jueves, 30 de junio de 2022

Aproximación al nuevo concepto estratégico OTAN 2022

 

¿Qué rumbo tomará el Concepto Estratégico, término que sirve de guía para las acciones de la OTAN en los próximos años? En el actual contexto de guerra en Ucrania, insistirá en reforzar el vínculo entre Europa y Estados Unidos.


Aproximación al nuevo concepto estratégico OTAN 2022

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El Viejo Topo

30 junio, 2022 

 

Lo que llamamos Concepto Estratégico, que no estrategia, marca unas directrices políticas generales, a partir de un análisis de la situación geopolítica del momento que debe servir para guiar las inversiones en desarrollar y adquirir capacidades militares y llevar a cabo transformaciones en los próximos diez años en la propia organización, así como en los países miembros. Por tanto, el Concepto Estratégico, debe dar directrices políticas claras que articulen respuestas. Por ejemplo, en 2014 Rusia se anexionó Crimea, cuatro años después de haber aprobado el último Concepto Estratégico y este no tenía una respuesta prevista para esta situación.

El Concepto Estratégico de 2010 definía las tres misiones principales de la Alianza: la defensa colectiva, la gestión de crisis y la seguridad compartida. El nuevo Concepto Estratégico puede que enfatice un nuevo aspecto, la resiliencia. Para realizar un análisis eminentemente descriptivo del nuevo concepto estratégico de la OTAN se han utilizado documentos de los principales think tanks de Defensa, Real Instituto Elcano, el Instituto Español de Estudios Estratégicos y un grupo de think tanks en la Transatlantic Leadership Network.

Geopolítica

La reflexión que lleven a cabo los miembros para definir el nuevo Concepto Estratégico deberá partir de un análisis, en términos geopolíticos y militares, de lo acontecido en los últimos años: la Guerra de Siria, la salida de Afganistán, la invasión/ anexión de Crimea por parte de Rusia, la guerra de Ucrania, las divergencias políticas habidas entre Estados Unidos y Europa sobre el papel de la OTAN, el Brexit y la aparición de nuevas tecnologías disruptivas, en especial la Inteligencia Artificial.

Seguramente, el nuevo Concepto Estratégico, en el actual contexto de guerra en Ucrania, insistirá en reforzar el vínculo entre Europa y Estados Unidos, nada de cerrar la OTAN o de independencia estratégica de Europa respecto de Estados Unidos. Aunque este vínculo aceptará un cierto grado de autonomía estratégica de Europa, para llevar a cabo acciones militares propias, y también veremos hasta qué punto Europa tendrá autonomía tecnológica e industrial militar dentro de la Alianza, y lo compatibilizará con los intereses norteamericanos en el Pacífico. Cabe esperar que la autonomía europea respecto de la OTAN, si llega a existir, no será de calado.

Actualizará el concepto de disuasión a la nueva coyuntura, especialmente reforzará la disuasión con Rusia. Cabe suponer que el concepto de disuasión que planteará será más duro, más enérgico y anticipatorio, no será reactivo, será de respuesta y seguramente contemplará respuestas militares en todos los ámbitos, tierra, mar, aire, ciberespacio y espacio y en formas convencionales y no convencionales (la llamada guerra híbrida). Este aspecto quedará condicionado a que todos los miembros de la Alianza estén de acuerdo con los planteamientos militares.

Definirá nuevas amenazas y quiénes son los adversarios y abordará el papel que debe tener la OTAN en la competición por la hegemonía entre China y Estados Unidos. Este punto será decisivo, la disyuntiva será si los europeos acompañan a Estados Unidos en su pulso con China o mantienen una estrategia propia y diferenciada; según sea la respuesta estratégica hacia China, la OTAN saldrá reforzada o deteriorada.

Venimos de 30 años con hegemonía mundial de Estados Unidos y de occidente en general, el nuevo escenario presentará a Rusia como un adversario, no sé si a China se atreverán a clasificarla como adversario o la clasificaran como “reto sistémico” o “desafío sistémico”. Es decir, Rusia será considerada amenaza militar para la Alianza, pero posiblemente a China no se atrevan a considerarla o a definirla como amenaza militar, sino simplemente como un competidor.

China hace tiempo que plantea que EEUU es una potencia en “decadencia” que quiere impedir el ascenso de China en el escenario global para no perder su posición de primera potencia mundial, y que ellos representan la “emergencia”, lo que significa que la democracia está en decadencia y las autocracias son emergentes. China y Rusia son dos potencias con regímenes políticos autocráticos, ello lleva a considerar que el nuevo Concepto Estratégico abordará un relato de exaltación de los valores liberales occidentales frente a los asiáticos que representa China y, por tanto, el valor de la OTAN como garantía de los valores occidentales de democracia, libertad y Derechos Humanos.

Actualización tecnológica

Estamos en lo que se llama una era de tecnologías disruptivas, es decir, tecnologías que convierten en obsoletas las tecnologías existentes. La cultura estratégica norteamericana se basa en conseguir una superioridad tecnológica frente a sus adversarios; su superioridad desde mediados del siglo XX se ha basado en la tecnología atómica, en las tecnologías de la información y en tecnología de armamento de precisión. En estos momentos, tienen la percepción de que la superioridad tecnológica que han mostrado hasta ahora está en peligro y que las nuevas tecnologías, sobre todo la Inteligencia Artificial, en que se basa su superioridad, están al alcance de otros actores o lo estarán en poco tiempo, miedo a que China supere a Estados Unidos en términos tecnológicos.

En 2014, Estados Unidos lanzó la llamada “Defense Innovation Initiative” y “Third Offset Strategy”, cuya finalidad es mantener una disrupción tecnológica que les permita conservar su superioridad militar frente a cualquier adversario, por tanto, podemos afirmar que se ha iniciado una nueva carrera de armamento. Las prioridades tecnológicas, recordemos que estamos en el inicio de esta nueva era, están relacionadas con la robótica, los vehículos autónomos, las armas de energía dirigida o el enfrentamiento submarino. Todos los Aliados comparten la idea de que estamos en una nueva era de tecnologías disruptivas y todos se han volcado en llevar a cabo inversiones en el desarrollo de generación de nuevas capacidades en el campo militar y en apoyar a la industria militar para su desarrollo. Tampoco hay desencuentro en que la OTAN debe mantener su ventaja tecnológica frente a posibles adversarios o competidores, especialmente mostraran preocupación por los avances chinos. Podría ser factible que el nuevo Concepto Estratégico contemple la creación de algún fondo económico para acelerar la innovación en estas tecnologías.

Las divergencias o desencuentros entre los europeos y norteamericanos pueden producirse en la cooperación industrial, la UE ha hecho una gran apuesta para dotarse de su propia estrategia de defensa, independiente de la norteamericana y por impulsar el desarrollo de su industria militar, dentro del marco de la PESCO. Pero este impulso europeo puede poner en riesgo la hegemonía del mercado de armas norteamericano, Washington mira con recelo la apuesta industrial europea, de momento ya han conseguido que su industria militar participe en proyectos industriales europeos dotados de financiación UE a través de la PESCO.

Defensa colectiva

Está representada por el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, en la que, si un estado miembro es atacado, los demás lo defenderán; defensa que se basa en la voluntad clara de usar medios militares y no militares y utilizar estos medios de manera coordinada. En definitiva, representa la doctrina de la disuasión de manera creíble.

Desde el final de la Guerra Fría, y dado que no había un adversario o un enemigo común, esta misión estaba relegada a un segundo plano. El nuevo Concepto Estratégico se supone que dará mayor importancia a la defensa colectiva, volver a situarla en un primer plano y tendrá que definir las capacidades con las que dotarse para que la OTAN pueda ser disuasoria ante los adversarios. La disuasión seguirá siendo un elemento clave en este nuevo Concepto Estratégico.

En el anterior Concepto Estratégico, la disuasión se basaba en tres capacidades: la capacidad nuclear, las capacidades convencionales y los sistemas antimisiles. El nuevo Concepto Estratégico reelaborará y redefinirá las capacidades necesarias en el nuevo escenario geopolítico. La disuasión nuclear cobrará más importancia, a la vista de las nuevas inversiones rusas en misiles de corto alcance y alcance intermedio de uso dual, al misil hipersónico y a la vista de las amenazas lanzadas por Rusia sobre el uso de armas nucleares en la guerra de Ucrania. Por tanto, la OTAN cabe suponer que contemplará la amenaza nuclear, una amenaza que debe ser creíble y, por tanto, que sea factible su empleo. En este sentido ya se han llevado a cabo algunas iniciativas como aumentar la vida útil de determinados proyectiles nucleares o la de adaptarlos a los nuevos aviones de combate.

También, se supone que marcará directrices en inversiones de desarrollo de capacidades convencionales, que faciliten el uso de armas nucleares, como pueden ser la supresión de defensas aéreas o acciones de largo alcance. Por tanto, el nuevo Concepto Estratégico contemplará modernizaciones de las capacidades nucleares, nuevos formatos, introducción de la Inteligencia Artificial en las mismas y actualizaciones de las capacidades convencionales de apoyo a la utilización de las armas nucleares y tendrá que establecer mecanismos de consulta entre los Estados miembros. Igualmente, aumentará la resiliencia de dichas capacidades tanto en infraestructuras, como en ataques cibernéticos o de mando militar.

Seguramente el nuevo Concepto Estratégico incorporará el dominio del espacio exterior y por tanto, el desarrollo de armas situadas en el espacio exterior y el ciberespacio. Todo ello requerirá del desarrollo de nuevas capacidades que no existían en 2010.

Si prevemos que los nuevos conflictos serán guerras híbridas o de “zona gris”, la resiliencia ganará protagonismo en la disuasión, sobre todo cuando se esperan amenazas dirigidas contra objetivos civiles e infraestructuras críticas. Se tratará de mostrar al adversario que las estructuras sociales, psicológicas, cibernéticas o espaciales resisten a sus amenazas. El objetivo no será tanto disuadir al adversario para que no lleve a cabo una campaña de desinformación política, sino de preparar capacidades resilientes para que el adversario no pueda cumplir sus objetivos. Ello va a requerir mucha coordinación entre Estados miembros y armonizaciones legislativas.

Si en el nuevo Concepto Estratégico gana peso que los conflictos serán guerras híbridas o de zona gris —las acciones que no cruzan el umbral de ataque o respuesta armada—, si plantean que las respuestas ante los conflictos no serán suficientes con las respuestas militares y desarrollan planes de resiliencia, puede ser que este Concepto Estratégico modifique el art. 5 para adecuarlo a estos nuevos escenarios y pueda ser invocado ante un ataque no armado.

Gestión de crisis

Son las llamadas misiones internacionales, humanitarias o de paz. En las últimas décadas, la OTAN en países como Irak se ha centrado en misiones de adiestramiento y enseñanza de las fuerzas militares iraquíes, o de asesoramiento al Ministerio de Defensa. En países como Afganistán, la misión de la OTAN evolucionó del apoyo a la seguridad, del adiestramiento y del combate con las Fuerzas Armadas afganas a una operación de reconstrucción, para la que la OTAN no está preparada. El fracaso de las operaciones en Afganistán o en Libia supone un descrédito a estas operaciones de gestión de crisis.

Seguramente este tipo de misión continuará, pero con menor relevancia, algunos miembros alegan que países como Rusia y China han invertido durante estas décadas en capacidades orientadas a la guerra, mientras que la OTAN ha quedado atrapada en Irak o Afganistán.

Por otra parte, cabe destacar la seguridad compartida abordada a través de la participación con terceros países bajo la bandera de la OTAN. Hay riesgos globales como el cambio climático, el terrorismo, una pandemia, el control de armas o el crimen transnacional,   que puede convenir abordarlos con otros países, sean o no adversarios o con otras asociaciones regionales. Seguramente abordarán y darán relevancia al nexo cambio climático – seguridad.

Conclusiones

El Concepto Estratégico pondrá el acento en reforzar, la disuasión y la defensa, lo que equivale a incrementar todas las capacidades militares sean nucleares, convencionales o cibernéticas. La OTAN se prepara para la confrontación militar, para responder o anticiparse a amenazas o acciones de actores estatales o no estatales, en cualquier región del mundo.

Será muy relevante y tendrá mucho peso la apuesta por mantener ventaja tecnológica frente a China y Rusia. Se parte de la idea que la OTAN no puede dar por sentado que dispone de ventaja tecnológica respecto a China, parten de la premisa que China pretende convertirse en la primera potencia mundial en IA en los próximos años, la apuesta será mantener a la OTAN a la vanguardia de las tecnologías militares y civiles. Ello deberá comportar un impulso a la cooperación trasatlántica en tecnologías críticas, cooperación que se ampliará al ámbito académico y a las industrias privadas.

Diría que Rusia, por lo que está sucediendo con la guerra de Ucrania, no la consideran capaz de mantener un pulso con el mundo OTAN, por tanto, la abordaran en términos de gestionarla, con lo cual geográficamente hablaran de la importancia del Flanco Este. China es otro tema, habrá que convivir con ella como potencia mundial, hay que asumir que ellos son muy activos en temas de seguridad y que son necesarios en asuntos globales. En consecuencia, buscaran dinámicas de equilibrio con China.

La guerra de Ucrania y la amenaza rusa sobre Europa comportará un incremento de la presencia militar de Estados Unidos en los países del este de Europa, especialmente en los estados bálticos, con dotaciones suficientes para actuar o “repeler” cualquier agresión rusa, seguro que se refuerza la cooperación militar con Suecia, Finlandia, que no pertenecen a la OTAN, y otros países fronterizos con Rusia.

El nuevo Concepto Estratégico propondrá como cambio de paradigma la competición mundial entre grandes potencias, en especial China-Estados Unidos. Pero la verdad es que este cambio de paradigma no representa un cambio profundo, en realidad no cambia nada, simplemente se adapta a un nuevo contexto, pero las relaciones mundiales y las relaciones entre potencias seguirán siendo de competición, imposición, de dominio, agresividad, inestabilidad o de fuerza. El cambio significativo tendría que ser cambiar las relaciones entre países y potencias a relaciones de respeto, aceptación, colaboración, cooperación o compartir el planeta.


Este texto es el capítulo 3 del informe publicado por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau y que lleva por nombre La OTAN, construyendo inseguridad global.

Fuente: El Salto Diario.

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OTAN no, Bases fuera sobre la guerra en Ucrania

 

FAI: Declaración de la Contracumbre OTAN no, Bases fuera sobre la guerra en Ucrania

 

DIARIOOCTUBRE / junio 28, 2022

 


La Coordinación de Plataformas OTAN No, Bases Fuera, constituida por las organizaciones firmantes del Llamamiento a la Movilización Contra la Cumbre de la OTAN en Madrid, convocó a la ciudadanía a celebrar la Contracumbre OTAN No, Bases fuera, Madrid 2022 como respuesta a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN.

 

Reunidos en la ciudad de Madrid los días 24 y 25 de junio de 2022, los asistentes a esta Contracumbre DECLARAN:

El actual conflicto en Ucrania nos ha hecho sentir el inmenso poder del bloque occidental en el ámbito ideológico-cultural. El complejo mediático del que forman parte los medios de comunicación, las industrias culturales, la clase política, las instituciones y la mayor parte de la academia, ha participado en la construcción de una atmósfera tóxica que criminaliza lo ruso y demoniza a su presidente. Una visión teológica de la propaganda de guerra que incluye la práctica inquisitorial de la censura bajo el control militar de la Dirección de Seguridad Nacional y un estado de excepción de facto, suprimiendo el derecho a la información.

El objetivo de esta campaña es doble: Por un lado, justificar la desvinculación de Europa de Rusia, castigar y debilitar ese país y facilitar el camino para agredir a China, objetivo final de la expansión imperialista occidental. Por otro, construir un culpable al que responsabilizar de los inmensos sacrificios que supondrá el tránsito hacia un nuevo orden mundial necesario para hacer frente a la actual crisis capitalista. Este proceso requerirá, además, el control y el disciplinamiento de la población del imperio, y la guerra es el motivo perfecto para imponer esta estrategia.

Se ha desatado en Occidente una obscena y masiva campaña de desinformación, propaganda y guerra económica orientada a aislar a Rusia del resto del mundo; sin embargo la tensión histriónica e histérica, principalmente europea, no fue seguida por la mayor parte de los países del mundo. No sólo por China, Irán, Venezuela, Cuba, Nicaragua o Corea del Norte, países largamente acosados y agredidos por los mismos que lo hacen contra Rusia, sino tampoco por Brasil, Arabia Saudí, ni por Turquía y la mayor parte de países de Asía, América Latina y África que no se han sumado a la ofensiva de la guerra híbrida contra Rusia.

Rusia se salió del papel que le tenían reservado en una guerra de defensa del Dombás e inició su operación militar especial dirigida a dos objetivos: destruir las capacidades misilísticas, aéreas, antiaéreas y navales de Ucrania para defender los territorios masacrados por las milicias ucronazis (creadas, armadas y entrenadas por el Reino Unido, los propios EE.UU. y otros países de la OTAN) y erradicar los movimientos nazis que controlan el país tras el golpe de estado del 2014.

Todos los analistas militares serios concurren en caracterizar la operación militar rusa como mucho más respetuosa con la población civil y con los propios soldados ucranianos que abandonan las armas que las campañas recientes de EE.UU., la UE y la OTAN en Yugoslavia, Siria, Irak, Libia o Afganistán.

Rusia usa sus armas más destructivas para eliminar los arsenales alimentados continuamente por los países de la OTAN. Por el contrario, el ejército ucronazi sigue una estrategia similar a la puesta en marcha en las operaciones de las milicias terroristas del estado islámico en la guerra de Siria, escenificando ataques falsos para alimentar la propaganda bélica europea. Ha bloqueado a la población civil en las ciudades, las ha usado como escudos humanos y ha utilizado ambulancias para el transporte de armas y soldados, llegando a realizar ataques contra civiles desarmados que intentaban abandonar las áreas de combate.

Ucrania es un peón en la ofensiva de occidente a Rusia; un peón que nunca se convertirá en reina y que será sacrificado en el altar de los intereses de EE.UU. Este camino se inició en la revolución naranja del 2005, dentro del programa de las revoluciones de colores, que culminó con el golpe de estado del 2014, promovido y financiado públicamente por EE.UU., en el que los ucronazis jugaron un papel fundamental en la desestabilización del estado y en la persecución de la población rusa y rusoparlante.

Este golpe consiguió hacerse con el poder, pero no fue seguido por toda la población. La península de Crimea aprobó su integración en Rusia y la región del Dombás no reconoció al régimen ucronazi de Kiev, declarándose repúblicas independientes.

La nazificación impulsada por Kiev integró a las milicias nazis en el ejército regular y las envió para que reprimieran y destruyeran las repúblicas del Dombás. Ocho años de guerra y 14.000 muertos era el saldo en esa región en el momento de iniciarse la operación militar rusa.

EE.UU. y el Reino Unido, reconvertido de nuevo en imperio británico, llevan intentando desde 1917 apropiarse de Rusia por todos los medios a su alcance; lo han intentado durante toda la existencia de la URSS y lo continúan intentando hoy día.

A través de la OTAN, han integrado a 14 países del este de Europa como fuerzas aliadas imperialistas, teniendo como objetivo el cerco a Rusia. Ucrania es un punto decisivo en esta estrategia. Su proximidad al corazón de Rusia, el control del Mar Negro y su importante papel en la nazificación de Europa, la otorgan un protagonismo esencial en la estrategia imperial occidental.

Si Rusia cae, caerán detrás China, Brasil, India, Irán, …. Independientemente de su organización política y de sus bases ideológicas, los países con un mínimo sentido de la soberanía en los cinco continentes han declinado participar en la campaña de sanciones a Rusia; mientras tanto Europa, que se humilla y se somete sin ninguna resistencia, está pagando un alto precio económico y político del que tardará décadas en recuperarse, si es que llega a hacerlo.

Es precisamente Europa, más que los EE.UU., la que sostiene esta guerra multifuncional contra Rusia en Ucrania; y es la socialdemocracia, los progresistas liberales, los que lo hacen con más entusiasmo, siendo mucho más agresivos, al menos en lo verbal, que los líderes más conservadores. No hay ningún reparo en aniquilar a un país entero para tratar de debilitar a Rusia, ningún reparo en seguir alimentando al monstruo para que sostenga la guerra hasta el último ucraniano.

En la próxima Cumbre de la OTAN, Rusia y China serán declarados oficialmente enemigos, se aumentarán los presupuestos de la Alianza, se abrirá la puerta a la guerra en el espacio y al uso de las armas nucleares. Se intensificará la propaganda de guerra y la militarización de la sociedad y la OTAN será una organización disciplinaria, ofensiva y global. La cumbre definirá su rol en la reconfiguración del nuevo orden mundial.

Europa lo sabe, pero quebrada económicamente, política e ideológicamente se pone en manos del eje anglo-sajón, poniendo en peligro su propia existencia.

El problema no es Ucrania; es el imperialismo, es el militarismo, es la OTAN, que amenaza a la Federación Rusa a través de Ucrania. Hoy Rusia está librando esta batalla en defensa de la soberanía e independencia de todos los países. Rusia debe ganar esta guerra por su propio país y por los nuestros. Rusia derrotará el nazismo y, para ello, está pagando un alto precio en vidas y en su propio bienestar.

¡No pasarán!

Madrid, a 28 de junio de 2022

(Descargar en PDF)

FUENTE: FAI

VÍA:frente_antiimperialista@riseup.net

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