miércoles, 16 de marzo de 2022

¿Quien ha votado sí a la guerra? [Pues mismamente eso pregunto yo: ¿Quién de los presentes ha votado sí a la guerra? Si alguien lo ha hecho que levante la mano... ¿Nadie? Bien. Levantaos. Demos gracias al Señor cantando la canción de que buenos son que nos llevan de excursión. Que la bendición de Dios Nuestro Señor sus caiga a todos por encima. Daos la mano, pero no os vayáis en paz, porque paz no va a haber, y como no somos políticos del montón no tenemos que decir una cosa por otra. Así que ligeritos.]

 

¿Quien ha votado sí a la guerra?



Por Coordinadora Anti Represión Región de Murcia

Kaosenlared

3 de marzo de 2022

 

Los señores de la guerra organizan sus intervenciones militares movidos por sus intereses económicos, geoestratégicos y, en definitiva, de poder. En los contextos de guerra salen enriquecidos no solo sus negocios armamentísticos, sino los energéticos, de materias primas…y en cadena muchos otros.

Los bloques internacionales se organizan para disputarse el ansiado poder y el máximo alcance de dominio. Así, en Europa ‘nos toca’ estar en la OTAN, al mando de EEUU, frente a Rusia o China que se sitúan en otros bloques de alianzas. Para que todos SUS intereses se consigan, organizan guerras en las que los perdedores son las personas de a pie, crisis económica que sufren en el menor de los males y, sobre todo, a los que les toca la guerra en su país, destrucción de hogares y su bienestar social, terror extremo y la propia vida ¿Qué les queda como futuro?

Y ¿qué aprovechan para ‘vender’ esta atrocidad? ¿Cómo argumentar que es ‘lo único’ que se puede hacer, que ‘nosotros’ vamos a defender? Los medios de comunicación de cada bloque se encargan de justificar lo injustificable: Han empezado los otros, hay que ir en ayuda de la población que está siendo invadida, hay que salvar la democracia de ese país, poner orden, socorrer con ayuda humanitaria a los desvalidos…

El contexto del país ‘atacado-defendido’ puede ser cualquiera. En este caso Ucrania, en la frontera de los bloques beligerantes. Les sirve cualquier excusa.

Hay que ir con la mirada un poco hacia atrás para ver el ambiente político de Ucrania en el que estalla el conflicto armado internacional: A partir de noviembre de 2013, la población ucraniana se encontraba virtualmente dividida: un 38,0 % de los ucranianos apoyaba una asociación con Rusia, mientras que el 37,8 % prefería una asociación con Europa. El mayor apoyo hacia la integración con la UE se encontraba en Kiev (alrededor de 75 %) y en el oeste de Ucrania (81 %). Este apoyo se reducía al 56 % en el centro de Ucrania, al 30 % en el sur y en Crimea y al 18 % en el este.​

Así que a este país con ese conflicto llegan unos y otros para llevárselo hacia su dominio y el resultado es lo peor que le podía pasar: el horror de la guerra. Y esto ¿lo han decidido los ciudadanos de ese país? Basta ya de que nos vapuleen por arriba. Para esto tenían que servir las democracias, para que las gentes decidan su futuro y sus intereses, nadie votaría por una guerra en su país y nadie vota por participar en otras guerras en otros territorios. Pero, claro, esto no nos lo preguntan, esto no es decisión nuestra. Esta es SU democracia.

Coordinadora Anti Represión RM

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El 16 de marzo de 1968, hace hoy 54 años, la aldea vietnamita de Songmi

 

El 16 de marzo de 1968, hace hoy 54 años, la aldea vietnamita de Songmi

DIARIO OCTUBRE / marzo 16, 2022

 


El 16 de marzo de 1968, hoy hace 54 años, la aldea vietnamita de Songmi, en la provincia de Quang Ngai, fue quemada con todas sus casas y graneros por soldados estadounidenses. 567 miembros de la comunidad (entre ellos 173 niños, 182 mujeres, incluidas 17 embarazadas) fueron asesinados con extrema crueldad.

La verdad sobre el crimen no fue revelada inmediatamente. Washington lo negó todo. Todo cambió después de la publicación de las fotos. Ronald Haeberly, del Batallón Charlie, tomó fotos durante la masacre, pero no las mostró a nadie durante un año. No fue hasta noviembre de 1969 cuando vendió fotos [todo por dinero] a varias publicaciones americanas y europeas. En las fotos, personas completamente pacíficas, campesinos (está claro por sus ropas), con horribles heridas y mutilaciones: cabezas atravesadas, vísceras arrancadas, rostros distorsionados por el dolor. Y los soldados americanos cercanos, riéndose e incendiando casas. Entonces estalló un enorme escándalo. Pero como resultado, sólo un soldado (William Kelly) fue declarado culpable del crimen. Fue condenado a cadena perpetua, pero fue indultado tras 3,5 años de arresto domiciliario.

Songmi es un escalofriante recordatorio de cómo los estadounidenses conducen las guerras. Esta historia se hizo pública por accidente. Cuántas atrocidades permanecieron desconocidas sólo porque los estadounidenses no dejaron testigos o testimonios vivos. El alcance de las bajas vietnamitas puede verse en otro episodio. La campaña de bombardeo estadounidense Rolling Thunder, una serie de incursiones aéreas sobre objetivos prioritarios del Viet Cong, se había lanzado un poco antes, pero también en marzo de 1965. La operación duró tres años y fue la mayor de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial. Los thunder destruyeron deliberadamente a la población civil, bombardearon ciudades y pueblos y bombardearon infraestructuras civiles como puentes, ferrocarriles y carreteras. Los pilotos estadounidenses quemaron deliberadamente los arrozales para provocar la pérdida de las cosechas y el hambre. Según diversas estimaciones, entre 50.000 y 180.000 vietnamitas murieron bajo las bombas.

¿Por qué esta referencia histórica?

Por que los estadounidenses llevaron al régimen de Kiev por el mismo camino: exterminio de los insumisos, bloqueo de la población civil, boicot informativo.

Hoy, con el telón de fondo de lo que está sucediendo en Donbass, los principales medios de comunicación occidentales ignorando la tragedia de Donetsk, donde 20 personas murieron y 30 resultaron heridas por la explosión de un misil ucraniano, es útil recordar los métodos.

FUENTE: María Zakharova

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Una reunión de escritores bolcheviques

 

El 16 de marzo de 1892 nacía en Perú el poeta y escritor César Vallejo, una de las grandes figuras de la lírica hispanoamericana del siglo XX. Comunista, comprometido con la causa republicana, su obra es de una altura expresiva raras veces alcanzada.


Una reunión de escritores bolcheviques

 

César Vallejo

El Viejo Topo

16 marzo, 2022 



Me costó trabajo y mucho tiempo dar con la casa de Kolvasief. Leningrado es, después de Londres, la ciudad más extensa de Europa. Añádase la actual deficiencia de los medios de transporte urbano, el desconocimiento que de la ciudad tiene  el recién llegado y, lo que es más grave, su ignorancia del ruso, y ya podrá imaginarse el lector lo difícil que resulta para el extranjero dar por sí mismo con un punto cualquiera de la urbe. Más todavía. La numeración de las casas de Leningrado obedece a un orden y progresión tan esotéricos e inextricables, que sólo los iniciados pueden seguirla y servirse de ella. Por fortuna, encontré a tiempo al crítico literario Vigodsky, que  asistía también a la reunión de escritores bolcheviques. Y  Vigodsky vino, asimismo, a guiarme por otro laberinto: una vez en casa de Kolvasief, había que orientarse en la numeración de los departamentos y habitaciones, que es mucho más compleja y minuciosa que la de la calle. Leningrado no sufre de la crisis de alojamientos de que padece Moscú, pero tampoco hay allí abundancia de casas[1]. La población cabe a las justas dentro del actual perímetro urbano, y para prevenir inesperados conflictos y desórdenes derivados del creciente acercamiento entre la ciudad  y el campo —acercamiento provocado por la política de socialización integral del Soviet—, se ha organizado rigurosamente   y   en   sus   más   mínimos   detalles   el régimen domiciliario. De aquí que cada casa resulte una colmena, a causa de la minuciosidad, orden y regularidad de su parcelamiento.

El departamento al que entramos es amplio, confortable. Leningrado, en general, es una ciudad holgada, limpia, clara y hasta alegre. El zarismo hizo de ella una urbe occidental y casi parisiense, en su plano de conjunto, en su estilo arquitectónico, en su aspecto municipal, en su ornamentación. Residencia de la nobleza y de la alta burguesía rusa, fue dotada de un confort marcadamente occidental, al menos en sus zonas centrales. Abundan los departamentos construidos y orientados a semejanza de los de la rive gauche de París. El de Kolvasief es así. Sólo que, dentro de la actual vida soviética, habitan en cada departamento numerosas familias, ocupando, según el número de cada una de ellas y su género de trabajo, cuatro, tres, dos y hasta una sola pieza.

Kolvasief es un joven de unos treinta y cinco años y de cierta distinción personal. Ha sido diplomático. Un tanto banal y cortesano, sus maneras y su desenvoltura denuncian al viajero del protocolo, al hombre de mundo. Cuando llegan los otros escritores bolcheviques, resalta más aún su ceremonial de salón. Kolvasief, sin embargo, es un gran cuentista revolucionario. Contra la mediocre impresión que me produjera al comienzo, se precisó luego como un hombre ortodoxo y profundamente bolchevique. Del salón burgués ha tomado únicamente el deseo de agradar, la fluidez del gesto, encontrando en el resto de la sociedad capitalista un motivo de sincera repugnancia. Son muchos los revolucionarios que, como Kolvasief, egresaron de la buena» sociedad o pasaron por ella. Tal Chicherin, Lunacharsky, Maiakovsky, Pilniak, Volin y otros.

Llega Sayanov. Luego, Lipatof y Erlich. Después, Verzint, Chitzanov, Sadovief. Jóvenes todos, de menos de cuarenta años —poetas, novelistas, críticos, ensayistas—, hacen una algazara riente y pintoresca. Alegría sana, exuberancia fecunda, fuerza generosa, instinto colectivo de la vida, praxis creadora. Visten sin pretensión proletaria, sin mise en scene bolchevique. Ni uniforme revolucionario, ni blusas amarillas, ni chalecos rojos, ni camisas negras y ni siquiera los largos pantalones de los sans culottes de la Convención. Más bien involuntaria negligencia en la raída americana, en la ausencia de corbata, en el calzado burdo y atollado. Más bien pobreza de hombres justos y de ninguna manera desarrapado y profesional abandono de bohemios. En su mayoría son rusos blancos del Norte; «ojos azules de polar desolación, amoratados rostros, respiración de maelstrom, ceño de cerrazón a la redonda. Unos vienen a la literatura, directa y conscientemente, de la clase obrera. Otros vienen de la itzba, por la marea de la guerra civil. Otros de la pequeña burguesía, por foetazo leninista. Y no pocos del lumpen-proletariado, redimidos y ganados a la vida de orden y trabajo. No demuestran por mí esa melosa curiosidad protectora que los eminentes plumíferos burgueses demuestran ante un escritor desconocido y extranjero. Me hablan y me tratan con sencillez fraternal.

El más reposado es Sadovief y el más respetado por ellos. Le consultan continuamente, oyéndole con cariño y devoción,

—Sadovief —me dice Kolvasief— es nuestro más grande poeta proletario.

—¿Más grande que Pasternak y que Maiakovsky? —le arguyo sorprendido.

—El más grande de todos —me repite Kolvasief con firmeza, y su opinión se generaliza luego, confirmada por todos les presentes.

Kolvasief añade:

—Por lo demás, Maiakovsky no pasa de un histrión de la hipérbole. En cuanto a Pasternak…

Pero mas que este modo individualista de plantear y juzgar las cosas literarias, me interesan los modos colectivos, que me permito provocar en alta voz entre mis amigos rusos. Anoto entonces las siguientes declaraciones, que los escritores bolcheviques me formulan como signos de su estética:

No hay literatura apolítica; no la ha habido ni la habrá nunca  en el mundo. La literatura rusa defiende y exalta la política soviética.

Guerra a la metafísica y a la psicología. Sólo las disciplinas sociológicas, determinan el alcance y las formas esenciales del arte. Los asuntos y problemas de que trata la literatura rusa corresponden estrictamente al pensamiento dialéctico de Marx.

La inteligencia trabaja y debe trabajar siempre bajo el control de- la razón. Nada de superrealismo, sistema decadente y abiertamente opuesto a la vanguardia intelectual soviética. Nada de freudismo ni de bergsonismo. Nada de complejo, libido, ni intuición, ni sueño. El método de creación artística es y debe ser consciente, realista, experimental, científico.

Los temas literarios son la producción, el trabajo, la nueva organización de la familia, y de la sociedad, las peripecias y luchas ineluctables, para crear el espíritu del hombre nuevo, con sus sentimientos colectivos de emulación, creadora y de justicia universal.

En la literatura rusa hay dos maneras de enfocar la realidad social: la vía destructiva de beligerancia y propaganda mundial contra el espíritu y los intereses burgueses y reaccionarios, de  una parte, y de la otra, la vía constructiva del nuevo orden y de la nueva sensibilidad. En esta última se distinguen, a su vez, dos movimientos concéntricos: proletarización de la sociedad entera  y socialización del Estado proletario.

Ha pasado el tiempo de las escuelas y cenáculos literarios en Rusia. No queda ni akeísmo, ni presentismo, ni futurismo, ni constructivismo. No hay más que la F. U. D. E. R. (Frente Único de Escritores Revolucionarios), cuyo espíritu y experimentos técnicos pueden sintetizarse en la doctrina general del realismo heroico.

Los maestros y precursores rusos de los actuales poetas son Puchkin y Khlebnikov. Blok no deja nada profundo ni duradero. Las únicas influencias extranjeras se reducen a la inglesa de las baladas (Kipling, Coleridge) y a la alemana (Heine, Rilke).

Los escritores rusos forman un sindicato profesional, como las demás ramas de la actividad soviética. La edición y cotización de las  obras  corren  a  cargo  de  este  sindicato  y  de  una  sección especial del Comisariato de Instrucción Pública, y ellas siguen, para ser establecidas, un criterio de Estado.

El ejercicio de la literatura es libre y no está organizado en ninguna escuela o academia oficial preparatoria, ni se sujeta a programas o cuestionarios coactivos del Soviet.

El escritor revolucionario lleva una vida de acción y dinamismo constantes. Viaja y está en contacto directo con la existencia campesina y obrera. Vive al aire libre, palpando en forma inmediata y viviente la realidad social y económica, las costumbres, las batallas políticas, los dolores y alegrías colectivos, los trabajos y el alma de las masas. Su vida es un laboratorio austero donde estudia científicamente su rol social y los medios de cumplirlo. El escritor revolucionario tiene conciencia de que él, más que ningún otro individuo, pertenece a la colectividad y no puede confinarse a ninguna torre de marfil ni al egoísmo. Ha muerto en Rusia el escritor de bufete y de levita, libresco y de monóculo, que se sienta día y noche ante un montón de volúmenes y cuartillas, ignorando la vida en carne y hueso de la calle. Ha muerto, asimismo, el escritor bohemio, soñador, ignorante y perezoso.

La literatura soviética participa, en cierta medida, del antiguo realismo y del antiguo naturalismo, pero los excede en sus bases históricas y en sus secuencias creadoras. Ella no es una escuela, sino un trance viviente y entrañable de la vida cotidiana. De aquí su diferencia sustancial de todas las demás literaturas de la historia.

Nota

[1] La superficie media habitable por cabeza de población en las ciudades soviéticas es actualmente de 6,1 metros cúbicos. Si a esto se añade el hecho de que la población urbana aumenta en Rusia en un 5,5 por 100 —porcentaje doble al del país capitalista de mayor desarrollo—, se comprenderá la urgente política de urbanización a que se halla hoy consagrado el Soviet. De aquí a fines de 1932 deben quedar urbanizados 43 millones de metros cuadrados de superficie en el país.

Fuente: Capítulo del libro de César Vallejo Rusia en 1931, reflexiones al pie del Kremlin.

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El Imperio Americano se autodestruye. [Todo lo que sube baja. Toca subir a los trabajadores que estamos abajo. Hay que dar con ese traste que nos haga subir]

 

El Imperio Americano se autodestruye

 



Michale Hudson

Sociología Crítica

15.o3.2022


Fuente. Blog de Michel Hudson

Pero nadie pensó que sucedería tan rápido.

Los imperios suelen seguir el curso de una tragedia griega, provocando precisamente el destino que buscaban evitar. Ese ciertamente es el caso con el Imperio estadounidense, ya que se desmantela a sí mismo en cámara no tan lenta.

El supuesto básico de la previsión económica y diplomática es que cada país actuará en su propio interés. Tal razonamiento no es de ayuda en el mundo de hoy. Los observadores de todo el espectro político están utilizando frases como “dispararse a sí mismos en su propio pie” para describir la confrontación diplomática de Estados Unidos con Rusia y sus aliados por igual.

Durante más de una generación, los diplomáticos estadounidenses más destacados han advertido sobre lo que pensaban que representaría la última amenaza externa: una alianza de Rusia y China dominando Eurasia. Las sanciones económicas y la confrontación militar de Estados Unidos los han unido y están empujando a otros países a su órbita euroasiática emergente.

Se esperaba que el poder económico y financiero estadounidense evitara este destino. Durante el medio siglo transcurrido desde que Estados Unidos abandonó el oro en 1971, los bancos centrales del mundo han operado con el patrón dólar, manteniendo sus reservas monetarias internacionales en forma de valores del Tesoro de EE. UU., depósitos bancarios de EE. UU. y acciones y bonos de EE. UU. El estándar de letras del Tesoro resultante ha permitido a Estados Unidos financiar su gasto militar en el extranjero y la adquisición de inversiones en otros países simplemente mediante la creación de pagarés en dólares. Los déficits de la balanza de pagos de EE. UU. terminan en los bancos centrales de los países con superávit de pagos como sus reservas, mientras que los deudores del Sur Global necesitan dólares para pagar a sus tenedores de bonos y realizar su comercio exterior.

Este privilegio monetario, el señoreaje del dólar, ha permitido a la diplomacia estadounidense imponer políticas neoliberales al resto del mundo, sin tener que usar mucha fuerza militar propia, excepto para apoderarse del petróleo del Cercano Oriente.

La reciente escalada de sanciones de EE. UU. que bloquean el comercio y la inversión de Europa, Asia y otros países con Rusia, Irán y China ha impuesto enormes costos de oportunidad, el costo de oportunidades perdidas, a los aliados de EE. UU. Y la reciente confiscación del oro y las reservas extranjeras de Venezuela, Afganistán y ahora Rusia, junto con el acaparamiento selectivo de cuentas bancarias de extranjeros adinerados (con la esperanza de ganar sus corazones y mentes, junto con la recuperación de sus cuentas secuestradas), ha acabado con la idea. que las tenencias en dólares o las de sus satélites de la OTAN en libras esterlinas y euros son un refugio de inversión seguro cuando las condiciones económicas mundiales se vuelven inestables.

Así que estoy algo disgustado al ver la velocidad a la que este sistema financiarizado centrado en los EE. UU. se ha desdolarizado en el lapso de solo uno o dos años. El tema básico de mi superimperialismo ha sido cómo, durante los últimos cincuenta años, el estándar de letras del Tesoro de EE. UU. ha canalizado ahorros extranjeros hacia los mercados financieros y bancos de EE. UU., dando un paseo gratis a la diplomacia del dólar. Pensé que la desdolarización estaría liderada por China y Rusia tomando el control de sus economías para evitar el tipo de polarización financiera que está imponiendo la austeridad a Estados Unidos. Pero los funcionarios estadounidenses los están obligando a superar cualquier vacilación que hayan tenido para desdolarizar.

Esperaba que el fin de la economía imperial dolarizada vendría por la ruptura de otros países. Pero eso no es lo que ha sucedido. Los diplomáticos estadounidenses han optado por acabar ellos mismos con la dolarización internacional, mientras ayudan a Rusia a construir sus propios medios de producción agrícola e industrial autosuficiente. Este proceso de fractura global en realidad ha estado ocurriendo durante algunos años, comenzando con las sanciones que bloquean el comercio con Rusia de los aliados de Estados Unidos en la OTAN y otros satélites económicos. Para Rusia, estas sanciones tuvieron el mismo efecto que habrían tenido los aranceles protectores.

Rusia había permanecido demasiado cautivada por la ideología del libre mercado como para tomar medidas para proteger su propia agricultura o industria. Estados Unidos brindó la ayuda que se necesitaba al imponer la autosuficiencia interna a Rusia (a través de sanciones). Cuando los estados bálticos perdieron el mercado ruso de queso y otros productos agrícolas, Rusia creó rápidamente su propio sector lácteo y de queso, mientras se convertía en el principal exportador de cereales del mundo.

Rusia está descubriendo (o está a punto de descubrir) que no necesita dólares estadounidenses como respaldo para el tipo de cambio del rublo. Su banco central puede crear los rublos necesarios para pagar los salarios internos y financiar la formación de capital. Por lo tanto, las confiscaciones de EE. UU. finalmente pueden llevar a Rusia a poner fin a la filosofía monetaria neoliberal, como Sergei Glaziev ha estado defendiendo durante mucho tiempo a favor de la TMM.

La misma dinámica de socavar los objetivos ostensibles de EE. UU. ha ocurrido con las sanciones de EE. UU. contra los principales multimillonarios rusos. La terapia de choque neoliberal y las privatizaciones de la década de 1990 dejaron a los cleptócratas rusos con una sola forma de sacar provecho de los activos que habían tomado del dominio público. Eso fue para incorporar sus ganancias y vender sus acciones en Londres y Nueva York. Los ahorros internos habían desaparecido y los asesores estadounidenses persuadieron al banco central de Rusia para que no creara su propio dinero en rublos.

El resultado fue que el patrimonio nacional de petróleo, gas y minerales de Rusia no se utilizó para financiar una racionalización de la industria y la vivienda rusas. En lugar de que los ingresos de la privatización se invirtieran para crear nuevos medios rusos de protección, se gastaron en adquisiciones de nuevos ricos de propiedades inmobiliarias británicas de lujo, yates y otros activos globales de capital de fuga. Pero el efecto de tomar como rehenes a las tenencias de dólares rusos, libras esterlinas y euros ha sido hacer de la City de Londres un lugar demasiado riesgoso para mantener sus activos. Al imponer sanciones a los rusos más ricos más cercanos a Putin, los funcionarios estadounidenses esperaban inducirlos a oponerse a su ruptura con Occidente y, por lo tanto, servir efectivamente como agentes de influencia de la OTAN. Pero para los multimillonarios rusos, su propio país empieza a parecer más seguro.

Desde hace muchas décadas, la Reserva Federal y el Tesoro han luchado para que el oro recupere su papel en las reservas internacionales. Pero, ¿cómo verán India y Arabia Saudita sus tenencias de dólares mientras Biden y Blinken intentan obligarlos a seguir el «orden basado en reglas» de EE. UU. en lugar de su propio interés nacional? Los dictados recientes de EE. UU. no han dejado más alternativa que comenzar a proteger su propia autonomía política convirtiendo las tenencias de dólares y euros en oro como un activo libre de la responsabilidad política de ser rehén de las demandas estadounidenses cada vez más costosas y perturbadoras.

La diplomacia estadounidense ha restregado a Europa en su servilismo abyecto al decirles a sus gobiernos que hagan que sus empresas se deshagan de los activos rusos por centavos de dólar después de que se bloquearon las reservas extranjeras de Rusia y se desplomó el tipo de cambio del rublo. Blackstone, Goldman Sachs y otros inversionistas estadounidenses se movieron rápidamente para comprar lo que Shell Oil y otras compañías extranjeras estaban descargando.

Nadie pensó que el orden mundial de la posguerra 1945-2020 se derrumbaría tan rápido. Está surgiendo un orden económico internacional verdaderamente nuevo, aunque aún no está claro qué forma tomará. Pero “presionar al oso” con la confrontación de Estados Unidos y la OTAN con Rusia ha superado el nivel de masa crítica. Ya no se trata solo de Ucrania. Ese es simplemente el detonante, un catalizador para alejar a gran parte del mundo de la órbita de EE.UU./OTAN.

El próximo enfrentamiento puede venir dentro de la propia Europa. Los políticos nacionalistas podrían tratar de liderar una ruptura con el poder de EE. UU. de gran alcance sobre sus aliados europeos y otros, tratando en vano de mantenerlos dependientes del comercio y la inversión con base en EE. UU. El precio de su obediencia continua es imponer la inflación de costos en su industria mientras renuncian a su política electoral democrática en subordinación a los procónsules estadounidenses de la OTAN.

Estas consecuencias realmente no pueden considerarse «no intencionadas». Demasiados observadores han señalado exactamente lo que sucedería, encabezados por el presidente Putin y el secretario de Relaciones Exteriores, Lavrov, explicando cuál sería su respuesta si la OTAN insistiera en arrinconarlos mientras atacan a los ucranianos orientales de habla rusa y trasladan armamento pesado a la frontera occidental de Rusia. . Las consecuencias fueron anticipadas. A los neoconservadores que controlaban la política exterior estadounidense simplemente no les importaba. Se consideró que reconocer sus preocupaciones lo convertía en un Putinversteher.

Los funcionarios europeos no se sintieron incómodos al contarle al mundo sus preocupaciones de que Donald Trump estaba loco y trastornando el carro de manzanas de la diplomacia internacional. Pero parecen haber sido tomados por sorpresa por el resurgimiento del odio visceral hacia Rusia de la Administración Biden por parte del Secretario de Estado Blinken y Victoria Nuland-Kagan. El modo de expresión y los gestos de Trump pueden haber sido groseros, pero la pandilla neoconservadora de Estados Unidos tiene una obsesión de confrontación mucho más amenazante a nivel mundial. Para ellos, era una cuestión de qué realidad saldría victoriosa: la “realidad” que creían que podían hacer, o la realidad económica fuera del control de EE.UU.

Lo que los países extranjeros no han hecho por sí mismos (reemplazar al FMI, el Banco Mundial y otras ramas de la diplomacia estadounidense), los políticos estadounidenses los están obligando a hacerlo. En lugar de que los países europeos, del Cercano Oriente y del Sur Global rompan con sus propios cálculos de sus intereses económicos a largo plazo, Estados Unidos los está alejando, como lo ha hecho con Rusia y China. Más políticos están buscando el apoyo de los votantes preguntando si estarían mejor atendidos por nuevos arreglos monetarios para reemplazar el comercio dolarizado, la inversión e incluso el servicio de la deuda externa.

La contracción de los precios de la energía y los alimentos está afectando especialmente a los países del Sur Global, coincidiendo con sus propios problemas de Covid-19 y el inminente vencimiento del servicio de la deuda dolarizada. Algo debe dar. ¿Hasta cuándo estos países impondrán medidas de austeridad para pagar a los tenedores de bonos extranjeros?

¿Cómo afrontarán las economías estadounidense y europea las sanciones contra las importaciones de gas y petróleo, cobalto, aluminio, paladio y otros materiales básicos rusos? Los diplomáticos estadounidenses han elaborado una lista de materias primas que su economía necesita desesperadamente y que, por tanto, están exentas de las sanciones comerciales que se imponen. Esto proporciona al Sr. Putin una lista útil de puntos de presión para usar en la remodelación de la diplomacia mundial, en el proceso ayudando a los países europeos y otros a romper con la Cortina de Hierro que Estados Unidos ha impuesto para hacer que sus satélites dependan de suministros estadounidenses de alto precio.

Pero la ruptura final con el aventurerismo de la OTAN debe venir desde dentro de los propios Estados Unidos. A medida que se acercan las elecciones de mitad de mandato de este año, los políticos encontrarán un terreno fértil para mostrar a los votantes estadounidenses que la inflación de precios provocada por la gasolina y la energía es un subproducto de la política de la administración Biden que bloquea las exportaciones de petróleo y gas de Rusia. El gas es necesario no sólo para la calefacción y la producción de energía, sino también para fabricar fertilizantes, de los que ya hay escasez mundial. Esto se ve exacerbado por el bloqueo de las exportaciones de granos de Rusia y Ucrania, lo que hace que los precios de los alimentos en Estados Unidos y Europa se disparen.

Intentar obligar a Rusia a responder militarmente y, por lo tanto, quedar mal ante el resto del mundo se está convirtiendo en un truco destinado simplemente a demostrar la necesidad de Europa de contribuir más a la OTAN, comprar más equipo militar estadounidense y encerrarse más en una dependencia comercial y monetaria. en los Estados Unidos. La inestabilidad que esto ha causado está teniendo el efecto de hacer que Estados Unidos parezca tan amenazador como Rusia.

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