los cómics
de, la industria norteamericana (la más influyente en el mercado) cambió
brevemente su enemigo para promocionar las victorias de sus soldados frente a
las tropas del eje, falseando así la historia de lo que realmente pasaba.
Capitán América golpea a Adolf Hitler.
La aparición de un personaje de MARVEL COMICS
que a la postre fue fundamental para el desarrollo de la propaganda
capitalista, el “Capitán América”, ofrecía al público un
personaje que podía ser cualquiera de ellos, (soldado del ejército
norteamericano con una inteligencia táctica y estratégica propia de un genio,
pero un cuerpo débil al cual se le inyecta el llamado “suero del supersoldado”
convirtiéndose así en el azote de los nazis y comunistas a la par). En las
historietas de este personaje, el ejército de Estados Unidos acababa con
el eje casi sin pestañear, en la primera aparición del personaje (1944) la
portada del cómic reflejaba al Capitán América dando un puñetazo y
noqueando a Adolf Hitler. Con el paso del tiempo se crearon grupos de
super seres que luchaban en la 2º guerra mundial y se apoderaban de los
hechos reales como la derrota del ejército nazi en Stalingrado o la toma
de Berlín. El falseamiento de la realidad se hacía patente en todos los
planos de la historia.
En 1940 Action comics presentaba una historia llamada
“Cómo Superman acabaría con la guerra”, en ella la conclusión
final es la del protagonista dando una paliza a Stalin y Hitler y
llevándolos hasta Ginebra donde serían condenados a cadena perpetua.
Esto supondría el primero de numerosos especiales donde los “héroes americanos”
acabarían con el terror rojo marcado en la figura de Iosif Stalin.
Superman lleva a Ginebra a Hitler y Stalin.
Otro ejemplo más podemos verlo en lo que se llamó en
el mundo de los cómics como “la transición de nazi a comunista en los
villanos”, en este caso el mayor enemigo al que se enfrentaba el Capitan
América en la época era “Cráneo Rojo” un científico nazi encargado
del departamento de misticismo que con el tiempo pasaría a engrosar las filas
del terror rojo.
Cómics y propaganda durante El
Macartismo y la lucha contra el comunismo en Estados Unidos. El “Terror Rojo”.
“Captain America: Commie Smasher” o lo que es lo mismo “El Capitán
América: El azote del Comunismo.”
La época conocida como el Macartismo fue
conocida así por la lucha ideológica y política llevada por Joseph Raymond
McCarthy (senador de EEUU) en la que con un discurso anticomunista
se arremetía contra distintos sectores de la población acusándoles de traición
al Estado y condenándoles a penas de prisión. Gracias al Comité de
Actividades Antiestadounidenses, la propaganda volvió a cambiar el enemigo
reflejándose (otra vez más) en el mundo del cómic.
Con la guerra fría en el mundo, los cómics volvieron a
establecer una clara diferenciación entre los “buenos y los malos”, los equipos
de superhéroes como la “Sociedad de la justicia de América” (DC
comics) o “Los Invasores” (Marvel comics) reflejaban un juego
de espías en los que los americanos salvaban al mundo de diversos complots
contra el mismo. La guerra de Corea o la llegada al poder Mao Zedong
convirtieron la histeria anticomunista en el pan de cada día para miles
trabajadores.
Es el caso de los cómics de “The Flash” (DC
comics), en esta época el villano por antonomasia de esta colección era “Ming”
(Una especie de recreación de Mao Zendong), la representación era la de
una especie de vampiro amarillo que quería poseer el mundo a través de una
sociedad sin clases.
El Capitan América y su compañero Bucky (Marvel) en esta
época reciclaron su serie para bautizarla como “Captain America: Commie Smasher”
o lo que es lo mismo “El Capitán América: El azote del Comunismo.” Donde sus
personajes luchaban contra los tentáculos que harían desparecer los privilegios
de clase de los ciudadanos del mundo. En esta etapa se pueden apreciar la
creación de personajes que englobarían la galería de villanos del personaje a
lo largo de la historia como los supersoldados soviéticos, Dinamo Carmesí
o el Fantasma Rojo.
A partir de 1950 el género superheroico languideció en
favor de otros como la ciencia ficción o el de Terror. Ejemplos de la
propaganda realizada en la época serían Marvel Boy , (Medalion
Publishing Group) cuyo personaje principal establecía una cruzada (con
armas atómicas) contra rusos y chinos o haciendo una metáfora más implícita,
los alienígenas del espacio exterior que venían a esclavizar al mundo siempre
enarbolaban símbolos comunistas.
Menos sorprendente es el caso de los cómics de espías,
que allá por la década de los cincuenta contaba con personajes que
desarticulaban los planes del terror rojo, en estos cómics los protagonistas
eran fieros defensores de la libertad encarnados en agentes del FBI o la
CIA que liberaban al mundo del yugo soviético.
Cómics y propaganda: La Edad de
Plata del cómic superheroico americano. La invasión de la propaganda anticomunista.
Iron Man representa asimismo una suerte de “playboy”
capitalista (empresario de la mayor fábrica armamentística del mundo) que tiene
sus versiones menos actualizadas detrás del Telón de acero.
El renacimiento del género superheroico allá para las
décadas de los sesenta y setenta se convirtieron en un caldo de cultivo para la
propaganda anticomunista, el individuo como representación del poder para
ejecutar al mal era un canto de sirena para la sociedad individualista frente a
una sociedad comunista. En esta época además Marvel Comics tuvo un
cambio de táctica al situar a sus personajes en una geografía real, lo que
otorgaba al público una referencia espacio-temporal en la lectura de los
cómics.
En estos años se pretendía mostrar desde las páginas
de los cómics una superioridad moral, política, económica y tecnológica por
parte de los norteamericanos frente a la decadencia (física e intelectual) de
los países comunistas. En estos años la caricatura de los mandos soviéticos y
de los países comunistas era sin duda de un marcado carácter inferior, con
rasgos físicos más parecidos a los de un neandertal, además de conferirles una
superfuerza (para inducir al lector al yugo del dirigente comunista hacia el
pueblo sometido) y poder enfrentarlos a los héroes de rasgos cuasi divinos
norteamericanos.
Ejemplos de estos son la llegada del Fantasma Rojo
(Marvel Comics) que quería recrear el experimento que confirió poderes a
los 4 fantásticos con un ejército de supersimios, o como Ant Man (Marvel
comics) en una aventura acudía a la RDA para descubrir como los
soviéticos estaban creando un ejército de orangutanes superinteligentes para
dominar al mundo y por supuesto el “héroe” revertía la situación hasta el punto
de convertir a los soviéticos en primates y encerrarlos en jaulas.
Fue entonces cuando comenzaron a aparecer las
caricaturas del “dictador latinoamericano” (en una clara referencia a Fidel
Castro) causado por la crisis de los misiles, numerosos héroes
norteamericanos tenían que liberar a los pueblos oprimidos del yugo comunista
al que eran sometidos. En la serie “Tales of Suspense” (Marvel)
la figura de Fidel Castro es sometida por un Iron man que ejercía
de libertador para un pueblo que le aclamaba.
Frente a lo que ocurría en la realidad, con una superioridad
tecnológica e intelectual por parte del mundo soviético, la historia en los
cómics daba una vuelta de tuerca a este mundo afianzando la carrera espacial en
la llegada de los norteamericanos al espacio (4 Fantásticos frente al
Fantasma Rojo) o con la creación de la bomba Gamma y el intento de
sabotaje del experimento dando como resultado la creación de Hulk (Marvel
Comics). Iron Man representa asimismo una suerte de “playboy”
capitalista (empresario de la mayor fábrica armamentística del mundo) que tiene
sus versiones menos actualizadas detrás del Telón de acero, así en una
aventura se enfrenta a una de esas versiones (Hombre de titanio) en una
especie de “justa modernizada” retransmitida a nivel internacional donde queda
clara la superioridad tecnológica de Estados Unidos frente a la Unión
Soviética.
La espía soviética era caracterizada como una mujer de
gran belleza que embaucaba con sus encantos a los ingenuos ciudadanos
norteamericanos para poder conseguir información o dinero.
Otro reflejo característico de la edad de plata del
cómic superheroico es el papel de la mujer como espía soviética. En este caso
en contraste con su contrapartida masculina la espía era caracterizada como una
mujer de gran belleza que embaucaba con sus encantos a los ingenuos ciudadanos
norteamericanos para poder conseguir información o dinero usando todos los
recursos que podían atender, es así como surgen las hermanas Romanova (Marvel
Comics). Dos espías soviéticas que después de robar información y
enfrentarse a los héroes norteamericanos durante casi una década entera se dan
cuenta de los privilegios individuales del capitalismo y deciden abandonar la
Unión Soviética (Con tentativas de asesinato por traición) y finalmente acaban
apoyando a la “democracia occidental”.
Marvel contra el “fantasma rojo”.
Este último aspecto es de una fuerte influencia en los
cómics de la época, la legitimidad y las bondades del capitalismo frente a la
opresión y la tiranía del comunismo que hacía que numerosos ciudadanos (héroes
o pueblo) de la Unión Soviética descubrieran su “lado bueno” y actuando
de tránsfugas se enmarcaran en la aniquilación del Terror Rojo.
Hasta la caída del muro de Berlín este será el
marco en el que se moverá la fantasía superheroica, pasando después el manto de
villanos por antonomasia al mundo islámico, convirtiendo las mismas historias
del pasado en historias del presente.
Militante comunista en Red Roja.
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