martes, 4 de marzo de 2025

Claves del día: Ruptura total Trump-Ucrania, Zelensky al límite y Europa...

Zelensky es una figura trágica

 

Empezó su carrera como bufón de Corte, pero tal vez la acabe inmolándose como Juana de Arco. Eso sí, su testarudez nos permite ver lo que está detrás de las solemnes declaraciones de los políticos y de sus buenos propósitos.


Zelensky es una figura trágica

 


Andrea Zhok

El Viejo Topo

4 marzo, 2025 


La conversación en la Casa Blanca entre Zelensky y Trump representa uno de esos eventos, raros en política y aún más raros en las relaciones internacionales, donde se puede ver claramente la maquinaria en funcionamiento detrás de las actuaciones públicas.

Por un lado, Trump, que encarna de manera ejemplar y sin pretensiones la naturaleza profunda de la política estadounidense. Trump, que probablemente no posee ni la capacidad verbal ni el interés para hacerlo, no oculta los mecanismos de fuerza con las habituales gesticulaciones en defensa de los derechos humanos. Generalmente la división del trabajo es la siguiente: los presidentes estadounidenses leen discursos sobre libertad, democracia y derechos humanos desde el teleprompter, mientras que detrás de escena los secretarios de estado y los líderes aclaran el equilibrio de poder y traen a casa los contratos. En Trump, debido a sus rasgos narcisistas, las dos figuras se fusionan en una, y esto aclara mucho el panorama.

Así, en una conversación animada, casi una pelea, Trump le explica a Zelensky con una brutalidad inusual cómo están las cosas:

1) no tienes cartas en la mano, deja de fanfarronear;
2) sin una impresionante masa de ayuda extranjera, especialmente estadounidense (armas, dinero, comunicaciones por satélite, contratistas), los rusos habrían llegado allí en dos semanas;
3) Esto es un negocio y tu única garantía de seguridad es que reconozcas tu endeudamiento (como dejó claro Marco Rubio, si EE.UU. tiene interés en minar Ucrania, esto será una garantía de seguridad: nadie quiere que la vaca que está ordeñando muera).

Por otro lado, Zelensky, quien, después de haber sido retratado durante años por el aparato mediático pagado como un héroe noble, un luchador por la libertad, incluso elegante (ver portada de Vogue), y después de que la misma prensa había sido el tambor de los comunicados de prensa del SBU, apareció pensando en convencer a Trump (a quien considera «desinformado») informándole de la verdad inquebrantable de su versión, es decir, la versión ucraniana para uso interno, la que se gana la lealtad del pueblo. Luego empezó a despotricar sobre el hecho de que Ucrania se enfrenta sola al enemigo, sobre la traición de Rusia a los acuerdos de Minsk II (una falsedad histórica manifiesta), etc.
Ahora bien, Trump probablemente le habría dejado despotricar si este hubiera sido un medio para llegar al único punto que le importa: la aceptación de un alto el fuego y la firma del acuerdo para la explotación de las zonas mineras ucranianas restantes. Con estas dos cosas en la mano, Trump podría acudir a Putin y decirle, de manera convincente, que Estados Unidos ahora tiene un interés duradero en la paz, tratando de presentarle las alternativas de una escalada costosa o una paz rápida.

Creo que el juego se desarrolló sobre la cuestión de la no aceptación del alto el fuego (y creo que esto motivó el enfrentamiento).

Trump dio por sentado que el alto el fuego redundaba en interés de Ucrania, que, precisamente, no tiene otras cartas en la mano. El hueso duro de roer habría sido Putin, quien en cambio no tiene ningún interés en acelerar el ritmo de la paz dado que está avanzando y dada la inversión previa en el esfuerzo bélico. Ante una negativa ucraniana, irracional desde el punto de vista comercial, Trump claramente se irritó.

Pero en esto a Trump le falta una pieza.

Zelensky podría haber desempeñado el papel de héroe invicto en principio y, sin embargo, al final aceptó un alto el fuego y la transferencia de activos mineros como el escenario menos malo de las alternativas.

Lo que ha ocurrido y está ocurriendo es que el momento de inercia de la construcción ideológica en Ucrania ya no puede detenerse. Zelensky es “defendido”, pero también mantenido a raya dentro de su propio país por sectores nacionalistas radicales, que han promovido la monstruosidad sistemática del enemigo. Son estos sectores los que justifican el llamamiento retórico de Putin a la «desnazificación»: se trata de gente que en realidad actúa con el objetivo de encerrarse en el búnker de Berlín y enviar a las Juventudes Hitlerianas al frente (las aterradoras escenas de reclutamiento forzado durante el último año y medio y los debates sobre una mayor reducción de la edad de reclutamiento no dejan lugar a dudas). Una parte políticamente influyente y armada de la sociedad ucraniana presenta a Rusia como el Mal que debe ser extinguido, con el que no se pueden hacer acuerdos ni compromisos. Y este lado no lo pensaría dos veces en eliminar a Zelensky en el momento en que ya no fuera lo que ha sido hasta ahora: un ventrílocuo de su visión maniquea.

Así que Zelensky es una figura profundamente trágica.

De comediante popular nacional pasó a ser héroe nacional en una guerra del Bien contra el Mal, porque en un determinado momento de la historia esto favorecía a los financieros internacionales. Tuvo que investirse de ese papel, hasta el punto de creer en él. Colaboró, y ésta fue la condición para mantenerse en el poder, en un proceso de radicalización de las relaciones, acogiendo siempre, al final, las posiciones más radicales (véase las negociaciones de Estambul). Con ello contribuyó a la destrucción de su propio país y de una generación entera. Ahora bien, si bien entiende que no está en posición de cumplir ninguna de las promesas que hizo, también entiende que los sacrificios hechos en ese intento fueron devastadores y crearon ira, ferocidad y un deseo de venganza en su propio país, que pedirá ser desahogado en alguna parte.

Y entiende que en el momento en que dejen de desahogarse en el frente, lo atacarán.

FuenteAriannaeditrice

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Solidaridad Obrera rechaza la deriva militarista de las instituciones del Estado español y la Unión Europea

 


Solidaridad Obrera rechaza la deriva militarista de las instituciones del Estado español y la Unión Europea

 

Publicado el 3 de marzo de 2025 / Por Solidaridad Obrera / KAOSENLARED

 

Solidaridad Obrera muestra su total rechazo a la deriva militarista de las instituciones del Estado español y de la Unión Europea porque solo nos pueden llevar a un desastre cada vez mayor.

Los problemas reales a que nos enfrentamos como especie humana en el planeta, no se resuelven con guerras y saqueos.

El haber rebasado 6 de los 9 limites planetarios nos debiera llevar a tomar medidas de decrecimiento planificado para vivir mejor con menos y respetar los equilibrios para mantener la biodiversidad necesaria para la vida.

Lejos de ello, los gobiernos e instituciones internacionales están apostando por el fascismo, por mantener la opulencia, consumo y derroche de unos pocos sobre la miseria de la mayoría. Y para ello apuestan por suprimir los servicios públicos (sanidad, educación, cuidados, transporte…) para aumentar el gasto militar con vistas a saquear las materias primas necesarias para mantener el nivel de vida de los que más tienen, a costa del sometimiento por la fuerza de grandes partes del planeta.

Donal Trump actúa como amo del mundo y ha ordenado que los países de la OTAN aumenten su gasto en defensa al 5% del PIB. La Unión Europea lejos de hacer frente a semejante barbaridad, empieza a plegarse a sus deseos, y eso aún antes de que las extremas derechas nacionales lleguen a los diferentes gobiernos europeos, salvo en Italia. Ningún gobierno ha planteado sacar a su país de la OTAN. Ningún gobierno se plantea alternativa real alguna. Tendrá que ser la Clase Obrera, como siempre, la que imponga sentido común ante tanta locura desenfrenada.

En Solidaridad Obrera decimos alto y claro que no vamos a permitir que se siga recortando presupuesto en gasto social ni en servicios públicos, para seguir declarando guerras y masacrando pueblos y tierras como sucede en Palestina, Sudán, Congo, Yemen…

Exigimos la desinversión inmediata en gasto militar (salida de la OTAN) y en las grandes infraestructuras (aeropuertos y puertos) y que esos recursos sean destinados a partidas sociales y a crear con urgencia un sistema público de transporte ferroviario que cubra toda la península, para la distribución de mercancías y viajeros, que pueda ser alternativo al actual sistema de autovías para camiones y coches que no tiene futuro alguno con el cercano fin de las energías fósiles (petróleo, gas y carbón)

Solidaridad Obrera como organización sindical, llama al resto de sindicatos y organizaciones sociales a hacer frente común por el decrecimiento, única salida a las crisis climática y energética en las que nos encontramos.

Barcelona, 22 de febrero de 2025

PLENARIO DE SINDICATOS DE LA CONFEDERACIÓN SINDICAL DE SOLIDARIDAD OBRERA

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