El fascismo que tomó Madrid por las urnas no representa a los pueblos. La
izquierda también es responsable de su propio fracaso
Por André Abeledo Fernández
Kaosenlared
4 May, 2021
El fascismo que
tomó Madrid por las urnas no representa a los pueblos. La izquierda también es
responsable de su propio fracaso.
Hoy Madrid por
suerte no representa a los pueblos del Estado español, ni mucho menos a las
nacionalidades históricas
La idea de la
«España, una grande y libre» del Franquismo, el menosprecio y la negación de la
existencia al resto de las naciones del Estado y de sus hechos diferenciales,
un idioma propio, una cultura propia, y una historia propia, jamas tendrán
cabida en Galiza, en Euskadi o en Catalunya.
Madrid
representa lo peor del capitalismo, la falta de empatía, el consumismo, el
individualismo.
Ganó el
fascismo, el neoliberalismo sin corazón, la banalización de la muerte y del
sufrimiento de las familias de las víctimas de la pandemia.
Ganó el
fascismo a cara descubierta y sin complejos.
Madrid hoy
representa la victoria de la estrategia fascista, el Ministro de propaganda del
partido NAZI Goebbels estaría orgulloso al ver como funciona a la
perfección su sistema de manipulación de masas.
Tanto el PP
como Vox estan aplicando los 11 principios de la propaganda NAZI creados por
Goebbels:
1.- Principio
de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único
Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.
2.- Principio
del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o
individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
3.- Principio
de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos,
respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias,
inventa otras que las distraigan”.
4.- Principio
de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña
que sea, en amenaza grave.
5.- Principio
de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al
menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande
sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar.
La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa;
además, tienen gran facilidad para olvidar”.
6.- Principio
de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y
repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas
pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De
aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente,
acaba por convertirse en verdad”.
7.- Principio
de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos
a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado
en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el
nivel creciente de acusaciones.
8.- Principio
de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a
través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9.- Principio
de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen
argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también
contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
10.- Principio
de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un
sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y
prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar
en actitudes primitivas.
11.- Principio
de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el
mundo”, creando impresión de unanimidad.
Pero en Madrid
también la «izquierda» ha fracasado.
Demasiado
tiempo descafeinando su discurso, siendo posibilistas, renunciando a sus
símbolos, moderandose, inventando un nuevo lenguaje, los de arriba y los de
abajo como si viviesemos en «Barrio Sésamo».
Los que iban a
asaltar los cielos se olvidaron de que Dios no existe y de que la lucha esta en
las calles. No vieron como se convertían en el tonto útil de la derecha y en
una herramienta más del sistema para el desmantelamiento de lo que queda
de las organizaciones de clase.
Todo esto
demuestra lo acertado del análisis de V.I. Lenin quien ya nos dejó dicho que
«El fascismo es el capitalismo en descomposición».
Tras la
derrotas del fascismo gracias sobre todo al esfuerzo y sacrificio de la
URSS, Bertolt Brecht nos avisaba; “Señores, no estén tan contentos con la
derrota de Hitler. Porque aunque el mundo se haya puesto de pie y haya detenido
al Bastardo, la Puta que lo parió está caliente de nuevo.”
El capitalismo
siempre usa el fascismo como herramienta represora sembrando odio y miedo en
momentos de conflicto social inminente. Algo que también Bertolt Brecht tenía
claro;“Estar contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, rebelarse
contra la barbarie que nace de la barbarie, equivale a reclamar una parte del
ternero y oponerse a sacrificarlo.”
Tengo claro que
si en el campo de la izquierda no recuperamos el discurso de clase, si no somos
capaces de tomar las calles, si no somos ejemplo consecuente para la clase
obrera, si no somos capaces de ocupar el espacio que nos corresponde como única
herramienta útil de la clase obrera para defender sus derechos y su dignidad,
entonces el fascismo hará su trabajo, utilizará un discurso del odio y del miedo
disfrazándolo de discurso obrero, de nacionalismo radical, de defensa de la
soberanía nacional, para dirigir a las trabajadoras y trabajadores en el camino
que desea la oligarquía, hacia el matadero.
Estoy
convencido de que al fascismo solo lo puede combatir el comunismo, pues son dos
ideologías antagonistas e irreconciliables que representan claramente la
virulencia de la lucha de clases.
Sin duda será
necesario un gran Frente Popular de la Izquierda para enfrentarse a los poderes
económicos y a su perro de guerra, el fascismo, pero sin renunciar a nada, ni
mucho menos a nuestro discurso, porque si lo hacemos inconscientemente
estaremos entregando campo de acción de la clase obrera al fascismo.
«La fuerza del
fascismo reside más que en nada, camaradas, en el hecho lamentable de la
división de las fuerzas capaces de oponerse a su avance.» (José Díaz Ramos).
No debemos
moderar el discurso para ser políticamente correctos, debemos decir verdades
como puños y ser vanguardia de la clase obrera, para ello es necesario
participar organizadamente en todos los movimientos sociales y defender con
nuestra voz nuestro modelo de sociedad basado en la justicia social con
mayúsculas, el socialismo es la única alternativa a la barbarie capitalista, a
la bestia fascista.
Debemos
recuperar la esencia, sabemos que la lucha de clases continua plenamente
vigente, que explotadores y explotados no tenemos los mismos intereses, que
nuestro modelo de sociedad no puede construir sin destruir el modelo
capitalista, que el peligro del fascismo es tan real hoy como desgraciadamente
lo fue ayer.
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