lunes, 27 de junio de 2016

ELECCIONES GENERALES 2016. ¿HAN SIDO LIMPIAS? ¿DEBERÍAN ACLARAR ALGO EN ESTE SENTIDO TANTO MARIANO RAJOY COMO SU MINISTRO DEL INTERIOR JORGE FERNÁNDEZ?


EL ESPAÑOL.COM

La explicación a la teoría viral del 'tongo' en el escrutinio del 26-J
En la jungla. Interior difunde porcentajes similares de voto y abstención a los del 20-D para cifras menores. La clave está en que queda por contabilizar el voto de los españoles en el extranjero.

Un tweet de Anonymous señalando las discrepancias. @Anonymous_EU Twitter
27.06.2016 12:10 h.

Una teoría de la conspiración se abre paso en tuits y mensajes de WhatsApp: si todas las encuestas daban a Unidos Podemos un resultado muy superior en escaños, ¿cómo los resultados del escrutinio han terminado favoreciendo de tal manera al Partido Popular? Las sospechas de 'pucherazo' ya habían sido plantadas contra Jorge Fernández Díaz, ministro de Interior, por el escándalo de las escuchas. Ahora, las discrepancias que publica la web oficial del recuento abonan las suspicacias.
Así, la web de Interior anuncia un 100% de escrutinio con resultados de participación de un 69,84% de los votantes, 24.161.083 personas. Asimismo, da un porcentaje de un 30,16% de abstención, que cifra en 10.435.955 personas. La discrepancia aparece cuando se comparan los datos a los del 20-D.
Los porcentajes son similares, 69,67% para el voto y 30,33% para la abstención. Pero las cifras son superiores: 25.438.532 personas votaron el pasado diciembre según la web y 11.073.316 se abstuvieron. ¿Cómo es posible que los porcentajes se mantengan? ¿A dónde han ido a parar en estos seis meses los componentes del censo que faltan?
No faltan las cábalas aritméticas que ven en esa ausencia los votos que hubieran ido a parar a Unidos Podemos y que, según esta teoría, se hubieran hecho "desaparecer" mediante fraude electoral. La cuenta de Anonymous UE ha usado estos datos para directamente impugnar las elecciones.










España. Fraude electoral. Dice la web del recuento de votos que de 36 mill llamados a urnas 0,23% son 1.2 mill votos
Sin embargo, en uno de los tuits de denuncia de Anonymous, la cifra de participación del 20-D figura como del 73,2% y la de abstención, menor a la cifra final: 26,8%. La web de Interior no ayuda a resolver la confusión, pero las claves apuntan a la contabilización del CERA: el Censo Electoral de los Residentes Ausentes.

España. Fraude Electoral.
Unidos Podemos ↓ 1.200.000 votos
Abstención ↑ 1.200.000 votos
¿Nada raro?

"Parece que falta censo, pero lo que falta es el censo del CERA" - es la deducción de Kiko Llaneras, responsable de 'la cocina de EL ESPAÑOL'. Se trata del voto por correo de los españoles residentes en el extranjero. Hay casi dos millones de personas que tienen derecho a voto fuera de España, pero por motivos que van desde a la complejidad del proceso al desinterés, muy pocos hacen uso de ese derecho. 
Desde Interior confirman a EL ESPAÑOL que el voto CERA no ha sido contabilizado aún a la espera de ser validado por la comisión electoral. Lo mismo sucedió con el 20-D: eso explica las cifras de 73,2% de voto frente a 26,8% de abstención que aparecen en una de las tablas. Al contabilizarse el voto de los españoles residentes en el extranjero, el porcentaje de abstención aumentó en detrimento del total de votantes. Es previsiblemente lo que ocurrirá con el 26-J una vez se complete el recuento.
A la pregunta de si este método no induce a confusión, los portavoces de Interior se remiten al hecho de que el escrutinio figura como 'provisional' hasta los siguientes seis meses. Sin embargo, la falta de explicaciones unidas a las veleidades de la Ley D'Hont propician en las últimas horas toda clase de cábalas. 

#EleccionesGenerales .
A ver si alguien me puede aclarar ésto mas allá de la existencia de un #TONGO .


#ResacaElectoral #pucherazo Alguien que explique que ha pasado con casi 1,8 mill de personas?

INDRA, ACUSADA CON EL DEDO
En las últimas horas ha aflorado una noticia de EL ESPAÑOL publicada el pasado mayo: El Gobierno se salta el concurso al preconceder a la semipública Indra el recuento del 26-J. Ha sido compartida en el foro 'Plaza Podemos' de reddit y circulada en las redes sociales como indicio de 'circunstancias sospechosas'. El presunto 'pucherazo' hubiera sido una contrapartida por la concesión del contrato.
Menuda factura le ha pasado al PP lo de las grabaciones de Fernández Díaz, eh?
@jordievole Mucha gente está preocupada por estas dos fotos juntas pic.twitter.com/j16XYyqljy

·        

En la misma información se explicaban las razones por las que Interior se saltó el concurso: se realizó un procedimiento de urgencia debido al adelanto electoral en el que se instó a varias empresas a realizar una oferta para prestar el servicio de escrutinio. Indra, que perdió el contrato del 20-D en medio de un escándalo por fugas de información frente a su competidor Scytl, se llevó el contrato del 26-J al presentar "una fuerte rebaja de precio".
¿UNA REVISIÓN DE LOS RESULTADOS?
El aluvión de críticas y el desconcierto generalizado se traduce en la exigencia por gran parte de la población de una revisión de las elecciones. Para conseguirlo, la Plataforma AVAAZ ha puesto en marcha una recogida de firmas para reclamar que autoridades españolas y europeas auditen los resultados del 26-J.

“Nunca en la historia de la democracia se habían dado semejantes diferencias”, insistían en Públicolos responsables de la plataforma quienes sospechan que el ministro del Interior, encargado del recuento y escrutinio de los votos, ha sido sorprendido “utilizando las instituciones y la Policía para destruir a rivales políticos”.
La petición, que ya cuenta con más de 18.000 firmas, también subraya el hecho de que la adjudicación del trabajo a Indra se realizó “a dedo” sin sacarlo a concurso público. “Lo peor de todo es que Indra está envuelta en la Púnica con el mismo partido que supervisa el recuento y escrutinio de las elecciones”, subrayan en el mencionado artículo.

*++


BREXIT, AVANCE DE LA DERECHA, RETROCESO DE LA HUMANIDAD



Anotaciones marxistas sobre lo ocurrido y el futuro en la UE
El Goodbye del Reino Unido

Rebelión
25.06.2016


Hoy es un día histórico. Nadie pone en duda este punto. Por escaso porcentaje, la mayoría de los británicos votaron por marcharse de la Unión Europea. Con el 100% escrutado, un 51,9% votaron goodbye y un 48,1% to remain. No me detendré en este breve artículo a analizar cómo la opción del Brexit ha triunfado en las zonas rurales ni cómo en las zonas más avanzadas y cosmopolitas lo ha hecho la voluntad de mantener la eurociudadanía. No hablaré tampoco del divorcio entre los trabajadores cualificados y los no cualificados (lo que algunos designan, erróneamente, como el enfrentamiento entre la clase media y la obrera). Tampoco de cómo gran parte de las áreas periféricas e industriales han abandonado el internacionalismo conservándolo para las películas hollywoodienses de amenazas alienígenas y por el contrario han abrazado el nacionalismo chauvinista de la parte más retrógrada, racista e imperialista de la burguesía inglesa. Algo que ciertamente habla muy mal de la capacidad de la “izquierda realmente existente” para conectar con los trabajadores y hacer pedagogía y estupendamente de los grandes medios de derecha que, como The Sun o The Daily Mail, llevaban décadas reproduciendo su hegemonía machacando e infectando a los obreros con esos contravalores. No es momento de hablar de esos asuntos que, aunque importantes, ya están siendo señalados por algunos analistas.

En este espacio me gustaría tratar una cuestión más de fondo que, como diría Fernand Braudel, tiene que ver con la long durée (larga duración) para el conjunto de la población y las generaciones venideras. Porque está claro que las consecuencias del Brexit a corto-medio plazo serán tremendas y actualmente simple y llanamente incalculables. No sólo para los británicos sino para todos los europeos y aún más, para cualquier ciudadano del globo. Dicho sin ambages: las consecuencias del voto a favor del abandono del espacio de construcción europea serán netamente negativas para las sectores populares. En especial para la clase trabajadora, donde se encuentra la mayoría de la humanidad. Una clase omitida mediáticamente y ninguneada desde la política institucional que se halla fragmentada internacionalmente por diversas fronteras, pero conectada globalmente de facto por el mercado mundial.

No sabemos a qué tipo de acuerdos políticos llegarán las autoridades británicas y eurocomunitarias para amortiguar todos los problemas que acarreará la salida de Reino Unido de la UE (si es que al final se lleva a cabo), pero lo que es seguro es que los grandes negocios, aunque a corto-medio plazo se resentirán, indefectiblemente continuarán. Porque el marco de operaciones del capital es mundial y esto, nadie, absolutamente nadie, desde dictadores de diverso signo hasta políticos imperialistas, chovinistas o racistas, podrán evitar.

El capitalismo es un modo de producción que sólo puede ser superado en un sentido positivo por el socialismo que será (si llega a serlo) un sistema superior. Nunca podrá ser sobrepasado por relaciones económicas reaccionarias, pretéritas, menos productivas y de escala inferior de la que es capaz de desplegar el capital. No conseguiremos un mundo mejor marchando a unidades políticas y económicas más pequeñas, como en la Edad Media, cuando las ciudades amuralladas tenían su propia moneda, sistema de medidas, fronteras, ejércitos y agentes soberanos de decisión. De eso modo sólo conseguiremos una multitud de reinos de taifas que no será en nada positiva para las mayorías. Y teniendo de base una economía mundial, poner trabas políticas-nacionales sólo servirá para abaratar la fuerza de trabajo gracias a los impedimentos que con las nuevas fronteras administrativas enfrentarán los emigrantes para tener igualdad de derechos respecto a los nativos. Es decir, una situación mejor para el empresariado y peor para los trabajadores. Más ganancias y menos salarios. Un mundo más egoísta y menos solidario.

Hace tiempo, un germano que vivió y murió en la capital del Reino Unido, un tal Karl Marx, señaló que la misión histórica del capitalismo era desarrollar las fuerzas productivas de la humanidad como ningún sistema anterior lo hizo. Así se prepararía el terreno para el socialismo. Es decir, era necesario crear la riqueza antes de repartirla. Sin desarrollo capitalista no puede haber socialización de esas mejoras para el conjunto de la población bajo la propiedad colectiva y el control democrático de ésta. Y efectivamente, pese a su inmenso poder destructor, el capitalismo ha permitido avanzar la ciencia, la tecnología y unificar la fragmentada comunidad humana a niveles desconocidos hasta la fecha. Nadie puede negar este punto sin enfrentarse al ridículo o la vergüenza ajena del buen sentido común de las mayorías.

Aunque a muchos en la izquierda le cueste reconocerlo, el comercio mundial y las mestizas inversiones de capital allende las fronteras han posibilitado que pese a la lamentable persistencia de las guerras (y los imperialismos), vivamos en un mundo mucho más pacífico que en el pasado. Un ejemplo claro de ello es que desde la construcción de la UE, los habitantes de los principales países europeos han disfrutado del periodo de paz más largo de su historia. Es justo reconocer estos hechos y para comprobarlo sólo hace falta repasar los libros de historia o las hemerotecas. Hay una gran confusión con Marx que muchos autoproclamados “marxistas” no dejan de difundir y es que Marx no era un “anticapitalista” sino un “socialista”, no era “nacionalista” sino “internacionalista”, no sería “anti-UE” sino “pro-UE”. Marx y Engels hubieran criticado ferozmente muchos elementos de la Unión Europea, por supuesto, pero sin duda la hubieran apoyado por todo lo progresista que tiene como promesa de un futuro mejor para la humanidad. Nosotros, deberíamos hacer lo mismo.

Porque si la humanidad tiene por delante un futuro digno, poco a poco y a largo término, desde una perspectiva macro, observaremos su unificación mundial. Y todo ello pese a su diversidad. Pues unión no significa eliminación de las diferencias enriquecedoras u homogeneización empobrecedora. Unión debe ser empoderamiento, seguridad y la existencia de un mañana que merezca la pena ser vivido. Sin embargo, desde una perspectiva micro y a corto-medio plazo, el voto del 23 de junio por el Brexit quedará consignado en los libros de historia como un paso atrás para la humanidad. Que ese paso atrás sea para hacernos conscientes de los peligros de vivir en el pasado y tomar impulso, dependerá de nosotros.

Como socialista, marxista e internacionalista digo sí a avanzar en la construcción hacia una humanidad reunida en una polis universal que sea capaz de enfrentar los grandes desafíos que plantea el capitalismo entrelazado con la persistencia regresiva de los estados nación para la raza humana: la desigualdad creciente, el cambio climático, el hambre, las guerras, los refugiados de diversa índole, etc. Por eso digo sí a la Unión Europea. Por eso me declaro con más intensidad que nunca como militante del proyecto europeo de integración política, porque pese a todo lo malo que hay que solucionar, las otras opciones son mucho peores y plantean un escenario fértil para las divisiones de la clase trabajadora y por ende, de la mayoría de la humanidad. Por no hablar del reavivamiento de las posibilidades de nuevas y temibles guerras fraticidas.

Por eso con fuerza digo sí a la Unión Europea y sí a otra Unión Europea, por supuesto. A una que aumente sus elementos progresivos (espacio Schengen que ahora muchos gobiernos burgueses quieren eliminar) unificación legal fiscal, laboral, judicial, sanitaria, medioambiental, etc. Sí a la UE como paso intermedio para una unidad política mundial donde todos seamos ciudadanos con plenos derechos políticos y laborales, donde no haya más refugiados ni un “vosotros” y “nosotros” que nos divida y permita que algunos puedan mirar de arriba a abajo a sus congéneres. Porque el socialismo será mundial o no será.

A muchos les parecerá utópica mi propuesta observando lo que nos rodea, pero lo ya no utópico, sino quimérico, es pensar que alguno de los grandes problemas que enfrentamos como especie y que nos afecta en nuestro día a día como individuos se vayan a solucionar sin que estemos unidos. ¿Cómo si no combatiremos el fraude fiscal, la especulación financiera o el cambio climático? ¿Cómo reduciremos la jornada laboral para que el paro no siga aumentando ante la utilización capitalista de las máquinas? Nada se solucionará presos en una pleyade de Estados donde la clase dominante nos explotará a su merced como hacen los granjeros con los animales divididos en los pastos y jaulas de su propiedad. Por eso es hora de borrar las fronteras que nos amputan como seres humanos, por eso es momento de redoblar fuerzas y construir una Unión Europea más fuerte y avanzada que sea atractiva para los habitantes de todo el mundo. Que sea ejemplo de lo que queremos construir en el futuro, que sea tan inspiradora que cualquiera,, al ser preguntado, en unos hipotéticos y futuros referéndums, tenga que votar “Sí quiero ser parte de esta comunidad superior”. No hay otro camino excepto el retorno a la barbarie. Y hemos estado allí otras veces. Pero me refiero a una barbarie mucho mayor y más agresiva de la que lúcidamente usted ya reconoce estar viviendo.

Jon E. Illescas es Doctor en Sociología y Comunicación y Licenciado en Bellas Artes. Es autor de “La Dictadura del Videoclip. Industria musical y sueños prefabricados” (El Viejo Topo, 2015). 


*++