martes, 10 de marzo de 2015

ESPERANZA AGUIRRE, LA ÚLTIMA ESPERANZA DEL PP EN MADRID, NO SE ENTERABA DEL MANEJO DE SU MANO DERECHA, Y AHORA PRETENDE SER ALCALDESA DE MADRID, SIN BOTELLA QUE LE HAGA SOMBRA


GRANADOS COBRABA 900.000 EUROS POR CADA COLEGIO CONCERTADO ADJUDICADO

JAVIER CHICOTECHICOTELERENA / MADRID
ABC.ES
10.03.2015
Aldefel, promotora de 19 centros donde actuaba la trama, pagaba la mordida a Marjaliza con facturas falsas de consultoría

INFOGRAFÍA ABC

Francisco Granados y su socio, David Marjaliza, diseñaron el negocio perfecto para lucrarse mediante la construcción de colegios concertados. Según testigos y documentos presentes en la investigación de latrama Púnica, el exsecretario general del PP de Madrid y su amigo constructor cobraban una «mordida» de entre 900.000 y 1,2 millones de euros por cada colegio concertado que ponían en marcha.

El pagador era Alfedel, una sociedad registrada en Valdemoro que se dedica a promover colegios concertados y luego venderlos a las cooperativas de profesores que los gestionarán. El dueño de esta empresa, Alfonso Ferrón del Río, está imputado por estos pagos. ABC ha intentado recabar su versión de los hechos pero no ha habido respuesta. En cuanto a Granados y Marjaliza, números uno y dos de la trama, están en prisión incondicional desde el estallido de la operación Púnica, el pasado 27 de octubre.

El esquema era siempre el mismo. Francisco Granados, que fue secretario general del PP de Madrid y número tres del Gobierno de la Comunidad usaba sus influencias políticas para que los ayuntamientos madrileños, entre ellos el que él mismo gobernó, Valdemoro, cedieran el suelo a un precio muy inferior al de mercado con el argumento de que el colegio concertado era un servicio para el municipio. Antes de la puesta en marcha, Alfedel aseguraba a los profesores -sus clientes- que el centro educativo iba a recibir el concierto por parte del Ejecutivo regional.

Por estos tratos de favor, Alfedel pagaba una comisión que oscilaba según las características del colegio. Lo habitual es que la cifra fuera más cercana a los 900.000 que a los 1,2 millones, según las fuentes consultadas por ABC. La comisión se enmascaraba mediante uncontrato falso de consultoría entre Alfedel y una sociedad de David Marjaliza, número dos de la trama Púnica. De esta forma, Alfonso Ferrón del Río pagaba las comisiones, siempre presuntamente, a través de facturas falsas, pero con una apariencia legal. Así no había que manejar dinero negro. Alfedel ha promovido 20 centros, 19 de ellos donde la trama Púnica actuaba, la Comunidad de Madrid (18) y Cartagena.

Además, otra de las empresas de Marjaliza, la constructora Obrum, era la encargada de construir el colegio. El negocio, con la excusa de la educación, estaba en el suelo. La investigación trata de acreditar ahora cómo Marjaliza hacía llegar su parte a Granados, en metálico o, como apuntan las pesquisas de la Audiencia Nacional, la Fiscalía Anticorrupción y la Guardia Civil, en especie: entregándole inmuebles, facilitándole plusvalías u otras prebendas.

Granados puso en marcha este mecanismo en su pueblo, Valdemoro, donde Alfedel ha construido nada más y nada menos que cuatro colegios, tres de ellos bajo el paraguas del exsecretario general del PP de Madrid. Granados fue alcalde del municipio madrileño entre 1999 y 2003. De hecho, según documentos de los que ha tenido conocimiento ABC, el propio Granados firma de su puño y letra, como alcalde de Valdemoro, la venta de las parcelas de uno de los colegios, Hélicon. El entonces regidor vendió el suelo público a Alfedel por medio millón de euros, un precio muy ventajoso teniendo en cuenta que estamos hablando de 27.000 metros cuadrados.

Los otros dos colegios concertados de Alfedel en Valdemoro -Nobelis y Valle del Miro- se promovieron después de que Granados dejara la alcaldía para convertirse en consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid. No obstante, el político siguió controlado todo el negocio del suelo en Valdemoro. Su sucesor en 2003 e impulsor de Nobelis y Valle del Miro, José Miguel Moreno, amigo personal y subordinado de Granados, también está imputado en Púnica. El cuarto colegio que Alfedel promovió en Valdemoro es el Lagomar, aunque éste se impulsó en la etapa del PSOE, anterior a la llegada de Granados (1999). Curiosamente, la esposa de David Marjaliza es cooperativista de este centro educativo.

El responsable de la promoción de los colegios, Alfonso Ferrón del Río, apenas arriesgaba: tenía garantizado el suelo y el concierto y quien terminaba pagando por los terrenos y por la construcción era la cooperativa de profesores a la que trasladaba los contratos y que finalmente gestionaría el colegio. Alfedel solo era el intermediario, el conseguidor. Su página web deja muy claro en qué consiste su trabajo: «Alfedel se encarga de realizar todas las gestiones necesarias para la adquisición del terreno, la obtención de licencias municipales, la obtención de autorizaciones y la concesión de los conciertos educativos».
Los profesores, al margen
La empresa cobraba a los profesores alrededor de un siete por ciento del valor final del colegio, según revelan a este diario fuentes conocedoras del negocio. Teniendo en cuenta que cada colegio de Alfedel ha costadoentre 15 y 30 millones de euros, la comisión de Alfonso Ferrón del Río ascendía hasta los 2,1 millones de euros, de los que alrededor de la mitad iban directamente a la sociedad consultora de David Marjaliza, amigo personal de Granados, a través de facturas ficticias.

En los contratos que Alfedel firmaba con las cooperativas de profesores, el constructor del colegio venía impuesto, Obrum, una de las principales sociedades investigadas en la trama Púnica. Así lo aseguran profesores consultados por ABC. Luego, la cooperativa se subrogaba a la hipoteca del colegio, además de poner dinero de su bolsillo. Los cooperativistas, alrededor de 80 en algunos colegios, aportan unos 50.000 euros cada uno para asumir los primeros gastos. Luego, año tras año, van pagando la hipoteca.

Cabe destacar que las cooperativas de profesores nada tienen que ver en la trama presuntamente corrupta. Una vez que recibían las llaves del colegio, pagaban el canon a Alfedel y comenzaban a trabajar. La empresa de Alfonso Ferrón del Río no conserva ninguna participación en los centros educativos.

Otro de los centros que promovió Alfedel está en Torrejón de Velasco (Madrid), cuyo alcalde, Gonzalo Cubas, fue arrestado en la operación Púnica. En este caso el ayuntamiento vendió la parcela también por un precio muy ventajoso: menos de 300.000 euros por 8.500 metros cuadrados de suelo público, según denuncia a ABC la portavoz socialista, Silvia Bonilla: «Fue un precio demasiado bajo para el valor que tenían en ese momento los terrenos».

El negocio de Granados, Marjaliza y Alfedel era tan redondo que ni siquiera había que corromper a los alcaldes: promover colegios concertados se presentaba como un valor para el municipio y una apuesta del PP.


Alfedel S.L. es el acrónimo de Alfonso Ferrón del Río, administrador y socio único de la empresa. Se define como un «profesional con amplia experiencia en el ámbito educativo y empresarial». Con sede en un chalet de Valdemoro, el municipio de Granados, Alfedel ha promovido 20 colegios concertados, 19 de ellos donde la red Púnica tenía influencia:18 en la Comunidad de Madrid, epicentro del caso, y uno en Cartagena, donde está una de las ramificaciones. Los madrileños se ubican en Valdemoro (4), Boadilla del Monte (2), Villanueva de la Cañada, Majadahonda, Aranjuez, Arganda del Rey, Paracuellos del Jarama, Pinto, San Martín de la Vega, Sevilla La Nueva, Villaverde, Alalpardo y dos municipios con alcaldes detenidos: Torrejón de Velasco y Parla. El único fuera del «área Púnica» está en Mallorca.
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ANGELA MERKEL: LOS CAPITALES ALEMANES CONTRA LOS PUEBLOS DE EUROPA (INCLUIDO EL ALEMÁN) ¿POR QUÉ NO INFORMAN LOS GRANDES MEDIOS DE COMUNICACIÓN?


ALEMANIA CONTRA EUROPA (ARTICULO CENSURADO EN ESPAÑA)

POR EL COMUNISTA el 


Por Juan José Torres.
Artículo censurado en El País (Andalucía)
24 marzo 2013
“Es muy significativo que habitualmente se hable de “castigo” para referirse a las medidas que Merkel y sus ministros imponen a los países más afectados por la crisis.
Dicen a sus compatriotas que tienen que castigar nuestra irresponsabilidad para que nuestro despilfarro y nuestras deudas no los paguen ahora los alemanes. Pero el razonamiento es falso pues los irresponsables no han sido los pueblos a los que Merkel se empeña en castigar sino los bancos alemanes a quienes protege y los de otros países a los que prestaron, ellos sí con irresponsabilidad, para obtener ganancias multimillonarias.
Los grandes grupos económicos europeos consiguieron establecer un modelo de unión monetaria muy imperfecto y asimétrico que enseguida reprodujo y agrandó las desigualdades originales entre las economías que la integraban. Además, gracias a su enorme capacidad inversora y al gran poder de sus gobiernos las grandes compañías del norte lograron quedarse con gran cantidad de empresas e incluso sectores enteros de los países de la periferia, como España. Eso provocó grandes déficit comerciales en éstos últimos y superávit sobre todo en Alemania y en menor medida en otros países.
Paralelamente, las políticas de los sucesivos gobiernos alemanes concentraron aún más la renta en la cima de la pirámide social, lo que aumentó su ya alto nivel de ahorro. De 1998 a 2008 la riqueza del 10% más rico de Alemania pasó del 45% al 53% del total, la del 40% siguiente del 46% al 40% y la del 50% más pobre del 4% al 1%.
Esas circunstancias pusieron a disposición de los bancos alemanes ingentes cantidades de dinero. Pero en lugar de dedicarlo a mejorar el mercado interno alemán y la situación de los niveles de renta más bajos, lo usaron (unos 704.000 millones de euros hasta 2009, según el Banco Internacional de Pagos) para financiar la deuda de los bancos irlandeses, la burbuja inmobiliaria española, el endeudamiento de las empresas griegas o para especular, lo que hizo que la deuda privada en la periferia europea se disparase y que los bancos alemanes se cargaran de activos tóxicos (900.000 millones de euros en 2009).
Al estallar la crisis se resintieron gravemente pero consiguieron que su insolvencia, en lugar de manifestarse como el resultado de su gran imprudencia e irresponsabilidad (a la que nunca se refiere Merkel), se presentara como el resultado del despilfarro y de la deuda pública de los países donde estaban los bancos a quienes habían prestado. Los alemanes retiraron rápidamente su dinero de estos países, pero la deuda quedaba en los balances de los bancos deudores. Merkel se erigió en la defensora de los banqueros alemanes y para ayudarles puso en marcha dos estrategias. Una, los rescates, que vendieron como si estuvieran dirigidos a salvar a los países, pero que en realidad consisten en darle a los gobiernos dinero en préstamos que pagan los pueblos para traspasarlo a los bancos nacionales para que éstos se recuperen cuanto antes y paguen enseguida a los alemanes. Otra, impedir que el BCE cortase de raíz los ataques especulativos contra la deuda de la periferia para que al subir las primas de riesgo de los demás bajara el coste con que se financia Alemania.
Merkel, como Hitler, ha declarado la guerra al resto de Europa, ahora para garantizarse su espacio vital económico. Nos castiga para proteger a sus grandes empresas y bancos y también para ocultar ante su electorado la vergüenza de un modelo que ha hecho que el nivel de pobreza en su país sea el más alto de los últimos 20 años, que el 25% de sus empleados gane menos de 9,15 euros/hora, o que a la mitad de su población le corresponda, como he dicho, un miserable 1% de toda la riqueza nacional.
La tragedia es la enorme connivencia entre los intereses financieros paneuropeos que dominan a nuestros gobiernos, y que estos, en lugar de defendernos con patriotismo y dignidad, nos traicionen para actuar como meras comparsas de Merkel.”
Sobre la retirada de mi artículo Alemania contra Europa de la web de El País
24 de marzo de 2013
Ante la retirada de mi artículo Alemania contra Europa de la web de El País quiero manifestar lo siguiente:
- Sin entrar a valorar la decisión del diario, lamento que se interprete que la tesis de ese artículo es comparar a la Señora Merkel con Hitler, tal y como algunas personas están dando a entender en la red. Lo lamento porque creo que es evidente que de ninguna manera son personas comparables o que sus políticas sean igual de dañinas. Y, sobre todo, porque creo que de ninguna manera se puede decir esto último de mi texto. Es más, creo que interpretarlo así solo sirve para desviar la atención sobre el fondo de mi artículo que es claramente otro.
- Es cierto que en el artículo afirmo que en mi opinión Alemania ha declarado la guerra económica contra el resto de Europa y que eso lo comparo con la búsqueda del espacio vital que llevó a que Hitler desatase la guerra, pero creo que esto debe entenderse como la comparación de dos hechos históricos lamentables aunque de desigual factura, y no como la equiparación de dos líderes políticos.
- Lamento también que haya que hacer este tipo de comparaciones que involucran a un pueblo al que admiro pero creo que los europeos tenemos la obligación de recordarnos el daño tan grande que ya en otras ocasiones nos hicimos por darle prioridad a los intereses financieros y de las grandes corporaciones, como creo que está sucediendo ahora. Yo mismo he lamentado en algunos otros artículos que Alemania no recuerde lo que sufrió por las reparaciones de guerra que tan injusta y equivocadamente le impusieron otras potencias europeas.
- Lamento finalmente los problemas que estas interpretaciones hayan ocasionado al diario y a sus lectores y lectoras, y que éstos no puedan seguir leyéndolo en la web.
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PARA UN ANÁLISIS DEL CAPITALISMO


50 años de guerras imperiales: resultados y perspectivas

2/5

09.03,2015

Traducido del inglés para Rebelión por Sara Plaza

El imperialismo estadounidense en América Latina: estructura variable, contingencias internas y externas, prioridades cambiantes y restricciones globales

Para entender las operaciones, la estructura y la actuación del imperialismo estadounidense en América Latina es necesario reconocer la constelación de fuerzas rivales que ha moldeado las políticas del estado imperial. A diferencia de lo que ha ocurrido en Oriente Medio, donde la facción militarista-sionista ha establecido su hegemonía, en América Latina las multinacionales han jugado un papel fundamental dirigiendo la política del estado imperial. En América Latina, los militaristas desempeñaron un papel mucho menos destacado, limitado por (1) el poder de las multinacionales, (2) el giro del poder político de la derecha a la centro-izquierda, y (3) el impacto de la crisis económica y el auge de las materias primas.

Al contrario que en Oriente Medio, la configuración del poder sionista ha tenido poca influencia en la política del estado imperial en esta región, ya que los intereses israelíes se concentran en Oriente Medio y, con la posible excepción de Argentina, América Latina no es una prioridad.

Durante más de un siglo y medio, las multinacionales y los bancos estadounidenses dominaron y dictaron la política imperial de Estados Unidos hacia América Latina. Las fuerzas armadas estadounidenses y la CIA fueron instrumentos del imperialismo económico mediante la intervención directa (invasiones), "golpes militares" por poderes, o la combinación de ambos.

El poder económico imperial estadounidense en América Latina alcanzó su punto más alto entre 1975 y 1999. Por medio de golpes militares por poderes, invasiones militares directas (República Dominicana, Panamá, Granada) y elecciones controladas civil y militarmente se crearon estados vasallos y se impusieron nuevos gobernantes clientelistas.

Los resultados fueron el desmantelamiento del estado de bienestar y la imposición de políticas neoliberales. El estado imperial dirigido por las multinacionales, y sus apéndices financieros internacionales (FMI, BM, BID) se encargaron de privatizar sectores económicos estratégicos muy lucrativos, se hicieron con el control del comercio y proyectaron un plan de integración regional que afianzó el dominio imperial de Estados Unidos.

La expansión económica imperial en América Latina no fue simplemente el resultado de las estructuras y las dinámicas internas de las multinacionales, sino que dependió de (1) la receptividad del país "anfitrión" o, más exactamente, de la correlación interna de las fuerzas de clase en América Latina, las cuales a su vez giraban en torno al (2) desempeño de la economía: su crecimiento o su susceptibilidad a las crisis.

América Latina demuestra que contingencias como la desaparición de los regímenes clientelistas y de las clases colaboradoras pueden tener un impacto negativo enorme en las dinámicas del imperialismo, socavando el poder del estado imperial y revirtiendo el avance económico de las multinacionales.

El avance del imperialismo económico de Estados Unidos durante el periodo que va desde 1975 hasta el año 2000 quedó patente en la adopción de políticas neoliberales, el saqueo de los recursos nacionales, el incremento de deudas ilícitas y la transferencia de miles de millones de dólares al exterior. Sin embargo, la concentración de riqueza y propiedad desencadenó una profunda crisis socioeconómica en toda la región, la cual eventualmente condujo al derrocamiento o destitución de los colaboradores imperiales en Ecuador, Bolivia, Venezuela, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Nicaragua. En Brasil y en los países andinos surgieron poderosos movimientos sociales antiimperialistas, sobre todo en el campo. En las ciudades, los movimientos de trabajadores desempleados y los sindicatos de empleados públicos de Argentina y Uruguay encabezaron cambios electorales, instalando en el poder gobiernos de centro-izquierda que "re-negociaron" las relaciones con el estado imperial estadounidense.

La influencia de las multinacionales estadounidenses en América Latina se fue debilitando. Ya no podían contar con la batería completa de recursos militares del estado imperial para intervenir e imponer de nuevo presidentes clientelistas neoliberales, pues sus prioridades militares estaban en otra parte: Oriente Medio, el sur de Asia y el norte de África.

A diferencia del pasado, las multinacionales estadounidenses en América Latina no contaron con dos puntales esenciales del poder: el pleno respaldo de las fuerzas armadas estadounidenses y los poderosos regímenes cívico-militares clientelistas de Estados Unidos en América Latina.

El plan de las multinacionales estadounidenses de una integración en torno a Estados Unidos fue rechazado por los gobiernos de centro-izquierda. El estado imperial recurrió entonces a los acuerdos de libre comercio con México, Chile, Colombia, Panamá y Perú. Como resultado de la crisis económica y del colapso de la mayoría de las economías latinoamericanas, el "neoliberalismo", la ideología de la penetración económica imperial, quedó desacreditado y sus partidarios fueron marginados.

Los cambios en la economía mundial tuvieron un impacto profundo en las relaciones comerciales y de inversión entre Estados Unidos y América Latina. El crecimiento dinámico de China, el subsiguiente auge de la demanda y el aumento de los precios de las materias primas condujo a un considerable debilitamiento del dominio estadounidense en los mercados latinoamericanos.

Los países latinoamericanos diversificaron el comercio, buscaron y encontraron nuevos mercados exteriores, especialmente China. El incremento de los ingresos de las exportaciones se tradujo en una mayor capacidad de autofinanciación. Y tanto el FMI, como el BM y el BID, los instrumentos económicos que sirvieron para impulsar las imposiciones económicas de Estados Unidos ("condicionalidad"), fueron orillados.

El estado imperial estadounidense se enfrentó a regímenes latinoamericanos que adoptaron opciones económicas, mercados y medidas de financiamiento muy diversas. Con considerable apoyo popular en sus países y los mandos civil y militar unificados, América Latina fue saliendo tímidamente de la esfera estadounidense de dominación imperialista.

El estado imperial y sus multinacionales, enormemente inspirados por los "éxitos" cosechados en los noventa, respondieron al debilitamiento de su influencia utilizando el método de "ensayo y error" para enfrentar los nuevos obstáculos del siglo XXI. Los responsables de la política estadounidense, con el respaldo de las multinacionales, continuaron apoyando a los fracasados regímenes neoliberales, perdiendo toda credibilidad en América Latina. El estado imperial no supo adaptarse a los cambios, lo que hizo que aumentara la oposición popular y de los gobiernos de centro-izquierda a los "mercados libres" y la desregulación bancaria. A diferencia de las reformas sociales promovidas por el presidente Kennedy vía la "Alianza para el Progreso" para contrarrestar el impacto generado por la revolución cubana, esta vez no se diseñaron programas de ayuda económica a gran escala para imponerse a la centro-izquierda, quizás debido a las restricciones presupuestarias derivadas de las costosas guerras en otros lugares.

La desaparición de los regímenes neoliberales, el pegamento que mantuvo unidas a las diferentes facciones del estado imperial, dio lugar a propuestas rivales de cómo recuperar el dominio. La "facción militarista" recurrió a (y revivió) la fórmula del golpe militar para llevar a cabo la restauración: se organizaron golpes de Estado en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Honduras y Paraguay; salvo los dos últimos, todos fracasaron. La derrota de los representantes de Estados Unidos consolidó los regímenes independientes y antiimperialistas de centro-izquierda. Incluso el "éxito" del golpe estadounidense en Honduras tuvo como consecuencia una importante derrota diplomática: los gobiernos latinoamericanos condenaron el golpe de Estado y el papel de Estados Unidos, lo que terminó aislando a Washington todavía más.

La derrota de la estrategia militarista reforzó la facción político-diplomática del estado imperial. Con propuestas positivas hacia los en apariencia "regímenes de centro-izquierda", esta facción ganó influencia diplomática, mantuvo los vínculos militares y contribuyó a la expansión de las multinacionales en Uruguay, Brasil, Chile y Perú. Con los dos últimos países la facción económica del estado imperial consolidó acuerdos bilaterales de libre comercio.

Una tercera facción corporativo-militar, que se solapa con las otras dos, combinó cambios diplomático-políticos hacia Cuba con una estrategia muy agresiva de desestabilización política dirigida al "cambio de régimen" (golpe de Estado) en Venezuela.

La heterogeneidad de las facciones del estado imperial y sus orientaciones enfrentadas refleja la complejidad de los intereses implicados en la construcción del imperio en América Latina y tiene como consecuencia políticas aparentemente contradictorias, un fenómeno que resulta menos evidente en Oriente Medio, donde la configuración del poder militarista-sionista domina la formulación de políticas imperiales.

Por ejemplo, el aumento de las bases militares y las operaciones contrainsurgentes en Colombia (una prioridad de la facción militarista) se acompaña de acuerdos bilaterales de libre comercio y negociaciones de paz entre el gobierno de Santos y la insurgencia armada de las FARC (una prioridad de la facción de las multinacionales).

Recuperar el dominio imperial en Argentina supone (1) maximizar las posibilidades electorales del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el neoliberal Mauricio Macri; (2) apoyar al conglomerado mediático imperial, Clarín, enfrentando la legislación que desconcentra el monopolio mediático; (3) explotar la muerte del fiscal Alberto Nisman, colaborador de la CIA y el Mossad, para desacreditar al gobierno de Kirchner-Fernández; y (4) respaldar a los fondos de inversión especuladores (buitres) en Nueva York para exigir el pago de intereses desorbitados y, con la ayuda de resoluciones judiciales cuestionables, bloquear el acceso de Argentina a los mercados internacionales.

Tanto la facción militarista como la de las multinacionales del estado imperial coinciden en apoyar una estrategia electoral y golpista con múltiples flancos, la cual busca restaurar el poder de un régimen neoliberal controlado por Estados Unidos.

 Las contingencias que evitaron la recuperación del poder imperial durante la pasada década actúan ahora a la inversa. La caída del precio de las materias primas ha debilitado a los gobiernos posneoliberales en Venezuela, Argentina y Ecuador. La decadencia de los movimientos antiimperialistas a consecuencia de las tácticas de cooptación de centro-izquierda ha reforzado las protestas y a los movimientos de derechas apoyados por el estado imperial. El menor crecimiento de China ha afectado a las estrategias de diversificación del mercado latinoamericano. El equilibrio interno de las fuerzas de clase se ha desplazado hacia la derecha, hacia los clientes políticos de Estados Unidos en Brasil, Argentina, Perú y Paraguay. 


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UE: LOS MISMOS PERROS CON LOS MISMOS COLLARES, LOS MISMOS LADRONES, SON LOS QUE SAQUEAN AL PUEBLO GRIEGO, ESPAÑOL, PORTUGUÉS, ITALIANO...



Syriza

Las terceras vías no son posibles

05.03.2015


"Pido perdón al pueblo griego porque yo también participé en esta ilusión. Ahora, antes que sea demasiado tarde, debemos reaccionar los militantes y simpatizantes de Syriza. A todo nivel organizativo debemos movilizarnos para decidir si aceptamos lo que está ocurriendo" . (Manolis Glezos) 


Con una vergonzante intervención del Ministro Luis de Guindos en las pasadas reuniones del EuroGrupo, incluso más dura que la del ministro alemán, la derecha política y mediática está difundiendo, a bombo y platillo, su alegría al comprobar, según ellos, cómo las promesas de Syriza no se han podido, al menos de momento, materializar, y aprovechan para proclamar, alto y claro, en alusiones a nuestro país, que "han prometido lo que sabían que no podrían cumplir". Deberían quizá pararse a pensar que quizá no son ellos los más indicados para hablar de promesas incumplidas, pero les da igual, se empeñan en hacer leña del árbol caído. Todo con tal de destruir y humillar la credibilidad de una fuerza política que ha intentado gobernar contra la austeridad que aniquilaba a su pueblo.

Pero más allá de las posibilidades reales de Syriza de poder cumplir las medidas de su programa electoral, lo cierto es que se ha podido comprobar lo que muchos, desde la izquierda transformadora, llevamos advirtiendo desde hace mucho tiempo, y que es algo tan fácil (pero contundente a la vez) como que, dentro del contexto de la moneda única, no existe posibilidad alguna de ejercer un mínimo de soberanía política, y por tanto, económica. Ni soberanía, ni siquiera pequeñas migajas sociales, pues los dirigentes europeos carecen de la más mínima sensibilidad social. La Unión Europea representa, hoy día, el club político más fanáticamente neoliberal que existe, y por tanto, la capacidad de maniobra de un gobierno decente es prácticamente nula. Es cierto que lo que se ha acordado es una prórroga del rescate para los próximos cuatro meses, y que entonces habrá que negociar de nuevo, pero mucho nos tememos que la única salida que le quede a Grecia sea incumplir los acuerdos, por lo cual sea expulsada del euro.

Tan sólo algunas medidas cosméticas han podido ser adoptadas, y el llamado Plan de Salvación Nacional, que reunía una serie de medidas de emergencia humanitaria para los colectivos más vulnerables, ha quedado también bastante rebajado. Como afirman desde Red Roja: "...la profunda crisis estructural capitalista se solapa con el imperial objetivo de Alemania y su núcleo duro de someter criminalmente a la periferia de la UE". Porque lo cierto es que el Acuerdo firmado con el EuroGrupo, ni da marcha atrás en ninguna de las medidas inicialmente pactadas en el Memorando, ni permite que las necesidades sociales de los grupos más vulnerables de la población alteren un milímetro el cumplimiento de los compromisos adquiridos. No se acepta ni condonación parcial de la deuda pública, ni períodos de carencia, ni condicionalidad del pago al crecimiento económico, y además, se impide a Syriza la adopción de cualquier medida que ponga en riesgo los objetivos adquiridos. Con todo ello, por tanto, la inmensa mayoría de las medidas anunciadas por la formación política griega quedan, al menos de momento, en agua de borrajas.

La Troika ha pisoteado, una vez más, la dignidad del pueblo griego, de un pueblo que va a continuar desangrándose a marchas forzadas, mientras el cumplimiento de las "reglas del club" europeo sea lo que prime en el contexto de las negociaciones. La ciudadanía continuará siendo atropellada, y la soberanía griega permanecerá intervenida. Y la verdad es que, para este viaje, no se necesitaban tantas alforjas. Syriza va a quedar relegada, al menos hasta una siguiente negociación, a un papel parecido al que ha desempeñado Izquierda Unida en Andalucía en su coalición de gobierno con el PSOE andaluz, esto es, gestionar de la forma "menos traumática" posible los recortes impuestos desde Bruselas. La austeridad, por tanto, continuará. Se han tenido que posponer medidas como la subida del salario mínimo, la tan anunciada reforma fiscal, o la paralización de las privatizaciones previstas y ya parcialmente implementadas.

Luego, por tanto, creemos que las conclusiones son tan claras como duras: si no somos claros, tajantes y radicales en nuestros planteamientos, y no desarrollamos la conciencia social mayoritaria en torno a que la única solución para acabar con la austeridad implacable de la Troika es abandonar el Euro, no será posible acabar, sin presiones ni chantajes de ningún tipo, con el pago de la deuda odiosa que pesa como una losa encima de los pueblos y naciones del sur de Europa. No caben ambigüedades en un asunto tan clave como éste, y todo lo que sea continuar dándole vueltas a los atajos y las terceras vías, no hará más que desgastar a las fuerzas políticas que intenten (aún presuponiéndoles la buena fe) llevarlo a cabo, y provocar en la ciudadanía un sentimiento de decepción, tal y como le está ocurriendo ahora al pueblo griego. Y no digamos ya las crecientes posibilidades de alentar a las fuerzas políticas y sociales de corte neofascista, porque, como asegura Héctor Illueca: "Las auténticas culpables del resurgimiento del fascismo en Europa son las élites polítcas y financieras que han impuesto políticas neoliberales orientadas hacia la mercantilización plena del trabajo humano, liberando fuerzas sociales de enorme poder destructivo que creíamos erradicadas para siempre".

Y por supuesto, la lectura en clave interna es inevitable. En nuestro país, para la oligarquía dominante, los mensajes van a insistir en la poca credibilidad de las fuerzas políticas que prometen "lo imposible", jugando la fuerte baza de la capitulación, al menos transitoria, de Syriza. Nosotros seguiremos apoyando a PODEMOS, porque nos parece, hoy día, la opción política más limpia, sensata, coherente y valiente, pero advertimos igualmente de los posibles riesgos de que sus medidas y propuestas, llegado el momento, no puedan llevarse a la práctica por la imposición y el control implacable de la Troika, lo cual lleve indefectiblemente a la decepción ciudadana masiva, que asista impotente a la constatación de lo que llevamos mucho tiempo afirmando: no vivimos en democracia. Las terceras vías no son posibles, las instituciones europeas no van a flaquear, sólo cabe un enfrentamiento radical con ellas, y la consecuente salida del Euro, si es que queremos recuperar nuestra soberanía. 


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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A ANGELA MERKEL, QUE DE JOVENZUELA SE DESPELOTABA POR LAS PLAYAS ESPAÑOLAS, Y AHORA JEFA DE MARIANO RAJOY LE CRECEN LOS ENANOS. Y LOS MEDIOS DE "COMUNICATIÓN" ESPAÑOLES SIN DECIR NI MUS

Alemania nacionaliza sus redes de distribución

Marta Victoria / Cristóbal J. Gallego

 Público.es
ATTAC.ES
7 marzo 2015 

Si hablamos de nacionalización y red eléctrica probablemente lo primero que nos venga a la mente sea Bolivia, donde el Gobierno de Evo Morales ha nacionalizado recientemente varias empresas de transporte y distribución de electricidad. En ambas ocasiones, la repercusión mediática en nuestro país fue muy amplia porque las multinacionales propietarias de estas redes eran españolas. La empresa Transportadora de Electricidad (TDE) que era propiedad de Red Eléctrica Internacional se nacionalizó en mayo de 2012 y las distribuidoras Electropaz y Elfeo, anteriormente en manos de Iberdrola, se nacionalizaron en diciembre de ese mismo año. Algunos argumentos para propiciar el debate informado sobre estos procesos, que no es el objetivo de este artículo, pueden encontrarse en los enlaces anteriores.

Sin embargo, la decisión de numerosos municipios alemanes de hacer pública la gestión de sus redes de distribución eléctrica ha tenido bastante menos repercusión mediática. En un artículo reciente hablamos del cambio de la generación eléctrica en Alemania hacia un mix basado en renovables y de cómo los consumidores habían asumido el coste de esta transición. En este texto repasaremos algunas de las recientes remunicipalizaciones ocurridas en el país germano.

Una de las localidades pioneras en constituir una empresa de electricidad municipal fue Schönau. Tras el accidente de Chernóbil en 1986, la convicción de un grupo de ciudadanos de querer dejar de consumir electricidad de origen nuclear llevó a la creación de la empresa municipal de electricidad EWS en 1994. Tres años después, y tras superar dos referendos públicos, EWS se hacía con la distribución de la electricidad en la localidad.

El recomendable documental El espíritu de Schönau pone de manifiesto cómo la concienciación ciudadana fue clave para el éxito de esta empresa. Numerosos conciertos, charlas y visitas puerta a puerta consiguieron movilizar a la ciudadanía para luchar contra la maquinaria de comunicación de la compañía que operaba la red en régimen de monopolio hasta la fecha. La principal argumentación de dicha compañía era que la recién constituida empresa municipal estaba formada por un grupo de aficionados que no sabrían hacer funcionar la red. Hoy, 17 años después, EWS sigue distribuyendo electricidad en Schönau a precios muy competitivos y es generadora de la mitad de la energía que distribuye vetando la energía nuclear y favoreciendo el suministro de energía de origen renovable. EWS se convirtió además en la primera comercializadora de energía verde para particulares y suministra actualmente su electricidad a 150.000 hogares.

Con este mismo espíritu, 72 eléctricas municipales han sido creadas en Alemania desde 2005 enfocadas a obtener mejores resultados en cuanto a impacto económico local, transición energética y protección del medio ambiente. Objetivos que difícilmente pueden alcanzarse dejando que todas las decisiones sean tomadas en base al libre mercado. Esta ola de remunicipalizaciones se produce porque en los últimos años están caducando muchas de las concesiones privadas que se concedieron por un periodo de 20 años. La mayor de estas remunicipalizaciones se ha llevado a cabo recientemente en la ciudad de Hamburgo, donde los ciudadanos decidieron democráticamenteremunicipalizar las redes de distribución de electricidad, gas y calefacción doméstica.

En Berlín también se está produciendo el debate sobre la remunicipalización, aunque la idea no prosperó en un reciente referéndum. En este caso, los ciudadanos se quejan de que la empresa que suministra la electricidad, Vattenfall, basa su generación exclusivamente en centrales de carbón, con la consecuente contaminación asociada. Además, el desarrollo de las renovables en la capital germana es prácticamente nulo. Por último, la ciudad de Stuttgart también ha vivido un proceso de recuperación del control público en la gestión de los servicios. En 2011, el Gobierno local recuperó la empresa pública Stadwerke Stuttgart y desde marzo de 2014 esta empresa es la encargada, junto a la eléctrica EnBW, de administrar las redes de gas y electricidad de la ciudad.


[Compañías eléctricas municipales creadas desde 2005 (en la parte oeste del país). La oleada de remunicipalización en la parte este tuvo lugar en la década de los 90 (ver fuente)]

Este es uno de los debates que probablemente deberíamos abordar en España. Tras años de un funcionamiento sobrerretribuido de las redes de distribución y centrales de generación, ¿funcionarían éstas mejor si los propios municipios fueran sus propietarios? ¿Sería más fácil imponer objetivos más sensatos, tales como el desarrollo de renovables o unas tarifas eléctricas razonables, en lugar de la omnipresente maximización del beneficio privado?

Mientras que en España la mayoría de expertos y medios de comunicación abogan por una mayor privatización del sector eléctrico (y no solo de éste), el espejo alemán, con el que habitualmente nos comparan, está recuperando la gestión pública de sus redes eléctricas. No solo esto, sino que además está demostrando que la gestión ciudadana es técnicamente posible y, en muchos casos, mejor que la iniciativa privada. Sin duda, el debate está sobre la mesa y debemos ser capaces de abordarlo huyendo de clichés, utilizando información veraz y el rigor necesario.

Observatorio Crítico de la Energía, colaboradores del círculo de Economía, Energía y Ecología de Podemos
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