El 4 de junio de 1943
nacía en Palencia Paco Fernández Buey. Filósofo, luchador incansable, comunista
libertario, marxista singular, siempre comprometido con los más desfavorecidos.
Sigue presente en nuestra memoria y en nuestras luchas.
Viejas y nuevas razones para volver a decir “OTAN NO”
El Viejo Topo
4 junio, 2022
Publicado en la revista En pie de paz.
Pacifismo, feminismo ecologismo, 3ª época, n.º 46, invierno de 1997, pp.
31-33, fue inicialmente una intervención oral en el acto anti-OTAN organizado
por el Espai Roig-Verd-Violeta en la Casa Elizalde de Barcelona el 13 de
noviembre de 1996
1
Hace once años Manolo Sacristán hizo una afirmación,
recogida en El País, que ha resultado premonitoria. Dijo que la
campaña emprendida por el PSOE para volver del revés la conciencia anti-OTAN de
la población española de entonces acabaría siendo moralmente más corrosiva para
la ciudadanía que la pertenencia misma del Estado español a la alianza militar.
Aquel artículo llevaba por título, precisamente, “OTAN hacia dentro”[1], y fue, creo que puede decirse así, el
testamento político de Manolo Sacristán.
Traigo a colación aquella afirmación de 1985 a este
acto con el que iniciamos una nueva campaña contra la OTAN –ahora, con más
razón, en contra de la integración de España en la estructura militar de la
Alianza–, no solo por recordar al amigo muerto, y con él, a las personas que
resistieron aquella infame manipulación de las conciencias, sino también porque
pienso que sus palabras deben ser en este momento una de las razones de peso en
el movimiento que aquí estamos iniciando.
Ahora sabemos bien lo que ha representado la corrosión
de las conciencias de la ciudadanía implicada en aquel proyecto de Alfonso
Guerra de hacer cambiar en unos meses la opinión de las gentes en un asunto tan
importante como es éste de la OTAN. Ahora sabemos que los cinco mil millones de
pesetas que se gastó el PSOE en aquella operación de desinformación están
detrás del feo asunto Filesa. Y sabemos que el asunto Filesa está detrás de lo
que se ha llamado la cultura del pelotazo, de la justificación del
“enriqueceos” sin principios. Y sabemos también que esta pendiente de inmoralidades
es la que ha conducido luego a los silencios cómplices sobre el terrorismo de
Estado y a la justificación de los asesinatos de los GAL, a la vuelta, en suma,
de una concepción de la política que, en todo lo importante, solo distingue
entre amigos y enemigos. Sabemos, por último, que aquella corrosión de las
conciencias ha acabado conduciendo a que cuatro partidos políticos –PP, PSOE,
CiU y PNV– hayan consensuado en el Parlamento la integración de España en la
estructura militar de la OTAN.
Pero eso lo sabemos quienes tenemos ya cierta edad y
no hemos perdido la memoria. Debemos, sin embargo, ser capaces de explicar a
los más jóvenes cómo estos lodos de hoy vienen de aquellos polvos de ayer y por
qué está moral y políticamente justificado exigir ahora un nuevo referéndum
aunque los cuatro partidos mentados se pongan de acuerdo en el Parlamento y se
opongan a un nuevo referéndum[2].
Se ha dicho ya en este acto que tenemos hoy tantas
razones como ayer para oponernos a la OTAN y más que ayer para oponernos a que
España forme parte de la estructura militar de la Alianza. Hay, desde luego,
razones de mucho peso para exigir la disolución de una alianza militar que
nació en los tiempos de la “guerra fría” y que pretende perpetuarse cuando ya
no existe su antagonista de ayer, el Pacto de Varsovia.
Pero es importante encontrar el tono y la forma
adecuados para comunicar estas razones a los más jóvenes[3] porque, entretanto, en estos últimos
años, el mal social y la desgracia de los parias de la tierra han aumentado
tanto en el mundo, y la ideología pseudoliberal del mal llamado neoliberalismo
ha calado tan profundamente en las gentes que muchas personas hoy en día
aplauden y jalean las intervenciones militares de los poderosos con la
esperanza de que tales intervenciones palíen algo el racismo rampante, la
exclusión étnica o la catástrofe de los refugiados. Ante catástrofes como la de
Bosnia, o la de Chechenia, o la que ahora mismo se vive en la región africana
de los Grandes Lagos, muchos jóvenes se preguntarán y nos preguntarán,
sinceramente, por qué “OTAN-No” cuando crece el clamor ciudadano en favor de
intervenciones militares para paliar la barbarie de la guerra en esos lugares.
Para contestar a esta pregunta hay que acentuar
la razón moral que nos asiste. Hay que hacer ver a los más
jóvenes que este mundo en el que estamos viviendo es, moralmente, un escándalo.
Y que son responsables principales del escándalo los que dicen escandalizarse
de lo que pasa en el mundo exterior y actúan desde el poder fomentando las
causas de las desgracias de los más pobres, de los que están hoy en peor
situación.
2
Es un escándalo que hoy, terminada la llamada “guerra
fría” y disuelto el Pacto de Varsovia, se presente a la OTAN como un pilar en
la defensa de los valores occidentales inventándose, de manera fundamentalista,
enemigos para justificar el mantenimiento del gasto militar y del gran negocio
de las armas.
Es un escándalo que los mismos poderes que han
contribuido a crear el actual desorden del mundo se presenten ahora como
salvadores del mundo en nombre de la libertad y de la tolerancia.
Es un escándalo que los responsables de la guerra del
Golfo Pérsico[4], cuyas desastrosas consecuencias aún
sufren los niños y las mujeres de Irak, mientras allí sigue instalado el
dictador al que se decía combatir, presenten ahora a la OTAN como una
prolongación de la UNICEF.
Es un escándalo que los mismos que se niegan a
contribuir económicamente en las tareas de la UNESCO, de la UNICEF y de otras
organizaciones para la ayuda a los pobres y desheredados del mundo estén
presentando las cosas como si la OTAN fuera una necesidad moral de la
humanidad.
Es un escándalo que los mismos que mantienen la ley
Helms-Burton contra Cuba y se saltan a la torera las resoluciones de la UE y de
las NNUU impongan a los europeos una alianza militar anacrónica.
Es un escándalo que los mismos que escribieron las
condiciones para el referéndum de 1986 sobre la OTAN hagan caso omiso de sus propias
condiciones sin consultar al pueblo, pactando por arriba la entrada en la
estructura militar de la Alianza y llamando a eso, encima, consenso
democrático.
Es un escándalo que los principales partidos
parlamentarios de Cataluña y Euskadi[5], donde la población se manifestó
mayoritariamente en 1986 contra la entrada de España en la OTAN, hagan ahora
caso omiso de aquella voluntad y sigan pronunciando, sin vergüenza, la palabra
“soberanía nacional”.
Es un escándalo que los dos principales partidos
estatales[6], que se presentaron a las últimas
elecciones defendiendo el uno el modelo de participación vigente, y declarando
el otro “el obligado respeto a la voluntad expresada por el pueblo español”,
pacten a espaldas del pueblo, unos meses después, lo contrario de lo que
dijeron a su electorado sobre la OTAN.
Es un escándalo que, en esas circunstancias, el
Ministerio de Defensa esté negociando en secreto con el Departamento de Estado
norteamericano reabrir las bases aéreas de Torrejón y Zaragoza, a sabiendas de
que eso implica la nuclearización de hecho del territorio español, mientras se
consensúa un proyecto de resolución que declara el estatuto no-nuclear del
país.
Es un escándalo que los mismos que se han enriquecido
con la venta de armas en Africa o han hecho la vista gorda al negocio de las
armas nos digan ahora que la OTAN se justifica para quitar las armas con las
que se matan los mismos a los que ellos se las vendieron.
Este mundo, del que formamos parte, es un escándalo.
Pero también en democracia está moralmente justificado
rebelarse contra un mundo así. De modo que hay que afirmar una vez más el
derecho de la conciencia razonada y de la dignidad de las personas contra la
razón de Estado. Eso nos une a los que ayer dijimos “no” a la OTAN, y a los
objetores, a los insumisos de hoy y a los que en este país practican la
desobediencia civil. Eso, y la conciencia de que sería un error volver a
separar hoy drásticamente ética y política en el Parlamento para repetir
mañana, en la calle, que la política dominante se ha hecho desalmada.
Lo que ahora nos toca es hacer todo lo posible para
pasar de la indignación moral a la acción cívica ciudadana. Para eso estamos
aquí.
Notas
[1] Ahora en Pacifismo, ecologismo y
política alternativa, ed. cit., pp. 215-218 (NE).
[2] Lo mismo ocurrió años después cuando estas
fuerzas se opusieron a la propuesta de IU de un referéndum sobre el tratado de
libre comercio con EEUU (NE).
[3] Otra de las preocupaciones permanentes del
autor: hablar en un lenguaje no de secta, asequible a los más jóvenes, a los
que no pudieron vivir determinadas experiencias políticas ni conocieron
determinadas formas de organización (NE).
[4] De la primera guerra del Gofo (NE).
[5] Respectivamente, CiU y PNV (NE).
[6] PP y PSOE (NE).
Fuente:
Texto recogido en el volumen de M. Sacristán y F. Fernández Buey Barbarie y resistencias. Sobre
movimientos sociales críticos y alternativos.
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