viernes, 6 de diciembre de 2019

CHILE, OTRO BARRIO DE BILBAO


La situación actual de Chile, es el resultado del robo por las bravas que los capitales más importantes le han vendió realizando a los trabajadores chilenos. A esto le podemos llamar como queremaos: libertad de empresa; libremercado; adelante, un dos tres, arriba, abajo, transvresal o furúnculo, pero no es otra cosa que el robo por las bravas que el capital le hace a los trabajadores, y que podría reflejar muy bien el supuesto caso de la aplicación del artículo 135 de la Constitución que nos regaló el PSOE-PP y todos los demás grupos políticos de derechas representados en el Congreso de los Diputados. 

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Chile: el pueblo en la calle contra la dictadura del capital.
DIARIO OCUTUBRE /diciembre 4, 2019

La experiencia del liberalismo en Chile tras el criminal golpe de estado de 1973 contra el proyecto de Salvador Allende parece que toca a su fin. “Chile ha despertado” es el título de un pequeño documental que narra la movilización del pueblo en Santiago de Chile donde ilustra cómo las provocadoras medidas del gobierno de Piñera, han desatado todo el potencial de lucha del pueblo chileno.
La lucha de los estudiantes a comienzos de esta década del siglo XXI contra el encarecimiento y agudizada privatización de la Educación en Chile, sólo fue la punta del iceberg de la capacidad del pueblo chileno que regresa de la noche oscura en la que la asoló criminalmente Pinochet y el imperialismo. Se acabaron los miedos, el terror ya no intimida, y el pueblo chileno “pisa las calles nuevamente” de forma masiva.
La chispa se produjo el 4 de octubre con el anuncio de una nueva subida en el transporte público (principalmente el metro); cuarto incremento en los dos últimos años, en una partida que representa la cuarta parte de un salario normal. No se hicieron esperar las movilizaciones lideradas por los estudiantes que fueron adquiriendo un tono de confrontación aguda por la salvaje intervención de la policía, que mostraron los métodos represivos de la dictadura pinochetista.
El 18 de octubre grandes manifestaciones recorren Santiago que sobrepasan los cálculos del gobierno Piñera que proclama al día siguiente (19 de octubre) el estado de excepción que no impide la inmensa ola popular movilizada, ya no contra la subida, sino contra el gobierno y su vigente constitución continuadora de la dictadura; como gritó el pueblo: “no son 30 pesos (la subida) son 30 años”. Son esos 30 años de mentiras y traición para continuar con la obra iniciada el 9 de septiembre de 1973 con el golpe de Pinochet, y la puesta en práctica del modelo neoliberal de los “Chicago Boys”, privatizando la sanidad, la educación, la cultura, etc., que sitúa a Chile como uno de los países más endeudados del mundo.
El 20 de octubre, Piñera anuncia la suspensión de la subida: ¡ya es tarde!. Las movilizaciones continúan y un nuevo intento de sofocarlas se produce el 22 de octubre con el anuncio de un paquete de medidas sociales tendentes a apagar el fuego de la lucha de clases. La respuesta del pueblo se produce con una gigantesca manifestación el 25 de octubre que reúne a 1.200.000 personas. Ya no son sólo los estudiantes, es el pueblo que se ha echado a la calle contra el gobierno, la constitución y la oligarquía respaldada y sostenida por el imperialismo.
La batalla ha vuelto a dejar un siniestro balance. Oficialmente se han producido 23 muertos, 4.271 detenidos, 1.305 heridos, 146 lesionados en el ojo, 18 denuncias por violación. Todo ello es una muestra de que continúa la orden de “tirar a matar”. Piñera en 2019 ha anunciado lo mismo que Pinochet en 1986: “Estamos en guerra”, y ha empleado los mismos métodos de terror 33 años después.
Como dice la letra de la Canción del Poder Popular, “porque esta vez no se trata de cambiar a un presidente, será el pueblo quien construya un Chile bien diferente”. Es el momento de recuperar la gloriosa historia de la lucha del pueblo chileno para que afronte el camino que trazó en un momento crucial de la lucha de clases. Este pueblo que se ha dejado demasiadas víctimas en el camino por su liberación, tiene el “Derecho de vivir en Paz” como musicó en su día Víctor Jara.

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