domingo, 16 de diciembre de 2012

MEMORIAL GALÁN Y GARCIA HERNANDEZ EN HUESCA, DOS CAPITANES REPUBLICANOS QUE POR LA REPUBLICA NO DIERON PALABRAS SINO SUS VIDAS. ¡VIVA LA REPUBLICA!

 HASTA SIEMPRE, GALANES...


 de la republicahuesca.blogspot.com.es
 domingo, 16 de diciembre de 2012

Hoy es un día agridulce. Al sabor agradable dejado en la jornada de ayer por la austera brillantez con la que se desarrolló el acto inaugural, se une hoy la tristeza de la despedida de unas gentes, familiares del capitán Fermín, que vinieron aquí a recoger en sus personas el afecto que dispensamos a Galán y se han ido uniendo al enterior afectos propios ganados por su cercanía, simpatía y cariño. 

El día ha transcurrido con la visita a diferentes lugares de la iconografía republicana oscense. Desde Jaca, donde el CRHU no ha acudido, hasta Cillas, pasando por Biscarrués y Ayerbe. En todos estos lugares hemos podido contar con las siempre amenas explicaciones de Esteban Gómez. 

El acto final ha consistido en una comida de hermandad, esta vez casi en petit comité, al término de la cual se han ofrecido a los familiares unos obsequios sencillos, pero muy sentidos. Y, de nuevo, la lluvia ha hecho acto de presencia. 


*++

LA TIERRA, OTRO DOMINIO MÁS DEL CAPITAL


EL GRAN NEGOCIO ALIMENTARIO
(Arrozales en Isla Mayor, Sevilla)
 
Vicent Boix
CEPRID
12-12-2012 

La cadena agroalimentaria en un gran y suculento negocio. Así lo demuestran los balances de ciertas transnacionales, como también queda claro tras analizar el vertiginoso aumento del capital financiero en los mercados de materias primas. Se ha normalizado, se ha institucionalizado y se ha aceptado sin rechistar, un incremento de los precios de los alimentos (y su volatilidad) que se creó artificialmente en los mercados. Desde organismos como la FAO se anuncia y se asume sin más, que la humanidad enfrentará una época de alimentos caros aunque ello suponga aceptar unstatus quo en el que millones de personas pasan hambre. 

Tradicionalmente, el campesinado se ha caracterizado por cultivar alimentos destinados al consumo propio y a los mercados locales, llevando a la práctica un tipo de agricultura respetuosa con el medio ambiente y cimentada en unos conocimientos agronómicos que se han transmitido de generación en generación. En muchos lugares el campesino o pequeño agricultor, con el tiempo se fue abriendo al mercado. El objetivo ya no era cultivar para comer, sino hacerlo para vender la siembra y poder comprar la comida y otras necesidades. La denominada “revolución verde”, acaecida a mediados del siglo XX, favoreció este proceso ya que consiguió aumentar la productividad, gracias a la mecanización del campo y a la utilización de semillas mejoradas y productos químicos. El otrora agricultor libre, se hizo dependiente de los “paquetes tecnológicos” y de las exigencias de los mercados.

Inicialmente muchos pequeños agricultores lograron sobrevivir e incluso progresar, aunque con la expansión de las políticas neoliberales, la agricultura tradicional y campesina ha entrado en una clara recesión. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), la agricultura ocupaba al 52% de la población económicamente activa a nivel mundial entre los años 1979 y 1981, porcentaje que disminuyó hasta el 40% en 2010. Igualmente, la población rural mundial que en 1979-81 sumaba el 61% del total cayó en 2010 hasta el 49%.[1] Por el contrario, en ese mismo intervalo de tiempo las exportaciones y las importaciones agrícolas se multiplicaron por cinco, lo que viene a indicar que el modelo agrícola exportador e intensivo está expulsando a los agricultores del campo.

Y es que el principal problema que enfrenta la agricultura agroexportadora, entendida como una mercancía más dentro del supermercado global, es que las diferentes fases de la cadena agroalimentaria (semillas, insumos, intermediación, distribución, transformación, venta, etc.) se concentran cada vez en menos manos, y esta situación de oligopolio da fuerza a estas “manos” que determinan todo tipo de condiciones.

Según la Rural Advancement Foundation International (renombrada como “Grupo ETC”) el 67% del comercio mundial de semillas era manejado en 2007 por 10 grandes multinacionales (DuPont, Syngenta, Limagrain, Bayer, etc.). Solo Monsantodetentaba casi el 25%. De acuerdo con la misma fuente, 10 empresas controlan el 89% del comercio de agroquímicos (Bayer, Syngenta, Dow, Monsanto, etc.). De ellas, las seis más poderosas también participan del negocio de las semillas.[2]

En 2008, año en el que se produjo la primera de las crisis alimentarias de este siglo XXI, las empresas transformadoras lograron importantes réditos según la Genetic Resources Action International(GRAIN): “…las ganancias de Nestlé de 2008 subieron un impresionante 59 por ciento, y el incremento de Unilever se acercó al 38 por ciento”.[3] Durante esos meses también aumentaron los precios de los agroquímicos, por eso muchos agricultores no pudieron adquirirlos y sus plantaciones intensivas sufrieron pérdidas. Pero,Monsanto aumentó sus beneficios un 120% respecto a 2007, Bayer un 40%, Syngenta un 19% y Dow un 63%. 

Estos eslabones de la cadena alimentaria (agroquímicos y semillas) no son los únicos que han logrado aumentar sus réditos. Otro muy importante, que ha provocado la desesperación de millones de agricultores es la intermediación, es decir, el eslabón que acerca los alimentos del campo al supermercado. La situación en este caso es similar a los anteriores. Unas pocas empresas, tanto a nivel nacional como internacional, están situadas entre millones de agricultores que producen alimentos y millones de consumidores que los adquieren. Algunas de ellas los transforman, y según ETC, el 26% del mercado mundial de comestibles empaquetados es colmado por 10 transnacionales (Nestle, Pepsico, Kraft, Coca-cola, Unilever, Danone, etc.).[4] En frutas y verduras sin transformar, la intermediación es entre los mayoristas y minoristas, y en otros casos es la distribución moderna (supermercados) quién adquiere directamente los productos del agricultor o del mayorista.

En cualquiera de los tres casos mencionados, la tónica general es que la intermediación, la transformación o la distribución moderna, haciendo gala de su posición dominante en la cadena alimentaria, imponen unos precios de compra irrisorios al agricultor y se los incrementa al consumidor logrando una plusvalía en algunos casos insultante.

Las materias primas en el siglo XXI, una gran inversión

En las últimas décadas, la desregulación en los mercados provocó que las inversiones productivas en la economía real fueran perdiendo peso en favor de las inversiones financieras, que acamparon en diversos mercados para succionarlos y luego escapar de las crisis que creaban en busca de nuevos mercados. A la inversión financiera se le achaca, entre otras, la “burbuja de las punto.com” y la “crisis de las subprime”.

En la búsqueda de inversiones seguras el capital financiero aterrizó en los mercados de futuros, donde alimentos y materias primas agrícolas son una parte muy importante del mismo (también se negocia con petróleo, metales, etc.). Como ejemplo podríamos plantear el siguiente caso hipotético: una cooperativa de agricultores acude a uno de estos mercados y, tras negociar con una empresa de harina, vende 30 toneladas de trigo, a entregar en enero de 2014 y a un precio de 225 dólares la tonelada. Para ello se firmaría un “contrato de futuro”, es decir, un título en el que se detalla la transacción. Importante subrayar que en los mercados de futuros no se negocian mercancías físicas (trigo) sino contratos para vender/comprar mercancías físicas futuras (trigo en enero de 2014).

Estos mercados nunca estuvieron exentos de la especulación y otras prácticas alejadas del comercio real de materias primas, ya que los contratos sobre mercancías futuras dan mucho margen a la variación de precios antes de la fecha de entrega real. Pero como se decía, diversas medidas liberalizadoras junto a crisis en otros mercados, originó que el capital financiero (fondos de cobertura, de pensiones, etc.) invirtiera a gran escala en los mercados de futuros. Los activos financieros en materias primas crecieron de los 5.000 millones de dólares en el 2000 a 450.000 millones en 2011.[5] 

Desde entonces el mundo vive en tensión debido al incremento de los precios de los alimentos que originó una crisis alimentaria en 2008 y otra inacabada en 2010 que está causando estragos en el Cuerno de África y el Sahel. Desde el principio se intentó esconder el motivo real de las crisis y se argumentó que la causa era el desequilibrio en la oferta y la demanda de alimentos, aunque con el tiempo y ante los hechos la realidad se hizo visible. Como se ve en la gráfica, existe una relación palpable entre la actividad inversora y el incremento de precios. Y la realidad es que mientras en el África Subsahariana está muriendo gente de hambre, el grupo de inversión Goldman Sachs ganó más de 5.000 millones de dólares en 2009 especulando en materias primas, lo que supuso un tercio de sus beneficios netos.[6]

La tierra, el último eslabón por controlar

La cadena agroalimentaria en un gran y suculento negocio. Así lo demuestran los balances de ciertas transnacionales, como también queda claro tras analizar el vertiginoso aumento del capital financiero en los mercados de materias primas. Para los inversionistas el futuro es muy esperanzador. Saben que la gente puede dejar de pagar su hipoteca pero siempre tendrá que alimentarse. Además se ha normalizado, se ha institucionalizado y se ha aceptado sin rechistar, un incremento de los precios de los alimentos (y su volatilidad) que se creó artificialmente en los mercados. Desde organismos como la FAO se anuncia y se asume sin más, que la humanidad enfrentará una época de alimentos caros aunque ello suponga aceptar unstatus quo en el que millones de personas pasan hambre.

Si bien todavía no hay escasez, la ecuación entre la oferta y la demanda de alimentos y materias primas agrícolas tenderá a comprimirse si no se toman medidas, porque sigue creciendo exponencialmente la población mundial, y sobre todo, porque el futuro energético de los países ricos dependerá de los agrocombustibles, todo ello, en un planeta amenazado por un cambio climático que está comprometiendo la capacidad hídrica de muchas naciones, degradando los suelos, alterando la productividad y afectando los rendimientos en diversas zonas típicas de cultivo. La idea esencial es que, en tiempos de crisis económica y recesión, resulta que la agricultura se presenta como un mercado apetitoso y con un prometedor futuro. La demanda está más que asegurada, es más, crecerá vertiginosamente. La propia FAO ha estimado que la producción mundial de alimentos se deberá duplicar para el año 2050.

La oferta, por el contrario, es el gran pastel a dividir y por ello naciones, inversionistas y transnacionales empiezan a mover fichas para garantizarse su porción. Teniendo en cuenta que ciertos eslabones de la cadena alimentaria exportadora ya están acaparados por multinacionales (semillas, intermediación, etc.) y teniendo en cuenta que los mercados de futuros están atiborrados de inversionistas y especuladores, solo queda un eslabón por conquistar: la tierra.

Esta es imprescindible y hasta el momento es un recurso natural que, dependiendo de países, puede ser más o menos accesible para la ciudadanía. El campesino y pequeño agricultor puede eludir las semillas patentadas, los agroquímicos y los canales tradicionales de distribución; mientras que el consumidor puede evitar las grandes superficies comprando alimentos sanos y de temporada directamente al productor. Para que sigan activos estos canales sostenibles y agroecológicos solo hace falta la tierra, que ahora, está en el punto de mira del capital. He aquí la gran amenaza para la soberanía alimentaria, especialmente en las naciones y comunidades empobrecidas que suelen auto abastecerse a través del auto consumo y de los mercados locales.

Notas:
1. Anuarios estadísticos de la FAO 2004 y 2010. 
2. ETC: “¿De quién es la naturaleza?”, noviembre de 2008. +++ 3. GRAIN: “Las corporaciones siguen especulando con el hambre”, abril de 2009.
 4. ETC: “¿De quién es la naturaleza?”, noviembre de 2008. 
5. GRAIN: “El negocio de matar de hambre”, 28 de abril de 2008 y LA CAIXA: “Especulación en los mercados de materias primas: ¿culpable o inocente?”, Informe Mensual octubre 2011. 
6. KNAUP, H., SCHIESSL y M., SEITH Y.A.: “El hambre cotiza en bolsa”, en El País, Madrid, España, 4 de septiembre de 2011.
7. LA CAIXA: “Especulación en los mercados de materias primas: ¿culpable o inocente?”, Informe Mensual núm 350, Octubre 2011.

 Vicent Boix es investigador asociado de la Cátedra “Tierra Ciudadana - Fondation Charles Léopold Mayer”, de la Universitat Politècnica de València. Texto introductorio del segundo libro del autor titulado "Piratas y pateras". Se trata del primer libro que se edita sobre el acaparamiento de tierras en África y en él se desgranan abundantes datos para entender este fenómeno, como por ejemplo, el perfil de los nuevos inversionistas agrícolas, el tipo de cultivos que están sembrando, efectos en la seguridad alimentaria en la región, impactos y abusos sobre la población local y el medio ambiente, consecuencias en la agricultura española o europea, etc.

Fuente: http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1558 

*++

DEDICADO A DIEGO CAÑAMERO Y A SANCHEZ GORDILLO, QUE NOS ENSEÑAN EL CAMINO DE LA LIBERTAD CON LA DIGNIDAD Y LA GENEROSIDAD DE LAS PERSONAS SENCILLAS


 LA MEDIOCREIDAD QUE NOS ABATE



por Victoriano
Sábado, 15 de Diciembre de 2012 10:02
 Kaosenlared.net 

En este artículo se realiza un somero recorrido por situaciones y circunstancias en las que la mediocridad empaña nuestras vidas.

Navegando por las esclarecedoras aguas del diccionario en busca esa palabra maldita, me refiero a la palabra "Mediocridad," y analizándola en base a la dignidad con que los ciudadanos de este país respondemos a las agresiones de los PPiratas genoveses, casi nadie dudaría de que se nos podría identificar por llevar en el pecho una etiqueta, y muchos una hermosa pancarta, con ese sustantivo. Que me perdonen los que han conseguido despojarse de ese baldón, que haberlos haylos, y que obran como ciudadanos dignos y no como vacada mirando al forraje.

 Pues bien, manteniendo el rumbo de aguja que nos lleva a puerto, observo en el camino los demoledores sinónimos de este vocablo que surgen como piedras a ras de superficie comprometiendo el viaje: vulgaridad, mezquindad, adocenamiento, medianía... Un fuerte viento de popa, que hincha nuestras velas, nos precipita hacia tan peligrosas peñas las cuales podrían provocar una rotura de nuestro sufrido casco social. Desgraciadamente observo que este soplo viene de la cubierta del velero y es producido por algunas de las personas que realizan esta singladura vital con nosotros o quizá de nosotros mismos, y que el aliento que nos empuja podría venir dado de situaciones como las siguientes...

Empujamos nuestro “velero” contra la mediocridad cuando el jubilado, creyendo defender su pensión (craso error, como hemos tenido ocasión de ver recientemente), condena a sus hijos y nietos al paro votando e incluso defendiendo a partidos que no creen en lo social porque la política y lo público, para estos, es su fuente de enriquecimiento.

 …cuando el funcionario o el trabajador con contrato fijo (de los de antes, claro), pensando que sus bien ganados derechos le van a durar para siempre, permite que poco a poco se los vayan arrebatando y que la administración o la empresa donde trabaja pueda prescindir de sus compañeros interinos o precarios quedándose cómodamente en una situación de “esto no va conmigo”.

…cuando el interino o precario prefiere no darse cuenta de que la primera víctima de este gran atraco va a ser él, no pudiéndosele ver ni en los paseos de Neptuno a Sol con los que nos aventan nuestra reprimida indignación nuestras “aguerridas” agrupaciones sindicales mayoritarias. 
…cuando secretarios generales de algunos sindicatos, faltando a la esencia de lo que deberían ser estas instituciones, anestesian y eternizan la respuesta social; negocian despidos colectivos claramente injustos; contratan planes privados de jubilación con bancos delincuentes, perjudicando las públicas; cobran subvenciones que más que darlos poder parecen dejarles inermes ante los poderes fácticos,  y todo ello con la anuencia de muchos de sus muy abanderados afiliados.

…cuando el nacionalista de izquierdas piensa que su única batalla, y la de ese pueblo superior al que representa, es construir un muro con los ladrillos de sus “elementos diferenciales” aunque estén compartidos con lo más rancio del espectro político. Perdiendo de vista que la única lucha que en realidad existe no es la de “mi gente contra todos” sino la de clases. Por cierto, pálido me voy quedando con algún que otro cantautor que después de años de hacernos amar y comprender la riqueza de su lengua, ahora nos sacude con su estaca independentista diciéndonos: ahí os quedáis los curritos “españoles” que los de mi tribu (ERC) ya saldremos adelante solitos o en “convergencia”... y unión.

…cuando el desentendido de turno, nos justifica explícita o tácitamente, las múltiples razones para su no compromiso ni participación: “yo no entiendo de política o economía”; la protesta es de perroflautas y yo estoy por encima de esos cantamañanas”;”yo me entero de todo viendo los informativos pero no soy de salir”.

 …cuando un policía “antidisturbios” nacido del pueblo trabajador (en esa labor no parece haber aristócratas) al que este paga religiosamente y cuyo culo pertenece al jefe de las UIPS (Sr. Ruiz de Igurquiza), según asevera el propio personaje, vende su trasero y su alma por un plato de lentejas y a la llamada oportuna de esta respetuosa autoridad son capaces de patear cabezas, reventar ojos, inventarse agresiones para encerrar a indefensos fotógrafos/as... Esta guardia pretoriana, único bastión real que hay entre los explotados y los explotadores, reprimiría una manifestación en defensa de las pensiones encabezada por sus propias madres. 

Se podría ampliar en mucho más las mezquindades de estos lamentables personajes en los que nos hemos convertido y que como polizones en este navío contribuyen escasamente a corregir su no deseada derrota. ¿Lograremos evitar las rocas de nuestra mediocridad? ¿Evitaremos decididamente el abordaje de tan desalmados bucaneros, evitando nuestra esclavitud y la pérdida total de la nave? Habrá que pedir a Neptuno que nos ilumine y proteja de los monstruos Marianos… perdón… marinos de este picado mar, lleno de voraces gaviotas, sobre cielo azul, que surcamos con tan inquietante tripulación.

*++