miércoles, 28 de abril de 2010

MANIFESTACION 1º DE MAYO

CRISIS SI, ¿PERO QUÉ CRISIS?

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LA ESTRATEGIA DEL CONTROL SOCIAL QUE NECESITA EL CAPITAL

No ver que hoy no se corresponde la estructura económica dominante con la estructura política en la que se asienta, es tener ganas de no ver la realidad.
Pero esta ceguera voluntaria de no querer ver las cosas como son no se debe a falta de capacidad alguna para ello, sino que por el contrario, obedece a un plan estratégico muy bien pensado y con muchos medios materiales y humanos a su disposición, con el objeto del falsear la realidad que es en última instancia lo que se pretende.
El fundamentalismo económico establecido socialmente por el capitalismo en esta su última fase de su desarrollo, en el que una exigua minoría maneja el capital financiero a su libre albedrío, sin ningún tipo de oposición efectiva y generalizada, salvo la que se crean entre ellos los diferentes grupos de capitalistas en pugna entre sí por imponer sus intereses sobre todos los, y contra los intereses de la inmensa mayoría social, prácticamente del mundo entero, no pueden consentir que arraigue en la sociedad la idea que se corresponde con la realidad, de que los cuatro y el de la guitarra que manejan el capital financiero, sean capaces de empeorar paulatinamente las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población, tan solo porque ellos, los capitalistas, tienen que obtener la tasa de beneficios artificiales que previamente los mismos han establecido.
El capitalismo por su misma esencia, por su propia dinámica de funcionamiento, no porque yo lo diga, no puede ser democrático. Unos pocos no pueden imponer sus intereses y sus puntos de vista al resto de la sociedad y encima pretender ser demócratas.
En esto consiste el falseamiento de la realidad, en llamar democrático a lo que no lo es, y además, presentarlo como la esencia de las esencias de todas las formas políticas posibles.
La denominada opinión pública, que yo creo se ajustaría más a la realidad si se le denominara creencia pública, la crean, la conducen y la mantienen los denominados grandes medios de comunicación, que son los que santifican o demonizan a determinados personajes; los que determinan que asuntos son importantes y cuales y no; los que prescriben el tiempo en que un asunto o persona puede ser tratado y cuando dejar de ser tratado, cuando sacar a la luz pública una determinada cuestión y cuando encubrirla, silenciarla o hacerla pasar a un segundo plano.
Si uno se detiene un momento en ver que puede haber tras la realidad aparente, no es difícil descubrir que cada uno de esos denominados grandes medios de comunicación están ligados a unos grupos financieros concretos, y que la lucha palabrera que a veces establecen entre ellos, con más o menos intensidad, no es otra cosa que la defensa de los intereses económicos, políticos o financieros de los grupos capitalistas a los que están ligados.
La cuestión básica que nos afecta y condiciona la vida a la inmensa mayoría de la sociedad, que hoy podríamos decir que es el mundo entero, cual es, de dónde les llega el dinero que maneja el capital financiero como si fuera propio, qué personas concretas lo manejan, que mecanismos concretos se utilizan para ese manejo, dónde se decide ese manejo, etc., que es lo básico que necesitamos para poder defender nuestros verdaderos intereses y no perdernos entre la hojarasca de las palabras, no lo trata ni lo posibilita ninguno de esos denominados grandes medios de comunicación. Y muy ingenuo hay que ser para esperar que nos lo digan.
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