2023 un año complicado
Por José Avilés
launiondelpueblo.es / Enero de
2023 - Edición 135- AÑO VI - Número 27- Gratuito
Scholz afirma que no se debe
permitir un enfrentamiento directo entre Rusia y la OTAN
Si tuviéramos que caracterizar
el momento político que vivimos habría que decir que la situación política de
España se encuentra enmarcada en una crisis estructural del sistema
capitalista, y que este se expresa por el retroceso de EEUU frente al avance de
China, una de cuyas consecuencias es la guerra de Ucrania.
Esa guerra es un intento de EEUU de solucionar
sus propias contradicciones internas, provocando una tercera guerra mundial de
baja intensidad limitada al territorio de Ucrania con el objetivo de debilitar
al aliado económico-político más importante de China que es Rusia. Una ofensiva
estadounidense que no duda en sacrificar a sus aliados europeos (Alemania,
Francia, Italia, Reino Unido etc.) para sostener una recomposición económica
del capitalismo en EEUU). También es un segundo intento de controlar los
inmensos recursos naturales de Rusia, por la vía de postrarla de rodillas; cosa
que no pudieron hacer cuando la caída de la URSS, debido a la rápida reacción
de la nueva élite capitalista Rusa que utilizó al Estado no ya para reimplantar
el socialismo, sino para asegurar el dominio de una oligarquía que bascula
entre un hibrido de economía de mercado y un capitalismo de Estado. En Rusia,
incluso siendo un país capitalista, regido por normas capitalistas y con
grandes diferencias de clases, los sectores estratégicos principales de la
economía están bajo control estatal –que no siempre propiedad legal estatal-.
Eso no nos debe extrañar, el capitalismo es perfectamente compatible con un
potente sector publico; recordemos el INE durante el franquismo
De este intento de descargar la crisis de EEUU sobre la Europa capitalista se derivan las reservas en primer lugar de Alemania, y en segundo lugar de Francia de implicarse en la guerra de Ucrania con la contundencia que pide la OTAN. La contradicción principal del momento político que vivimos, la que condiciona la contradicción entre pueblos oprimidos-imperialismo, la que influye sobre la contradicción clase obrera-burguesía, y aún la de países socialistas y capitalistas, están condicionados por las contradicciones inter-capitalistas, y en concreto por el intento del imperialismo norteamericano en descomposición, en mantener un mundo unipolar. De ello que EEUU sea en estos momentos la potencia más agresiva y peligrosa para la paz mundial. En eso se diferencia el actual momento político de la situación de existente cuando la primera Guerra Mundial en la que varias potencias imperialistas se disputaban el reparto del mundo. Para nadie es un secreto que el destino de muchos de los países progresistas de América latina (incluido el de Cuba que proclama su voluntad de construir el socialismo) depende del triunfo de la victoria o derrota de EEUU en la Guerra de Ucrania. Pues no en balde la mayoría de estos países latinoamericanos tienen fuertes lazos políticos y económicos con Rusia y China, y que en cierta manera los sostienen con el fin de debilitar a su competidor: EEUU. La derrota de EEUU en la Guerra de Ucrania –por lo menos de momento favorece el avance de los pueblos contra el imperialismo. Por tanto identificar la actual guerra de Ucrania de una forma simplista equiparándola a una lucha entre imperialismos, similar a la I guerra Mundial, o a las comienzos de la II Guerra Mundial –como lo hacen algunos comunistas-, no conduce más que despistar al movimiento obrero, y a tirar piedras sobre el tejado de los pueblos que intentan liberarse del dominio norteamericano, especialmente los latinoamericanos (Venezuela, Colombia, Bolivia, Nicaragua, Cuba, y con menor intensidad México, Brasil, o Argentina).
Por otra parte, las
consecuencias de la Guerra de Ucrania hacen que empeoren las condiciones de
vida de la clase obrera europea que asiste asombrada a un descontrolado aumento
de la inflación. Lo que está provocando una oleada de actos de protesta y
movilizaciones en los países más cercanos y dependientes de las relaciones
económicas con Rusia. Por tanto la contradicción clase obrera-burguesía en cada
país también está influida por las contradicciones inter-capitalistas.
“Hay que echar al tigre, pero cerrar la puerta trasera para
que no entre el lobo”
Todo apunta que nos vemos
abocados a un largo periodo de fuerte agudización de la lucha de clases a nivel
mundial, causada precisamente por la crisis del modelo capitalista inspirado en
Occidente. Es pronto para vaticinar el camino que seguirá Rusia y China, países
que aunque el uno proclame ideología capitalista y el otro declare su voluntad
de construir el socialismo, su posicionamiento internacional se aproxima, y
quizás también se asemeje la estructuración de clases interna. No obstante es
obvio que hoy por hoy representan un importante contrapeso el enemigo principal
que es el imperialismo norteamericano. Y en lo inmediato, al igual que se ven
obligados a favorecer el avance de los pueblos por su liberación, pueden
contribuir a crear un marco mundial que favorezca el socialismo en los países
capitalistas. No obstante “hay que echar al tigre, pero cerrar la puerta
trasera para que no entre el lobo”.
Las contradicciones inter-capitalistas
en el Estado español El marco internacional no puede dejar de manifestarse en
España. Aquí –a veces confusamente y no claramente deslindadas- también se
expresan las dos propuestas ideológicas, políticas y económicas que atraviesa
todo el mundo capitalista. Si por una parte hay un punto de coincidencia común
en la persistencia del capitalismo, por la otra hay una discrepancia en cuanto
al modelo ideológico a seguir para salvaguardarlo. Diferencias ideológicas –no
muy definidas y no antagónicas-, que en ocasiones se traducen en desajustes de
cómo tratar las cuestiones económicas. Por una parte asistimos al resurgimiento
de una extrema derecha que intenta representar los sectores industriales de
cada país, levantando la defensa ideológica de la patria en la dirección de
conseguir un mejor posicionamiento en un mundo capitalista comúnmente aceptado.
Esta corriente capitalista que tiene lazos comunes con el fascismo clásico
intenta atraerse a clases medias fuertemente golpeadas por la crisis y siempre
receptivas un discurso racista, y a las propuestas ideológicas más
conservadoras y retrogradas (no al aborto, no a la inmigración, rechazo del
feminismo, oposición frontal al movimiento LGTBI etc.). En algunos casos, como
en Francia, defienden un confuso proteccionista social del Estado, limitado
solo a los franceses. Eso no es nuevo, también lo hizo el fascismo italiano y
el Nacional-socialismo de Alemania. El problema de su aplicación es que es
incompatible con la dirección en la que camina el modo de producción
capitalista –amenazado por a tendencia a la caída a tasa de beneficios
empresariales-, y al que juran fidelidad los movimientos de extrema derecha y
próxima al fascismo. El encuadramiento político en España de esta corriente de
extrema derecha (participada por fascistas auténticos en sus cenáculos e
intimidades), se localiza tanto en VOX, como en las corrientes más extremas del
Partido Popular.
En España y en el mundo, el
otro sector del capitalismo neoliberal adopta formas más sofisticadas. Por una
parte no tiene escrúpulos en presentar a un régimen de clara orientación nazi,
como un campeón de la democracia, aunque la represión que se aplica en Ucrania
se ejerce contra toda la izquierda en general, incluidos los propios partidos
socialdemócratas; y en eso coincide con el fascismo y la ultra-derecha clásica.
Este sector del capitalismo neoliberal -que es quien en EEUU ha provocado la
guerra de Ucrania- recibe el auxilio de toda la socialdemocracia internacional,
que una vez dinamitada la capacidad de los estados nacionales para influir en
su economía, han renunciado al proyecto keynesiano de conciliar las clases
sociales dentro de la común aceptación del capitalismo. El PSOE –y el resto de
sus partidos hermanos-, es directamente un partido de la alta burguesía, u
oligarquía en la que predominan los criterios ideológicos capitalistas
neoliberales, por mucho que en ocasiones se presenten como progresistas.
Deslices que veces también se observan en el Partido Popular, que hora habla de
ser de “centro”, y hora habla de ser de derecha clásica.
El papel de la socialdemocracia
clásica ha sido ocupado por los herederos de una izquierda genérica de
procedencia ideológica comunista que ha sido ya engullida e integrada en la
lógica ideológica del capitalismo. El horizonte político de partidos políticos
como PODEMOS, movimientos como IU, y hasta en partidos como el PCE (que
mantiene una indefinición suficiente para permitir la coexistencia de una
referencia teórica a la supresión del capitalismo, con un pragmatismo de
estrechas miras limitado al acceso a las instituciones). Pero esta última
corriente de origen genérico inicialmente anticapitalista, ha proporcionado al
capitalismo neoliberal un importante auxilio ideológico que permite a una parte
del gran capital presentarse como progresista al aceptar propuestas ideológicas
complementarias, nacidas en ambientes alternativos al sistema. De esta forma el
feminismo, ecologismo, el antirracismo, la ideología LGTBI, y el animalismo se
han convertido en unas señas de identidad detrás de las que se esconden los
antagonismo de clases y la explotación de unos seres humanos por otros, sirven
para embellecer a la fracción capitalista que las hace suyas, les permite
deslindar campos ideológicos con la otra fracción del capitalismo de
ultraderecha y desvía la lucha de clases hacia el logro de unos objetivos y
libertades que en absolutos ponen en cuestión el capitalismo.
Al final, al grito de libertad
y democracia en general se alinean tanto los partidos llamados “de izquierda”
que han renunciado a la supresión del capitalismo, como aquellos del gran
capital que utilizan esa frontera ideológica para trazar una línea divisoria
con los que marcan su terreno en la defensa de valores tradicionales. Lo que
ocurre es que este aparente enfrentamiento entre sectores del capital queda
difuminado cuando de intereses económicos o geoestratégicos se trata, como ha
quedado demostrado en el apoyo al régimen pro-nazi en la Guerra de Ucrania. El
demócrata Biden es quien ha provocado la masacre de ucranianos pare servir a
los intereses de empresas militares y gasísticas de EEUU, y de paso debilitar
la competencia de una Europa capitalista industrializada.
¿En
ese contexto como se presentan la situación en España en los próximos meses?
Todo el mundo conoce y vive día
a día la subida desenfrenada de los precios de artículos de primera necesidad
que se oculta detrás de medias estadísticas para cestas de compra en la que se
incluyen otros artículos de no tan de primera necesidad. Nadie ignora un paro
oculto detrás de los contratos por horas y de fijos discontinuos (es decir a la
carta del empresariado); que además no han expulsado el trabajo en negro. Todo
el mundo sufre un deterioro y empeoramiento general de la Seguridad Social en
el conjunto del Estado. Empeoramiento que en su disputa con el Partido Popular
el PSOE quiere focalizar exclusivamente en la Comunidad de Madrid. Tampoco se
puede ocultar el aumento incesante de las bolsas de pobreza, y hasta un
organismo oficial como la Agencia tributaria se ve obligada a reconocer que 7,3
millones de trabajadores seis de cada diez pensionistas cobran menos de 1.000
euros mensuales, cuando, si dividimos el PIB por la población activa, resulta
que el valor medio producido por cada trabajador asalariado es de casi seis mil
euros por mes. No es necesario, seguir porque sería abusar de la redundancia en
lo que todo el mundo sabe.
Pero no es esa realidad sobre
España la que perciben os grandes buitres capitalistas que se reúnen Suiza
anualmente con el nombre de Foro de Davos Allí la gestión de Pedro Sánchez al
frente del “Gobierno más progresista de la historia”, ha recibido el siguiente
elogio del moderador del acto, Børge Brende:. “Enhorabuena por los buenos
resultados económicos” ha comenzado diciendo el que también fuera ministro de
Asuntos Exteriores, Industria o Medioambiente de Noruega. Dicho individuo ha
destacado en relación a España que “la transición que España está realizando,
la reforma laboral y otras reformas económicas han llevado a uno de los crecimientos
más fuertes de Europa”: “Sois el decimosexto mayor exportador del mundo. ¿Hay
cosas en la agenda de reformas que puedan ser aplicables a otras naciones para
que aprendan? Porque hay veces que oyes que las reformas pueden hacer que los
países sean menos competitivos, pero lo que has mostrado con algunas de estas
reformas es que llevan decir que eso de que figure más gente trabajado se debe
a que ya no se considera parado a una persona que trabaja dos o tres horas por
semana. Es decir, cuando los grandes saqueadores mundiales felicitan a nuestro
Gobierno por “su buen hacer”, lo más prudente es echarse mano a la cartera.
Aquí lo que está en juego ahora es que equipo de gobierno elige la
oligarquía española para que gestione sus intereses durante los próximos cuatro
años.
Pues bien, en este contexto
este año caminamos hacia unas elecciones generales, que tendrán un ensayo en
mayo con la celebración de elecciones municipales y autonómicas en la mayoría
de comunidades. Aquí lo que está en juego ahora es que equipo de gobierno elige
la oligarquía española para que gestione sus intereses durante los próximos
cuatro años, y como previamente se reparte el pastel a nivel autonómico y
local. En esta subasta los dos principales pujantes son la derecha clásica del
Partido Popular auxiliada en su flanco más extremo por el filo-fascismo de Vox,
y el neoliberalismo del PSOE atemperado en su flanco izquierdo por las lamadas
izquierdas transformadoras –cada vez menos transformadoras- : Compromís, IU,
Mas País, PODEMOS, Los comunes etc.
Pero estos últimos tienen el
problema de que la porción de la tarta que les corresponde no da para saciar a
todos; lo cual representa un problema para el PSOE. Razón por la cual desde
hace tiempo han puesto en marcha su operación Yolanda Díaz. Y es que durante
meses no hay un solo día en que no la tengamos invitada a nuestra mesa en
horarios de máxima audiencia televisiva.
Mientras tanto esta llamada
“izquierda de la izquierda” se pelea a cara de perro por las migajas que le
ofrece el PSOE. Veamos con detalle que está pasando.
No pasa desapercibido que la
prensa capitalista en su totalidad, desde la más reaccionaria hasta la de
perfil progre”, se ha inclinado para favorecer a Yolanda Díaz. Esta se ha
convertido en una carta de Pedro Sánchez para embellecer por la izquierda sus
políticas neoliberales, en coherencia con toda la socialdemocracia europea. La
coincidencia entre ambos es cada día más perfecta.
Por su parte, Yolanda Díaz no
ha dejado de dinamitar con sus declaraciones -pero nunca con los hechos-, a un
Podemos, que aunque incrustado en el sistema todavía cree que se puede dar un
giro de timón a la izquierda.
La reforma laboral, presentada
por los medios de comunicación como un triunfo personal de Yolanda Díaz la
verdad es que de –grado o por la fuerza-, cedió a las propuestas de la CEOE,
siguiendo obedientemente a una social-liberal confesa como es Nadia Calviño. No
es extraño que patronal se felicitara de esta negociación, y que las
direcciones de CCOO y UGT reclutadas desde hace años para servir a una paz
social que siempre se ha traducido en empeoramiento de las condiciones de vida
y trabajo, también aplaudieran la “gestión” y capacidad de dialogo de Yolanda
Díaz. El peor aval que tiene Yolanda Díaz a su favor es el apoyo de las
direcciones de CCOO y UGT, que desde la transición, ada vez que hablan sube el
pan.
Con la guerra de Ucrania,
ocurrió otro tanto de lo mismo: Yolanda Díaz apoyó claramente a Zelenski, para
bochorno -un tanto escenificado-, de sus mismos compañeros de Podemos. Tanto
Yolanda Díaz, omo Alberto Garzón se pusieron objetivamente a las órdenes de la
OTAN.
Que la campaña mediática a
favor de Yolanda Díaz es muy descarada es evidente. A su favor se apuntan todos
aquellos que temen un estallido social, tanto se digan de izquierda como la
derecha.
Yolanda Díaz ha hecho meritos
par ser la candidata preferida por la patronal y los sectores neoliberales para
encabezar una nueva “confluencia” de los partidos que situándose a la izquierda
del PSOE se prestan gustosamente a servirle de muleta. Y esto no es por
casualidad, el temor a un Podemos arraigado en la movilización todavía persiste
en sectores de la derecha y en la parte más neoliberal del PSOE. Muchos creen
de verdad que Podemos fue la consolidación política de la rabiosa protesta
social que se dio en España desde 2011 al 2015, cuando en el fondo fue un
exitoso intento de evitar que esa protesta social se desbordara fuera de los
cauces institucionales. Recordemos que aquellos años Pablo Iglesias era
invitado todos los días a nuestra sobremesa al igual que ahora lo es Yolanda
Díaz.
Pero es que ni la misma
propuesta de Podemos, ni del conjunto de Unidas-Podemos, sobrepasan las
intenciones de reformar de la reforma del capitalismo, con la esperanza de
conducirnos a la etapa dorada de la socialdemocracia (años 1950-1980).
La presencia durante tres años de Unidas Podemos en el Gobierno no
ha servido ni siquiera para una reforma del capitalismo en sentido progresista
Ahora, estos dos partidos –al
igual que el proyecto, entre comillas unitario de Sumar de Yolanda Díazse
encuentran infectados por la pelea interna de la izquierda de la izquierda del
PSOE para hacerse un hueco en su papel de muletilla. La verdad es que todos han
hecho méritos suficientes para acreditarse como instrumentos útiles para que
todo siga igual. Y eso a pesar de una bien orquestada y persistente campaña
mediática para dar la impresión de que “algo se mueve” Pero a pesar del desfile
de personajes, ministros y ministrillos anunciado esta o aquella llamativa
reforma que beneficiará a tantos miles de personas, lo cierto es que nada de
eso ha servido para arrancar conquistas concretas...
Podemos inicio su andadura
declarando que el marxismo era una teoría superada y que ellos estaban llamados
a enterrar la vieja cultura de los partidos. Así se promovió un ejército de
arribistas pequeñoburgueses que no tardaron en despedazarse entre ellos para
acomodarse al calor de las instituciones a la vez que se enterraba el hábito de
la movilización y la presión de la calle. A partir de entonces –siguiendo los
planes de Errejón- los encuentros se limitaron a promocionar a Podemos más que
a la reivindicación de demandas sociales, laborales o políticas.
Si hacemos un rápido repaso de
Podemos por el Go bierno, vemos que la Ley Mordaza sigue en vigor, y que se
calla en lo que respecta a la actuación del ministro reprimiendo inmigrantes en
Melilla o a las trabajadores del metal en Cádiz. Unidas Podemos dio la espalda
a una ley sobre los alquileres promovidas por la Plataforma de afectados por
las Hipotecas el Sindicato de Inquilinos y se conformaron con las promesas del
PSOE... En el fondo Podemos ha encargado a Yolanda Díaz que gestionara estos
incumplimientos de los acuerdos firmados con el PSOE. La reforma de las
pensiones, defendida con uñas y dientes por Yolanda Díaz, ha puesto en pie de
Guerra a los pensionistas. El Ingreso Mínimo Vital es un fracaso aplastado por
la burocracia que no ha llegado ni al 20% de las personas previstas; pero se
sigue presentando como gran avance social del gobierno “progresista” y en
particular como un éxito de Podemos. De la “extraordinaria” reforma laboral que
ha negociado Yolanda Díaz, ya hemos hablado.
Unidas Podemos no se cansa de
repetir de que gra ias a su presencia en el Gobierno se ha conseguido aprobar
la Lay si es si, -que ha sido una iniciativa de lrene Montero-ha sido tan burda
que al final ha servido a la ultraderecha de Vox y sus seguidores dentro del PP
para ganar posiciones.
Las consecuencias de la
pandemia del Covid y en especial en lo que afecta a la atención primaria ha
terminado favoreciendo a la sanidad privada. El gobierno respaldado por
Unidas-Podemos, Mas País y compañía tiran balones fuera y dice que eso es un
problema de las autonomías. En una situación sanitaria tan grave como la que
vivimos la obligación de un Gobierno del pueblo seria intervenir directamente.
¿Era más importante auxiliar a la banca que a una población que sufre en sus
carnes ausencia de médicos y largas listas de espera? ¿Quién puede afirmar que
los criterios neoliberales de favorecer a la sanidad privada y favorecer a los
grandes oligopolios farmacéuticos no se están aplicando?
Lo mismo ocurre con la
educación. Si el ejecutivo quisiera podría poner coto al avance imparable de la
enseñanza privada, tomaría medidas en ese sentido Pero eso sería enfrentarse
directamente con la Iglesia, cosa que no está dispuesto a hacer.
Incluso con escenificadas, y
más bien breves y rabietas, Unidas Podemos y todo el entorno parlamentario de
la izquierda a la izquierda del PSOE ha terminando dando el visto bueno al
aumento del presupuesto militar tal y como lo pedía la OTAN, y colaborando para
presentar como un hecho menor el apoyo del Gobierno al régimen fascista de
Ucrania, y a la traición al pueblo saharaui. Hay que decir que en esas rabietas
de dirigentes de Podemos, Yolanda Díaz no ha participado, sino que directamente
se ha posicionado públicamente a favor de las tesis del PSOE. Lo mismo ha hecho
cuando de educción y sanidad se trata.
Pues bien, con los ojos puestos
en las próximas elecciones generales, estos mismos fracasados en sus ilusiones
reformistas del capitalismo quieren repetir la experiencia de un nuevo gobierno
de coalición. Parece que no es cierto eso de que “el perro escaldado del agua
huye” Que el PSOE pretenda reproducir un Gobierno de coalición tiene su lógica,
porque todos los ministros han bailado al son de la música que toca Pedro
Sánchez. Pero ¿Cuál es la causa que quieran reproducirlo aquellos que solo han
hecho de teloneros? Pues no puede tener otra explicación que intentar asegurar
trabajo durante cuatro años al conjunto de arribistas pequeño-burgueses que
bajo el nombre de asesores y cargos de confianza se rodean los ministros y
consejeros.
Izquierda Unida, Los comunes de
Ada Colau, Compromís y hasta Podemos, incluido Pablo Iglesias –pese a las
tensiones- están de acuerdo en aceptar el liderazgo de Yolanda Díaz para las
elecciones generales; la pelea que tienen entre ellos es de momento secundaria
y centrada en que entre el omento presente y la celebración de las generales
hay que pasar el escollo de las elecciones locales y autonómicas, y en las que
no en todos los lugares concurren juntos. Pero todos quieren aprovechar el
tirón mediático que el PSOE de está facilitando a Yolanda Díaz, para que haga
campaña a su favor en estos primeros comicios.
APRENDER
DE NUESTROS PROPIOS ERRORES.
Los revolucionarios
generalmente analizamos bien e identificamos las fallas del sistema, pero con
frecuencia nos equivocamos en relación del camino a seguir. Desde hace años
venimos practicando la táctica de unir todo lo unible contra el enemigo
principal. Y hemos utilizado tanto la propuesta de un frente común republicano
contra la Constitución del 78, como en ocasiones pedir el voto para PODEMOS o
Unidas-Podemos. Eso sí, plasmando en el papel la importancia de tomar la calle,
o volver a tomar la calle.
¡Pero eso ha sido solo en el
papel Conscientes de nuestra propia debilidad, y ante la necesidad de favorecer
un ambiente social de protesta y de ruptura con el régimen hemos hecho
esfuerzos por arrastrar a esa izquierda institucional a la izquierda del PSOE a
romper con el régimen. Nos hemos felicitado y considerado un éxito conseguir el
apoyo testimonial –que no real- a cada una de las iniciativas de ruptura con el
Régimen, de PODEMOS, Izquierda Unida, Mas País, Compromís, los Comunes etc. Y
ello ignorando que tras un corto periodo de tambaleo la monarquía ha
conseguido, que la república no esté en el orden del día. De ello que los
partidos parlamentarios declarados republicanos se hayan recluido en la defensa
de una Constitución democrático-burguesa. Al grito de ¡viva la República!,
todos los partidos parlamentarios de izquierda se han apresurado a apuntalar la
Constitución monárquica.
Su aparición en algún
manifiesto republicano, o que siquiera sugería una ruptura con la monarquía siempre
ha sido un acto simbólico destinado a no perder clientela electoral por su
flanco izquierdo. ¿Cuál ha sido la implicación real de PODEMOS en la consulta
monarquía o república del 14 de mayo, pese a que figuraba como uno de sus
promotores?: ninguna.
Ahora tenemos ante nosotros un
año de crisis capitalista, y el correspondiente empeoramiento de las
condiciones de vida y trabajo, pero el sistema hará todo lo posible para que la
atención de la gente se encauce hacia vacíos concursos electorales, como si de
una competición deportiva se tratara. Y en el mejor de los casos, a que se
vincule, muy confusamente, la solución de problemas reales al éxito de esta o
aquella propuesta política.
Es cierto que la receptividad
política se acentúa en momentos electorales. ¿Pero que podemos ofrecer los
revolucionarios como propuesta a corto plazo, cuando al día de hoy apenas hay
movilización ni presión social frente a la crisis económica y los partidos
reformistas se centrarán en sus batallas para posicionarse en el espectro
parlamentario?
Pues no nos queda más remedio
que fortalecer nuestras propias organizaciones para intentar que los próximos intentos
de unir todo lo unible contra el enemigo principal, los próximos intentos de
construir unidades republicanas de ruptura con la monarquía oligárquica,
podamos hacerlo desde una posición de fuerza.
Eso significa que dada la
situación del momento, cualquier movimiento –y concretamente durante las
próximas elecciones- debe ir destinado a fortalecer y hacer propaganda de las
alternativas revolucionarios en los momentos de mayor receptividad política, y
desechar cualquier fórmula de apoyo a esa izquierda parlamentaria a la
izquierda del PSOE que ya ha demostrado que es lo que sabe hacer.