sábado, 28 de enero de 2012

PUBLICADO EN CRONICA DE ARAGON


ORO PARECE, PLATA NO ES,Y EL QUE NO LO ADIVINE, BIEN TONTO ES



Por Manuel Sogas

Si a Sarkozy lo bajamos de los zapatos lo dejamos en nada, porque el hombre no resultó agraciado cuando Dios estaba repartiendo la estatura, pero su cortita estatura no le exime, eso sí, de su chulería petulante. Pero parecer parece, otra cosa es que no sea. Le pasó a Zapatero cosa pareja, que no era lo que parecía ser. Y a Rajoy le pasa otro tanto, que ni en pintura lleva camino de ser lo que varios millones de personas creyeron que era: la solución a la crisis, que dicho sea sin rodeos, no acabará hasta que no acaben las relaciones de producción capitalistas que es el origen del problema.

Están también los que quieren hacerse con el control del partido, ambos del mismo equipo colorao (PSOE) que no socialista: la señora Chacón y Rubalcaba, Rubalcaba y la señora Chacón en un toma y daca y daca y toma; yo te monto tu me montas; yo cambio esto tú cambias aquello otro para que nada cambie, que el que no acabe tonto de tanta tontería y simpleza es que es un santo y goza del favor divino o, tiene más conocimiento del que parece y no les hace ni puto caso a ninguno de los dos, porque los dos fueron amamantados en el seno de Zapatero y son igual de responsables de la situación actual. Aquí de lo que se trata es de parecer. Pero también allí, o sea, en Francia, se trata de parecer.

Aquí Zapatero, buen capataz del capital, salió por la puerta trasera, porque muchos creyeron que era lo que no era. Entró Rajoy por la puerta grande, que es tan buen capataz del capital como lo fue Zapatero, porque la gente ha creído que era lo que no es, cuando siendo la cosa la que es: que el modo de producción capitalista ha cumplido la función histórica que tenía encomendada (el desarrollo de todas las fuerzas productivas) todo intento de mantenerlo en pie no es otra cosa que el empeoramiento de las condiciones de vida de cada vez más amplias capaz sociales hasta el estallido final.

Estallido en su forma conocida (y en preparación, futura y próxima guerra con Irán) de la guerra, salvo que un movimiento Revolucionario, que incipientemente podría estar representado por el 15M, pero con más chicha teórica e intelectual, y de participación popular real mantenida en el tiempo, cree la necesidad objetiva en la mayoría de la sociedad de ejercer el poder político en la misma sociedad (que ya vale del cuento de la democracia representativa) en base a nuevas formas civilizadas de organización social y económica, para arrancar el poder político a sus detentadores actuales: las exiguas minorías de grandes capitales en sus distintas formas, y empezar a producir no en función del beneficio económico, sino en función de las auténticas necesidades sociales; y no en base a la competencia (la “guerra” de todos contra todos) sino en base a la colaboración y cooperación, a “trabajar con”.

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